Henry Entré a las instalaciones del club sin decir una palabra. Los que se habían quedado aquí, levantaron la cabeza para dar cuenta del lamentable estado en que se encontraban los que habían peleado. Mi rostro todavía estaba cubierto por la sangre de Pelotita y McKenzie. Casi no hubo necesidad de palabras, las peores noticias ya formaban parte de nuestras miradas. Ni siquiera el Judío podía encontrar palabras para darnos aliento en tan difícil situación. Pero justo en ese momento llegó Ajax, cargando a uno de los neonazis y moliéndolo a golpes; la escena finalizó con nuestro líder arrastrando al Nórdico por el cuello de la camisa hacia una habitación, seguido por otros de nuestros hermanos. Decidí que iba a seguirlos, pero me moría de sed. Y esta vez quería tomar algo suave, mi estómago no se hallaba en condiciones de aguantar al whisky de Piney. Sin más, me dirigí hasta la barra, donde tras rebuscar entre decenas de botellas, di con un licor dulce. Un vaso me bastó para darme algo de energía, aunque de ningún modo me levantó el ánimo. Pero había algo que tal vez lo hiciese: la cara del neonazi. Pasé entre las demás personas, tomando el camino por el que se habían ido el Judío, Ajax y el Grandullón. Estaría bien saber qué tenía para decir el excampeón de pulsos. Contenido oculto @rapuma Voy a ver qué hacen con Blumer :P
Angus Martin no pudo con su curiosidad y se acercó a los dos chicos que se mantenían de pie en medio del comedor. Pasó por la derecha de Nathan y dio la vuelta por la izquierda de Tate; examinándolos, viendo sus ropas, sus heridas y su temple. —¿Quienes son? —preguntó con total naturalidad. Veía la sangre seca y los cortes, pero no entendía si eran dos civiles que habían saltado en su ayuda o simplemente dos novatos que él desconocía; aunque este último punto no parecía muy factible ya que no vestían el negro. —¿Por qué están aquí? Jonathan detuvo su marcha, dejando ir a Ajax e Iroquis con el prisionero. La miró a los ojos y advirtió el quemante de sus ojos; aquel fuego que Ryshia parecía haber perdido ahora recobraba fuerza, más que antes inclusive. Afirmó lentamente, estudiando sus suaves facciones. —Eres activa nuevamente, Asesina. —y sin poder decir más, siguió a sus hermanos. Ni bien entrando al pasillo de las habitaciones ves la luz de una puerta entreabierta. Escuchas unos golpes, quejidos, un gemido y más golpes. A medida que tus pasos rompen los metros que te separan de la última habitación a la izquierda, puedes sentir los jadeos cansados de alguien que continua golpeando algo. Al cruzar el umbral ves a Blumer sentado, atado de las manos y pies. Iroquis le dio una enorme paliza y se sienta en un costado de la gran cama. Jonathan bebía de una cerveza mientras que Ajax se masajeaba los nudillos. Los tres Lost están sin las chaquetas, completamente desnudos en la parte superior. Transpirados, dolidos, descargan su frustración con el Nórdico que está desfigurado. —Te lo pregunto una vez más. ¿A dónde se fue tu jefe? —la pregunta fue de Ajax, conservando la calma. Blumer estaba aterrado, se le veía en los ojos celestes. Negó varias veces sin poder hablar, un par de calcetines le impedían modular correctamente. Ajax volvió a golpearle el rostro con fuerza, con tanta que algo se quebró debajo de sus nudillos. El nazi comenzó a dar gritos sordos, opacados por los calcetines. —Mierda Ajax le quebraste el pómulo. —dijo Iroquis sin darle mucha importancia; tomó la botella que Jhonny le pasó. —Campeón, que bueno verte. Estamos con nuestro nuevo mejor amigo y está pensando decirnos dónde está Zobelle. ¿No es así, querido amigo? —Blumer volvió a negar, gritando a voz de cuello, pero apenas se sentía un gemido ahogado. Era evidente que quería decir algo, pero no podía por lo que tapaba su boca.
Tate Nolan Ni siquiera pude escuchar la respuesta de Nathan cuando un miembro del club de Lost se comenzó a acercar a nosotros, pasando por al lado de Nathan y finalmente dando una vuelta al lado mio, mirándonos probablemente las heridas que teníamos y haciéndonos un par de preguntas a los dos. Tragué algo de saliva un poco nerviosa y me coloqué un poco más cerca de Nathan solo por si acaso. — Yo me llamo Tate... — murmuré mirando al hombre frente a nosotros — Y... pues... después de todo lo ocurrido.. se nos dijo que eramos bienvenidos... — Bueno.. no creía que todos pensaran así pero, algo era algo y tan siquiera por ahora estábamos relativamente a salvo hasta que hablaran con nosotros de lo que fuera que tuvieran que hablarnos.
Nathan Morgan Aún seguíamos allí parados sin saber como reaccionar, me encontraba escuchando lo que decía la mujer lentamente, mientras asentía con la cabeza, entendía lo que sentía. Realizó una pregunta, me quedé pensativo toqué mi barbilla y me quedé pensativo, mi mano izquierda adolorida seguía pegada a mi cuerpo, alcé mi dedo a punto de contestar, pero alguien del grupo se nos acercó. "¿Quienes son?... ¿Por qué están aquí?..." Preguntó lo miré un poco confundido, mientras tardaba en encontrar las respuesta en mi cabeza, la chica se adelantó y le contestó algo que no pude entender. Estaba sumido demasiado en mis pensamientos hasta que pude procesar las preguntas.—Yo soy Nathan...—respondí alzando levemente mis hombros de forma despreocupada.—Salvamos a su amigo, James, de los Nórdicos, estabamos escapando cuando aparecieron.—respondí, antes de que mi rostro volviera a la confusión.—¿Y tú eres?—pregunté, al menos era el único que se dirigía a nosotros y no nos ignoraba.
Henry Me interné en la penumbra del pasillo que daba a las habitaciones, con pasos desganados y las manos en los bolsillos. No eran pocos los aposentos que había en The Lost y, ciertamente, me generaba una sensación de pereza la idea de tener que ir revisando habitación por habitación para dar con aquella en la que tenían cautivo al Nórdico. Hubiera vuelto sobre mis pasos para intentarlo más tarde, con el dolor un poco más flojo, cuando noté una línea de débil color amarillo estirándose sobre el suelo. La luz que se colaba a través de una puerta. Alcancé su umbral en unas pocas zancadas. Lo que encontré fue una gratificante escena: el asqueroso neonazi atado de pies y manos, siendo vapuleado por la ira de The Lost. Ajax, Iroquis y el Judío se habían quitado las camisas para propinar, cada uno a su tiempo, la merecida paliza a Blumer. En otra situación, me hubiera estremecido ver cómo los huesos de su pómulo cedían ante la violencia de Ajax; pero ni una sonrisa me arrancó tal espectáculo, los gritos ahogados del neonazi. —Campeón, que bueno verte —fueron las palabras con las que me recibieron al interrogatorio—. Estamos con nuestro nuevo mejor amigo y está pensando decirnos dónde está Zobelle. ¿No es así, querido amigo? Blumer, a modo de respuesta, negó con la cabeza y siguió soltando sus gritos ahogados, producto de algún trapo que le habían metido en la boca. Entonces me pareció notar que trataba de modular algunas palabras, las cuales no se entendían gracias a lo que fuese que le habían metido en la boca. Caminé con firmeza en su dirección, sintiendo que cuanto más cerca lo tenía, más furioso me sentía. Los neonazis me dan asco, pero los Nórdicos… Le quité la mordaza de la boca y un par de calcetines que le habían encajado en la garganta. Lo fulminé con una mirada gélida. Mi rostro seguía cubierto de sangre. —Hoy no tengo paciencia —le dije, tomándole la barbilla y obligándole a alzar la cabeza, para que me mirara a los ojos—. Como no nos digas dónde está tu jefe, romperé el resto de los huesos de tu cara. Hoy no tengo paciencia. Te prometo que soy el menos amable de los aquí presentes ¡Habla ya, hijo de perra! Le solté la barbilla y propiné un único pero potente puñetazo a su pómulo fracturado.
Angus los escuchó atentamente, relajado en su silla de ruedas, con las manos descansando sobre sus piernas. Cuando escuchó la pregunta de Nathan su cabeza giró como un resorte en su dirección. —Angus Martin; uno de los precursores en cilindradas. Todos los que ayudan a un hermano mío es bienvenido por mi parte, tomen asiento y sírvanse en la barra una cerveza. Me hacen doler las piernas de tanto estar parados. —se golpeó las mismas con fuerza. —No se crean, hace años que no las siento. —y sin decir más se alejó empujando las ruedas. - Blumer gritó, comenzó a lagrimear del dolor; era un sujeto fuerte pero esto era demasiado, de todas formas no lloraba por voluntad propia, el dolor era demasiado incluso para él. —¡No sé donde está! ¡No sé, maldita sea, no lo sé! —Ajax le tomó por el cuello pero el neonazi habló rápido. —¿¡No se preguntaron por qué rayos sabíamos cómo encontrarlos!? ¿¡EH!? —Jonathan detuvo a Ajax y se acercó a Blumer. —¿Qué quieres decir? —Blumer a su pesar no pudo sonreír, el golpe de Henry le impedía hablar con fluidez. —Tienen una rata. Irónico, ¿verdad? Enfatizas tanto en una hermandad que parece que los hermanitos no están tan unidos como parecían estar... —esta vez fue Jonathan quién lo tomó del cuello y apretó con fuerza; la tráquea comenzó a hundirse. —¿¡Quién es la rata!? —Blumer negó mientras su rostro cambiaba de tonalidad a rojiza. El irlandés Chibs interrumpió el momento. —Jhonny... —el Judío aflojó el agarre y lo miró. —¿Qué sucede? —Chibs estaba con las manos ensangrentadas y una sombra oscurecía sus ojos. —Tenemos que hablar, jefe. ¿Podemos hablar en privado? —Chibs se veía derrotado, cansado. —¿Qué sucede? ¿Cómo esta Jim? —todos miraron en dirección al médico. —Por eso debemos hablar en privado, Jhonny... —Chibs se apartó y Jonathan tomó su playera, su chaqueta y lo siguió no sin antes de que con una seña invite a Henry a seguirlo. —Ustedes intenten sacarle a este bastardo quién es el traidor. —caminaron hasta la mitad del pasillo donde el irlandés se detuvo. Cuando Henry se les unió comenzó a hablar. —De momento no sabe nada... ha sufrido un fuerte trauma en los nervios torácicos inferiores; son parte de la columna vertebral... está paralizado. No lo sabe... creo que es mejor que se lo digas tú antes que cualquiera de nosotros. Ha preguntado por ti muchas veces cuando estaba consciente... —Chibs se oía rabioso, furioso de que no pudiera hacer nada más. Jonathan le palmó el hombro. Los ojos del Judío reflejaban una tristeza nunca antes vista. —Gracias por todo... Henry, vamos.
Tate Nolan El hombre frente a nosotros se había presentado como Angus Martin nos había dado el visto bueno al parecer, una persona más agregada a mi lista de "Intentar hablar con ellos si nos quedamos aquí", aunque prácticamente con él solo habían cuatro personas en esa minúscula lista, al primero de todos lo seguía sin ver por aquí y me estaba comenzando a inquietar, y claro, también me inquietaba no saber cual era el estado de aquel lost que me imaginaba que ya estaría atendido y a salvo. Pero por lo mismo tal vez sería mejor que sus compañeros le visitaran primero... Suspiré y miré los sillones y luego a Nathan — Yo no tomo... así que... iré a sentarme un rato... — murmuré caminando lentamente a uno de los sillones para sentarme en justo al final de este con una leve mueca de incomodidad por las heridas, esperando a que todo acabara y se solucionara lo que se pudiera. Ya había sido un día bastante largo.
Nathan Morgan Me encontraba indeciso, la barra estaba solitaria, pero a la vez la chica se había marchado. Uno de los integrantes nos había dado el visto bueno para estar por allí, sonreí levemente, un poco más calmado, aún así, me sorprendió que un hombre como él, en silla de ruedas, sobreviviese a ese estado sin demasiado problemas. Mojé mis labios con mi lengua, con todo lo que había pasado, quizás una cerveza fría, sólo una, pudiese calmar todo el dolor y cansancio que sentía. Sentía la impulsividad y la ansiedad, estaba solo, aún de pie. Miré a la chica y me acerqué rápidamente a dónde ella. Mientras le decía.—¡No dejes que me acerque a la barra...!—respondí errático antes de controlar mis impulsos.—No debo beber... nada—respondí alzando levemente mis brazos en dirección de Tate mientras me sentaba, no podía permitir que de nuevo comenzara la adicción.
Tate Nolan Me había quedado bastante centrada en mirar los detalles del club con cuidado, aunque sabia que probablemente en algún momento necesitaría investigar detrás de las puertas que se presentaban, solo para curiosear y pasar el tiempo. Pero ahora necesitaríamos esperar a que se diera esa angustiante charla que nos tenían preparada, ¿sería de los dos la única que estaba nerviosa por eso? "¡No dejes que me acerque a la barra...!" Abrí mas mis ojos con sorpresa y me pegué lo más que pude al respaldo del sillón por la sorpresa, asintiendo tímidamente ante tan errático favor que me pedía, porque... era un favor, ¿no? "No debo beber... nada" Y finalmente se sentó a mi lado, dando por terminada su petición — V-Vale... no te dejaré acercarte a la barra a beber... — murmuré algo confusa — Entonces... ¿quieres que intente conseguirte agua o algo así?..
—Marica... —soltó Brian Jeremy, que también estaba sentado en uno de los sillones y estaba lo suficientemente cerca como para escuchar la conversación entre ambos. Estaba pálido pero poco a poco comenzaba a recobrar el color de su cuerpo. —La cerveza es para hombres, niño. Si no puedes con ello sería mejor que encuentres otro lugar donde sentar tu trasero. —se acomodó las gafas sobre sus ojos y se rascó la nariz antes de reír. Jeremy era la rata de Lost, ninguno más que el propio presidente del club, le tenían aprecio.
Nathan Morgan "Entonces... ¿quieres que intente conseguirte agua o algo así?..." Asentí con la cabeza levemente mientras miraba el techo apoyado en la silla. Estuve así durante unos segundos, pero estaba muy cansado, cerré mis ojos por un momento hasta que escuché la voz de uno de los tipos de por allí. "Marica... La cerveza es para hombres, niño. Si no puedes con ello sería mejor que encuentres otro lugar donde sentar tu trasero." Lo miré por un momento y alcé mis cejas confundido. No lo reconocía, así que alcé mis hombros y simplemente le dije.—Eso no fue lo que me dijo vuestra madre cuando la fui a visitar anoche.—respondí con una leve sonrisa mientras miraba esta vez a Tate, ignorando al tipo.—Si todos los tipos son como éste idiota, creo que nos matarán por mi culpa.—le dije en un susurro.—Aceptaré vuestra solicitud de traerme un vaso de agua.—respondí con una leve sonrisa mientras volvía a apoyarme en la silla y cerraba levemente mis ojos.
Tate Nolan Cuando estaba a punto de levantarme para ir por un bote con agua o algo así pero cuando estaba apunto de partir uno de los miembros habló precisamente para insultar a Nathan por no querer tomar alcohol y de inmediato cerré levemente mis ojos, ojalá no se iniciara nada malo. "Si todos los tipos son como éste idiota, creo que nos matarán por mi culpa. Aceptaré vuestra solicitud de traerme un vaso de agua." Solté una pequeña risa nerviosa ante su primer comentario y antes de que se siguieran bombardeando con comentarios me levanté del sillón y me aproximé a la barra, en específico a la mujer que me había hablado e invitado a seguirla aquí — Hola... ¿ustedes tienen agua por aquí? — pregunté con una pequeña sonrisa amable y me coloqué al lado de ella sin llegar a sentarme en los taburetes — Ah.. por cierto... mi nombre es Tate, un placer.
Brian Jeremy se levantó del sillón como un resorte, gruñó cuando sintió sus heridas palpitar pero poco le importó. Caminó a zancadas hacia Nathan y lo empujó: Piney que estaba sentado junto con Bobby, le gritó: —Oye idiota, ¿no crees que tenemos problemas para seguir creando otros? Regresa tu lastimoso trasero al sillón y espera a que Chibs venga a revisarte. —Brian Jeremy miró con odio al anciano pero sabía que estar en contra de las palabras de uno de los fundadores del club podría ser un tiro por la culata. Miró a Nathan con recelo. —Cuando vuelva Billy él me oirá lo que tengo que decir. —y volvió a sentarse, cruzado de brazos. Piney retomó la charla con Elvis. Jean Nokes apenas había notado el pequeño conflicto, pero estaba tan ensimismada en sus pensamientos que nunca entendió que había ocurrido. Movió la cabeza como si hubiera despertado ante la pregunta de Tate y volvió el rostro hacia ella con una ligera sonrisa. —Hay agua fresca, si... es lo que se toma luego de las fiestas, para intentar opacar la resaca. Lo único tendrías que volver a llenarla con la canilla que hay ahí detrás de la barra. Los chicos se molestan cuando su "píldora" anti dolor de cabeza se acaba. —luego desvió la vista hacia Nathan. —La verdad es que no recuerdo haberme presentado tampoco, Tate... tengo la cabeza en mil cosas. Me llamo Jean... ¿y el chico es tu novio? —no recordaba haberlo visto junto con Tate.
Henry El golpe que le había dado en la cara terminó por causarme algo de dolor en los nudillos; pude sentir cómo los huesos rotos de su rostro se movieron bajo mi puño, clavándose en él. Aquello hizo que el neonazi, que en la vía pública iba con ademanes de que era la gran raza superior, terminara llorando como una nena chiquita a causa del dolor. Era un espectáculo bastante lamentable y divertido a partes iguales, pero ni eso me sacó una sonrisa. El dolor que habitaba en mi pecho era grande, y quién sabe cuánto tiempo pasaría hasta el momento en que calmara. Pero el inútil de Blumer parecía no saber realmente dónde se encontraba Zobelle y, para colmo de males, dejó caer el dato de que había un traidor entre nosotros. En aquel momento fruncí el ceño y lo miré con desconfianza, sospechando que se trataba de una trampa para causar confusión entre los hermanos de The Lost. Blumer pareció intentar sonreír, pero fue mejor para él que no pudiera hacerlo, porque habría recibido un golpe que le bajaría todos los dientes. Mas, no pude replicar, porque los demás intervinieron en la conversación. Así, sin más, seguí al Judío en cuanto me llamó. Chibs nos trajo otra mala noticia que no hizo más que alimentar mi dolor y furia: Norrington había quedado paralizado… Bajé la cabeza… Apreté los puños… Mirando el suelo con una rabia que apenas podían contener. Podía entender que estas cosas pasaran en el mundo de la delincuencia. Los que vivimos en esta tierra de nadie, estamos siempre expuestos al peligro. Nos vemos obligados, más de una vez, a luchar por el todo o la nada. Y en esas contiendas especiales, algunos se quedan en el camino, atrapados por la muerte; otros pierden sus extremidades; o quedan discapacitados. Los dedos de las manos no me alcanzan para contar las veces que fui testigo de estas desgracias. Y sin embargo, nunca podía digerir del todo bien cuando dichas desgracias tocaban a alguien cercano. —Te sigo —le respondí al Judío, que ya había empezado a alejarse de Chibs. Pronto lo dejamos atrás—. Juro por mi vida que estos desgraciados se arrepentirán para siempre de haberse metido con nosotros.
Tate Nolan Mientras esperaba que la mujer me diera una respuesta o correspondiera el saludo un pequeño conflicto había surgido con Nathan, lo cual me hizo erizar la piel casi por completo, lo menos que podíamos hacer era meternos en problemas con este contexto tan agresivo y triste pero no lo había iniciado él a fin de cuentas.. agh, todo esto era bastante complicado. Pero esta vez la suerte estuvo de nuestro lado y uno de los miembros paro todo antes de que algo malo comenzara. Y justo después de eso, la mujer reaccionó y me sonrió levemente, tal y como lo había hecho yo. "Hay agua fresca, si... es lo que se toma luego de las fiestas, para intentar opacar la resaca. Lo único tendrías que volver a llenarla con la canilla que hay ahí detrás de la barra. Los chicos se molestan cuando su "píldora" anti dolor de cabeza se acaba." Asentí levemente a sus indicaciones y me encaminé a tomar una de las aguas frescas, luego le diria a Nathan que tenía que llenarlo cuando lo acabara, yo por ahora y por todo lo ocurrido no tenía ni apetito o sed. — No tienes que preocuparte, con todo lo que ha pasado es normal. Aun así es un placer conocer... " ¿y el chico es tu novio?" Abrí mis ojos con sorpresa y me quedé en silencio por unos segundos sin saber como reaccionar — A-Ah.. no... no es mi novio — me aclaré llevando mi mano libre a mi nuca, un tanto nerviosa por tan repentina pregunta — Realmente nos conocemos desde que llegamos allí, pero puedo decir que es una de las personas que más le tengo confianza.
Nathan Morgan El tipo luego de decirle eso que obviamente le ofendió se acercó hasta mi, lo esperé tranquilo, casi con una sonrisa en mi rostro. Me empujó, mi semblante cambió por un momento: "No hagas ninguna estupidez, Nathan", apareció en mi cabeza y gruñí interiormente mientras miraba al tipo. Estaba a punto de levantarme y hacerle frente al tipo, pero uno de los miembros de The Lost interfirió y evitó que algo sucediese. Suspiré un poco y mi mano derecha que estaba preparando un golpe se relajó. El tipo dijo algo entre dientes y se marchó. Miré al hombre que interfirió por un momento y moví mi cabeza casi diciendo un: "Gracias", mientras observaba la charla entre Tate y la chica de la barra. Moví mi hombro herido en forma circular, dolía menos que hacía un rato, así que era una ventaja. Moví mi cabeza por el lugar, pero no parecía haber señales o no reconocía a ninguno de los que nos ayudaron a escapar luego de la pelea con: Leland "el maníaco poseído".
Si quieren poner drama al texto, adelanten este video al 1:19 :3 —Los atraparemos y le haremos pasar su último día en la tierra como si fuera el mismísimo infierno. Te lo aseguro. Los atraparemos... los atraparemos. —caminó a paso lento hacia la habitación donde Chibs trataba los heridos. Abrió la puerta y se encontró con Jim acostado sobre una cama, Melani descansando en otra y a Cowboy sentado entre ambos en una silla; levantó la vista y miró a Henry. —Que bueno verlos. Están estables, pero... —el Judío lo detuvo en seco cuando alzó la mano; Cowboy entendió y salió de la habitación, cerrando la puerta tras él. Jhonny tomó la silla y se sentó mirando a James. Éste abrió los ojos con debilidad. —¿Te has golpeado con un árbol de nuevo? —preguntó con la voz ronca; el rostro de Jonathan tenía un ligero corte sobre la nariz. —Que bueno que traigas al Campeón contigo... es bueno ver que un boxeador se preocupa por mí, nadie se metería conmigo, ¿eh? —Jhonny sonrió levemente ante el humor de Norrington. —No. Ningún árbol esta vez... —no sabía como decirlo, no sabía como comenzar. James volvió a hablar. —¿Habrá alguien en mi puesto hasta que me recomponga? —Jhonny bajó la cabeza, se mordió el labio y volvió a mirarlo. —Estábamos pensando en Juice. No es seguro aún... pero siempre el enfermo por las motocicletas seras tú. —James intentó reír pero el dolor se lo impidió. —¡Wow!... Juice... estará contento... —Klebitz tragó fuerte, era algo difícil. —Jim... hay... algo de lo que debemos hablar. —James ladeó el rostro para verlo de frente, su cabeza estaba sobre la almohada. —¿Están todos bien? He oído lo de Hopper y Mckenzie... pero, ¿los demás, están bien? —Jhonny se pasó la mano por la frente, se le estaba haciendo imposible. —Todos están bien. Pero... es sobre ti, James. —Norrington alzó las cejas, sorprendido. —¿Qué...? —Jonathan miró a Henry para tomar valor, movió la cabeza, negando. —Dios... verás, te vas a casar, ¿no es así? Te vas a casa con Emma y Carol y serás papá de nuevo. Emma me lo dijo; serás un gran padre. Pero tus rodillas... cuando tuviste el trauma... —James negó levemente sin comprender. —Jhon... —pero el Judío le cortó. —No podrás volver a andar. Lo siento. Lo siento tanto... —James abrió la boca y miró el techo; unas lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Su rostro estaba decepcionado, sin poder creer la noticia. —Mírame. —ordenó su jefe; Norrington le miró sin consuelo en sus ojos. Apretó con ambas manos la mano de él en una muestra de cariño y dulzura increíbles. Era una caricia como la de un padre a un hijo. —Nada, te juro que nada me impedirá ir a verte cuando acabemos con esto. Eres mi hermano, Jim. —James le miró por unos pocos segundos. —¿Crees que merecíamos la pena? —Jonathan sonrió, apretando la mano. —Sí... —entonces James volvió a cerrar sus ojos, necesitaba descansar. Se levantó de la silla, comprobó los estados vitales de Melani y le besó la frente. Golpeó sin fuerza el hombro de Henry. —Venga. Vamos al comedor. —Si le tienes confianza supongo que puedo darle mi voto de la duda, ¿no? —estiró la mano hacia Nathan; Jean era hermosa pero muy masculina como cualquiera de los más rudos que estaban en el club. —¿Cómo es tu nombre, muchacho? —pero entonces Jonathan ingresó al comedor, seguido de Henry, Chibs, Cowboy, Ajax e Iroquis. Todos miraron asombrados como el vicepresidente albergaba lágrimas en sus ojos aunque no las derramaba. Se paró en una de las mesas. —¡Vengan ahora mismo! ¡Vamos! —poco a poco la congregación se llenó; todos miraban ansiosos y expectantes lo que sea que tenía que decir el jefe. —Muchachos han pasado pocas horas desde lo que ocurrió y no hay uno solo de nosotros que no lo haya dado todo. Algunos han dado más... hemos perdido al Chulo, a Pelotita, Mckenzie... y a James. El trauma de su lesión le rompió la espalda... y le ha paralizado. No volverá a caminar. No volverá a andar con nosotros. —todos se mostraron sorprendidos por la noticia, aumentando su odio. —Pero puede hablar. ¿Y saben qué ha dicho? Me ha preguntado si merecíamos la pena. Hemos cometido errores; todos nos hemos preguntado qué hacíamos aquí y todos hemos pagado el precio de la lucha... y sufrido el dolor de la derrota. Muchos hermanos terminaron en prisión; muchos otros bajo tierra. Pero no me daré por vencido; voy a quedarme aquí con ustedes, a su lado. Voy a seguir adelante con esto. Y por Dios que entraremos en Alemania si ese bastardo decide esconderse allá, y espero que así sea. Y aquí estamos... padres, hermanos, santos... y pecadores. No soy quién para obligarlos a decidir quedarse en el club, el club está aquí y prospera por ustedes, no por mí. ¿Quién está conmigo? —y de inmediato, todos comenzaron con girtos eufóricos, nunca abandonarían a su amado vicepresidente; el único que no gritaba era Brian Jeremy quién se mostró enfadado. Los que seguían callados también era Nathan, Tate, Henry, Ryshia y Caterina. Ellos debían de decidir si seguían o no.
Ryshia Las noticias la enmudecieron por unos instantes; sentía esa presión en el pecho, esa que no deja respirar y pareciera que alguien te quiere empujar al suelo; pero se mantuvo firme apretando sus puños por coraje –Esta es mi familia... y lamentarán el hecho de haberla mermado de esta manera. Estoy con todos ustedes en esto– Sus palabras fueron cortas pero certeras; no podía decir más, el aliento no se lo permitía; sólo sentía como el calor corría por todo su cuerpo, el odio hacia aquellos asesinos, la desesperación de no haber hecho nada por ayudarlos; pero sobre todo el valor por el simple hecho de vengarlos.
Nathan Morgan "¿Cómo es tu nombre, muchacho? " Abrí mis ojos levemente, la chica que estaba hablando con Tate me hizo una pregunta, estuve a punto de contestar, pero de un momento a otro múltiples personas salieron y aquel que parecía el líder simplemente se colocó encima de una mesa y comenzó a hablar. Literalmente, resumió el estado de las últimas horas, las personas perdidas aunque desconocidas para mi, me parecían bajas dolorosas. En ese momento tocó el tema de James, suspiré levemente al escuchar su condición, extrañamente me lo imaginaba... Había recibido demasiado castigo. "Parece que no logramos salvarlo por completo..." pensé mirando el suelo para luego mirar a Tate que aún permanecía cerca de la barra.—Al menos hemos escapado...—susurré mientras continuaba con su charla de cierta forma motivadora, sonreí un poco, no de burla, sino de cierta forma... aceptaba su forma de pensar casi extremista. Asentí con mi cabeza mientras a mi alrededor los miembros vitoreaban, era extraño... diferente, diferente estilo de calidez, casi una familia desconocida. "¿Quién está conmigo? " Me quedé dudoso... Muchos alzaron sus gritos, pero yo... no era parte de eso, al menos aún no. "¿Me sentiré libre?", me pregunté cansado mientras miraba mis manos, sin entender exactamente, el tiempo se detuvo mientras mis pensamientos viajaban por mi cabeza "¿Qué deseo?, ¿Qué ando buscando en realidad?", ese tipo de dudas rondaban mi cabeza. "En pocos días habían pasado muchas cosas que no entendía, pasé de ser un don nadie alcoholico, a ser un boxeador de poca monta, luego un Nórdico, y ahora... ¿Los Lost me darán una oportunidad?", cerré mis manos en forma de puños por un momento; "Se lo debo, no lo conocía y aún así permití que lo capturaran..." me dije pensando en James, no sería venganza, sería redención... Giré mi rostro por un momento y vi a la chica que había comenzando todo conmigo con los Nórdicos, le sonreí levemente, aunque no se hubiese fijado en mí. Luego miré al hombre encima de la mesa y di un paso al frente, alcé mi puño y lancé un grito, en solidaridad... Sería parte de ésto.
Tate Nolan "Si le tienes confianza supongo que puedo darle mi voto de la duda, ¿no?" Asentí levemente a su comentario y nos acercamos a Nathan, donde Jean no tardó mucho tiempo en preguntarle su nombre aunque.. de cierta forma él no le alcanzó el tiempo para responder ya que lo que me suponía que era el líder de los chicos de Lost los reunió a todos y comenzó a hablar sobre sus perdidas, pero cuando llegó al nombre de James mis ojos se abrieron con una mezcla de sorpresa y tristeza. Solo sentí un pequeño alivio recorrerme el cuerpo cuando aclaró que él si estaba vivo pero... jamás volvería a caminar... estaba paralizado y no podía evitar sentir un nudo en mi garganta, no sabía si el sentimiento de culpa desaparecería en algún momento o el pensar si hubiéramos podido hacer algo diferente para evitar que hubiera terminado así... o si hubiéramos actuado de forma diferente.. Algo cabizbaja seguí escuchando la charla motivadora de su lider, en definitiva ellos eran más calidos y sí parecían cumplir lo queme había dicho ese chico que al no estar aquí ya me imaginaba lo peor, suspiré tratando de tranquilizarme un poco y una vez al lado de Nathan donde busqué su atención jalando una parte de su camisa y entregarle su botella de agua una vez que ya había entrado a los gritos que significaban que lo seguirían. — Te seguiré...— murmuré aun sin soltar mi agarre de su camisa, "Esta vez lo intentaríamos hacer lo mejor posible..", "Esta vez intentaría que fueran diferentes las cosas.." pensé mirando el suelo por unos leves segundos volví a alzar la mirada y asentí levemente a su proposición, no me veía con muchos animos como para gritar tal y como lo estaban haciendo ellos. — Nathan.. esta vez tenemos que hacerlo mejor, ¿no?
