Helga tomó el rastro entre las manos, y frunció el ceño. —... querido Elegido, ¿de dónde has sacado este rastro tan... podrido? Lo siento... frío, lleno de malicia, de ira, de oscuridad. Es el rastr o de un ser conun poder descomunal, que se ha llenado de rencor, de rabia y de maldad. Casi siento lástima por la criatura que albergaba este éter. Despiadado, sí, pero da la sensación de que haya sido torturado y sometido a los peores ritos y maleficios. La maldición de Zalera es implacable... espero que le hayas logrado dar el descanso que merezca, aunque sea solo un poco. >> Intentaré darte herramientas a partir de este rastro, joven Elegido. Pero te advierto; ten cuidado con ellas. No serán herramientas precisamente inofensivas. Ampliado el repertorio de objetos.
Kiri Ptch, como fuera eso. Volví a hablar con el oráculo para que me ayudase a extraer la fuerza verdadera y todas esas cosas. Aún sentía resentimiento con toda esta gente, pero lo cierto es que su ayuda era muy buena, poco a poco notaba mi fuerza aumentar. Contenido oculto Subo dos niveles: habilidad y agudeza
Kiri Deambulaba por el templo, sin mucho que hacer hasta que me hubiese recuperado bien para ir a explorar, cuando vi una cara nueva. Me sorprendí ampliamente, ¿así que ahora sí dejaban entrar a la gente, no? Cabrones, y a mí no me quisieron ni escuchar, tch. Estaba algo molesto, con rencor incluso hacia aquel tipo que nunca antes había visto. ¿Debería acercarme a hablar con él? Desde luego, si estaba en el templo no podía ser nadie peligroso, claro... Pero eso no significaba que no pudiese estar pirado de la cabeza, o quién sabe qué. Igual, aunque solo fuera por curiosidad, quería saber cómo coño había conseguido entrar aquí. —Tch, ¿qué demonios haces aquí? No le suelen abrir la puerta a mucha gente, ¿sabes? —dije, con indiferencia—. Espero que al menos ayudes en algo, que aquí todos nos ofrecen algún servicio a los Elegidos. ¿Qué haces tú, si se puede saber? >> Hablar con Gagnar, vástago pescador
Kiri se acercó al nuevo habitante, apreciando que su aspecto no era nada... corriente. Tenía un tamaño más grande de lo normal, midiendo, quizá, dos metros, o puede que un poco más. Estaba sentado en el suelo, y se apreciaba una larga cola terminada en una bola de pinchos, arrastrándose por el mismo. Aunque tenía piernas y brazos y estaba sobre dos patas, solo su forma era humanoide: luego, tenía cara draconiana, con pronunciado hocico, y su cuerpo estaba escamado y de color negruzco. Llevaba, eso sí, varios brazaletes de oro sobre sus brazos, un grueso collar, una capucha que camuflaba sus hojos y solo dejaba entrever los afilados dientes y un extraño bastón en su mano, largo y hosco, con una esfera en la parte inferios. Kiri no había visto al vástago marino de los campos sagrados, pero... se parecía mucho a él. Una criatura a medias entre dragón y humano, una extraña criatura. Algo más pequeño en tamaño, sí, y, por supuesto, mucho menos agresivo. Este, de hecho, parecía poder hablar. —... Elegidos, dices —comentó, con una áspera voz, mientras alzaba el rostro. Aun así, no se le veían aún los ojos—. Pleitesía os rinden por estos lares, tal y como puedo apreciar. Curioso mundo os han creado, lleno de fantasías, dioses, magias y sucio éter procesado. Se pega al cuerpo, mugriento, viscoso. Usado y reusado una y otra vez. Apoyó el "bastón" y se impulsó con este, para levantarse. Cuando lo hizo fue cuando Kiri se dio cuenta de lo realmente grande que era. Y sus brazos estaban musculados, como el resto de su cuerpo. Era una criatura fuerte en aspecto, sin duda. —Me preguntas qué hago aquí. Una pregunta legítima y esperable —mostró los colmillos, en una sonrisilla que, en cierto modo, se hizo algo siniestra—. Vengo de visita. Tiempo ha que mi hermana pasó por aquí... esperaba poder encontrarla. Pero veo que los nuestros estamos destinados a extinguirnos. Je, je. Triste destino el de nuestra raza. >> Soléis buscar nombres por aquí, por lo que he podido observar. Curiosa costumbre. Llámame Gagnar, entonces. Soy lo que podéis llamar... un vástago. No es como si las palabras que usáis en pos de ordenar lo que os rodea y poder identificarlo os vaya a servir para comprender la realidad que hay tras vuestras gruesas paredes; ni siquiera entendéis lo que supone ser lo que yo soy. Da igual. Enseñaros no es mi función, de todas formas... Olisqueó entonces el aire, casi como si estuviese examinando a Kiri. —... hueles a éter procesado. Apestas a dicha sustancia contaminada, de hecho. Interesante. Eso es un "Elegido"... ahora lo entiendo. Percibo en ti un aroma familiar. Te han moldeado bien, sí. No esperaba menos, después de todo. Alzó la mano, y, con un dedo, generó entonces una corriente de aire que se convirtió en un pequeño tornadito que flotó sobre la palma de su mano. Lo observó, distraído, hasta que, al cerrar el puño, el aire se disipó. —... asumo que no tendrás ni idea de usar los Dones de éter, ¿verdad que no? Ignorantes criaturas encerrados en vuestra burbuja. Me sorprende el interés que despliega por sostener el equilibrio de este frágil mundo. Un momento... ¿de quién estaba hablando ahora? No parecía hablar de Kiri en ese momento. Aunque, ciertamente, era difícil seguirle de cualquier modo. Parecía hablar como si supiese todos los secretos posibles. Como si estuviese en un nivel superior al del Elegido. —Bien. Sea como sea, si es lo que quiere que haga, entonces podré darte ayuda. Es lo que pedías, ¿no? Ese es tu objetivo, que todo orbite a tu alrededor... como si fueses el centro del mar, y eso que solo eres una gota más. Pero antes de que te preste mis secretos, dime algo tú: ¿qué deseas conseguir? ¿Cuál es tu objetivo en este pequeño habitáculo que por mundo tienes? Su objetivo, ¿eh? >> Despertar a todos los dioses y cumplir con mi deber >> Desentrañar los misterios de Edén >> Ayudar a los demás >> Obtener fama y reconocimiento
Kiri Puag, repugnante. De cerca pude comprobar que ese "hombre" distaba mucho de ser un humano. Cabeza de dragón, una cola con pinchos en la punta, escamas por el cuerpo. Vaya monstruosidad. Sigo sin entender cómo había entrado aquí. Lo único que me interesaba de todo aquello es que parecía portar un bastón muy interesante, con una gran esfera en la parte superior y brazaletes brillantes en sus manos. ¿Cuánto me darían por eso? Empezó a hablar y no tardé mucho en aumentar mi recelo hacia esa criatura. Hablaba sobre el éter procesado, como si le repugnase. Tch, ¿y de qué estaba hecho él entonces? ¿Qué le desagradaba tanto, vivir? Menudo lunático. Mi cara de desaprobación cambió abruptamente cuando se levantó del suelo, mostrando su descomunal tamaño. J-joder, desde luego si quería atacarle lo iba a tener chungo en el cuerpo a cuerpo... Estaba intimidado, aunque intentaba fingir que no era así. —No sé quién es tu hermana, pero si no está aquí, dala por muerta. Este mundo no perdona a nadie. Y dudo que tu hermana esté por aquí, habríamos reconocido a alguien tan... —¿Esperpéntico?—. Particular. Siguió hablando, ignorando prácticamente mi comentario, incluso llegando a olfatearme, con repugnancia. Más asco me daba él, tch. Decía, con palabras crípticas (como todos parecían hablar), que lo llamase Gagnar. —Y bien, Gagnar, ¿se puede saber qué problema tienes con el éter y los Elegid-? —Antes de que pudiera terminar, el tío generó una corriente de aire en su mano, que en seguida interrumpió, cerrando la palma—. ¡¿Qué cojones?! Prosiguió hablando: los Dones del éter, decía. Así que eso había sido, ¿no? Ah, ahora sí le interesaba el sucio y procesado éter. Tch. Aunque, muy a mi pesar, si eso era lo que podía ofrecernos, me interesaba y mucho. Aceptó a ayudarnos, a cambio de contarle mi "propósito". Vaya pregunta. Claramente era sobrevivir y obtener poder para hacerme respetar, pero dudaba que fuese eso lo que quisiera escuchar. Opté por mentir: había que ser inteligente para conseguir lo que uno quería, ¿no? —Mi propósito, de momento, es ayudar a los demás. —Casi se me escapó una carcajada con semejante trola. No esperaba ni que fuera a creerme—. Hay gente que lo está pasando mal, ¿sabes? Por los Dioses, tenía que ser menos indiscreto cuando mentía.
Gagnar se llevó una de sus manos, la que no sujetaba el extraño bastón, a su mentón. Parecía reflexivo. Uno podría decir, incluso, que estaba dudando de las palabras de Kiri. Con todo, esbozó una sonrisa. —... qué curiosa respuesta. Se supone que deberías haber dicho que tu objetivo es cumplir con tu deber, pues ese debería ser tu diseño. Pero, con todo, demuestras una forma de pensar autónoma e independiente. Hasta te atreves a mentir —sonrió, cazando al completo cómo Kiri había ocultado sus verdaderas intenciones. Uno no podía evitar pensar que Gagnar sabía ambas cosas: tanto la respuesta que Kiri le había dado como la que realmente querría haber dado y no dijo. Y ambas parecían salirse de lo que esperaba que "debía" decir—. Qué interesante forma de utilizar esta repugnante sustancia que pulula en esta pequeña burbuja, ¿huh? Ella te ha dado todo lo que tenía dentro, por lo que puedo apreciar. Je, je... je. Tras eso, tomó aire. Dio un pequeño golpecito en el suelo con su bastón invertido y, con eso, hizo surgir de la nada una pequeña roca. Apoyó su pie en ella, y miró a Kiri bajo su capucha, enigmático. —Bien. Deja que contribuya a lo que ellas han empezado. Tal parece ser el deseo de este mundo en ruina. >> Estarás habituado a ver cómo los mortales usáis el éter del ambiente y lo moldeáis, ¿no? Lo congeláis, hacéis que arda, lo asimiláis, lo convertís en proyectiles. O simplemente imploráis a vuestros dioses que os lo faciliten en forma de rayos o luz. Pero todo eso... todo eso es moldear el éter a vuestro antojo. Por eso es pegajoso, viscoso y repugnante. El éter procesado es... nada más que un deshecho, podredumbre destinada a deteriorarse más y más. Pero en todo deshecho, supongo, hay parte que puede aprovecharse. Por eso, te enseñaré a usarlo debidamente. No a moldearlo, no a gastarlo y hacer que se deteriore aún más; sino a dejar que fluya libre, por tus carnes. Descubrirás que el éter de verdad, si se deja libre... puede crear. No lo consumas en llamas, no lo congeles, no lo uses sin más; deja que pueda crear por sí mismo. Que cree tierra, árboles, aire. Esos son... algunos de los Dones de éter. Úsalos, y serás un poco más parecido a tus queridas diosas. >> Je... je... je... Se desbloqueará en el subforo de comercios el servicio "Dones de Gagnar" en breve.
Kashya ¿Que las cosas giraban mucho encima? Definitivamente eso sonaba como que podríamos tener acceso, pero solo con el cetro y haciendo uso de la luz que entraba por mi lado. Claro que era un riesgo, quién sabía si luego se podría salir de ahí aun así, pero es que tampoco teníamos mucha otra opción. Había que destruir aquella estatua. Sea como fuere, no tenía más que preguntarle al Varelkraft, así que me despedí de él tras agradecerle por la ayuda y me dirigí hacia el pozo para volver al Templo. Ahí me di cuenta de la presencia de una nueva... criatura, digamos. Se parecía bastante a vástago marino que habíamos derrotado Egin y yo, pero antes de acercarme a él tocaba hacer algunas otras gestiones más rutinarias. >>Actualizar bestiario, usar gran cúmulo de éter y cúmulo de éter (x1), subir un nivel (espíritu)
Egin Emergí del Pozo como nuevo. Con las armas arregladas, mis fuerzas a pleno y las bebidas de éter hasta el borde de las botellas. Lo esencial estaba más que listo, pero antes de lanzarme otra vez hacia los Campos Sagrados debía de hacer un par de compras, por lo que me entretuve un rato con ese antes de regresar al Pozo y volver al asentamiento Varelkraft.
Espella Tras salir al pozo del Templo, unas de las primeras cosas que noté va a aquel enorme Vástago que ahora se encontraba con nosotros. Instintivamente me puse en guardia, recordando cómo había acabado destrozada por aquel Vástago y la sombra. Aunque este lucía más sosegado. Me informé un poco con el resto de habitantes del templo, y tras enterarme de lo que sabían, me acerqué con él, intrigada por lo que supuestamente afirmaba. ... Aquella visita había sin duda interesante; era una verdadera molestia cómo se mofaba de la manera en la que manipulábamos el éter, pero si lo que decía era cierto sobre que podíamos conseguir un poder similar al de las diosas, lo tomaría sin dudarlo. Y hablando de asimilar poder, era momento de dirigirme con el Oráculo a que siguiese fortaleciéndome con éter. Subir de nivel (Aguante) Tras eso noté que Natt estaba de vuelto en el templo, presumiblemente con las cosas que le había pedido. Tiempo de sobra había tenido después de todo. —Tiempo que no los veía hermanos alados —les dije a los chicos, acercándome—, ¿Tienes algo bueno para mí?
Natt sonrió, con una gran bolsa llena de objetos, cuando vio llegar a Espella. —Vaya, te tardaste más de lo esperado, ¿eh? Estuvo bien mi visita a ese cementerio, debo decir. Estaba plagado no solo de litzels, que esos son unos blandengues, sino... también de unos bichos horribles, ¿los viste? Al noreste, hay criaturas que parecen obra de algún demonio. Como si fuesen cúmulos de cadáveres con una sola mente o algo así. Dan mucho miedo, pero son tan imbéciles como un solo cadáver, así que bueno, tampoco fue muy problemático. En fin, es una zona interesante, y conecta con Verghal; deberíais echarle un vistazo si no la habéis explorado bien. Yo he encontrado cosas que nunca antes había pillado, ¡así que mira, para ti! Recibes: - Brazalete dorado x3 - Líquido extraño x3 - Hierba relajante x6 - Piedra brillante x5 - Trozo de adamantita x7 - Trozo grande de adamantita x4 - Mitad de adamantita x1 - Cóctel litzel x3 - Urna eléctrica x3 - Hueso curvado x3 - Cristal desintegrador x1 - Mitrilo tosco x1
Espella Me encongí de hombros, revisando el botín. —Estuve revisando un lugar justo debajo del cementerio y perdí la noción del tiempo; te enviaría allí a recolectar cosas, pero me da miedo que la palmes y me quede sin distribuidor de mercancía. Como sea, buen trabajo —le dije, despidiéndome de la dupla alada. Tras ello, me dirigí con varios de los habitantes del templo. Tenía negocios que hacer con la mayoría de ellos.
Espella Tras conseguir varios cúmulos de éter en el refugio de Verghal, volví una vez más al templo, pues pensando en la entidad y en todas los enemigos fuertes contra los que me había enfrentado me recordó algo y, ahora que se encontraba en mi cabeza, no se iba a ir hasta que lo hiciera. Terminar aquello que había empezado y que en su momento no había sido capaz de lograr. Ahora era mucho más fuerte que en aquel entonces, debía ser capaz de conseguirlo. Lo primero que hice fue dirigirme a la llama del día y la noche y ponerlo en fase nocturna. Abrí los 7 pequeños cúmulos de éter que acababa de conseguir en el refugio, y me dirigí una vez más con el ángel oscuro. —Me ha dolido tanto que me dijeses que demoré más de lo que esperabas que he decidido volver antes~ Haré un encargo bastante importante, así que creo que te dará tiempo a ir y venir mientras no estoy. Nunca terminé de explorar el Centro de Verghal, así que te dejo ese trabajo a ti~ Pagar 1500 a Natt por explorar el Centro de Verghal Tras ello, me dirigí a conseguir el resto de cosas que necesitaba con el éter sobrante y, tras ello, volví a dirigirme al pozo. [Tras abrir los cúmulos tendría 3092 - 1500 = 1592, haré el cálculo del resto de cosas en los otros temas] Contenido oculto Tras todas las compras me equipo de la siguiente manera: -Armas: Látigo, Bastón, Campanita, Brazal piromántico, Vara emplumada, Talismán -Armadura: Guantes Draconianos, Pantalones de élite, camisa acolchada, Corona real. Las últimas 3 están en mi inventario. Cambio el anillo de movilidad por el anillo de Seider (la ficha está perdida, tho)
Egin Tras haber salido del Pozo del Templo de los Dioses, pensé con cuidado en lo que tendría que hacer ahora. Mi Hacha ya había sido arreglada por los poderes del éter, mis pequeños frascos estaban llenos, casi que le caían gotas fantasmales por los bordes. Y era justamente la primera cosa la que había marcado la diferencia al final de mi pequeña aventura más allá del lago de sangre. Yo era un Hachadependiente, que mi hacha perdiera su poder me volvía más fácil de morder porque el martillo era más pesado que el Vástago marino con sobrepeso. Era obvio que tendría que visitar a Helga para comprar piedras reparadoras. Muchas piedras reparadoras. Pero... ¿Quizá necesitaría algo más? Me dirigí a mirar los negocios.
Espella No había pasado mucho tiempo desde que abandoné el pozo para enfrentar a Bran, había sido un viaje corto, pero sumamente intenso. Una vez que salí del pozo del templo, lo primero que hice fue comprobar que mi cuerpo estuviese recuperado por completo. El fuego desintegrador de aquel ataque del elegido... aún podía sentirlo. Cómo mi cuerpo era calcinado, perdiendo la piel y dañando mis músculos. Aquella sensación... me alegraba que no fuera permanente. Tras despejarme unos cuantos segundos, me dirigí con el Oráculo. Si algo había sacado de aquel combate, era la enorme cantidad de éter que el cuerpo de ese sujeto había soltado. Había acumulado una increíble cantidad después de masacrar a tantos Varelkraft. Subir de nivel (Fe x2) Ahora, ¿Qué hacer con este rastro ardiente? Helga parecía ser capaz de producir equipamiento usando de base al alma que le dábamos y, sinceramente, el estilo del pirómano no se concordaba con el mío, así que tocaría ser una buena hermana y dale este rastro a Kattari, uh. Más le valía recompensarme bien por ello~ .... Después de que mi visita a Kattari terminase, busqué al mayor de los hermanos alados, para ver si ya había vuelto del viaje al que lo había mandado.
Natt suspiró al ver llegar a Espella, de nuevo con una gran bolsa junto a él, llena de provisiones. —... ah, hola de nuevo. Ya he vuelto... ese lugar, la ciudad de Verghal, ha sido un sitio interesante. Aunque no me ha gustado mucho; demasiados arqueros. Es difícil volar cuando llueven flechas. Por suerte no veían muy bien y fallaron casi todos, pero... en fin, aquí tienes tu parte del trato. Pero antes de que pudiese darle nada, Himmelda intervino. —¡S-Señorita Espella! Por favor, dejen de mandar a mi hermano a por provisiones continuamente, ¿sí? Ya está cansado, cielos. ¿No le ven? —... —Natt suspiró—. Estoy bien, Mel. Es un negocio. Pero la chica negó bruscamente con la cabeza. —¡No, no, no, Natt! Esto se tiene que acabar. N-No más, ¿sí? Por... por favor. Recibes: - Pepita de oro x3 - Shuriken x4 - Cuchillo arrojadizo x7 - Cuchillo envenenado x5 - Trozo de adamantita x9 - Trozo grande de adamantita x4 - Mitad de adamantita x1 - Flecha de acero x5 - Flecha encantada x2 - Flecha estática x3 - Flecha helada x3 - Flecha de fuego x3 - Cristal desintegrador x1
Espella Me encogí de hombros ante las palabras de la chica. —Como tu hermano dice, un negocio es un negocio. Aunque no me gustaría perder un activo tan valioso como él, así que quizá disminuya mi cantidad de solicitudes. Aun así chica, si tratas de evitar que tu hermano salga, sólo se terminará pudriendo en este templo; ya ha estado encerrado en una jaula demasiado tiempo, ¿De verdad quieres volver a meterlo en otra? El volverá a salir tarde o temprano. Entre tenerlo en el templo sin hacer nada y que muriese, su valor era básicamente el mismo. Así que al menos habría que sacarle el mayor provecho posible antes de que se rompiese, a menos que encontrase un comprador para los hermanos~ Me alejé de ellos después de tomar mis provisiones, y me dirigí de nuevo al pozo.
Kashya Aparecí en el templo, así como había deseado hacer, y no tardé demasiado en moverme por el edificio para comenzar a hacer las gestiones que creí necesarias. Primero, las visitas rutinarias al oráculo y a Seyja, para canalizar el éter e informar a la mujer de los nuevos enemigos que habíamos encontrado. Luego, visité a Himmelda y a Nathaniel para hacer uso de los servicios que prestaban, y finalmente tocaría hacer unas cuantas compras. >>Usar pozo (me equipo la campana tormentosa en lugar de la muñequera) + Subir nivel x1 (fe) + actualizar bestiario + Himmelda (-8 de oscuridad) + Nathaniel (Monte Olhalla)
Kiri Uf, de regreso al templo. Ahora tocaba lo de siempre, hablar con el oráculo, comprar balas, pasearse por los refugios, bla, bla, bla. En fin, en otro momento volvería a aquella ciudad, pero no por ahora, tenía tareas pendientes aquí. >>Subir nivel (Habilidad) Contenido oculto Si ahora necesito hacer más cosas ya edito, pero wa ir poco a poco (?
Himmelda vio con cierta alegría cómo Kashya se acercaba a ella. Cuando le solicitó que deshiciese toda la oscuridad en su interior, unió las palmas y sonrió con amplitud. —¡Ah, qué bien, señorita Kashya! Cielos, cuando veía esa oscuridad acumulándose en su interior... no podía sino preocuparme. ¿Cómo ha sucedido eso? Esa energía que había en su éter, señorita Kashya... no he visto nunca algo así. Es como si hubiesen cogido su éter y lo hubiesen moldeado a placer hasta dejarlo tan, pero tan consumido, que entre éter y éter quedase solo un vacío oscuro, podrido. Una energía muy malévola, de alguna forma. >> Ah, pero no tema. ¡Yo la dejaré como nueva~! Y así, sintió Kashya cómo la luz de la chica purificaba todo su cuerpo. La oscuridad desapareció de ella, pero, sin embargo... sintió también un escalofrío. Unos ojos malévolos clavados en su espalda, observando cómo se purificaba. Observando sus actos. Observando su traición. Eliminada toda la oscuridad. —¿Ves? ¡Como nueva! —sonrió Himmelda. Claro que su sonrisa pronto se esfumaría. Se dirigió rápidamente Kashya a Natt, solicitándole viajar por ella. —Ah... —dijo el chico, ante la mirada preocupada de su hermana—. Al monte, ¿no? Vale. Será sencillo. Está aquí al lado. —... Natt. —Mel, tranquila, haz el favor. Estoy bien. Y dudo que en ese Monte haya cosas que puedan toserme, ¿eh? —... la última vez —el rostro angelical de Himmelda estaba oscurecido, sombrío. Extrañamente apagado, para toda la luz que solía albergar en sus ojos azules—. Que sea la última vez. Lo decía para Natt, pero, en parte... casi parecía que se lo decía también a Kashya. Con todo, Natt partió, dejando a la chica apagada, callada y claramente preocupada.
Kiri Acabé de comprar todo lo necesario y volví al templo. Aún me sobraba suficiente éter, así que pude volver a hablar con el Oráculo para que me ayudase a mejorar mi agilidad. No quería volver a verme en una situación como la última, con las sombras. Hijas de puta. Tras eso, me marché a la ciudad inmortal de vuelta. Subir de nivel (Agilidad)
