Tate Nolan No me sorprendió notar como Nathan me abrazaba justo después de haberme acomodado al lado de él, de hecho lo esperaba de cierta forma y tampoco me quejé cuando me acercó más — Pues espero que siga así... no me gustaría que te fueras — dije tratando de sonar lo más tranquila posible a pesar de tenerlo tan cerca, y la única vez que habíamos estado así de cerca había sido bastante involuntario. Había sido la vez en que nos habían hecho dormir en la misma habitación porque ya no había mas opciones y habíamos amanecido sin ninguna distancia.
Ryshia No reaccionó demasiado al principio, las palabras de Blumer no la hacían pensar demasiado en la situación; pero al cuestionarla la alertó "¿Cómo puede entender...?" Aquellas palabras comenzaban a tomar forma en su mente; sintió la traición de Brian. Levantó la vista al escuchar la analogía, lo decía un enemigo; alguien que veía a The lost con ojos críticos; ella es aún una novata en el club no conocía el pasado de la mayoría, por lo que ahora debía cuestionarse mas sus propias acciones. Siguió recargada en el respaldo —Así es, los hermanos no son así...
Henry El anciano y yo permanecimos envueltos en silencio. Permanecí de pie en medio de la habitación, con la foto de su juventud aún entre mis dedos, sintiendo una mezcla de rabia e impotencia por dentro. Ya no se podía hacer nada por cambiar las cosas que acababa de contarme, esos tristes episodios que llevaron a The Lost a estar como estaba ahora mismo: en el corazón de un sin sentido. Porque… ¿Para qué peleábamos? ¿Quién era yo ahora, bajo el mandato del cobarde de Grey? Lanzarme a los golpes contra el mundo sin saber el motivo por lo que hacía, era una de las sensaciones más horribles que podía experimentar un hombre… En cierto modo, se sentí como el año que viví tras despertar del coma. Exactamente igual. Un camino sin forma ni meta… Y yo no quería volver a esos días tristes. Quería ayudar a Piney a redimir sus errores. Por él y por el club, pero también por mí. No estaba dispuesto a perder el significado que este lugar tenía para mí. Volví a mirar a los hombres de la foto, clavando mis ojos especialmente en el padre del Judío. Sin haberlo conocido, y sólo viendo un segundo de su pasado, me dio la sensación de que había sido un hombre de verdad, a diferencia de Billy. Un gran presidente… Ojalá hubiera podido conocerlo; ya que era el padre de una de las personas a la que más respetaba. Apreté los labios… ¿Por qué tuvo que salir en su moto, aun sabiendo que la habían saboteado? ¿La respuesta estaría entre los papeles del sobre naranja? Encendí un cigarrillo antes de hablar, porque necesitaba estar lo más sereno posible —Abuelo —dije mientras seguía mirando la fotografía, esperando que Piney me prestara atención—. Dijiste que tenías como prueba la moto de Klebitz, pero que esta desapareció… —me giré y lo miré, con ojos severos— ¿Dónde fue vista por última vez?
Contenido oculto @EN Auditore te etiqueto a vos porque sé que ya estás disponible :P así que a responderle a la señorita! xD Blumer —Claro. Este es un lugar que alberga hermanos felices y que saltan de la mano, ¿no? —y comenzó a reír, sintiendo el dolor en la quijada; se tocó los puntos con la lengua del lado de adentro de su boca, aquellos puntos que gentilmente el irlandés del club se los había colocado. —¿No piensas en cómo te encontré, verdad? Como te encontramos con Wolga. Verás, tal parece que tu pensamiento de hermanos unidos está muy equivocado. ¿Aún sigues sin saber de dónde vino el chivatazo? ¿Quién crees que no quiere al Judío en la cabeza de los Lost? Eso es... acertaste. —sonrió triunfante, como si sus palabras tocaran puntos sensibles en la mujer. —O quizá solo estoy diciendote esto para hacerte dudar, ya sabes que dicen que si un imperio se destruye por sus enemigos puede volverse a reconstruir... pero uno que se destruye internamente, se quiebra... y nunca más queda igual. —se tomó un tiempo suficiente para que sus palabras calaran hondo en Ryshia. —O quizá realmente sea verdad y tienes unos traidores aquí a tu lado... o no... ¿o sí? Piney Pensó unos momentos para recobrar su memoria; y si esta no le fallaba solo había un lugar posible en donde podría encontrar aquella motocicleta perdida. —Quizá... tal vez se encuentre en el deshuesadero de motocicletas. Jhonny la buscó en su tiempo, pero jamás la encontró. Él lo intentó, quizá si le pides ayuda pueda acompañarte. Estoy seguro que aún está allí, pero escondida. Tal vez tengas que volver a usar tus puños para saber la verdad en ese lugar, muchacho. —Piney se levantó y caminó hasta el escritorio a un costado de su cama. Encendió una radio vieja y sintonizó una música de su época; sonrió. —¿Escuchas la letra? Dice que él seguirá estando borracho y loco; que la parte que se quebró en su interior jamás volverá a estar junta nuevamente. —le apoyó una mano en el hombro. Era la copia idéntica de Jonathan Klebitz. —Tengo fe en que nos puedas ayudar a remediar este gran lío en el que estamos metidos. Ranger Luego de que Caterina lo ignorara monumentalmente, decidió beber la cerveza acompañado de la pequeña Melani. La verdad es que su historia le captaba demasiado la atención como para dejarla pasar por alto. Caminó hacia ella y en el camino arrastró una silla para poder sentarse y estar a su altura. En su otra mano sostenía una lata de gaseosa. —Pensé que no estás en la edad para beber... y te traje una Coca-Cola. —se la tendió con una sonrisa. Contenido oculto @Ichiinou Chibs El irlandés se limpiaba las manos ensangrentadas con un trapo que estaba mucho más sucio que el suelo del club. Apoyó el codo en la barra y miró a Caterina. —¿Quieres que te mire las heridas, cariño? No pareces tener muchas, pero pueden infectarse. Y créeme, duele una vez que eso ocurre. Contenido oculto @Amane
Nathan Morgan "Pues espero que siga así... no me gustaría que te fueras..." Y mi sonrisa se ensanchó un poco más. Finalmente, allí abrazados, sintiendo como el tiempo simplemente se detenía, nuestros corazones a punto de estallar, pero a la vez... Vernos tan serenos, intentando parecer tranquilos, olvidando por segundos toda la mierda que estaba sucediendo. El mundo parecía derrumbarse cada vez que creíamos que estabamos en el paraíso, pero éste momento, estos minutos... Eran diferentes. Nuestra distancia se había acortado, su respiración era diferente. La mía siempre había sido errática, pero la de ella, era diferente. Cerré mis ojos, juntando levemente nuestras frente, mientras apretaba con suavidad nuestros dedos entrelazados, sintiendo por primera vez lo que era vivir.—Sigamos así, por siempre...—dije en un leve suspiro y luego de haber estado en duda, sintiendo como mi cerebro luchaba entre ser racional o emocional... entre si debía o no; simplemente, la besé... cómo nunca lo había hecho, con el corazón en la mano.
Tate Nolan Nuevamente la distancia se había acortado y no podía evitar sentirme nerviosa solo por pensar el hecho de que todos los momentos "de paz" que teníamos terminaban tornándose algo grave donde los dos poníamos nuestra en vida en riesgo, lo que me hacía pensar que en cualquier momento algo pasaría y volveríamos a iniciar el bucle. "Sigamos así, por siempre..." Asentí débilmente ante su comentario y antes de lo esperado sentí como terminaba de romper toda distancia que quedaba entre nosotros, y a pesar de que era algo que sabía que pasaría, seguía sin saber como reaccionar del todo [aunque podía decirse que estaba correspondiendo su "iniciativa" aun así]... la situación en sí me parecía bastante irreal y de cierta forma incómoda, no por Nathan o algo así, si no por la gente a nuestro alrededor... extraños de cierta forma, que a pesar de que probablemente nos estuvieran ignorando olímpicamente no sentía que fuera la situación correcta para que esto se nos fuera de las manos. Así que.. pasado un tiempo que no supe definir me fui separando lentamente de Nathan rompiendo el beso que él había iniciado — Por ahora aún no es el momento indicado para continuar eso — me permití reír levemente antes de acomodarme un poco en el asiento, tratando de evitar alguna mueca por el dolor de mis heridas, y terminando ligeramente recargada en su hombro —, pero espero que se mantenga por siempre todo esto, tiende a sacar cosas inesperadas como no se... tú sonriendo y cosas así, me gusta.
Henry Por suerte, la buena memoria de Piney había sobrevivido a los años que pesaban sobre su espalda. Luego de revolver un poco entre sus recuerdos, mencionó un deshuesadero de motocicletas… Nunca había estado en un lugar así pero, guiándome por el nombre, supuse que se trataba de algún tipo de sitio donde desarmaban motocicletas para vender sus piezas por separados, o construir potentes máquinas con la mejor parte de ellas. De sólo pensar que tendría que buscar la motocicleta del padre del Judío en un lugar así, me entraba un mareo parecido al que me venía cuando bebía de más. Nunca me gustaron las búsquedas de tesoros. Pero esta en especial, quería hacerla. Debía hacerla. Por The Lost. Tras sugerir que podría valerme de la ayuda del Judío y de mis puños para dar con la moto, el Abuelo sintonizó la radio. Y oí la letra. Interpreté lo mismo que él incluso antes de que lo dijera… Me mordí el labio inferior: debía hacerse justicia. —He salido vivo de muchas malas —dije y encendí un cigarrillo—. No veo por qué esta debería ser la excepción. Dejaré toda la basura en su lugar. Asentí, mirando la radio y escuchándola. No lo conocí, nunca lo iba a ver y, aún así, quería hacer algo por ese loco borracho. Volví a mirar a Piney, completamente serio. —No hay tiempo que perder. Iré a ver al Judío. Cuídate —en donde antes me encontraba parado, quedó sólo mi rastro de humo en la habitación. Al llegar al salón principal de la sede del Club, traté de ubicar a Jhonny con la mirada.
Caterina Mientras seguía bebiendo el whisky, noté que el hombre decía algo del chico atrapado y desahogarse. Pf, no necesitaba golpear a una persona atrapada para sentirme mejor. Era bruta pero seguía siendo una persona. Así, estando sumida en mis pensamientos, me di cuenta que el hombre se alejó pensando que tal vez lo ignoraba. Estaba bien, quería disfrutar de la soledad. Pero no, Chibs apareció a los pocos segundos, preguntando por mi salud. Por lo menos a él lo conocía algo más. —Estaría bien — admití tras un rato de disputa interna — Muchas gracias — murmuré después de acercarme, dejando que mirase las heridas que me había hecho en la última batalla.
Cowboy se acercó a los dos tortolitos que se acariciaban en los sofá; le pareció una escena casi olvidada. No recordaba los últimos momentos de paz que habían reinado en el club como para que todos pudieran relajarse, y aunque él había llegado no hace tanto tiempo, había vivido en el club durante los últimos diez años. Carraspeó la garganta antes de acercarse a ellos. —Medité mucho no interrumpirlos, como habrán notado ya no hay tantos tiempos de tranquilidad para poder... darse cariño. —sonrió y se sacó el sombrero de vaquero de la cabeza. —Creo que no nos hemos presentado. Soy Howard King, pero pueden decirme Cowboy. ¿Qué porqué? Bueno, creo que al verme se dan una idea de ello. —y era cierto: King vestía como si hubiera salido de una película de Clint Eastwood: Sombrero, botas, pantalones y una camisa por debajo de la chaqueta negra del club de los años en que todavía se andaba a caballo. Bobby Munson te hace una seña para que te acerques a una de las mesas: allí estaba charlando animadamente con Iroquis Pliskin y Jonathan Klebitz mostraba una expresión ceñuda. —Campeón, ¿dándole una paliza al Nórdico? —interrogó Munson mientras le ofrecía asiento junto a ellos. Iroquis gruñó. —Deberíamos matarlo. Tenerlo aquí en el club no me calma. —Jonathan intentó calmarlo. —Tenemos que tenerlo custodiado, Iroquis. Dijo algo de un traidor, ¿no es cierto? Y no creo que sea el único en tener sospechas de ya saben quién. —Iroquis meneó su enorme cabeza. —Ver al Nórdico me recuerda los rostros de Pelotita, Hopper y Mckenzie. —Jonathan afirmó con pesadez. —Será hasta que obtengamos lo que queremos de él. Luego el karma le hará pagar... con dolor. —giró la cabeza hacia Henry, veía en sus ojos una chispa que lo dejó intranquilo. Chibs tomó el brazo con marcados moretones y hematomas: no había más que aplicar pequeñas bolsas con hielo en las zonas afectadas. También encontró un corte en la ceja y otro en la mejilla. Los limpió y colocó unas pequeñas vendas que se caerían solas una vez las heridas estén completamente cerradas. Mientras trabajaba, no pudo evitar decir. —Sé que eras muy íntima con Eddie. Yo también lo era. —hizo silencio. —El chico me cayó bien desde el primer día que lo vi, y luego lo tomé como un hermano menor. Su ausencia también me afecta horrores. Pero no es la primera vez que perdí a amigos, a hermanos, a familia aquí. —carraspeó, la verdad era un tema sensible para él. —Lo que quiero decir: si quieres hablar, aquí estoy. Recuerda que somos tu familia y mantener el nudo en tu pecho no hará más que incrementar el dolor y el odio. Tienes que dejarlo ir.
Tate Nolan Cualquier cosa o queja que pudo haber dicho Nathan simplemente no llegó a salir, antes de lo esperado uno de los chicos de Lost se acercó a nosotros algo... ¿incómodo?, aunque lo entendía... yo también estaría así si viera de lejos lo que acababa de pasar con Nathan, pero así sabía que había hecho lo "correcto" en frenar todo, a fin de cuentas no era el mejor momento para los que estaban aquí en el club. — Creo que hemos prendido a la mala manera de que las cosas no tendrán mucha paz... — iba a intentar extender una de mis manos hacia él para saludarlo pero a juzgar que probablemente parecían estar pintadas con rojo no lo consideré una muy buena idea, así que me limité a tratar de sonreirle y parecer agradable al menos — Soy Tate, un placer Cowboy~... y este de aquí es Nathan, y supongo que... ahora somos los más nuevos de aqui... ¿no?
Caterina —Apenas llevábamos unos días de conocernos y ya me caía bien... —murmuré una vez el hombre dejó de hablar, dejándome caer sobre una silla —Lo pero es que estaba ahí, estaba al lado y podía haberlo evitado, ¿sabes? Podía haberlo ayudado y él seguiría aquí entre nosotros... con sus bromas y tonterías —seguí hablando, notando como mis ojos se anegaban en lágrimas sin poder evitarlo. Moví al cabeza y me las limpié. No iba a llorar nunca más, me lo prometí a mi misma. >>No es la primera vez que esto pasa. Mis padres me abandonaron, personas con las que me encariñé cuando era pequeña murieron por peleas callejeras... me prometí que no volvería a pasar, iba a dejar de acercarme a las personas porque después... acababan abandonándome —conté mientras tomaba sorbos del whisky, hasta finalmente acabarlo —Es la vida, supongo.
Ryshia Se levantó tranquila mirando a la puerta —Mi lealtad está con mi líder...— apartó la silla de Blúmer, alguien que actuaba a beneficio de su clan, el daño que ha hecho en The Lost era irreparable; pero al menos lo hizo creyendo que su guerra es la justa, que su líder es el indicado. Pero los que realmente merecían el infierno eran aquellos que habían entregado a su propia familia, y era tiempo de que pagaran o al menos morir defendiendo lo que ella creía correcto; no mas órdenes de un falso líder —Descansa esa quijada...— Dejó de hablar con Blúmer, aquella plática le había sentado como un cubetazo de agua helada, lo que necesitaba su mente en este momento; aún así no le agradecería, no después de todo lo que ha hecho; aún es su enemigo. Salió de la habitación cerrándola con delicadeza; haciendo sonar sus pasos al caminar de nuevo.
—Los últimos novatos aspirantes, sí. —echó una mirada a su alrededor y sonrió con tristeza. —Los que ocuparan a futuro el lugar de los que no están más con nosotros. —se perdió en sus cavilaciones por un rato que consideró suficientes. Levantó la cabeza y sonrió con una chispa increíble; la luz que siempre llevaba consigo. —Las buenas historias siempre comienzan así. —los señaló con el sombrero antes de colocarlo en la cabeza. —La de Ajax comenzó de la misma forma. Lástima que para él no terminaron bien las cosas. Pero no se preocupen, ambos amantes siguen vivos y coleando; pero una parte terminó lastimada. —se levantó de la silla. —Creo que iré a asearme. Y quizá dormir un poco, la cabeza me da miles de vueltas. Nathan, Tate... —y sin más, se despidió. —La muerte es la única sola cosa que no se puede evitar, muñeca. Siempre está un paso adelante de nosotros, esperando, aguardando. Nos sobrevivirá a todos, qué paradoja, ¿no? —siguió terminando con las curaciones, pero su trabajo ya parecía estar listo. Por alguna razón aún estaba allí. Escuchó atentamente las palabras de Caterina sobre Eddie y no pudo evitar sonreír, recordando el tono de su voz. —¿Quieres que te cuente una curiosidad? Cuando Eddie llegó al club le hicimos miles de pruebas que no estaban dentro de los propósitos del club: como limpiar los baños, tener la cena preparada, espiar a jubilados. ¿Y para qué lo hacíamos? Para ver si realmente él estaba dispuesto a cumplir con nuestras expectativas. Y así lo hizo: nunca jamás se dio por vencido, nunca lanzó la toalla. Desde ése día sabíamos que estábamos ganando un novato valioso y vistió la chaqueta negra. Claro, nunca pudimos hacerlo un miembro oficial porque Billy estaba en la cárcel y un vicepresidente no tiene esa autoridad, pero... él ya pertenecía a nosotros. —comenzó a reír. —¿Nunca te preguntaste el por qué de su apodo? ¿Pelotita? Sirvió en el ejército de los Estados Unidos y estuvo en Irak. Esa es otra de las cosas por las que congeniamos muy bien: yo también serví, en Irlanda. Una noche, pasados de borrachos, platicabamos sobre anécdotas del ejercito... nunca le había preguntado el porqué de su vuelta a casa. Fue un parte médico. Ahí mismo se levantó y se bajó los pantalones... ¡al maldito desgraciado le volaron el testículo izquierdo! Y no lo pude evitar, el apodo Pelotita le venía de perlas, valga la redundancia. —y comenzó a reír; se limpió las lágrimas y suspiró antes de tocarle el hombro. —Perder a alguien tan valioso no es nada fácil de superar. Pero tú tienes toda la fuerza necesaria para salir adelante. Las cosas pasan por algo, siempre lo he dicho, las cosas y la gente tienen un propósito; el de Eddie fue darte felicidad, ahora es momento de dejarlo ir y concentrarte en tu propósito. Si te descuidas... será para mal. Cuando te disponías regresar al comedor, puedes ver la puerta entreabierta de la sala donde se homenajeaba a los caídos en acción. Allí mismo ves a un hombre de espaldas, es corpulento y rápidamente lo identificas como Ajax, el matón de Lost. Sus hombros parecen encogerse, como si se sonara la nariz o estuviese... ¿llorando?
Ryshia Empujó con suavidad la puerta pero no pudo evitar que la puerta rechinara un poco —¿Ajax?— dijo colocando su mano en su hombro; hace tiempo que no hablaba con él; desde que habían bailado juntos. Se mantuvo a su espalda, para no incomodarlo demasiado, para darle el tiempo necesario.
Nathan Morgan —Al menos es uno de los pocos que se ha mostrado abiertamente amigable, ¿no?—le pregunté a Tate luego de que "Cowboy" se marchase. Respiré hondo y miré el techo, no estaba demasiado preocupado, sin embargo, un sentimiento de incomodidad recorría mi mente.—Siento que aún no estamos en paz, Tate, es extraño, siempre cuando tenemos una oportunidad sucede algo...—dije levantándome del sillón, me acerqué y le besé la frente,más para reconfortarme que por ella.—Iré a buscar un poco de agua, ¿vienes?—pregunté con una sonrisa, pero antes de escuchar la respuesta, simplemente me encaminé en su busqueda. Después de días activos, debería descansar, pero yo no podía estar sentado todo el día observando.
Rápidamente mueve el cuerpo para evitar el contacto con tu mano; gira el rostro y puedes notar sus ojos hinchados, irritados y mojados. Te mira furioso, como quién invade el espacio personal. Con su manga izquierda limpia su nariz y corta el teléfono móvil que estaba usando en la zurda. —¿Qué... qué sucede? —se limpia los ojos con los nudillos de las manos antes de intentar recuperar su compostura. —¿Qué quieres? —interrogó molesto.
Tate Nolan — Ya tenemos otra persona con la cual hablar si se ofrece ese caso... — murmuré con una ligera sonrisa, realmente había sido agradable ver que se había acercado a nosotros después de todo esto que había pasado, por que a decir verdad estaba segura que ni Nathan y yo nos acercaríamos así de fácil a algún otro miembro de este club. "Siento que aún no estamos en paz, Tate, es extraño, siempre cuando tenemos una oportunidad sucede algo..." Estaba a punto de protestar contra eso diciendo algo pidiéndole que no pensara eso para que la paz "durara más" y no invocara los problemas, era agradable estar aquí en paz pero nada de eso salió de mi boca, porque de un momento a otro Nathan había decidido que era buena idea besar mi frente dejándome levemente en shock por un par de segundos. Y después de que me dijera que si lo acompañaba por agua, me negué moviendo mi cabeza de lado a lado, el sillón era tan reconfortante que no quería moverme de allí. Disfrutaría la paz hasta que algo ocurriera.
