The Lost The lost

Tema en 'Partidas Inacabadas' iniciado por rapuma, 1 Abril 2015.

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    EN Auditore

    EN Auditore La Hermandad de Asesinos

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    Nathan Morgan

    Mientras gritaba y extrañamente sentía una calidez al sentirme dentro de un coro, casi como si fuese una única voz al unísono, como un rugido listos para la batalla con nuestros puños levantados, era extraño... Miré hacia todos lados con una extraña sonrisa en mi rostro, todos miraban fijamente al líder, algunos exclamaban uno que otro comentario, pero por primera vez me sentí parte de algo, no, me sentía parte del bando correcto. Continué durante unos segundos y levemente sentí un jaloneo en la manga de mi camiseta, tardé unos segundos en reaccionar hasta que escuché una voz conocida, era Tate:

    "Te seguiré..."


    Me extendió la botella de agua, pero no entendí sus palabras por un momento, abrí levemente mis ojos sorprendido. Bebí un poco de agua y miré a la chica intentando comprender sus palabras; "¿Me seguiría a mi o a la causa?" me preguntaba en mi cabeza sin encontrar alguna respuesta. Seguí bebiendo de aquel líquido casi como naúfrago que sólo ha visto agua salada, tragué como nunca y en poco segundos la botella estaba vacía. No me importaba demasiado sus palabras, así que le sonreí antes de darme cuenta de su semblante triste...

    "Nathan.. esta vez tenemos que hacerlo mejor, ¿no?"


    Nuevamente me mostré confundido por un momento, mi semblante quedó un poco serio, analizaba sus palabras.—Ya lo estamos haciendo mejor...—respondí en voz baja intentando lanzar una sonrisa.—Ya hemos pasado por bastanta, creo que no se puede hacer peor, Tate, así que lo haremos mejor... estoy casi seguro.—dije con una sonrisa sujetando la botella entre mis dedos.—Lo haremos, Tate, por James...—dije colocando una mano en su hombro mientras la miraba a los ojos intentando hacerla sonreír.—Quizás, pueda ser el comienzo de algo mejor...—dije alzando levemente mis hombros despreocupado mientras continuaba con la sonrisa.
     
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    Alisse Madness

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    Melani

    Tras aquella lesión que tuve, me había quedado dormida por mucho tiempo sin comprender lo que estaba a mi alrededor, el dolor finalmente se había calmado y tenia que aprovechar esta oportunidad.

    Gracias a uno de mis hermanos había sido vendada y atendida, al parecer no me iría de este mundo tan pronto, me había despertado sin tener la noción del tiempo y mire al hombre que estaba en la misma habitación, me sente entre quejidos en la cama apretando un poco mi abdomen

    --¿cuanto tiempo estuve dormída?--ke dije lo suficientemente alto para ser escuchada
     
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    Bruno TDF

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    Henry

    El club entero gritaba, eufórico, ante las palabras del Judío. Un montón de voces mezclándose con los aromas del alcohol y del tabaco que flotaban en el aire, capaz de dejar aturdido a quien no estuviera acostumbrado a semejante ambiente. Incluso el suelo vibraba bajo mis pies.

    Era la emoción de los hermanos de The Lost sacudiendo la tierra.

    Pero a mí, todos gritos me sonaban lejanas. En ese momento no me encontraba completamente concentrado… Miraba al suelo, con los ojos escondidos en una sombra de pesar; me hallaba en completo silencio y ni había advertido que se apagó el cigarrillo que llevaba entre los labios.

    Mi mente era un torbellino en aquel momento. Todas las emociones que me invadían en ese momento… Justo cuando me estaba curando de la mezcla de dolor, furia e impotencia que me había sentido el día que perdí a mis viejos colegas de mi antigua pandilla a manos de la policía y de un club rival; justo cuando por fin podía recordarlos con una sonrisa y no con pesar… Había tenido que pasar esto por culpa de ese infeliz de Zobelle…

    Los veía. A Pelotita y a McKenzie; recuerdos de nuestra vida cotidiana en el club, pero también la imagen de sus rostros vacíos de vida. Las lágrimas de James. Veía al Judío, imponente, grande y fuerte, como un buen líder pero, acto seguido, aparecía destruido por dentro, como yo. También veía a los que quedaban vivos. A Ryshia y Catherine, que llegaron conmigo y seguían siendo fieles al Club, hasta las últimas consecuencias…

    No permitiré que mueran —susurré. Apreté los puños con fuerza, al punto de que abrí pequeñas heridas sangrantes en la palma de mis manos con las uñas.

    Entonces enjugué lo que estaba ocultando: las lágrimas que comenzaban a derramarse por mis mejillas. Alcé la cabeza, con una mirada distinta. Observé fijamente al Judío, de pie sobre aquella mesa, prometiendo venganza…

    Zobelle había cometido un grave error: dejarme intacto. A diferencia de la última vez que perdí seres queridos, tendría mi revancha…

    Y la disfrutaría con una gran sonrisa en los labios.

    Alcé un puño y grité:


    ¡POR THE LOST!
     
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    rapuma

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    James Norrington no había logrado conciliar el sueño; su mente divagaba mientras sus ojos estaban clavados en el techo. Escuchó la voz de la niña que estaba a su lado y giró el rostro para verla. Al parecer ya estaba lista para volver a las andadas. —Desperté hace poco y estabas dormida. No estoy seguro cuanto estuviste... —y volvió a mirar el techo sin expresión, sin emoción.
    De pronto ingresó Chibs a la habitación. —Iremos al funeral. ¿Vendrás, Jim? —James cerró sus ojos; estaba desecho internamente pero no podía fallar a sus hermanos caídos. Asintió con debilidad. Chibs se sentó a su lado y comenzó a ayudarlo a levantarse. —Melani puedes ir a prepararte. Ya estás un setenta por ciento estable, y eso es mucho decir; estuviste a punto de reunirte con nuestro creador.

    Mientras tanto en el comedor, lo festivo comenzaba a disiparse. Si bien todos estaban abatidos, necesitaban estar enteros por sus hermanos que ya no compartían el mundo de los vivos. Jonathan bajó de la mesa y caminó hacia Tate y Nathan. —Si cayeron del cielo para ayudarnos, realmente merecen la chaqueta negra. Pero como todos nosotros, comenzaran como novatos. Yo soy el vicepresidente del club, pero sin el presidente presente, paso automáticamente al poder. No será por mucho según tengo entendido... pero quiero decirles algo: todos en el club llaman a la matriarca de este lugar madre y al presidente padre. El punto aquí es que el club es una familia; somos hermanos, no de sangre, sino unidos por otras aspiraciones. Seré su padre, su hermano mayor de ahora en más. No duden en hablarme si necesitan algo. —y sin decir mucho más, volvió con Bobby para ultimar los detalles del funeral. Piney, que estaba allí cerca escuchando, se acercó a los novatos. Hedía a alcohol. Su barba desteñida a la altura de los bigotes estaba amarilla por los habanos y el whisky. —Si alguno de ustedes pequeñas perras me llama abuelo... los mato. —la voz ronca, la personalidad hosca; era sin duda el viejo Piney, el fundador del club y el más viejo de todos los presentes.

    Finalmente no tardaron mucho en ponerse en marcha, alguna que otra charla telefónica y los preparativos estaban listos. Jonathan los agrupó en la entrada al club y les dio indicaciones del funeral. Irían todos juntos, siguiendo a los coches negros que transportarían los cuerpos de sus hermanos fallecidos.

    Salieron del club con sus motocicletas, todos en perfectas filas siguieron los tres coches funerarios. Detrás de las motocicletas iba la camioneta de Lost transportando a James y a Angus, los únicos que no podían montar por su cuenta. No tardaron mucho en llegar.

    [​IMG]
    Las lápidas blancas estaban perfectamente apiladas en hileras, todas tenían distintos nombres y ninguna llamaba la atención más que otra; excepto cuando siguieron caminando por el cementerio, siguiendo los cajones negros que transportaban a sus hermanos caídos; llegaron a una amplia zona donde cada lápida estaba adornada con una bandera estadounidense, flores y chaquetas negras abrazando la piedra blanca. Allí esperándolos se encontraban diversos personajes; primero estaba Gemma, la matriarca del club; se veía devastada y abrazó a Jonathan Klebitz cuando le vio; también estaba Malcolm y DeSean, los que hacían las carreras de la muerte, dijeron el pésame y se quedaron junto a su amigo James, consolándolo. También estaba Scoot Shelby, el detective privado que tenían bajo su nómina; estaba el viejo Lumpy, el boxeador retirado que les había enseñado tanto a Henry, Ryshia, Caterina y a Mckenzie como a Pelotita... Eddie había sido su campeón y su rostro curtido se veía incluso más demacrado, no había consuelo para él. Y a su lado estaba Ranger, el novato que por órdenes del Judío se había quedado junto a Lumpy protegiendo el gimnasio. Tres fotografías gigantes de Hopper, Mckenzie y Pelotita hacían mención a los fallecidos. Había personal de la marina, miembros activos que fueron compañeros y amigos de Pelotita en su servicio en Irak.
    Se apostaron frente a los tres agujeros en el suelo; todo estaba listo para que los ataúdes bajen para siempre.


    Las paleteadas de tierra caían con un redoble de tambor sobre los ataúdes y una fina cortina de polvo se iba alzando poco a poco en el aire caliente de las cinco de la tarde. Los Lost estaban extendidos en una larga escuadra perfecta, no se mueven. Rostros quemados por el sol. Chaquetas impecables. Motocicletas lustrosas. Un frente inmutable de cuerpos durísimos.

    —Tres hermanos nuestros han muerto hoy. —murmuró el Judío. —Han muerto por nosotros. Han muerto como valientes y los valientes, ni aún muertos abandonan el club. Por eso, los conservaremos con nosotros. —el jefe de rostro de piedra está plantado ante un séquito de máquinas de combate y en este momento no es su jefe. Es el sumo sacerdote de esta fúnebre ceremonia a la que solo tienen acceso los hombres y mujeres de su casta, los puros, los valientes. —Familia, digan adiós a sus hermanos... o mejor dicho, hasta la vista.
     
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    Nathan Morgan

    Todo terminó, todos nos tranquilizamos, y de pronto el hombre que anteriormente estaba hablando, bajó de un brinco y de acercó a nosotros. Era el vicepresidente del club de The Lost y en ese momento el líder hasta que llegase el presidente. Miré a Tate con una ligera sonrisa, aunque rápidamente desapareció y mi rostro mostró confusión ante:

    "...pero quiero decirles algo: todos en el club llaman a la matriarca de este lugar madre y al presidente padre..."

    Un poco extraño, pero me alcé de hombros, rápidamente me di cuenta, con sus palabras, que todos en aquel lugar eran hermanos y asentí con mi cabeza, con cada una de las palabras. Nos dijo que si necesitabamos algo que le preguntesemos y luego se fue a hablar con los otros. Miré a Tate nuevamente, ella parecía igual que yo, quizás confundida, estuve a punto de decirle algo, pero otro miembro llegó hasta nosotros:

    "...Si alguno de ustedes pequeñas perras me llama abuelo... los mato..."

    Tardé en captar lo que decía, casi me preocupé por un momento, pero sólo sonreí nerviosamente, no entendía del todo lo que decía el anciano. Esperé unos segundos, pero sólo se marchó y lancé una sonrisa más de alivio que de felicidad o algo parecido. Suspiré de alivio y coloqué mis manos sobre mis rodillas, ya mis heridas dolían menos.

    Pasaron varios minutos, quizás, demasiados, entregué la botella y la llené, me acerqué a dónde Tate, pero no le hablé. Ambos estabamos callados, simplemente me mantuve a su lado por si acaso sucedía algo. Miré a las personas dentro del lugar, parecían felices, pero a la vez... extrañemente tristes, en sus ojos se veía. Llegó la hora y nos montamos en nuestras motocicletas, según había escuchado iríamos al funeral. Había una camioneta detrás de nosotros, pero no sabía quien iba en ella.

    Las motocicletas rugieron mientras nos dirigíamos hacia el cementerio... Llegamos, bajamos de nuestras motocicletas y miembros de The Lost bajaron los ataúdes de sus hermanos caídos. Caminamos entres las lapidas, no me fijé en ningún nombre en particular, ni en su adorno, sólo en la fría piedra blanca que se erigía con la enorme cruz en la parte superior. Caminos entre ellas, casi parecía que literalmente caminabamos en el valle de la muerte. Busqué a Tate con la mirada, pero no la encontré, seguí el camino de largo, siguiendo a los demás.

    Llegamos a un lugar con tres agujeros en el suelo, otras personas que no reconocía estaban allí, parecían llorosos, iguales a "nosotros". Al fin, reaccioné y me di cuenta que realmente eran parte fundamental del grupo, no sólo habían miembros de The Lost, sino... personas ajenas a éste mundo que se despedían de ellos. Miré a Tate, la encontré con la mirada, me acerqué poco a poco dónde ella. Coloqué mi mano en su hombro mientras miraba como le echaban tierra a los agujeros con los ataúdes. El líder pronunció unas palabras y todos nos quedamos atentos...

    —Es extraño, ¿no?—le pregunté en un susurro a la chica.—Estar aquí... Mirando lo que sucede...—respondí mirando alrededor...
     
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    Alisse Madness

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    Chibis estaba dormido y sin percatarme lo desperte, al parecer no fue algo tan relevante, me habia dicho que podia levantarme, ¿quite las cobijas de mi cuerpo permitiendo que entrara un escalofrio en mi cuerpo, sentia un dolor en mi abdoen intenso pero podia aguantarlo, mis pien apenas tocaron el frio suelo cuando aquel hombre entro para visar a chibis sobre un funeral, mi rostro reflejo una convinacion de sentimientos, tristeza, coraje, amargura y sorpresa, fue inesperada, mi corazon se estrujo como si me afectara directamente a mi.

    trgue un poco de saliva y decidi mejor no preguntar, mi sensibilidad queria salir a luz, pero no podia permitilo, agache el rostro y me levate poco a poco, camnando un poco arqueada tras la indicacon de chibis, me dirigi lentamente hacia mi habtacion y me vestia como podia, no hubo problema pues la mayoria de mi ropa era del color del luto, en honor a mi vida que ya no tenia mas, o eso creia.

    Cuando estaba lista todos nos dirigimos a cierto lugar en espesifico, me mantenia con la mano en el abdomen, no sabia ni como pude manejar la motosicleta, baje cuidadosamente y los segui, miraba con certa atencion las lapidas con aquellas chaquetas, no cabia duda, seguramente eran mienbros del club, leia los nombres de cada uno y despues miraba los rostros de mis hermanos mayores, el nudo en la garganta se hacia cada vez mas doloroso.

    Caminamos hasta donde los hoyos estaban listos, nuatro ahora lider, dirigia unas palabras que me sensibilizaron un poco, me acerque y mire de lejos al lado de un par de desconocidos que tambien veian la accon, el rostro del chico me parecia conocido, pero no recordaba de donde,no le tome importancia simplemente me quede en blanco junto a esos dos sin emitir palabra alguna, mis ojos estaban cristalizados, pensar que aquellos caídos fueron mis hermanos ..
     
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    Nekita

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    Tate Nolan

    Ante lo último que me había dicho Nathan en el club me quedé callada, procesando todo lo que había dicho hasta que cuando todos se fueron dispersando el vicepresidente bajó de la mesa en la que estaba parado y se acercó a nosotros y a juzgar por lo que decía ya eramos los nuevos novatos de Lost pero tal vez, al igual que Nathan solo una parte de lo que dijo llamaba la atención.

    "No será por mucho según tengo entendido... pero quiero decirles algo: todos en el club llaman a la matriarca de este lugar madre y al presidente padre"

    Ya había tenido demasiados padres adoptivos e incluso madres con los cuales jamás lograba adaptarme y terminaba volviendo al inicio pero.. claro, como todo me suponía que iba a ser distinto y que tal vez aquí no fuera tan difícil, aquí todos parecían tenían un ambiente familiar y tal vez eso ayudara un poco a todo.

    Justo después de aclararnos que para cualquier cosa podríamos hablarle si necesitábamos algo, otro de los miembros de Lost algo... pasado de bebida se acercó a nosotros y lo que dijo me dejo algo impresionada: "Si alguno de ustedes pequeñas perras me llama abuelo... los mato.", ¿por qué se nos ocurriría llamarlo abuelo?... no tenía mucho sentido a mi pero tan siquiera ya sabíamos que a él, no habría que llamarlo así.

    Más tarde, cuando todos estuvieron listos salimos hacia el funeral de los miembros de Lost que habían perdido su vida en la batalla para recuperar a su compañero, todos ellos se mantenían en silencio con una notoria tristeza en su rostro y solo podía limitarme a mirar desde mi lugar, detrás de la formación que se había formado.

    "Es extraño, ¿no? Estar aquí... Mirando lo que sucede.."

    Miré levemente a Nathan y asentí levemente — Es muy extraño... — murmuré mirando a todos los presentes — Y triste, muy triste.
     
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    Amelie

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    Ryshia

    Estaba ahí de pie con el peso de todos los acontecimientos encima; no podía permitirse cerrar su mente al dolor; contempló aquellas fotografías; después el suelo conteniendo sus lágrimas al entender que jamás volvería a escuchar sus voces; subió la mirada—Por todos mis hermanos caídos, cargaremos con todo ello en nuestros corazones y lo convertiremos en fuerza para pelear; porque las personas no mueren al estar bajo tierra; las personas mueren cuando son olvidadas; y ninguno lo será...— su resoulción estaba hecha; no podía vivir en la culpa eterna por no haber podido ayudarlos en la pelea; uno comete errores en la vida, pero no hay razón para castigarsea sí mismo, pareciera que las cosas no se pueden arreglar pero Ryshia entendió que si ella sigue viva, ella seguirá esforzándose, para algún día enmendarse. No se trataba de simple venganza para ella, no más; se trataba de honrar las muertes de personas que consideró familia; y para ella la familia lo es todo.
     
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    rapuma

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    En medio de la escena, Brian Jeremy le sonó el teléfono celular. Comenzó a hablar y su rostro se iluminó; Jonathan Klebitz caminó hacia él para saber el motivo de aquella estúpida sonrisa pero no fue necesario, Brian comenzó a gritar en el funeral. —¡Billy está libre! ¡Billy está libre! ¡Hay que dejar todo e ir a buscarlo, finalmente! —los presentes lo miraron con aire irritado, nadie contestó a sus palabras, era obvio con las miradas que deseaban que se marche en silencio. Esto enfureció aún más a Brian que comenzó a gemir. —¿Es que no oyen? ¡Billy está libre! ¡Hay que ir a buscarlo! —Jonathan acortó las distancias y le habló con un gruñido. —Deja de gritar, pequeño cabrón porque juro que te arrancaré el cuello. ¿Eres idiota o qué? —pero Brian no se mostró intimidado esta vez; sonrió con confianza a sabiendas de que su líder estaba a la vuelta de la esquina. —Iré a buscarlo, Jhonny. ¿Estás en contra? —Jonathan estaba por decir algo, pero sintió el agarre de Bobby Munson y su voz serena inundar la escena. —Deja que vaya, Jhonny. Que lleve a los novatos. Les hará bien conocer a Grey... para ver con quién se topan. —esto no hizo gracia a Brian que arrugó el entrecejo, pero no dijo nada. Jhonny asintió. —Está bien. —y volvió a caminar hacia las lápidas mientras Jeremy montaba en su motocicleta en espera de los novatos.

    Bobby Munson caminó hacia los novatos. —Acompañen a Brian. Finalmente Billy salió de prisión y no verá en gracia que ninguno de nosotros vayamos a buscarlo. Le agradará ver caras nuevas. No le digan del funeral, ya tendremos tiempo para ello. —hizo una pausa, mirándolos. —No sé qué decirles para que estén preparados. Billy es... Billy. No se tomen mucho en serio lo que vaya a decir...

    @Amelie @Nekita @EN Auditore @Bruno EVF @Alisse Madness tienen que seguir a Brian Jeremy a la prisión para buscar a Billy! Les deseo mucha suerte, nunca se sabrá que esperar con Billy suelto xD a partir de este momento tomó control del personaje de @Amane hasta que ella vuelva al rol :3 (espero que no se muera antes :( )
     
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    Alisse Madness

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    Melani

    El silencio se había visto interrumpido por las gritos de cierto hombre, pronunciando con suma alegría el nombre de un tal "Bilis", había escuchado ese nombre cuando recién había entrado pero verdaderamente nunca había visto a tal hombre, realmente era un funeral pero ese buen hombre celebraba, al parecer había salido de ¿Prisión? me sorprendí pero la pena del funeral se me fue desvaneciendo poco a poco.

    Nos pidieron que fuéramos a conocerlo, pero no era un hombre ¿normal?, de alguna manera estaba ansiosa, una inquietud de verle me consumía, al mismo tiempo cierta adrenalina se apoderaba de mi, me adelante a mi motocicleta, lentamente me subí, y encendi el motro eseprando as indicaciones.
     
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    Bruno TDF

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    Henry

    No hablé durante el funeral. La brisa acariciaba mi cabello y arrastraba el humo del cigarrillo que se consumía entre mis labios. Era posible que fumar en un momento como este no fuese muy bien visto por los demás, pero era algo que necesitaba; de lo contrario, el sentimiento de pesar sería inaguantable para mí.

    La ceremonia para despedir a nuestros hermanos caídos era extraordinaria… Tanto como la pesada tristeza que ni la más fuerte de las ráfagas podría haberse llevado. Pero en todo momento mantuve la frente en alto; creía que mantener la cabeza gacha sería una falta de respeto hacia el Chulo, Pelotita y Mapache. Ellos debían ser recordados con fortaleza.

    El ringtone de un teléfono rompió la solemnidad del funeral, haciendo que me volteara para dirigir una fría mirada a su poseedor. El susodicho era Brian, que encima tuvo la osadía no sólo de atender la llamada en medio de todo esto, sino de ponerse a gritar de alegría. Apreté los dientes, pero me quedé en mi sitio. No hubiera sido lo más respetuoso ir a romperle la boca para enseñarle un poco de educación, por lo que dejé que el Judío se encargara de él, aunque el tema del momento llegó a ocupar mi mente: el Presidente había sido liberado.

    Por alguna extraña razón, sentí que aquello iba a cambiar completamente el rumbo de nuestras vidas ¿Qué nos esperaba, de ahora en adelante, a los novatos?

    En un momento como este… —gruñí por lo bajo, mientras me quitaba el cigarrillo de la boca para expulsar el humo blanco de mis pulmones.

    Bobby se acercó uno por uno a los novatos a sugerir que acompañásemos a Brian a traer de regreso a nuestro presidente recién salido de la cárcel. Asentí levemente.

    Voy.

    Volví a dar otra pitada al cigarrillo. Estaba casi consumido, pero todavía quedaba algo de nicotina con la que relajarse. Seguí de cerca a la pequeña Melani y tomé sitio en mi moto. Esperé a que Brian llegara con indicaciones y, aunque no me gustara la idea, decidí guardarme los reproches que me hubiera gustado hacerle. Ahora que Billy estaba fuera de la cárcel, se lo notaba contento y atrevido: mejor sería no alterar a la perra del presidente de The Lost.
     
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    EN Auditore

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    Nathan Morgan

    Asentí levemente con la cabeza con las palabras que decía Tate, era un escenario triste, pero las personas no parecían completamente triste, parecían más... ¿Costernados? No, parecían inspirados, sí, estaban dispuestos a cobrar las muertes de los que fueron sus hermanos. Bajé el rostro al suelo, intentando rendir un poco de respeto, pero de pronto uno de los miembros rompió aquel leve silencio con gritos, el mismo idiota que había hablado cuando dije que no debía beber alcohol:

    "¡Billy está libre! ¡Billy está libre! ¡Hay que dejar todo e ir a buscarlo, finalmente!"


    Abrí mis ojos confundido, casi consternados: "¿Quién era ese Billy del que hablaba?", me pregunté, pero el líder rápidamente se acercó a dónde él. Siguió con sus gritos mientras decía que había que buscarlo, alguien lo amenazó y él lo ignoró. Le dieron permiso para buscar al tipo... Suspiré, deseando que por fin se hubiese callado, pensé que era algún tipo de falta de respeto a la memoria de los miembros caídos, pero de pronto, escucho lo último...

    "...Que lleve a los novatos. Les hará bien conocer a Grey... para ver con quién se topan..."


    Miré a Tate y con un leve susurro le dije.—La diversión nunca acaba...—un tanto molesto mientras suspiraba.

    "Acompañen a Brian. Finalmente Billy salió de prisión y no verá en gracia que ninguno de nosotros vayamos a buscarlo. Le agradará ver caras nuevas. No le digan del funeral, ya tendremos tiempo para ello."

    Asentí con la cabeza, no era que tuviera mucho que decir, me voltee para dirigirme hacia las motos para esperar al tipo, pero escuché la advertencia del líder. Mi cara se puso más seria de lo normal, ese tipo de advertencias no me gustaban... Mucho menos de mi continua mala suerte para encontrarme con maníacos poseídos por el demonio.

    "...No sé qué decirles para que estén preparados. Billy es... Billy. No se tomen mucho en serio lo que vaya a decir... "


    Esperé unos segundos, algunos de los otros que irían ya se acercaban hacia sus motos. No reconocía a ninguno, parecía que también eran novatos, pero aún así, llevaban más tiempo que nosotros en éste lugar. Sonreí hacia Tate, intentando calmar la extraña sensación de tensión en el ambiente.—¿Vamos?—le pregunté mientras me acercaba a la motocicleta, sin saber que esperar exactamente.... Sin saber realmente que sucedía con el idiota que parecía emocionado... "Idiota..." susurré montándome encima de la moto esperando que llegara para salir del lugar...
     
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    Nekita

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    Tate Nolan

    Y justo en medio del funeral el chico con el que casi se había peleado con Nathan comenzara a gritar de emoción, ¿quién hacía eso en medio de un funeral?, ¿no se consideraba eso una muy grande falta de respeto?, suspiré un poco estresada por esa acción y cuando pensé que se detendría noté que claramente estaba equivocada ya que aun con esa genuina misión siguió con su gran aviso.

    Si no recordaba mal, él incluso había dicho que Billy si escucharía lo que tenía que decir sobre nosotros y junto con el comentario de Jonathan me imaginaba que ese tan Billy era el presidente que él estaba supliendo, ¿deberíamos sentirnos preocupados nuevamente?

    "Deja que vaya, Jhonny. Que lleve a los novatos. Les hará bien conocer a Grey... para ver con quién se topan."

    Abrí mis ojos con sorpresa pero luego no tardé mucho en asentir ante esa petición/orden y junto los demás me encaminé hacia las motos pensando en el comentario de Nathan, aun no tendríamos un día tranquilo pero esperaba que después de esto pudiéramos descansar un rato para procesar todo.

    "...No sé qué decirles para que estén preparados. Billy es... Billy. No se tomen mucho en serio lo que vaya a decir... "

    Con eso definitivamente me daban muchas ganas de conocerlo... suspiré y acomodé levemente mi cabello antes de subir a mi moto que estaba al lado de la de Nathan — Vamos... y tú... ¿te sientes nervioso o simplemente te sientes impaciente por conocerlo? — murmuré mirando un poco curiosa, siempre parecía que no le afectaban mucho las cosas así que por ahora no perdía nada preguntandole aquello.
     
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    rapuma

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    Caterina y Ryshia montaron justo detrás de Tate y Nathan, Brian Jeremy aceleró y el resto le siguió por las calles, dejando un jaleo de motores poderosos que marchaban a la par por una misma dirección.
    Llegaron a la cárcel de máxima seguridad de Charming, no estaba muy lejos del cementerio; bonita ironía de la vida. Y allí estaba Billy Grey, el cual alzó los brazos en un gesto festivo cuando vio llegar a Jeremy en la motocicleta. Era un sujeto con barba larga, fornido y corpulento, con una abundante barriga pero sus musculosos brazos no tenían un gramo de grasa. Lanzó una risotada. —Brian, Brian, ¿por qué no me extraña tanto? —Jeremy comenzó a reír, no podía ocultar la felicidad que tenía al ver libre a su líder. Billy miró a los novatos y alzó una ceja. —Jesús, María y el puto José, ¿quienes son estos bellos animales de Dios? ¿Novatos? ¿Jhonny K metió a novatos al club sin mi autorización? —Brian afirmó, molesto. —Sí, Billy, lo hizo. Se tomó en serio que podría ser el líder, y ese eres tú, Billy. ¡Ese eres tú! —Billy levantó una mano para callarlo. —Suficiente, Brian. —se paseó entre los novatos, mirando en todas direcciones. Apretó el brazo de Henry, apretó el bicep de Nathan. Olía el cabello de las novatas. —Hum. Al menos dio en el blanco con estas muchachitas. Pero mira que lindas se ven. Andando, nos vamos a tomar algo a un bar, luego nos vamos al club. Quiero un poco de cerveza. ¡Aleluya!
    Volvieron a conducir, Billy se sentó en la parte trasera de la motocicleta de Brian y condujeron hasta un bar cercano. Estacionaron las motocicletas a un costado del local e ingresaron. Toda la gente enmudeció cuando vieron entrar a aquellos hombres de chaquetas oscuras que solo podía significar una cosa: una banda de motociclistas.
    Se sentaron en una gran mesa mientras Billy pedía una cerveza. Brian trajo tres cervezas más mientras le preguntaba a su líder. —¿Que tal han ido las cosas allí dentro? —Billy comenzó a reír antes de responder. —Mira, Brian, fue duro. Más duro de lo que podrían creer todos ustedes, novatos. No sé qué era peor en aquel sitio, si el aislamiento solitario en la celda o las terapitas de grupo. Ya sea sexo sorpresa en las duchas u hombres adultos llorando y abrazándose en rehabilitación, hay un claro aire de homosexualidad en el sistema penitenciario de este país. —por como lo decía parecía que no le preocupaba, se lo tomaba todo a risas y pronto sacó un puro para fumar. Lo encendió pero nadie de los dueños del bar se animaban a decirle que lo apague, por lo que Billy siguió riendo y contando anécdotas con humor negro y bizarro. —¿Cuidaron a mi preciosa? —Brian Jeremy negó, apretó el vaso con fuerza. —No y es todo culpa de Jonathan. Le vendió o regaló, no sé con exactitud, a los putos marginados. —Billy escupió la cerveza, asombrado. —¿Se la dio sin más a esos malditos Angels Of Death? ¡Mira nada más que bien el vicepresidente! ¿Pensaba que no iba a salir nunca mas de la maldita trina? —Brian afirmó, aunque en realidad sabía que todos sabían que Billy saldría pronto, pero siempre quería hacer quedar mal a Jonathan Klebitz. —Así es, Billy. Ese maldito judío hizo de las suyas mientras tú no estabas. —Billy se acarició la barba, pensativo. —No me digas... —entonces miró a los novatos y se relajó, lanzó una risotada ronca y le dio una buena pitada a su puro. —¿Qué me cuentan ustedes, novatos? ¿Que aspiraciones tienen por el club? ¿Llegaron por un motivo en especial o el mundo les pateó el trasero y llegaron a nuestras puertas?
     
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    Alisse Madness

    Alisse Madness Maestre

    Virgo
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    Melani

    Habíamos conducido hasta la prisión después de que aquel hombre nos dirigiera, yo conducía a una velocidad baja pues apenas y podía mantener el equilibrio de la moto, tan sólo con un leve movimiento mi abdomen era poseído por un dolor tan fuerte, que tenía que erguirlo un poco. El camino fue relativamente corto a pesar de que mantuve alejada del grupo una distancia considerable, llegamos finalmente y al ver al famocisimo líder, una expresión de sorpresa se reflejo levemente en mi rostro, parecía alegre, digo, cualquiera estaría feliz de salir de la cárcel.

    Cuando al fin noto nuestra presencia, se acercó y miro cada detalle incluyendo el cabello de las chicas, cuando quizo percatarse del olor de mi cabello el recuerdo de risha cortandolo hasta donde esta actualmente, acaricie suavemente la Palestina azul que rodeaba mi cuello y trate de olvidar aquel trago amargo.

    Después de tanta conmoción por el emotivo reencuentro, volvimos a subir a las motocicletas dirigiendonos esta vez a un bar no muy lejos de ahi, volví a retrasarme, parecíera que el dolor volvía de nuevo y aumentaba, afortunadamente logré llegar y baje con mucha precaución para que esta tremenda máquina no callera y pudiera estacionarla bien, entramos y la gente pareció quedarse sin habla por vernos, quizás por el chico rudo que llevábamos de lider, tomamos un lugar y la mesa se lleno con tarros de cerveza, entre conversaciónes el ex convicto nos presto atención, yo miraba a aquellos "nuevos" que desde el funeral parecían seguirnos, ¿de que me perdí? Senti la mirada de Bily sobre mi, y apreté mi abdomen por debajo de la mesa para disimular el dolor e intente sonreír -- B.. Bueno es obvio que el pasado de un motociclista no esta lleno de flores y dulces--me anime a hablar primero un poco nerviosa --Yo.. Solo llegue por casualidad... -- dije evadiendo la pregunta y desvie la mitada recargando mi brazo en la mesa y acomode un poco mi cabello
     
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    Amelie

    Amelie Game Master

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    Ryshia

    Aquella orden de Jhonny de acompañar por el "líder" la tomó de mala gana; ella no quería conocer a quien la mayoría consideraba como líder de Lost; para ella ese era Jhonny, por lo mismo no negó la orden y siguió a Brian a regañadientes.
    Al ver por primera vez a Billy no pudo evitar intimidarse, su aura no parecía emanar hostilidad, estaba feliz de ser libre; aún así el ambiente no e sentía tan familiar como con los demás miembros del club; continuó su camino en silencio hasta regresar. Escuchó la pregunta y justo cuando iba a contestar Melani lo hizo; sin dejar tiempo a répilca Ryshia continuó —A mi la soledad fue lo que me trajo aquí; uno se aburre de hablar consigo mismo por años, mi vida simplemente era viajar en mi moto y ver hacia donde el camino me llevara; y me trajo aquí—
     
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    Nekita

    Nekita Amo de FFL

    Piscis
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    Tate Nolan

    El viaje a la cárcel había sido tan corto que me había sorprendido un poco, pero bueno... ahora sabíamos que en la cácerl no batallaban mucho para enterrar a sus prisioneros fallecidos, algo bueno tenía que tener ese lugar en concreto, ¿no?

    Y cuando llegamos lo primero que logramos ver fue al "gran esperado" Billy, no parecía tan intimidante a decir verdad, parecía mas bien muy alegre de salir de allí aunque era normal a mi parecer... por fin iba a salir de allí al mundo "normal" a su club. Aun así no me iba a fiar mucho, eso habíamos hecho antes y habíamos acabado con muchos psicópatas y si nos habían dado una advertencia, debía ser por una razón muy buena.

    Por otro lado Brian estaba como un pequeño niño con su padre, muy emocionado y dandole la razón a todo lo que decía algo que jamás esperé de él realmente, daba la impresión cuando lo vi que odiaba a todo lo que se movía o respiraba cerca de él, un punto curioso si lo quería ver de esa forma. En cuanto al líder, comenzó a examinar primero a los hombres novato, primero iniciando con el chico que estaba al lado de James en el incidente y luego siguió con Nathan para aventurarse con todas las mujeres novatas oliendo el cabello y al parecer agradeciéndole a el viceprecidente que "había hecho un buen trabajo", yo de igual forma no había podido evitar una mueca de disgusto, mi espacio era mi espacio.

    Cuando llegamos al bar que había seleccionado Billy, él y Brian siguieron caminando tranquilamente hasta que miró a todos los novatos y lanzó la pregunta del siglo: ¿Qué me cuentan ustedes, novatos? ¿Que aspiraciones tienen por el club? ¿Llegaron por un motivo en especial o el mundo les pateó el trasero y llegaron a nuestras puertas?

    La primera en responder fue una chica mucho más joven que yo y luego nuevamente otra chica se animó, tal vez los hombres estaban esperando a que todas las chicas acabaran para ellos dar su respuesta, pero.. ¿cómo iniciar la mia sin siquiera mencionar el acontecimiento reciente? — Después de unos malos años en otra ciudad...logré salir y viajar hasta aquí, supongo que por azares del destino llegué al club.. — dije sin darle mucha importancia, tal vez no era la respuesta del siglo, pero... tan siquiera podía decir que era una parte de la verdad.
     
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  18.  
    EN Auditore

    EN Auditore La Hermandad de Asesinos

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    Nathan Morgan

    Llegamos al lugar, bueno, a la salida de la Cárcel, un hombre de barba negra y gran barriga alzó sus brazos en dirección al idiota de Brian. No tardamos demasiado en llegar al lugar, coloqué un pie en el suelo sujetando el peso de la moto con mi propio cuerpo. Mientras, Brian parecía que no veía a su "marido" en mucho tiempo. Descendí sólo para escuchar como ponían a Jonhy como un "pseudolíder". El hombre que se hacía llamar Billy extrañamente estaba feliz, casi emocionado por la libertad, se paseó entre nosotros. Miré a Tate confundido, no comprendía bien lo que sucedía, suspiré y crucé mis brazos mientras me colocaba en una postura de seriedad. Luego, el expresidiario decidió que iríamos a un bar.

    Llegamos, pidieron un par de cervezas mientras apretaba mis puños sobre mis piernas para evitar sentir el deseo de beber de aquel líquido. Luego de que el hombre contara todo lo que sentía sobre el sistema de cárceles del país y nuevamenten el idiota y él, comenzarán a discutir sobre la "administración" del Club de parte de Johny nos hizo una pregunta:

    "...¿Qué me cuentan ustedes, novatos? ¿Que aspiraciones tienen por el club? ¿Llegaron por un motivo en especial o el mundo les pateó el trasero y llegaron a nuestras puertas?..."


    Rápidamente un par de miembros, chicas, que no conocía dieron sus motivos, seguidas de Tate, coloqué mi mano sobre mi barbilla y pensé ligeramente sobre lo que realmente me había llevado a ese lugar en primer... Sonreí levemente antes de tomar aire para comenzar a hablar.—Yo, simplemente vine buscando un motivo, la mayor parte de mi vida me la pasé bebiendo, borracho y sólo estando sobrio antes de las peleas en el Club de mi Condado, era una vida sencilla, pero a la vez vacía... No podía confíar en nadie porque las apuestas era lo que regía mi vida... Era fácil, pero sin sentido...—me detuve un momento mientras pensaba en que más decir.—Mi única meta ha sido entrar y creo que ya lo logré...—respondí alzando levemente mis hombros, restándole importancia al asunto.
     
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    rapuma

    rapuma Maestre

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    Caterina bebió una de las botellas que Brian había ofrecido y rompió el silencio. —No encontré nada mejor que esto. Supongo que ya me acostumbré... —aún estaba afligida por la pérdida de Pelotita y era difícil seguir el camino sin verlo o sentirlo. No había dicho mucho al respecto, era lo mejor. No quería recordarlo con lágrimas.
    Billy asintió a las palabras de los novatos, pero Henry no había ni una sola palabra. —¿Y qué le sucede a este tipo? ¿Está mudo? Podría tener ese apodo —Brian Jeremy se adelantó a su jefe. —En realidad su apodo es Campeón desde que venció a Pelotita en el torneo de los clubes. —Billy alzó una ceja sorprendido, pero no dejó notar la reacción en otro gesto de su rostro. —Bueno, a partir de ahora se gana el apodo de Mudo. —eructó con fuerza y golpeó la mesa. —Lindas historias de vida, pero ya es hora de volver al club. Quiero sentir la música. Rodemos. —todos se levantaron y caminaron hacia las motocicletas, esta vez conducieron en dirección al club.

    Al llegar vieron las motos aparcados del resto de los integrantes, eso podía significar que el funeral ya había concluido. Billy abrió la puerta de un golpe y entró con las manos alzadas, seguido muy de cerca de Brian. Los miembros corearon su llegada con entusiasmo, pero no se veía eso reflejado en Jhonny ni en Bobby. Billy se acercó a la barra. —Quiero una bebida como la gente. Un whisky. —se acercaron por mero protocolo a felicitarlo y darle golpes amistosos en el hombro. Jonathan se colocó a su lado mientras los novatos entraban. —¿Brian te ha puesto al tanto? —Billy tosió y dejó el vaso de whisky a medio terminar sobre la barra. —Claro que sí. ¿Quieres dar el primer paso? —Jonathan afirmó. —Perdimos a varios contra los Nórdicos, pero les rompimos el trasero. No volverán a molestar en Charming. Pelotita y Hopper están en la lista de muertos. —Billy miró el vaso de whisky y asintió, pero no dijo nada. —Estoy deseando beber algo, maldita sea. —Juice le sirvió otra medida de whisky y Billy alzó el vaso en el aire. El resto hizo lo mismo. —Por las tías y la bebida. Salud malditos desgraciados. —y bebió de un trago; cerró los ojos y meneó al cabeza, era un trago fuerte. —Qué bueno. En fin, Jhonny. ¿Dónde está mi moto? —el Judío le miró de reojo. —Ya sabes donde está. —Billy sonrió levemente antes de contestarle. —Déjame repetírtelo con otras palabras... ¿dónde mierda está mi moto y por qué carajo no me la has traído? —Jonathan no cambió el gesto, seguía mirando los cuadros que estaban detrás de la barra, pero le miraba de reojo. —Porque ya sabes dónde está. —Billy giró el rostro para mirarlo. —¿Estás sordo? ¿Estás sordo, mierda? —Jonathan le miró a los ojos por primera vez. —No. —Brian se colocó al costado de Billy, todos se miraban, no era bueno que las cosas se pusieran de ese modo luego del funeral. Billy volvió a gritar. —Entonces respóndeme a la puta pregunta. ¿Por qué carajo no me la has traído, amigo, hermano? —ambos se midieron, Jhonny volvió a hablar. —En una palabra: negocios. Como ya te dije cuando estabas dentro, ¿o estabas tan ocupado en fingir ser un santo para salir? —Billy llevó sus manos como si estuviera rezando. —Oh, perdóname. Mira, he tenido unas semanas complicadas. Mira, dejar la prisión es duro. Creo que tengo amnesia. ¿Qué clase de negocio es más importante, señor jefazo de los ochenta, que la moto de tu presidente? —Jonathan Klebitz no se mostraba reacio a dejar la conversación, por lo que Bobby le tocó el brazo, pero de igual forma Jonathan habló. —El negocio que paga el sueldo de sus abogados. El negocio que nos da de comer a todos. El negocio en el que estamos todos metidos, mientras tú fingías arrepentirte para salir. —Billy Grey apoyó el vaso contra la barra con fuerza y gritó: —¡Tráeme mi moto! —pero Jonathan no se quedó atrás: —¿Por quién me has tomado? ¿Por tu puto perro? —Brian Jeremy aprovechó el momento y dijo unas palabras. —Te dije que deberíamos haber tomado la moto. —eso fue el colmo que rebalsó el vaso; Jonathan caminó hacia él. —¿Me dijiste? ¿Me dijiste? No me dijiste una mierda, bastardo. —intentó calmarse, se pasó una mano por la cabeza. —Escucha Billy, estaban cabreados y con razón. Tu moto le cortó la pierna a esa chica. Dejaste al sobrino de Drake en coma. Los Angels Of Death se quedaron con la moto. Necesitábamos el dinero. —Billy le miró con un profundo odio, su rostro parecía una caldera a punto de estallar. —Lo que tú necesitabas eran pelotas. Lo que hay que oír. Es increíble. No me creo que tengo que oír esta mierda. —Jhonny dio un paso atrás, decepcionado. —Y yo no puedo creer que digas esto. Después de todo lo que hemos hecho por ti. Pagamos tu alquiler, pagamos los sueldos de tus abogados. Lo pagamos todo, mierda... hicimos cosas por ti. Nos va bien, pero es hora de ser listos. Ya perdimos a cuatro miembros que... —pero Billy no le dejó terminar. —Tienes razón, tienes razón, no, si tienes razón... ¿sabes lo que voy a hacer? Voy a salir corriendo a comprarme un piso. Tendré una hipoteca y un plan de pensiones. Y hala, cuenta individual de retiro y certificado de depósito al canto. —luego comenzó a reír. —¿Qué carajo, hombre? ¿Ser listos? Sé listo tú, puto cabrón, eres ridículo. ¿Tienes un plan ya de pensiones? —Bobby sujetó a Jonathan de los hombros mientras Billy seguía hablando. —Vamos, Jhonny. Vamos por su moto. Vamos. No vale la pena discutir delante de todos. —Jonathan se dejó llevar por Bobby pero antes señaló a Billy. —Bueno, será tu responsabilidad. —Billy afirmó y se golpeó el pecho: —Siempre lo es. Se llama liderazgo. Esa mierda significa algo. —Jonathan asintió. —Sí, tu mierda significa un montón. —y luego de eso, se fue a las habitaciones, dejando a todos expectantes. Billy les miró y comenzó a reír. —Parece que estoy hablando en un idioma que no logro entender. Veamos, Juice, ¿me entiendes? —Juice afirmó. —Bueno... allá, ¿Cowboy? ¿Me entiendes? —el aludido afirmó. —Entonces, pequeños pringados: ¡Traigan mi puta moto!

    Bobby Munson caminó hacia los novatos. —Será mejor que se preparen para esto. —suspiró. —Las cosas cambiaran, ¿no es así? Ajax está buscando las armas, aconsejo que se preparen con armas de fuego y de cuerpo a cuerpo. Hemos visto que las balas no siempre funcionan, las tensiones del momento hacen que la mira se precipite un poco... apropósito, Caterina, Ryshia, Henry, seguro recuerdan a Ranger. Estará aquí con nosotros. Todo este tiempo cuidó el gimnasio de Lumpy y lo consideró preparado para la ocasión. Ah, casi me olvidaba... ¿Tate, Nathan? Tengo esto para ustedes. —les entregó dos chaquetas negras de novatos, iguales a las que Henry y el resto vestían. Tenían un nombre bordado en el costado izquierdo superior con sus nombres, debajo del mismo tenían otro que decía "Novatos", para identificarlos. —Prepárense y cuando estén listos nos pondremos en marcha.

    Bueno, tienen para prepararse!
    Pueden elegir un arma de fuego y dos armas cuerpo a cuerpo.

    Armas de fuego
    Escopeta (Solo hay dos)
    Pistola (Infinitas)
    No se pueden elegir dos pistolas

    Cuerpo a Cuerpo
    Cuchillo
    Puños de Hierro (pueden equiparse de a dos)
    Bates de Béisbol
     
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    Bruno TDF

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    Libra
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    Henry

    Los motores rugieron y navegamos sobre dos ruedas por las calles de Charming. Si bien no me quité el cigarrillo de la boca durante todo el viaje hasta la cárcel, se podía sentir la frescura del aire que nos acariciaba el rostro, jugando con nuestros cabellos. Pero a mí no me parecía tan así, pues también se podía percibir levemente un deje de tensión. Tensión que Brian se encargaba de romper con su alegría estúpida.

    En la cárcel nos encontramos con un hombre menudo y barrigón, pero de brazos fuertes. Debo decir que no me generó gran impresión conocer al Presidente del club The Lost; esperaba una presencia más intimidante y un aura violenta, que me hiciera entender por qué estaba saliendo de una penitenciaría para criminales. Pero no, ahí lo tenía, alegre, sonriente, hasta podría decirse que simpático. Escupí mi cigarrillo y lo saludé con un movimiento de cabeza que, seguramente, no llegó a ver.

    La primera parada a la que nos dirigió Billy Grey fue un bar, pues era evidente que llevaba tiempo deseando una cerveza. Durante esa pequeña reunión me encargué de fumar otro cigarrillo y mirarlo, sin decir palabra. Ni siquiera contesté a su pregunta, porque no consideré que mi respuesta fuese la gran cosa, y sólo le dediqué una expresión seria, silenciosa, rodeada de humo… ¿Por qué no me inspiraba respeto? Era… Cómo decirlo… No era para tanto… (Claro, no iba a decir esto en voz alta, lo que me valió el apodo de “Mudo”).

    Dicho sentimiento se acrecentó cuando volvimos, luego de su acalorada discusión con el Judío. Me mantuve al margen y no intervine. Simplemente me dediqué a oírlo apoyado contra una pared, sin dejar de fumar en el proceso… Hasta que finalmente, todo terminó con que debíamos ir a recuperar la moto del Presidente al mismísimo club de The Angels of Death…

    Resoplé. Genial… Sencillamente genial… Seguro que todavía se acordaban de mí en ese lugar. Mi presencia no iba a traer paz, precisamente.

    Lamentablemente, debo recordar dónde estoy parado —fue la respuesta que le di a Bobby Munson cuando nos indicó dónde estaban las armas.

    Elegí: una pistola, dos puños de hierro y un bate. Esperaba que tener semejante arsenal encima dejara satisfecho al caprichoso del presidente.
     
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