Teenage days [sxs-nxh-gxm-sxi-sxt-nxt]

¡Hola!

Gracias por todos sus post, que lindas ^^

Aquí les traigo la conti como siempre, espero que la disfruten.

A propósito, nunca dije que eliminaría las preguntas, sólo pedí que se den la tarea de poner algo más que responderlas, ya que sino los mods borran los mensajes y eso no me gusta ^^

Capítulo 13: Beso ¿En sueños? Parte 2


Naruto había acabado sus deberes y sus estudios gracias a su querida Hinata, quien era realmente una genio y le había ayudado mucho a entender los temas que no le entraban a la cabeza con nada. Cuando iba por el pasillo notó a Kiba, el cual estaba parado junto al barandal de la escalera, mirando hacia el primer piso.

—¿Qué ves Kiba? – Preguntó el rubio situándose a su lado.

—Nada, sólo pensaba – Respondió el castaño volviendo su vista al suelo, luego de haber mirado a Naruto por unos segundos – Estaba muy aburrido.

—¿En que puedes estar pensando tú? – Se extrañó Naruto, ya que Kiba siempre estaba haciendo cosas en lugar de estar detenido pensando, ya fuese corriendo por ahí, espiando la ropa interior de las chicas, o jugando algún deporte afuera - ¿Qué sucede contigo? – Preguntó al verlo tan serio, e incluso parecía triste.

—No es nada, te dije que sólo estaba pensando – Fue la respuesta de Kiba. Naruto arqueó una ceja sin comprender ¿Qué le pasaba a su amigo?

—Ya, y yo soy algún loco extraterrestre del espacio que viene a conquistar la tierra ¿Cierto?

—Ajá – Dijo Kiba asintiendo con la cabeza, sin prestarle atención a Naruto, por lo que éste frunció el ceño y apretó uno de sus puños con enojo.

—Kiba desgraciado ¡Mírame cuando te hablo! – Le gritó Naruto al oído, haciendo que el castaño se pegara un susto de muerte ya que por su grito brincó y por poco y se fue hacia adelante, si no se hubiera dado cuenta a tiempo se habría caído hasta el primer piso.

—¡Fíjate en lo que haces idiota! – Reclamó molesto y con el corazón saltándole a mil por hora dentro de su pecho.

—¡Eso fue porque no me hacías caso tonto! – Reclamó también el rubio, pero luego de haber gritado los dos se calmaron un poco – Y bien ¿Qué demonios te sucede?

—No es nada ¿Cuántas veces debo decirlo?

—Pues que se me hace que tú estás enamorado de una chica y por eso estás así ¡Te conozco! – Aseguró Naruto apuntándole con su dedo índice, causando un fuerte sonrojo en las mejillas de Kiba pues al parecer le había dado justo en el clavo.

—¡C-claro que no! – Exclamó avergonzado, asegurando que ninguna chica se había metido en su corazón, pero Naruto sólo río con picardía.

—Lo sabía, estás enamorado – Aseguró cruzándose de brazos – Ya dime quien es ¿La conozco?

—¡No!

—Ah ya sé ¡Matsuri!

Kiba sólo se arrojó encima de Naruto para tratar de callarlo, sin darse cuenta de que su acción sólo le daba a entender al rubio que estaba en lo cierto.

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Tenten llevaba como media hora parada ahí sin hacer nada. Al principio Neji no lo había notado por estar concentrado en su juego, pero después había comenzado a perturbarle que la chica pareciera una estatua viviente, así que se acercó a preguntar si todo estaba bien.

—¿Tenten? – Preguntó pasando una mano frente al rostro de la castaña, la cual finalmente pareció reaccionar ante el movimiento y lo miró sin decir nada - ¿Estás bien? ¿Te sucede algo malo?

—Neji yo… - Comenzó a decir Tenten, que en ese momento sentía ganas de morirse. Se sentía tan mal consigo misma, jamás se había puesto a pensar en que no lucía atractiva para los chicos, porque en realidad eso nunca le había importado, pero ahora que estaba Neji en su vida ¿Qué se suponía que debía hacer? – Y-yo estoy bien – Afirmó con una sonrisa – No te preocupes por mí, sólo me quedé pensando en algunas cosas.

—Claro, seguro que sí – Dijo Neji más calmado, pues verdaderamente se había preocupado por ella, porque se veía muy extraña - ¿Quieres seguir jugando o prefieres que te acompañe a tu cuarto?

—No, no es necesario, me iré yo sola – Respondió la chica antes de darse la vuelta e irse corriendo, dejando al Hyûga muy desconcertado, aunque le pareció verla llorar.

Tenten se secó las lágrimas que habían salido de sus ojos mientras corría por el pasillo. Era una tonta sin remedio, lo sabía muy bien ¿Pero que podía hacer al respecto? Ya se había enamorado de él, pero Neji sólo la veía como a un chico, ni siquiera llegaba a ser una chica frente a sus ojos.

—Estúpida – Se dijo a sí misma.

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Sakura se encontraba recostada sobre su cama. No quería salir de su cuarto porque no se quería encontrar con Sasuke por cualquier lugar de la escuela, por suerte las clases ya se habían acabado y después de la navidad se iría junto con su madre a la casa de sus abuelos, así que no vería a Sasuke durante dos largas semanas, pero eso era lo mejor, era mucho mejor que tener que verle y sufrir por su culpa.

—Soy tan tonta ¿Cómo me pude enamorar de él? ¿Acaso no aprendí nada con ese… idiota con el que estuve antes? – Se preguntó mientras trataba de dejar de llorar.

En ese momento alguien tocó la puerta del cuarto. Se secó rápidamente las lágrimas y pensando que era alguna de las chicas, se dirigió a abrir, pero se quedó sorprendida al ver que se trataba de nada más y nada menos que la razón de su separación con Sasuke, quien la miraba seriamente.

—¿Q-que haces tú aquí? – Demandó saber Sakura, bajando la mirada porque no se atrevía a mirar a Yayoi a la cara.

—Sé que no te agrada verme, pero necesito hablar una cosa contigo, por favor déjame pasar – Pidió la chica de forma amable, por lo que Sakura no fue capaz de echarla a patadas y la dejó entrar extendiéndole su mano hacia el interior de su cuarto.

Yayoi entró y se sentó sobre una de las camas, mientras que Sakura la miraba con tristeza.

—¿De que quieres hablar?

—Es sobre Sasuke – Soltó sin más Yayoi, causando una punzada en el pecho de Sakura, la cual sólo asintió con la cabeza.

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Sasuke se había ido al cuarto. Gaara suspiró ahí mismo donde se encontraba y decidió regresar a la sala de estudio a seguir con lo suyo con Matsuri, aunque por hoy no más intentos de besos, eso lo dejaría para otro día. Al final había arreglado las cosas con Sasuke, de verdad le creyó cuando le dijo que amaba a Sakura y no pudo evitar prometerle que lo ayudaría.

—Aunque digan que soy demasiado frío tengo un estúpido corazón de pollo – Pensó soltando otro suspiro, justo en el momento en que abrió la puerta. Pensaba charlar con la castaña, pero le sorprendió el encontrarla dormida sobre el cuaderno, aún sentada en el piso y con sus brazos como almohada.

Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios mientras la observaba, se veía tan frágil e inocente durmiendo así, como una niña pequeña, aunque en cierta forma así era ya que tenía sólo quince años.

—Matsuri… - Murmuró acercándose a ella, aunque no tenía ni la más mínima intención de despertarla, no podía evitar querer verla más de cerca. Notó que ya había terminado de hacer todos los ejercicios y seguramente se había aburrido esperándolo, y en ese momento pensó en que de verdad era muy lista para haber hecho todo eso ella sola.

Se sentó a su lado, después de todo no podía dejarla durmiendo ahí y lo mínimo que podía hacer era despertarla o llevarla a su cuarto, pero justo antes de poder ponerle una mano encima ella comenzó a balbucear entre sueños.

—G-Gaara… ¿Por qué…? – Decía la chica en voz baja, hablando como si estuviese teniendo una pesadilla, pues parecía triste, e incluso una pequeña lágrima se deslizó por su mejilla – Y-yo… te amo… Gaara…

En ese momento sintió como un flechazo directo al corazón, al escucharla decirle nuevamente que lo amaba, aunque ni ella misma estuviese consciente de ello, había sido algo realmente hermoso. Ahora estaba seguro, ella no lo había olvidado, no lo había cambiado por Kiba, sólo estaba tratando de no sufrir por su culpa, sólo quería sacarlo de su corazón para no ser lastimada, pero él no lo iba a permitir, no iba a dejar que Matsuri lo dejara de querer.

—Matsuri, despierta – Dijo acercándosele, tomando su hombro y moviéndola levemente, pero al hacerlo el cuerpo de la castaña se removió, haciendo que se fuese hacia su costado, quedando recostada sobre el pecho del pelirrojo, quien de pronto había sentido los latidos de su corazón acelerarse al máximo – Matsuri… - Volvió a tratar de llamarla, sólo que al mirarla pudo notar esos finos labios que había querido besar hasta hace sólo unos momentos.

¿Estaría mal hacerlo ahora? Ella estaba dormida así que no lo iba a saber ¿Pero no era eso aprovecharse de la situación?

Sin embargo y por más que lo pensaba, no podía encontrar otra forma de conformarse en éste momento, así que lentamente se fue acercando a la chica que aún dormía, acarició su mejilla con la mano que tenía libre, ya que con la otra la sostenía para que no se cayera, acortó la distancia entre sus rostros, sintiendo la respiración acompasada de ella tan cerca que alteraba sus sentidos.

Y finalmente la besó, por fin posó sus labios sobre los de Matsuri y una infinita cantidad de sensaciones se apoderaron de su ser de forma rápida y abrupta, pero se sentía tan bien tenerla entre sus brazos, se sentía tan bien besarla, aunque ella no le pudiese corresponder.

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Sakura miraba a Yayoi sentada sobre la cama de Hinata frunciendo el ceño. No sabía realmente que quería pero no le apetecía oírla para nada.

—Mira, no sé que busques aquí pero la verdad es que no quiero oírte – Dijo Sakura de pronto, captando la atención de la pelinegra que la quedó mirando detenidamente, sin decirle nada, por lo que Sakura se sintió un poco nerviosa e incómoda.

—Escucha Sakura, no he venido a que me ataques si es lo que pretendes – Le aclaró Yayoi de forma tranquila y segura – Sólo vengo a decirte algo importante.

—¿A que te refieres? – Cuestionó la peli rosa confundida, porque no entendía a que venía todo esto de hablar de Sasuke ¿Con la persona que lo arruinó todo? No, con quien Sasuke la había engañado.

Yayoi suspiró de forma algo cansada, como haciendo notar que no quería hacer esto, pero al menos le debía algo a Sasuke por todo lo que estaba pasando.

—Sasuke no te engañó conmigo – Dijo sin mirar a Sakura, por lo que no pudo notar que los ojos de la chica se abrieron con mucha sorpresa – Sólo te lo estoy diciendo porque no quiero que él se sienta mal por eso, él estuvo conmigo cuando aún era novio de Hinata-san, él no te ha engañado.

Sakura estaba tan sorprendida que no podía decir nada en ese momento, sólo pudo ver a Yayoi salir del cuarto, dejándola sola.

Ella cayó sentada sobre su cama y sin querer derramó un par de lágrimas, aunque no sabía si eran de tristeza o de felicidad.

—Sasuke… no me engañó… - Repitió aún incrédula.

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Neji caminaba hacia su cuarto, no podía dejar de pensar en lo sucedido con Tenten y en la forma extraña en la que ella había actuado. Al llegar se topó con Sasuke, quien se veía algo más calmado después de haber hablado con Gaara y de arreglar sus diferencias.

—¿Qué te pasa? – Se preguntaron al mismo tiempo, luego de lo cual soltaron una leve sonrisa cada uno.

—El mismo lío con Sakura y Yayoi, no creo que Sakura me perdone jamás – Dijo Sasuke llevándose las manos a los bolsillos de su pantalón – Ella cree que yo la engañé, pero no es cierto.

—¿Quién entiende a las mujeres? – Cuestionó Neji mientras entraba al cuarto. Sasuke sólo lo miró, preguntándose internamente si es que acaso le había pasado algo. Pero más que eso, lo de Sakura realmente lo tenía preocupado, no sabía ni como hacer para que ella le volviera a hablar.

Justo en ese momento su celular sonó, pero se fijó en el número por estar metido en sus pensamientos.

—¿Bueno?

—¡Sasuke, mocoso del demonio! ¡¿Cómo que embarazaste a una chica?! – Se escuchó la molesta y muy enfurecida voz de Fugaku, por lo que Sasuke supo que estaba en serios problemas.

—Demonios, no creí que se enteraría tan pronto, malditos chismosos de la escuela – Pensó fastidiado.

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Ino entró a su cuarto echando humo por las orejas. Después de haber dejado a Sai y a su “amiguita” se había ido a dar unas vueltas por la escuela, pero nada lograba calmarla, realmente no sabía por que se sentía tan molesta.

—¡Odio esto! – Gritó casi histérica, pues odiaba sentirse de esa manera. En ese momento se fijó en que estaba Tenten recostada boca abajo sobre su cama, llorando - ¿Tenten? – La llamó algo sorprendida.

La castaña, al darse cuenta de que su compañera estaba en la habitación rápidamente se secó las lágrimas y se sentó sobre la cama, tratando de disimular.

—I-Ino ¿Pasa algo? – Preguntó como si nada, pero la rubia no paraba de mirarla de manera sospechosa.

—¿Por qué llorabas?

—Te equivocas, yo no estaba llorando – Aclaró de inmediato Tenten, pero sus ojos enrojecidos la delataban. Ino iba a replicar, sin embargo unos golpes a la puerta la distrajeron. Bufó molesta y se volteó a abrir, llevándose una gran sorpresa.

—¡Gaara! – Exclamó al ver al pelirrojo parado en su puerta, cargando a una dormida Matsuri como si fuera una princesa. El pelirrojo le hizo un gesto de silencio y la rubia se cubrió su boca con la mano.

—¿Dónde está su cama? – Preguntó Gaara mirando hacia el interior del cuarto. Ino se apartó de la puerta y le dio la pasada al chico.

—Es esta – Respondió algo desconcertada por la extraña escena. Gaara jamás hacía ese tipo de cosas, era realmente extraño verlo cargando a una chica, sin embargo aunque a ella debería molestarle, en realidad no era así, al parecer él ya se había decidido.

Gaara recostó suavemente a Matsuri sobre su cama y sin que las chicas se percataran, sonrió levemente al observar su rostro. Realmente era una chica tierna, le había robado un beso mientras dormía, pero no se sentía mal por eso, al contrario, no quería otra cosa más que repetirlo, sólo que la deseaba consciente en ese momento, para que así Matsuri le correspondiera.

—Buenas noches bella durmiente – Le dijo en un susurro, finalmente alejándose. Se despidió de Ino y Tenten con un gesto de mano y salió del cuarto, mientras una sonrisa se dibujaba en los labios de la joven dormida.

—Gaara… - Volvió a decir en sueños, aunque ésta vez no parecía tener un mal sueño. Ino y Tenten rieron graciosas; no era la primera vez que eran testigos de cómo su amiga hablaba y repetía el nombre de Gaara entre sueños.

—Me pregunto que estará soñando – Comentó Tenten, quien ya había olvidado por completo que hasta hace unos minutos se sentía realmente mal, después de todo no tenía por que estar deprimida. Ino se sentó a su lado, sonriendo.

—No lo sé, pero se ve feliz – Opinó ella.

Matsuri estaba sentada sobre el verde césped junto a un hermoso campo de flores de colores, mientras que las admiraba con una gran sonrisa. Estaba usando un vestido de color blanco con tirantes delgados, el cual le llegaba sólo hasta las rodillas y usaba un sombrero de color café claro sobre la cabeza, para así protegerse del sol.

—Que hermoso lugar… - Susurró mientras el viento le golpeaba la cara, haciendo que el sombrero volara lejos de ella. Estiró su mano y se puso de pie para alcanzarlo, pero no lo logró. Suspiró algo decepcionada y cuando se dio la vuelta chocó contra el pecho de alguien.

Levantó la mirada y lo vio a él, a ese chico que era el culpable de todos sus suspiros.

—Gaara… - Dijo nerviosamente, pues él había comenzado a acariciar su mejilla y se estaba acercando a ella de forma peligrosa. No sabía que estaba pasando, pero parecía como si él fuese a besarla – Esto es un sueño ¿No es así? – Preguntó con cierta tristeza, observando como el pelirrojo asentía con la cabeza.

Era sólo un sueño, así que no importaba. Cerró los ojos y sintió el aliento de él más cerca, respirando sobre su rostro.

—Pero pronto dejará de serlo – Le respondió Gaara antes de besarla. Ella no entendió aquellas palabras, pero no le importó demasiado, porque al sentir sus labios sellados por los de él sólo podía corresponder a ese dulce beso, aunque fuese un simple sueño.

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Todo era un lío para ella, estaba aburrida de estudiar tanto para los exámenes y de tener que soportar a cierto idiota que jamás entendía lo que le pasaba.

—Estúpido Shikamaru – Masculló con rabia mientras caminaba hacia la escalera para subir a su habitación, pues ya había caído la noche y sentía algo de sueño.

—¿A quien llamas estúpido problemática? – Aquella voz a su espalda la asustó verdaderamente. Temari se volteó con la mano en el corazón, mientras sentía sus latidos acelerados, pero al verle la cara al sujeto, su ceño se frunció inmediatamente.

—¿Qué demonios quieres Shikamaru? – Preguntó molesta y cruzándose de brazos, pero Shikamaru sólo la miraba con pereza, igual que siempre.

—Quiero que me digas por que soy un estúpido – Insistió el Nara, pero no obtuvo respuesta, sólo vio como la rubia le sacaba la lengua para irse corriendo por las escaleras luego, pero él no se rendiría tan fácil, así que apenas ella partió él salió corriendo tras ella, dándole alcance a la mitad de las escaleras.

—Suéltame vago – Reclamó Temari enfadada, pues Shikamaru la había tomado de la muñeca con bastante fuerza.

—¿Me vas a decir por que soy un estúpido?

—¿Acaso no lo sabes? – Cuestionó la chica de ojos azules mientras sonreía de forma algo burlona – Por favor, no creo que te sigas haciendo el que nada pasó toda la vida ¿O sí Shikamaru Nara?

—¿De que demonios estás hablando? – Inquirió Shikamaru con expresión confusa en su rostro, viendo como Temari apretaba los dientes por la rabia.

—¡Hablo del maldito beso que me diste! ¡¿O es que lo olvidaste?! – Gritó totalmente furiosa, dejando a Shikamaru sorprendido y estático en aquel lugar, porque no se esperaba que ella estuviera así de molesta por eso. Fue en el instante en que se distrajo que Temari se soltó de su agarre y salió corriendo, dejándolo ahí parado como un idiota.

—Pf, que problemático es todo esto – Se dijo Shikamaru mientras se sentaba sobre uno de los escalones, tratando de pensar en que hacer para que ella dejara de estar así de enfadada con él ¿Acaso sería buena idea besarla de nuevo y aclararle todo de una vez?

O tal vez lo mejor era seguir haciéndose el loco.

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Sakura había decidido subir a la azotea para pensar un poco en lo que le había dicho Yayoi hace un rato. No podía creer que era cierto, que Sasuke de verdad no le había mentido, él hablaba en serio cuando le prometió estar a su lado, sin embargo habían sido separados.

—No puede ser… - Se dijo mientras que con sus manos se aferraba a la rejilla de alambre que marcaba el final de la azotea. Miró hacia abajo, notando como una de sus lágrimas se deslizó y llegó a la punta de su zapato. Se sentía tan débil y frágil, tan diferente a la Sakura que entró por la puerta principal el primer día, que le dio un pisotón a Sasuke y que mantuvo su frente en alto ¿Para que se había enamorado? Sólo volvía a sufrir otra vez.

Sasuke también había ido a pensar allí arriba, después del regaño tremendo que le dio Fugaku no tenía deseos de estar en su cuarto. Había sido horrible, su padre usualmente le trataba fríamente, pero a pesar de que todo lo que le dijo por teléfono realmente le había dolido, le dolió cuando le dijo que era su mayor decepción.

Al cruzar la puerta sus ojos se deslumbraron con la imagen que tenía en frente. Sakura estaba mirando hacia abajo y la luz de la luna le daba de lleno, haciéndola lucir preciosa a pesar de que le daba la espalda, sin embargo algo en aquella imagen no era perfecto y ese algo era que Sakura estaba llorando.

Odiaba ver eso, no podía soportar verla llorar. Sakura era tal vez la única persona en el mundo que lo hacía sentir diferente, que realmente le hacía amarla.

—Sakura… no llores por mi culpa – Dijo el azabache, haciendo que la chica diera un pequeño salto para después voltearse. Al observar su rostro lleno de lágrimas se sintió de lo peor, de verdad no le gustaba verla así.

—Sasuke ¿Qué haces aquí? – Preguntó Sakura mientras que se secaba las lágrimas rápidamente, en un vano intento de que él no las notara.

—Sólo venía a pensar, pero debí suponer que estabas aquí… perdona… - Sasuke se dio la media vuelta, dispuesto a retirarse del lugar para dejar a la chica sola, pero Sakura lo agarró de la camisa, tenía que hablar con él.

—No te vayas… no… no lo hagas… - Rogó volviendo a llorar, aunque se quería detener no lo podía hacer. Sasuke sintió una pequeña punzada en el pecho al ver como ella lloraba otra vez, así que no se pudo aguantar y la abrazó fuertemente, tratando de calmarla.

—Por favor Sakura, no te pongas así, yo no merezco que llores por mí – Le dijo Sasuke al oído, tratando de contenerse a sí mismo y no llorar como un bebé, porque de verdad sentía deseos de hacerlo, pero eso sólo le haría ver más patético de lo que ya era.

—Ella me dijo que no me engañaste – Habló la peli rosa de pronto, provocando cierta sorpresa en el Uchiha, que se separó un poco para mirarla confundido – Yayoi, ella habló conmigo y me dijo que no me engañaste, que fue cuando estabas con Hinata.

—Es verdad – Afirmó Sasuke, separándose por completo de ella – Pero es lo mismo, tú debes pensar lo peor de mí y tienes toda la razón.

—No, yo sé que cambiaste – Lo interrumpió Sakura. Sasuke la miró y le dio gusto ver una sonrisa en su rostro, pero ella rápidamente dejó de sonreír – Sin embargo cometiste muchos errores antes de eso, así que ahora te están pasando la cuenta.

—Sakura yo… - Él otra vez trató de decir algo, pero fue callado por los labios de la peli rosa, que lo besó sin decirle nada primero, sin siquiera avisar, y no era que a él le importara demasiado, de hecho estaba muy feliz de que ella lo hubiese hecho, sino lo habría hecho él.

La rodeó por la cintura, mientras que sus labios se movían ansiosos sobre los de la chica, profundizando el beso cuando sus lenguas se encontraron, sin embargo la falta de aire les hizo separarse y lentamente aquel mágico beso acabó.

Sasuke no sabía que decir, no entendía por que Sakura lo había besado de pronto pero le había hecho sentir muy bien, sin embargo las cosas no eran tan fáciles.

—Te amo Sasuke, pero lo mejor es que ya no estemos juntos nunca más, no podré evitarte porque estamos en la escuela y en la casa juntos, sin embargo… no vuelvas a hablarme jamás – Y dicho esto Sakura se fue, dejándolo solo y vació, una vez más.

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Los días habían pasado lentamente, hasta que el tan esperado por fin llegó.
Era día 23 de diciembre, sólo un día antes de la noche buena; hoy celebrarían la navidad en la escuela junto con los padres, maestros y alumnos, ésta noche para muchos sería inolvidable.

Continuara…








Avance:

—Aunque me digas eso… ¡Aunque lo hagas él no me ve! – Gritó Tenten llena de lágrimas, dejando a su madre sorprendida, pues no podía creer que su pequeña se había enamorado.

—Ya veo, con que estás así por un chico – Dijo la bella mujer con una sonrisa, dejando algo desconcertada a su hija – Yo te ayudaré, le vas a demostrar a ese chico lo hermosa que eres.

—¿Eh? – Se preguntó desconcertada.

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—Sasuke no – Dijo Sakura empujándolo para así alejarlo de ella. Se pasó una mano por los labios, buscando borrar aquella sensación – Esto no está bien.

—Al diablo con lo que está o no está bien ¿No te das cuenta de que esto no puede seguir así? – Cuestionó el azabache mirándola fijamente – Nosotros nos amamos, debemos estar juntos.

—Sasuke vas a tener un hijo con otra – Soltó la chica bajando la mirada, porque a pesar de todo no podía estar con él por esa simple razón, sería muy egoísta de su parte.

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—¿Sabes cual es el problema? Que odio verte cerca de Kiba – Dijo Gaara molesto, acorralando a Matsuri contra una pared del pasillo y tomándola por los hombros – No quiero que él esté a tu lado.

—¿Por qué eres así? Eres un egoísta… - Masculló Matsuri mirándolo con algunas lágrimas en sus ojos – Después de romperme el corazón… ¡Todavía te crees con el derecho de ser el único en mi vida!

Gaara la miró impasible, tan imperturbable que ella se sintió morir con esa mirada helada, sintió deseos de volver a llorar y de salir corriendo, pero él no le permitía moverse.

—Tal vez sea un egoísta – Comenzó a decir Gaara mientras se acercaba a su oído, susurrándole de una manera bastante sugerente y que la hizo sonrojarse por completo – Pero te quiero sólo para mí – Finalizó, posando sus labios sobre los de ella de forma suave y delicada, dejándola sorprendida.

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—Yuuki por favor dímelo ¿Ese hijo es mío? – Preguntó Sasuke con un triste semblante, logrando conmover a la chica, que se debatía entre decir la verdad o no traicionar a su amiga.

—Sasuke… yo… - Pero justo cuando iba a decir algo más su celular comenzó a sonar. Ella lo contestó rápidamente al ver que se trataba de Yayoi - ¿Bueno? – Pero su expresión cambió a una de sorpresa enseguida.

—¿Qué pasa? – Preguntó Sasuke un tanto preocupado. Vio como Yuuki bajaba lentamente el aparato de su oído, para después mirarlo con preocupación.

—Algo le pasa a Yayoi – Fue todo lo que dijo antes de irse corriendo, por lo que Sasuke no tuvo más opción que seguirla.


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Bueno, eso ha sido todo por ahora ¡Espero que les haya gustado!

¿Que parte les gustó más?
¿Qué les pareció el beso que le dio Gaara a Matsuri?
¿Neji es un idiota?
¿Shikamaru es demasiado problemático?
¿Sakura habrá hecho mal en decirle a Sasuke que ya no la busque?
¿Que les llamó más la atención del avance?

 

¡Hola!

Bueno, aquí vengo con la conti de este fic, gracias por todos sus post ^^

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Capitulo 14: Navidad

Ya era de noche y la fiesta de navidad había comenzado hace unos treinta minutos ya. Tenten se encontraba en su cuarto, no sabía que ponerse para lucir bien, de verdad estaba muy preocupada por eso, quería verse bien aunque sea una vez y así ver si Neji por fin le hacía un poquito de caso, pero nada de lo que ella tenía le servía.

Al final soltó un suspiro y decidió salir del cuarto a tomar aire, además se suponía que hoy vendría su madre, aunque le pidió encarecidamente que no lo hiciera Mitsuko dijo que no la dejaría sola. Al bajar por las escaleras vio a un montón de chicos agrupados, todos haciendo escándalo, reclamando aunque sea un poco de la atención de su estrella favorita; Mitsuko Ama.

—Mitsuko, te dije que no vinieras – Dijo la chica castaña acercándose a su madre, la cual estaba firmando un par de autógrafos felizmente.

—Pero si es mi hijita bebé, mi adorada Tenten – Habló Mitsuko contenta, acercándose a su hija para abrazarla fuertemente, pero ella enseguida la apartó pues no le gustaban esas demostraciones de afecto de su madre.

—Suéltame Mitsuko, que vergüenza – Se quejó Tenten un poco sonrojada, además todos los alumnos-fans de Mitsuko la estaban mirando de manera graciosa - ¿Y se puede saber a que viniste?

—Pues vine a verte amor, esta fiesta es para los padres también ¿O me equivoco? Además no te iba a dejar solita – Respondió la mujer con una enorme sonrisa dibujada en sus labios, mientras que Tenten sólo la miraba con fastidio. Realmente no podía soportar esa actitud de su madre ¿Por qué siempre se comportaba como si fuera la madre perfecta? Cuando sabía muy bien que no lo era, que jamás estaba cuando su hija de verdad la necesitaba.

Aunque después de todo debía reconocer que su madre sí hacía un esfuerzo por acercarse a ella, aunque sea un poco.

—Bueno, si es así entonces vamos… - Dijo sonriendo la joven, que de pronto se sentía un poco mejor, sin embargo el fastidio regresó a su rostro cuando vio que los fans comenzaban a molestar otra vez.

—Hey Mitsuko-san ¿Me das tu autógrafo? – Preguntó un chico acercándose a la mujer de ojos azules, la cual le sonrió amablemente.

—Oye ¿Qué no ves que estoy hablando con mi mamá? – Interrumpió Tenten de mala gana, pero Mitsuko no le hizo mucho caso.

—Ay, después hablamos Tenten, ahora estoy con mis fans.

Eso era el colmo ¿No se suponía que venía a verla a ella? Jamás se tomaba el tiempo de estar con ella realmente, siempre había de por medio fans, periodistas o entrevistas ¿Por qué no podía tener una madre normal, una familia normal?

—Ese es tu maldito problema, siempre prefieres a tus fans antes que a mí – Fue todo lo que dijo Tenten antes de irse corriendo a su cuarto. Mitsuko se dio cuenta de la molestia de su hija y que le había hecho daño, así que tenía que arreglarlo.

—Lo siento chicos, pero debo ver a mi hija – Dijo sonriente, para luego irse detrás de la castaña de chonguitos.

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La mayoría de los alumnos de la escuela se encontraban ya dentro del gran gimnasio, en donde se celebraba la fiesta. Kiba acababa de entrar, venía acompañado de su prima Yuuki y buscaba con la mirada a cierta joven castaña.

Todavía podía recordar el favor que ella le había pedido, así que estaba bastante ansioso por verla.

—Tengo otro favor que pedirte – Dijo Matsuri con seriedad, pues estaba decidida a hacer que Gaara la notara, que se diera cuenta de que ella existía y que no era una niña.

—Claro, pídeme lo que quieras Matsuri que para eso somos amigos – Respondió el castaño sonriente y confiado, aunque no se sentía tan animado luego de escuchar que Matsuri iría al baile con Gaara, porque la verdad era que él planeaba invitarla.

—Escuché que tú tienes una hermana que sabe mucho sobre moda y esas cosas ¿Le puedes decir que me ayude a cambar un poco de look? No sé, a elegir un buen vestido, un buen maquillaje, ya sabes, quiero lucir muy bien – Decía Matsuri muy sonriente, mientras que Kiba sólo asentía con la cabeza, pues no dudaría en pedirle ese favor a su hermana Hana, todo por Matsuri.

—¿Qué andas buscando primito? – Preguntó Yuuki con una sonrisa, causando un leve sonrojo en las mejillas del castaño, que se había sentido un poco avergonzado al darse cuenta de que su prima lo veía algo desesperado.

—No es nada, sólo miraba por si veía a una amiga – Respondió desviando la mirada, pero enseguida volteó a verla otra vez, al notarla un tanto molesta - ¿Y tú que? ¿Por qué miras para todos lados?

—¿Yo? Nada, sólo estaba viendo que no estuviera el idiota de Itachi cerca – Aclaró Yuuki enseguida, pues no quería ver una noche tan perfecta como esta, totalmente arruinada por la presencia de ese sujeto indeseable.

—¿Tanto lo odias? – Cuestionó Kiba entornando los ojos. Ya estaba lo suficientemente enterado de lo que pasaba entre su prima y el Uchiha, sin embargo ella no respondió a su pregunta, pues notó a cierto rubio que sacaba a bailar muy felizmente a su novia.

—¿Bailamos Hinata-chan? – Preguntó Naruto mientras tomaba las manos de la sonrojada joven de ojos perla, pues ella no era muy buena en eso del baile aún y además se moría de la vergüenza de bailar con su amado rubio, aunque no tendría por que.

—D-de acuerdo Naruto-kun – Dijo sonriendo con dulzura, provocando que el corazón de Naruto se acelerara por un momento, pero justo en ese instante notó a sus amigos Kiba y Yuuki - ¡Hey, son Kiba y Yuuki-chan!

—Hola Naruto – Lo saludó la joven de largo cabello castaño con una sonrisa y un leve sonrojo en sus mejillas. De pronto miró a Hinata y su sonrisa se borró, recordando que ella era la novia de Naruto y que gracias a ella nunca podría estar al lado del rubio, porque él se notaba que la amaba. Decidió desviar su mirada en ese momento, mientras que Kiba se acercaba a saludar a Naruto y a Hinata, pero lo que vio también le desagradó, se trataba del idiota de Uchiha Itachi, quien bailaba muy pegado con una chica de tercer año – Idiota – Pensó Yuuki.

Afuera del gimnasio se encontraba Gaara apoyado en la pared, esperando a que se apareciera su “cita” de esta noche, o sea Matsuri. Estaba un poco ansioso y su corazón –por extraño que pareciera- estaba latiendo muy fuerte, tal vez por la necesidad de volver a verla una vez más.

—Rayos – Se dijo tratando de calmarse, pero inmediatamente volvió a tensarse sólo con oír esa dulce voz.

—G-Gaara… - Susurró ella. Cuando Gaara se volteó a mirarla, se quedó con las palabras en la boca, totalmente sorprendido; Matsuri lucía preciosa y él no sabía siquiera que decir. Sus labios se movían en busca de una palabra, pero nada salía, no podía ni hablar - ¿Q-que pasa? – Preguntó la chica con sus mejillas levemente coloreadas de rojo.

La castaña lucía un lindo vestido de color café claro, que combinaba a la perfección con su cabello castaño. El vestido llegaba un poco más arriba de sus rodillas, haciendo lucir sus piernas bien formadas, mientras que en la cintura era bastante ceñido, también haciendo notar la buena figura que poseía y que Gaara jamás había apreciado de la forma en la que lo estaba haciendo ahora. Pero además de cómo lucía su cuerpo, su rostro se veía tan perfecto, esos ojos negros, ese rostro tan tierno que ella poseía.

—Matsuri… - Finalmente él pudo hablar, pero no tenía claro como empezar – Y-yo… tú… tú te ves… te ves hermosa… - Soltó sin más, haciendo que Matsuri volviese a sonrojarse de forma aún más notoria. Estiró su mano hacia la joven, ofreciéndosela - ¿Quieres balar conmigo? – Preguntó sonriendo.

Matsuri simplemente no podía resistirse a eso, él era la persona que amaba con todas sus fuerzas, tenía que ser capaz de estar a su lado ahora.

—Claro que sí Gaara – Fue su respuesta, estrechando la mano del pelirrojo, quien a los segundos después la guió hasta la pista de baile, comenzando a bailar junto a ella pero sin dejar de verla a los ojos.

—¿Qué me sucede contigo? – Se cuestionó a sí mismo. Primero la había besado estando ella dormida y ahora le entraban deseos de volver a hacerlo, de volver a sentir esos dulces labios contra los suyos. El aliento de ella era tan suave que lo enloquecía, le hacía querer hacer mínima la distancia entre sus bocas – Matsuri… te quiero decir algo…

—Gaara yo… - Matsuri quería oírle, pero justo en ese momento notó que estaba Kiba del otro lado junto a su prima, y él la estaba mirando, miraba como ella balaba con Gaara. Matsuri sonrió y se alejó del pelirrojo, dejándolo prácticamente con la palabra en la boca - ¡Es Kiba-kun, vamos a saludarlo! – Exclamó la castaña jalando a Gaara del brazo, mientras que éste sólo se sentía enormemente celoso ¿Por qué demonios Matsuri tenía que correr donde ese cara de perro?

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Tenten lloraba sobre su cama, estaba llena de rabia y frustración porque todo le salía mal, desde la subnormal de su madre hasta ese estúpido sentimiento que tenía hacia Neji, quien sólo la veía como si fuese un chico más.

Sentía mucha envidia de su madre, Mitsuko era hermosa y podía tener al hombre que quisiera ¿Pero que era ella? No era más que una sombra, “la hija de Mitsuko”, no era nadie más que la fea y sin gracia hija de la hermosa y popular actriz de moda.

—Mi amor… - Susurró Mitsuko mientras entraba al cuarto de su hija, encontrándola con el rostro escondido entre las almohadas. Se sintió horrible por un momento ¿Cómo era que siempre la estaba descuidando? Se suponía que trabajaba por ella, para darle todo lo que su padre jamás le dio por haber decidido quedarse con su esposa, porque siempre la engañó diciéndole que se iría con ella y jamás fue cierto, ella sólo era una jovencita enamorada que creyó en las palabras de un cretino que hoy se hacía llamar padre sólo porque les daba unos cuantos pesos al mes, pero era ella quien siempre había tenido que estar con Tenten, quien tenía que trabajar para poder darle todo, y tal vez por eso ahora ellas estaban tan alejadas, a lo mejor esa era la razón por la que su hija no la quería - ¿Por qué estás llorando?

—Porque ya estoy harta – Fue la respuesta de Tenten – Eres mi mamá pero nunca estás conmigo, siempre todo es más importante que yo, y cuando finalmente vienes a verme todos se deslumbran por ti.

—Tenten… - Susurró Mitsuko, dolida.

—Eres tan bonita, y yo soy como una sombra a tu lado, nadie nota mi presencia, nadie sabe que existo, ningún chico me hace caso porque soy muy poco femenina, porque parezco otro chico… - La joven comenzó a llorar otra vez, mientras que su madre se sentaba a su lado y la miraba con gesto comprensivo.

—Tenten, mi amor no digas esas cosas – Dijo haciendo que Tenten se sentara sobre la cama, atrapando su rostro entre sus finas manos – Hija tú eres preciosa, no necesitas parecerte a mí o a nadie, tú eres tú y nadie puede discutir eso.

—Aunque me digas eso… ¡Aunque lo hagas él no me ve! – Gritó Tenten llena de lágrimas, dejando a su madre sorprendida, pues no podía creer que su pequeña se había enamorado.

—Ya veo, con que estás así por un chico – Dijo la bella mujer con una sonrisa, dejando algo desconcertada a su hija – Yo te ayudaré, le vas a demostrar a ese chico lo hermosa que eres.

—¿Eh? – Se preguntó desconcertada. Tenten no entendió que quiso decir su madre con esas palabras, pero tenía un extraño presentimiento, conociéndola…

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Sakura estaba sentada viendo a todo el mundo bailar. Su vestido era del mismo color de su cabello; rosado. Era un vestido bastante juvenil, con una tela delgada que la hacia lucir preciosa ante los ojos de cualquier chico, pero ella los rechazaba a todos, pues no tenía deseos de bailar con nadie, hasta que cierto moreno se le acercó.

—Sakura… - Susurró con su voz áspera y penetrante, observándola con esos ojos negros que a ella le quitaban el razonamiento.

—Lárgate de aquí – Logró decir ella desviando la mirada. De verdad no quería ser grosera con él, pero era la única forma que había encontrado para alejarlo de su lado, ya que Sasuke no se quería rendir, a pesar de todo la seguía buscando, aunque ella le dijese que ya no quería que le volviera a hablar.

—No me voy a ir, quiero bailar contigo - Dijo de una sola vez, sin siquiera dudarlo por un segundo. Sakura lo miró con expresión contrariada.

—Sasuke, por favor tienes a mil chicas muertas por bailar contigo aunque sea una canción y tú vienes a fastidiarme precisamente a mí – Incordió la peli rosa aparentando estar molesta, mas Sasuke sólo la miró con una seductora sonrisa.

—Pero yo me muero por bailar contigo – Aseguró él, causando cierta impresión por un momento en la joven de los ojos jade, que los abrió levemente debido a sus palabras.

—Sasuke…

—Por favor, sólo vamos a bailar – Insistió el Uchiha al ver que ya no le quedaban formas de convencer a la joven de bailar con él. Puso una expresión un tanto triste, lo que finalmente logró disuadir a Sakura, que se puso de pie y estrechó la mano que él le ofrecía.

—De acuerdo, sólo bailar – Advirtió Sakura, pues quería dejar muy en claro que ella no haría ninguna otra cosa con él.

Ino y Sai se encontraban ambos apoyados contra una pared, uno al lado del otro, mientras que la rubia sólo miraba con molestia y de reojo al joven. No habían hablado casi nada desde ese día en que a ella se le ocurrió gritar un montón de cosas sobre él, así que no estaba segura de si Sai estaría molesto o algo así.

—Oye Ino-chan… - Habló de pronto el pelinegro - ¿Vamos a bailar?

¿Bailar? ¿Cómo podía invitarla a bailar después de todo lo que había pasado? Y además, con esa sonrisa tan molesta en el rostro ¿Es que acaso no estaba ofendido o algo?

—No, no quiero bailar contigo así que vete – Respondió la joven rubia frunciendo el ceño.

—¿Por qué no quieres bailar conmigo? – Insistió Sai, mirándola fijamente, logrando intimidarla un poco. Era cierto que aún se sentía algo dolido por lo que dijo Ino de él, pero le quería demostrar que no era eso que ella pensaba, quería ganarse su cariño a como diera lugar, a pesar de no tener muy claro el por que.

—Porque no te soporto, sólo por eso – Contestó Ino aún enojada. Sai sólo la siguió mirando, sin poner ninguna expresión en su rostro. De pronto sintió que una suave mano tomaba la suya, así que desvió su mirada encontrándose con aquella simpática joven de ojos verde profundo, como dos esmeraldas.

—Etto… Sai-kun ¿Quieres bailar? – Preguntó de forma tímida. Sai no sabía que tenía ella que lo dejaba encantado, era demasiado tierna y linda, además lo trataba bien, no como Ino.

—Claro, con gusto Suki-chan – Sonrió de su forma tan característica, comenzando a alejarse de la mano de la chica, pero Ino le detuvo tomándole del brazo que tenía libre.

—Espera, acabas de decir que bailarías conmigo – Rectificó la ojiazul, sonriendo de una forma un tanto forzada, mas Sai sólo se soltó de su agarre, mirándola por primera vez con molestia, de una forma en que jamás lo había hecho antes.

—Pero tú dijiste que no querías – Dijo en un tono algo frío, haciendo sentir a Ino como si se encontrara dentro de un congelador, completamente sola – Vamos Suki-chan – Volvió a sonreírle a la chica, alejándose junto con ella.

Ino seguía así, desconcertada, de pronto se sintió triste, pero enseguida volvió a enojarse, siempre se terminaba enojando con él.

—¡Uy, idiota! – Gritó molesta.

Matsuri y Gaara se habían acercado a Kiba y a su prima, quienes bailaban un tanto desanimados. El castaño se quedó con la boca abierta al ver a Matsuri más de cerca, pues realmente su hermana se había lucido, Matsuri se veía preciosa.

—Kiba-kun ¿Qué haces? – Preguntó la alegre chica, pues estaba feliz de estar con Gaara, pero nada perdería con sacarle un poquito más de celos en esta fiesta.

—Nada, aquí bailando con mi prima – Respondió Kiba aún deslumbrado. Gaara notó la mirada del Inuzuka y se sintió terriblemente enojado ¿Por qué miraba así a Matsuri? ¿Qué derecho tenía él de verla de esa manera? Matsuri era suya.

—Hola, soy Yuuki Inuzuka – Se presentó la joven peli castaña – Mucho gusto, tú debes ser Matsuri ¿Verdad?

—¿Cómo sabes si aún no lo he dicho? – Quiso saber la chica, que estaba un tanto desconcertada por aquella situación, mientras que Yuuki sólo le seguía sonriendo.

—Porque mi primo siempre habla de ti – Respondió como si fuera lo más normal del mundo, haciendo que todo el rostro de Kiba se pusiera rojo, mientras que Matsuri sólo soltaba una risita que dejó embobados a los dos muchachos.

—¡Yuuki! – Se quejó Kiba con el ceño fruncido, luego de haber salido de su ensoñación ¿Cómo se atrevía su prima a revelar semejante información, y más en frente de Matsuri?

Por su parte Gaara estaba muy enojado con lo que acababa de oír ¿Cómo que Kiba se la pasaba hablando de Matsuri? Ya lo había dicho, Matsuri era suya, nadie más tenía derecho de hablar de ella así.

—¿Y tú eres…? – Preguntó Yuuki mirando a Gaara, el cual aún se mostraba enfadado con lo acontecido, pero la realidad era que estaba muy celoso, no quería que Matsuri lo olvidara, no podía permitirlo, pero en este momento estaba demasiado molesto como para estar con ella.

—Soy Gaara, oye… ¿No quieres bailar mientras estos dos hablan de sus… cosas?

—De acuerdo, luego nos vemos chicos – Yuuki cogió de la mano al pelirrojo, llevándoselo a la pista de baile mientras que Matsuri les veía con tristeza ¿Por qué se tenía que ir con ella? Sin embargo trató de aparentar que estaba bien, mirando a su amigo con una sonrisa graciosa.

—¿Así que siempre hablas de mí?

Kiba volvió a sonrojarse, no sabía que le pasaba pero cada vez que estaba con Matsuri su corazón se aceleraba y, no quería que ella se diera cuenta.

—No le hagas caso a mi prima, ella siempre dice puras tonterías – Respondió desviando la mirada, mientras que la castaña sólo seguía riendo, haciéndole imposible dejar de verla.

Neji se encontraba sentado y muy aburrido. Eri no había venido a la fiesta, pues era sólo para los estudiantes y no los empleados de la escuela y aunque él le había insistido, ella dijo que tenía algo más importante que hacer. A pesar de que ella era casi de la misma edad que Neji, se encontraba trabajando y no estudiando, porque según ella no le alcanzaba el dinero como para hacer las dos cosas.

—Eri… ¿Qué sucede contigo? Últimamente estás tan extraña… - Se dijo el castaño bajando la mirada, pero la volvió a subir al oír ciertos murmullos de los presentes, algo como “¿Quién es ella?” “Es preciosa”. El Hyûga también observó, justo hacia la entrada de la fiesta, quedándose con la boca abierta con esa imagen.

Se trataba de nada más y nada menos que Tenten, pero hoy lucía total y completamente distinta a como estaba siempre, ya que parecía una princesa. Su cabello ahora estaba suelto y le llegaba hasta los hombros. Tenía puesto un vestido de color rosa pastel, el cual la hacía lucir muy femenina, junto a unas sandalias negras.

—Tenten… - Susurró Neji aún sentado, mirándola de pies a cabeza y sin poder creer que esa preciosa joven era la misma Tenten que él conocía, esa que siempre vestía como si fuese un chico.

La castaña lo miró, sonriéndole, y se acercó a él de forma amistosa.

—Hola Neji ¿No estás con tu novia? – Preguntó como tratando de sonar desinteresada, haciendo conversación, mas Neji no dejaba de verla embobado.

—¿Con quien? – Preguntó él sin entender, hasta que de pronto se salió de su estado de shock – Ah, Eri dijo que tenía algo que hacer que no sé que era así que ¿Quieres bailar conmigo? – Lo dijo todo tan rápido que apenas Tenten pudo entenderle, pero de cierta forma fue gracioso ver al genio Hyûga así de nervioso, nervioso por ella.

—Claro – Respondió Tenten con una sonrisa.

Sakura y Sasuke estaban bailando de forma bastante desanimada, pero no dejaban de mirarse el uno al otro de forma fija y penetrante. La peli rosa trataba de alejarse lo más que podía de él, pero cada vez que ella daba un paso hacia atrás él se acercaba dos. De pronto la música cambió a una lenta, haciendo que todas las parejas se abrazaran por instinto. Sakura notó a Naruto y a Hinata dándose un tímido beso, mientras que por otro lado se encontraban Neji y Tenten también abrazados. Sonrió con lo último y luego miró a Sasuke frunciendo el ceño, al ver que él se le acercaba.

—Ni siquiera lo pienses – Espetó antes de que él pudiera decirle algo. Iba a alejarse, pero el azabache la tomó de la mano.

—Sakura, estamos bailando, esto es un lento y se baila abrazados – Y sin más Sasuke la abrazó, provocando que un intenso cosquilleo recorriera el estómago de la joven de ojos jade, que no pudo resistirse a ese abrazo – Por favor baila conmigo… - Le susurró al oído.

Sakura no dijo nada, sólo se dejó llevar por la música y el cuerpo de Sasuke, por esos brazos tan fuertes que sentía que la protegerían de todo, aunque ya no fuese de esa forma. Fue en un momento de descuido, de haberse dejado encantar por ese aroma masculino, que él rozó sus labios de forma suave y lenta, acariciando su mejilla con una mano.

La chica se separó, buscando resistirse, aunque le fuese prácticamente imposible.

—Sasuke, no por favor…

—Sakura ya estoy harto de esto, yo te amo – Fue todo lo que dijo el Uchiha antes de ignorar cualquier queja de la chica y besarla de forma apasionada, tanto que Sakura no se pudo resistir, no le pudo rechazar, simplemente correspondió a su beso.

Gaara se encontraba bailando con Yuuki, estaban abrazados debido a la música lenta, pero el pelirrojo no dejaba de ver a Matsuri, quien bailaba abrazada con Kiba. Yuuki lo notó y soltó una sonrisa, divertida por la cara de celos que tenía el chico.

—Vaya, no pensé que a ti también te gustaba esa chica – Le comentó de pronto, captando por fin la atención de Gaara, que la miró fijamente y haciéndose el desentendido.

—¿De que estás hablando? – Preguntó Gaara, fingiéndose ignorante del tema.

—No te hagas, es obvio que te mueres por Matsuri, no la has dejado de mirar desde que viniste a bailar conmigo… - La chica se alejó, sonriendo - ¿Sabes? Te aconsejo que vayas ya por ella, tampoco ha dejado de mirarte, creo que sus sentimientos son mutuos.

—¿Acaso no estás del lado de tu primo? – Cuestionó el pelirrojo arqueando una ceja, algo desconcertado al verla negar con la cabeza.

—No es que esté del lado de él o del tuyo, sino que me doy cuenta de las cosas, puede que ella le guste a Kiba, pero se ve que esa chica está enamorada de ti.

Gaara no le dijo nada más, simplemente se alejó de ella, tenía que hablar con Matsuri de una vez y decirle lo que sentía antes de que fuera tarde y la terminara perdiendo, porque era eso lo que iba a suceder si no se daba prisa.

Kiba por su parte, estaba dispuesto a decirle a Matsuri lo que le pasaba, que de un tiempo para acá ella le gustaba mucho, mucho más que como una amiga.

—Matsuri yo… - Pero justo cuando iba a hablar, vio como Gaara se les acercaba, tomando a Matsuri del brazo y haciendo que se separara del castaño.

—Matsuri, quiero decirte algo… ¿Podemos ir a otra parte? – Preguntó mirándola sólo a ella, casi ignorando que Kiba se encontraba en el lugar. Por un momento la chica se sintió intimidada ante ese tono de demanda que Gaara tenía, pero al mirar a Kiba y verle asentir con la cabeza, finalmente aceptó.

—C-claro Gaara – Fue su respuesta, yendo a acompañar al joven mientras que se estremecía por el contacto de su mano. Durante un segundo Gaara y Kiba se sostuvieron la mirada, pero los ojos del pelirrojo claramente eran victoriosos, como diciendo “ella me pertenece” lo que ciertamente hizo sentir mal a Kiba.

Neji no podía dejar de ver a Tenten a los ojos, ignorando el hecho de que todos estuviesen pensando que eran algo más que amigos, pues la forma en la que se miraban hacía parecer que sentían algo el uno por el otro.

—Tenten te ves… preciosa… - Soltó Neji de pronto, pues la verdad no se había podido contener a decirle ese halago, era cierto, Tenten se veía demasiado bella, era casi irreal, jamás pensó que fuese una chica tan hermosa, pero a pesar de eso siempre le había gustado su forma de ser, Tenten era alguien como pocas veces había conocido, una joven sencilla pero arriesgada, tenaz, capaz de darlo todo cuando se lo proponía, y además de todo eso hoy descubría que era una chica muy linda.

—Gracias Neji… - Fue todo lo que le dijo Tenten, estando abrazada a él debido a la música romántica. Se sentía tan bien tenerlo así de cerca, pero de cierta forma esto sólo le confirmaba que él, como todos los hombres, sólo se fijaba en lo exterior, pues seguro si hubiera venido como ella él no le habría hecho caso, y aún así le daba las gracias a su madre por hacer de esta una noche especial junto al chico de sus sueños.

—Sasuke no – Dijo Sakura empujándolo para así alejarlo de ella. Se pasó una mano por los labios, buscando borrar aquella sensación – Esto no está bien.

—Al diablo con lo que está o no está bien ¿No te das cuenta de que esto no puede seguir así? – Cuestionó el azabache mirándola fijamente – Nosotros nos amamos, debemos estar juntos.

—Sasuke vas a tener un hijo con otra – Soltó la chica bajando la mirada, porque a pesar de todo no podía estar con él por esa simple razón, sería muy egoísta de su parte.

—Ni siquiera estoy seguro de que sea mío, y aunque lo fuera eso no tiene nada que ver, yo responderé por él pero no tengo por que alejarme de ti, no tengo razón para atarme a Yayoi, yo a ella no la amo – Sakura sólo le miró, notando la desesperación en sus ojos, dándose cuenta de que Sasuke estaba haciendo todo por recuperarla, incluso era capaz de dejar su orgullo de lado, ese orgullo que tanto le caracterizaba.

—Sabía que no debía bailar contigo – Dijo antes de alejarse de él corriendo, no quería verlo por más tiempo o caería inevitablemente en sus redes.

Temari se encontraba sentada junto a Shikamaru. Ella ni siquiera lo miraba, estaba muy enojada con él, además el Nara la había invitado a la fiesta y ni siquiera bailaban, sólo estaban ahí haciendo nada, lo que la exasperaba.

—Bueno idiota ¿Al final vas a decirme algo o no?

—Idiota no era necesario – Respondió Shikamaru cansinamente. Temari le miró con rabia, estaba harta de él ¿Por qué simplemente no dejaba de existir?

—Shikamaru estoy cansada de esto, de verdad… ese beso que me diste fue… fue… - La rubia no sabía que decir, sólo bajó la mirada tratando de buscar las palabras correctas, pero nada. Fue entonces que sintió como una mano se posaba sobre su mejilla. Lo miró fijamente, con esos ojos azules que a él le gustaban, porque le recordaban al cielo y a las esponjosas nubes que había en él.

—Escucha, esto es problemático… - Comenzó Shikamaru algo cohibido, pero rápidamente dejó eso atrás, pues quería ser sincero con ella – Si te besé aquella vez es porque me gustas, sólo que después me arrepentí por… porque no pensé que tú me correspondieras… esa es la verdad…

—Que idiota eres – Masculló la chica en voz baja, pero igualmente él pudo oírla, soltando una sonrisa graciosa.

—Ya sé – Shikamaru pensaba declararse de otra manera, pero esto era tan jodidamente problemático que no encontró una mejor, además no la necesitó, pues en ese momento Temari lo besó, le regaló el beso más esperado de toda su vida, con esos labios que tanto había deseado.

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Gaara y Matsuri habían caminado hasta el recibidor del colegio, porque ahí no había nadie, ya que estaban todos ocupados en la fiesta. Matsuri de pronto se sintió un poco nerviosa al darse cuenta de que estaban completamente solos.

—¿Qué querías decirme? – Preguntó la castaña un tanto sonrojada. No sabía por que, pero su corazón estaba tremendamente acelerado, tanto que la sofocaba.

—Matsuri yo… yo… no sé como decirte esto… - Gaara se mostraba un tanto molesto, tenía el ceño fruncido y la chica estaba algo desconcertada por eso.

—¿Estás enojado conmigo? – Interrogó ella tímidamente, causando que Gaara dejara de mirarla de esa forma, porque verdaderamente no podía estar enojado con ella.

—¿Por qué fuiste corriendo donde Kiba cuando estábamos los dos solos? Dime la verdad Matsuri… Tú… ¿Tú ya no me quieres? ¿Te has enamorado de Kiba? ¡Dímelo! – Exigió el de ojos aguamarina, dejando a la joven totalmente sorprendida ¿Le preguntó si ya no lo quería? ¿Qué significaba esto?

—G-Gaara… ¿Q-que quieres decir con todo esto? ¿Por qué me preguntas si ya no te quiero? Creí… creí que no te importaba…

—Me importa, me importa que ese idiota de Kiba no se acerque a ti, ese imbécil no tiene por que ser tu amigo ni nada tuyo.

—¿Cuál es tu problema? – La castaña frunció el ceño algo enojada, Kiba era su amigo y Gaara no tenía por que hablar así de él.

—¿Sabes cual es el problema? Que odio verte cerca de Kiba – Dijo Gaara molesto, acorralando a Matsuri contra una pared del pasillo y tomándola por los hombros – No quiero que él esté a tu lado.

—¿Por qué eres así? Eres un egoísta… - Masculló Matsuri mirándolo con algunas lágrimas en sus ojos – Después de romperme el corazón… ¡Todavía te crees con el derecho de ser el único en mi vida!

Gaara la miró impasible, tan imperturbable que ella se sintió morir con esa mirada helada, sintió deseos de volver a llorar y de salir corriendo, pero él no le permitía moverse.

—Tal vez sea un egoísta – Comenzó a decir Gaara mientras se acercaba a su oído, susurrándole de una manera bastante sugerente y que la hizo sonrojarse por completo – Pero te quiero sólo para mí – Finalizó, posando sus labios sobre los de ella de forma suave y delicada, dejándola sorprendida.

Sus ojos estaban abiertos como platos, mientras sentía como esos labios que tanto había deseado se posaban sobre lo suyos sin moverse, esperando a que fuera ella quien reaccionara, porque Gaara quería saber si ella aún lo quería, si ella guardaba todavía esos sentimientos en su corazón. Entonces la chica cerró sus ojos negros despacio, rodeando a Gaara por el cuello, fue en ese instante en que él comenzó a mover sus labios de forma suave, sintiendo como ella poco a poco le correspondía.

Matsuri estaba realmente nerviosa, después de todo este era su primer beso y no sabía exactamente que debía hacer respecto a eso, más aún cuando se dio cuenta de que Gaara quiso profundizar el contacto y, con su lengua le rozó la comisura de los labios, alentando a que los separara para poder recorrer su interior. Despacio ella lo hizo, sintiendo como la lengua del pelirrojo entraba en su boca, siendo una sensación mucho más placentera de lo que imaginó, a pesar de que era totalmente nuevo para ella.

Pero finalmente el deseo de volver a respirar le venció, haciendo que aquel mágico beso se terminara, por más que ninguno lo quisiese.

—M-mi primer beso… - Susurró la castaña, completamente sonrojada y tocando sus labios con la punta de sus dedos, creyendo que estaba en un sueño. Por su parte Gaara sonrió, acercándose a ella.

—En realidad es el segundo… - Le susurró al oído. Matsuri se estremeció, tembló por completo, mirándolo sin entender lo que le quiso decir.

—¿Eh? – Pero no importó, Gaara volvió a besarla y para ella era algo hermoso, algo perfecto que no quería que jamás acabara, quería estar siempre a su lado, y más ahora que por fin descubría a que sabían sus labios.

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¿Que parte les ha gustado más del capítulo?
¿Será que por fin Neji le hará caso a Tenten?
¿Shikamaru y Temari juntos? O_O
¿Sakura le dará una oportunidad a Sasuke?

Bueno, eso ha sido todo por ahora, pronto les traeré la segunda parte, hasta entonces ^^

¡Bye!