The two sides of the same coin

Tema en 'Relatos' iniciado por Sainne, 11 Junio 2012.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Sainne

    Sainne Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    15 Abril 2012
    Mensajes:
    41
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    The two sides of the same coin
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1835
    Viernes, 26 de Marzo
    Hora actual:23:50
    Abrí la puerta de la habitación con lentitud, notando la frialdad del pomo en la palma de mi mano.
    La estancia era bastante amplia, con espacio suficiente para albergar varias estanterías repletas de libros (entre los que figuraban algunos como Crepúsculo, de Stephanie Meyer o La espada de Shannara, de Terry Brooks), un coqueto escritorio con un ordenador sobre él, un diván de color negro y, al fondo, un amplio ventanal que dejaba ver cómo la lluvia caía con fuerza en el exterior.
    Parado frente al ventanal, y de espaldas a mí, Sainne observaba cómo la lluvia caía.
    -Hola-saludó, sin molestarse en girarse hacia mí.
    Sonreí, cansado.
    -Hola, Sainne-kun-contesté, sin poder evitar llamarle de la forma en la que siempre había querido hacerlo.
    Él soltó una leve risita.
    -¿Tan obsesionado como siempre con el manga?
    Le miré con cierto reproche.
    -A ti también te gusta.
    Él se encogió de hombros.
    -Quizás-contestó secamente.
    Le observé más detenidamente.
    Vestía de negro, y su pelo castaño era bastante largo.
    Su figura recortada contra el día lluvioso le daba un aspecto extraño, como si formase parte del triste paisaje.
    Y, en cierta manera, lo hacía.
    En esta ocasión observé con atención la sala donde nos encontrábamos.
    -¿Ya no es una cabaña?-pregunté mientras una fría sonrisa asomaba a mi rostro. Y aunque no podía verme a mí mismo, supe que mi mirada se había oscurecido un poco.
    Sainne volvió a soltar una de sus risitas.
    -No, ahora se ha convertido en esto-comentó, con un deje irónico en su voz- bastante oportuno, ¿verdad?
    Suspiré, frotándome los ojos con suavidad.
    -Supongo que sí.
    Ambos nos mantuvimos en silencio durante un rato, sin saber qué decir.
    Finalmente, Sainne rompió el silencio:
    -¿Por qué haces esto?
    Reflexioné durante unos instantes.
    -¿Hablar contigo?-pregunté finalmente.
    Él, aún de espaldas a mí, asintió levemente con la cabeza.
    Centré mi mirada en el suelo, buscando una respuesta.
    Al fin, alcé los ojos de nuevo:
    -Quiero respuestas. Quiero dejar de sentirme vacío, casi muerto. Y quiero saber por qué pese a sentirme muerto sigo sintiendo dolor, miedo... Quiero saber por qué aún puedo llorar-mi voz tembló ligeramente- y quiero saber por qué soy incapaz de amar...
    El silencio volvió a caer sobre nosotros, interrumpido únicamente por el sonido de la lluvia en el exterior, que proseguía con su melancólica melodía.
    -¿Y crees que yo puedo darte respuestas?-preguntó.
    -Creo que necesito hablar contigo-contesté.
    -¿Por qué?
    Me senté en el diván, apoyando los codos en las rodillas y contemplando el suelo.
    -Porque eres parte de mí...porque tú también eres yo.
    Finalmente, él se giró para mirarme, apoyándose en el ventanal.
    Sus ojos marrones me miraron con una mezcla de ternura y malicia.
    -¿Lo soy? ¿O quizás sólo soy una vocecita en tu cabeza? ¿Alguien que has inventado para no sentirte completamente solo? Quizás solo querías crear una versión mejorada de ti mismo.
    Esta vez fui yo quien soltó una risita.
    -Por supuesto, no eres alguien “real”. No tienes un cuerpo, no existes de forma paralela a mí...-comencé, observando el paisaje del exterior- pero por otra parte... mucha gente ha hablado con “Sainne”. Mucha gente me conoce por ese nombre, mucha gente ha hablado conmigo refiriéndose a mí con ese nombre... Al final, ha dejado de ser un simple nombre. Al final, “Sainne” ha pasado a ser “yo”. Has creado sentimientos en otras personas. Te han amado, odiado, han llorado por ti...
    -”Ella” acabó llamándote Adrián, simplemente-dijo, súbitamente.
    Volví a sonreír con tristeza.
    -Yo se lo pedí
    Sainne me miró, sereno. Creí volver a captar un deje de ternura en su mirada.
    -Lo que quiero decir es que quizás no seas una “persona” fuera de mí, y en esos términos no puedo llamarte real, pero...pero de alguna forma, has sido real para muchos. Aún lo eres. Formas parte de mí, Sainne-kun. Eres tan real como yo puedo serlo... Ambos somos uno...
    -Pero muchas veces dudas de si de verdad existo.
    -¿Y qué? En el fondo, sé que estás ahí.-contesté, empezando a sentirme enfadado.
    -¿Por qué lloras?
    Iba a contestarle que no lo estaba haciendo cuando las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas.
    -La echo de menos.
    -Lo sé.
    Enterré el rostro entre las manos, dejando a mis lágrimas salir.
    Percibí levemente cómo Sainne se apartaba de la ventana y se sentaba en el escritorio, observándome.
    -Fue tu culpa-dijo.
    -Lo sé.
    -La echaste de tu vida. Teníais un futuro. Sueños. Esperanzas. La amabas...
    Seguí llorando, en silencio.
    Afuera, la lluvia siguió cayendo.
    -Y ahora-continuó él- te sientes vacío. Intentaste llenar el espacio que había dejado ella con otras chicas. Has herido a muchas personas por no afrontar la realidad... Y ahora, ni siquiera puedes salvar tu propio corazón. No sientes ganas de vivir, tus ilusiones se han ido... Y aún así, es curioso: Incluso un corazón muerto...
    -...Puede llorar-completé la frase.
    Continué llorando durante lo que me parecieron horas, aunque en ese lugar el tiempo apenas tenía sentido.
    Al cabo de un tiempo, conseguí parar.
    -¿Debería morir?-pregunté.
    Sainne me miró.
    -Sabes que lo que conteste es fruto de tu propia mente.¿Qué tiene de especial preguntarme a mí?
    Le miré, con las lágrimas aún frescas en mis mejillas.
    -No lo sé, Sainne...Realmente esto no tiene ningún sentido, y sin embargo aquí estoy. Puede que no seas real del todo. Puede que esté loco...Pero quiero escuchar tu voz, aunque sea fruto de mi mente...
    Cerró los ojos, inspirando con suavidad.
    -No somos nadie para decidir si mereces vivir o no. En realidad, la simple pregunta es una gilipollez. No deberías preguntarte si mereces vivir, deberías preguntarte si tienes el suficiente valor para morir de forma voluntaria, o si eres tan cobarde como para morir y no afrontar la realidad. Eres un ser extraño. Quizás seas un castigo de Dios, como dijo papá... Pero por otra parte, él te quiere. Se sentiría mal sin ti. No es tan sencillo, Adrián.
    Me recosté en el diván, cerrando los ojos.
    -Cuando tenía “corazón” hice muchísimo daño a personas que quería... He perdido muchos lazos, Sainne... Mike, María, Mar, Odalys, Ester, Sasori, David, Laia...Sandra...¿Soy una mala persona?
    Sainne se quedó pensativo durante unos instantes.
    -Has hecho cosas horribles. Has causado dolor, has jugado con personas que te importaban... Pero has sentido remordimientos. El hecho de sentir que has perdido parte de tu corazón lo demuestra. Sientes odio cuando alguien hiere a una persona a la que amas, te sientes capaz de matar a un asesino, violador...No sé si eres una buena o una mala persona, simplemente somos quienes somos... Puede que dentro de unos años las cosas cambien, o puede que estamos destinados a ser simplemente esto, a causar daño a todas aquellas personas que sean tan idiotas como para acercarse demasiado a nosotros... No lo sé, Adrián.
    Además, muchas de esas cosas las hiciste como fruto a lo que te dictaba el corazón. Quizás estemos mejor sin él,¿no crees? Quizás el dolor sea la única forma de superarlo todo...
    Me levanté del diván, sintiéndome más cansado de lo que me había sentido al entrar.
    -Será mejor que me vaya-dije.
    Sainne asintió.
    -Ten cuidado, idiota.
    Sonreí.
    -Tú cuidarás de mí.
    Nos miramos una vez más.
    Pese a que nuestros nombres eran diferentes, ambos éramos la misma persona, el mismo ser, el mismo dolor...
    Me dirigí a la puerta.
    -¿Crees que algún día alguien leerá esto?-me preguntó de pronto Sainne.
    Me detuve a escasos pasos del pomo de la puerta.
    -Puede que sí...o puede que esto muera con nosotros.
    Sainne sonrió.
    -Sería bastante romántico.
    Asentí, sonriendo también.
    -¿Volverás mañana?-me preguntó.
    -Creo que sí-respondí.
    -Vale...
    -Te quiero, Sainne-kun.
    -Y yo a ti, idiota.
    Tras una última mirada, abrí la puerta.
    La lluvia siguió cayendo mucho después de que me fuera.
    Quizás aún sigue lloviendo...
     
    • Me gusta Me gusta x 1
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso