Templo de los Dioses (Base)

Charlotte.

Aparecer en el pozo del templo fue una bendición. En toda la estancia en Edén, esta había sido la vez que más cercana sentía la muerte. No importaba el saber que podría revivir tras ello ¡Simplemente no quería! ¡Morir era un no absoluto!

De manera inmediata comencé a llenarme con el agua del pozo. Sentir como el éter llenaba mi cuerpo y lo revitalizaba era placentero; calmaba el alterado estado en el que me encontraba. El frío líquido solo pasaba por mi garganta y se extendía por el resto, por cada una de mis extremidades, por mi cabeza, por mi vientre. Era sin dudas algo que daba vida.

Me quedé unos minutos en el lugar. Incluso ella había salido hacia el interior del templo, pero no tuve las energías para levantarme a zarandearla por casi llevarme a la muerte. Por supuesto que estaba enojada con ella, pero ahora mismo lo más importante era el descanso.

***

Una vez me levanté, me dirigí de manera inmediata hacia Seyja. Le conté de los enemigos que habíamos encontrado con tal de que pudiésemos retroalimentarnos para las futuras salidas a terreno. Era bueno estar informada, ¿no?

Seguido de eso, subí las escaleras y me encontré con el oráculo. Era hora de aumentar mis fuerzas.

>>Beber del pozo, Hablar con Seyja (Actualizar bestiario), Subir nivel x3 (Agudeza x2 + Vigor x1)

 

Al ver el libro que le traía Kashya, Hodet lo tomó con desconcierto.

—¿Un libro...? Uhm... leer no me gusta mucho, no soy muy listo y leo despacio... ¡oh, pero esto es un tomo de conjuros! Ah, ya veo... queréis que os explique más conjuros, ¿no? Vale... con esto podré hacerlo... los usaré de guía para explicároslo. A ver qué puedo sacar de aquí...

Se actualizarán "Conjuros de Hodet".

 

Charlotte.

Salí de la herrería bastante contenta con mis nuevas armas. El arco estaba en mi espalda junto con el carcaj que llevaba las varias flechas que había comprado. Por otro lado, el fusil, gracias a su tamaño, se encontraba en una funda en mi cinturón que poco a poco parecía comenzar a llenarse con más y más cosas. Incluso las balas posaban en este. Al menos todavía no reducía mi velocidad de movimiento.

Así que el siguiente paso era... Cobrar.

Oh sí, cobrar. Una de mis partes favoritas de la vida. Pero ahora se volvería algo un poco violento. No era la clase de individuos con los que me gustaba hacer tratos, pero al menos profesaba un beneficio para mí, ¿no? Aunque fuese indirecto.

—Mira lo que encontré, Estafador.

Me planté frente al Litzel con el arpa en una de mis manos, moviéndola como si la estuviese examinando. Mi otra mano posaba en el fusil, lista para las negociaciones hostiles.

>>¿Será esta tu arpa, acaso?

>>Dar arpa a Grimsli.

 

Grimsli alzó las orejillas de litzel con entusiasmo al ver su arpa, y la tomó de manos de Charlotte como un cuervo arrancaba una joya. Con ilusión, comenzó a limpiarla con sus manos y con la manga de su túnica.

—¡Ah, mi bella arpa! ¡Sí, claro que sí, señora, esta es mi inconfundible arpa! Le doy las gracias, gracias mil, mi señora, ay. ¡Brillante, sin duda, es mi brillante y fantástica arpa! Gracias, gracias. Ahora podré volver a rezar y a practicar mis rezos para convocar milagros.

>> Como le prometí, soy un litzel de palabra: ahora que dispongo de mi maravillosa arpa, podré enseñaros conjuros. Solo pedidme que os enseñe alguno, y mi experiencia como curandero os ayudará, buenos señores. Eso sí, no dispongo tampoco de los conocimientos más extensos de Edén, mi señora, ¡pero quiero que sepa que, si me traes una tabla litzel de milagros, podré desvelar su intrincado lenguaje y descubrir cuáles eran los milagros y rezos que en ella se revelaban! Así podré saber cómo enseñaros más milagros, mi señora. Como puede ver, ¡no soy el estafador con el que me confundió, mi señora! ¡No soy nada de eso, soy un honrado curandero!

>> Ah, una cosa más. Hay tablas ocultas escondidas en alguna parte, me consta. Si usted las encontrase, me las podría traer, también. ¡Todo mi anhelo es descubrir cómo alcanzar a los dioses todo lo posible para mostrarles mi pleitesía! Y esas tablas que anhelo explican cómo lograr usar esos milagros, milagros secretos que nadie ha pronunciado en años. Traígamelas, buena señora. Iría yo mismo, pero... —miró a Jeviet, que le miraba en la distancia, y tragó saliva—. Me temo que ciertos sicarios parecen querer mi cabeza. Aquí los dioses me protegen.

Se ha desbloqueado el nuevo comercio "Milagros de Grimsli". Será actualizado en breve.

 

Espella

Tras completar sus adquisiciones, comenzó a andar por el templo en dirección al pozo para teletransportarse, pero antes de eso se encontró a la chica ninja y a un Litzel hablando; ugh, parecía que era aquel del que había escuchado hablar, que se había mudado hace poco al templo. No puso demasiado atención a lo que el Litzel decía sobre su arpa, pero entendió perfectamente que abriría una tienda de milagros.

Interesante, aunque lo cierto es que ella no era demasiado devota a unas divinidades que ahora estaban dormidas. Aún así, quizá luego se pasaría a darse una vuelta. Ahora mismo, sin embargo, debía volver a territorio enemigo.

Cuando dio con el pozo, pensó en el territorio de los Varelkraft, en el pozo detrás de la iglesia.

 

Sir Remmy

— No recuerdo ni profesión, ni quien era en sí, pero no perdí mi personalidad ni mis gustos. Aparte, todavía recuerdo varias canciones, que supongo que cantaba en mi juventud. Puedo pintar la escena alrededor de un fuego, con compañeros de armas, descansando y olvidándonos de lo que fuera que hubiera ocurrido ese día. Pero más allá de eso, nada de nada.

>> Y yo tampoco sé si estamos vivos, la verdad. De hecho, yo ya morí.— le dije a Sorec mirándolo sobre mi hombro, con una sonrisa, mientras le guiñaba el ojo y empujaba las puertas de Templo.

El interior me recibió con su calma usual, y yo dejé que esta inundara mi interior. A pesar del ambiente lúgubre que había alrededor, se podía respirar una paz que no podía encontrarse en ningún otro lado. Era, por decirlo de una manera, melancólicamente hermoso.

— Bienvenido al Templo, Sorec, una especie de refugio seguro. Aquí podrás descansar e incluso aprovisionarte durante el viaje. Y parece que la fiesta fue creciendo.— comenté, mientras miraba alrededor, notando nuevos rostros.— También aquí se encuentra un Oráculo, con el cual puedes fortalecer tu cuerpo o tu mente, según tengo entendido. También hay una tienda de armas, y ella es Seyja, una cazadora. Puedes preguntarle información sobre los distintos peligros y bestias que habitan este lugar.

Sonreí al notar un rostro conocido, entre tantas caras nuevas.

>> ¡Eh, Kashya! Me alegra que estés viva, después de todo.

 

Zuko

El éter de su cuerpo no tardó en materializarse a un lado del pozo. Se estiró tras beber de sus aguas, completamente renovado y lleno de energía, y se llevó las manos tras la cabeza, admirando cómo el templo parecía haberse llenado de vida. De hecho, era la primera vez en mucho tiempo que volvía a ver a esas extrañas personas con las que había despertado en Edén. Alzó una de sus cejas, observando en la distancia cómo el mayor del grupo se acercaba a la otra chica maga, la que parecía mucho menos salvaje y malhumorada.

Pronto pareció perder el interés, al ver que no hablaban de ninguna información relevante para él. Caminó con tranquilidad hacia donde se encontraba Einar, tendiéndole sin aviso el plano que había encontrado.

—¿Qué puedes ofrecerme por esto? —inquirió, desinteresado.

¿Un trozo de papel como ese serviría para algo?

 

Cuando Einar tomó el papel entre sus manos y lo miró de cerca, sus ojos se sobresaltaron ampliamente.

—¿¡D-Dónde has conseguido estos dibujos!? E-Esto es... obra de Sward, claramente. No tengo duda alguna al respecto. Cof, cof... —tosió, ahogado, Einar, mientras miraba el dibujo con ojos empañados—. Sward fue mi ayudante, ¿sabías? Allá en nuestros tiempos mozos, él era un excelente diseñador de armas y armaduras. Creaba espléndidos bocetos. Siempre estuvo a mi lado, pues si bien yo puedo darle a un arma la forma que quiera, si bien yo puedo crear la armadura que me plazca, suelo necesitar un molde, un plano. ¡La originalidad nunca fue lo mío! Pero Sward sí que era original, ¡y ducho como pocos en sus dibujos! Estos... estos son, claramente, obra suya, sí.

Suspiró, doblando el papel y guardándolo entre sus pertenencias.

—... Sward se marchó para siempre. Hacía mucho. Se fue, en busca de los minerales legendarios. Jamás volvió, me temo. Imagino que habrá muerto, nunca tuve la esperanza de volver a verlo. Pero si has encontrado este papelucho, no tengo duda... lo has tomado del cuerpo de Sward. Je. El muy idiota jamás se separaba de sus dibujos, salvo si era para dármelos a mí. Tsk... cof, cof... ¿por qué tuvo que irse a buscar los minerales? ¿Por qué tuvo que obsesionarse con esa absurda idea?

Tras decir aquello, agachó la mirada por unos instantes, tosió y, luego, se dirigió de nuevo a Zuko.

—... perdona, Elegido. Me dejé llevar por la emoción, no deberían importarte mis batallitas. Como sea, este plano me será útil, sí. Lo usaré como molde para diseñar nuevo equipo para vosotros, ¡solo pedidme alguna de las nuevas armas y armaduras que tendré a vuestra disposición!

La armería de Einar se actualizará.

 

Zuko

Cuando Einar terminó de mostrarle las nuevas armas que incluyó en su catálogo, replanteándose la idea de tomar una de ellas antes de partir, se dirigió hacia el Oráculo con aquel fragmento de éter tan extraño, a la espera de que pudiese decirle si no era tan inútil como se veía a simple vista.

 

El oráculo, rubio de cabellos y rubio en sus iris, alzó la mirada y tomó entre sus manos aquella extraña piedra, sorprendido.

—... vaya. Un pedazo del éter divino de los dioses, por lo que veo. Solo los seres más cercanos a la divinidad son portadores de tan hermoso éter. Has debido de pasar por toda una odisea para hacerte con tan valioso objeto, sí. Lástima que su poder es diferente al que nosotros manejamos, pues no puedo, ni yo, ni tú, ni nadie, condensar esta energía para asimilarla al éter que portas en tu espíritu. Sin embargo... sí que puedo buscarle un uso a mortales como nosotros. Si me entregas este fragmento etéreo, podré crear algo más de esa pócima tan valiosa que todos los elegidos portáis. Podré darte más de ese brebaje de éter, en su lugar, si gustas. El éter divino no podrá asimilarse, pero nada mejor existe para crear estas sagradas medicinas.

>> De hecho, si deseas que convierta tu brebaje en pócima, o tu pócima en brebaje, por favor, acude a mi vera. Todo cuanto pueda hacer yo, siervo de los dioses, por ayudar a los elegidos, bien será recibido.

>> Entregar Fragmento etéreo para mejorar las pócimas/brebajes.
>> Cambiar número de pócimas/brebajes.

Contenido oculto

Desde este momento, cada vez que encontréis un fragmento etéreo, objetos clave muy valiosos, podréis entregarlo al Orador. Él los convertirá en más usos permanentes para vuestras pócimas o brebajes de éter. Actualmente, tenéis tres usos, que se recargan cada vez que vais a un pozo: dos de brebaje (+PS) y uno de pócima (+PC). Pues bien, si Zuko entrega ahora el fragmento, pasará a ser, no solo para él, sino para todos los elegidos, cuatro el número de pócimas/brebajes que tengáis. ¡Aumentará en uno!

Además de eso, desde ahora podréis acudir al Oráculo, esto ya sí de forma independiente para cada uno de vosotros, para alternar el número de pócimas y brebajes de los que disponéis. Esto es, podréis decidir, en lugar de llevar 2 brebajes y 1 pócima, llevar, por ejemplo, 3 brebajes y ninguna pócima. O, ahora que tendréis 4, llevar dos brebajes y dos pócimas, o tres brebajes y una pócima, o simplemente cuatro brebajes. ¡Elegid como queráis! La única limitación es que nunca podréis llevar más pócimas (+PC) que brebajes (+PS)

 

Charlotte.

Mis ojos se abrieron bastante cuando el arpa fue arrebatada de mis manos. ¡Maldita rata! Ni siquiera me lo dudé en abrir el seguro de la funda y estaba a punto de apuntarle cuando éste comenzó a hablar. Y, para su suerte, empezó a hablar de algo que realmente servía: El pago.

Parecía que realmente decía la verdad en cuanto a enseñar milagros a nosotras. Sin embargo, mi poca afinidad con las deidades no me lo permitiría, a diferencia de otra persona: Mi subordinada Chica Poker.

—Sigues siendo una rata—Le argumenté con un tono que era ciertamente despectivo.—. No culpo a ese sicario de querer arrancarte el cuello o llenar tu cabeza de plomo. Debes ser una rata aquí y en cualquier parte y momento.

Alejarme de él fue un pequeño alivio. Realmente no me gustaba tratar con alguien así de rastrero que no podía respetar normas básicas: Si alguien te da algo, tú le das algo a cambio. No importa que fuese de menor valor, pues en ese caso sería culpa de la otra persona por no darse cuenta o netamente conformarse con algo que no estuviese acorde al trabajo realizado. Ugh.

Y hablando de personas problema...

—¿Hm?

La mano de mi compañera se extendía frente a mis ojos como si estuviese pidiendo algo. Sus inexpresivos ojos se me habían quedando fijo, pero por más que lo intentaba no podía realmente entender lo que quería. Quizás tampoco estuviese dando lo mejor de mí para captar el mensaje.

—¿Quieres algo, Chica Poker?

 

Zuko

El mago abrió los ojos, notablemente interesado en lo que escuchaba. Los brebajes y pócimas que cargaba determinaban qué tan lejos podía llegat en sus viajes, y si tenía la oportunidad de ampliar la duración de los mismos, más lejos podría llegar.

Sí, sonaba a un buen trato.

—En ese caso es toda tuya —el mago le otorgó el fragmento con cierta reticencia al principio, sabiendo lo valioso que parecía ser—. Haz lo tuyo y mejora mis pócimas, me serán de gran utilidad.

>>Ah, sí, y antes de marchar...

>>Subir de nivel 8 > 12 (Espíritu todo)

 

Charlotte.

¿No importa entonces? Uno no levantaba la mano pidiendo algo hacia el otro si no esperaba recibir algo a cambio realmente. Pero no era como si le debiese algo, ¿o sí? Después de todo, el único trato que habíamos llegado a conversar esa chica extraña lo había sacado totalmente de contexto. ¡No solo me había arrastrado a mí a hacer el trabajo, sino que por su culpa había tenido que gastar mi cristal!

Ah, y aparecía otra voz saludando a la chica. No pude evitar mirarle y encontrar al carcamal acompañado de otro de los "elegidos", que nos hacían llamar. Le observé rápidamente de arriba a abajo con tal de hacerme una pequeña idea de él y tuve que contener un poco la risa. ¿En serio era un tirador con un ojo? ¿No hacía eso perder el sentido de la profundidad? Qué peligro andante que sería. En mi vida le daría la espalda sin tener deseos suicidas.

Ya planeaba retirarme cuando la albina giró hacia mí nuevamente. Nuevamente intercambiamos miradas y no pude obtener nada de ella. Al menos era así de su mirada, pues sus manos repentinamente dejaron una urna eléctrica sobre mis manos. No pude ocultar la expresión de sorpresa en mi rostro y ni siquiera me dio tiempo a responderle.

—¿Eso quería?—Pensé. ¿No habría sido más fácil decir que quería un intercambio de bienes? ¿Acaso esperaba que entendiese todo lo que quería decir con solo mirarla? Complicada. Esa era una excelente palabra para ella.

Guardé la urna entre mis cosas antes de dejar mi posición.

Decidí pasar de primeras al herrero con tal de dejar mi parte del trato: Un trozo de adamatita. Dejé claras instrucciones de que eran para la maga albina y callada. Que se la diese y si no la aceptaba al primer intento, la guardase porque la volvería a recoger. Si ella no tomaba su parte ya no era mi culpa, yo había hecho mi oferta.

Seguido de eso, pasé con Helga a adquirir un par de bienes y finalmente opté por retirarme por el pozo.

>>Dar a Kashya: Trozo de Adamantita.

 

Espella

Apareció en el pozo del Templo y pensó rápidamente en lo que haría. Había conseguido esa especie de ropa de los Varelkraft, que parecía ser bastante resistente al fuego. Quizá le sería útil.

Pero eran más pesados de lo que ella podía pensar en un primer momento, e iban a ser un problema para su movilidad. Por eso, acudió con el oráculo para que potenciase su vigor con el éter que había obtenido.

Subir nivel --> Vigor

Equipo pantalones de Elite (si me da la suficiente capacidad ahora)

También se enteró que sus pociones y brebajes ahora podían durar más, gracias a la ayuda de alguien de quién jamás se lo hubiese esperado: aquel mago bocazas.

En fin, que le iba de maravilla a ella, así que aceptó de buen gana.

>>Ordenar, poción x2 brebaje x2

También fue con Seyja, a hablarle del Varelkraft gigante y el resto de datos que había descubierto.

Y por último, antes de partir de nuevo a territorio Varelkraft (pues la curiosidad por ver si podía convertir a los refugiados de la iglesia en sus lacayos le parecía tentadora), fue a aprovisionarse con Helga.

 

Espella

Justo cuando estaba por irse Seyja les dio a todos una cantidad ingente de éter por la información que habían recolectado hasta ahora. Wow, al final tendría que reconocer que aquellos compañeros suyos no eran tan inútiles después de todo. Por supuesto, no podía aventurarse con una cantidad de éter tan grande sobre sus espaldas, así que volvió con el Oráculo a canalizarlo una vez más. En esta ocasión, decidió subir un poco su agilidad.

Subir nivel ------> Agilidad.

Sin mencionar que volvería a pasar por el que se estaba volviendo su lugar favorito: La tienda de Helga.

Ahora sí, a menos que Seyja se pusiese todavía más generosa y decidiese regalarles más cosas, de momento sería todo lo que haría en el templo y volvería al Barrizal.

 

Sir Remmy

Sonreí ante la respuesta de la chica. Seguía igual de amable de que siempre. Le dediqué también una sonrisa y un saludo a Charlotte, que estaba estudiando a Sorec con su cara de ceño fruncido habitual. El grupo en el cual me había tocado estar era todo menos sociable, con excepción de algunos. Pero bueno, al mal tiempo buena cara. No tenía sentido preocuparse ahora por eso. Suponía que lo mejor era intentar ser amable con todos. Nunca se sabía cuando íbamos a necesitar que otro nos cubriera la espalda.

Dejé que Sorec explorara el Templo a sus anchas, para yo dirigirme hacia el Oráculo. Allí, me arrodillé frente a él y dejé que potenciara mis capacidades físicas. Iba a necesitarlas si íbamos a afrontar nuestra misión en tierras inexploradas.

Subir --> Fuerza (a 15 si es posible, prioritario)