Sorec Sir Remmy se hallaba en la misma situación que la mía, es decir que no recordaba nada claro sobre su vida pasada. Añadió el curioso detalle de que murió y, sin embargo, allí me encontraba conversando con tanta amabilidad con él. Fue tal vez la parte de su historia que más captó mi atención… Como bien le había dicho, no era certeza que estuviéramos vivos, y con esto sumábamos que tampoco moríamos completamente… Daba la sensación de que nos encontrábamos en un limbo, pero seguía siendo una incógnita el por qué Llegamos al susodicho Templo, aquel sobre el que el anciano caballero me había referido. Me explicó que se trataba de un refugio donde podría proveerme de provisiones y otros elementos para explorar caminos; habló en especial de un Oráculo que podía volverme más fuerte en cuerpo y alma, además de un vendedor de armas y de una cazadora, a la que llamó Seyja. Asentí con una leve sonrisa, observando el sitio. Aunque era tranquilo y parecía tan muerto como el exterior, por lo menos se presentaba algo más… animado. Despedí a Sir Remmy con una mano cuando éste se fue con otra de las “elegidas”. Por mi parte, me dirigí hacia el sitio donde se hallaba el Oráculo. —Saludos, su eminencia —me presenté ante él—. Me han hablado de sus habilidades para fortalecer el cuerpo y el alma, de modo que me presento para solicitarle que me provea de la fuerza que requiero para seguir adelante. Mientras hablaba, extraje de entre mis bolsillos una pequeña bola brillante, que luego sabría que se trataba de un pequeño cúmulo de Éter, y la aplasté en mi puño para liberar su contenido. >Usar Cúmulo de Éter. >Subir de nivel. Contenido oculto GalladeLucario Subo cuatro niveles: 1 en Espíritu y 3 en Fe uvu
Espella Despertó de pronto en el templo, y lo primero que hizo fue ponerse en guardia. ¿Dónde estaba esa maldita pantera? ¿Donde estaba todo? Ya no estaba en el Barrizal, si no que se encontraba de nuevo en el templo. Dudaba enormemente que alguno de los otros elegidos, o incluso Gale la hubiese rescatado de allí. Lo que significaba que había muerto; pero en verdad no se podía morir en aquel lugar, y había terminado de nuevo en el templo. Morir la puso de un terrible humor; no sólo porque aquella bestia la había humillado, sino porque muy en el fondo temía acabar como los antiguos elegidos: muriendo las suficientes veces como para convertirse en un descerebrado. Un escalofrío le recorrió el cuerpo al pensar en ello. Definitivamente eso no podía pasar, así que no podía morir de nuevo. Se negaba a hacerlo. No era capaz de recordar cómo había muerto, y eso, aunque no quisiese admitirlo, le asustaba mucho. Fue entonces cuando pensó en sus pertenencias; rápidamente revisó su bolsa y soltó un suspiro de alivio cuando vio que estaba allí. O bueno, todo menos el éter: lo había perdido. Soltó un gruñido de furia. y se puso a maldecir todo lo que pudo durante un rato largo. Cuando al fin se calmó, se puso lentamente de pie. Maldición, seguro que aquella pantera había absorbido todo su éter, y probablemente tendría que despellejarla para recuperarlo. Pero eso iba a ser difícil, como ya había podido comprobar. Su magia era casi en su totalidad inútil contra ella, y cuando se acercaba ésta terminaba teletransportándose lejos al cabo de unos instantes. Se encontraba en una encrucijada. Encrucijada a la que encontró solución el momento en el que vió a una persona en el templo portando un arco. Esa era la respuesta, el componente que le faltaba. Inicialmente pensó que era un forastero, pero cuando vio que hablaba con el Oráculo y que este le ayudaba a canalizar éter en su cuerpo entendió que también era un elegido. Y aún así, no recordaba haberlo visto nunca. Incluso aunque evitaba al resto de elegidos, los habían terminado viendo de reojo un par de veces en el templo. Pero a él no lo recordaba en lo absoluto, ¿Que le habría pasado? Aunque tampoco era como que le preocupase mucho. Aún así, lo cierto es que llevarse a ese sujeto para que le acompañase parecía la decisión obvia. —Oye, nuevo —su voz no era tan fría como habitualmente, pero tampoco era mucho más amable— parece que te has quedado muy atrás, ¿No es cierto? Quizá podamos echarnos una mano mutuamente. Verás, hay algo que quiero recuperar y necesito la ayuda de tu arco para hacerlo. Y se ve que aún no has andado lo suficiente por Edén, así que puedo brindarte cierta "protección" por el camino, mientras te acostumbras a moverte por este continente, para que no termines palmándola. Sonrió; era una sonrisa calculada, gélida y con un deje de malicia, pero que también buscaba transmitirle el mensaje al elegido de que estaba muy segura de lo que decía. —¿Y bien, aprovecharás esta inigualable oportunidad de tener un seguro de vida en un territorio tan hostil como Edén?
Sorec El Oráculo hizo lo que había solicitado, pero antes de eso se tomó las molestias de ofrecerme una breve explicación sobre la situación de éste sitio al que denominaba Edén y cuál era el sentido y objetivo de nuestra existencia, la de los elegidos. Pese a que en ningún momento solicité tal información, no lo interrumpí por educación; al fin y al cabo, la información era un recurso incluso más valioso que el dinero. Hecho eso, el Oráculo, mediante un método que no supe identificar, hizo que una energía embargara mi cuerpo. Fue una sensación cálida y a su vez, produjo una placentera incomodidad, tras lo cual me terminé sintiendo más fuerte que antes. Me miré las manos y asentí aprobatoriamente con la cabeza… Había hecho un buen trabajo. —Oye, nuevo. Miré de soslayo a la persona que se había acercado. Una mujer de pronunciada figura, esbelta, con un distintivo cabello rosado y el rostro cubierto por un velo; teñida de misterio. Me señalé el pecho, esbozando una sonrisa mordaz. —Parece que te has quedado muy atrás, ¿No es cierto? —prosiguió la dama— Quizá podamos echarnos una mano mutuamente. Verás, hay algo que quiero recuperar y necesito la ayuda de tu arco para hacerlo. Y se ve que aún no has andado lo suficiente por Edén, así que puedo brindarte cierta "protección" por el camino, mientras te acostumbras a moverte por este continente, para que no termines palmándola. Pude notar que sonreía bajo su velo. Yo tenía un solo ojo, era innegable, pero esa soledad había afinado su agudeza para detectar algunas cosas. Aquella expresión hizo que yo también sonriera con malicia. La mujer me había caído bien, pero sobre todo su aparición era muy oportuna dada la partida de Sir Remmy. >>¿Y bien, ¿aprovecharás esta inigualable oportunidad de tener un seguro de vida en un territorio tan hostil como Edén? Me giré hacia ella. —Mi nombre es Sorec —me presenté—. Quedé rezagado por voluntad propia, pues asumí que no había algo parecido a la vida más allá de la Senda del Pecado. Admito que fue una decisión de la que me arrepiento, por lo que su oferta ha llegado en buena hora. Por lo tanto, la acepto. Estoy seguro de que podremos sacar provecho de nuestras habilidades mutuamente. >>Mas le pido que tenga la amabilidad de esperarme, debo tratar unos asuntos con los comerciantes. Dicho y hecho, me retiré del lugar con la promesa de volver. ******************************************************* Regresé al cabo de unos pocos minutos. A mí equipo había sumado un hacha ligera, además de un Milagro del que podría sacar partido en el próximo camino que nos esperaba. —Estoy listo —anuncié—. Confío en que usted también.
Espella El tirador era un tipo bastante listo, lo supo en cuanto le escuchó hablar. Listo pero no respondón; parecía que iba a poder trabajar con él después de todo. Sabía lo que ella quería, y sabía que les convenía a ambos cooperar. Le sacaría todo el provecho que pudiese. El hombre tuvo que excusarse un momento sin embargo, pero Espella lo dejó pasar de buen grado. Después de todo, entre más preparado fuese, mejor para ella. También le hubiese gustado prepararse ella, pero aquella miserable pantera le había robado todo su éter. Así que no quedó más remedio que quedarse allí, esperándolo. Por suerte no demoró demasiado, volviendo después de escasos minutos. —De acuerdo Sorec —le dijo, sonriendo arrogantemente debajo del velo —, vayamonos de una vez entonces. Mi nombre es Espella, en todo caso, pero no te tomes demasiada confianza. >>Un advertencia —sonaba divertida, haciéndole señas para que lo siguiese a la salida este— lo que sigue a continuación no tiene comparación con los descerebrados que enfrentaste en la senda.
Charlotte. Nunca había sido más feliz de salir de un pozo. Ni siquiera un minuto pasó para que mis labios estuviesen recibiendo el purificador éter de éste. Y se sentía bien. Demasiado bien tras que mi cuerpo haya sido machacado de esa manera por los cadáveres y mis piernas casi agotasen sus fuerzas tras mis esfuerzos para asesinar a semejante monstruo. Sin duda ahora me tomaría un descanso y prepararía bien las cosas antes de salir de nuevo. ********* Tras levantarme del costado del pozo, mi primera ocurrencia fue acercarme hasta la confiable Seyja con tal de otorgarle el estatus actual de los Ejecutores, además de brindarle una que otra información extra sobre los descerebrados que había encontrado en mi travesía. Posteriormente había guiado mis pasos hasta la tienducha de Helga. La última vez ella había sido capaz de obtener nuevo conocimiento del éter del Primer Elegido, así que suponía que los restos de esta serpiente enorme podrían, de alguna forma, tener un efecto semejante en sus manos. >>Actualizar bestiario; Dar a Helga: Rastro de la Vanguardia de Verghal.
Helga tomó el rastro entre sus manos, mirándolo con ojillos curiosos. —Ah... qué bello rastro de éter me traes, ¿eh? Un rastro de éter que no es de una persona, sino de cientos de ellas. ¿Asumo que la Vanguardia de Verghal por fin ha podido descansar? >> Hermosa era la relación que tenían los miembros de la Vanguardia, debo decir. La mayoría de ellos fueron específicamente educados, desde niños, juntos, criados y entrenados por las filas del Rey Caído para ser los soldados que luego fueron. Cierto que el Rey los tomó desde que eran niños y se "apropió" de su educación, de su futuro y de su vida... pero, dentro de los numerosos males que llegó a hacer ese Rey, este es el único que desembocó en algo positivo. Porque los miembros de la Vanguardia no eran ciegos perros leales al Rey, no; eran leales, única y exclusivamente, a Verghal, a su amada ciudad. A ella, y a sus compañeros; tuve la ocasión de verles patrullar por la ciudad en alguna ocasión, hace años, y debo admitir que su sincronización era patente en cada uno de sus gestos, de sus movimientos, pasos, palabras. Sonreían. Todos sonreían al mirarse unos a otros. Yo no sé si el hecho de que el Caído les forzase a ello es algo tan malo, tal vez... pero la relación, el vínculo que surgió entre todos los miembros de la Vanguardia... eso no puede llamarse "malo", no. Y este éter es prueba de que su vínculo y conexión es más que real: un éter fundido de unas almas fundidas. >> Gracias por dejarles descansar, Elegida. Ahora... déjame que vea qué puedo hacer con este éter. Se ampliará la tienda de Helga.
Kashya Aparecí una vez más en el Templo, aquella zona segura que tan útil estaba siendo. Sin quererlo demasiado, conseguí bastante éter avanzando con Remmy. Además, cuando me acerqué a Seyja para darle la nueva información de los Litzel, conseguí aun más de aquella sustancia por su parte. Tras recuperar mis energías cerca del pozo, subí al Oráculo para canalizar aquella energía y finalmente decidí acercarme al puesto de Helga, tras usar un par de aquellos cúmulos que había conseguido. >>Usar pozo; hablar con Seyja; subir dos niveles (fe); usar cinco cúmulos de éter.
Charlotte. Escuché atentamente la explicación de Helga acerca del rastro traído y sin duda todo lo que comentó me hacía sentido. Sobretodo lo último que comentaba. —¿Unidos? ¡Eso es muy poco decir!—Contesté de inmediato.—. ¡Si supieses todo lo que me costó hacer que esa cosa se desplomase! ¡No solo dejaba que soldados aparecieran de entremedias a añadir más problemas al asunto, sino que también lanzaba una especie de veneno y por no decir que casi me llevo mil puñaladas de gratis! ¡Realmente espero que nos den una excelente paga cuando acabemos por despertar a todos sus dioses de nuevo porque hasta ahora el trabajo realmente no lo vale!—Tomé un poco de aire antes de continuar.—. Pero al menos ustedes ayudan un poco con sus tienduchas. Luego pasaré a reabastecerme. Tras eso, me despedí de la mujer y subí las escaleras hasta la segunda planta para encontrarme con el oráculo. No pude evitar detenerme unos segundos a observar las estatuas de cada una de las deidades. —Necesito que canalices mi éter—Comenté mientras en mi mano rompía uno de los cúmulos conseguidos.—. Voy a salir, así que hazlo rápido. Apenas estuvo hecho, no dudé en bajar rápidamente las escaleras para escapar a la senda del pecado. >>Usar: Cúmulo de éter; Subir 6 niveles (1 vigor + 2 agudeza + 2 habilidad + 1 aguante)
Charlotte. Conseguí sin duda un pequeño buen botín allá afuera, aunque no me lo hubiese llevado precisamente gratis. Había pagado con un poco de dolor por la estupidez que había cometido, pero eso sin duda se vio mermado de inmediato por el agua del pozo. Antes de continuar mi camino, decidí pasar por los puestos del viejo y Helga con tal de conseguir un par de mejoras y provisiones para mi incursión en la ciudad de Verghal. Esperaba sinceramente que las cosas dejasen de volverse tan complicadas porque ya era demasiado. Primero la llorona y luego la Vanguardia completa a por mí. ¡No podía continuar de esa manera! Se suponía que debía pasar inadvertida por el lugar tsk. Ahora me esforzaría más en ello.
Kashya Entré al Templo y lo primero que hice, tras dirigirme al pozo y curar mis energías como solía hacer, fue acercarme a Seyja para darle aquella nueva información y recibir algo de éter por ella. Usando un pequeño cúmulo de éter después, me sentí con fuerzas suficientes para volver a canalizar el éter en el oráculo, al menos una vez más. >>Usar pozo; Hablar con Seyja; Usar pequeño cúmulo de éter x1; Subir un nivel (Fe).
Sir Remmy Luego de una buena expedición, siempre era recomendable volver, descansar, y aprovisionarse de nuevo. Y eso era lo que tenía pensado hacer. Así que luego de salir del pozo, me dirigí hacia el Oráculo. Allí me arrodillé, y le pedi que por favor aumentara mi fuerza y mi destreza. Sentía que iba a necesitarlas más adelante. Luego de eso, me dirigí hacia la armería de Einar. Era hora de actualizar mi armamento. >> Usar pequeño cúmulo de éter x9 + Subir Fuerza x3 + Subir Habilidad x2
Sir Remmy Luego de haberme equipado con Einar y haber descansado un rato, supuse que era tiempo de continuar con mi aventura. Todavía tenía una misión que cumplir. Así que, con nuevas armas y nuevas energías, me dirigía hacia el pozo, y me sumergí en él, con ánimos de seguir en donde había quedado. >> Usar pozo --> Gran Cementerio de Edén Contenido oculto And i oop
Kashya De nuevo ahí, tocaba hacer ya actividades que resultaban rutinarias. Lo primero, sin lugar a dudas, sería utilizar el pozo para recuperar las pocas energías que había perdido aquella vez. Después, tocaría hablar con Seyja al respecto de los nuevos enemigos y la nueva información sobre los enemigos ya conocidos. Posteriormente, utilicé los cúmulos de éter que había conseguido en la exploración y con ello, me dirigí al oráculo para canalizar una vez más el éter de mi cuerpo. >>Utilizar pozo; hablar con Seyja; utilizar pequeño cúmulo de éter y cúmulo de éter; subir un nivel (fe).
Charlotte. Apenas salí del pozo mis labios se encontraron con el líquido blanco. Era relajante como siempre, pero ahora mismo no tenía tiempo para centrarme en eso, así que, tras llenar mis frascos, me dirigí hasta la zona donde la cuchilla letal se encontraba. —Ninjas—Fue lo primero que le dije.—. Me encontré con una especie de ninjas en Verghal y eran demasiado peligrosos ¡Casi me matan incluso!—Mi tono se había alterado levemente. Demostraba mi real preocupación por el hecho de morir.—. ¿Tienes alguna idea de cómo lidiar con ellos? Atacaron en pareja y me vi rodeada tal como lo dijiste la última vez—Guardé silencio un breve segundo mientras le enseñaba la espada que había conseguido de ellos.—. Me llevé esto, pero seguramente ahora sirva para que los identifiques. >>Al menos descubrí que sus ropas ardían bien... Pero necesito otra forma de matarles sin gastar tantos recursos. >>Usar pozo; Actualizar bestiario; Comprar consejo a Seyja (Acerca de los Ninjas)
—Ah, ninjas. Miembros de los Susurros, sí. Todos los que formaban parte de esa facción del ejército de Verghal eran magníficos luchadores, pero tienen un gran problema: pierden mucho potencial en cuanto pierden su factor sorpresa y su superioridad numérica. Céntrate en atacar a uno y eliminálo; son muy rápidos, y siempre se irán a tu espalda y usarán técnicas imposibles de esquivar, pero no desesperes: el fuego les da muchísimo miedo y es efectivo contra ellos. Además de eso, ¡golpéales con una buena lanza! Son sensibles a las embestidas, ya lo creo. >> Si coges un poco de madera seca de la que hay apilada fuera, en el inicio del Camino de los fieles, podrás usarla para prenderla y alejar a los ninjas. Una hoguera cerca de ellos les desestabilizará, ¡coloca fuego detrás de ti y te aseguro que no se acercarán a tu espalda! >> Oh, y... asegúrate de acabarlos rápido o de hacer que ardan cuanto antes; si los dejas con pocas energías, tomarán uno de sus potingues curativos, ¡y no quieres que se curen! Obtienes una debilidad y un movimiento de los ninjas descerebrados.
Charlotte. Escuché atentamente todas las palabras que Seyja tenía para mí antes de cruzarme de brazos a pensar. —Ahora mismo no puedo cargar muchas cosas más, diría que estoy casi rozando el límite que me permite mi cuerpo—Cerré mis ojos por un breve segundo, buscando una manera de descartar una u otra arma a cambio de una lanza.—... Imposible. Lo único que me lo permitiría es cambiar mis atuendos por unos más ligeros, pero este peto ha hecho bien su trabajo—Concluí antes de regresar a una posición normal.—. Lo mejor será proteger mi espalda tal como dijiste. Tras esa pequeña charla, me retiré hacia el Camino de los fieles con el objetivo claro.
Charlotte. Con la primera parte de mi estrategia conseguida, lo que prosiguió fue adentrarme de vuelta al templo, pasar hacia Helga con tal de obtener una chispa, y luego dirigirme nuevamente hacia el pozo para saltar directamente a su interior. Ahora sí que se las verían esos ninjas asquerosos.
Kashya Fue cuando puse los pies en el Templo que me decidí a usar finalmente el pozo por el que me había transportado, recuperando las heridas y, sobre todo, la capacidad de hacer magia con ello. Me hice poco a poco con el éter que había conseguido de los cúmulos y lo único que podía hacer en aquella ocasión era ir al Oráculo para canalizar el mismo. >>Usar pozo; usar cúmulo de éter x6; subir dos niveles (inteligencia y fe).
Zuko Tal y como esperaba, tan solo bastó con pensar en el pozo del templo para regresar hacia él. Era realmente práctico aquel sistema de transporte, a decir verdad. Y encima era gratis, ¿qué más podía esperar? Antes de dirigirse a hablar con el resto de los allí presentes optó por recuperar fuerzas en el pozo, antes de dirigirse hacia el oráculo para canalizar algo más de éter en su cuerpo. >>Subir de nivel 12>14 (Fe y Vitalidad)
Espella En cuanto llegó al templo bebió del pozo, queriendo recuperar sus fuerzas lo antes posible. Tras eso, buscó al Oráculo en el mismo lugar de siempre, y al encontrárselo le pidió que canalizara parte del Éter que había obtenido en ella, para volverse más fuerte. Subir 2 niveles (Aguante y Espíritu) Tra eso se dio una rápida vuelta por varias de las zonas de interés del templo, visitando a Helga, Einar y Hodet, para mejorar su repertorio de opciones. Después de todo, ahora que se encontraba sin un rumbo fijo, quizá podría hacerse cargo del tal Bran del que Gail le habló. Aunque no sabía qué tan complicado sería hacerlo; no, lo sabía bastante bien: Iba a ser un infierno. En una de sus vueltas, reparó en otra de las hechiceras del grupo de elegidos. Portaba un anillo al que a simple vista se le notaba su poder mágico. Sí, ese anillo se veía importante sin duda. —Bonito anillo —le dijo a Kashya, acercándose a ella—, aunque por tu aspecto no parece que le estés sacando demasiado provecho, eh. ¿No te parece desafortunado que tanto potencial se desperdicie en manos como las tuyas? Quizá deberías dejar que brille en manos de alguien que realmente sepa usarlo —sonrió de manera afilada, aunque no se notaba mucho por el velo que le cubría el rostro—, por ejemplo... yo. Estaba claro que jamás se lo daría, pero a Espella poco le importaba: Sabía que en algún momento iba a arrebatárselo ella misma.
