Drabble [Tabla] Momentos, un mix de fanfics de Dissidia:Final Fantasy

Ahora sí... Disculpen la tardanza, me ha costado mucho inspirarme, pero al menos sigo con vida :D

011. Rojo

(Advertencia: Aunque no jugué Prologus, sé que Aerith está ahí, casi se me olvida xD)

Ella avanzó temerosa por el Centro del Planeta, el cual estaba rodeado de lifestream

No es que tuviera recuerdos sobre su vida anterior, pero en su interior sabía que no debía tocar ese líquido. No si quería seguir en este mundo.

Y era que, pese a que no tenía grandes habilidades, sentía que debía estar en ese mundo para encontrar a alguien que era sumamente importante para ella.

“Hey, ¿qué haces aquí?”- se escuchó una voz tras ella

Ella se volteó y vio a un joven rubio con un peinado raro. Cualquiera diría que parecía un chocobo, si no fuera por esos ojos que ella reconocería en cualquier parte, aún cuando no tuviese los recuerdos de su otra vida.

Ojos impregnados de Mako

“¡Hey! ¿Estás bien?”- insistió el rubio, cuyo rostro mostraba preocupación

Ella sacudió su cabeza para sacar sus pensamientos de encima, para dirigir nuevamente su mirada al otro

“Estoy bien, gracias… Estaba aquí… Y creo que me perdí”- respondió sinceramente

Él pareció analizar la veracidad de sus palabras, pero ella demostraba ser sincera
“No deberías estar aquí, es peligroso”- replicó, seriamente

Ella lo miró fijamente y él admiró su figura esbelta, resaltada por ese vestido ajustado de color rosa y el abrigo de color rojo; su piel pálida y sus brillantes ojos verdes, que parecían penetrar su alma y desnudar su ser

“Lo sé, pero tampoco sé cómo salir de aquí”- y sus ojos parecieron angustiarse

Él sintió como si no debiera permitir que Sephiroth descubriera la presencia de tan delicada mujer cerca y se apresuró a acercarse y, tomándola de la cintura – pese a las protestas de la otra -, comenzó a ir rápidamente fuera del sector hasta aparecer en el Mundo Cristalino.

Sólo cuando sintió la seguridad de no percibir a su compañero de armas, la bajó de su agarre y la dejó ahí, para luego retirarse sin decir palabra

“¡Espera!”- dijo ella

Él se detuvo, mientras su corazón se aceleraba al escuchar su voz

“Por favor”- repitió ella:- “Ni siquiera dijiste tu nombre”

Él suspiró. No había pasado mucho tiempo desde que otra chica del lado de Cosmos, Tifa, le había dicho las mismas palabras al recibir su ayuda… Sólo que esta vez la voz de la muchacha era más dulce… Y, aún cuando no tenía recuerdos de ella, dañaba aún más su corazón

Pero, aún con ese dolor, se sentía inevitablemente atraído hacia ella, aunque más que atracción física, había algo dentro de ella que le hacía confiar y, junto con eso, desear protegerla y estar a su lado.

Sin embargo, era consciente de que tan sólo con dudar un instante, Sephiroth lo sentiría y aquella chica estaría en riesgo por causa suya… Y, muy dentro de él, no quería que eso ocurriese

Mas, le debía eso… Por algún motivo, él realmente deseaba decir su nombre, para que al menos ella recordara…

“Cloud…”- dijo finalmente

Ella parpadeó un par de veces y sonrió dulcemente

“Mucho gusto” Mi nombre es Aerith”- replicó ella, y con su sonrisa pareció derretir el corazón del rubio
“De todas maneras… Ya es hora de irte… No quiero que alguien del lado de Chaos te atrape”- y se volteó para ocultar el sonrojo que cubría sus mejillas
“Pero… ¿No eres tú del lado de Cosmos?”- preguntó Aerith, con inocencia

Él negó

“Ya veo”- y él pudo percibir algo de tristeza en su voz:- “De cualquier forma, gracias”
“No es nada… Vete, no sea que desee atacarte”- y la voz de Cloud denotó algo de ira

Ella no respondió. Se volteó rápidamente y se marchó corriendo
Él, en tanto, secó la única lágrima que se deslizó por su mejilla, como si realmente todo estuviese en su mente

“Creo… Creo que no importa cuánto me recuerdes o no… No quiero ser la causa de tu muerte…”

 

012. Naranja

(Mambo of Chocobo time!!!)

Una especie de fruta de color naranjo apareció entre Bartz y Zidane.

Ambos parpadearon un rato, pensando en qué podía ser aquel objeto. Mas Zidane, que hoy estaba particularmente activo, aceleró su paso y llegó por delante del Mime

“Me pregunto qué será…”- dijo, mientras lo lanzaba al aire:- “Es suave y blando… Además que es del mismo color que mi cristal”- y sonrió

En eso, Bartz apareció de la nada y se lo arrebató

“¡Hey!”- reclamó el rubio
“Si no vas a averiguar de qué se trata, mejor lo hago yo”- dijo el castaño e hizo un guiño para salir corriendo
“¡Oye! ¡Espera!”- reclamó el rubio, corriendo tras de él

Ambos corrieron un buen rato hasta que chocaron con alguien, botándolo al suelo y cayendo ellos sobre él

“¡Bájense!”- reclamó el afectado, sintiendo el peso de los dos

Por el tono en que él lo dijo, ambos saltaron para dejar mostrar a un joven de chaqueta negra y cabellos castaños.

“¡Squall!”- exclamaron los otros dos, contentos de encontrarse con su compañero
“Dejen de gritar como chiquillas alteradas”- reclamó el otro, seriamente:- “¿Acaso no han aprendido suficiente?”
“Vamos, Squally¸ esa cara de seriedad no va contigo”- dijo Bartz, palmeando la espalda de Leonheart
“En lugar de tanta jugarreta deberían esforzarse más en encontrar sus cristales”- insistió el otro

En eso, se fijó en la fruta que llevaban los dos. De la nada, se los arrebató y comenzó a descascararlo

“¡Hey!”- reclamaron los otros dos
“¿Qué? Me imagino que ni siquiera sabían de qué se trataba esto”- replicó mientras continuaba con su acción
“¿Y tú sí lo sabes?”- preguntó Zidane
“Claro, es una naranja”- y, partiéndolo por la mitad, comenzó a desgajarlo:- “Gracias por traerlo, de verdad que ya me dolía la garganta”- y comenzó a comer

A los otros dos se les comenzó a hacer agua en la boca al ver lo jugosa que era… Y, aunque no lo quisieran admitir, si hubiesen sido chicas también estarían babeando por lo sexy que llegaba a ponerse el de cabellos castaños al devorar la fruta

“¿Qué me miran así? ¿Quieren probarlo?”- y les ofreció un gajo a cada uno

Bartz fue más rápido y arrebató los dos para meterlos inmediatamente en su boca

“¡No es justo!”- reclamó el rubio
“No es mi culpa que seas tan pequeño”- habló Bartz con la boca llena

Entre alegatos, Squall no pudo evitar sonreír levemente ante la situación. Era cierto que él prefería la soledad para cumplir a cabalidad su misión, pero el ver a sus compañeros a salvo y felices, él podía sentir que tanta batalla igual valía la pena, aunque fuera para establecer los lazos de amistad entre ellos y sus mundos.

“Ten”- dijo a Zidane y el rubio arrebató bruscamente los gajos para comérselos rápidamente, antes que Bartz volviera a quitar el preciado tesoro

En eso, sólo ahora se daban cuenta que Squall seguía sonriendo

“Wahhh”- dijeron ambos, admirados

Con eso, la sonrisa desapareció nuevamente

“¿Qué tiene?”- preguntó, bruscamente
“Es que… Nunca te habíamos visto sonreír”- respondió el mime
“Lástima que no existe una cámara para grabar este momento”- indicó el thief
“Repito… No deberían perder el tiempo con eso”- y se volteó para continuar su camino:- “En fin, es bueno que sigan vivos… Espero que sigan así”- y comenzó a marcharse

No alcanzaron a replicar cuando el otro ya se había perdido de vista.

“Oh, para variar se fue solo”- dijo Bartz
“Pero al menos sabemos que está bien”- dijo Zidane

Y ambos siguieron su camino, olvidándose por completo del sentido de toda esta situación.

 

Amarillo

[N/A: ante cualquier duda sobre este capítulo, favor leer el drabble Rojo]

Era raro ver flores en el extraño mundo de Dissidia, mucho más cuando parecía que la vegetación parecía estar ausente en el ambiente, como temiendo que nada perduraría en el tiempo.

Sin embargo, estando ella ahí, las flores comenzaban a brotar, de colores blancos y amarillos, como si ella supiera cómo comunicarse con la tierra para que diera sus frutos a su debido tiempo.

Lo malo es que no ocurría en todas partes, sino que sólo en aquellas partes donde ella estaba, lo que mayoritariamente era cerca del Santuario

“¡Y aquí estás!”- se escucha una voz atrás de ella

La aludida se volteó y se encontró con una mujer de largo cabello castaño, de camiseta blanca y una cortita minifalda negra. A la vista resaltaban abiertamente la forma de sus senos, grandes y abultados.

“Ah, Tifa… No sabía que habías llegado”- dijo la otra y regresó a su labor de cuidar las flores
“Aerith… ¿De cuándo que estás concentrada sólo en tus flores?”- preguntó la de cabellos cafés, con una sonrisa traviesa

Su acompañante no respondió, sino que siguió con su trabajo

Ambas se quedaron en silencio, concentrada en sus propios pensamientos, hasta que finalmente se puso de pie y la miró con expresión seria

“No lo entenderías, Tifa”- respondió, finalmente

La de ojos rojizos parpadeó ante la seriedad de su compañera. Esa era una faceta de la sanadora que pocas veces se veía.

“¿Acaso has recordado algo?”- preguntó Tifa, con serenidad en su voz
“No lo sé bien… Sólo me encontré con alguien hace poco… Y él…”- y no supo cómo terminar la frase
“Él te pareció familiar, ¿verdad?”

Aerith asintió, algo apenada. Se agachó nuevamente y acarició distraídamente las flores. De alguna manera, necesitaba distraerse en algo, aunque fuera en su extraño don.

Tifa se agachó también y le dio unas palmaditas amistosas en la espalda

“No deberías preocuparte tanto… Todos tenemos algún fragmento de nuestras memorias de nuestros mundos, pero recuerda que es extraño que se encuentren dos personas del mismo mundo aquí”
“Lo sé… Pero piensa que nosotras nos hemos reunido, al igual que Kain con Cecil y Jecht con Yuna”- replicó, y sus ojos parecieron brillar más
“Bueno, sí… Siempre hay excepciones, ¿eh?”- y se rascó la cabeza, pensando en cómo animar a su compañera

De nuevo el silencio reinó en el lugar hasta que a la fighter se le ocurrió una idea

“¿Y si lo voy a buscar?”- preguntó
“Recuerda que con los continuos ciclos es imposible que nos acordemos totalmente de algunas cosas, como el hacer favores a tus amigos”- respondió Aerith, con una sonrisa leve

Tifa se llenó de una extraña sensación, como si algo le hubiese caído mal al estómago

“De cualquier manera… Aún cuando no lo recuerde, puede que finalmente acabe encontrándome con esa persona. Así puedo preguntarle de cualquier manera si pertenece a nuestro mundo o no”- continuó, haciendo caso omiso a su molestia

Aerith sonrió levemente, como si le tuviese algo de lástima

“Tifa, es más complejo de lo que te imaginas, pero muchas gracias”- respondió, sinceramente

Ante esas palabras, la otra se apartó y comenzó a caminar hacia el exterior de las barreras del Santuario

“Entonces, nos volveremos a ver pronto, es una promesa”- dijo Tifa, con una voz llena de optimismo
“Nos volveremos a ver…”- replicó Aerith, un poco más apagada

Cuando la fighter se perdió de vista, la sanadora regresó a cuidar sus flores, tratándolas con delicadeza

“Lástima que sólo puedan volver a aparecer cuando al fin seamos libres…”- murmuró, con una voz cargada de tristeza

Al escuchar aquello, las flores desaparecieron. Aerith se puso de pie y se dirigió al centro del Santuario, a esperar las órdenes de Cosmos, con la esperanza que su misión al fin termine.

 

014. Verde

[N/A: Otra vez, mayores dudas, visitar el drabble Rojo. Muchas gracias]

No había algo que detestara más que el verde de la lifestream que rodeaba al Centro del Planeta.

Borró de inmediato ese pensamiento. Quizás sí había algo que detestaba más que eso. Los ojos de Sephiroth.

No es que no supiera que debía obedecer órdenes de alguien que no sólo parecía ser su superior en el mundo de origen del cual ambos venían, o mucho menos que no fuera consciente que el de cabellos plateados poseía mucho más poder del que él sería capaz de manejar en su vida. Sin embargo, había algo dentro de él que se retorcía de asco al saber que tendría que seguir obedeciendo, aún cuando no estaba en sus planes el participar en una guerra sin sentido, como ocurría con la batalla que ocurría en aquel lugar, con Cosmos y Chaos…

Por otra parte, había un verde que sí le había llamado la atención. Ya había pasado un tiempo de aquella vez, cuando se había encontrado con aquella muchacha de ojos verdes. Su color era tan diferente al de Sephiroth, pero a la vez familiar al del Lifestream… Sólo que de una manera tal en que no le hacía sentirse disgustado, sino que con cierta angustia, como si ella sí fuese capaz de darle un sentido a todo esto.

“No deberías distraerte tanto, Cloud”- se escuchó una voz profunda atrás suyo

Él ni se volteó. Sabía perfectamente de quién se trataba

“¿Hay órdenes nuevas?”- preguntó, con voz monótona

El de cabellos plateados chasqueó la lengua en señal de disgusto. No le gustaba esa nueva actitud del soldier.

“No sabía que todo se había reducido a obedecer órdenes. Además, como buen soldado, sabes que debes obedecerlas. Todo para que así terminemos con una victoria sobre las fuerzas de Cosmos”- dijo Sephiroth, lo más calmado posible

Cloud no replicó a eso, sino que movió su cabeza en señal de afirmación. Había algo dentro de su mente que no le permitía cuestionar prolongadamente a su superior, ni mucho menos razonar con demasiada lógica.

Sin embargo, aquella actitud seguía sin gustar a Sephiroth, quien se puso delante de él, lo agarró del cuello y lo levantó sin mayor esfuerzo, hasta hacer que sus miradas se entrecruzaran. Chispas de ira fluyeron entre ellos, aunque el rubio llevaba como siempre las de perder.

“¿Acaso debo recordar tu lugar?”- preguntó el de ojos gatunos, con tono amenazante

Cloud se quedó en silencio por unos momentos, hasta que finalmente agachó la cabeza, en tono de derrota.

“No, no es necesario”- respondió

En ese momento Sephiroth lo soltó y el rubio se vio obligado a tomar grandes bocanadas de aire. El superior no dijo más y se marchó, dejando a Cloud sólo

Definitivamente, el verde que más detestaba Cloud, era el de los ojos de Sephiroth, que contrastaban tanto con aquel ángel que había cambiado su corazón, de la manera que tanto él deseaba…

 

015. Azul

[N/A: No he leído sobre la side-quest que hay sobre Cecil y Kain en Duodecim, pero como surgió, es bueno hacer uno de ellos dos :P]

Era difícil imaginarse algo de color azul. En realidad casi imposible, si hablamos del mundo de Dissidia.

Cecil miraba el cielo gris, el que reinaba en aquellas zonas de aquel mundo que no conectaban con otros mundos, los que eran creados por los recuerdos de aquellos guerreros y que aún así no llegaban a conocer nuevamente el color azul. Probablemente el lugar más cercano donde podía apreciar aquel color era en el celeste de la Torre de Cristal.

Mas, aún no era el azul que deseaba.

“Vaya en qué estoy pensando”- era lo que tenía en su mente, pese a que tenía que preocuparse de otras cosas más importantes, como por ejemplo, de estar sangrando de diferentes partes luego de una batalla contra un grupo de mannikins.

Tan sumergido estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de la llegada de una presencia muy familiar para él, no tanto en sus recuerdos, sino en su espíritu.

“Y aquí estás, Cecil”- se escuchó una voz a su lado, profunda y sorprendentemente gentil

El de cabellos blancos parpadeó un par de veces antes de enfocarse en la mirada preocupada del recién llegado

“Kain”- dijo:- “En qué momento me encuentras”

El dragoon sostuvo su mirada y notó las zonas en las cuales había sido herido su amigo. No era un especialista en las artes curativas, ni mucho menos tenía a su alcance pociones curativas para ayudarle.

De hecho, mentalmente agradecía el encontrar a su amigo así. Le haría las cosas más fáciles. Sin embargo, para hacer que su amigo se sintiera más tranquilo, se sacó el casco y dejó que los ojos de ambos se conectaran.

“Ciertamente… No pensé encontrarte en estas circunstancias”- replicó

Cecil sonrió débilmente y desvió su mirada hacia el cielo

“En nuestro mundo… El cielo era azul, ¿verdad?”- preguntó, con algo de tristeza

El rubio parpadeó un par de veces, confundido

“Si lo puedes ver en tu mente, es porque era así, ¿no crees?”- respondió

El paladín asintió, moviendo lentamente la cabeza. No obstante, el movimiento hizo que tosiera y escupiera sangre

“¡Cecil!”
“No te preocupes… Tampoco era que esperara morir así, pero no tengo las fuerzas para levantarme una vez más”- y sonrió tristemente
“No hables tonterías, Cecil, no eres tan débil”- reclamó el de ojos violetas
“Pero tampoco soy tan fuerte para vencer a mi hermano… Ni tampoco sería tan fuerte para derrotarte en este momento en una batalla”

El rubio parpadeó, extrañado. ¿Acaso Cecil sabía cuáles eran sus intenciones?

“No importa cuán frío parezcas ante nuestros camaradas, pero no puedes negar la verdad que está plasmada en tu mirada. Supe con solo mirarte que pensabas luchar contra mi y derrotarme”- y, ante la mirada preocupada del otro, siguió:- “Tranquilo, sé que no eres mi enemigo, pero tampoco entiendo tus razones… Y aún cuando no tengo tiempo para saber tus razones, sé que aún puedo confiar en ti”- y comenzó a cerrar sus ojos:- “Que extraño, ahora… Ahora me está dando mucho sueño”
“Entonces descansa… La pelea te debe haber cansado mucho”- dijo Kain, con la voz más profunda que de costumbre
“Sí… debería descansar”- y volvió a sonreír:- “Al menos… sé que mientras tanto tú cuidarás de mí, así que estoy a salvo…”

Y cerró sus ojos.

Kain tuvo que hacer un gran esfuerzo por permanecer ahí, sin mostrar mayor emoción, pues era consciente de que aún se encontraba en el campo de batalla y que aún tenía una misión por cumplir. Con delicadeza, tomó en brazos a su compañero y comenzó su viaje hacia el refugio donde tenía a sus compañeros.
Al fin y al cabo, ya tendría tiempo para llorar por los caídos, y eso no será hoy…

 

Morado

[N/A: un poco de crack, mucho más de Kain/Lightning, con un toque de Cecil xD]

Había muchas cosas para extrañarse en el mundo de Dissidia. Tantas cosas que al enumerarlas el tiempo se haría corto, y entre batalla y batalla la lista aún quedaría en un tercio.

Sin embargo, para Claire Farron, una de las cosas más extrañas dentro de su realidad más inmediata era el ver los labios de Cecil y Kain pues, a diferencia de sus compañeros, estos eran de color morado. Aunque, si lo analizaba bien, era más lanzado a un tono pálido, como si en su mundo no brillara mucho el sol.

No importaba la circunstancia, siempre que veía a alguno de los dos le asaltaba la duda y deseaba preguntar por qué se daba esto, pero luego recordaba que no estaba en cualquier mundo y, más aún, estaban en un mundo donde ellos mismos no podían explicar muchas cosas, ya que sus recuerdos estaban en alguna parte de sus mentes que ellos no podían alcanzar. Pero lo peor de esto no era el problema del porqué del color sino que dentro de ella existía un deseo de poder probar cómo sería besar a alguno de ellos…

— Calma, Farron, en este tipo de mundos no hay posibilidad para algo así — se regañaba, avergonzada

La tentación era demasiado grande, incluso a veces le pasó por la mente entrar a alguna de las carpas y besar mientras dormía a alguno de ellos. Mas, la suerte nunca estaba a su favor pues Cecil siempre se iba con otro equipo y Kain… ¿¡Acaso no conoce lo que significa descansar!?

Sólo el pensar eso la hizo exasperarse de nuevo, ante lo cual soltó un bufido.

— Cualquiera pensaría que te molesta mi presencia — se escuchó una voz a sus espaldas
— Genial, justo lo que quería — pensó la pelirrosa. — Highwind — dijo, con seriedad
— ¿En qué pensabas? — preguntó el dragoon, con algo de curiosidad
— No es de tu incumbencia — replicó la comando, con la voz aún más dura

El rubio sonrió ladeadamente y se colocó delante de la mujer… Siendo consciente de los riesgos de ello

—Sí, definitivamente es mi presencia la que te molesta… ¿Puedo saber el por qué?

Ella apartó la mirada de su rival, algo avergonzada.

— Ya te dije, no te incumbe — contestó

El dragoon soltó una carcajada que a Lightning le hizo dar escalofríos, ya que se sentía suave y profunda. Tan concentrada estaba en calmar sus nervios, que no se dio cuenta del momento en que su compañero se acercó más de lo permitido y la tomó de la barbilla con gentileza.

— Sí me incumbe, porque sólo te pones así cuando estás cerca de mí — y, sin dar aviso, acercó sus labios a los de ella y la besó, suave y gentilmente.

Sí, pensó ella luego de un tiempo, no hay nada mejor que besar unos ardientes labios de color violeta…

[Nota final: Bueno, nada mejor que un Kain/Lightning, ¿no? :D]

 

Gracias a los que se dan tiempo de leer esto. Lamento demorarme tanto, peor el trabajo me atrapa x.x

Disfruten

-o-

Marrón

[N/A: Sí, señores, nada que un buen color complicado a estas horas de la tarde ¬¬]

[N/A, horas más tarde: En fin, again, Mambo of Chocobo time!!!... Aunque sólo por un momento]

[N/A, cuando al fin se puso a escribir: Esto no es de 012, que quede claro]

Era un día normal en el Santuario de la Orden. Tan tranquilo, que los guerreros de Cosmos decidieron darse un descanso y no hacer caso de la constante amenaza que los acechaba continuamente por parte de los guerreros de Chaos. Un grupo fue a darse un buen baño, otro se dedicó a dormir, y otro a aprovechar las pocas provisiones recibidas para comer y sanar las heridas que aún no habían cicatrizado bien.

Sin embargo, para su desgracia el día había pasado rápido y pronto tuvieron que pensar en algo para dormir plácidamente. Algunos pudieron hacerlo sin mayores problemas, pero otros tuvieron que juntarse alrededor de la fogata para conversar y tratar de no pensar en el día de mañana… Hasta que no tuvieron tema para hacerlo…

— ¿Y? ¿Qué nos queda? —, preguntó Bartz
— Creo que ya hemos compartido muchos recuerdos— dijo Cecil, con una sonrisa amable
— A mí si me queda algo… — dijo Firion y miró a Tidus: — ¿Cómo es que Jecht pudo ser tu padre?

Las miradas de los 9 guerreros se fijaron en el de cabellos grises como si éste tuviera dos cabezas

— ¿A qué te refieres? — preguntó el rubio con una vena en la frente. Era algo que todos estaban acostumbrados, ya que era algo natural a estas alturas
— Es que… Más de alguno de nosotros ya lo ha visto y él tiene la piel oscura, más tirada a un marrón, en tanto que tú… Bueno, no tengo que explicarte cómo eres— justificó el weaponsmaster

Zidane y Bartz se miraron con una sonrisa cómplice y se pusieron cada uno al lado de Tidus.

— Entonces… Tu madre debió ser una preciosura, ¿verdad? — preguntó Zidane, con un toque de malicia
— Una verdadera diosa — dijo Bartz, con una sonrisa traviesa

Squall, que sin querer adivinó las intenciones de los otros dos, se dio una palmada en la frente y luego de aclararse, se acercó a los otros dos por la espalda, los tomó de sus ropas y los arrastró lejos del grupo, ante la mirada atónita del resto

— No que no pensara lo mismo — dijo Onion Knight
— Es cierto — dijo Terra y miró al jugador de blitzball — Tu madre si debió ser hermosa
Las mejillas de Tidus se enrojecieron y apartó la mirada, tanto por su vergüenza como porque por un momento dejó de comportarse como siempre y se cargó de nostalgia

— La verdad es que sí, mamá era muy hermosa— dijo, con una sonrisa triste—. Pero ella amaba demasiado al viejo, y cuando él se fue ella se entristeció mucho… Hasta que falleció

Los otros le dirigieron una mirada de simpatía. Todos habían sufrido de una u otra manera la pérdida de sus padres, aunque algunos lo tenían más presente en su memoria que otros.

— Ya veo… —, dijo Terra, con tristeza—. Por eso lo detestas tanto a tu padre.
— Entre otras cosas… Pero no me gusta que él la haya abandonado, mucho más cuando ella lo amó tanto… ¡Por eso le daré una lección que jamás olvidará! —, exclamó y juntó sus manos empuñadas, con expresión decidida
— Sólo recuerda que es tu padre — dijo Cecil —. Pese a todo, creo que debes escucharlo y ver las cosas también desde su punto de vista.

Algunos asintieron ante las palabras del peliblanco, al saber lo importante que era estar en paz, pero Tidus no pudo responder, ya que por dentro se debatía entre el sentirse reprendido, sentirse acompañado y, en cierta medida, comprendido. Sólo pudo ponerse de pie y dirigirse hacia un rincón para dejar que sus pensamientos se tranquilizaran

— ¿Estará bien? — preguntó Terra
— Sí… Pese a que muchas veces actúa impulsivamente, creo que entre el recordar a su madre y recordar el conflicto con su padre le hizo detenerse un rato—, dijo Firion, seriamente

Los otros asintieron y comprendieron que por ahora debían dejar solo al rubio, para que aclarara de una vez por todas las confusiones que había en su corazón. Sólo así podría finalmente dar luz a su cristal…

 

018. Negro

Habían muchas cosas que confundían a Warrior of Light estando en Dissidia. No sólo estaba la variedad de caracteres que existía entre sus compañeros, o la destrucción lenta del mundo en sí, sino que habían cosas que lo llegaban a confundir más, tanto así que le costaba mantener su mirada estoica ante tal situación.

Pero una de esas cosas que nunca le quedarían en claro era el ver a Cecil Harvey en su armadura oscura, casi de color negro.

¿Cómo podía ser que Cosmos aceptara a un guerrero así?, se preguntaba cada vez que lo veía y no, no es que tuviera la intención clara de acercarse a él y hacerle el cuestionamiento, ya que pese a sus dudas, confiaba en que aquel caballero de armadura oscura jamás los traicionaría…

— ¿Sucede algo? — se escuchó una voz a sus espaldas.
— Genial—, pensó —. Justo al que no quería ver

Carraspeó un poco y se giró para ver a Cecil. Sin embargo, en lugar de estar usando su armadura oscura, resplandecía cálidamente con la armadura de paladín, haciendo que sus rasgos resaltaran. Eso dejó al guerrero sin palabras.

— Ehh… Cecil —, dijo, con la voz más neutra posible.
— Si no te conociera, diría que estás impresionado —, dijo su compañero, con una sonrisa gentil—. Pero, siendo tú, no puedo declarar eso.
— Al contrario, debo declarar que sí estoy impresionado… — y ante la confusión del otro, aclaró:— ¡No es lo que te imaginas! Es que…
— ¡Ah! ¿Es que nunca me habías visto con esta armadura? — preguntó el paladín

Warrior of Light negó con la cabeza

— Oh, disculpa… Es que trato de no mostrarme mucho con esto, a Firion y los demás los he dejado enceguecidos con tanto brillo… — y rió nerviosamente.
— Ya veo… — replicó el otro, con lo único que se le vino a la cabeza.
— No te preocupes, sé que cuesta acostumbrarse, pero creo que fue por esto que Cosmos me llamó… Porque si se hubiera fijado solamente en mi oscuridad… —, y apartó la mirada, algo avergonzado.

Habría caído en las mismas conclusiones que yo, concluyó mentalmente el de armadura azul, con algo de tristeza. Se acercó a él y lo tomó del hombro, llamándole la atención.

— Disculpa, ¿sí? —, pidió
— ¿Por qué? —, parpadeó el otro

El de cabellos grises movió su cabeza negativamente, dando a entender que no explicaría más de lo necesario.

— Ahora sólo dediquémonos a combatir para conseguir la victoria para Cosmos, ¿de acuerdo? — y sonrió calmadamente

Cecil asintió y se dirigió hacia la salida del gateway, donde se encontrarían sus compañeros.

Definitivamente, nunca más cuestionaré a Cosmos, pensó el guerrero, sintiendo más calma en sus atormentados pensamientos.

[N/A: Definitivamente, Cecil es demasiado gentil, ¿verdad?]

 

019. Blanco

[N/A: Un ligero Kain/Cecil para amenizar la jornada xD]

Para Kain Highwind existían muchas cosas de las cuales admirarse en el mundo de Dissidia, entre los diferentes paisajes, las creaturas que cuidaban del mundo y sus compañeros.

No obstante, nada lo admiraba más que ver a su mejor amigo, Cecil, envuelto en la blanca armadura de paladín, haciéndolo resplandecer a la luz de la luna.

No, no era que se sintiera enamorado de él, pero sí existía una atracción que era difícil de disimular. Mucho más cuando estaban cerca, pues todo hacía parecer que la atracción era mutua… Y eso lo hacía mucho más peligroso, no porque hubiera riesgo de rechazo entre sus compañeros, sino que la relación hacía más vulnerables a los dos en relación al enfrentamiento con sus enemigos…

Y si el enemigo era justamente Golbez, el hermano de Cecil, las cosas se ponían más peliagudas…
— ¿Pasa algo Kain? — pregunta Cecil, con la amabilidad de siempre

Él negó con la cabeza.

— Sólo… sólo pensaba en algunas cosas… — respondió
— ¿Cómo intentar recordar más de nuestro pasado conjunto? — preguntó el otro, con inocencia
— Maldita inocencia, ¡cómo me inquietas con eso! — pensó — Eso… Entre otras cosas— respondió, secamente

Cecil arqueó una ceja.

— Cualquier otro que no te conociera diría que estás tratando de evitar la conversación, pero yo que sí te conozco, puedo decir que no sólo estás haciendo eso, sino que estás nervioso — y como Kain giró la cabeza, él se movió hasta enfrentarlo cara a cara. — ¿Qué sucede? — y esta vez la voz se escuchó más seria.

Como notó que su amigo no se apartaría de su lado hasta saber una respuesta coherente, él se sacó el casco y permitió que sus ojos violetas se encontraran entre sí, buscando sinceridad y apoyo.

— Cecil… No deberías preguntar cosas que nos complican a los dos — respondió, con la mayor calma posible. — Sabes que ambos compartimos muchas cosas, ya que pertenecemos al mismo mundo, pero también… —, y le costó encontrar las palabras adecuadas para continuar —… También hay algo entre los dos que va más allá de lo que deberíamos sentir por el otro…

Las mejillas de ambos se tiñeron de rojo, al darse cuenta que realmente los sentimientos de ambos eran correspondidos.

— Comprendo… — y se acercó al rubio —. Y también hay que considerar que nuestros enemigos pueden aprovecharse de esto, puedo entender eso, aunque… Kain, ¿puede que este sentimiento sea algo que ya existía cuando estábamos en nuestro mundo?

El rubio parpadeó, tratando de no pensar en eso. Mas, en su corazón surgió la angustia de saber que lo más probable era que no era así.

— No… No lo creo — respondió, finalmente

Cecil sonrió tristemente

— Entonces no quiero seguir recordando sobre mi mundo — dijo, con decisión
— ¿Por qué? — preguntó el rubio

El de cabellos blancos se acercó a él e inclinó su cabeza hasta apegarse en el hombro de Kain.

— Porque quiero vivir estos nuevos recuerdos contigo… Y no me importan las pruebas que se nos vengan en el camino… Quiero vivirlos a tu lado —, y alzó el rostro para encontrarse nuevamente con la mirada de Kain

Kain correspondió la mirada y notó tanta sinceridad en los ojos de su compañero que sintió su corazón arder con algo más que la atracción que sentía

— ¿Estás seguro? —, preguntó, con una voz un poco más insegura de su aparente expresión

Cecil asintió con la cabeza

— Siempre y cuando tú también lo desees…

Sólo bastaron esas palabras para que el dragoon tomara en sus brazos al paladín y le diera un gentil beso en los labios, sellando con eso el principio de su relación.

… Ciertamente, sólo el tiempo dirá qué final tendrá esa relación

 

020. Sin color

¿Cómo sería el morir…?

Tantas veces se había preguntado lo mismo, sin embargo sólo ahora podía responder aquella pregunta. Sólo ahora, cuando estaba agonizando luego de combatir para cerrar la fisura en Empyreal Paradox,

A su lado estaban las figuras ya desfallecidas de Laguna y Vaan. Ni siquiera se atrevió a arrastrar su cuerpo hacia ellos pues era consciente de que ya no obtendría respuesta de su parte.

Frente a ella se encontraba Kain. El otrora poderoso dragoon yacía soltando su último aliento de vida al haber entregado todo en este último combate. Quizás era una manera de pagar por todos los pecados cometidos en el pasado, pero para ella probablemente su único pecado fue mancharse las manos con sangre de sus propios camaradas, aún cuando fuera para el bien de todos en el final.

Lightning se encontraba muy cerca de Kain. Quizás era la que menos se quejaba de todo el grupo, aparentemente resignada a morir, pero a hacerlo con honor. Mas, se notaba que se esforzaba en no pedir ayuda ni compañía, quizás para mantener su actitud orgullosa hasta el final.

Finalmente, muy cerca de ella se encontraba Tifa. Ella tenía una extraña expresión de paz en su rostro, como si supiera que realmente éste era el final… O tal vez era la paz de haber hecho todo sin mayores arrepentimientos.

En tanto, si ella se miraba a sí misma…

Yuna miraba al cielo, como buscando ver su propio reflejo en aquel lugar. Sentía su corazón cansado, pero con la extraña satisfacción de haber conseguido ayudar en aquel combate, donde podría asegurar la victoria definitiva de Cosmos sobre Chaos y, por sobre todo, asegurar que Tidus estaría bien…

Aunque, si pensaba en Jecht…

Una punzada recorrió su corazón, recordando la última vez que lo había visto y una oleada de preocupación la recorrió. ¿Cómo estaría? ¿Qué había pasado con él?

Supongo que ya no tendré tiempo para saber eso, pensó, con algo de tristeza y en eso sintió cómo la muerte clamaba por ella…
Y así, todo en su mente terminó de tener sentido, cuando notó que la muerte la hacía ver sin color…

Sin color, como estar en una última visión…

 

021. Amigos

Ciertamente, en el mundo de Dissidia no habían mejores amigos que Bartz y Zidane.

Nadie sabía el porqué era esto, pues algunos creían que ser demasiado parecidos en personalidades también hacía que hubieran disputas en lugar de formarse lazos o que, finalmente, al parecerse tanto, terminarían por aburrirse de la presencia del otro y se separarían. Sin embargo, parecía que ambos se divertían retando tanto al destino como a los guerreros de Chaos ya que, unidos, no existía nadie que los pudiera detener.

Y ahora se encontraban, para variar, juntos recostados en la hierba de uno de los pocos lugares de aquel mundo que seguían sin ser tocados, disfrutando de la paz que reinaba en aquel sitio

“¿Te acuerdas de la primera vez que nos conocimos?”- preguntó Bartz
“No me digas que te has puesto nostálgico”- respondió Zidane, con una sonrisa divertida
“Es que… Me pregunto si siempre fuimos así de unidos, así de amigos”- y sus ojos castaños se clavaron en el horizonte

El rubio parpadeó confundido

“¿Y de cuándo que te importa eso?”- reclamó luego, algo molesto

Su compañero lo miró confuso

“No me refiero a que si me importa o no”- le dijo:- “Sino que me gustaría que no fuera sólo en este ciclo que hayamos formado nuestra amistad, sino que se remontara a mucho tiempo atrás”

Zidane miró nuevamente al cielo y meditó por un momento las palabras de su amigo

“A mi también me gustaría eso… Aunque a la vez eso se me hace muy triste”- pensó en voz alta, mientras sus ojos se llenaban de nostalgia
“Puedo imaginarme porqué”- dijo Bartz, su voz llena de la misma sensación:- “Pero a la vez me daría gusto que fuese así… Que las aventuras que hemos compartido hayan sido de mucho tiempo y que juntos hayamos encontrado muchos tesoros”
“Pero… Seguramente ya te los habría ganado todos”- se rió el otro
“Quizás… O puede que haya habido alguien que nos haya ganado antes”- y ambos rieron un buen rato

Se miraron mutuamente, con tranquilidad

“De cualquier manera, doy gracias a Cosmos o a quien sea por encontrarte en mi camino”- dijo Bartz y, al ver que su compañero de aventuras no respondía, volvió a girarse para mirar el cielo
“Yo igual… Estoy feliz de haberte encontrado”- escuchó la voz de su amigo y no bastaron más palabras entre ambos. Ya se habían dicho todo lo que necesitaban.

 

022. Enemigos

Ninguno de ellos lo deseaba, pero ambos se encontraban en lados opuestos de la batalla. Quizás el camino de cada uno de ellos se había distorsionado tanto que tan sólo eso impedía que existiera la posibilidad de combatir ambos del mismo lado, al menos apoyándose mutuamente, ya que sus habilidades eran totalmente diferentes.

Era triste pensar en ellos. Eran hermanos, pero nada permitía compartir el mismo camino. Y aún así, en las noches en que resplandecían las dos lunas en el mundo de Dissidia, Cecil y Golbez, pese a pertenecer a bandos opuestos, se reunían para intentar recordar juntos el tiempo en que ambos compartían el mismo mundo, y probablemente el mismo lado de la batalla… O al menos, eso deseaba pensar el menor de ellos, pues su hermano era consciente de todas las atrocidades que había cometido.

“¿Aún deseas reunirte conmigo aquí?”- preguntó el de armadura oscura, con voz triste
“No hay motivo para que no nos veamos, al menos no aún”- respondió el Paladín:- “¿O es que acaso nuestros lazos como familia no sirven más?”

El mayor no pudo reprimir una carcajada, que para horror del peliblanco, no dejaba de sonar algo malvada.

“No puedo responder a eso, Cecil”- dijo Golbez, con voz profunda:- “Pero sí puedo decir que si nuestros lazos fuesen realmente fuertes, lucharías a mi lado y no del de Cosmos”
“Hey, podría decirte lo mismo”- replicó el otro, con voz seria, aunque más parecía un reproche infantil

Nuevamente, su hermano se rió

“Se nota que sigues siendo mi gentil hermano, Cecil. Buscas en mi una luz que quizás nunca existió”
“Pero… Si fuese así, no te importaría sentir mi dolor de luchar contra ti… Quizás ni siquiera te importaría acabar conmigo”- y la voz del otro sonó con tristeza
“Puede ser… Pero mis chances de redención son muy pocas, en tanto… No importa cuánto sepas equilibrar la luz y la oscuridad en tu propio corazón, aún hay cosas que pueden alterar ese equilibrio tanto para uno como para otro lado…”- y la voz de Golbez se llenó de seriedad
“¿Cosas como qué?”- preguntó con inocencia
“Highwind”- respondió, y pareció que la voz se llenó de más ira

El de ojos violetas parpadeó confundido

“¿Kain? Sólo somos amigos”- preguntó y no pudo evitar la aparición de un tinte rosa en sus mejillas
“¿No te ves? Simplemente menciono su nombre y tu mente pareciera cambiar su revolución a una velocidad impresionante”- y soltó un bufido:- “Aún así… Si estás tan decidido a encontrar Luz en mi, deberías dejar en claro tus sentimientos, no sea que ellos jueguen en contra tuya finalmente”

Cecil asintió, aún algo confundido, aunque luego sonrió gentilmente

“¿Ves? Aún cuando podrías haber jugado con mi mente…”- y notó cómo los ojos de Golbez relampaguearon:- “Preferiste darme un consejo como el buen hermano mayor que eres… Seremos enemigos, pero realmente ninguno de ambos quiere eso”- y se puso de pie, notando que las Lunas comenzaban a desvanecerse:- “¿Nos encontraremos de nuevo acá?”
“No sé… Dependerá de cómo cambia el curso de la batalla”- respondió el otro y se puso de pie, acercó gentilmente su mano y acarició la cabeza de su hermano:- “No debería decirlo, pero cuídate, Cecil”
“Tú igual, Golbez… Y espero que estos encuentros no desaparezcan de mi mente”
“Nadie sabe cómo funciona eso… Pero prometo que hallaré la manera en que puedas recordar, al menos esto”
“Gracias”

Y, sin decir palabras de despedida, ambos tomaron caminos opuestos, deseando volver a encontrarse en aquel punto medio que se convertía en su verdadero hogar.

 

023. Amantes

[N/A: ¿A quién pongo? Rayos, hay tantas parejas que me gustan en Dissidia que no puedo decidir >.<… Espero les guste mi elección y advierto, no hay ni una gota de explícito, por las dudas -o-]

Del lado de Chaos, en el mundo de Dissidia, hay muy pocas cosas prohibidas, pues el deseo de tener más poder, dominar, o destruir el mundo eran tan importantes en ellos que no importaba el modo de conseguirlo, así que el disfrutar de ello a pleno era la regla principal en medio de ellos.

Sin embargo, lo que realmente estaba prohibido era tener cosas como sentimentalismo, lo cual, según ellos impedía tener la mente clara para la batalla y permitía que sus enemigos tuvieran más chances de vencerles…

Si tan sólo supieran…

En fin, cualquier sentimiento que fuera “puro” era prohibido, en especial para que los otros no se aprovecharan de esa ventaja. Además, el ser el preferido o la preferida en el lado de Chaos era tan importante que no importaba pisotear o destruir a los demás.

No obstante, en las noches nadie sabía que existía un par de ellos que se reunía secretamente, no para planear nuevas formas de acabar con los aliados de Cosmos o cómo convertirse en dioses, o ninguna de esas cosas, sino que se concentraban en ellos mismos, en el otro, y en la manera de complacer al otro, algo que nunca habían hecho en sus respectivos mundos, ni les había importado hasta ahora…

... Mas, ahí estaban ellos, desnudos, disfrutando de los placeres del tener al otro consigo.

No se decían cosas “puras”, de hecho, era posible que sólo estaban con el otro simplemente por haber conseguido encontrar a un supuesto “igual”, alguien con quien compartir el poder y el placer de dominar a otros como se les diera la gana, pero las caricias y los gemidos que antes eran más para auto complacerse se habían convertido en deseos de que el otro disfrutara tanto como él o como ella, sin importar los medios para conseguirlo. Se había vuelto una batalla por dominar al otro, pero a la vez, de una manera retorcida y desconocida para el otro, de conseguir conquistar por medio de lo que ellos nunca habían deseado tener, sentimientos.

Caricias, gemidos, un poderoso aroma a rosas negras, mientras velas violáceas iluminaban el ambiente. La cama, con postes de oro y colchón de la más fina calidad sostenían con firmeza el movimiento constante de ambos. Las sábanas de satín terminaban siempre abandonadas en la mullida alfombra que cubría el suelo de la habitación y las almohadas de plumas de chocobo sólo servían para dar mejor comodidad al que le tocaba estar abajo en el turno. Siempre tenían a mano vino rosado para el momento de descansar y, finalmente, ambos habían llegado al punto de abrazarse para disfrutar el momento después de gozar de su acto.

Pero, cuando llegaba la mañana, ambos dejaban sus sentimientos de lado y salían sigilosamente de aquella habitación para volver a ser peones de Chaos, listos nuevamente para la batalla. Sin embargo, antes de separar sus caminos, siempre se decían la misma frase prometedora

“Recuerda, es nuestro secreto”- dice ella, mientras acaricia la barbilla de su amante
“Así es, hasta que nosotros ganemos el poder definitivo y seas mi Emperatriz por la eternidad”- y daba un caballeroso beso en la mano
“Hasta la noche, Mateus”- y siempre se alejaba antes de escuchar la respuesta
“Hasta la noche, Ultimecia”

[N/A: No se lo esperaban… ¿o sí?]

 

024. Familia

Dentro del mundo de Dissidia, uno de los dilemas más grandes que existen entre sus habitantes es cómo rayos podían ser familiares Laguna, que era carismático, bueno para reírse, llegando incluso a parecer un tonto a los ojos de los demás… Y Squall, que era prácticamente todo lo contrario a su padre.

Tanto así… Que incluso los miembros del bando de Cosmos preferían que se mantuviera la distancia entre ellos, para evitar que los conflictos entre ambos terminaran por complicar la relación entre el grupo en general.

Sin embargo, ocurrían sucesos que no podían ser controlados por simples mortales y ahí estaban ahora ambos, combatiendo juntos contra un grupo de mannikins que parecía tener el deseo de acabarlos aquí y ahora.

“Buen momento para encontrarse, ¿no?”- preguntó el mayor, con el optimismo de siempre
“…”- fue la respuesta escuálida del castaño, concentrado en dañar con todas sus fuerzas al equipo contrario.
“¿Sabes? Si no dices tus puntos de vista no podremos crear un plan común para derrotarlos”- y disparaba con todas sus ganas a las imitaciones de Cecil y Firion, haciéndolos desaparecer.
“No me interesa”- replicó Squall, lanzando un Blasting Zone que acabó rápidamente con un gran grupo de copias

Laguna suspiró. Nunca le había gustado esa actitud de su hijo y se cuestionaba constantemente el cómo se las apañaría solo en este vasto mundo. Sin embargo, ambos continuaron combatiendo hasta que despareció el último mannikin

“No deberías desconfiar tanto de las habilidades de tus compañeros”- volvió a hablar luego de un rato
“No es que desconfíe de ellos, sólo…”- y se detuvo en seco:- “¡Rayos! Estuve a punto de…”- y negó rápidamente con la cabeza, volviendo a su estoica expresión
“Sólo no quieres arriesgarlos cuando tomas decisiones tan drásticas, ¿no es así?”- preguntó el mayor con una gentil sonrisa
“No es de tu incumbencia”- replicó el de ojos azules, tratando de mantener la distancia
“Soy tu padre, aunque no quieras admitirlo. Aunque trates de negarme cualquier cosa, incluso en castigo por haber estado lejos de ti durante toda tu infancia, simplemente sabré qué piensas y qué necesitas, sólo por ser tu padre”- recalcó, con una seriedad que nadie había visto antes

Squall parpadeó un par de veces, entre sorprendido y confundido por la actitud de Laguna, pues él nunca había deseado mostrar aquel lado paternal antes… ¿Por qué ahora?

“Es un poco tarde para esas cosas, ¿no crees? Ambos tomamos nuestras decisiones e incluso en muchos factores ha sido mejor que sea así”- contestó finalmente

Laguna volvió a suspirar. Era como había sospechado: hablar con Squall era igual a hablarle a una pared. Ante tal revelación, acomodó su arma y comenzó a tomar nuevamente su camino, con intención de alejarse lo más rápidamente posible.

“¿No vas a decir más, padre?”- escuchó la voz de su hijo, con algo de burla
“Creo que no necesito hablar más. Sólo espero que encuentres alguien que pueda sacarte de las cuatro paredes que llevas como coraza”- y desapareció entre la neblina.

Squall lo vio alejarse, confundido y con una sensación en el corazón que no le agradaba para nada. No sabía el porqué, pero nunca había esperado una reacción así de Laguna, ni mucho menos que le diera aquel consejo de padre que siempre había ansiado, pero que ya hacía tiempo había desistido de obtenerla.

Sólo por esta vez, deseó pedirle perdón… Pero que nadie se enterase de aquello nunca…

 

025. Extraños

Para aquellos que residían más tiempo en el mundo de Dissidia y en el Santuario de la Orden, fue totalmente sorpresiva la llegada de su nuevo miembro, Warrior of Light, en especial para Lightning, quien hasta entonces había sido la líder indiscutida del grupo… Bueno, quizás Squall y Kain podían ponerla en aprietos, pero ella era quien había creado las mejores estrategias de batalla lo cual había provocado que este ciclo de batallas hubiera durado más tiempo que lo acostumbrado.

No obstante…

El mirar el porte gallardo, la poderosa armadura de color azul y, en medio del casco, aquella fría mirada decidida a entrar en combate hizo que la de cabellos rosas se sintiera de inmediato intimidada y se dio cuenta de inmediato que sólo él podría ser un mejor líder que ella.

Mas, en ese momento no se percató de la mirada intensa que el guerrero le propinaba.

Era cierto que ella no llevaba una armadura como la de él, pero se notaba que, para ser una mujer, era alguien firme y fuerte en la batalla. No la había visto en combate, pero por la forma de los músculos de sus brazos y sus piernas, podría adivinar que poseía un excelente entrenamiento y que sus movimientos al luchar eran sutiles, al igual que letales. Además, podía notar en su mirada que ella le estaba analizando al igual que él.

Posiblemente, ella era la única que podría enfrentarle de igual a igual en una batalla de los que conformaban el equipo de Cosmos, mas nunca lo admitiría a nadie que no fuese realmente de su confianza.

“Mis guerreros…”- se escuchó la voz de Cosmos:- “Espero que se acojan mutuamente en este mundo lleno de desgracias, pues sólo si nos apoyamos los unos con los otros podremos tener una oportunidad de acabar con las fuerzas de Chaos”

Todos los presentes en aquella reunión asintieron ante las palabras de la diosa, comprendiendo que la unión entre los guerreros de Cosmos era algo fundamental para la batalla que se avecinaba. Mas, el no conocer el nombre del misterioso guerrero recién llegado provocaba dudas y cierta desconfianza.

“Sin embargo, no nos has dicho tu nombre, guerrero”- dijo Kain, con su voz profunda

Eso provocó que las miradas de ambos reaccionaran y se dirigieran al dragoon

“Yo… No recuerdo mi nombre”- admitió el recién llegado

El grupo soltó un suspiro, pues era algo normal que en un principio todo fuera extraño para ellos, incluida su propia identidad

“No te preocupes”- dijo Laguna con su sonrisa acostumbrada:- “Ya nos lo vas a decir”

Warrior of Light asintió seriamente ante las palabras del gunner, mas sin querer dirigió su mirada a aquella pelirrosa que había llamado su atención. Sus miradas se entrecruzaron y, esta vez ambos eran conscientes de la intensidad con que lo miraba el otro.


Eran completamente extraños, pero ya habría tiempo para conocerse y, con toda seguridad, era lo que ambos realmente deseaban.

 

026. Compañeros de Equipo

[N/A: Ya era hora que saliera Cebollita... xD]

Era la primera vez que se veían en el mundo de Dissidia, mas ambos sentían aquel instinto que les llamaba a confiar en el otro, aunque fuese lo único en lo que podrían confiar.

Eran una mujer y un niño, posiblemente no mayor a los 12 años de edad. La mujer andaba con un vestido de color rojo, botas que llegaban un poco más debajo de la rodilla y una gran bufanda la acompañaba. El niño, en tanto, estaba cubierto por un traje rojo con bordados dorados, un casco con plumas en la parte de atrás y una pequeña espada, que iba de acuerdo a su estatura.

Ella fue la primera en despertar y lo primero que notó fue al pequeño, el cual parecía estar en una posición poco cómoda. Un movimiento más y se hubiera insertado la pequeña espada quizás en qué parte, por lo cual movió ligeramente la espada y acomodó al pequeño en sus brazos, para que pudiera descansar un poco más.

Miró a su alrededor y se dio cuenta de lo hostil que era el ambiente y con mayor razón deseó proteger al más pequeño. Mas, notando que la espada poseía un extraño poder, pudo percatarse que él sabía combatir.

En poco tiempo el pequeño despertó y de primera se asustó al ver a la mujer a su lado. No obstante, no pudo sentir en ella algún tipo de energía negativa y se tranquilizó, en especial sintiendo la intensa y preocupada mirada de la otra.

“¿Dónde estamos?”- fue lo primero que preguntó
“No lo sé”- respondió la mujer mientras negaba con la cabeza:- “Lo único que sí puedo suponer es que estamos cerca de territorio enemigo, pues el ambiente hostil no ha variado desde que desperté”
“¿Enemigo? ¿Entonces tú estás del lado de Cosmos?”- insistió el pequeño
“No lo sé”- replicó la mujer, con una mirada de incertidumbre

El pequeño parpadeó y luego sonrió amablemente

“No creo que alguien como tú pertenezca al lado de Chaos”- aseguró:- “Tu aura es muy gentil y pareces alguien con un corazón puro”
“Para ser un niño eres muy observador”- dijo la mujer:- “Pero aquí no estoy segura de nada… De hecho, ni siquiera sé porqué estoy aquí”

El niño pareció descorazonarse ante las palabras tristes de su compañera, pero intentó animarla lo más rápido posible.

“Bueno, tienes habilidades, ¿no?”- preguntó y ante la respuesta afirmativa de la otra, continuó:- “Entonces no es casualidad que estés acá. Cosmos debió confiar en ti, por lo cual te llamó”

La mujer asintió, aunque un poco dubitativa

“Espero que tengas razón”- dijo, intentando sonreír
“Ya verás que sí”- contestó el pequeño:- “¿Y cómo te llamas?”
“Terra”- respondió
“Me llamo Lunneth, pero acá me llaman Onion Knight, aunque no sé realmente porqué”- y sonrió traviesamente:- “A partir de ahora seremos compañeros, un solo equipo, ¿vale?”
“Sí”- asintió Terra


Y así ambos comenzaron una tierna relación que se convertiría en la más férrea amistad.

 

027. Padres


En el mundo de Dissidia por un día y sólo por un día se permitía a los guerreros de ambos bandos recordar algunas cosas sobre sus vidas anteriores. La vez anterior, Jecht y Laguna recordaron que eran padres de Tidus y Squall respectivamente.


Y, en esta ocasión, Cecil pudo tener la visión clara de una mujer de cabellos rubios con un pequeño en sus brazos y ahí lo supo al instante. Con certeza, aunque no recordara a la mujer, sabía que ese bebé era su hijo…


Y sintió la necesidad urgente de tomar un buen trago para tranquilizarse, ya que la noticia lo había paralizado por completo. ¿Él? ¿Padre? ¿Tan joven? ¿Y quién era esa mujer? ¿Su esposa? Le surgió un gran dolor de cabeza.


“¿Alguien sabe dónde habrá un bar?”- preguntó


Firion y Kain, sus compañeros de equipo en ese momento lo miraron confundidos


“Cecil… Deberías recordar que no te va bien el alcohol”- advirtió el dragoon, con tono preocupado

“¿Y si recuerdas que eres padre, no crees que necesitas un buen trago?”- replicó su amigo, algo enfadado


Sus compañeros se miraron mutuamente. Realmente eso era una gran revelación


“Por lo que recuerdo… Debe haber un Mog’s House cerca”- dijo el de cabellos platinados:- “Si realmente necesitas eso, creo que no hay motivos para negarte eso”


Cecil esbozó una sonrisa en agradecimiento y los tres se encaminaron hacia el local. Este era una vieja casona de madera, cuyas tejas parecían haberse reparado en innumerables ocasiones. No tenía ventanas, pero en su interior el aire acondicionado daba el alivio ante el calor que reinaba en aquel día. Agradecidos con el cambio de ambiente, entraron al local y, para su sorpresa, se encontraron con Laguna y Jecht, los cales también parecían inmersos en sus propios recuerdos


“¡Hola!”- saludó Firion

“Vaya, tres hombrecitos correctos en un bar, eso no se ve todos los días”- dijo Jecht, con algo de sarcasmo

“Hasta el más santo necesita desahogar de vez en cuando sus penas con alcohol”- dijo Cecil, sentándose a su lado

“¿Ah? ¿Qué pasó?”- preguntó Laguna

“No preguntes demasiado”- respondió Kain:- “Cecil está realmente mal”


Los dos mayores parpadearon confundidos


“¿Y eso?”- preguntó Jecht


Luego de haber pedido el primer trago, Cecil respondió con desazón


“Recordé que soy padre”- respondió, soltando un suspiro


Hubo un momento de confusión hasta que los otros dos sonrieron abiertamente


“Bienvenido al clan”- dijo Jecht, finalmente

“Entonces no eras tan joven como creíamos”- bromeó Laguna con una gran sonrisa

“No me molesten con eso”- replicó Cecil, mortificado

“¿Y cuántos años tiene tu hijo?”- preguntó Firion, quien se había sentado al lado de Laguna

“Pues… Creo que meses”- respondió, aún más deprimido

“Oh, entonces tu caso es como el de Laguna. ¿Abandonar a tu hijo tan pequeño? ¡Después se vuelve un inadaptado social como Squall!”- habló Jecht, divertido

“¡Hey!”- reclamó el de ojos verdes

“Lamentablemente, creo que si no regreso pronto va a pasar eso”- dijo el peliblanco y se tomó un segundo trago de alcohol

“¡Que mi hijo no es un inadaptado! Sólo… No le gusta estar con mucha gente alrededor”- admitió Loire, con desazón

“Es casi lo mismo”- murmuró Kain, quien estaba sentado junto a Cecil

“No me depriman más…”- y el Paladín se tomó de un sorbo el tercer vaso

“Mira el lado positivo… No tendrás que cambiar pañales”- dijo Jecht, con optimismo

“Bueno, tampoco tendrás que aguantar las noches que esté enfermo”- continuó Laguna

“O tendrás que aguantar sus pataletas”

“O tener que hacer esa conversación…”

“¡Argh! ¡Que se callen!”- volvió a reclamar Cecil, quien ya tenía un tinte rosa en sus mejillas


Cuando iba a tomarse el cuarto o quinto vaso, Kain se lo quitó de las manos y se la bebió él rápidamente


“¡Hey! ¡Necesito mi alcohol!”- reclamó su amigo

“Pues si sigues así no serás capaz de estar en pie”- replicó Highwind, con seriedad:- “Además tu tolerancia al alcohol es muy baja y no pienso estar cargándote cuando ya estés ebrio”


Ante la respuesta, el dragoon se ganó una mirada asesina del Paladín, el cual ya había pedido un nuevo vaso y esta vez se la bebió rápidamente.


“Déjalo”- dijo Jecht:- “Cuando Laguna descubrió que era padre de Squall se bebió dos botellas de vodka al seco. Ni siquiera te diré cómo estaba cuando nos convocó Cosmos… Al menos el Paladín se controla”


Kain gruñó afirmativamente y dejó que las cosas siguieran su curso normal, pues ya Cecil y Laguna comenzaban a llorar por los momentos perdidos con sus respectivos hijos, pensando en qué habría ocurrido si hubieran elegido estar con sus respectivas familias. Increíblemente, el alcohol hacía parecer que el par eran más parecidos de lo que aparentaban.


Pasó la noche y los tres padres, ya totalmente ebrios comenzaron a cantar canciones de cuna imaginándose que estaban con sus hijos. Firion ya se había retirado a hacer guardia y Kain estaba atento cuidando a su amigo, pues sabía que le iba a tocar un difícil regreso a casa. De los tres, el más controlado era el jugador de blitz, mientras que el gunner y el Paladín ya estaban pronto a caer en la inconsciencia.


“Ya es suficiente”- dijo el dragoon luego de notar que Cecil ya se quedaba dormido:- “Me lo llevo”

“¡No te lo lleves!”- exclamó Loire:- “Es el único que me entiende”- y volvió a llorar

“Déjalo, la noche aún es joven”- dijo Jecht, dándole una palmada en la espalda:- “Mejor te lo llevas y consigue algo para el dolor de cabeza que tendrá en la mañana”


El rubio asintió y se llevó a cuestas a su amigo hacia el campamento que había creado ya el weaponsmaster


“Kain…”- murmuró Cecil

“Dime”- replicó su amigo

“¿Y si en realidad los tres éramos amantes?”


El dragoon se detuvo en seco


“Estás delirando”- replicó, luego de un rato para volver a caminar

“No lo creo… No recuerdo tanto a la mujer, pero sí puedo tener recuerdos de los tres juntos, compartiendo nuestras aventuras”


Kain se sacó el casco, cosa que siempre hacía cuando hablaba de cosas serias con su amigo y contestó


“Es cierto… Ella siempre nos apoyaba”- y se notó en su voz en tono de melancolía

“Entonces la recuerdas…”

“Sí”


Continuaron un rato en silencio, mientras ambos estaban inmersos en sus propios pensamientos.


“Aún así, creo que éramos amantes”- volvió a hablar el de ojos violetas


El otro volvió a detenerse


“¡Que no lo éramos!”

“¿Quieres comprobarlo?”- replicó el Paladín, con una sonrisa que intentaba ser seductora


El rubio se sonrojó ante la insinuación y continuaron hasta ver el campamento.


“Mañana ya olvidarás esto”- respondió, esta vez con un tono amargo:- “Mejor ve a dormir”


Cecil no contestó, pues ya estaba en el borde de la inconsciencia. Kain lo ayudó a acomodarse en su saco de dormir y se quedó dormido de una sola vez. Kain se quedó cuidándolo un momento para luego cambiar turno de guardia con Firion.


Seguramente, sería una noche muy larga para él

 

028. Niños


Para muchos de los guerreros de Cosmos que habitaban el mundo de Dissidia, existían cosas sumamente injustas. Entre ellas, una de las cosas más injustas era que dentro de los guerreros de Cosmos hubieran dos niños como eran Onion Knight y Vaan.


Era cierto que ambos eran totalmente diferentes, pues el más pequeño parecía tener más conciencia de ser guerrero y dejaba de lado su inexperiencia para intentar día a día ser mejor y no ser una carga para sus compañeros. En tanto, Vaan era un joven sumamente despreocupado, aún cuando tenía un gran manejo de diferentes armas y se notaba por su mirada que en el mundo donde procedía había pasado muchas cosas difíciles. Es más, todos sabían que, con un poco más de disciplina, el muchacho sería un buen líder de equipo.


Aún así, para personas como Warrior of Light, era bastante injusto que ellos dos estuvieran acá, cuando podían existir en el mundo guerreros mucho más capacitados y con más edad.


Un día se decidió y los llamó a reunirse con él.


“¿Qué necesitas?”- preguntó Vaan

“Hay cosas que no comprendo, como el que ambos estén acá. Por lo tanto, creo que es justo enfrentarnos y probar nuestras habilidades para ver si realmente están capacitados para combatir del lado de Cosmos”- respondió el de armadura azulada, con mirada fría


La mirada confundida de los menores bastó para que el guerrero alzara su espada y se pusiera en posición de ataque.


Los chicos, en tanto, sólo en ese momento pudieron comprender que el Guerrero hablaba en serio. Se pusieron en guardia y se miraron mutuamente para comprender que sólo podrían vencer si trabajaban en equipo.


A una señal, el más pequeño se movió rápidamente para intentar dar con el guerrero, pero el de cabellos grisáceos se apartó rápidamente, provocando que su rival casi se cayera. Mas, no tuvo ocasión para contratacar porque Vaan, en un movimiento casi tan rápido como el del pequeño, atacó con un bastón, propinándole unos cuantos certeros golpes en el área del estómago. Como si fuera poco, cuando al fin tuvo momento de pensar en una nueva estrategia, Onion Knight ya se encontraba en el aire lanzándole pequeñas piedras de meteorito, los que alcanzaron solamente a dañar su majestuosa capa


“Son rápidos”- declaró, intentando provocar que los otros dos se calmaran

“Sólo respondemos a tu provocación”- respondió Vaan, con la espada lista para el ataque.


El mayor notó que ninguno de ellos bajaba la guardia, como era de esperarse de un guerrero que ya había librado al menos sus primeras batallas. Bajó su espalda y se giró


“Bien, han pasado mi prueba… Tenía mis dudas, pero me alegro de que entre ambos lo hayan contestado”- dijo, y luego comenzó a retirarse

“¡A qué te refieres!”- preguntó Onion Knight

“Que les debo a los dos una disculpa”- y los miró a los ojos:- “Pues tienen el cuerpo de niños y en muchas cosas aún pueden reaccionar como ellos, pero noté tan solo con este combate que están preparados para combatir”- y retomó su camino:- “¡Hasta pronto!”


Confundidos, los otros dos se quedaron ahí, se miraron y se encogieron de hombros a la vez. Para ellos, lo más probable era que se tratara de cosas que aún no podían comprender y no desearon profundizar más, por el bien de sus propias mentes.