Full Metal Panic Tengo tanto que enseñarte (SousukexKaname)

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por EstebanDV, 9 Febrero 2020.

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    EstebanDV

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    Título:
    Tengo tanto que enseñarte (SousukexKaname)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1845
    Tengo tanto que enseñarte…



    — ¿Cuántas veces pasaremos por lo mismo? — Murmuró una bonita joven de piel clara y ojos castaños.


    Ya era la quinta vez está semana, al parecer cierto chico pelinegro la había vuelto a hacer. Siendo sincera con ella misma ya no le sorprendía escuchar que algo explotara de la nada, sabía perfectamente quién era el responsable. Está vez fue justo en medio de la cafetería de la escuela, todo se había vuelto patas arriba luego de aquella explosión, ella solo quería degustar de una deliciosa crema de zanahoria, pero ahora su plato estaba sobre su cabeza bañándola con el líquido naranja, que para su suerte ya no estaba tan caliente.


    ¡¡WAHMM!!


    Ese fue el sonido de un abanico Harisen estrellándose contra la cabeza del joven soldado de ojos grises. Mismos desastres, mismo castigo. A Kaname se le había vuelto algo rutinario, la primera vez que golpeó a su amigo con el abanico ella lo tenía con ella por pura casualidad, ahora ya no salía de casa sin el.


    — Me dolió… — Murmuró el joven pelinegro, quien aún sostenía un detonador en su mano derecha.

    — ¡¡Está ya es la quinta vez!! ¡¡No puede haber un día sin que hagas alguna de tus idioteces!! ¡¡Te voy a…!! —


    Kaname levantó el abanico una vez más, amenazando con golpear al pobre de Sousuke, otra vez. Todo mundo espero la brutal paliza que la chica le daría a su amigo, incluso el joven militar comenzó a sudar frío esperando que su compañera desatará toda su furia contra él. Sin embargo, el golpe jamás llegó.


    — ¿Hmm? ¿Chidori? — Murmuró Sousuke, volteando hacia su amiga.


    Kaname bajó lentamente su abanico y lo guardó dentro de su mochila, relajó sus hombros y suspiró profundamente.


    — Sousuke, acompáñame… — Dijo la joven peli azul con voz serena.


    Ella tomó al confundido chico de su muñeca y comenzó a arrastrarlo fuera de la cafetería. Sousuke no decía o hacía algo para detener las acciones de su protegida, simplemente dejo que lo condujera hacia dónde sea que lo estuviera llevando. Kaname no se detuvo hasta que ambos terminaron en las canchas de rugby donde la chica se volteo hacia Sousuke, para encararlo con una mirada hostil. Ninguno de los dos dijo algo, solo estaban ahí parados viéndose mutuamente. Chidori soltó otro suspiro con cansancio, pero esta vez trato de controlar su enojo lo mejor que pudo.


    — Sousuke, ¿Por qué eres así? — Preguntó la joven de ojos castaños.

    — No se a que te refieres. — Respondió el joven confundido.

    — Hablo de tu tendencia a actuar como si todo a tu alrededor fuese una amenaza… — Recalcó Kaname, bajando la mirada. — Se que debe haber una razón por la que haces esas cosas y quisiera saber cuál es esa razón.


    Cuando la triste mirada de la chica volvió a centrarse en los orbes grises de su compañero, este se puso bastante rígido y tenso. A veces, la astucia de la señorita Chidori podía ser un arma de doble filo, había logrado ponerlo contra las cuerdas.


    — Me temo que no puedo darte esa información, es clasificado. — Respondió Sousuke firme y serio como todo buen soldado.

    — Sousuke… por favor. — Suplico Chidori.


    A pesar de los intentos del joven soldado por ignorar la triste mirada de Chidori, simplemente no pudo resistir a la terrible sensación de culpa. Lo siguiente tampoco lo ayudó.


    — Entonces, tal vez no me consideres confiable, soy sólo otra misión ¿Es eso Sousuke? ¿Soy sólo soy una misión más? — Preguntó la chica con su voz quebrada.


    Ella mantuvo su mirada baja, ensombrecida por los mechones azulados de su cabello. Su cuerpo temblaba y sus manos estaban fuertemente empuñadas, como sí luchará internamente contra ella misma para evitar estallar en irá. Le dolía pensar que Sousuke, ni siquiera la considerara importante para él, como él lo era para ella.


    — Yo ya estoy cansada de todo esto, después de todo lo que pasamos… Y aún no confías en mí, yo... —

    — ¡No! Chidori, por supuesto que confío en ti... — Respondió el joven sargento.


    Kaname se aventuró a subir la vista para ver a los ojos de su amigo, pero él no le devolvió la mirada. Sus ojos grises permanecieron clavados en el cielo, perdiendo casi por completo ese estoicismo que los caracterizaba.


    — No me gusta revivir cosas de mi pasado… — Susurró Sousuke.


    Chidori contempló a su amigo durante unos segundos, el silencio entre ellos se le hizo eterno y muy incómodo. Cuando estuvo a punto de decirle a Sousuke que regresarán a clases, el joven pelinegro se le adelantó.


    — Todo comenzó cuando tenía cuatro años. Perdí a mis padres cuando el avión en el que viajábamos fue bombardeado por terroristas en el medio oriente , pasó aproximadamente a las doce cuarenta y cinco de la noche según como me lo contó mi general…


    Cuando Sousuke comenzó a contar todos los terribles acontecimientos sobre su vida Kaname no podía dar crédito con lo que escuchaba. En varias ocasiones ella soltó lágrimas, en otras, tapaba su boca tratando de suprimir sus sollozos. Incluso hubo ocasiones en las que ella misma se preguntaba el porqué su amigo no había caído en la locura luego de tantos momentos traumantes en su vida, quizás ella tendría pesadillas esta noche.


    — También hubo esa vez en que… — Decía Sousuke, listo para contar su siguiente historia.

    — ¡Basta! Sousuke, por favor… no sigas. — Pidió la chica, con sus ojos llorosos.

    — Pero pensé que… —

    — Con eso fue suficiente, no me hace falta escuchar más. — Dijo Chidori limpiando sus lágrimas.


    Ella vino buscando respuestas y las obtuvo, pero ahora desearía no haber escuchado ciertas partes. El alma de Sousuke estaba llena de heridas y cicatrices que jamás se borrarían sin importar el tiempo que pasará. A pesar de todo, él seguía luchando junto a personas que buscaban la paz mundial, irónicamente, a través de la guerra.


    — Debiste hablar en serio cuando me dijiste que sí me consideras como alguien confiable.— Murmuró Kaname, sin ver a su amigo al rostro.

    — Sí, así es Chidori… — Respondió él, en voz baja.


    Un "Sí" en lugar de un "Afirmativo" fue suficiente para que Kaname sonriera débilmente. Después de todo, Sagara Sousuke no es el robot militar que todo mundo piensa, había un mar de misterio dentro de él y ella estaba dispuesta a explorarlo de costa a costa sin importar con lo que pudiera encontrarse.


    — Creo que debemos ir a clase, aún nos queda media hora antes de que acabe. — Sugirió el joven sargento, volteando hacia la escuela.

    — De hecho, creo que hoy no me siento muy bien para volver a clases. ¿Podría escoltarme hasta mi departamento? Sargento Sagara. — Pidió la chica, sonriendo dulcemente.

    — ¡Claro que sí! ¡A la orden! — Exclamó el joven soldado.


    Durante su caminata, Kaname pudo ver aún más el cambio en el comportamiento de su amigo. Parecía distraído y no tan paranoico como normalmente estaba, definitivamente le había afectado su pequeña charla. El siempre era callado y distante con las personas, aunque respondía a quienes lo llamaban para no ser grosero, pero era muy difícil entablar una conversación con él por más de cinco minutos. Un fuerte rugido en el cielo les advirtió a ambos jóvenes que una tormenta se aproximaba, por lo que decidieron acelerar el paso para evitar quedar atrapados en medio de la tormenta. Como siempre, Sousuke acompañó a su protegida hasta la puerta de su departamento para asegurarse que llegara sana y salva hasta su hogar.



    — Y bien ¿No entraras primero para ver si hay algún tipo de trampa o alguien esperando a atraparme? — Pregunto la chica al ver a su compañero tan distraído.

    — ¿Uhh? ¡E-Es cierto! espere aquí por favor. — Respondió él, entrando al departamento.


    Kaname rió un poco ante las torpes acciones de su amigo, aún parecía divagar un poco en sus pensamientos, ella se daba cuanta con solo verlo moverse por su departamento. Unos cuantos segundos después, Sagara salió del departamento al asegurarse que “el área estaba despejada” como solía decirlo.


    —Todo en orden señorita Chidori, puede pasar.

    — Se lo agradezco sargento Sagara, a hecho un buen trabajo.

    —¡Muchas gracias!


    Kaname se había dado cuenta desde hace un tiempo que una buena forma de “encontentar” a su maníaco amigo militar era felicitándolo por un trabajo bien hecho, tal vez porque en Mitrhil no le daban el reconocimiento que merecía, era algo que el joven soldado agradecía internamente y lo hacía aún más especial viniendo de su amiga de cabello color azul, por alguna razón. Ella entró dirigiéndose directamente hacia su sofá, dejándose caer perezosamente sobre él ante la atenta mirada de Sousuke. Un fuerte rayo hizo sobresaltar a ambos adolescentes, quienes fueron hacia una ventana para observar un gran torrente de agua cayendo con fuerza sobre el suelo, la tormenta era peor de lo que esperaban.


    — Creo que será mejor que me vaya antes de que empeore. — Dijo el joven de ojos grises, observando la lluvia.

    — ¿Es en serio Sousuke? No creo que pueda empeorar. — Replicó la chica, frunciendo el ceño.


    Como respuesta ante el comentario de Kaname, un segundo trueno hizo retumbar las ventanas de su departamento dejando en claro que el clima no estaba de buen humor ese día.


    — Tal vez debas quedarte aquí hasta que se tranquilicen un poco las cosas...— Murmuró la joven de cabello azulado.

    — Hmm, tienes razón, la lluvia impediría que pudiera vigilarte desde mi departamento, los rayos podrían iniciar un incendio y los truenos podrían encubrir el sonido de disparos si alguien quisiera atacarte desde la distancia, bien pensado Chidori. — Respondió el joven militar.

    — Ah créeme, yo no pienso como tu.— Suspiro la chica, derrotada.


    De nuevo, el silencio inició entre ambos adolescentes mientras veían cómo las gotas de agua golpean constantemente contra las ventanas del edificio. Un trueno por aquí y otro trueno por allá, así permanecieron durante cinco minutos hasta que el chico de ojos grises decidió romper el silencio.


    — Lo siento. — Murmuró, apenas audible.


    Kaname logro escuchar a su amigo disculparse lo que la hizo sentir un poco sorprendida.


    — ¿Eh? ¿Por qué me pides disculpas, Sousuke? — Pregunto ella, confundida.

    — Por lo de esta tarde en la cafetería, creo que debería ser mas precavido en mis métodos para protegerte.

    — Oh, eso. — Sonrió la dulce chica. — No te preocupes, realmente es comprensible hasta cierto punto. Pero agradecería mucho que intentaras ser un poco menos extremista, Sousuke.

    — Haré mi mejor esfuerzo Chidori, lo prometo. — Sonrió débilmente el joven mercenario.


    Kaname sabía que no iba a ser fácil anclar a la sociedad a alguien como Sousuke, pero no podía rendirse y dejarlo solo en esto. Al final de cuentas, este idiota la había salvado de innumerables peligros y en diferentes situaciones. El siempre estuvo ahí para ella cuando lo necesitó, ahora era el turno de ella para estar ahí cuando él la necesitara. Con este pensamiento en su mente y un ligero rubor en las mejillas, Kaname le regaló una de sus mejores y más sinceras sonrisas al joven mercenario de ojos grises que tenía justo en frente.


    — Yo se que puedes.


    FIN


    — Por cierto Chidori ¿No captas un extraño olor a zanahoria? —

    ¡¡IDIOTA!!


    ¡¡WAHMM!!


    — Eso dolió…
     

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