Teenage days [sxs-nxh-gxm-sxi-sxt-nxt]

¡Hola!

Muchas gracias por todos sus post, me alegra que les haya gustado la conti, aunque creo que esta vez me querrán matar, pero buenooo, no importa xDD

Aquí la conti ^^

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Ino y Sai llegaron a la dirección, en donde los padres de ambos les esperaban para tener una charla no muy agradable, sobre todo para la rubia.

—¿Qué pasó papá? – Preguntó Ino algo ruda, cruzándose de brazos y haciendo un desprecio, especialmente dirigido a su “hermano”, quien no le dio mucha importancia al hecho pues estaba más que acostumbrado.

—Buenos días Inoichi-san, madre – Saludó educadamente Sai. Eso era algo que Ino odiaba en él, que siempre fingiera que todo estaba bien ¿Acaso no podía aunque sea una vez gritarle a la cara lo molesto que estaba con ella? ¿O que ya no la soportaba? ¡Algo! De verdad que él la estresaba como nadie, con esa sonrisita falsa y esos modales correctos, como si fuera un príncipe.

—Ino, podrías ser un poco más respetuosa, como Sai – Le dijo su padre, luego de hacer un gesto de saludo al pelinegro. Ino realmente se molestó con eso, como si no tuviera suficiente ahora también querían que fuera como él. Sí, claro.

Ella simplemente respondió haciendo otro desprecio, era demasiado orgullosa como para dejarse vencer, por quién sea.

—Hola, Ino-chan – Le saludó Reiko con una amable sonrisa. Ahí estaba otra vez, esa sonrisa dulce y buena, la hastiaba, se sentía como una bruja por tratarla mal y no podía soportarlo.

—Hmp, hola.

—¿Podemos saber por qué nos han llamado? – Preguntó Sai, en parte para cortar el tenso ambiente que se estaba formando. No lograba comprender a Ino por más esfuerzos que ponía en ello, las mujeres siempre le habían parecido complejas, pero ella iba mucho más allá de eso, absolutamente nadie podría comprender a una chica como Ino, que por muy ruda que se viera por fuera, a veces podía ser tan frágil como una flor, eso lo desconcertaba.

—Sólo queríamos confirmar la fecha de nuestra boda, dos meses después de que comience su nuevo periodo de clases ¿No les parece estupendo?

—Por supuesto que no – Respondió enseguida la rubia, quien de mala gana comenzó a dar zancadas hacia la puerta, pues no estaba nada contenta con la noticia, era lo peor que podía sucederle.

—¡Ino! – La regañó su padre, no soportaba cuando su hija se comportaba de esa manera tan creída y menos cuando trataba mal a su novia. La rubia se volteó, sin importarle ser regañada.

—¿Qué? – Preguntó, como si no hubiera hecho nada malo.

Sai por su parte, se dio cuenta de que estaban a punto de ponerse a discutir, así que quiso evitarle un disgusto a su madre. Tampoco le gustaba como Ino se comportaba con ella, cuando sólo trataba de ser amable, pero se daba cuenta de que la chica era demasiado caprichosa y le costaba aceptar que alguien le llevara la contraria.

—Bueno, entendemos perfectamente Inoichi-san, ahora Ino-chan y yo tenemos que ir a clases así que después hablamos del tema – Sai tomó a Ino por los hombros, obligándola a salir junto con él de la sala —. Con su permiso, a ti también madre.

Una vez afuera, Ino se soltó de su agarre con brusquedad ¿Quién se creía que era Sai para tratarla como un muñequito de trapo?

—¡Suéltame estúpido! – Gritó histérica, empujando al chico lejos de ella.

—Cálmate, deja de ser tan escandalosa – Dijo el pelinegro, con el ceño levemente fruncido —. Y explícame ¿Qué demonios te he hecho yo para que me odies tanto?

—¿Eh? – Ino lo miró sin comprender, era la primera vez que Sai le hacía una pregunta de ese tipo, era realmente sorprendente que algo así pasara, sobre todo porque no tenía ni la menor idea sobre que iba a responderle, sabía que en realidad no lo odiaba a él, sino que odiaba que Sai la tratara como a una hermana, porque ella sentía mucho más que eso por él.

—Escúchame bien, a mí puedes tratarme como quieras, puedes arrastrarme por el piso si eso te hace feliz, pero a mi madre… a ella no vuelves a faltarle al respeto ¿Me escuchas? No lo voy a permitir – Y con esas palabras, el chico se alejó furioso, dejando a Ino no sólo con la palabra en la boca, sino que también más sorprendida que nunca, Sai jamás le había hablado así antes.

—Sai… - De pronto sintió que sus ojos se humedecían con las lágrimas, lo último que quería era llorar por culpa de él, pero sabía que se merecía todas esas palabras, porque era una odiosa con todo el mundo ¿Pero qué podía hacer al respecto?

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Sakura estaba saliendo del salón, había ido por unas cosas que olvidó ahí y ahora se dirigía de nuevo a la biblioteca a buscar a Hinata, pero en lugar de eso, chocó con la persona que menos deseaba ver en el mundo.

—Auch – Se quejó, pues se golpeó fuerte en el hombro, mas cuando vio que se trataba de Sasuke trató de huir de la escena, porque no podía tenerlo cerca y menos después de haberle confesado lo que le pasó.

—Sakura… - Pronunció el Uchiha, esbozando una media sonrisa al verla, pero la chica sólo miró a otro lado.

—Con permiso, tengo cosas que hacer – Dijo antes de dar dos pasos, alejándose de él, pero el chico la tomó de la muñeca para impedirle que se fuera.

—Necesitamos hablar ¿Hasta cuando me vas a ignorar como si no existiera?

Sakura no le contestó, simplemente se soltó de su agarre con fuerza y salió corriendo, no quería tenerlo cerca, era demasiado débil ante él, sabía que podía caer en sus brazos si se quedaba a su lado y no quería entrometerse entre Sasuke y su hijo, no podía.

—¡Sakura! – Exclamó Sasuke, pero no la siguió, no sabía como sentirse respecto a lo que ahora sabía de ella, pensaba que a Sakura le daba vergüenza verlo y en cierta forma era cierto, pero eso no había sido su culpa, ella no tenía que sentirse así. Bajó la mirada, buscando una explicación a por qué las cosas eran cada vez peores, pero no la hallaba —. Maldita sea… ¿Qué hago?

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Shikamaru estaba en su habitación mirando hacia el techo de ésta, pues no encontraba nada más interesante que eso para hacer, ya que dormir no era una opción ¿Por qué? Porque su compañero de cuarto, Kiba, no dejaba de suspirar como un idiota, haciendo demasiado ruido y encima de eso Chouji comía –como siempre- como si no hubiera mañana.

El castaño no podía dejar de pensar en Matsuri, estaba harto de ser sólo su amigo, pero tampoco podía llegar y decirle que estaba enamorado de ella, que sin querer se había enamorado, porque sabía que Matsuri era muy feliz con Gaara, que ella lo amaba a él y que siempre lo vería como su mejor amigo. Era frustrante, pero era cierto, nada podía hacer al respecto.

—Ah… - Volvió a suspirar, sin saber que colmaba la paciencia de Shikamaru.

—Bueno ya basta ¿Vas a dejar de suspirar? Eres tan problemático – Se quejó el vago, llamando la atención de sus dos amigos. Encima de soportar todo aquello y no poder dormir, la tonta de su novia estaba en su mente todo el tiempo, esa problemática realmente lo tenía loco, aunque le costara admitirlo no quería perderla.

—Perdona Shikamaru, no me había dado cuenta – En otras ocasiones Kiba reaccionaba violentamente, no le gustaba que le dijeran lo que tenía que hacer, pero ahora estaba muy deprimido como para eso y Shikamaru se dio cuenta.

—Está bien, sólo déjame dormir – Justo cuando se disponía a cerrar los ojos, le llegó un mensaje de texto al celular, el cual obviamente pertenecía a Temari. Sonrió con cierta arrogancia —. Que mujer tan problemática.

—¿Hablas de Temari-san? – Preguntó Chouji, por primera vez dejando de comer. Kiba mientras tanto, se cubrió el rostro con una almohada, tenía que solucionar todo ese lío en su cabeza o se volvería loco.

—Claro ¿O es que conoces a una mujer más problemática que esa?

—Sí, la que tiene así a Kiba – Respondió el gordito, ganándose la razón por parte del Nara, pues era la primera vez que veía a Kiba de esa manera ¿Quién sería la chica que lo tenía suspirando de amor? En verdad era intrigante, pero no dijo nada al respecto.

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Neji y Tenten seguían en la misma posición, viéndose a los ojos fijamente, casi habiéndose olvidado de todo. El Hyûga se acercaba lentamente a los labios femeninos, haciendo la distancia cada vez más corta, hasta que de pronto la imagen de su novia se le pasó por la mente. Después pensó en que él y Tenten eran amigos, no podía hacerle esto ¿Qué iba a pensar ella de él? Seguro que era un aprovechado, se podía enojar seriamente y él no soportaría no tenerla a su lado, así que se alejó rápidamente, no quería arruinarlo todo.

—Tenten ¿Estás bien? – Volvió a preguntarle, parándose inmediatamente después de eso. Le dio la mano a la chica y la ayudó a levantar, sin notar el rostro de decepción que ella tenía.

—Claro que estoy bien Neji, no fue nada – Aseguró con una sonrisa fingida. De verdad pensó que Neji iba a besarla ¿Por qué era tan ilusa? Él tenía novia y amaba a esa chica, ella era sólo su amiga, no tenía que hacerse ese tipo de ilusiones, pero en verdad sentía deseos de llorar y no podía dejar que él la viera —. Disculpa, creo que mejor me voy a mi cuarto, nos vemos después – Antes de que el castaño pudiera decirle algo, ella ya se había ido corriendo, dejando salir las lágrimas.

—Tenten… - Susurró el Hyûga al verla huir de él. En verdad era un idiota, ella debía estar muy enojada con él ahora, pero no había podido controlarse, de verdad quería besarla, cuando sintió tan cerca su aliento… Tenten era tan diferente a todas las chicas que había conocido, incluso a su novia.
Simplemente se sintió como un bastardo.

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—¿Lo viste no? ¡¿Lo viste?! – Exclamaba Mitsuko a su asistente, tan histérica y loca como siempre. Ambas iban en la limusina de la actriz, la cual estaba que se lanzaba por la ventana de la rabia que sentía hacia Hiashi Hyûga, como odiaba a ese tipo prepotente y amargado, lo detestaba verdaderamente.

—Sí lo vi Mitsuko, pero cálmate – Trataba de tranquilizarla su amiga, sin embargo Mitsuko Ama era una mujer muy difícil, en eso su hija era igual a ella, demasiado orgullosa —. No tienes por qué ponerte así por un sujeto que no vale la pena.

—¡Tienes razón! – Gritó de pronto la mujer, sonriendo abiertamente —. No vale la pena, lo supe desde un principio, ah, Natsumi eres una genio – Y con eso, se sentó muy relajada, mientras una gotita resbalaba por la sien de la asistente.

—A veces creo que ella es bipolar – Pensó con cierta duda, pero al recordar lo que pasó en ese restaurante no podía evitar reírse, era raro ver a Mitsuko pelear de esa manera con un hombre, sobre todo si éste era tan guapo y sofisticado, pero según Mitsuko Hiashi Hyûga era todo lo contrario.

—Oh, Hiashi no sabía que conocías a esta hermosa señorita – Dijo el rubio, Minato, quien miró de reojo a la mujer, la cual no dejaba de ver con odio al Hyûga.

—Yo no conozco a esta señora, sólo tuve la desgracia de encontrármela un par de veces – Respondió de brazos cruzados y como si nada Hiashi, molestando de sobremanera a Mitsuko.

—¡Señora! ¡Acaba de llamarme señora! – Pegó el grito completamente enojada ¿Cómo era capaz de decirle señora cuando él era más viejo que ella? —. Es usted un maleducado, señor.

—Mire quién habla, la señora “peligro al volante”

—¡Deje de llamarme señora! ¡Yo estoy muy joven!

—Y encima tiene delirios de juventud – Murmuró el de ojos blancos, cruzándose de brazos y entornando los ojos, mientras que Minato observaba todo aquello con la boca abierta, pues la última vez que vio a Hiashi hablándole así a una mujer, digamos que… se terminó casando con ella y teniendo dos hijas.

Ellos dos se conocían desde hace muchos años, desde que eran jóvenes, siempre existió una rivalidad entre ambos, pero podría decirse que eran amigos, sin embargo Hiashi era obstinado en decir que no quería que su hija y el hijo de Minato tuvieran algo, él tenía otros planes para Hinata.

—Que escena tan graciosa, me trae recuerdos – Murmuró para si, sólo siendo escuchado por Natsumi, pues Mitsuko y Hiashi estaban muy ocupados discutiendo sobre el tema de la edad.
Natsumi suspiró, Mitsuko no tenía remedio.

Volvió a mirar a su jefa y amiga y sonrió con alegría, al menos ahora se había tranquilizado.

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Acababan de terminar las clases de la tarde y los chicos se dirigían a sus cuartos a descansar. Sakura estaba sentada sobre su cama, escribiendo algunas cosas en su diario, mientras trataba de no pensar en Sasuke.

—Que tonta, deja de pensar en él – Se regañó a sí misma, dándose un golpecito en la cabeza. Vio entrar a Hinata entonces, la cual se sentó sobre su cama, con su dulce sonrisa.

—¿Qué haces Sakura-chan?

—No, nada importante – Respondió, cerrando su diario y dejando el lápiz sobre el velador. Aún no llegaba Temari, seguramente estaba por ahí con Shikamaru, esos dos ahora pasaban mucho tiempo juntos.

Hinata miró hacia su mesita de noche, en donde estaba su celular. Tenía en él una fotografía de ella al lado de Naruto, aún la conservaba. Extrañaba demasiado a su rubio, se sentía tan mal por haberlo perdido, por haber hecho caso a las palabras de su padre, pero era lo único que podía hacer en ese momento, no quería que él sufriera por su culpa.

—Naruto-kun…

—Te veo muy triste – Comentó de pronto la peli rosa, llamando la atención de Hinata, quién enseguida la miró —. Deberías pensar mejor la decisión que tomaste respecto a Naruto, tú lo quieres y él te quiere, no tenías que haber terminado con él.

—No lo entenderías, y no quiero hablar de esto – Hinata bajó la mirada, abrazando el aparato telefónico que sostenía con fuerza —. Además él ahora tiene a Yuuki-san, ya me ha olvidado definitivamente…

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Sasuke estaba en la cafetería con Gaara y Neji, este último no dejaba de ver a Tenten, quien hablaba animadamente con Ino en la otra mesa.

—Entonces dices que ella estaba rara hoy – Dijo Gaara a Sasuke, quien asintió con la cabeza al oírle.

—Ajá, parecía como si quisiera decirme algo muy importante, pero no sé qué – Sasuke miró al cielo. Él no había dicho absolutamente nada sobre la confesión que le hizo Sakura a sus amigos, a pesar de que entre ellos se contaban todo, él no era capaz de traicionarla así, de decir algo tan personal de ella a alguien más.

—Tal vez deberías preguntarle – Habló Neji, señalando a la chica con el dedo, ya que ésta se acercaba a ellos.
Sasuke la miró fijamente, aún no podía creer que ese bebé que ella esperaba fuese suyo, por más que lo intentaba no podía sentirlo de esa manera, no sabía si fuese tal vez por su forma de ser, pero le era imposible sentirlo así.

—Bueno, iré a hablar con ella, permiso – Avisó antes de levantarse.

Por su parte, el pelirrojo miró algo divertido a Neji, el Hyûga no dejaba de voltear a ver a Tenten, poniendo cara de bobo a cada instante, parecía que no se percataba de nada más a su alrededor.

—Cierra la boca Neji, te van a entrar las moscas – Aseguró, viendo como el Hyûga fruncía el ceño.

—¿De qué rayos hablas?

Gaara se puso de pie, tenía que ir a buscar a su novia, desde hace rato que no la veía y ya la extrañaba, quería tenerla cerca, poder besarla, abrazarla.

—Iré a buscar a Matsuri, y tú, deja de ver a Tenten o se te saldrán los ojos – Sin más se alejó de su amigo, llevándose las manos a los bolsillos, mientras que Neji se quedaba pensativo con sus palabras ¿Qué demonios ocurría con su persona? De pronto Tenten le estaba llamando demasiado la atención, se estaba volviendo un paranoico, viéndola detenidamente en todas partes en donde se la encontrara.

—¿Qué me pasa? – Preguntó para sí mismo, sin darse cuenta que desde otra mesa su novia le observaba, preguntándose por qué de pronto él no le hacía tanto caso como antes.

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Matsuri estaba en la sala de video junto a su mejor amigo Kiba, ambos estaban sentados en el sofá rojo, frente al enorme televisor de plasma y viendo una película de terror. La castaña abrazaba sus piernas, algo asustada, ella era así de sensible con este tipo de cosas, las películas de terror de verdad le asustaban aunque sabía que no eran reales.

—Ahora abrirá la puerta y lo encontrará muerto – Dijo Kiba, quién mantenía su vista fija en el televisor. En ese momento Matsuri lo miró enojada y le dio un leve golpe en la cabeza, pues él le quitaba todo el suspenso a la escena.

—Deja de contar la película Kiba-baka – Lo regañó.

—Auch, eso duele Matsuri.

—Pues deja de hacer eso tonto ¿Cuál es la gracia de saber todo lo que va a pasar? – La chica se cruzó de brazos y le hizo un pequeño desprecio. Kiba adoraba eso en ella, podía verse tan endemoniadamente adorable que el sólo hecho de tenerla así de cerca le hacía querer olvidarse de todo y besarla, hacer suyos esos labios que lo enloquecían.

—Ya, lo siento, no lo haré de nuevo – Dijo con una pequeña sonrisa, volviendo a mirar la película.

—Menos mal.

En la película pasaban una escena que realmente daba mucho miedo, sobre todo para una chica asustadiza como era la castaña, que al ver cuando el asesino se apareció de sorpresa a la chica que estaba en la pantalla, pegó un tremendo grito, casi saltando a los brazos de Kiba por el puro miedo que sintió.

—Que cobarde eres – Se rió Kiba, pero su corazón se aceleró al darse cuenta de que Matsuri lo estaba abrazando, escondiendo el rostro en su pecho. No podía creerlo, así que instintivamente la rodeó por la cintura.

—No te burles, estas cosas me asustan – Se defendió Matsuri, quién no se dio cuenta de que la puerta de pronto se abría, dejando ver a cierto pelirrojo que observó ese abrazo con sorpresa y rabia a la vez, pero también dolor.

—¡Matsuri! – Gritó lo más alto que pudo, haciendo que la castaña diera un salto para voltear a verlo. Ella enseguida pudo notarlo, Gaara estaba pensando lo que no era.

—Gaara… - Fue todo lo que pudo decir.

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¿Que les pareció lo que le dijo Sai a Ino?
¿Neji confundido?
¿Yayoi le dirá toda la verdad a Sasuke?
¿Gaara realmente malinterpretó las cosas?

Buenoo, todo esto lo sabrán en la conti ^^

¡Bye!

 

¡Hola!

Vaya, dos fics en un par de horas, es un record para mí xD

Muchas gracias por todos sus post, que lindas son todas ^^ es por eso que les traigo la conti de regalo jejeje

Bueno, pues no es muy larga, pero sí pasan cosas importantes, unas buenas y otras malas, desgraciadamente siempre hay algo malo, y en lo personal me duele mucho, porque yo amo con el alma a esta pareja U_U pero en fin, no todo es color de rosa.

Les aviso que el siguiente capítulo (17) será el último, pero no del fic, sino de la primera parte, o primera temporada, a partir del siguiente a ese, regresaremos en números, o sea, volverá a ser capítulo 1, 2, 3, etc, pero de la segunda temporada, que por cierto trae cosas muy interesantes, creo que aún no les había comentado sobre ello, pero en fin, lo hago ahora xD

Espero que les guste esta tercera parte y final del capítulo 16 ^^

Nota: Para la escena final, les recomiendo leer mientras escuchan la canción "Estar Contigo" de Alex Ubago, le queda como anillo al dedo.

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Yuuki iba por el pasillo con expresión de tristeza. Hoy era su cumpleaños, Naruto la había felicitado y también su mejor amiga, pero a sus padres les había importado un carajo, como siempre el enviaron algún lujoso regalo como disculpa por no poder acompañarla ese día, porque estaban muy ocupados para perder el tiempo en la menor de sus hijas. A veces –como hoy- dolía mucho esa indiferencia, por eso fue que se sentó a llorar en uno de los escalones del recibidor, escondiendo la cabeza entre sus rodillas.

—Dieciséis años, y aún así a mis padres no les importo – Susurró entristecida, sin notar que cierto azabache que ella detestaba iba bajando las escaleras, pero no pudo oír el motivo de su lamento, para él era la ocasión perfecta de hacerla pagar unas cuantas ofensas que le había hecho ella en el pasado.

Se acercó sigilosamente a la chica, la cual sollozaba en silencio, por eso no la escuchaba. Se sentó justo detrás de ella y le tocó el hombro por sorpresa, gritando su nombre al mismo tiempo y haciéndola saltar del susto.

—¡Ahh! – Gritó la chica aterrada, parándose de una vez, estuvo a punto de rodar escaleras abajo si no es porque el mismo Itachi la tomó del brazo y la jaló para evitar la caída.

Al verla sana y salva, el azabache no pudo evitar comenzar a reír, al principio lo hacía quedamente, pero mientras más veía la cara de la chica más deseoso de reír a toda potencia se sentía, pues ese puchero de niñita consentida lo mataba, aunque a decir verdad lucía bastante tierna.

Yuuki no soportó ver como se burlaba de ella, no estaba de humor para eso.

—¡Tenías que ser tú estúpido! – Exclamó llena de ira, lanzándose en contra del chico para darle leves golpes en el pecho, pero eso no parecía afectarle a Itachi que la miraba como si nada.

—Perdón, no me pude resistir – Dijo volviendo a sonreír, mientras la chica lo seguía golpeando.

—Eres un imbécil, estúpido, idiota – Le insultaba una y otra vez, hasta que ya nada se le pasaba por la cabeza, la verdad era la primera vez que lanzaba tantos insultos seguidos a una persona y no es que fuera demasiado busca pleitos, sin embargo Itachi se lo buscaba con ganas, siempre la estaba molestando —. Te odio… - Terminó por fin.

—No es para tanto – Dijo el Uchiha entornando los ojos, justo cuando ella paraba de golpearlo y de insultarlos, fue entonces que se dignó a mirarla mejor, notando que por sus mejillas aún corrían lágrimas. Sintió que algo le golpeaba dentro de su pecho, era la primera vez que la veía llorar ¿Acaso había sido por su culpa?

Yuuki se estaba secando las lágrimas, cuando notó que él no le quitaba la vista de encima.

—¿Qué? – Preguntó con rudeza.

—¿Por qué estás llorando? – Interrogó Itachi con el ceño fruncido, obteniendo el mismo gesto de parte de la chica, la cual desvió la mirada enojada.

—No es de tu incumbencia, no te metas.

—Oye, sólo intento ser amable ¿Por qué siempre eres así? – Se quejó ofendido, cruzándose de brazos tal como lo haría su hermano menor, por algo eran familiares, tenían las mismas expresiones a pesar de que Itachi era sólo un poco más sociable.

—¿Así como? – Cuestionó Yuuki, tratando de calmarse un poco, pues hasta hace unos segundos estaba muy alterada.

—Siempre estás a la defensiva conmigo, crees que siempre quiero hacerte daño o algo, pero no es así, deja de ser tan paranoica – Dijo ahora un poco molesto, lo que causó que la joven bajara la mirada apenada, además de sentirse triste ahora él le hacía ver que era una tonta paranoica, lo que le faltaba.

—Eso es porque tú siempre me estás molestando, no sé que te hice, pero no soporto que todo el tiempo te burles de mí ¡Eres un pesado! – Le gritó en plena cara, pero en lugar de enojarse más, Itachi sólo respondió apoyando un dedo sobre su frente, como lo hacía con Sasuke cuando se disculpaba con él.

—Al menos ya dejaste de llorar ¿Ves que fácil es? – Dijo con una sonrisa. Por un momento los latidos del corazón de Yuuki se aceleraron al máximo, tanto que pensó que se saldría de su pecho, pero no fue así, ahí permaneció intacto. Sus mejillas se sonrojaron y se alejó bruscamente del muchacho, escondiendo su rostro del de él.

—Deja de burlarte, eres un tonto – Lo volvió a insultar, antes de correr escaleras arriba. Itachi sólo suspiró y no hizo nada por detenerla, sin embargo ella misma se detuvo al llegar al final —. Itachi… gracias… - Murmuró, antes de volver a correr.

El Uchiha esbozó una pequeña sonrisa, esa mocosa tonta podía ser muy linda cuando quería.

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Sasuke estaba junto a Yayoi en el salón de las visitas, completamente a solas y sin que nadie les interrumpiera, pero la chica sólo guardaba silencio, no se atrevía a soltar palabra alguna porque sabía que Sasuke la odiaría por eso, se lo tenía bien merecido, pero aún así le asustaba la reacción que él pudiese tener.

—¿Vas a hablar sí o no? – Preguntó el azabache ya harto de aquel prolongado y nada cómodo silencio.

La chica bajó la mirada avergonzada.

—Perdóname Sasuke – Susurró, mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla. Sasuke la miró y por un momento creyó saber qué era lo que seguía, pero aún así decidió esperar a que ella hablara, no podía hacerse falsas ilusiones.

—Sólo habla ¿Qué ibas a decirme? – Pidió, tratando de mostrarse amable.

—El hijo que espero… - Comenzó ella, aún sin atreverse a mirarlo —. El hijo que espero no es tuyo.

A pesar de que siempre lo había sospechado, Sasuke no pudo evitar sorprenderse, en parte porque fuese ella misma quién se lo confesaba, al menos demostraba que se sentía arrepentida por haberlo engañado.

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—¿Qué significa esto Matsuri? – Interrogó el pelirrojo con verdadera ira reflejada en su mirada, pero no hacia su novia, sino hacia él, hacia Kiba. Al principio no quería aceptarlo, pero había comenzado a odiar a ese chico, desde el momento en que se dio cuenta de lo que él sentía hacia Matsuri se había vuelto su rival número uno, no podía perdonarlo por amar a la misma chica que él, pero más porque lograba que Matsuri le sonriera, que estuviera a su lado, que lo quisiera como un amigo, en cualquier momento ese cariño se podría transformar en otra cosa y él no quería perderla, no después de lo mucho que le había costado darse cuenta de que la quería.

—¿Eh? – Exclamó la castaña, alejándose de Kiba algo confundida. Era tal vez demasiado inocente como para darse cuenta de lo que pasaba ahí, por eso era que no comprendía la rabia de su novio —. Nada, sólo me asusté por la película – Explicó sin más.

—¿Y tenías que abrazar a este idiota? – Cuestionó molesto, señalando al Inuzuka que se levantó ofendido.

—¡¿A quién llamas idiota?! – Gritó alterado.

—¡Pues a ti! ¡¿O acaso ves a otro?! – Le respondió Gaara igual de alterado, por más que trataba no podía controlar sus celos, era la primera vez que se enamoraba así de una chica y no podía soportar verla con nadie más, ella debía ser sólo suya, por algo era su novia —. ¡Aléjate de mi novia! – Reclamó, como si la chica le perteneciera, como si fuese un objeto y no una persona, lo que a ella le dio cierta tristeza.

—¡Ella y yo somos amigos, no tienes ningún derecho a prohibirnos que estemos juntos! – Exclamó Kiba sobresaltado, a punto de lanzarse a golpes en contra de Gaara por la ira que le causaba tener que soportarlo, saber que era un obstáculo entre él y Matsuri, porque la castaña lo amaba a é con todo su corazón y nunca se fijaría en su persona, jamás lo vería como algo más que un amigo, eso dolía demasiado.

—¡Ella es mi novia, imbécil!

Matsuri se sintió algo asustada al ver lo que estaba pasando, Gaara empuñó su mano, estaba a punto de golpear a Kiba, y el castaño no se quedaba atrás, iba a reaccionar de la misma manera.

—¡Basta ya! – Exclamó Matsuri, parándose en medio de los dos chicos, los cuales la miraron con asombro, pues por estar tan llenos de ira se habían olvidado de que ella estaba ahí, lo que los hizo sentir como un par de idiotas —. ¡Gaara, Kiba-kun, no se peleen por favor! – Pidió, casi a punto de llorar.

Gaara se sentía horrible, no podía creer que había hecho llorar a su novia, cuando le prometió que nunca más la haría sufrir.

—Perdón, pero Matsuri, por favor ya aléjate de este idiota, lo único que quiere es separarnos – Miró a Kiba con desprecio —. ¡Kiba está enamorado de ti!

—¡Ya no más Gaara! – Volvió a alzar la voz la chica, se sentía verdaderamente mal por la actitud de su novio, Gaara siempre estaba levantando falsos testimonios en contra de su mejor amigo, porque según ella eso era falso, si Kiba la amara nunca le habría ayudado a conquistar a otra persona —. Gaara, por favor, ya deja de tratar así a Kiba-kun, deja de decir todas esas cosas de él, él es mi mejor amigo y me duele que lo ataques.

Al ver que ella no lo apoyaba, al sentir que su novia se había puesto en su contra, Gaara sintió un dolor que nunca antes había experimentado, fue tanta su rabia y frustración que no se dio cuenta de las cosas que decía.
Cerró los ojos y se volteó, aún molesto, dándole la espalda a Matsuri.

—Perfecto, si lo defiendes a él… - Apretó los puños con fuerza, creyendo que no sería capaz de completar la frase, pero lo consiguió a duras penas —. Si es así, entonces esto se terminó… hemos terminado Matsuri.

Sin más se marchó de la sala, dejando a la castaña tan sorprendida que no podía moverse. Pensó que algo en su interior acababa de estallar, y dolía terriblemente, tan fuerte como nunca en su vida había sentido.

—Él… terminó… conmigo… - Las palabras salieron casi como si se tratase de un robot, siendo acompañadas por finas y amargas lágrimas que salían de sus ojos negros. Se dejó caer sobre el sillón y cubrió su rostro con ambas manos, llorando a rienda suelta.

—Matsuri, lo siento mucho, todo fue culpa mía – Se lamentó Kiba a su lado, abrazándola para tratar de aliviarla. Era muy cierto que se sentía culpable, pero muy en el fondo esto le hacía feliz, no el hecho de ver sufrir a la chica que amaba, sino de que ya Gaara no estuviera más en su camino, porque ahora que ya no estaban juntos, finalmente podía ir a por Matsuri sin ningún impedimento.

La castaña sólo lo abrazó, reposando su rostro en el pecho masculino, tratando de contenerse.

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Su mirada seguía fija en la joven que ahora no hacía más que llorar, avergonzada por lo que había hecho, se sentía demasiado mal al haber engañado a Sasuke, puesto que él había cambiado, ya no era una persona que mereciera ese tipo de engaño, era por eso que había decidido contarle la verdad, al ver cuanto él sufría por la chica que amaba, porque ella también sufría por la persona que amaba.

Sasuke estaba tratando de no reaccionar de mala manera, lo que menos quería era gritarle o hacerla sentir mal, debía tratar de comprenderla, simplemente eso.

—Por favor, cuéntame todo – Pidió sin rodeo alguno, era lo mejor, lo que más necesitaba en el mundo.

Yayoi le miró, comenzando a relatar.

—Hace unos meses… después de que pasó lo nuestro y tú me dijiste que no dejarías a Hinata-san por mí, me sentí realmente mal… - Bajó la mirada, a pesar de todo aún dolía recordar lo patán que el azabache había sido con ella, por lo cual –ahora- él no estaba muy orgulloso —. Fue entonces que lo conocí a él, su nombre es Keiji, es un joven repartidor, es pobre… mis padres jamás lo aceptarían, es por eso que… cuando supe que estaba embarazada decidí mentir, fingiendo que tenía más tiempo del real, para hacerte creer que el bebé era tuyo… - Miró nuevamente a Sasuke, el cual aún no quitaba su expresión de seriedad —. Cuando terminaste con Hinata-san, no pensé que tendrías a otra novia, y mucho menos que… que de verdad la quisieras…

—Ya veo… - Sasuke no sabía como sentirse, por un lado estaba rabioso, por el otro feliz, por un tercero la compadecía y por un cuarto la estaba odiando, no sabía de qué forma reaccionar.

—Por favor dime algo ¡Ódiame, insúltame pero no te quedes callado después de lo que te hice! – Le gritó Yayoi llorando más fuerte, se sentía como la peor persona del mundo y lo mínimo que merecía era un gesto de aberración de Sasuke, pero eso no sucedió, él en ningún momento la miró con odio, sino con comprensión, cosa que la sorprendió y desarmó a la vez —. ¿Por qué Sasuke…?

—Yo no te odio, entiendo lo que hiciste y también… entiendo que esto me ha servido para madurar, para darme cuenta de que no debo jugar con los sentimientos de las personas – Dijo mirando al suelo, ocultando sus ojos negros debajo de la sombra que provocaba su cabello —. ¿Sabes algo? Amo de verdad a Sakura, y si ella me perdona yo… juro que no le haré lo mismo que a todas… quiero cambiar, Yayoi – Levantó la mirada y clavó sus ojos en la chica, la cual esbozó una pequeña sonrisa a pesar de lo mal que se sentía.

—Sasuke, tú ya cambiaste, y me alegra mucho por ti – Se limpió las lágrimas y volvió a sonreír —. Por favor, deja de perder tu tiempo conmigo y búscala, si ella de verdad te ama entenderá que nada de esto fue tu culpa, es sólo mía y yo debo enfrentar la responsabilidad, incluso con mis padres.

—¿Y qué pasará contigo? ¿Con el padre de tu hijo?

—Hablaré con él, trataré de que me perdone, espero lograrlo – Después de escucharla, el Uchiha asintió con la cabeza y se fue corriendo, pues, necesitaba desesperadamente encontrar a Sakura y decirle que ya nada los separaba, que ese obstáculo acababa de desaparecer.

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Entró furioso al cuarto y se dejó caer sobre la cama luego de dar un descomunal portazo que asustó tanto a Neji como a Naruto.

—¿Qué te pasa Gaara? – Le preguntó su amigo castaño, mientras el rubio sólo observaba en silencio, aún no lograba llevarse del todo bien con Gaara, pero a pesar de eso no le gustaba verlo así.

—Todo es una mierda, mi vida es… maldita sea… soy un estúpido… - Se reprochó a sí mismo, enojado por la reacción que tenía, pero más que nada dolido por la forma en que Matsuri lo había confrontado. Sabía que todo había sido su culpa y por un arranque de celos, acababa de perder al amor de su vida.

—Oye, tranquilízate y dinos que te sucede – Ésta vez fue Naruto quien se atrevió a hablar, logrando que el pelirrojo le mirara, mostrándole ese dolor que sentía en sus ojos.

—Soy… soy un imbécil, acabo de perder a Matsuri para siempre – Respondió, dejándose caer sobre la cama de espaldas.

Los dos presentes no le dijeron nada, sabían que lo mejor en estos casos era estar solo.

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Sakura estaba en la azotea de la escuela, necesitaba desesperadamente tomar aire y después de que Hinata se durmiera había encontrado su oportunidad de oro. Suspiró aliviada al sentir el viento frío sobre su cara, la brisa fresca del atardecer, con la luna apareciendo y las primeras estrellas comenzando a brillar en lo alto del cielo.

Sin querer soltó una pequeña sonrisa, mientras el sonido de pasos apresurados se comenzaba a escuchar a lo lejos, pero mientras más pasaba el tiempo, más cerca se sentían, hasta que la pesada puerta de metal se abrió de pronto.
La chica se volteó, observando la figura cansada de Sasuke Uchiha, agitado, pues al parecer había corrido mucho.

—Sakura al fin… al fin te encuentro… - Dijo jadeante, apoyándose en el marco de la puerta con una mano, mientras la peli rosa le miraba con cierta duda —. Te he estado buscando por toda la escuela.

—¿Sasuke? – Cuestionó —. ¿Qué estás haciendo? ¿Para qué me buscabas?

Él guardó silencio por unos segundos, mirándose en los ojos jade de la chica, sintiendo esa conexión tan poderosa que le indicaba que estaba enamorado de ella, que no le importaba nada de lo que había pasado antes, sólo quería estar junto a ella.

—Sakura… no es mi hijo, no es mío – Confesó con una media sonrisa, mientras ella le miraba sorprendida, sin comprender lo que trataba de decirle, en parte porque no quería creer tanta felicidad que se comenzaba a arremolinar en su pecho.

—¿Qué dices? – Muy dentro de sí se lo negaba a sí misma, creyendo que estaba oyendo mal, o incluso que él mentía, porque tenía miedo de pensar que esto era cierto, que ya nada los separaba.

—¡No es mi hijo Sakura! – Repitió el Uchiha, gritándolo fuerte y claro, para que a ella no le quedaran dudas —. Yayoi me lo dijo, me contó toda la verdad… ya no hay nada que nos impida estar juntos – Dio unos cuantos pasos, hasta pararse justo en frente de ella, mirándola fijamente —. Vuelve conmigo, ya no hay razones para estar separados.

—Pero yo… Sasuke yo ni siquiera merezco que alguien me quiera… - Bajó la mirada, comenzando a soltar leves lágrimas —. Yo ya no soy… fui de otro hombre antes así que…

—¿Qué estupideces estás diciendo? – La interrumpió él, de seguir hablando estaba seguro de que ella diría algo que podía lastimarla y no quería, no dejaría que ella se hiciera daño —. Lo que te hizo ese bastardo no tiene nada que ver, yo no podría condenarte por eso, no fue tu culpa.

—Sasuke… - Su voz se quebró, pero aún así trataba de detener el llanto. El azabache le hizo levantar la mirada, para verlo sólo a él, y entonces lentamente acercó su rostro al de ella.

—Yo te amo así, como eres tú, tonta – Terminó con su sonrisa arrogante, antes de besarla. Era la primera vez que se atrevía a abrirse de esa manera con alguien, pero cuando estaba con Sakura era la única forma de sentirse él mismo, de no fingirse alguien más, alguien insensible y distante, con ella quería ser verdadero.

La chica correspondió al beso, creyendo que seguramente estaba en un sueño, sin embargo eso no importaba ahora, sólo importaba una cosa, y eso era que nuevamente estaban juntos y ésta vez nada los separaría.

Continuara…

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¿Cual fue su parte favorita y por qué?
¿Qué les parecieron las reacciones de Yuuki e Itachi? ¿No son tiernos?
¿Gaara fue demasiado impulsivo o Matsuri hizo mal en no apoyarlo?
¿Qué les pareció la confesión de Yayoi?
¿Sakura y Sasuke al fin juntos?

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Bueno, me despido, espero que les haya gustado y hasta pronto ^^

¡Bye!