de Inuyasha - Todo y Nada

Todo y Nada

Hola chic@s de cemzoo, aquí les traigo otro fanfic, espero sea de su agrado.

En un día de recuerdos, se me vino esta idea. Sin mas aquí les dejo el primer capitulo.

Capitulo #1 ¿Frustrada?

Sentada en la sala de su casa, pensaba en su vida y en lo que sentía. Lo tenía todo, debería ser feliz, pero no lo era. Su esposo era un hombre maravilloso; atento, cariñoso, gentil, muy buen amante, guapo y le amaba. Pero algo le hacía falta y no sabia que era.

Llevaban una vida llena de lujos, pero ellos no perdían su esencia, seguían siendo personas humildes y un poco sencillas.

Se conocieron de una manera peculiar, cuando lo recordaba se reía con ganas; era uno de esos días que piensas que ya nada puede empeorar y quieres desquitarte con el mundo.

Ese día había sido pésimo, en el instituto la acusaron de vender drogas, casi la expulsan y de castigo le dieron 40 horas de servicio comunitario. Por más que se explico que no tenía nada que ver, no le creyeron.

El profesor de química la reprobó en su materia, así mismo el de historia, psicología e informática. Y en las demás materias sus notas dejaban mucho que desear.

Tuvo un accidente en deportes y se hizo un desguince de muñeca, que le dolía muchísimo, además le tocaba limpiar su aula ese día. Como estaba lastimada fue muy lenta, y al salir comenzó a llover. Por suerte llevaba sombrilla.

Las calles estaban vacías, la lluvia era muy fuerte, su sombrilla era muy grande a la que había apodado “para-rayos”. Vio a un joven que corría a resguardarse en algún lugar. Muy amablemente lo ayudo cubriéndolo con su sombrilla.

Lo había acompaño a una lavandería que quedaba a unas calles de allí. Luego de eso el la invito a salir y allí comenzaron su relación. La familia de él era sencilla y muy pobre, y él con mucho esfuerzo estudiaba Medicina.

Los años pasaron y contrajeron matrimonio. El trabajaba muy duro para que nada les faltase, y ella por su parte también trabajaba de maestra de preescolar. Le encantaban los niños y se moría de ganas de tener los suyos.

La puerta se abrió dejando ver a un hombre alto y fuerte de unos 32 años, de ojos café, cabello negro y muy guapo.

-Hola cariño- la saludo con un beso en los labios- ¿como estuvo el día de hoy?- pregunto sentándose junto a ella y abrazándola.

-Bien, ya sabes como son los niños, inquietos y me dejan un tanto exhausta- le dijo deshaciendo el nudo de su corbata- y ¿Cómo te fue a ti?

-No muy diferente a ti, parece que las personas no entienden que para tener una vida mas sana deben comer bien, hacer ejercicios- hizo una pausa y continuo- la verdad también estoy bastante exhausto, pero eso no significa que no tenga fuerzas- dicho esto comenzó a besarla con su caracterizada fuerza y pasión.

Hicieron el amor con pasión, el sexo entre ellos era maravilloso, siempre quedaba satisfecha y con pocas fuerzas, no importaba si fuera en el sillón o en el césped, siempre era fantástico.

-Kagome- la llamo- estas un poco perdida hoy, ¿Qué pasa?

-Es que ya llevamos siete años de casados y y- titubeo nerviosa.

-¿si?- pregunto él ya temiéndose la respuesta.

-Quiero tener un hijo- dijo viéndolo a los ojos.

-Amor sabes que primero debemos estabilizarnos bien económicamente, no quiero que mi hijo pase lo mismo que yo- le dijo exasperadamente.

-Pero si estamos bien, tenemos suficiente dinero para mantener a mínimo 4 hijos- le contesto de igual forma.

-No y es el fin de esta discusión- anuncio poniéndose de pie y recogiendo su ropa- voy a ducharme.- y sin mas se fue, dejando a una muy enojada y triste chica, siempre era lo mismo cada vez que ella decía lo de los niños, él entraba en ese plan.

Sus amigas le aconsejaron que dejara de planificar y que de esa manera seria mas sencillo y sin problemas y no le quedaría mas opción que aceptar al niño. Pero ella cuando se lo dijeron no hizo caso. Pero ahora estaba decidida a hacerlo.

Molesta como estaba, se dio una ducha y se vistió para irse de fiesta. Llamo a sus amigas Eri, Ayumi y Yuka, y acordaron verse en una disco.

Se vistió con lo más sensual que encontró en su armario (y que le quedara bien). Se divirtió a lo grande con sus amigas, andando de antro en antro, quedaron borrachas cantando a todo pulmón en el deportivo de Kagome. Eran casi las 3 de la madrugada, y Kagome fue a dejar a sus amigas a sus respectivos departamentos.

Condujo rumbo a su casa, necesitaba un consejo de su madre, ella era la única que la podría ayudar. Estaciono su auto frente a las escaleras del templo y las subió a trompicones. Estaba bastante borracha, se sentó frente al árbol sagrado y despotrico contra la vida, el mundo, Ryuichi, Inuyasha, Kikyo… y la lista era grande.

-De seguro esos dos deben ser muy felices en este momento- se dijo un poco molesta y celosa- ¿y que tal si los visito? si eso haré.

Y sin pensarlo mas, como pudo se levanto y fue hacia el pozo, saltando sin pensarlo.

Continuara.....



Y que les pareció?????



Bueno besos bye!!!:P

 

Re: Todo y Nada

Hola como estan chicas lindas???? espero que super bien, ando un poquitin apuradita y por eso no les puedo respoder a cada una, la conti si bien es cortita, pero tiene muchas cosas claves... jeje me alegra que les guste mi nueva creacion.

Por cierto este fic, mas bien son una serie de viñetas que terminaran juntándose... desde Kagome hasta kouga....

Pero no se preocupen ahí saldrán sus personajes favoritos y si hay romance....



enjoy!!!


Capitulo #2 Mamá

Caminaba tranquilamente por el camino hacia la aldea, desde que habían acabado con Naraku no pasaba casi nada interesante por los alrededores, muchas cosas habían cambiado, los mounstros con los que luchaba eran fuertes, pero no tenia diversión al luchar.

Sango y Miroku se habían casado, y además de eso fueron a reconstruir la aldea de exterminadores, si bien ya tenían 6 hijos, él se sentía fuera de lugar. Kirara seguía con ellos muy contenta de tener niños con quien jugar.

Lo mismo le sucedía con Inuyasha y Kikyo, no sabía como lo lograron, pero ya tenían tres niños, la verdad es que Kikyo nunca le cayó bien, por su culpa su madre lloraba mucho. Los niños ya no tenían tanto de Yukai, ya que con los poderes de sacerdotisa de la madre se fueron purificando hasta quedar un poco nulos, pero lo extraño era que en la luna nueva se ponían muy inquietos y eran más fuertes.

Kohaku y Rin vivían en la aldea de exterminadores, tenían pocos años de casados, había escuchado que Jaken los visitaba muy a menudo, pero no sabia si era cierto o no, y también que Rin tenia cuatro meses de embarazo.

Pero nada de eso lo alentaba, cada vez que veía a los niños jugar con sus madres algo en su pecho se oprimía, sentía un nudo en la garganta, e intentaba pensar en su madre, pero la única imagen materna que tenia era de ella.

La que lo había abandonado como un vil trapo, la que lo dejo cuando más la necesitaba. Por mas que intentaba odiarla no podía, siempre recordaba que se preocupaba por el, le mimaba y le daba mucho amor, claro hasta que decidió irse.

-¡Shippou ya llegaste!- me dijo un niño de siete años, que venia corriendo hacia mi- ¡ya llegó Shippou!- grito muy contento a sus hermanitas que venían tras de el.

-Si ya estoy aquí- le contesté intentando sonar alegre- ¿te has portado bien?- pregunte alzándolo en brazos.

-Si, pero papá dice que estoy castigado por espiarlo cuando estaba con mi mama- comentó con una sonrisa picara.

-Eres un pequeño diablito- le dije y comenzé a reír de solo imaginarse a Inuyasha siendo descubierto en pleno acto.

-¡Shippou!- gritaron a coro unas gemelas de cinco años- te estábamos esperando- dijeron muy contentas- papa dice que podemos jugar contigo- corearon.

-Eh si- dije no muy seguro, eso de que hablaran al unísono me mareaba, no sabía por que.- ¿ya llegaron los demás?- pregunté.

-Si, ya están todos en casa, pero no se porque mami se fue- concluyo la pequeña Kagome.

Continuara.....