One-shot Todo por unos cupcakes [Pokemon Rol Championship]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Reual Nathan Onyrian, 16 Mayo 2019.

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    Reual Nathan Onyrian

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    Título:
    Todo por unos cupcakes [Pokemon Rol Championship]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2192
    Bueno, esta estupidez surgió charlando con Yáahll sobre los pokémon que Liza había dejado en la Pradera para que le avisaran a Nikolah y Talía del paradero de esta. Y como somos nosotros, espiraló en esto xD Así que bueno, que disfruten (?

    Todo por unos cupcakes

    El sol entraba por las ventanas del Centro Pokémon, haciendo que la crema de los cupcakes que se encontraban descansando sobre la mesa brillara con un resplandor apetitoso. La muchacha que los había preparado, con la ayuda de su amigo, se encontraba detrás de la mesa, mirando orgullosa sus creaciones. La otra cocinera había decidido retirarse a descansar, después de haber pasado por varios momentos estresantes. Sentados del otro lado estaban los agasajados de aquel festín, mirando con ojos relucientes el postre que tenían delante suyo.

    El mayor de ambos, sin esperar a las indicaciones de los cocineros, se abalanzó sobre los cupcakes, hambriento como estaba, con tanto ímpetu, que incluso asustó un poco a su hermanita, que miró sorprendida como el rubio devoraba a una velocidad sorprendente todos aquellos esponjosos bocadillos. Incluso los hacedores de tal delicia dieron un paso atrás, tomados un poco por sorpresa. Sin embargo, la muchacha castaña seguía sonriendo, viendo como aquel joven rubio disfrutaba de su regalo. Se llevó una mano al pecho, mientras recordaba el detalle que aquel muchacho había tenido con ella. Era lo mínimo que podía hacer por…

    — Nikolah, una pregunta, ahora que me doy cuenta.— dijo la muchacha, con un gesto de extrañeza, mirando alrededor.— ¿Dónde se encuentran Glaceon y Sylveon?

    — ¿Eh…?— respondió este, con la boca llena de crema y masa, con un claro desconocimiento de la materia demostrado en sus ojos.

    La mirada que la muchacha le dirigió fue suficiente como para que Nikolah se quedara con un cupcake a medio comer en la boca.

    — Suelta ese cupcake ahora mismo y ve a buscarlas.— le dijo, su sonrisa completamente desvanecida, suplantada por un ceño fruncido.

    — Puebo hace amba cozaz, ¿sabe?— respondió el chico, con la boca llena, luego de recuperarse del sorpresivo cambio de humor de su amiga.

    Se levantó de la mesa, tomó una buena cantidad de cupcakes, se puso todavía más en la boca, simplemente para demostrar que podía, y con una mirada desafiante, comenzó a alejarse de allí. Talía tan solo se encontraba mirando algo asustada la escena, mientras Dante había levantado las manos y sonreía algo incómodo, en un fútil gesto de intentar aplacar los orgullos de ambos. Liza abrió la boca indignada ante la actitud de Nikolah, y después de mirar a Dante buscando apoyo (que lo único que hizo el castaño fue dejar bien en claro con la mirada que él no tenía nada que ver con esto), siguió al rubio, para alcanzarlo afuera del Centro Pokémon. Allí, le dio un chicotazo en la nuca, que lo hizo escupir lo que tenía en la boca, mientras aprovechaba el momento de estupefacción del muchacho para sacarle todos los cupcakes que tenía encima.

    — ¡Oye!— exclamó, indignado.

    — ¡Oye nada! Te quedas sin cupcakes hasta que no regresen sanas y salvas. Alicia se los acabará comiendo como no aparezcan.— replicó la muchacha, con el mismo tono de indignación.

    — Pero...yo...pe...tengo ham…— comenzó a protestar el muchacho, pero ante la mirada de su amiga lo único que pudo hacer fue gruñir en descontento y callarse.

    Comenzó a alejarse de allí, pisando bien fuerte, demostrando su enojo. Cada tanto, miraba hacia atrás, solo para encontrarse a Liza con las manos en la cintura, mirada enojada e indignada, que simplemente lo incitaba a continuar caminando. Y cada vez que volvía a darse vuelta, el muchacho refunfuñaba. Estuvieron así durante al menos unos quince minutos, hasta que ambos se perdieron de vista. Liza suspiró y meneó la cabeza, mientras recogía todos los cupcakes y se los llevaba de vuelta al Centro Pokémon. Giratinas, ¿qué iba a hacer con ese muchacho?



    El viaje de Nikolah hasta la Caverna Témpera transcurrió sin ningún problema ni inconveniente. La gente se corría de su paso al ver a alguien de 1.9 metros de altura con el ceño fruncido y mirada de hartazgo, pisando fuerte y los puños apretados a sus costados. Se corrían principalmente no por miedo, sino para evitar a alguien que podría ser bastante raro, ya que el muchacho parecía más un niño haciendo un berrinche que a un adulto enojado.

    El rubio llegó a la entrada de la Caverna, sacando a Mimo para que le sirviera de guía. Ya había pasado varias veces por allí, pero nunca se sabía cuando podría perderse. Más en el estado en el que estaba. En cuanto el Sableye lo vio, lo primero que hizo fue asustarse un poco. Era la primera vez que veía a su entrenador así de enojado. Más con la diferencia de altura que ambos tenían. Que Mimo sólo midiera cincuenta centímetros lo volvía todo mucho más aterrador. Sin embargo, en cuanto se recompuso de la primera impresión, el Sableye puso los brazos a un costado, apretó los puños, frunció el ceño y apretó los labios, haciendo una imitación perfecta en miniatura del humano que tenía al lado. Y refunfuñando igual que lo estaba haciendo Nikolah, comenzó la marcha, guiando a su entrenador.

    La cueva estaba igual de húmeda y oscura como siempre. Las gotas caían de las estalactitas del techo, creando un eco rítmico y constante, que se extendía por todo el lugar, dándole su ambiente característico. Cada tanto, algún pokémon fantasma podía verse asomando por allí, observando curiosamente a los transeúntes pasar por su hogar. Y como siempre ocurría, el suelo tembló debido al paso del Ónix que vivía allí, excavando siempre en la cueva. Sin embargo, nada de eso le importaba a Nikolah, en el estado en el que estaba. Incluso se había olvidado de que tenía ahora pokémons que podían llevarlo volando directamente a la Pradera. A pesar de aquello, si había dos pares de ojos que parecían mostrar cierto interés en el muchacho.

    En un momento, cuando Nikolah dobló en una esquina, dos sombras aparecieron al frente suyo, cortándole el paso. Dos personas, un hombre y una mujer, vestidas de forma bastante sospechosa, se encontraban riendo de forma maliciosa, mientras lo veían con cara de pocos amigos. La mujer sacó una pokéball del cinto, y la llevó hacia delante, apuntando con ella al muchacho.

    — Muy bien, rubio, tenemos órdenes de nuestro jefe de atacar a todos los que nos encontremos por aquí, y nos quedemos con sus pertenencias. Así que más te vale colaborar de forma pacífica, o nosotros…— comenzó a decir, amenazante, pero su cara pasó a la sorpresa al ver que el muchacho seguía caminando a su lado, sin prestarles atención. La mujer lo tomó del hombro, impidiéndole continuar.— Oye, no nos igno…

    Sin embargo, el codo que hizo contacto con su nariz fue suficiente para suplantar su queja por un chillido de dolor. La mujer se tomó el rostro con ambas manos y trastabilló un par de pasos, sorprendida, con sangre chorreando de sus fosas nasales. El hombro, estupefacto, tan solo pudo ir a socorrer a su compañera, mientras miraba furioso a Nikolah.

    — ¡Oye, tú…!— sin embargo, la mirada de hartazgo que le dedicó el joven, sumado al gruñido del Tyrantrum que tres metros que había salido de una de sus pokéballs, fueron más que suficientes para que el hombre se tragara sus palabras con saliva.

    Alicia volvió a su pokéball, mientras Nikolah seguía caminando, refunfuñando por la pérdida de tiempo que aquel contratiempo suponía, contando las horas que lo separaban de sus cupcakes. Mimo lo había imitado a la perfección, incluso haciendo el mismo movimiento con el codo que el muchacho hizo para golpear a la maleante. A partir de ese momento, el camino restante para salir de la caverna transcurrió sin mayores problemas.

    La Pradera lo recibió con toda su alegría, sol y paz. Sin embargo, el rostro de Nikolah solo evocaba hartazgo, cansancio, y ganas de que todo terminara. Hasta podía verse como una pequeña nubecita se formaba encima de su cabeza, tormentosa. Pisando fuerte, como había estado haciendo todo el camino desde Témpera hasta allí, comenzó su búsqueda por los dos pokémon de Liza, de los cuales se habían olvidado en el lugar. Nikolah no le prestaba atención a nada a su alrededor, así que no se dio cuenta como una manada de Linoones se había juntado a su alrededor, celebrando la vuelta de su señor. Sin embargo, cuando no recibieron ningún cigarrillo de chocolate como recompensa por su lealtad, se fueron todos, farfullando al igual que el muchacho.

    Al final, logró encontrar a ambas eeveeluciones, durmiendo bajo un árbol, disfrutando de la sombra. Parecía que nada les había pasado, y Nikolah se permitió suspirar un poco, aliviado. Al menos, no iban a castigarlo por eso. Sin embargo, no tenía más tiempo que perder, así que sin importarle si su despertar iba a ser brusco o no, tomó a Glaceon y a Sylveon, los cargó bajo sus brazos, y emprendió el camino de regreso.

    El único inconveniente que tuvo en su viaje de vuelta fue de vuelta la aparición de ambos maleantes, pero en cuanto vieron que era él, y que su cara de hartazgo no había cambiado, simplemente decidieron dejarlo pasar. Siempre podrían asaltar a alguien que estuviera más dispuesto a ser robado. No tenían por qué molestarse con un muchacho que parecía que estaba cansado de cualquier mierda que tuviera al frente. Emergió de la cueva, siendo recibido por la luz del atardecer, mientras continuaba cargando con Sylveon y Glaceon. Mimo había tomado un par de rocas y las había puesto bajo sus brazos, para imitar a Nikolah.

    ...

    Liza se había pasado la mayor parte de la tarde preocupada. Talía ya se había ido con Dante a dar una vuelta, para que la pequeña se distrajera un poco y pudiera disfrutar de la Ciudad, luego de tantas penurias que habían pasado. La muchacha castaña estaba dele mirar por la ventana, mientras daba golpecitos en la mesa con los dedos, impaciente. Nikolah se había ido hace varias horas ya, y se preguntaba si de verdad estaba bien. Lo había enviado sin dejar que descansara ni comiera debidamente, y se había dado cuenta de eso demasiado tarde. Talía les había contado todo lo que habían pasado, sumado a la tragedia que había sido la pelea final por Galeia, que a pesar de haber tenido un final feliz, le había drenado las energías a todos.

    Así que cuando pudo verlo llegar a través del cristal, cargando con ambos pokémon que simplemente miraban todo con incredulidad, soltó un suspiro de alivio. Sonrió y salió a recibirlo, todavía con el delantal puesto, las manos en la espalda.

    — Bueno, aquí están ambos, sanos y salvos.— dijo Nikolah, mientras dejaba que Sylveon y Glaceon bajaran y se reunieran con su entrenadora.— Ahora, ¿dónde están mis cupcakes?

    Liza se había agachada para acariciar a ambas evoluciones, mientras estas se restregaban contra la joven. Luego de fijarse de que no habían sufrido ningún daño, y darles un último abrazo de bienvenida, se incorporó y miró a Nikolah con el gesto serio.

    — Ya no quedan. Te tardaste demasiado, y nos los comimos todos. ¡Esperar da mucha hambre!

    La mandíbula de Nikolah cayó al suelo, haciendo que, junto a sus ojos abiertos como platos, su expresión fuera sumamente cómica. Liza a duras penas pudo contener la compostura, las manos todavía en la espalda, después de haber acariciado a sus pokémon. El muchacho comenzó a balbucear, completamente desconcertado y desesperanzado. ¿Todo había sido por nada? ¿Al final, no había recompensa? Sintió como las piernas le cedían, y estuvo a punto de caer al suelo, de rodillas, desconsolado. Sin embargo, algo cortó sus balbuceos. Algo esponjoso, lleno de crema, con sabor a chocolate y frutas.

    Liza no pudo contener la risa ante la estupefacción del muchacho, después de haber aprovechado la boca abierta del rubio para enchufarle un cupcake en la misma.

    — Mira si no iba a guardarte aunque sea uno.— contestó, secándose las lágrimas.— Tienes toda una bandeja esperándote adentro. Como recompensa por traer sanas y salvas a mis chicas.

    El chico lo miró, un poco confundido primero, para luego tomar el cupcake que tenía en la boca y darle otro mordisco, mientras miraba hacia otro lado, un poco avergonzado de su reacción. Liza se tapó la boca con la mano, ahogando otra risa. Tomó de la mano a su amigo, para llevarlo adentro, lo que provocó una oleada de color en el rostro de Nikolah, que lo único que podía hacer era masticar de forma nerviosa el postre y mirar para otro lado. Liza lo miró, sonriendo con ternura, para luego sacar un pañuelo del bolsillo del delantal.

    — Te has manchado de crema la nariz, pavo.— le dijo, con una sonrisa, mientras le limpiaba el rostro con el pañuelo, mientras el muchacho batallaba inútilmente contra sus cuidados.— Vamos, todavía tienes una bandeja de cupcakes que comer.

    Nikolah tan solo pudo murmurar un gracias, mientras era llevado de la mano, el rostro del mismo color del sol moribundo, que se ocultaba a lo lejos. Completamente rojizo.
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    THESE TWO AAAAA

    Me encanta, me encanta la relación que tienen estos dos, son de lo más adorables. Me encanta como al principio se enfadan y los dos son lo suficientemente orgullosos para que ni Dante ni Talía quieran meterse entre medias, jajaja, pero da igual, porque al final se quieren mucho y se demuestra en como Liza le guarda una bandeja entera de cupcakes y el chico se sonroja al verla (y que, a pesar de todo su enfado, se hace el camino a la Pradera para recuperar a Glaceon y Sylveon).

    Y no sé, realmente no hay mucha acción, pero lo narras tan bien y con momento tan divertidos que es que se lee super rápido a pesar de ser un one-shot y se disfruta un montón. Porque es muy divertido leer a Nikolah todo enfurruñado como un niño pequeño, los malos pasando de él porque no merece la pena y al final todo dramático, pero finalmente sonrojado por Liza, y Liza tan normal, es que me encanta esta dinámica <3

    Y pues nada, me ha gustado mucho, ya sabes. Eres un gran escritor. Solo una cosilla, bueno, es un consejo pero que puedes tomarlo o no, pero igual ten un poco de cuidado con las expresiones que pueden ser algo argentina y no tan neutras. Digo porque, por ejemplo, a mi el "se corrían", si bien sé la intención, me suena un poco mal, no puedo evitarlo (aunque entiendo que es inevitable, así como si yo escribo coger y se puede malinterpretar pro vosotros). Y en un momento pusiste "la chica miraba dele por la ventana" y no sé si te equivocaste o es una expresión/palabra que no conozco, "dele" me refiero (?) Pero de nuevo, es algo que tú eliges y que no pasa nada, aquí cada uno que se adapte si no.
     
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    Hygge

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    POR QUÉ NO TE COMENTÉ ESTO?? Bueno, te peté en su momento por wa pero ANYWAY, THIS WAS SO CUUUUTE. Osea, teniendo en cuenta que escribiste esto cuandi recién Niko empezaba a comportarse distinto con Liza, ahora que estamos más hypeados con la ship releerlo se me hace aún más cutie aish.

    Los adoro, qué decir xDD Me encanta poder explotar ese lado de Liza toda orgullosa cuando se trata de Niko, donde no va a permitirse ceder y desde luego que si tiene que ponerse estricta, lo va a hacer. Es como su niño pequeño y a la vez no tan pequeño (?) y es genial porque ambos son tan infantiles que acaban saliendo situaciones tan divertidas como esta. Y pensar que esta idea salió de una simple conversación, como tantas otras xDDD Pero sí, si hubiésemos llegado a rolearlo hubiese sido tal cual: Niko no iba a comer hasta que no le trajese a sus niñas, por mucho que le pese. Y aún así Liza le guardó los cupcakes y se preocupó en esperarle bc is him, y por muy orgullosa que se muestre le quiere <3

    Amé los pequeños detalles que siempre metes en tus fics, como la presencia de Tali y Dante, o las imitaciones tiernuchos de Mimo, incluso los delincuentes de la caverna JAJAJA. Esa escena fue taaan lol xDD Me hizo mucha gracia. Pero sin duda lo mejor fue el final <33

    Ahora entiendo mejor que te cueste pensar en cómo se declararían oficialmente porque tbh todas las situaciones que les rodean acaban en cosas así, no son capaces de tomarse nada en serio cuando se trata de ambos (??) Pero veré qué puedo hacer ùvú

    Me encantó ♡
     
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