The Lost The lost

Tema en 'Partidas Inacabadas' iniciado por rapuma, 1 Abril 2015.

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    rapuma

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    Para no arruinar el enfriamiento de la pelea, el vagabundo que Bruno ayudo a terminar quedó tendido en el suelo :3

    Jhonny aplaudió lentamente; solo se oía el choque de sus palmas pesadas, hasta que poco a poco más aplausos se le unían, creando una atmósfera de celebración excitante. Ayudaron a salir a los golpeados vagabundos, algunos eran pateados en el trasero para que se vayan. Solo uno permaneció en pie, el que había ganado su contienda contra el tal Mckenzie, que poco a poco se levantaba en la jaula. Los ojos del vagabundo apuntaban intensamente hacia él y disimuladamente caminó hacia Jhonny, pero éste no le prestó la suficiente atención. -¿Qué dicen, muchachos? ¿Qué les parece este grupo de novatos? -un coro encuadró las palabras con gritos positivos; no había nada más que decir. El enorme hombre de barba y cicatriz a su derecha apuntó con el índice hacia Caterina. -¡Esa muchacha pelea como una máquina! -Jhonny sonrió: -¡Claro! ¡Máquina será su nombre de guerra! -rió. -También tenemos a una asesina por lo que veo... -paseó su mirada por el único vagabundo muerto y sobre Ryshia; alternando su mirar. -¡Máquina y Asesina! -nuevamente el griterío. -Y Debilucho. -fulminó con su mirada al único que había perdido su pelea. Mckenzie tembló, presa de una rabia incontrolable, pero su mirada seguía al vagabundo que acortaba sus pasos hacia Jhonny. Sin pensarlo del todo bien, tomó uno de los bates caídos y salió de la jaula, atacó directo a la cabeza del pordiosero, el gesto era asesino. Jhonny se descruzó de brazos cuando lo vio acercarse

    Mckenzie lanzará un dado de 50 caras y el vagabundo uno de 25. Si el dado de 50 caras le gana al de 25, sera un ataque mortal, pero si el vagabundo logra superar el resultado del dado de 50, podrá defenderse.
     
    rapuma ha tirado dados de 50 caras para Mckenzie Total: 4 $dice
    rapuma ha tirado dados de 25 caras para Vagabundo Total: 10 $dice
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    rapuma

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    Capítulo 1: ¡Bienvenidos, novatos!
    Mckenzie movió el bate con la clara intención de matar, pero el vagabundo lo venía midiendo en su posición y cuando el hombre atacó, simplemente se agachó y preparó su puño derecho, que chocó con intensidad en medio del rostro de Mckenzie. Cayó de espaldas a la tierra, el bate había caído en algún momento en su aterrizaje al suelo y cuando intentó levantarse sintió un pie fuerte apoyándose en la traquea; abrió los ojos con fuerza, con su nariz rota y su garganta obstruida no podía respirar. -Tuviste tu oportunidad y la perdiste. Gracias a dios que no mataste a este hombre; el club tiene algo que vale más que cualquier aspirante debilucho y eso es nuestra palabra. Si la damos es porque es irrefutable. ¿Comprendes? -Mckenzie intentó hablar pero solo un gorgoteo rojo salió de su boca. -Al llegar al club lavarás el baño hasta que me convenzas de por qué no matarte aquí y ahora. -lo soltó y Mckenzie se acarició el cuello, tosiendo. Jhonny le dio la espalda y con un gesto indicó a todos que los saquen de la jaula. Caminó hasta su moto, una Harley Davidson negra que brillaba con intensidad. Se subió, se colocó su casco y aceleró un poco la moto. -Los que no tienen un transporte, los muchachos consiguieron algo para que nos sigan. -unos hombres traían unas motos pequeñas a comparación de las Harley que la mayoría usaba. -Y que no se te encoja el corazón, asesina. Allí está la tuya. -dijo refiriéndose a Ryshia, señalando con el mentón la moto que le pertenecía. Volvió a acelerar su moto. -Ahora vamos a la parte que nos compete a todos. Lo más interesante de la iniciación. -sonrió con picardia y comenzó a moverse lentamente sobre su moto. El resto le siguió.


    El ruido conjunto de diferentes motores y caños de escape era hipnotizante; poderosos caballos de fuerza ronroneaban a la par y en todas las diferentes formas posibles. Salieron de aquél lugar, que cuando pudieron verlo con claridad, era un enorme descampado en medio de un pequeño bosque privado. Llegaron a la carretera y el ritmo aumentó; la marcha la lideraba Jhonny en el medio de la carretera, y el resto se abría como un abanico; detrás de él por su derecha se ubicaba el gigante de barba, y por su izquierda una mujer con los cabellos al viento y unas gafas negras; el resto se dividía sobre esas columnas, siguiendo una ordenada forma. El viaje duró pocos minutos, no tardó demasiado en ver a la pequeña ciudad de Charming esperándolos, con las montañas por detrás. Al entrar a la ciudad, la gente los observan, algunos atemorizados, otros como si fuera el pan de todos los días, acostumbrados al espectáculo ruidoso que los miembros de ese club generaba siempre que salían por las calles. Pero esta vez era diferente, cerrando la marcha iban unos nuevos rostros que nadie parecía recordar, pero lo más llamativo es que ninguno de ellos vestía ninguna chaqueta del club.
    Pasaron por la salida del colegio, donde las chicas con minifaldas saludaban y sacaban fotos; era el sueño de todas ellas ser novias de los tipos rudos de chaquetas negras y poder dar un paseo sobre sus motos. Los chicos también sonríen, pero intentan no saludar. No sería la primera vez que un adolescente se le quebraba la muñeca por ver a la chica equivocada. Pero alguien más estaba observando, y los miembros no lo ignoraban, pero no le daban importancia. Un jeep de policía del condado estaba estacionado cerca de una barbería y sobre él, el oficial en jefe los mira con curiosidad y cuando ve pasar a los nuevos aspirantes, llama por radio, esto no podría ser bueno para Charming.

    Finalmente llegan a destino, entran al taller mecánico y estacionan las motos en un costado; detrás del taller esta la casa club, donde se dirigen luego de dejar la moto bien aparcada. Ingresan por el taller, saludan a los buenos empleados que trabajan en el lugar e ingresan a la casa club, donde la música sonaba fuertemente.

    Denme un segundito para subir el mapa del lugar! que no se cargó todavía! Ahora lo subo y aclaro unas cuantas cosas! :3
     
    Última edición: 15 Abril 2015
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    rapuma

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    Espero que se entiendan, soy un as en el paint, pero por ahí algunos no entienden mis obras de arte... (?)
    Para que vean, esta imagen es del taller de afuera, así es como se ve; detrás del taller esta la casa-club. (Los puntos redondos son las motos xD)
    [​IMG]

    Y bueno, esta es la casa club. Los cuadrados de la derecha son las habitaciones, con baño cada una. Las puertas azules es que pueden entrar, las rojas es que no! Los rectángulos cercanos al pool son sillones largos! xD y hay mesas, sillas, pero es que no me entraba todo y si entraba no quedaba tan estético!
    [​IMG]



    Empujaron la puerta y la música atornilló los tímpanos; no se entendía casi nada vocalmente, solo eran guitarras y gritos. Un joven fue a recibirlos, llevaba una chaqueta negra pero sin nada escrito en ella por el frente, pero atrás decía "novato". -Pelotita, llegaron los nuevos. Enséñales el lugar y sirveles una cerveza. -Jhonny pasó por su lado y Pelotita sonrió, saludando a todos. El último en entrar antes de los novatos era un hombre mayor, de unos setenta años, y la curiosidad era que su chaqueta no era de cuero negro como la mayoría, sino de un jean gastado por el paso de los años. -No desagotaste mi baño. -Pelotita se encogió de hombros. -Lo haré luego de mostrarles a los nuevos el lugar, Piney. -el hombre hizo un gesto mientras caminaba. -Apúrate porque tengo que ir. -El novato se resignó. -Ese hombre caga como un oso pardo... -el chico les sonríe, no tendría más de 27 años. -¡Bienvenidos, novatos! Sientanse como en casa, o no tanto... si quiebras una ley, te quiebran unos dedos. -rió. Mientras tanto, ven como Jhonny, el gigante de barba, la mujer de gafas negras, Piney y tres miembros más cruzan una puerta que hay al fondo. El resto disfruta con la música, la cerveza fría y de las mujeres que salieron prácticamente de la nada para agasajar a los hombres.

    Ahora es para que se conozcan un poco, charlen, indaguen, entre ustedes o entre los pnjs... :3
    @Amelie @Bruno EVF @Miss Phantomhive @Shani @Lineve Kyoko
     
    Última edición: 15 Abril 2015
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    Aimée Beilschmidt

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    Laila
    Después de todo este espectáculo de la jaula, nos sacaron de esta y nos prestaron unas motos.
    Sonreí con emoción. Hace tiempo que no manejaba una, con lo bien que se sentía ir a toda velocidad por las calles, dejando que el bien conocido viento, me golpeara en la cara, amaba eso.
    Pronto comenzamos a andar en las calles mientras algunas personas nos miraban curiosas, sabían que no eramos de aquí.
    Anduvimos en ellas y pasamos por una escuela, observe como varias tipas coqueteaban con ahora, mi familia, pero me encogí de hombros mientras prestaba atención al camino.
    Fruncí un poco el ceño al ver un jeep de Policía, no les tenía rencor...pero preferiría que no se metieran en donde no les importaba.
    Llegamos al lugar que al parecer, sería mi hogar de ahora en adelante, escuche y observe con atención todo el lugar, lo que hacían y los ruidos del lugar. Sonreí abiertamente, esto era genial.
    - Así que esto es, eh, simplemente genial - mire de reojo al joven que nos había recibido, se veia algo joven, pero era un asco para adivinar la edad, así que me resigne a pensar que era joven, pero tenía mucha curiosidad acerca de su "apodo", simplemente "Pelotita" era muy peculiar. - ¿Tienes mucho tiempo en esta hermandad?
     
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    rapuma

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    Pelotita

    Te invitó a uno de los asientos de la barra y rápidamente fue hacia detrás de la misma, para sacar y destapar varias botellas de cerveza. Sirvió un vaso largo y te lo entregó mientras se servía uno para él mismo, siempre sonriendo; estaba feliz que haya nuevos aspirantes. -Solo tengo un mes dentro. Entré cuando Billy aún estaba por aquí, por lo que no sé si no podrán decidir si aceptarme hasta que él regrese o me tienen aquí para hacerles de mozo. -rió, apoyándose en la barra; era un joven de facciones suaves, con una linda sonrisa y cabello corto, casi pelirojo. Detrás de la barra, por encima de las botellas de licor, había miles de fotografías encuadradas de cada uno de ellos sosteniendo su número de serie de cuando uno cae preso. Todas enmarcadas, como si fueran trofeos de guerra. El primer retrato lo encabezaba Billy Grey, a su lado estaba el de Jhonatan, luego varios rostros, el de Pelotita incluido. -¿Cómo salió lo de la jaula?
     
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    Ryshia

    Volver a ver su moto la tranquilizó; olvidando aquel "incidente" con el vagabundo; se sentó y sus hombros se relajaron al tomar los manubrios; siguió al grupo de motocicletas en el camino esbozando una gran sonrisa; por fin estaba siendo parte de un conjunto de motores resonando en las misma dirección. No le importó sus alrededores, no prestó atención en ninguna mirada; sólo veía hacia adelante dejando que el viento golpeara su rostro.
    Los motores se apagaron haciendo que Ryshia suspirara; disfrutaba de los paseos en moto y odiaba el momento donde el cavalete hacía contacto con el piso para que su moto permaneciera de pie; retiraba la llave y se levantaba de la moto; no se fue sin antes revisar que sus niveles estuvieran bien.
    Siguió al resto hasta entrar al lugar donde provenían aquellos sonidos, música y voces asonantes y dispersas; miró todo rápidamente sin saber que esperar. Comenzó a pensar en aquel mote impuesto por Jhonny "Asesina", probablemente este nombre le traería problemas en un futuro; giró su vista a Mckenzie; con sangre seca y con la desviación que indicaba la nueva forma que tendría su nariz, se acercó a él —Viajar en moto con la nariz destruida es un logro; hasta el aire es un impedimento porque golpea el área afectada—miró hacia la barra— No estaría mal que buscaras hielos, no querrás que mañana un par de ojos morados te recuerden tu nueva fractura; y viendo el sistema de sobrenombres no me sorprendería que te pusieran "Mapache"— dijo sin afán de burla
     
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    Amane

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    Caterina

    Reprimir la carcajada que se me escapó de los labio hubiera sido imposible en aquellos momentos.

    — ¿Máquina? Puede ser interesante — me puse de pie, ahogando un sonido de queja y tras conseguir ponerme recta, me acomodé los guantes.

    Nos llevaron a la salida de la jaula para llegar finalmente a un lugar donde trajeron motos para que nos montáramos.

    Resoplé, resignada. Solo había montado en una de esas cosas una vez, hace mucho tiempo y no creía conseguir controlarla del todo bien.

    Aún así me monté, pues tenía la sensación de que nadie se iba apiadar de mi... y tampoco era eso lo que quería.

    ****

    Cuando alcanzamos el destino, me bajé con cuidado del vehículo, intentando no mostrar lo mareada que me encontraba. Durante todo el camino estuve atenta de la carretera y nada más, por lo que creí que lo hice bastante bien al no distraerme.

    Entramos a una especie de club en la que había música demasiado fuerte, gente demasiado ruidosa y mujeres demasiado regaladas que aparecieron de la nada.

    Me dirigí a la barra, dispuesta a pedir algo que beber, aunque lo que realmente necesitaba era un buen baño y una cama.
     
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    Bruno TDF

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    Henry

    Y finalmente, nuestra lucha dentro de la jaula llegó a su fin con casi todos los de mi grupo de pie. Sangrando, heridos, pero erguidos con dignidad ante los cuerpos de nuestros oponentes, mientras la multitud nos vitoreaba y nos aprobaba como los nuevos miembros de The Lost. Cerré los ojos y me dejé llevar por el ruido… Ah, tanto tiempo sin sentir esta sensación que sucedía a una buena pelea… Se sentía bien.

    Habíamos superado nuestra prueba. Todos, menos aquel sujeto al que el Judío nombraba por el apellido “McKenzie”; quien, como si no tuviera suficiente con la humillación anteriormente recibida, intentó zanjar su duelo de la peor manera… Sólo para acabar otra vez en el suelo. El Judío realmente se vio intimidante cuando los sermoneó mientras le ahogaba con la fuerza de su pie. Ver eso me hizo tener en claro que no debía disgustar al que, de ahora en adelante, sería mi nuevo líder.

    Tras esto, nos sacaron por fin de la jaula, sobre cuya superficie quedaron marcadas, con sangre, las suelas de nuestros zapatos.

    Los que no tienen un transporte, los muchachos consiguieron algo para que nos sigan —dijo entonces Jhonny al tiempo que montaba una fantástica motocicleta.

    Fue entonces cuando unos hombres nos entregaron unas motos más pequeñas, a excepción de la mujer a la que habían bautizado como “Asesina”. No eran la gran cosa en comparación con las Harley Davidson que usaban los demás, pero se veía que funcionaban a la perfección. Con una agradable intensidad. Así lo comprobé cuando encendí la mía, mientras me colocaba un casco que una mano acercó a mí.

    Y sin más, encendimos nuestros motores. Como conformando una salvaje criatura de gran tamaño, dominamos la carretera… Hacia la pequeña Charming.

    Aquí, en este preciso momento, comenzaba mi nueva vida.


    ***


    Rostros atemorizados, expresiones resignadas, indiferentes, inclusive me divisé rostros femeninos marcados por el deseo. Mas, todos esos sentimientos estuvieron dedicados a los antiguos miembros de The Lost. Para el caso de los nuevos, recibíamos miradas curiosas y extrañadas. Lo esperable, dado que era la primera vez que nos hacíamos ver en el lugar.

    Pero un sentimiento de rabia me invadió cuando pasamos cerca del jeep de la policía… Maldita policía, me lo quitó todo. Que no se les ocurriera intentar ponerme un dedo encima, o despertarían al monstruo que habitaba en mi interior, y que se dedicó a dormir desde que caí en coma.


    ***


    Finalmente, llegamos a la sede de The Lost, una casa club que quedaba detrás de un taller mecánico, donde estacionamos nuestras motocicletas. Me quité el casco y revolví mis cabellos, pues me había dado calor, y la verdad es que apestaba los suyo. Seguimos a Jhonny hasta la entrada del club.

    Apenas abrió la puerta, una potente música taladró mis oídos. En circunstancias normales me habría agradado más, pero tras lo que acababa de pasar, necesitaba un poco más de silencio. Pero bueno: ya que estábamos, debía aprovechar la diversión que el sitio nos ofrecía.

    Mientras ocupaba sitio en la barra, reparé en que el Judío y los demás desaparecían tras una puerta que se encontraba en el fondo del lugar… ¿Un sitio de reunión para los peces gordos de The Lost, tal vez? Como sea, no debía meterme.

    Cantinero—llamé, sacando un cigarrillo de uno de los bolsillos de mi chaqueta—. Deme una jarra de su mejor cerveza.
     
    Última edición: 16 Abril 2015
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    rapuma

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    Mckenzie observó a Ryshia con desdén mientras se sentaba en un taburete alejado de ella, con la nariz hinchada y los pómulos morados. -¿Qué sabe una maldita mujer? -espetó con indignación. -Mapache me parece perfecto. -una mano amigable tocó el hombro de Ryshia; y un acento extraño acompañaba el tacto; el irlandés del grupo, Chibs, sonreía con sus anteojos para el sol sobre su cabeza; la chaqueta negra lo cubre, al igual que unos jeans negros con unos borsegos marrones sobre sus pies. Lleva solo una pequeña pero abundante barba en su perilla; una sonrisa alcohólica y una pequeña cadena metálica saliendo por su cinturón y entrando por uno de los bolsillos de su pantalón. Se acercó al herido Mckenzie y observó el daño desde cerca; Pelotita ya estaba preparando un vaso con hielo que estiró por la barra; el irlandés se quedó mirando en silencio, tomó un hielo y se lo metió en la boca antes de decir. -Tenemos que romper el hielo para conocernos mejor, ¿no te parece? -Mckenzie no sabía si asentir o no hacer nada, por lo que optó en quedarse en total silencio mientras Chibs sacaba el hielo de su boca y lo dejaba caer al piso; el hielo se partió en varias partes y cuando Mckenzie bajó la vista, bastó un solo movimiento para que los dedos de Chibs capturen la nariz y la acomode en un segundo. Mckenzie gritó del dolor mientras se sujetaba la nariz; Chibs solo rió. -Deja de llorar o te quedará Debilucho en vez de Mapache. -le acercó el vaso con hielo y se fue de la barra presentándose y saludando a todos los novatos. Pelotita vio toda la escena negando con una sonrisa, le acercó una cerveza a Caterina y otra a Henry mientras reía. -No hay cantineros, novatos. Nosotros lo somos para ellos; pero por ser su primer día, esto va por mi cuenta. -y les guiñó un ojo.
     
    Última edición: 17 Abril 2015
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    Aimée Beilschmidt

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    Sonreí al ver como, después de haberme invitado a sentarme, comenzaba a servir cervezas, pronto sentí la boca cada vez más seca, esperando ansiosa, agarre agradeciendo el vaso.
    - Todo bien, sin problemas...a excepción de uno de nosotros, el que viene más golpeado - dije mientras descuidadamente hacia círculos en el vaso. Después de decir eso, agarre el vaso y lo acerque a mi boca. Para después detenerlo, dejándolo cerca de mi boca. - Esto ya no me hará desmayar, ¿Cierto? - bromee un poco.
     
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  11.  
    rapuma

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    Pelotita

    No pudo evitar sonrojarse; él mismo había preparado la dosis exacta para causar somnolencia. Se rascó la nuca. -¡No! Estos ya están limpios... no tienes de que preocuparte.
     
  12.  
    Amane

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    Caterina

    Desperté de mi trance cuando escuché que me habían dirigido la palabra tras servirme una cerveza.

    No pude evitar formar una mueca: "Novatos" Odiaba esa palabra, era tan... degradante.

    Suspiré resignada, quizás el cansancio estaba afectando mi humor, por lo que decidí beber la cerveza sin mayor complicación.

    "Después tendré que preguntar donde dormir... esta música me mata" pensé llevándome una mano a la cabeza.
     
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  13.  
    Aimée Beilschmidt

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    No pude evitar soltar una risa.
    - Tranquilo, solo estoy jugando - le aclare, pegue la cerveza a mis labios y le di unos tragos - Ahhh, esta muy buena - dije sonriendo de placer ante el conocido sabor - Así que un mes, eh, bueno, se feliz, ahora hay nuevos, así que ya eres veterano a nuestros ojos
     
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  14.  
    Amelie

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    Ryshia

    Sonrió ante las palabras de Mckenzie, no podía entender de donde venía la actitud envalentonada de aquella humillante derrota que tuvo, sintió la mano en su hombro haciendo que su cólera y palabras se detuvieran. Fue entonces cuando recordó que debía retocar su labial, lo hizo discrétamente mientras se sentaba.
     
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  15.  
    rapuma

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    Pelotita negó, sin sonreír esta vez. -Debo quedar a ojos de ellos como un ex novato... pero lo cierto es que ya no sé que hacer para que me aprueben. -y cuando estaba por tomar la cerveza de su vaso, la puerta del fondo se abrió; se escucharon algunas maldiciones y finalmente un griterío. El primero en salir, pisando fuerte y gritando fue Brian Jeremy, mano derecha de Billy Grey, el presidente de la banda que se encontraba en prisión; tranquilamente le seguía Jhonny, llevando a un hombre en sillas de ruedas que se mostraba divertido ante la actitud de Brian. El hombre alto y de barba se posicionó de brazos cruzados a un lado de el Judío, su cara estaba mansa, pero seguía con los ojos a Brian y sus gestos; detrás de éste se ubicaba la mujer de anteojos de sol negros, que por primera vez, se los apartó con delicadeza, recargando su peso en la espalda del de barba. -¡No tienes derecho, Jonathan! ¡No lo tienes! No puedes aceptar nuevos reclutas sin autorización del presidente del club. -gritaba colérico Brian, señalando en todo momento el pecho de Jhonny; el Judío se mostraba tranquilo, dejó en un costado al hombre en sillas de ruedas y luego se acercó a Brian. -Como vicepresidente del club tengo total derecho y autoridad de tomar las decisiones más cuerdas para todos. Si no lo entiendes creo que tenemos un problema de comunicación. -y le dio un golpecito con su dedo en la frente; Brian gruñó, se acomodó las gafas sobre sus lentes y dio un paso al frente. -¿Y qué hay sobre las armas de esta noche? ¿Piensas mandar a los malditos novatos? ¿Eres estúpido acaso? -la música se silenció abruptamente; hubo alguna tos perdida en los rincones; las cabezas se giraron lentamente hacia la discusión, Brian observó de reojos a todos, nadie parecía apoyarle. El gigante de barba encuadró a Jhonny y por primera vez se descruzó de brazos. -Repite eso y te arrancaré la lengua con una pinza. ¿Cómo mierda te diriges así al vicepresidente del club? -habló con un acento ruso marcado y vulgar; Brian trastabilla al enfrentar la mirada. Jhonny alarga el brazo para que Iroquis no lo destroce. -Creo que Brian necesita tomar un poco de aire fresco, ¿no es así, Brian? -el aludido apretó fuerte los dientes. -Y ya que vas a dar una vuelta para que tu cabeza no explote, puedes decirle a nuestros amigos irlandeses que esperamos su cargamento hoy. -sacó de un bolsillo de su chaqueta un sobre que lanzó a Brian. -Cinco mil ahora, el resto cuando tengamos todas. Ve. -Brian se fue maldiciendo por lo bajo, mientras que el hombre de sillas de ruedas avanzaba lentamente hacia la barra para pedir un trago; la música poco a poco volvió pero en menor medida. -Novatos, tenemos un encargo esta noche. Irán para ver como son las cosas, ¿de acuerdo? No hablarán a menos que yo les indique; solo van a respirar y observar. Pelotita será su guía: felicidades Eddie, vas a ser padre hoy. -Pelotita asintió sonriendo. -Iroquis será el líder de esta operación; Chibs, Bobby y Ajax, nadie más. -luego de sus palabras, Jhonny se acercó a un hombre negro con una bandana americana sobre su cabeza y le susurró unas palabras, el hombre asintió y se fue por la puerta por donde Brian había salido. Jhonny por su parte volvió a entrar por la puerta del fondo, junto a la mujer de lentes negros.
    El hombre de sillas avanzó tirando de sus ruedas hasta los nuevos reclutas, siempre le daba curiosidad las nuevas personalidades que intentaban ingresar al club. -Me dijeron que tuvieron un desempeño increíble en la jaula. Claro, menos por él... -Mckenzie desvió la mirada, concentrándose en su vaso de cerveza. -Menudo espectáculo acaban de ver, y den gracias a Dios que no han estado ebrios... alguien podría haber muerto.
     
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    Amelie

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    Ryshia

    Al escuchar la nueva misión se estremeció; la pelea con un bate había sido difícil, no quería imaginar los riesgos futuros así que se concentró en las palabras del hombre que se acercó a ellos.
    Es bueno saber que se debe alejar cuando alguno de ellos esté ebrio...— dijo hacia el hombre de silla de ruedas; el hombre parecía amable; pero no quería probar su suerte y preguntar a primeras impresiones el por qué estaba en silla de ruedas; algo que quería saber, probablemente fue en su primera misión para the lost. Miró hacia todos los presentes —No nos hemos presentado, soy Ryshia Chapman—
     
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  17.  
    Bruno TDF

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    Henry

    Cuando Pelotita me comentó, cerveza mediante, que tanto él como los demás íbamos a ser los cantineros a ojos de los veteranos de The Lost, no me sentí disgustado o degradado. Al contrario, volver a contar con el título de “novato” me sacó una ligera sonrisa: habían pasado ya muchos años desde la vez que perdí tal status en mi viejo club, y pesar de la música estridente que me rodeaba, del cansancio que agarrotaba mis músculos, muchos recuerdos de mi más tierna juventud se manifestaron con fuerza. Sin embargo, preferí distraerme con el fuerte sabor de la cerveza (estaba bastante buena), pues debo reconocer que todavía no había superado del todo mis pérdidas. Mantenía la esperanza de que The Lost ayudara a recuperar parte de mi fortaleza perdida.

    Desde entonces mantuve silencio. El cigarrillo ya se hallaba encendido en mis labios, su humo delicado me rodeaba cual serpiente. La barra también estaba siendo ocupada por Máquina y Asesina, además del enclenque de McKenzie. Si no mantuve conversación con ellos hasta ahora, fue porque ya los veía enfrascados en las suyas propias. Seguí a lo mío, fumando y bebiendo serenamente, hasta que se produjo un fuerte altercado a nuestras espaldas.

    Al mirar por sobre mi hombro, alcancé a distinguir al Judío y sus acompañantes. Muy cerca de ellos estaba un hombre que, por las palabras que intercambiaron, era la mano derecha de Billy Grey, el presidente de la banda. Se lo veía enojado por nuestra reciente entrada a la banda y la cosa se tornó más interesante cuando mencionó algo relacionado con unas armas, a lo que siguió un incómodo silencio que, a mí, me pareció divertido. Me divertía ver cómo nadie apoyaba al recién llegado; obviamente, yo también le dirigí una mirada tranquila, pero no amable, precisamente. Agradecí para mis adentros que se retirase del club, pues no tenía ganas de pasar por otra pelea en lo que quedaba del día: ya había tenido suficiente con esa jaula.

    Y en eso, se acercó a la barra un sujeto que iba en silla de ruedas.

    Me dijeron que tuvieron un desempeño increíble en la jaula. Claro, menos por él...” dijo, a lo que McKenzie desvió la mirada, ofendido “Menudo espectáculo acaban de ver, y den gracias a Dios que no han estado ebrios... alguien podría haber muerto.”

    Acto seguido, la chica Ryshia, con una mirada, nos invitó a presentarnos con el desconocido de la silla de ruedas. Di una pitada a mi cigarrillo, lancé el humo al cielorrasos y, entonces, me dirigí al susodicho.

    Yo soy Henry Caprani —saludé con una sonrisa relajada—. Y gracias por su advertencia, procuraré apartarme todo lo que pueda cuando estén borrachos —reí un poco, tras lo cual pregunté con serenidad:— ¿Quién es usted? Creo que hasta ahora no le he visto.
     
    Última edición: 20 Abril 2015
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    Amane

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    Caterina

    Me encontraba tranquilamente disfrutando de la cerveza, sumida en mis pensamiento, cuando empezaron a escucharse unos gritos de pelea.

    Miré de reojo, sin mostrar interés y sin apartar los labios del vaso, aquella disputa, llegando a captar solo palabras sueltas.

    Después un hombre en sillas de ruedas se acercó y un par de personas se empezaron a presentar tras unas aclaraciones que nos hizo.

    — Caterina Hamilton — dije tras dejar la copa, ya vacía en la barra y girarme para ver al hombre y los demás.
     
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    rapuma

    rapuma Maestre

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    -Angus Martin; y déjenme decirles algo, novatos... tienen tiempo de sobra para conocerse, su pasado, sus fortalezas. The Lost es una hermandad, y sé que muchos deben tener personalidades explosivas, hasta distantes... pero si están aquí juntos, algo los une, quieran o no. -miró a Mckenzie. -Es solo un consejo; tómenlo o déjenlo. Y les diría que llamen la atención de ese sujeto. -señaló a Ranger que no había abierto la boca. -Los solitarios generalmente salen por la puerta de atrás -les guiñó un ojo y se alejó lentamente hasta una mesa donde unos miembros lo saludaban con gritos.

    @Shani te invoco! o moriras! :(
     
    Última edición: 20 Abril 2015
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    Shani

    Shani Maestre Comentarista empedernido Usuario VIP

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    Luego de salir de esa infernal jaula Ranger respiró aliviado. Ahora se dirigían a la sede del club y se preguntó que debía esperar de ese lugar.

    Al pasar por el pequeño poblado, no prestó demasiada atención a las miradas que les dirigían, pero sí le dio una mirada al pueblo. Él siempre analizaba el entorno, antiguamente eso formaba parte de su trabajo, ser consiente del lugar donde debía desempeñar las misiones que se le asignaban. Pero no pudo mirar mucho ya que la banda se dirigía rápidamente hacia el club y no podía detenerse si quería seguirles el ritmo.

    Al entrar a la sede del club vio todo lo que había imaginado que habría: música fuerte, gente enfundada en cuero, mujeres, alcohol. Ranger estaba cansado, así que luego de ser presentado a otro novato apodado Polilla, se dirigió a la barra y le pidió una cerveza.

    La paliza que le había dado el vagabundo se hacía notar. Sus músculos estaban resentidos y no le extrañaría ver unos cuantos moretones ahí donde el bate lo había golpeado. Y no solo él estaba cansado, los demás novatos también parecían estarlo.

    Seguía bebiendo, de espalda a todo el jaleo que se había armado, y con la mirada perdida en la fila de botellas que adornaban la pared frente a él cuando un anciano en silla de ruedas se acercó a la barra. Ranger no tenía muchas ganas de hablar, pero al ver que la muchacha a la que habían apodado Asesina se presentaba e instaba a los demás novatos a hacer lo mismo, no le quedó otra, así que girando levemente su cuerpo y haciendo una seña con el jarro dijo:

    —Ranger Dwayne.
     
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