Saint Seiya Te Alcanzara Mi Corazón (DohkoXShion Y ShakaXMu) Yaoi

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por AMMU TEIKOKU YUDAINA, 15 Diciembre 2025 a las 6:01 PM.

Cargando...
  1. Threadmarks: Capitulo 21 (Desesperados)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario popular

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    617
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Te Alcanzara Mi Corazón (DohkoXShion Y ShakaXMu) Yaoi
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    22
     
    Palabras:
    2777
    --- (Tiempo después) Lado de los demonios---

    Shion, no había podido salir de aquella prisión, estando por completo encierro, apenas si le llevaban algo de comida, sus heridas han sido curadas por sí mismo.

    Sentía como su corazón se rompía, pues no podía ver a su querido Ángel, lo extrañaba tanto. No sabía nada de él.

    Lloraba en silencio, acurrucándose contra la pared, abarcándose a sí mismo, quien fuera quería saber que ha pasado con Dohko, pero nadie le diría, la persona que le llevaba los alimentos, no le dirigía la palabra, ni siquiera era un demonio con el que hubiera hablado alguna vez.

    Un ciclo lunar paso, y era la misma rutina, creía que su malestar que estaba sintiendo era por todo ese dolor que sentía, no volvió a ver el patriarca, sus amigos lo más probable es que estuvieran siendo interrogados.

    Se preguntaba qué pasaría con Dohko… Sabía que el rey de los Ángeles no era alguien fácil de tratar, no creía que aun viendo a su hijo herido, solo le interesaba acabar con los otros.

    Y aunque comía, devolvía su estómago continentemente, el agua apenas si era posible en ese lugar, tal vez toda la torre no sea una prisión pero donde se localizaba es subterráneo y es justo los calabozos.

    Ni siquiera se imaginaba lo que realmente le ocurría…

    -Por favor… Dohko, tienes que estar bien…- Su rostro manchado de sangre seca y tierra, no exista posibilidad de estar aseado por completo.

    Rogaba con su corazón que las cosas fueran mejores para su querido Ángel.

    Su vida no era nada, decidió que el sacrificio fuera por un tiempo, se encentraría la forma de estar a su lado.

    Ya no le importaba seguir las reglas, o buscar la paz… Se sentía traicionado por los suyos…

    Debía escapar primero y después encontrarían la forma de reunirse, siempre tuvieron un plan, por si algo pasaba de esta forma.

    Pero ya había pasado un ciclo lunar, y solo lograba sentirse muy mal… Nauseas, vómito y cansancio… No pensaba con claridad, su mente estando ocupada en encontrar la manera de recuperarse e irse.

    -¿Shion?- Una voz conocida lo llamo.

    Levanto su mirada apenas, estando en una esquían alejada de las rejas.

    -¿Qué quieres?- Su voz se notaba furiosa, y sus ojos rosas sin el brillo normal querían asesinarlos a todos.

    -¿Cómo estás?-

    -¿Qué te interesa?- Le contesto de una forma altanera.

    -Shion… Estas muy mal… Déjame…- Abrió la celda, pero la cerro detrás de él quiso acercarse.

    -¡¡¡NO QUIERO NADA TUYO!!! ¡¡¡SOLO LÁRGATE!!!- Le grito, se hubiera levantando, pero no tenía fuerzas necesarias.

    -Escúchame… No creas que te traicionaron… No es nada de eso…- Albafica, aun estando en su estado de gestación y con un vientre que se le lograba notar más.

    -¡¡¡¿ENTONCES?!!!- Levanto su mirada furioso, apretando su mandíbula.

    Se inclinó hasta su nivel, sacando un paño, para limpiarle un poco del rostro –El patriarca tenía sus sospechas… Entonces… Pidió a Manigoldo y Sísifo, que le informaran…-

    -Ellos le dijeron todo…- Aparto su rostro, para que no fuera tocado por el peli celeste

    -No Shion… Ellos guardaron tu secreto, pero…- Bajo su mirada –Decidió en ese caso seguirte, y los llevo, porque sospechaba que ambos ocultaban algo-

    El peliverde lo escuchaba, pero aún tenía sus dudas.

    -Shion, tus heridas no han sanado del todo…- Se notaba preocupado por su amigo.

    -¿Que sucedió después?- No lo quería ver, aun se sentía traicionado.

    -Intentaron evitar tu castigo… Por eso tuviste que esperar… A solas en la sala patriarcal, antes de lo que te ocurrió… Ellos pidieron que se les castigara en tu lugar… No querían verte sufrir, después de todo eres su amigo y te aprecian mucho…- Sujeto sus manos, haciendo una cara enternecida, sonriendo un poco.

    -¿Qué fue lo que les hicieron?- En ese momento se preocupó, si bien recibió un castigo físico, fue bastante menor de lo que creía…

    -Sísifo fue degradado de su rango, por el momento no es bienvenido en la zona central- Notando que el peliverde cedió un poco, comenzó a ayudarlo a limpiar su rostro. Una escena de hermanos cuidándose.

    -¿Y Manigoldo?- Su rostro notando preocupación, abriendo ligeramente su boca.

    -El también recibió azotes, y está castigado por ayudarte, sin embargo le toman consideración por haber herido a un eslabón fuerte del ejercito de los Ángeles- Suspiro –Sísifo sufrió graves heridas en sus alas, no podrá volver a volar, otra razón por la cual no puede ejercer su labor-

    Bajo su mirada, las lágrimas amenazando con brotar de nueva cuenta –Todo esto es por mi culpa...-

    -Shion, no digas eso… Es el egoísmo de estos reinos- Quería animarlo, abrazándolo con cuidado.

    -Si hubiera huido con Dohko, debí haberle hecho caso, ahora todos están sufriendo y s mi culpa- Lloraba a mares, parecía cambios muy radicales de ánimo, primero enojado y ahora llorando a mares.

    -No, no… Por favor… Tranquiló- Lo consolaba a cómo podía, dándole un abrazo y acariciando su espalda, reconfortándolo.

    -Albafica… Ayúdame a escapar de aquí- Lo sujeto fuerte de los abrazos –Necesito ver a Dohko, quiero estar a su lado, hare lo que sea para que me olviden… No quiero traer más sufrimiento a nadie, pero tampoco puedo dejar solo a quien amo.

    -Shion…- Cerro los ojos, no le podía decir lo que estaba ocurriendo afuera, de cómo esto ahora era un imposible.

    Sin embargo, el peliverde noto que su rostro se ensombreció, sabía que pasaba algo muy malo.

    -¿Qué es lo que pasa?- Lo encaro, con una mirada de súplica –¿Qué hicieron?... ¡¡¡DIME!!!-

    -En estos momentos… Se está tomando la decisión… De hacer la barrera Lapis Lazuli…- Le costó decir aquellas palabras.

    -¡¡¡¿QUÉ?!!! Pero eso… Se supone que es solo una teoría… No…- Miro desesperado hacia el suelo, si aquello ocurría, entonces todo podría estar perdido –Tengo que ir con él- Trato de levantarse pero, las cadenas que lleva en sus tobillos no se lo permitieron, tambaleándose y casi cayendo si no fuera porque el peli celeste lo ayudo.

    -Cálmate por favor… En tu estado no puedes hacer nada, debes recuperarte y…- Al momento de sostenerlo, toco su estómago, el cual le dio una señal extraña, aquellos que logran hacer maldiciones y bendiciones, tienen ese sensibilidad de sentir en los de su misma especie cualquier cambio en su cuerpo.

    No podía creerlo, pero es verdad… Aquello que sentía en su amigo, dentro de su vientre, es…

    Ayudándolo a sentarse de nueva cuenta, su rostro palideció… No sabía cómo decirle esto al peliverde, que su estado no era el mejor.

    -Shion- Le llamo con suavidad, debía calmarse también la vida de su bebe está estable, pero no podía alarmarse y se estaba esforzando por ayudarlo a no caer.

    -¿Qué?- Estando desesperado, quería quitarse esas cadenas, pero no podía hacer nada sin su energía vital estando tan atrofiada.

    -Estas… Esperando un bebe…- No supo cómo decírselo… Noto varias señales antes de que esto ocurriera, pero el tiempo concordaba.

    Los ojos rosas se abrieron de golpe, su cuerpo tembló, incluso sudo frio ante la noticia… No podía ser, bueno… Sabía que tuvieron varias veces que lo hicieron y su Ángel termino en su interior… Ni siquiera lo pensaron en el momento.

    Llevo su mano directamente a su vientre, por todo lo ocurrido, ni siquiera se le cruzo por la mente, pensaba que todo estaba siendo normal por la situación, pero no…

    Si el patriarca se enterara de este hecho, la criatura que lleva en su vientre corría el peligro de morir… Nadie dejaría que un hibrido naciera…

    -¡¡¡ALBAFICA, POR FAVOR… NO LE CUENTES A NADIE!!!- Le rogo llorando, no pensaba en su vida, si no en que ese ser en su interior, no tenía culpa alguna…

    Le dio un abrazo reconfortándolo –Tranquiló, no se lo diré a nadie-

    Albafica está dispuesto a guardar su secreto, nadie debía saberlo, tendría que hacer algunas cosas, pero para ayudar a su amigo, pediría ser él quien le llevara los alientos, podrían ayudarse… Al fin de cuentas los demonios tienen a ser leales con quienes aprecian mucho.

    Pero las cosas de aquí no serán buenas para nada.

    Justo el demonio que le lleva alimentos a ciertas horas, llego y se quedó detrás de la pared escuchando todo.

    Y esa información seria escuchada por el patriarca, quien decidiera la destino del fututo hijo de un Demonio y un Ángel.

    ---Lado de los Ángeles---

    -¡¡¡DEJA QUE ME LARGUE!!!- Le gritaba con toda su furia a su propio padre.

    -¡¡¡JAMÁS DEJARE QUE ESTÉS CON UN DEMONIO!!!- Le respondía, sin embargo… El castigo que el Ángel debía recibir fue contenido hasta que estuviera recuperado.

    Le daba azotes a su propia sangre, pero este no se inmutaba, solo le gritaba que volvería a irse, estaría con su demonio y jamás sabría de él.

    -Entonces… Tendrás que matarme padre… ¡¡¡POR QUE NO PIENSO DEJAR SOLO A SHION!!!- Aun le quedaba desafiarlo con la mirada, la sangre escurría de su espalda, pero eso no le importaba para nada.

    -¿Quieres que existan más muertes? ¡¡¡ENTONCES TENDRÁS TU DESEO!!!- Le doy un azote más fuerte en la espalda, su garganta se desgarrara por el dolor, por aguantaba gritar de esa manera.

    -¡¡¡DE ALGUNA FORMA U OTRA, REGRESARE CON MI DEMONIO Y NADIE NOS PODRÁ DETENER!!!- Teniendo su ojo morado, el labio partido y varias heridas abiertas, aun podía ponerse de pie.

    -Ni siquiera estas preocupado por tus amigos- Le dijo esto más que nada para atormentarlo con toda la verdad.

    -¿QUÉ TIENE QUE VER? ¡¡¡¿QUÉ LES HICISTE?!!!- No estaba al tanto de lo que había ocurrido, se mantuvo en encierro por órdenes del rey.

    -¡¡¡¿YO?!!! ¡¡¡DIRÁS ESOS MALDITOS DEMONIOS!!! ¡¡¡DEUTEROS ESTÁ CONDENADO A MORIR POR LA MALDICIÓN QUE LE ARROJARON!!! ¡¡¡Y TÚ AUN QUIERES IR CON UNO DE ELLOS!!!- Le gritaba enfurecido.

    -¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡¿CÓMO ES POSIBLE?!!!- Pensaba atento, no podía ser -¡¡¡¿DÓNDE ESTÁ ASMITA?!!!- Sabiendo que su amigo es un experto en curar alguna maldición, pues alivio la propia de cuando era un niño.

    Sonrió satisfecho, sabiendo que su hijo tiende a guardar un gran cariño a sus amigos –Se la ha pasado día y noche tratando de encontrar alguna solución, pero… Es imposible… Y como Deuteros está actuando nos pone a todos en peligro, su muerte será dentro de poco-

    -¡¡¡NO!!! ¡¡¡TIENE QUE EXISTIR OTRA FORMA!!!- Le grito, levantándose tomando a su padre de la ropa –¡¡¡ENCONTRARE LA SOLUCIÓN… Y… SHION ME PODRÁ… AYUDAR…!!!- No podía negar que su mente se sentía atormentada, la culpa de que un amigo este herido y que su peliverde este solo, y más con las amenazas del patriarca.

    -¡¡¡IDIOTA!!! ¡¡¡TU QUERIDO DEMONIO, PARA ESTE MOMENTO YA DEBE ESTAR MURTO!!!- Le dijo aquellas crueles palabras, tal vez con eso podría manejarlo mejor.

    -¡¡¡NO, ESO NO ES VERDAD!!! ¡¡¡LOS DEMONIOS NO…!!!- Fue allí cuando recordó lo que el demonio de ojos rosas le conto.

    -Si un demonio se enamora de un Ángel, rompe las reglas de esa forma, no lo matan, pero cortan sus alas, los encierran… Y… La mayoría muere por que se desangran y se les prohíbe a los demás ayudarlo-

    Tomo su cabeza, con lágrimas saliendo de sus ojos a mares, negando con su cabeza -¡¡¡NO!!! ¡¡¡SHION NO PUEDE ESTAR!!! ¡¡¡ME REÚSO A CREERLO!!!- Se levantó, pero el dolor de aquellas heridas y la tormenta de creer la muerte de quien ama.

    -Aunque quisieras, está prohibido que salgas, ningún guardia te dejara ir- Sonrió satisfecho, conociendo que las habilidades de bendición de su hijo no son las mejores, en cambio podía detenerlo más fácilmente.

    Pero aun así, este castaño Ángel encentraría la forma de escapar de alguna forma u otra… Nadie no detendría…

    ---Habitación de Deuteros---

    Sin importar el tiempo transcurrido, sus intentos fallidos, no existía nada que lograra hacer que su peli azul de piel morena, dejara de sufrir… Lloraba su mala suerte, desgarrado su corazón por que la decisión fue tomada, solo le dieron un mes para poder salvarlo y no pudo…

    En ese momento Deuteros se encontraba consciente y en sus cinco sentidos, pero no duraba mucho tiempo.

    -Asmita…- Lo llamo con su voz gentil, y esa sonrisa que cada vez iba desapareciendo –Por mi culpa no has dormido… Por favor… Ve a descansar-

    -No… No lo hare… Yo… Tengo que salvarte…- Sus ojos presentaban ojeras, las lágrimas no lo dejaban solo ni una vez.

    Aquella maldición que el Ángel llevaba consigo, consiste en que su conciencia se valla desapareciendo… Existiendo momentos de locura, en donde no reconociera a nadie y atacara sin piedad, como si un monstruo fuera, incluso capaz de matar a los suyos.

    Esto sin duda un estado de locura, que de a poco… Se volvía más y más frecuente, sin lograrlo salvar ni hacer nada.

    Habiendo atacado a varios Ángeles, que les costó incluso alguna parte de su cuerpo, la fuerza que adquirió Deuteros se volvió aterradora, todos le temían, más el hecho de aquella maldición.

    Pero su rubio amado, se negaba a dejarlo solo, no podía permitirse que lo mataran, siendo la única solución que se encontraba.

    Aun en sus últimos momentos lucharía para salvarlo.

    -Mi amor… Sabes… No importa… No quiero lastimar a nadie más…- Lo miro a esos ellos ojos azules que le dolía verlos derramar lágrimas –Si te llegara a tocar… No podría perdonármelo, aunque se… Que mi mente de a poco se va perdiendo…-

    -¡¡¡NO DIGAS ESO!!! Te salvare… Te ayudare… Yo sé que puedo…- Su voz sonaba tan desesperada… No podría darse por vencido.

    -Asmita… Esto es algo que va más allá de tus habilidades, no te esfuerces… Tampoco quiero que te sientas culpable o… Culpes a alguien… Yo…-

    -¡¡¡¿POR QUÉ NO DEJASTE QUE EL REY LO RECIBIERA?!!!- Le tomo las manos, llorando con el ceño fruncido –Él ha provocado más daño… A todos nosotros…- Bajo la mirada –Impidiendo que Dohko este con ese demonio, si dejara las cosas así… Todos estaríamos bien-

    No tenía el corazón para odiar a su amigo por enamorarse… No podría culparlo, había averiguado todas las posibilidades… Pero es injusto que dos enamorándose tenga que esperar… Y más como lo vivía.

    Asmita tiene un gran corazón, en el no cabe el odio o rencor, y más cuando Deuteros siempre le dijo que ama su bondad, que sin importar nada su alma es pura.

    Es demasiado fuerte… No quiere que su Ángel se contamine por el odio que muchos tienen en su corazón.

    -Lo único que lamento es… No poder cumplir nuestro deseo- Sonrió triste, dejando escapar sus lágrimas.

    -¡¡¡NO DIGAS ESO!!! ¡¡¡NOS CASAREMOS Y TENDREMOS UNA HERMOSA FAMILIA!!!- Le doy un abrazo, recargándose en su pecho -¡¡¡ME LO PROMETISTE Y SÉ QUE CUMPLIRÁS!!!-

    -Asmita… Te amo… Perdóname… por dejarte solo…- Ambos se abrazaban con fuerza, debían aprovechar los momentos de estabilidad que el peli azul tenia, cada vez más escasos.

    Llorarían ese destino amargo que se les condeno por el egoísmo de otros. No culpaban a los dos tontos enamorados, si no a quienes lideraban que no podían ver más allá del odio de todo lo ocurrido, solo querían matarse, eso era injusto.

    Estarían juntos el tiempo que les quedara.

    Por la mente del rubio cruzo una idea… Podría ser… Una muy atrevida, pero… No quería estar sin su Ángel, además no sabía si existiría otra oportunidad.

    Los días de Deuteros están condenados a morir, solo tenía pocos y mínimo quería llevarse el mejor recuerdo de su amado.

    Levanto su rostro a la altura del Ángel maldito, sus ojos azules oscuros encontrándose con los zafiros llenos de dolor.

    -Deuteros- Toco su rostro, el gesto que tantas veces hacía, una muestra de afecto que compartían.

    Tocando su mano y aferrándose a ella –Dime, mi hermoso Ángel- Beso su mano, quería demostrarle todo el amor que ya no le podría dar.

    -No me dejes solo…- Se sonrojo, muy apenado, aun con su tristeza envuelta en su rostro –Por favor… Quiero que…- Tomo la mano del peli azul y la llevo a su vientre –Quiero… Tener a alguien que se quede conmigo… Algo que sea de ambos- Le dedica aquellas palabras como una propuesta indecorosa.

    El joven de piel morena, se sorprendió tanto por aquello, dejando que su rostro de enrojeciera levemente, entendía perfectamente a lo que se refiere.
     
  2. Threadmarks: Capitulo 22 (Eclipse De Amor)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario popular

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    617
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Te Alcanzara Mi Corazón (DohkoXShion Y ShakaXMu) Yaoi
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    22
     
    Palabras:
    1916
    -Deuteros… ¿Esta bien… Si….?- No pudo terminar de hablar, pues su amado Ángel, comenzó a besarlo suavemente, sus labios encajaban perfectos en los del moreno.

    Tomar la suave mejilla de aquel rubio, acariciarla con cuidado, para darle confort.

    Las lágrimas que caían de aquellos zafiros, que preferían permanecer cerrados, ante el dolor de que no podrían estar juntos y no por una ley, sino por un destino que ninguno pidió.

    -Asmita…- Separan sus labios, pero no dejo de mirarlo, juntando sus frentes, mientras limpia esa agua salada, sonrió para tranquilizarlo, que no temiera por el mañana -¿Seguro… que… Deseas hacerlo?- Aun teniendo todo a que fuera afirmativo, no quería que esa hermosa unión, fuera solo por el momento, por el miedo.

    -Mi corazón no le volverá a pertenecer a nadie más… Así que… Aunque sea esta noche… Quiero que mi cuerpo y el tuyo se vuelvan uno…- Sonrió con amargura profunda, sus manos en el pecho, moviéndose con torpeza.

    -Te amo Asmita…- Apretó su mandíbula, sus ojos azules opacos dejaron que el dolor saliera, mientras abrazo con fuerza el cuerpo del contrario.

    Desde hace tiempo, la vida de ambos se había unido en una relación bastante hermosa, siendo novios, profesaban su amor para un día casarse y tener una hermosa familia.

    Por eso luchaban para acabar con todo este mal.

    Pero ahora, las cosas cambiaron, estando solos en esta habitación, en completa oscuridad, solo iluminados con el brillo de su dolor y el calor de su amor, haciéndolos entender que por ese momento, solo allí podrían dejar escapara todo lo que sienten.

    Es regla entre los Ángeles, esperar hacer la entrega carnal después del matrimonio, obvio algunos la rompen, pero la mayoría terminan casándose y está bien.

    En esta ocasión, el resultado sería muy duro.

    El peli azul, siempre respeto a su hermoso doncel, en cada momento, nunca se atrevía a tocarlo más allá de lo permitido, y eso siempre fue algo que le encantaba al rubio.

    Sin embargo ahora… No podía seguir así.

    Besos castos e inocentes, fueron los que envolvieron de a poco su amor, acariciando el cuerpo ajeno de a poco.

    Sujetando la estrecha cintura del rubio, la acariciaba con dedicación, deseaba sentir la suave piel, pero sentía tantos nervios y pena.

    Más una de las manos de Asmita, guio la del moreno a debajo de sus prendas, para que sintiera el calor en su cuerpo, y que estaría bien que lo tocara como deseara.

    Así fue como de a poco sus ropas fueron cayendo de aquel lecho, Deuteros al ver ese cuerpo frágil sin nada que lo ocultará, completamente al natural, notando el rojo de las mejillas, lo rozado de los pezones.

    Su cuerpo reacciono, provocando que su pene ya erguido, se endurecía más.

    Deseo, la palabra que su mente y cuerpo solo conocieron en ese instante.

    Volvió a abrazarlo, atrayéndolo a él, sentían como sus penes rosan, provocando leves gemidos en ambos.

    Beso sus hombros de a poco, mientras la mano que sujetaba al rubio por la espalda, bajaba con suavidad hasta el trasero de Asmita, antes no se imaginaba que podría hacerlo en estas circunstancias, ahora está a punto de volverse uno.

    -Eres… Muy hermosos…- No se atrevió a dejar alguna marca o mordida, no quería lastimar la piel del rubio, quería mantenerla intacta como siempre la conoció.

    -Deuteros… Te amo- Cada toque le provocaba un ligero espasmos en su cuerpo, estando muy feliz, lloraba, sus lágrimas no se detienen, no por miedo del dolor primerizo, sino porque… Como hubiera querido que todo fuera tan diferente.

    Siguió bajando con lentitud, tomaría su tiempo para tocar a Asmita con sumo cuidado, tenían toda la noche para hacerlo.

    Cada centímetro de esa pálida piel fue besada, al llegar a los pezones, regalo besos a ellos, y lamio con cuidado.

    Al notar que esa acción hacia gozar a su amado, decidió darle todo el placer posible.

    -Aaaaaah… Deu…- Callo ante las sensaciones en su cuerpo –Puedes… Ser… Mas rudo…- No es que no disfrutara esas caricias, pero… Pensaba que si el peli azul desea experimentar más cosas, puede hacerlo.

    Después de todo, esa noche el cuerpo de ambos le pertenecerá al otro.

    Un Ángel, estando en pleno acto sexual o un juego previo, puede dejarse llevar por sus instintos y más al estar con su amado.

    No hablo, solo siguió, dándole una suave mordida a los rozados pezones, mientras su mano apretaba el otro.

    El gemido que Asmita dejo escapara, fue lo más existente para sus oídos.

    -¿Te… Lastime?- No dejaba la precaución de lado.

    -No… Aaaaaahh… Fue… Bueno…- Sonrió, aun adornado por el calor del momento, con esas mejillas rojas, el sudor en ambas pieles, no importaba eso, el sabor de ambos para el otro es maravilloso.

    Siguió hasta saciarse de esa zona, con la punta de su lengua recorrió el abdomen del rubio.

    Sabiendo lo que seguía, y que aquella parte del cuerpo de su doncel, podría albergar vida con esta unión, beso desesperadamente su vientre.

    Dejo escapara lágrimas, pensar que… Dejaría solo a Asmita y que si es posible su hijo… No quería pensar en ello.

    -Te cuidare sin importar donde este…- Separó sus labios del cuerpo del rubio.

    Admirando su obra, se inclinó para besarlo, esta vez la pasión domino aquello, y su mano masturbando el miembro del rubio.

    No importaba si quería hacer otra cosa, deseaba hacer que Asmita disfrutara cada instante, hasta el final.

    Cada toque descarado, intensificaba el beso.

    Cuando el aire faltaba, solo un poco de desesperado para retomar a los segundos de nuevo.

    Las manos del Ángel rodearon el cuello del contrario, sus alas que reposaban en la cama, se estremecían por el placer que su miembro le brinda.

    -Deu… Siento que… No quiero… Venirme aun… Aaaaaaaah…- Trataba de trasmitir su sentir, aunque el placer no lo dejaba del todo, el jadeo dejaba ver su aliento que el calor del lugar intensificaba.

    -Asmita- Lo llamo, sus ojos entrecerrados por el placer de sus cuerpos, sentía la necesidad de penetrarlo, pero… Aun se preguntaba si era lo correcto, cambiara la vida del rubio para siempre.

    Lo miro con cuidado, dejando de acariciar el miembro ajeno, llevo su mano al rostro del rubio, para acariciarla de nuevo, luciendo tan hermoso.

    -¿Sigues desean hacerlo? ¿Quieres que yo… Te haga el amor?- Rogaba que diera su consentimiento, pero su ceño fruncido por la tristeza no lo dejo jamás.

    Las manos que aún seguían libres, sujetaron aquella que estaba en su mejilla, sonriendo y mirándolo a los ojos con un brillo muy especial, solo visto por los azules opacos.

    -Sí, solo una vez, en mi vida… Quiero hacerlo y será contigo- Lloraba, las lágrimas no se detenían, pero es verdad cada palabra.

    Bajo su mirada, asintiendo –Seré muy gentil, no deseo que te duela…- Otro beso más y su vista se volvió a aquella zona privada del rubio.

    La rosada entrada, se notaba húmeda, los fluidos naturales de los donceles preparan aquella área, para recibir el falo de quien tenía ese derecho y privilegio.

    Su mano roso con cuidado, para estimular un poco más y que la primera vez de ambos no trajera dolor al rubio.

    Un dedo penetro, sintiendo ese calor interno.

    -Aaaaaaaah… No… Deuteros… Aaaaaaah- Arqueo su espalda, y sus alas se contrajeron, negando con su cabeza.

    -¡¡¡AMISTA…!!! ¡¡¡¿TE DUELE?!!! ¡¡¡PERDÓN YO…!!!- Retiro aquel intruso rápido, nervioso por haberle provocado algún daño, recogió sus alas antes estiradas, sintiendo tanto miedo.

    -No… Pero… Aaaah…Por favor… Olvida hacer eso, solo… Entra en mí… Quiero que lo hagas de una vez… Por favor Deuteros, te lo ruego- Estiro sus manos para abrazarlo, y hacerle entender que su cuerpo no necesita aquello, solo a él.

    -¿Estás seguro? Te dolerá… Soy algo grande y…-

    -No importa… Te amo, te quiero… Deseo ser tuyo toda esta noche, no te contengas…-

    Apretó sus labios, y entonces hizo caso.

    Se posiciono en medio de las piernas del rubio, dirigiendo su miembro a la virginal entrada, rozándola con la punta.

    Hasta que de a poco, comenzó a penetrarlo, fue lento y despacio.

    Jamás creyó que el interior del rubio, se sintiera tan bien, cálido, estrecho, acompañado de lo suaves gemidos que Asmita trato de callar por vergüenza.

    -Argggg… Asmita… Déjame escucharte…- Jadeo profundamente, dejo que una fuerte y rápida estocada penetrara por completo, estando entero dentro.

    -Aaaahhhs… Eres muy grande…- Aguatando la primera penetración, sus lágrimas ahora siendo de un gran placer.

    -Me moveré… ¿Estás listo?- Posando sus manos a cada lado del cuerpo que hacia suyo, se apoyaba para ir más profundo.

    No hubo respuesta, solo asintió, sintiendo como su cuerpo le parecía tan extraño, pero feliz de estar haciéndolo con Deuteros.

    No importaba nada, no recordaban la maldición en ese momento, se entregaban a las sensaciones y placer de unirse de esa manera.

    Cada estocada, el vaivén que se volvía a un ritmo algo rápido y tosco.

    Deseaba volver a escuchar la voz de Amista, los suaves gemidos, su nombre siendo pronunciado por esos hermosos labios.

    Los gruñidos y sonidos guturales que de la boca del peli azul dejo escapar.

    Las grandes alas del mayor, rodearon ambos cuerpos, para protegerlos.

    Estarían así unidos por un buen rato, lo embestía con cuidado, pero profundo.

    Se prometían amor eterno y no es mentira, se amarían aun después de la muerte.

    El final llego, cuando en un punto su cuerpo necesitaba liberarse.

    Deuteros le aviso que se vendría en pocos momentos.

    EL rubio no podía hablar, se había venido antes, y su cuerpo aun necesitaba hacerlo, pero su mente estaba algo en blanco.

    Unas embestidas más, y cuando llego a su límite, levanto el cuerpo del rubio, para abrazarlo con fuerza.

    Las alas del rubio se contrajeron, al sentirse penetrado con mayor profundidad.

    Y las de Deuteros rodeo ambos cuerpos.

    Dejando que su semilla entrara por completó en le rubio, jadeo roncamente, sujetando a Asmita con cuidado.

    Lo abrazo con necesidad, aferrándolo al propio.

    La espalda del rubio sujetada con fuerza, unas ligeras marcas de aquellas manos tocas se dejaron impresas.

    No importaba que se hubiera venido en ese momento, no salía del interior del otro, al contrario ambo se recostaron aun estando unidos…

    Deseaban otra vez hacer, puede que sus cuerpos, corazones y mentes se necesitan, que el tiempo no pasara.

    Se entraron por completó, hasta que ambos terminaron agotados, y se a poco se quedaran dormidos, aun mirándose, dedicándose todas las palabra de amor que pudieran, abrazados, candas y sudados.

    El semen del rubio, mancho el cuerpo de ambos.

    Mientras el del peli azul, aun salía de a poco de la entrada que había sido penetrada varias veces.

    Lo más seguro es que, en un tiempo se supiera si han logrado procrear, pero en ese instante aquello no lo tenían en cuenta, solo mirarse a los ojos, hasta que estos se cerraron, para dormir.

    Y soñar, que su vida fuera así siempre.

    Todo esto, había resultado muy malo, dos corazones separados y dos destruidos.

    Es muy cruel esta verdad… Pero es la que todos están viviendo.

    Aun seguirían llorando después de esto… Y puede que siempre el corazón de Asmita sufra.

    Un sentimiento egoísta se podría decir, pues… Quería que Deuteros estuviera con él, en su interior… Y si de esto una nueva vida se formara, sería lo mejor.

    No podía dejarlo ir, sin un recuerdo de su vida.
     
Cargando...
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso