Un pequeño escrito, que lleva unas cuantas ocurrencias del que puedo decir a sido uno de los meses más problemáticos que he tenido, problemas en los que se han visto envueltos mis seres queridos. Sin más que decir o aclarar, aquí está. Me disculpo por los errores. Todo está hecho para ser roto Algunas veces todo se torna tan negro otras veces todo se torna tan rojo y sangrante. Quizás no pueda sentir nada nunca más, la verdad no sería algo de que extrañarse. Soy sacada del camino, cortada, cosida, dividida, compartida, pisoteada, asesinada y de vuelta a la vida. La verdad no me queda nada que perder, no soy suicida, solo no me importaría mucho si algo malo me sucediese. Vienes y te vas, me buscas y me alejas; te aferras y no piensas. ¿Qué se supone que yo haga? Yo solo digo lo que se me ocurre al momento y no sé cómo acabé lazada a todo eso. La verdad nada de lo que sucede a mi lado es realmente divertido, las ocurrencias me confunden y me comienzo a dividir en dos seres distintos. ¿No has sentido como en tu mente dos felinos pelean sin cesar? Uno fuerte que pelea por lo que más amas, experimentado y firme en sus poderosos ataques y otro joven y estúpido, pero ágil y peligroso, que pelea por el resto de cosas, por un momento que no será más que algo de felicidad y luego se irá. La verdad comienzo a hartarme de tal confusión y me quedo un punto muerto donde no sé lo que hago o digo, donde no estoy realmente presente. No sé en qué momento me ahogué en un cariño ajeno y no pude escapar, qué demonios sucedió con mi existencia. Ya no creo esas ingeniosas palabras, no creo ni una maldita cosa que alguien me diga. No dejaré que nadie más se aferre a mí, volveré a mi burbuja, así no dañaré a nadie. No sé poner límites, no sé qué es realmente lo correcto. Tengo mi identidad dividida y los problemas que últimamente me rodean realmente no ayudan. Dejaré que los fantasmas de las paredes me lleven, al fin y al cabo no importa lo que suceda. Has puesto miles de excusas por todas las cosas que has dicho, se nota que no sabes con quién te metes; debes aprender que esto no es un juego de apatía y que si muestras demasiado tus defectos alguien pronto te joderá. Es mucho más fácil pedirle a alguien que ceda antes de que ese alguien haga de tu mente un desastre. ¿Que acaso es tan fácil confundirte? Ojalá pudiese ser el tipo de persona que pudieras olvidar. Simplemente no huyas de ti mismo y que alguien te ayude a controlar el monstruo en el que te has convertido. Habías encontrado el final perfecto pero descubriste que fui hecha para hacer daño, para desaparecer entre la suciedad y a la vez soy quien en sus brazos al cielo te llevará. Perdí tu confianza y te fallé, yo te convertí en ese monstruo. Herí una noble alma felina y quebré la hermosa esfera de felicidad que la envolvía; realmente le hice daño, lo sé. Vi como varios niños, por no decir adolescentes, murieron en las garras de una enfermedad que amenaza con una vida importante para mí. Pensé en el suicidio pero sé que no tengo el valor para acabar con mi vida, lloré varias noches y vi como la esfera de felicidad que cubría mi vida se desmoronaba con un sólo roce y aún así, sabía que mi dolor no era ni la mitad del dolor que sentían mis seres queridos, vi mi debilidad y recordé que todo está hecho para ser roto. Me volví insensible nuevamente y esta vez soy yo quien huye de sí misma y se transforma en un monstruo. Creí tener el mundo en mis manos cuando no podían ni controlar mi propia vida; me apropié de personas que quizás realmente estarían mucho mejor sin mí; está decidido, no fui creada para cuidar ángeles. Son seres que benevolentes que te tientan a último momento y te acorralan con sus alas envolviéndote en su suave plumaje y esencia.
