Actividad: Emocionate escribiendo. Emoción: Temor. Sus zapatos al tocar el suelo producían un sonido estridente. Respiró hondo y por enésima vez se limpió el sudor de las manos en el pantalón. Estaba asustado. El corazón le latía de manera irregular y su cuerpo era recorrido por lo que parecía ser un escalofrío interminable. La sensación no le era del todo desconocida; ese temor era un viejo amigo. Siempre que era llamado para acompañar a su hija sufría un ataque de pánico y sentía miedo pues no quería ponerla en ridículo. Ella, invariablemente, era la luz de sus ojos, la razón por la que despertaba en las mañanas y acudía a ese trabajo que odiaba con todas sus fuerzas. Ella, su niña mimada era su mayor orgullo. Sonrió y el nerviosismo que experimentaba perdió su intensidad. El hombre al que seguía se detuvo frente a una puerta y le dedicó una fría mirada. Él intento no darle mucha importancia. No dijo nada pero espero a que el individuo abriera la puerta. Un chirrido le notificó que podía entrar a la habitación y cuando lo hizo, la luz lo deslumbró. Cerró los ojos y llevó las manos a sus ojos. Parpadeó y cuando enfocó lo que se encontraba a su alrededor, sintió un profundo amor al ver a su hija. Ella estaba vestida de blanco y llevaba un ramo de rosas blancas en las manos. Corrió hasta él y lo abrazó. Una inmensa paz lo alcanzó al ver que el terrible malentendido no hizo mella en su relación. Habían peleado por la mañana y ella salió de la casa tan enfadada que él temió su perdida. La abrazó con fuerza y cerró los ojos. Por un par de segundos disfrutó de la calidez que el pequeño cuerpo le proporcionó. Pero la sensación de paz y felicidad se desvaneció cuando abrió los ojos y se dio cuenta de que su mente le había jugado una mala pasada. Lo que tenía en sus brazos no era el infantil cuerpo de su hija pequeña, sino el de la mujer adulta que lo vio en la mañana discutiendo con su madre y al ver que la golpeaba en un ataque de rabia, había salido corriendo para escapar de una verdad que no quería escuchar. Él se enteró de que la infanta que crió por tantos años, no era suya. Tuvo temor, no deseaba perderla. Perdió el control cuando su esposa le dijo que le diría. En ese momento la golpeó. Su hija lo vio, lo escuchó y lo odio. Cuando ella subió a su auto él quiso seguirla. Estaba aterrado, no quería perderla… Pero el destino era cruel. Una llamada lo cambio todo. El hombre al que siguió lo había llamado. Necesitaba que fuera a la morgue a testificar si la mujer que se encontraba ahí era su hija. Todo el trayecto hasta aquel lugar lo lleno de miedo. Y ahora estaba ahí viendo cristalizado su peor temor. El frío cuerpo le transmitió la pesadez a su corazón. Gritó. Las lágrimas rodaron por sus mejillas y ya no vio a la pequeña niña que lo abrazaba sino a la mujer que se encontraba destrozada a causa de un accidente automovilístico. Había temido perderla y, al final, irónicamente eso sucedió.
Oh, vaya, qué terrible suceso. Al principio creí que se trataría de una simple pelea entre padre e hija y que por ella, temió haberla perdido, pero no fue sólo lo que ella vio y descubrió él, sino el que finalmente la perdiera en la muerte. Aquí nos mostraste el enfoque de temor en tres perspectivas. Primero, el temor de él de que su adorada hija se distanciara de él por haberlo visto golpear a su madre, después el temor cuando descubrió que la criatura que crió hasta ser adulta, no era en realidad su hija, por lo que temió que la verdad alterara sus sentimientos, lo que no fue así y tercero, el más crudo y penoso, la identificación del cadáver de su amada hija, porque sin importar qué, ella seguía siendo la luz de sus ojos. Buen relato. Me gustó mucho. Gracias por continuar en la actividad xD Saludos.
Me has partido el corazón, Kikuz. La verdad que no me esperaba para nada el final, no sabía hasta dónde querías llegar con el relato, pero cuando pasó eso de que estaba siguiendo a alguien que le miraba indiferentemente, pensé que era su yerno o algo así, no sé, mi cabeza fue completando con los datos, fue interesante. Por otra parte, aunque soy totalmente de 'la violencia no es la solución', lo del golpe que le pegó a su mujer a mí se me antojó adecuado, al fin y al cabo, se lo había ocultado hasta ese momento para hacerle daño en ese mismo instante. Pero bueno, todo fue trágico y en realidad, me da muchísima pena el padre, porque por un terrible malentendido, por algo que se hizo sin pensar ahora estará culpándose el resto de su existencia, porque por eso, perdió a la luz de sus ojos. Un relato duro, pero hermoso y muy creativo. Te señalo un fallito: Sería "esperó" con tilde. Y nada más que añadir, seguiré leyendo cositas tuyas. ¡Un saludo! :)
Hm, personalmente no encontré agradable el desenlace, pero no porque sea una romántica o algo, es que no me gustaron las vueltas que diste para llegar al final, de hecho, tanto me concentré tratando de unir piezas y mantenerme al tanto, que si tenía que impactarme llegando al final, bueno, yo misma concentrándome en otros detalles arruiné eso. El 'problema' del asunto tampoco se me hizo muy coherente. Me hubiera gustado conocer razones, o más detalles del porqué la madre llega al punto de sentir necesario el revelarlo, aparte de que las razones del porqué él no la siguió ipso facto tampoco me parece quedan claras, ahí dice "cuando ella subió a su auto" bien se puede interpretar como que es el auto de quien sufre la pérdida, o el de ella propio, o al menos de esa manera lo veo yo, un poco más de especificación en ese ámbito. Finalmente es como si hubieses querido transformar en tragedia algo a lo que personalmente le encontré un lado bastante trivial, como un padre temiendo perder a su hija porque se casa, o algo así, pero acaba envuelto en una nube trágica con sucesos que para mi gusto están planteados forzosamente. Sin embargo, si tengo que opinar la esencia de todo, sí es triste, y sí te puede mover un poquito la fibra, pero no recibí emociones de ese tipo como para llegar a eso. Pero en fin, saludos.
