Toyama Tateyama

Yuzuki Minami
Shukusha

En determinado momento entre los comentarios de Tamura y Hayato sentí la mirada de Kohaku, el tinte del gesto me hizo entender que había pescado el asunto en el aire, seguro por la cara de Takano y las comisuras de los labios se me estiraron en una sonrisa bastante divertida que me obligué a contener apenas me fue posible. Ninguno lo expuso, claro, pero que alguien compartiera la gracia conmigo me había dejado al borde de soltar la risa, pues porque me la pasaba molestando al pobre.

No me duró demasiado de todas maneras, volvimos sobre la conversación seria y añadí mi fuerza a las piezas con las que contábamos. Puede que fuese la más volátil de todas, pero si a su vez si había podido mover medio ejército creía que podía ser de utilidad aunque el contexto fuese completamente distinto; es más, era una certeza.

Con eso dimos el asunto por concluido por el día, Ko preguntó si había un lugar para asearse y le respondieron que estaban las termales de no ser por el asunto de los monos. Se me escapó un suspiro resignado, pero pronto se solucionó el tema cuando Yoshio nos ofreció el agua almacenada para al menos darnos un baño rápido. No sería el gran momento de relajación, pero nos permitiría descansar más a gusto.

El sitio era pequeño y a pesar de que había que estar apiñados no se percibía incomodidad en general, así que eso me bastaba. Algunos permanecieron despiertos más tiempo que otros, era como sintiera sus conciencias dando vueltas a mi alrededor y eso me mantuvo despierta a mí también, como si me negara a pegar ojo hasta saber que el último estaba descansado por fin. Había sido así cuando me quedé en la herbolaria con Rengo y Takano y la historia se repetía. Yoshio no descansó, mantuvo el fuego vivo y entendí que era el único que se quedaría despierto.

Tuve que forzarme, pero cuando el último cayó rendido y solo quedó Yoshio me dormí. Sentía el cuerpo resentido por los eventos de Toyama y soñé con Kintaro, el bosque y el impostor, así que ni idea de qué tan reparador fue el sueño en realidad.

Cuando la mañana nos alcanzó comencé a escuchar movimiento, pero el cansancio no me dejó levantarme por un rato. Cuando por fin lo hice estiré el cuerpo que me lanzó relámpagos de dolor en partes específicas, pero no me quejé y me levanté despacio para ver quiénes estaban despiertos ya. Noté a Takano y Hashimoto, a Fuji con Kohaku y a Yamagata.

Antes de hacer nada me acerqué a donde estaba durmiendo Hayato con los demás, noté que la ardilla de Kohaku dormía en su pecho y sonreí ante tal escena; el corazón no me dio para despertar a ninguno, así que con movimientos lentos me quité el haori y lo coloqué encima del niño, Chiasa incluida. No estaban pasando frío ni nada, pero quise abrigarlos un poquito más; ya de paso me incliné hacia Hayato para dejarle un beso liviano entre el cabello, lo suficiente para no despertarlo.

Murmuré un "Te quiero" apenas audible, fue un secreto incluso, y me enderecé para dejarlo dormir tranquilo.

—Buenos días —dije en voz baja al pasar junto a Fuji y Ko, de hecho me detuve un momento para estirar un brazo en dirección a cada uno en un gesto casi maternal, los froté un poco y retrocedí—. Si necesitan ayudan con algo me lo dicen, ¿de acuerdo?

No me quedé mucho más, caminé hacia Takano y a pesar de que estaba con Hashimoto me estiré para darle un beso en la mejilla, fue el anuncio de mi presencia por decirlo de alguna forma. A sabiendas de que me estaba metiendo en una conversación seria hice una reverencia hacia Inugami después y al enderezarme hablé para ambos.

—Continúen, no pretendía interrumpirlos más de lo necesario.

 

Shukusha
[Kohaku; Hotaru; Tamura; Ukita; Hashimoto; Inukawa; Soreku; Reijiro; Yoshio; Yuzuki; Takano; Hayato; Yume; Fuji; Yamagata]

Fuji negó ante la proposición de Kohaku sobre el té —Descansa ahora; yo prepararé arroz, si es que hay.

Yuzuki se acercó a ellos y Yamagata la saludó semidormido, Fuji afirmó ante Yuzuki; pero en su mirada no había tanta luz como solía haber.

Yuzuki se dirigió hacia dónde estaba Takano y Hashimoto; fue cuando Hotaru despertó lentamente, con los ojos entreabiertos, se le notaba cansado —Buenos días —dijo con voz baja.

Takano conversaba con Hashimoto cuando Yuzuki le dio un beso en la mejilla, este al instante dejó de hablar para mirar a Yuzuki; no era una mirada seria, tampoco de enojo, ni siquiera sorpresa; simplemente pareció que aquel beso le borró la mente por unos momentos. Hashimoto sonrió —Buenos días, señorita Minami — dijo con formalidad — ¿O ya debo decirle señora Harima?

Takano volvió la vista a Hashimoto —Respondo al apellido de mi madre, Turusuke. Además tú... —señaló a Hashimoto, como si fuera a decirle algo importante; pero se quedó en esa posición, nuevamente sin saber que responder.

Hashimoto soltó una risa seca y silenciosa, no quería despertar al resto que aun seguían dormidos, a los cuales observó —Tengo mis dudas acerca de esos dos — mencionó con seriedad —Al parecer son aliados Taira. He fingido haber dormido, los he vigilado toda la noche, también al que responde por Yoshio. No han hecho nada que me genere desosiego, aun así, debemos estar alerta.

Contenido oculto

Yáahl
Gigi Blanche

 

Yuzuki Minami
Shukusha

Yamagata me saludó medio dormido, lo que me hizo algo de gracia que acabó por desaparecer al notar la falta de chispa en los ojos de Fuji y la entendí, pero no pude hacer más por ella. Teníamos que buscar a Matsuda, la mínima pista que consiguiéramos de él debería servirnos de algo, pero esta chica no podía seguir viviendo con esta incertidumbre.

Al saludar a Takano se quedó callado de inmediato, cosa que anticipaba, y aunque me miró como si tuviese algo en la cara supe que no estaba enojado ni sorprendido, digamos que el gesto le había dejado la mente en blanco. No era lo que pretendía, así que le sonreí y atendí al saludo de Hashimoto, que me soltó por la cara si ya debía referirse a mí como Harima.

No se me había ocurrido siquiera, puede que porque Takano respondía al apellido Turusuke, pero también porque a secas no pensaba en ello con la frecuencia que uno esperaría. Además, nadie lo había preguntado directamente, así que enfrentarme a la situación me hizo guardar silencio, esperando que él respondiera aunque fue solo para decir lo de su apellido y volver a quedarse en blanco.

—Por ahora no —resolví cuando pude funcionar de nuevo y me permití una risa floja.

El comentario de Inugami respecto a los dos en cuestión me hizo girar el rostro en su dirección, observándolos. Lo que dijo el hombre bastó para atraer la atención de Kohaku, se acercó para hablarle pero nosotros también pudimos escucharlo y el nombre que escuché me lanzó de regreso a Toyama, al encuentro con el impostor.

—Honda fue el que movilizó a los hermanos de Kintaro y al suplente, ¿no? —dije tan bajo como me fue posible, apenas para que me oyeran ellos tres, y suspiré después—. Kintaro parecía confiar en Yume y ella parecía preocuparse por él. Revisó la herida de su pecho cuando lo trajimos de regreso a la ciudad, cuando todo se calmó.

 

Shukusha
[Kohaku; Hotaru; Tamura; Ukita; Hashimoto; Inukawa; Soreku; Reijiro; Yoshio; Yuzuki; Takano; Hayato; Yume; Fuji; Yamagata]

Hashimoto escuchó lo que Kohaku y Yuzuki agregaron al tema

—También Ukita ha dicho que el niño lo ayudó con medicina cuando llegó —agregó Takano.

—Puedo interrogarlos —la voz de Hashimoto era seria.

—Hacerlo les generará desconfianza de nosotros; por más que obtengamos la verdad, podríamos perder aliados valiosos — mencionó Takano — Me mantendré alerta; pero no me parece necesario en estos momentos someterlos a un cuestionamiento —miró a Yuzuki —Tal vez pueda decirnos más de su padre, y así predecir un poco sus acciones.

Hashimoto exhaló —Entonces estaremos listos para cualquier eventualidad, no me agrada tener que hacer guardias mientras dormimos pero será así hasta verificar su genuina alianza.

—Hablas demasiado sobre aliados Taira, siendo que tu aun honras a tú señor Sakurai —le reclamó Takano.

—He estado alejado de las filas Taira por muchas estaciones, todo cambia constantemente.

—Entonces ponlos a prueba, así como a nosotros en Iwakura — dijo Takano, burlón.

Pero Hashimoto no sonrió, avanzó hacia Tamura que empezaba a estirarse después de un buen sueño. Tamura miró a Hashimoto — ¿Por qué me ve así? Buenos días.

—Despiertas tarde para el entrenamiento —Hashimoto lo recriminó para después mirar al resto — ¡Hayato! — gritó y el pequeño niño se despertó de golpe —¡Yamagata! ¡Kohaku! ¡Tamura! ¡Fuji! ¡Afuera! es hora del entrenamiento.

—No pensé que lo dijera en serio — mencionó Takano ante Yuzuki y Kohaku —Pero me agrada la idea — sonrió y avanzó junto a Hashimoto —Ukita pelearás con Fuji; Yuzuki con Hayato; Inukawa con Yamagata; Hashimoto con Tamura y Soreku con Kohaku —ordenó — ¡Muévanse!

Tamura dio un brinco y salió corriendo alegremente —No dijeron nada ayer de un entrenamiento; pero lo acepto.

Yamagata miró a Inukawa —Por supuesto que Takano me manda al más fornido a que me surta... ya se me hacía raro que no fuera a su propio puño.

—Yo también quiero entrenar — se escuchó la voz de Hotaru hacia Takano.

—Entonces yo seré tu oponente — le dijo a Hotaru

• Yuzuki
• Hayato

• 
  Nivel 4
  Pv= 90
  Fuerza= 20
  Protección= 10
  Intuitivo= +3 suerte
  Salud de hierro= +2 defensa
  
• 
  Nivel 3
  Pv=80
  Fuerza= 6
  Protección= 9
  

• Soreku
• Kohaku

• 
  Nivel= 5
  PV= 100
  Fuerza= 20
  Protección= 10
  Katana= +15 ataque
  
• 
  Nivel 3
  PV= 80
  Fuerza= 6
  Protección= 9
  Agilidad= +2 defensa
  Avaricia= -2 suerte
  

• Inugami
• Tamura

• 
  Nivel: 5
  PV= 100
  Fuerza= 15
  Protección= 15
  
• 
  Nivel ?
  PV= ?
  Fuerza= ?
  Protección= ?
  

• Inukawa
• Yamagata

• 
  Nivel 5
  PV= 100
  Fuerza= 25
  Protección= 5
  
• 
  Nivel: 3
  Pv: 80
  Fuerza: 11
  Protección: 4
  

• Ukita
• Fuji

• 
  Nivel: 5
  Pv: 100
  Fuerza: 15
  Protección: 15
  
• 
  Nivel: 1
  Pv: 60
  

• Takano
• Hotaru

• 
  Nivel: 5
  Pv: 100
  Fuerza: 17
  Protección: 13
  Ken (puños)= cada turno tira un d20
  
• 
  Nivel: ?
  Pv: ?
  Fuerza: ?
  Protección: ?
  

[/TABS]

Contenido oculto

Yáahl
Gigi Blanche

¡Entrenamiento obligado!

Pueden tirar tres turnos seguidos en un mismo post

 

Yuzuki Minami
Shukusha

Cuando Hashimoto soltó que podría interrogarlos me hizo mirarlo con los gestos comprimidos, me di cuenta que Kohaku también había volcado la mirada en él y aunque ninguno lo dijo, imaginé que agradecimos la intervención de Takano. En otro momento y con otras personas habría accedido, pero ahora me parecía que el riesgo era más grande que los beneficios.

Recibí la mirada de Takano cuando dijo que quizás el chico podría decirnos más de su padre y asentí con la cabeza, iba a decirle que podía acercarme a él si les parecía bien. Era buena estableciendo lazos con las personas y en el peor de los casos, Hayato podría ayudarme a establecer alguna conexión para que, tal vez, Tamura soltara un poco la lengua. No me dio tiempo, claro, luego de los intercambios entre ellos Takano soltó que entonces los probara como a nosotros y la sangre me abandonó la cabeza.

—¡Te abrió el pecho con su famosa prueba! —advertí en un murmuro bastante alarmado.

Hashimoto se adelantó, alcanzó a Tamura que apenas se levantaba y le soltó lo del entrenamiento antes de que nadie pudiese darle el visto bueno real a la idea. Despertó a Hayato de golpe ya de paso, de hecho arrastró a todos a la idea y me llevé la mano al rostro, enjuagándome los ojos con algo de fuerza. ¿Por qué de repente sentía que estaba lidiando con Takano con veinticinco años más?

—Yamagata se va a desmayar, ni le dieron tiempo de comer algo. —Me quejé, pero obedecí con la misma resignación que Kohaku y busqué una vara de bambú, pero al escuchar a Hotaru diciendo que quería entrenar y a Takano diciendo que se enfrentaría a él no pude evitar meterme—. Lo mismo de siempre, cuidado con eso de que se te vaya la mano.

En cualquier caso, Tamura parecía más alegre que el resto de nosotros al entrenamiento y me hizo cierta gracia, pero seguí con el repentino plan de Hashimoto. Balanceé la vara de bambú, probando su peso, y la empuñe justo como al colmillo cuando Hayato estuvo frente a mí.

—¿Listo, cariño? —pregunté más que nada por el abrupto despertar—. Alerta, eres arquero. Sé que podrás ver mis movimientos con facilidad.

Contenido oculto

me robo el resumen de los turnos porque eso sí es usar la cabeza

Primer Turno
Ataque: 24
+Suerte: Sí
Defensa: 21
Esquive/Bloqueo: Bloqueo
Desarme: No

Segundo Turno
Ataque: 31
+Suerte: Sí
Defensa: 15
Esquive/Bloqueo: Esquive
Desarme: Sí

Tercer Turno
Ataque: 26
+Suerte: Sí (no sé pa qué tiro suerte yo(?)
Defensa: 13
Esquive/Bloqueo: Bloqueo (depende de Hayato bb luego del desarme jsjs)
Desarme: No

 

Shukusha
[Kohaku; Hotaru; Tamura; Ukita; Hashimoto; Inukawa; Soreku; Reijiro; Yoshio; Yuzuki; Takano; Hayato; Yume; Fuji; Yamagata]

Takano soltó una risa con el comentario de Yuzuki, se llevó la mano al pecho en un recuerdo fugaz —Oh no... a mi me quería matar —se giró para mirar a Yuzuki — Y aquí sigo por mi necedad —le sonrió — Y por confiar en tus manos.

Salieron todos al improvisado entrenamiento.

Soreku miró a Kohaku y sonrió; para después borrar la sonrisa mostrándose más serio — ¿Fue tu madre quién te protegió con el irezumi? — preguntó para después atacar sin esperar respuesta. Con Irezumi se refería a los tatuajes. El primer ataque impactó con fuerza en el pecho de Kohaku, mientras Soreku esquivaba el ataque de Kohaku; después, otro golpe impactó en el estómago de Kohaku, este logró mantenerse estable para arremeter contra Soreku, a pesar de alcanzarlo no lo dañó. Por último Kohaku esquivó el ataque de Soreku para después atacarlo, rozando levemente al emishi quién sonreía porque Kohaku lo había alcanzado.


Hayato afirmó ante la pregunta de Yuzuki; tomó una rama para atacar como si tuviera un sable; nada ayudó al pequeño Hayato en contra de Yuzuki, no logró dar un solo golpe; en cambio recibió todos además de ser desarmado en su segundo intento. Quedó de pie, cansado y con un rostro abatido; miró a Yuzuki con los ojos enrojecidos porque estaba aguantándose las lágrimas —Perdón —se disculpó por haber desempeñado un mal entrenamiento — Ya no puedo más.

Inukawa atacó con toda su fuerza a Yamagata, quién no tuvo oportunidad contra la fuerza y velocidad de su oponente. Yamagata no logró conectar ningún ataque y quedó tendido en el suelo, exhausto —Pude haber muerto en este entrenamiento —susurró para sí mismo, para quién lo haya escuchado pudo parecer otra más de sus bromas; pero para Yamagata aquello era un regaño a sí mismo.

Ukita también terminó su entrenamiento rápidamente; rompiendo el arma de Fuji en el segundo ataque, dejándola sin nada más que hacer.

Takano detuvo el entrenamiento al primer golpe; notando como aquel joven shijin prácticamente parecía desmoronarse en el primer impacto. Hotaru se notaba confundido, miró sus manos las cuales temblaban por la fuerza perdida; miró hacia Kohaku, parecía disculparse con la mirada.

Hashimoto avanzó hacia Tamura mientras este lo miraba concentrado —Hagamos una apuesta, quién pierda responderá una pregunta del vencedor — a sorpresa de los presentes, la propuesta provino de la voz de Tamura. Hashimoto sonrió y afirmó. ¿Qué querría saber Tamura de él? Hashimoto se preguntaba, pues había contado su historia en la montaña. En el primer movimiento, ambos esquivaron; pero fue en el segundo donde ambos lograron conectar sus golpes, así, Hashimoto comprobó que aquel niño tenía un gran entrenamiento, no era un novato, aquel chico estaba a nivel de un maestro. El último impacto ambos conectaron; pero fue Hashimoto quién logró romper el arma de su oponente, dando por terminado el combate. Ambos sonrieron.

—¿Qué es lo que quiere saber el viejo Inugami de mi? — preguntó Tamura, sabiéndose derrotado.

Hashimoto le sonrió —¿Quién te ha entrenado?

Tamura miró a Yume, ella observaba el combate con nerviosismo, y afirmó. Debía hacerse digno a su palabra. Tamura miró a Hashimoto — Kozaemon Tokubetsu

Tamura suspiró, frustrado por haber perdido; pero fue Hashimoto quién levantó la voz antes de que el joven se alejara —¿Cuál es tu pregunta hacia mí?

Tamura lo miró confundido, pues este había perdido; no ganó hacer aquella pregunta. Pero Tamura no perdería aquella oportunidad —¿No era Kozaemon su compañero de armas? —De repente, los ojos de Tamura se nublaron ligeramente y los limpió de inmediato —¿Por qué sigue vivo Kato Harima? —le recriminó a Inugami — No sólo fue Kozaemon... ese hombre, Kato. Es un demonio.

Takano miró a Yuzuki inmediatamente; ¿Acaso aquello se complicaría si supieran sus raíces? Tamura ya sabía que eran del bando Minamoto; pero desconocía que tenía ante él a uno de los hijos de aquel al que consideraba un demonio.

• Yuzuki
• Hayato

• 
  Nivel 4
  Pv= 90
  Fuerza= 20
  Protección= 10
  Intuitivo= +3 suerte
  Salud de hierro= +2 defensa
  
• 
  Nivel 3
  Pv=18
  Fuerza= 6
  Protección= 9
  

• Soreku
• Kohaku

• 
  Nivel= 5
  PV= 99
  Fuerza=
  Protección= 10
  Katana= +15 ataque
  
• 
  Nivel 3
  PV= 41
  Fuerza= 6
  Protección= 9
  Agilidad= +2 defensa
  Avaricia= -2 suerte
  

• Inugami
• Tamura

• 
  Nivel: 5
  PV= 77
  Fuerza= 15
  Protección= 15
  
• 
  Nivel 5
  PV= 63
  Fuerza= 25
  Protección= 5
  

• Inukawa
• Yamagata

• 
  Nivel 5
  PV= 100
  Fuerza= 25
  Protección= 5
  
• 
  Nivel: 3
  Pv: 3
  Fuerza: 11
  Protección: 4
  

• Ukita
• Fuji

• 
  Nivel: 5
  Pv: 100
  Fuerza: 15
  Protección: 15
  
• 
  Nivel: 1
  Pv: 32
  

• Takano
• Hotaru

• 
  Nivel: 5
  Pv: 100
  Fuerza: 17
  Protección: 13
  Ken (puños)= cada turno tira un d20
  
• 
  Nivel: 1
  Pv: 23
  

[/TABS]

Contenido oculto

Yáahl
Gigi Blanche

+50 EXP individualmente por entrenamiento

Se abre la posibilidad de revelar un misterio con Tamura. Pueden proseguir presionándolo o buscando de algún modo obtener mayor información. Por cada detalle se puede obtener 150 EXP.
Por más que Tamura es un confiado, procura mantener sus secretos a raya; por ello deberán tirar un dado de 2o caras para saber si Tamura les responderá (una pregunta y deben obtener 15 o superior)

 

Yuzuki Minami
Shukusha

Mi comentario hizo reír a Takano y me tuve que contener de refunfuñar, porque cerró mi interrupción con que seguía aquí por necio, pero también por haber confiado en mis manos, y bueno así no había quién se molestara en realidad. Cada uno tomó su lugar con el oponente asignado y pronto dejé de prestarle demasiada atención al resto de movimientos para enfocarme en los míos y los de Hayato.

El niño lo intentó, eso podía rescatárselo, porque una cosa era ver venir el movimiento y otra diferente poder esquivarlo en condiciones o conectar un golpe en respuesta. Incluso si sus ojos de arquero pretendieron hacer algo no pudo evitarme, tampoco conectar los ataques y me detuve apenas le noté los ojos enrojecidos. Se disculpó, yo negué con la cabeza de inmediato y dejé la vara por ahí para acercarme a él y revisar no haberle hecho más daño de la cuenta.

—En Toyama nos salvaste la vida —dije en voz baja—. ¿Qué más da un entrenamiento algo atropellado? Lo importante es que reconozcas tus límites también, así que muy bien. Podemos retomar en otro momento.

Creía haber escuchado por encima la propuesta de Tamura hacia Hashimoto, sonaba a disparate pero por lo que podía ver el enfrentamiento había sido reñido. En cualquier caso, Hashimoto derribó al chico e hizo valer su parte de la apuesta, preguntándole quién lo había entrenado y bastó el nombre para lanzarme de golpe los recuerdos de Saitama. La cacería de Kobayashi, su muerte, la sangre y el fuego de Fujimi, el ojo perdido de Hayato, la cabeza empalada de su padre y... los tres Taira, cuando dejamos a Kato atrás.

Murai había escapado entonces, estaba con los Generales.

Había dicho sus nombres y Kozaemon era uno.​

Me excusé con Hayato un momento, pero lo animé a seguirme para que nos acercáramos un poco más a lo que sucedía entre Tamura e Inugami, aunque le hice un gesto para que guardara silencio porque a veces soltaba cosas un poco de la nada. El muchacho había seguido hablando, preguntó por qué Kato seguía vivo y recordé Kamakura, cuando pude abrirle la garganta de oreja a oreja y decidí no hacerlo.

Ese hombre, Kato.

Es un demonio.​

Conforme este chico hablaba la complejidad de la red no hacía más que aumentar, sentí la mirada de Takano encima y aunque no reaccioné visiblemente supe que estábamos en la misma línea. Si se daba cuenta que estaba frente a uno de los hijos de su susodicho demonio, que yo lo había dejado con vida cuando otros habían pretendido matarlo incontables veces, ¿qué implicaría realmente?

No podíamos confiar en Tamura y él no podía confiar en nosotros.

Agradecí que nadie dijera nada sobre la sangre que Takano llevaba en las venas, a pesar de que prácticamente todos eran conscientes de ello, y me acerqué despacio al muchacho luego de que Kohaku pretendiera preguntarle algo también. Si había posibilidades de que el chico hablara Ko era una de nuestras opciones más sólidas, era amable en comparación con el resto.

—Tu maestro —comencé con un tono bastante neutro, calmo, y evité mencionar que seguramente Takeda, yo y los demás habíamos sido de los últimos en verlo con vida—. ¿Qué relación tenía con Murai Sugita?

Contenido oculto

me da pena bombardearlo así de preguntas, pero no necesito dormir necesito respuestas

edit: para una vez que no saco un dígito smh

 

Shukusha
[Kohaku; Hotaru; Tamura; Ukita; Hashimoto; Inukawa; Soreku; Reijiro; Yoshio; Yuzuki; Takano; Hayato; Yume; Fuji; Yamagata]

Soreku al terminar el combate le sonrió a Kohaku —Creo que deberíamos después hablar al respecto; creo que tenemos más en común de lo que tú crees.

Hayato le sonrió a Yuzuki con cariño— Seré mejor — dijo con orgullo.

Después de los combates; Hashimoto miró a Tamura mientras hacía esas preguntas; y antes de poder responder o siquiera debatirse internamente si lo hacía o no; Kohaku y Yuzuki si acercaron a él.

Tamura se limpió el rostro y los miró tranquilo; la personalidad de Tamura era ligera como el algodón, en su mirada no había odio o confusión, dibujó una leve sonrisa que no aparentaba ninguna falsedad; no necesitaban mucho para leer sus emociones.

—¡Vaya, ese hombre te hizo polvo! —dijo Tamura a Kohaku desviando la temática sin nada de tacto para después mirar a Yuzuki; su pregunta parecía incomodarle más que la de Kohaku —Creo que esa pregunta no me la deberías hacer a mi —dijo para después reír nerviosamente.

Hashimoto notó como el joven comenzaba a sentirse acorralado —No soy rival para ese hombre —la sinceridad de Hashimoto iba acompañada de una profunda vergüenza. Tamura bajó la mirada, él había escuchado su historia, de cómo había perdido la vista en un ojo; Kato había sido el culpable —Pero podrías pensar que a pesar de no ser rival para él; debería arremeter contra él por simple honor.

Tamura miró a Hashimoto y afirmó. Eso pensaba.

Hashimoto sonrió ante tal sinceridad física; pudo haber callado y dejar zanjadas las cosas, pero prosiguió —No soy yo quién debe impartir esa justicia.

Tamura no estaba satisfecho con esa respuesta pero no indagó más.

Fue entonces cuando Takano se acercó a Tamura y lo miró directamente a los ojos —Tu maestro se enfrentó a Kato junto a otros dos generales mientras otro hombre huía. Tu maestro murió; también lo hizo Dai, el líder de los demonios carmesí. Y lo hizo un hombre llamado Kotaro, que respondía al clan Hyogo. Eran tres grandes elementos, fuertes y reconocidos. Pero dieron su vida para que un shinobi escapara. Murai Sugita —bufó al decir aquel nombre — El hombre estará cojo y ciego; pero su importancia se hizo notar en ese momento, siendo que tres generales le dieron el tiempo para escapar. ¿Qué sucedería tras la muerte de Murai Sugita?

Tamura tragó saliva, no quería hablar.

—Dilo —la voz de Takano fue fuerte al ver como Tamura parecía estar dispuesto a guardar lo que sabía — Dilo, y yo te daré la oportunidad de tomar venganza. Yo soy el hijo de ese al que llamas demonio — dijo a sorpresa de los presentes. Tamura lo miró primero con asombro, después con genuino odio; alertando a los presentes —Pero he de advertirte que me defenderé; Murai Sugita casi logra matarme, así que yo tengo ciertos temas pendientes también con él —dijo golpeando su puño derecho en su palma izquierda.

Tamura miró a Yume y al instante se clamo; y ella le extendió su mano para después apretarla entre las dos suyas. Yume afirmó.

Tamura volvió a mirar a Takano —Te responderé, sólo si tu también respondes a una de mis preguntas.

Takano afirmó; conocía bien a su padre, podría responder las dudas de Tamura, no le importaba ceder a aquellas condiciones.

—¿Quieren matar a Murai?

La pregunta sorprendió a Takano, no sólo porque no era sobre Kato, sino que había provenido de la voz de Yume. Takano la miró y afirmó.

—Ha cometido demasiados crímenes —mencionó Takano — No busco matarlo por venganza por lo que me ha hecho; su castigo será impuesto por nuestro líder... —después miró a Tamura —Así como el castigo sobre Kato.

Aquellas palabras tomarían por sorpresa a varios de los presentes.

—Entonces puedo decirles con facilidad que matar a Murai sería un gran error —mencionó Tamura — Las guerras que hay actualmente no son nada comparadas a las que vendrían tras su muerte. Sería como quitar los troncos que sostienen el agua de una presa; el agua se desbordaría con tal fuerza que arrasaría todo a su paso. Lo que vendría después sería incontrolable. Matar a Murai representa la misma estupidez que fue matar a Sogo Minamoto. Y ustedes no quieren ser estúpidos ¿Cierto? —La voz de Tamura no era amenazante ni molesta; parecía orgulloso al saber que había acomodado un silogismo de manera que para él resultaba perfecta.

[/TABS]

Contenido oculto

Yáahl
Gigi Blanche

 

Yuzuki Minami
Shukusha

El chico desvió la pregunta de Ko sin ninguna clase de disimulo, pero la mía pareció incomodarlo un poco más, apenas lo suficiente para que me dijera que no era algo que debiera preguntarle a él. Suspiré, rindiéndome, porque sabía que seguir insistiendo lo haría sentir demasiado acorralado y esa tampoco era la idea. Hubo otro intercambio entre Tamura y Hashimoto, puntual en relación al ojo que Kato había tomado suponía, y fue entonces cuando Takano le soltó todo a Tamura de repente.

Giré el rostro, alarmada, pero cuando hizo la pregunta correspondiente tomé aire luego de haber dejado de respirar sin darme cuenta. Tamura quiso guardarse la respuesta, pero Takano no lo permitió, le dijo que le daría la oportunidad de vengarse, que él era hijo de Kato, y recordé la conversación con Kumo, el colmillo, el veneno y la verdad que había conseguido.

Cedió, pero la pregunta que le lanzaron a Takano no vino del chico, sino de Yume y estuve por abrir la boca para decirle que sí, pero Takano afirmó antes y mantuve la boca cerrada. Fue cuando Tamura contestó que sentí que algo se salió de lugar, fue como si me hubiesen soltado un golpe directo en la nuca con la fuerza suficiente para ponerme el mundo a dar vueltas. Que matar a Murai sería igual que matar a Sogo, ¿desde cuándo una serpiente merecía un lugar tan importante en el tablero?

Murai no era más que un lastre para los Fujiwara, había atacado a Kirara en su escape.

Le había colocado un contador a la vida de Takano.​

¿Y este niño me decía que matarlo era un error?

La incomodidad que comenzó a correrme por el cuerpo fue el equivalente de tener un montón de hormigas de fuego arrastrándose bajo la piel, me sentí inquieta, furiosa y cansada, todo al mismo tiempo. Miré a Tamura, luego lancé la mirada a cualquier lado y traté de meterme en la cabeza que habían cosas que este chico no estaba diciendo, que había un mundo más allá de mi rencor y mi miedo.

Había movilizado medio ejército, tenía que ser capaz de separar unos motivos de otros.

—Voy a necesitar más que eso —solté un poco sin venir al caso, con el tono extrañamente plano y sin mirar a nadie en particular—. Cuando sepan decirme por qué una maldita serpiente es tan importante en el escenario general me lo dicen, estoy cansada de jugar a las adivinanzas desde Kamakura. Hasta entonces sigue siendo la misma alimaña de siempre, su cabeza tiene precio.

Pasé saliva porque sentí la boca repentinamente seca, sacudí la cabeza y giré el cuerpo con intenciones de regresar al interior del shukusha.

—Kato sigue con vida porque todavía era útil, varios de nosotros seguimos vivos por no haberle cortado la garganta en el momento que fue posible. Las vidas que nos debe lo alcanzarán en algún momento de todas formas —dije al aire mientras comenzaba a caminar—. No se puede decir lo mismo de Murai, no sin toda la información.

Al final me obligué a mí misma a callarme, los dejé por si tenían más cosas que preguntarle al muchacho y entré al shukusha. Era un intento bastante precario por calmarme, a sabiendas de que tenía que dejar de alterarme así por este tema, pero era inevitable.

Contenido oculto

perdón pero yuzu me poseyó, pueden proseguir con normalidad (?

 

Shukusha
[Kohaku; Hotaru; Tamura; Ukita; Hashimoto; Inukawa; Soreku; Reijiro; Yoshio; Yuzuki; Takano; Hayato; Yume; Fuji; Yamagata]

Hashimotó afirmó a cada palabra de Yuzuki, la entendía perfectamente y compartía su punto de vista; así como ella, se dejaba abierto a entender el por qué; pero no bajaría jamás la guardia porque dos niños le dijeron que matarlo sería un error. Aquello podía ser una manipulación o incluso un plan muy bien elaborado que los haría caer en una trampa.

Takano se cruzó de brazos y observó a Yuzuki avanzar hacia el shukusha después miró a Tamura y Yume mientras Kohaku hablaba con ellos, y antes de que pudieran contestarle, Takano habló:

—Kohaku confía en ustedes —dijo hacia Tamura y Yume — Yo confío en él —Miró a Kohaku y afirmó, sabía que él podía hablar con ellos calmadamente, a diferencia de él, pues el sabía que eventualmente explotaría de la misma manera que Yuzuki. Él mismo sabía que no había explotado porque Yuzuki le ganó la intención, y aquel pensamiento lo hizo sonreír levemente. Los que podían verlo parecía que era una sonrisa dirigida a Yume y Tamura; pero sería un pensamiento poco acertado. Takano y Yuzuki se complementaban perfectamente, talvez el mundo aun no estaba listo para ver a ambos explotar de ira.

Tamura y Yume sonrieron.

—Pero no por esa confianza haremos caso omiso a cada evento que hemos presenciado —interrumpió Hashimoto — Tal vez estamos lidiando con percepciones; no dudo que ustedes estén diciendo la verdad; pero aun estamos en nuestro derecho de dudar de las verdaderas intenciones de Murai.

Tamura y Yume afirmaron para después acercarse a Kohaku.

—Podemos hablar; pero en privado —dijo Yume hacia Kohaku, luego se giró a Hashimoto —Quiero que entienda que no estoy lista para hablar con todos ustedes de mis razones; puedo entender su enojo pero no lo comparto.

Takano bufó al unísono que Hashimoto.

—Lo siento —mencionó Tamura.

—No deben disculparse —dijo Ukita interrumpiendo la interacción —Nadie está forzado a hablar de su pasado con quienes no se sienten cómodos. Vayan, hablen tranquilamente.

Takano miró a Kohaku; él aun no confiaba en Tamura y Yume; pero confiaba en Kohaku, en sus decisiones; pero se notaba tenso, no quería que fuera solo. A sus ojos sería como enviar a Kohaku a negociar con el enemigo, y aquello lo dejaba inseguro, iba a sugerir ir con ellos pero una mano en su hombro lo detuvo. Soreku lo observó y negó. Takano seguía tenso pero confió en el padre de Ukita.

Tamura y Yume avanzaron con Kohaku a un lugar seguro dónde nadie podría escucharlos.

—Mis lobos lo vigilarán —mencionó Soreku con seriedad ante Takano.

Takano afirmó y entró al shukusha a buscar a Yuzuki. Hayato lo siguió.

Al entrar al shukusha; Takano buscó a Yuzuki, al encontrarla no dijo nada. Simplemente la miró y le extendió la mano.

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Yáahl
Gigi Blanche

 

Yuzuki Minami
Shukusha (interior)

Ya dentro del shukusha me quedé un momento en el centro del espacio, tomé aire y lo solté despacio, tratando de regular la molestia que sentía sin demasiado éxito. Llevaba tiempo atorada en esto, en el escape de Murai, el veneno que casi había matado a Takano y los recuerdos de Kamakura, de diferentes clases. Lo de Rengo ni siquiera tenía que ver con Murai, lo sabía, pero todo se me apilaba en la cabeza y estaba terriblemente cansada.

Ni siquiera me daba tiempo de eso, de sentirme cansada y punto.

Me quedé de pie cerca del fuego, parpadeé un par de veces cuando sentí la correntada de lágrimas acumularse y empecé a deshacer las vendas en mis manos, las que llevaba para empuñar la katana con algo más de firmeza. Fue una manera de distraerme la verdad, pero me di cuenta que estaba haciendo eso con los ojos empañados de lágrimas y solo me enfurecí más, porque no quería estar así. Parpadeé de nuevo, logré contener el llanto y seguí con mi tarea en silencio.

Las voces de los demás me alcanzaban desde el exterior, algo amortiguadas, distinguí a Takano diciendo que confiaba en Kohaku y respiré profundamente, porque yo también confiaba en él, porque sabía que para Tamura y Yume sería más sencillo hablarle que decirnos algo al resto. Entendía todo eso, de verdad, pero que lo entendiera no quería decir que pudiera dejar de sentir todo lo demás.

Deshice la primera venda, luego la segunda, y las enrollé un poco flojas en mi muñeca derecha. Estaba terminando de hacerles un nudo cuando escuché pasos. Distinguí la silueta de Takano con el rabillo del ojo, detrás de él otra más baja que debía ser de Hayato y las emociones me volvieron a alcanzar, haciéndome comprimir los gestos como una niña que se aguanta el llanto por pura terquedad.

No me molesta.

No me duele.​

Su mano apareció en mi campo de visión no mucho después, no dijo nada y yo me quedé mirándolo nada más, tratando de procesarlo. Me tardé unos instantes en creerme capaz de alzar la mirada para verlo, pero cuando lo hice también tomé su mano y me permití un suspiro pesado. Lo atraje en mi dirección aprovechando ese contacto, lo rodeé con los brazos y medio escondí el rostro en su pecho.

—Perdón. —Fue lo primero que alcancé a decir en un murmuro—. Se me sigue saliendo de las manos, no puedo evitarlo.

 

Shukusha/ interior
[Yuzuki; Takano; Hayato]

Takano la abrazó con fuerza —No... —dijo seco, apretándola contra él —No debes disculparte, al menos no conmigo. Podremos permanecer ecuánimes en la guerra; y ante nuestros superiores, estamos acostumbrados a ceder y obedecer, es parte de nuestra educación de servicio, de ser piezas en el tablero —Takano también hablaba con la emoción que pocas veces dejaba salir. Ambos lo hacían.

Takano mostraba constantemente su enojo y desesperación, era lo normal en él; por ello los demás ya no reaccionaban a ello. Yuzuki mostraba un lado más maternal, cuidaba de los demás más allá de su deber médico, ayudaba porque quería; eso era lo normal en ella. Por eso mismo, cuando ella estallaba en enojo resultaba incómodo, así como lo sería si Takano se mostrara como un ser dulce ante los demás.

—No somos perfectos, a veces no funcionamos como deberíamos o cómo quisiéramos —dijo separándola de él delicadamente por los hombros; los ojos de Takano estaban vidriosos — No debemos permitir que nuestras emociones bloqueen un camino hacia una nueva estrategia —dijo mirándola; pero diciéndolo hacia ambos, él mismo había fallado en eso durante mucho tiempo —Seamos más inteligentes que nuestros enemigos; ocultémosles lo que estamos pensando —acarició la mejilla de Yuzuki para después limpiar sus lágrimas con su pulgar mientras de él caía una — Pero entre nosotros seamos sinceros, llora en mí; porque yo lloro contigo — dijo con sinceridad —Yo también estoy frustrado, quisiera poder eliminar a todos los que nos han hecho daño para hacer nuestras decisiones más fáciles; pero también entiendo que ese no es el camino.

Takano soltó a Yuzuki y limpió su propio rostro —Takeda suele decirlo ¿No? La decisión de tomar una vida no nos debe resultar nunca tan sencilla; tomarla sin reflexionar, esa es la verdadera maldad.


Santuario/ exterior
[Kohaku; Yume; Tamura]

El grupo avanzó siguiendo a Kohaku a dónde él había sugerido hablar con tranquilidad y cubriéndose del frío; los demás se quedaron fuera del Shukusha.

Mientras avanzaban escucharon la primera pregunta de Kohaku mientras Chiasa se mostraba sobre su hombro, esto hizo sonreír a Tamura —Yo creo que nos conocemos desde hace varias vidas —dijo mirando a Yume, haciéndola sonrojarse de inmediato.

—Nos conocimos hace ya más de veinte inviernos — dijo Yume con naturalidad.

¿Acaso tienen más de esos años? Era difícil de pensar siendo que se ven muy jóvenes.

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Yáahl
Gigi Blanche

 

Yuzuki Minami
Shukusha (interior)

Sus brazos me envolvieron con fuerza, con ello algunas de mis emociones parecieron regresar a su centro y pude respirar con menos dificultad, al menos eso sentí. A pesar de que creía haberme calmado, sus palabras volvieron a llenarme los ojos de lágrimas sin permiso de nadie, eran pocas veces en las que hablaba con emoción pero cuando lo hacía siempre desarmaba las defensas que, tozuda, me empeñaba en mantener elevadas. Era una respuesta instintiva, incluso si sabía que con él no tenía que permanecer siempre compuesta una cosa era saberlo y otra hacerlo.

Cuando me separó de él parpadeé varias veces, algunas de las lágrimas me cayeron por el rostro pero contuve el resto y eso me dejó ver que él tenía los ojos cristalizados. Me asusté, no lo dejé ver, pero me preocupó y cuando entendí que también estaba bajando sus defensas no supe si alegrarme o echarme a llorar como una niña. En su lugar lo escuché, le presté atención y cuando limpió su rostro después de haber limpiado el mío estiré las manos para posarlas en sus mejillas.

Lo acaricié con un cariño inmenso, tan grande que me sobrecargó el pecho y algo se me atascó en la garganta. Recordé las palabras de Kato, mis propias acciones al ocultarle por qué le preguntaba a Kumo por el veneno de Murai, el cuerpo inexpresivo de Rengo, la cabeza del padre de Hayato, la desaparición de Matsuda... y una tristeza sutil se me coló en el semblante, pude imaginarlo. Le habían hecho tanto daño a mi familia, Dioses, tantísimo y era... Era repugnante saber que no podía solo sacarlos de mi camino si se presentaba una oportunidad.

—No dejes que se me suba a la cabeza —pedí en voz baja, aunque alcé un poco el volumen al decir lo demás—, por favor. Confío en ti y en Hayato para que no me dejen olvidar nunca las cosas que son verdaderamente importantes.

Había dejado las manos en su rostro, así que me estiré para dejarle un beso en los labios, liviano, antes de aprovechar el contacto para relajar los brazos sobre sus hombros y abrazarlo de nuevo. Me quedé allí en silencio, tomé aire y empecé a tararear la canción de mi madre en un murmullo bajo. Supe que si abría la boca para cantar una sola palabra volvería a llorar y no se me apetecía.

Al tararear había comenzado a acariciar la nuca de Takano, cerca de su cabello, y cerré los ojos relajando algo de mi peso sobre él. Cuando terminé la canción me quedé callada un instante, absorbí la calidez de su cuerpo por un rato, solo eso, y después me separé con cuidado de él. Al hacerlo deslicé las manos a su pecho, descansándolas allí.

—Gracias por ser sincero conmigo, por dejarme ver más allá de lo que ven los demás —dije porque sentí que debía reconocérselo—. No importa lo que pase o cómo, sé que somos más fuertes juntos. Estoy segura de ello.

Me despegué de Takano por fin, ya más tranquila, y caminé hasta Hayato para posar las manos en sus hombros. Deslicé el agarre hasta sus manos, pequeñas, para darle un suave apretón y le sonreí.

—No te preocupé, ¿o sí? —Le pregunté antes de inclinarme para dejarle un beso en la frente—. Ya sabes que peco de intensa. Lo sabes desde que me conociste y te quedaste con nosotros aún así.

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ko en un importante momento de sacar info y yo aquí chillando (??

the duality of dramurai senso-

 

Shukusha/ interior
[Yuzuki; Takano; Hayato]

El tarareo de Yuzuki fue tan dulce que hizo que tanto como Hayato como Takano cerraran los ojos, dejándose dirigir por su simple voz; ese era el poder de su unión, una pequeña familia que se deslizaba en el sonido con los tonos correctos para ellos, aunque para los demás sonaran disonantes. Ellos se sabían perfectos al menos en su pequeño espacio dónde podían ser ellos mismos.

—Nadie aquí olvidará lo que es importante —Mencionó Takano siguiendo a Yuzuki a un lado de Hayato; sus mejillas aun sonrojadas por el resiente beso, tan especial; cada uno de ellos los atesoraba, recordando lo afortunado que se sentía al estar a su lado —Tú lo has dicho, somos más fuertes juntos. Yo hubiera muerto hace tiempo, no me preocupaba hacerlo siempre que fuera cumpliendo una misión. Tu amor...— bajó la mirada al darse cuenta lo meloso que estaba resultando su diálogo; pero levantó la mirada — ... me ha cambiado. Y jamás quiero perder este sentimiento.

Hayato lo miraba con una sonrisa algo burlona; Takano lo notó y sacudió con fuerza su cabello para que desviara la vista. Hayato se libró del agarre agachándose para después colocarse más cerca de Yuzuki — Soy como ustedes — mencionó Hayato — Soy muy feliz de no haberme quedado solo, mis padres los enviaron a mí, yo lo sé.




Santuario/ exterior
[Kohaku; Yume; Tamura]

Sin darse cuenta, ya habían llegado al santuario; fue entonces cuando el frío se detuvo un poco entre sus paredes, creando un ambiente mucho más ameno. Mientras Kohaku hablaba, Tamura masajeaba la espalda de Yume para darle calor.

Los tres soltaron una risa cuando Kohaku contó las aventuras de Tamura y él en el hielo de la montaña; en especial Tamura liberó una risa poderosa, nada temerosa; se sentía tranquilo con la compañía de Kohaku, aquello sería difícil de fingir, en especial en alguien como Tamura que parecía ser demasiado transparente.

Las palabras de Kohaku eran interpretadas por Tamura con una expresión alegre, a pesar de las preguntas. Era Yume quién resultaba más difícil de entender tan sólo con la mirada, ella observaba atenta a Kohaku, cómo si este estuviera contando una historia interesante.

Tamura negó —No tenemos nada personal contra los Minamoto; pero si me daban miedo, para ser sincero —dijo nervioso —No sabía que esperar; el hombre al que llaman Inugami si me da miedo; pero los demás no se ven tan mal, hasta diría que se ven flaquitos. ¿Comen bien?

Yume le dio un golpecito en la mano la cual estaba en su hombro; luego Yume miró a Kohaku —Seguimos al clan Taira, si — dijo sin miedo alguno — Lo seguimos porque yo crecí con esas mujeres. Mi nombre es Yume Sugita. —Yume se quedó sin expresión alguna mirando a Kohaku, esperando su reacción.

Tamura apretaba los hombros de Yume, nervioso.

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Yáahl
Gigi Blanche