*.*Te Abro Las Puertas De Mi Corazón*.* (Inu&Kag) ^^

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Dany_miko, 25 Enero 2007.

?

¿Qué opción crees que debe tomar Inuyasha?

  1. Olvidar sus sentimientos por Kagome y cumplir su promesa a Kikyou

    3 voto(s)
    37.5%
  2. Olvidarse de Kikyou, hablar con ella e irse con Kagome.

    4 voto(s)
    50.0%
  3. Pedirle tiempo a Kagome mientras derrotan a Naraku para pensar bien su desición.

    1 voto(s)
    12.5%
  1.  
    Dany_miko

    Dany_miko Guest

    Título:
    *.*Te Abro Las Puertas De Mi Corazón*.* (Inu&Kag) ^^
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    1884
    Re: *.*Te Abro Las Puertas De Mi Corazón*.* (Inu&Kag) ^^

    Hola Chicas!
    regrso después de dos meses, pidiendo miles de disculpas por la demora.
    Entre el fin de las vacaciones y el colegio, se me ha echo un poxo dificil escribir, pero ya estoy retomando el ritmo.
    Les dejo el capítulo nº 5...

    *.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

    "La Angustia de Kagome"

    ... Se dio cuenta de que Kagome no había despertado del todo, pues no tardó ni un segundo en volver a dormirse. Se preguntaba si es que mañana recordaría el incidente...

    Ya amanecía cuando los 4 jóvenes y el zorrito salían de la aldea y emprendían su viaje.
    Quienes hablaban eran sólo Miroku y Sango, pues Shippo, que iba sobre el hombro de Kagome, respetaba el silencio que ésta e Inuyasha guardaban.
    Los rayos del sol aún eran débiles, y el frío era penetrante. De pronto, el zorrito volteó para ver a Inuyasha. Éste estaba rezagado y se veía bastante nostálgico.
    - ¿Qué ocurrió ayer, Kagome? No entiendo nada... –susurró el pequeño kitsune al oído de la chica, poniendo su manita en la boca para evitar que alguien más escuchara.
    - Ah... -“Todo estaba tan bien. Tuve sus brazos rodeando mi cuerpo, mi cabeza sobre su hombro y su mano en la mía, pero de pronto, todo cambió rotundamente. ¿Por qué hizo todo eso, si luego me compara con Kikyo? Debe haber una razón...” – No lo sé, Shippo... No lo sé...
    Ese dejo de tristeza en la voz de Kagome, era imposible de pasar inadvertido para el sensible oído de Inuyasha. “Kagome... ¿en qué estará pensando? Recuerdo que anoche... ella me abrazó con fuerza, pero creo que estaba inconsciente, aún media dormida. ¿Recordará todo lo que pasó? ¿Cómo saberlo...? Soñó que yo estaba con Kikyo. Creo que la idea de ir al infierno comienza a aterrorizarme... Pero debo pensar en cómo solucionaré todo esto. Talvez lo más adecuado será hablar con ella, para comunicarle mi última decisión. Definitivamente me debo a Kikyo y aunque me pese, la seguiré al mismo infierno.”
    Continuaron su viaje, adentrándose en el bosque cada vez más. Debían atravesarlo y llegar hasta el lejano y temido Monte de los Lamentos, conocido por la cantidad de almas en pena que ahí deambulaban. Confiaban en que ahí podrían encontrar alguna pista, o si tenían suerte, al mismo Naraku. En la aldea circulaban rumores de que un demonio con apariencia humana habitaba esos inhóspitos lugares en busca de protección y de almas en pena para alimentarse y recuperarse.
    Llevaban cerca de una hora de caminar en silencio, cuando el kitsune dejó escapar un grito de indignación: “¡Como siempre, debo ser yo quien haga algo al rspecto!”. Abandonó el hombro de la chica, quien bajó la cabeza y se resignó a no detener al zorrito. Éste corrió en cuatro patas hasta Inuyasha quien seguía su camino, lo escaló y cuando estuvo a su altura le dio un fuerte golpe en la cabeza.
    - ¿¡Qué te pasa, demonio!? – preguntó un enfadado Inuyasha, sujetando al zorrito por el cuello. Kagome sin dejar de caminar miró hacia atrás y se percató de lo sucedido, meditó brevemente y decidió no intervenir.
    - ¡Es que eres un tonto, Inuyasha! ¿No te das cuenta de que la estás haciendo sufrir? -Al decir esto, el zorrito bajó el tono de su voz, pero fue suficiente para que Kagome lo oyera. La chica no detuvo su paso, pero continuó su camino con la vista fija en el suelo.
    - Ya cállate, Shippo, no sabes nada.
    - ¡Si que se! Se perfectamente que ella te quiere Inuyasha, como también se que tú eres un cobarde que nunca se ha atrevido a decirle lo que realmente siente – Kagome continuaba escuchando.
    - ¡No soy un cobarde, enano! Cierra la boca, ¿quieres?
    - ¿Entonces por qué nunca le has dicho que también la quieres? – Inuyasha tenía la mirada perdida hacia abajo. No sabía muy bien si decirle sus motivos. Titubeó un momento y luego continuó en voz baja, de modo que la joven no pudiera escucharlo aunque aguzara su oído:
    - He intentado varias veces decirle lo que siento, y ayer fue una de ellas. Pero es terca y orgullosa. Cuando comencé a hablarle pensó que me refería a Kikyo, se puso celosa y fue ella quien comenzó el malentendido. Ni si quiera escuchó lo que le iba a decir. Hasta que comenzamos a discutir y nos dijimos palabras hirientes...
    - Así que fue culpa de ambos.
    - Creo que sí.
    - Pero no puedo pensar de nuevo en romper la promesa que le hice a Kikyo.
    - ¿Hmm? -El kitsune lo miró desconcertado.
    - Como lo oyes. Cuando derrotemos a Naraku yo...- Sintió cómo las palabras dentro de su boca se devolvían y tenían miedo de salir... Así que no pudo seguir pronunciándolas.
    - ¿Estás seguro de lo que harás?- El hanyou, sin desviar su mirada del suelo, asintió con la cabeza -Entonces se valiente y díselo, antes de que sea tarde.
    - Lo haré en su debido momento. De hecho creo que será pronto...
    - Sabes lo que pierdes, ¿verdad? Ojalá no te equivoques, Inuyasha. –Inuyasha asintió cabizbajo.
    En seguida el pequeño se bajó del hombro de Inuyasha y siguió solo su rumbo. “Pobre Kagome”, pensaba tristemente.
    La jovencita miró hacia atrás y observó la expresión acongojada del zorrito. Pudo imaginarse lo que ocurría: “Inuyasha ya ha tomado su decisión, y creo que no estoy en ella”. No pudo seguir conteniendo su pena, y sin que pudiera controlarlo, una lágrima resbaló por su mejilla. Cerró los ojos y evitó secarla, para que Inuyasha no se percatara de su acción. Pero ya era tarde, pues el agudo olfato del hanyou ya había detectado un leve olor a sal, que provenía de unos metros delante de él. “¿Qué te ocurre, Kagome? ¿A caso oíste lo que conversaba con Shippo? No, es imposible, pues hablamos a un volumen que los humanos no pueden percibir. ¡Ah! Olvido que eres muy sensible y que siempre conoces lo que los demás sienten. De seguro ya lo sabes todo, aunque nunca sabrás realmente la tristeza que siento...”
    Transcurrieron un par de horas, y todos ya estaban cansados. Decidieron detenerse y comer algo, pues la caminata les había despertado el apetito.
    El sol destellaba con fuerza y sentían su que su calor los inundaba aún cuando atravesaba el denso follaje de los árboles. Era un agradable mañana.
    Inuyasha se sacó de la espalda la pesada mochila de Kagome, y ésta se acercó a ella para sacar un mantel y la comida que con cariño su madre les había preparado. Se sentaron en el pasto, y extendieron el mantel. La chica rápidamente comenzó a repartir sándwiches, refrescos y porciones de frutas para cada uno. Como de costumbre, los dos que no eran humanos se empezaron a pelearse la comida, mientras el resto los ignoraba y disfrutaba de su equitativa ración. Lo que a Inuyasha le pareció más que extraño, e incluso, le pareció extrañar, fue que Kagome fingiera no verlo y no le dijera “Siéntate” cuando golpeaba a Shippo, quien evitaba llorar para no atraer de sobremanera la atención de su amiga y no causar mayores alborotos. Miroku y las dos jovencitas disfrutaban sus alimentos como si el par de demonios no existiera.
    Cuando ya hubieron terminado, agradecieron a Kagome por la rica merienda y emprendieron de inmediato su rumbo, aprovechando la agradable sombra que les proporcionaban los árboles, pues supieron que una vez que salieran del bosque, el sol y su calor serían agobiantes.
    Kagome iba al lado de Sango y Miroku; Shippo, sobre el hombro de Sango, y tras ellos, un poco más apartado, les seguía Inuyasha.
    Todo iba como de esperarse, cuando de pronto Kagome pareció alterada. Volteó bruscamente a ver al semidemonio, pero éste ya no estaba. “Kikyo” – susurró la joven. Sus amigos seguían caminado, mientras una consternada Kagome se detenía para contemplar el paisaje en busca de algún indicio, alguna pista... Era seguro que Inuyasha también había sentido su presencia, y había acudido de inmediato a su encuentro. Podía sentir levemente la presencia de la sacerdotisa, pero le era imposible determinar de dónde provenía. “Es un tonto”, pensaba. Fue Sango quien se percató de que Kagome ya no los seguía, y se devolvió a preguntarle qué había ocurrido, al mismo tiempo que el monje comprendía la situación y aguardaba en silencio.
    -Se ha ido –dijo Kagome, sin poder ocultar la profunda expresión de tristeza de su rostro, al instante que bajaba la mirada.
    - Ten paciencia. Sabemos que volverá –dijo pasivamente su amiga
    - No lo se... ¿Por qué todo tenía que terminar así? - ...Y por su mejillas comenzaron a rodar incontenibles lágrimas sin que pudiera detenerse. Cubrió su rostro con ambas manos para ocultar su llanto.
    - Es que me cuesta aceptar que tenga que ser así. Yo a él... lo quiero, Sango- Y sus sollozos se hicieron más fuertes.
    El monje y el kitsune observaban la escena con melancolía sentados en una roca.
    -Calma, Kagome –intentaba consolarla Sango mientras le ofrecía su hombro y la abrazaba con ternura- Esto no ha terminado. Él es noble y te quiere. No te dejará tan fácilmente, ni menos de esta manera. Sólo ten paciencia.
    -¡Es que ya no puedo más! ¡Siempre es Kikyo! Ese maldito nombre... – La chica correspondió el abrazo a su amiga, sin dejar de apoyar su cabeza en aquel compasivo hombro- Ella se lo llevará al infierno, Sango...
    -Kagome... se fuerte, no es seguro que lo haga...- Entonces la joven secó sus lágrimas con su mano.
    - No importa- dijo con determinación- Mi deber es derrotar a Naraku, luego volveré a mi época y me olvidaré de él para siempre. Continuemos por favor, ¿Si?
    -¿Estás segura?- Su amiga asintió con la cabeza.
    -Sabes que puedes contar conmigo para lo que desees, ¡Ánimo! –La chica le ofreció una amable sonrisa- Adelante.
    - Lo se, gracias Sango –la miró agradecida y ambas retomaron su camino.
    El monje y el zorrito respetaron el silencio de Kagome, y sin preguntar los motivos de su tristeza, le ofrecieron todo su apoyo.

    *.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.

    Muy pronto les traeré la continuación.
    Con cariño,

    *.* Da.n_n.y * MiikO *.*
     
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    Re: *.*Te Abro Las Puertas De Mi Corazón*.* (Inu&Kag) ^^

    que linda conti!!!!
    son unos mensos los dos
    ha cometido muchas ekivokaciones
    continuala pronto
    lo has estado escribiendo muy bien
     
  3.  
    Dany_miko

    Dany_miko Guest

    Título:
    *.*Te Abro Las Puertas De Mi Corazón*.* (Inu&Kag) ^^
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    Re: *.*Te Abro Las Puertas De Mi Corazón*.* (Inu&Kag) ^^

    He vuelto! =D
    tenía bastante escrito, y al fin me he dado el tiempo de publicar algo de ello.
    Les dejo en seguida la siguiente parte del fic. Esperlo les guste ^^
    Cariños para ustedes!!

    *.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

    Capítulo 6: Quédate conmigo

    Inuyasha caminaba a paso lento por el bosque, pues estaba seguro que la presencia de Kikyo no se movía y que cada vez se acercaba más a ella.
    Miraba en todas direcciones. Escuchó el sonido del agua, y caminó hasta que encontró una cascada. Ahí estaba ella, de espalda, arrodillada y lavando unas hiervas en el agua del río.
    Mientras él se acercaba, la miko volteó la cabeza, pero no lo suficiente para verlo a la cara.
    - No te costó demasiado ubicarme, Inuyasha.
    - N...no, Kikyo. Pude sentir tu aroma
    - No descuides tu espalda, Inuyasha, Naraku está cerca.
    - Él no es lo más importante para mí en estos momentos Kikyo –La joven se puso de pie, dejando las hierbas en un canasto que se encontraba a su lado, para mirar a Inuyasha de frente.
    - ¿Y qué es lo más importante, entonces?
    Inuyasha titubeó. Pensó en Kagome, en que la había dejado y en que podría correr peligro. Pensó también en su discusión y en el conflicto que enfrentaban, aunque no dejó de lado la promesa que hizo a Kikyo. Claro, él se debía a ella y no debía darle mayor importancia a otra persona que no fuera ella.
    - Que estoy contigo, y que estás a salvo- respondió débilmente el hanyou.
    - Mientes –La voz de la sacerdotisa sonó brusca y fría- Tus ojos no me engañan.
    - Kikyo, yo...
    - No me desvíes la mirada, Inuyasha – Se aproximó a él.
    El corazón del hanyou estaba inquieto, latía fuerte, pero él no podía determinar exactamente el motivo. Verdaderamente se sentía feliz al estar a su lado, y de encontrarla sana y salva, pero también podía sentir la ira que venía del corazón de Kikyo. Había algo que hacía que su corazón se sintiera incómodo, o algo presionado.
    - Deseaba verte- pronunció después de meditar sus próximas palabras y no encontrando algo mejor que decir.
    Ella no detuvo su paso sólo hasta que sus brazos lo rodearon y su cabeza se posara en su pecho.
    -Tal vez eso sí sea verdad- respondió. Levantó sus talones, tomó con su mano el rostro de su amado, lo acarició y se acercó lo suficiente para que sus labios rozaran. Él no tardó en desprenderse de todos los pensamientos que lo agobiaban y simplemente dejarse llevar y disfrutar aquella fría pero agradable sensación. Sus labios parecieron cobrar vida propia, y sus brazos y la envolvieron con dulzura y suavidad. Fue él quien decidió ahondar el beso y ella le correspondió de inmediato. Nada más importaba en ese momento, sólo sus labios fundidos y la tibieza que las caricias provocaban en sus cuerpos. Ninguno recordó haber tenido un momento más íntimo que ese. En el fondo sabían que el final de todo estaba cerca y debían disfrutar el presente ante la incertidumbre del mañana.
    - Quédate conmigo- Susurró entre besos una agitada Kikyo.
    Inuyasha sólo continuaba besándola apasionadamente. En verdad prefería ignorar aquellas comprometedoras palabras y seguir con lo suyo.
    - Quédate o márchate de una buena vez... ¡y para siempre!- Se safó bruscamente la miko y lo miró a los ojos.
    - ¿Qué dices? Tú sabes que no...
    - Sabes que estoy débil... no se cuanto tiempo resista así.
    - Kik... ¡No puedes darte por vencida! Nos serás de gran ayuda para derrotar a Naraku.
    - ¡Ya no quiero que esto dependa de Naraku, Inuyasha!- la miko comenzaba a perder la calma y a alzar la voz.
    - Sabes que deseo vengar tu muerte, esa es mi prioridad. Una vez que lo venzamos, podremos estar juntos, Kikyo-Y la trajo consigo otra vez
    - Es lo que más de... – Sus palabras fueron interrumpidas por un beso de él. Ella pasó sus brazos alrededor del cuello del hanyou.
    - Sólo espera a que lo derrote y estaré contigo por siempre- Pudo decir el semidemonio una vez que hubieron tomado algo de distancia.
    La humedad del agua de la cascada comenzaba a empapar a los dos jóvenes que se amaban aquella calurosa tarde de verano. Permanecieron así por largos momentos: entre besos, caricias y sonrisas; Hasta que Inuyasha recordó que pese a todo lo ocurrido en ese lugar, el tiempo no había dejado de transcurrir. Se hacía tarde, y sus amigos debieron haber continuado sin él. Tal vez ya le había tomado bastante distancia, o tal vez se habrían retrasado esperándolo. Y Kagome... Ella corría riesgo, ya que él no estaba ahí para protegerla. A de más, habían discutido y ella estaba triste. ¡Dios! ¡Kagome, ¿Cómo la había olvidado?! Debía irse, y asegurarse de que ella estuviera a salvo.
    - Debo irme, se hace tarde.
    - La próxima vez que nos veamos, Inuyasha, será para luchar contra Naraku. Prométeme que así será y que nunca más nos separaremos.
    - Te lo prometo- dijo sin más remedio.
    La chica lo besó sorpresivamente y se dio media vuelta. “Vete”, le dijo al tiempo que se despojó de sus sandalias y calcetines para meterse al agua.
    El joven observó nostálgicamente cómo se soltaba el cabello y se adentraba en el río a los pies de la caída de agua. Comprendió que no debía seguir mirando y emprendió decididamente su viaje.

    *.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

    Espero poder continuar pronto, ya que el colegio me ocupa la mayor parte del tiempo u.u
    con cariño,

    *.* Da.n_n.y * MiikO *.*
     
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  4.  
    anjuu_maaka

    anjuu_maaka Guest

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    Re: *.*Te Abro Las Puertas De Mi Corazón*.* (Inu&Kag) ^^

    waa hermoso tu fics espero q lo sigas
     
  5.  
    Jenny

    Jenny Usuario popular

    Capricornio
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    24 Junio 2007
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    Escritora
    Re: *.*Te Abro Las Puertas De Mi Corazón*.* (Inu&Kag) ^^

    :eek:
    me dejaste impactada
    escribes divino
    quiero que sepas que cuentas con todo mi apoyo
    espero la conti pronto
    SAYONARA
    :P
    :)
    ;)
     
  6.  
    Vanii

    Vanii Guest

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    *.*Te Abro Las Puertas De Mi Corazón*.* (Inu&Kag) ^^
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    Palabras:
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    Re: *.*Te Abro Las Puertas De Mi Corazón*.* (Inu&Kag) ^^

    holas:rolleyes:
    pasaba para publicar mis fic que e escrito
    y pase por tu ff y me impresione esta muy chevere
    tienes mi apoyo , escribes recontra bien
    y te digo que yo tambien soy nueva en cemzoo y el primer fic que
    hice estuve nerviosisima igual que tu lo estuviste :rolleyes:
    ojala podamos ser amigas :P

    tu fic estuvo muy bien quiero conti
    te deseo mucha suerte :D
     

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