One-shot de Pokémon - [Terror/Tragedia] El Castigador

[Terror/Tragedia] El Castigador

Hola a todos!

Como prometí aquí les traigo otro one-shot recién escrito, es verdad está cortísimo disculpen por eso, es de terror con un poco de tragedia para variar, ya que la gran mayoría de los fics que he visto tratan de romance, y pues quise escribir algo diferente, espero que les guste. No sean tan duros es el primero que escribo en este género xD, bueno aquí se los dejo.

El Castigador.
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Su nombre es Brock. Es un joven actualmente de 20 años, pero cuando todo esto sucedió él tenía la edad de 18, era una persona normal, viajaba con sus amigos, de vez en cuando molestaba a algunas chicas pero no hacía nada grave, en un solo momento de locura su vida dio un giro de 180 grados…

Como siempre Brock y sus amigos al llegar a una ciudad se dirigían al Centro Pokémon, ¿Por qué? Simple. Porque el protagonista de esta historia deseaba ver a “su” enfermera preferida, como he dicho anteriormente, él molestaba a las chicas, en especial a Joy, sin importar en que ciudad se encontrara, él siempre hacia lo mismo. Esta vez la enfermera no tuvo la habitual reacción al contestar de una manera grosera debido a la presión de su engorroso trabajo, cosa que no le agradó mucho…

-¿Lo ves, Brock?- decía una chica castaña reprimiendo a su amigo. –Eso te ganas por molestar a la enfermera.

-May tiene razón- agregaba su “mejor amigo”, usaba una gorra y tenía un Pikachu junto a él.

Brock estaba paralizado ante tal contestación, jamás espero que le respondiera de esa manera, agregando la manera en que sus “amigos” lo trataban hizo que su corazón de pollo se despedazara y que en su interior se liberara un lado de él que nadie conocía y con eso me refiero a ni siquiera él mismo.

-¡Tú vienes conmigo!- decía otro de sus llamados amigos, un niño con grandes anteojos jalaba de una de sus orejas y arrastraba su cuerpo por los suelos, al igual que su dignidad que también estaba por los suelos.

Después de la pequeña escena en el Centro, Brock y sus amigos fueron a comer para posteriormente ir a pasear por la ciudad, pero lo que nadie notó es que él estuvo callado todo el día, nadie, ni siquiera el mocoso entrometido de Max se había percatado de su discreción.

El anochecer había llegado y el grupo se dirigió de nueva cuenta al Centro Pokémon donde se encontraron a la Enfermera Joy y le pidieron una habitación para pasar la noche, esta última sintió como una fría y penetrante mirada se concentraba en su ser, efectivamente era la de Brock, aunque prefirió ignorarlo por completo y seguir con sus labores.

Aquella noche sería la que cambiaría la vida de Brock completamente, ése lado de él que había despertado hace ya algunas horas, comenzaba a idear repugnantes imágenes en su cabeza, imaginándose a él mismo asesinando a una persona, violando alguna chica o apuñalando algún pokémon.

Su retorcida y maniaca mente comenzaba a hacer de las suyas, en ese preciso instante la demencia se apoderaba no sólo de su cabeza, si no también de su cuerpo y por lo tanto de sus acciones. No lo pensó dos veces, se levantó de su litera y salió sigilosamente de su aposento.

Caminaba cautelosamente por los pasillos del Centro Pokémon en busca de alguna víctima, comenzó a espiar cada rincón del inmueble hasta que en la cocina dio con la persona que tenía más deseos de encontrar, la Enfermera Joy, pero no por las mismas razones que antes, como para hacerle halagos mientras tomaba su mano, esta vez tenía otros planes en mente…

-Pero que tenemos aquí…- dijo con una voz que asustaría a cualquiera. –Es la hermosa Enfermera Joy.

-No puedes estar aquí, es muy tarde- Fingía no estar atemorizada aunque le temblaban las manos.

-Discúlpame, no lo sabía- Se acercaba cada vez más a la enfermera y la tomaba por la cintura.

-¿Qué haces?- intentaba safarse pero Brock era demasiado fuerte. -¡Suéltame!

-Será mejor que no hagas ruido o te podrías arrepentir- Sacó una pequeña navaja de su bolsillo y comenzaba a pasarla suavemente por el cuello de la joven.

-No, por favor- algunas lágrimas comenzaban a salir de sus cristalinos ojos.

-Entonces tendrás que obedecer a todo lo que te ordene- dijo mientras comenzaba a despojarla lentamente de sus prendas de vestir.

-No hagas esto, te lo ruego- intentaba cubrirse hasta que recibió una bofetada de Brock.

-Que cobarde, sólo nos divertiremos un poco- dijo mientras usaba su diminuta pero amenazante navaja para tajar pausadamente sus prendas interiores hasta dejarla completamente desnuda.

La escena había comenzado, Brock hizo cuanto pudo con ella, todas aquellas fantasías que por algún tiempo sólo se encontraban en su insana mente se habían vuelto realidad, la enfermera se encontraba doliente en el piso, con muchas lágrimas corriendo por su rostro.

-¿Verdad que te divertiste?- la joven intentaba ponerse de pie, pero él se lo impidió. –Oh, no; no intentes levantarte, yo terminaré con tu sufrimiento.

-¿Q-qué vas a hacer?- alcanzó a decir, la respuesta era bastante obvia, Brock se acercó hacia ella con su navaja en mano y la tomo por el cuello.

-Lo siento, pero esto no lo debe saber nadie- una malévola sonrisa se dibujó en su rostro antes de seccionar su pescuezo, como si un animal se tratase.

Esa fue la noche en que Brock jamás volvió a ver a sus amigos, el huyó inmediatamente de ese lugar, vivió como un fugitivo repitiendo una y otra vez lo que hizo aquella noche, no ha sido atrapado hasta ahora, y realmente se desconoce su paradero ya que no permanece mucho tiempo en un solo sitio, solamente se sabe que ninguna chica debe estar fuera muy de noche ya que “El castigador” como le llaman, podría aparecer.

FIN​