Tú y yo, sólo los dos. [Inu&Kag]

Re: Tú y yo, sólo los dos. [Inu&Kag]

¡Holaaa!

Que bueno que les gustó el capítulo ...

Ahora traigo otro.. xD.

Capítulo 18 : Rumores

La sintió muy débil entre sus brazos, un pequeño capullo, un hermoso capullo...

- pensé... que...- Kagome titubeó con miedo, alejándose un poco de él, sólo para poder observarlo directamente, mirar aquellos ojos dorados que tanto le gustaban. - Ellos dijeron...-

- ¿Qué moriría? - se separó completamente de ella, dándo un paso hacia atrás y enfocándo sus ojos dorados en su bello rostro.

- Sí - murmuró bajando su rostro, sintiéndose cohibida ante su mirada ambar.

- Tonta, a mi no me matan con facilidad - Se cruzó de brazos, tratándo de aparentar orgullo.

- Claro, al gran Inuyasha...- dijo ella, brindándole una sonrisa.

Inuyasha hizo una mueca de enfado, al darse cuenta de una mancha violeta en una de sus afiebradas mejillas. Quizo pensar que tal vez era del accidente... pero... Ella no tenía ese moretón... lo observó con más atención, acercándo una mano a la mejilla lastimada... no, eso era reciente.

Kagome se alejó nerviosamente, dándose cuenta de la pared de madera que estaba detrás de ella, no permitiéndole alejarse de Inuyasha. Lo vió fruncir para luego querer decir algo, moviéndo apenas sus labios, mas obstante no salió ningún sonido.

- Inuyasha, tenemos que irnos - Miroku advirtió a Inuyasha - Las cámaras seguro nos delataron -

- Sí, vámonos, antes que lleguen - Dijo Inuyasha, aún con la vista puesta en la modelo, se acercó y le sujetó su muñeca, jalándola hacia la puerta. - Miroku cuida a Sango... ¡No quiero volver a rescatar damiselas! -

- ¿ y a DamiselOs? -

- ¡No! - protestó Inuyasha, saliéndo por la puerta. Su mirada dorada se intensifico más, y sus pupilas se dilataron, cosa que no pasó desprevenido para Kagome, la cual lo observaba con mucho detenimiento.

- ¡Kagome, ¿estas bien? - Le preguntó Sango en su oído.

- errr... sí...- le dijo apenas, ofreciéndole una sonrisa.

-Vamos - dijo de pronto Inuyasha, jalándo a Kagome y seguído por Miroku y Sango.
_____

caminaron con mucha cautela, por entre los árboles, siguiéndo a Inuyasha que iba adelante, guiéndolos hacia quién sabe dónde...

- Miroku... ¿Qué le pasa a Inuyasha? - preguntó Sango muy bajito.

- ¿De qué? - Miroku le devolvió una mirada confusa.

- Está muy raro -

Kagome escuchaba la conversación de los dos, ya que estaba detrás de ellos.

- ¿Has oído los rumores? -

- Algo...- le respondió Sango, dándole una mirada a Inuyasha, el cual seguía adelante de guía.

- ¿Qué rumores? - esta vez fué Kagome quién quizo participar.

Inuyasha se paró brúscamente, haciéndo que Miroku se topara con su espalda y así también con Kagome y Sango.

- Han escuchado de los Youkays - dijo de la nada Inuyasha, volteándose lentamente, mostrándo sus ojos dorados, que con la oscuridad del lugar brillaban más.

Continuará...

Chiquita, pero les prometo más larga para el lunes.

¡Besos!

CatO*

 

Re: Tú y yo, sólo los dos. [Inu&Kag]

¡Holaaa!

-Capítulo 19-

El silencio era tan tenso que podía cortarse con una navaja. El lugar no era el indicado y menos la situación en la que estaban, los secretos serían para más tarde. Inuyasha se volteó rápidamente, dejándo al lado todas las preguntas que surgieron gracias a su comentario. Caminó desenfrenadamente hacía donde su instinto lo guiaba, podía ver todo con una claridad inusitada.

-¿Inuyasha?, ¿Me escuchas? - le gritó Kagome, desde atrás.

- No - dijo con amargura, empezando a molestarse por los cuchicheos de Sango y Miroku.

- ¿A qué te refieres con...?-

- Nada - Vociferó parándose de una y dándole una mirada temible a Kagome, la cual a penas había percibido el enojo de Inuyasha. ( Gracias a la oscuridad ).

- Pero...-

- Sólo... déjame en paz - se volvió a girar, empezándo con su caminata hacía la oscuridad del bosque.

Miroku se acercó a Kagome con Sango, y sin decir nada siguieron los pasos de Inuyasha.

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- Si no me sacan de aquí, les juro que se arrepentirán - Gritó a todo pulmón Kagura, pegándo como loca las barras de las celdas.

- No lograrás nada - Mioga permanecía en un rincón de la celda, observándo cada movimiento de Kagura.

- Me van a escuchar - gritó de nuevo, histérica.

- Se calla señora por las buenas o ....-

- ¡No me importa!, quiero que me dejen salir - le refutó al guardia.

- Pués yo le advertí...-

El guardia acomodó su cinturón, alzándose sus pantalones. Buscó sus llaves dentro de sus bolsillos y se acercó a la reja, cuando iba a abrirla, una voz a sus espaldas lo hizo saltar.

- ¿Qué haces? - Naraku siseó - Sabes que no puedes liberar a los prisioneros.

- ¿Qué prisioneros?- se quejó Kagura, mientras Mioga movia desde atrás su cabeza, en forma negativa.

- Tú - le dijo el guardia con mala cara, para luego volver hacia Naraku - Perdón señor Naraku, yo sólo quería darle una lección a esta mujer tan escandalosa -

- Escandalosa tu mujer - gritó Kagura ya roja de rabia.

- ¿Qué dices? - giró el guardia, también rojo de rabia. - A mi mujer, Petronina Ortencia Garabín de suecos, me la dejas en paz.

Kagura se relajó, sintiéndo como una gota se le caía detrás de la nuca.

- Creo que no la quisieron - musitó Mioga, tratando de no reirse.

- Bueno ¡Basta ya! - Naraku se apareció detrás del guardia.

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- Inuyasha, ¿puedo hablar contigo? - preguntó Kagome, sentándose al lado de Inuyasha.

Habían encontrado un buen lugar donde quedarse, una cueva escondida del lugar, con la que pudieron refugiarse de la tormenta que se avecinaba y también del frío voraz.

- Claro -

Continuará...

 

Re: Tú y yo, sólo los dos. [Inu&Kag]

¡Holaa!

Bueno ahora tengo tiempo para responder algunas preguntillas.

¿En qué momento?, bueno en el capítulo 16, en la última parte aclaro lo del secuestro, para que en el siguiente capítulo aparezcan ya secuestradas.

¿Mioga y Kagura?, nah pobresitos, los van a violar xD (mentira :o )


Capitulo 20

Se acomodó a su costado, sujetándose sus rodillas como siempre solía hacerlo. Su visto chocolate la tenía enfocada en la tormenta de allá afuera, la misma que estaba haciendo volar todo, el sonido de las ráfagas de viento eran escalofriantes, al igual que los truenos que parecían caer cerca de ellos.

- Tengo miedo - le dijo en un susurro, colocándo su mentón sobre sus piernas.

- ¿Miedo?, ¿Por qué? - le dijo Inuyasha, el cual estaba también perdido entre cada ráfaga que sacudia los frondosos árboles.

- Miedo de quedarnos aquí para siempre - reprimió un bostezo entre sus manos - Miedo de ... morir -

- No debes tener miedo - ladeó su rostro, enfocándo sus bellísimos ojos dorados en ella, obserbando cada detalle de ella, dándose cuenta de sus mejillas palidas, de sus ojos sin expresión y su rostro delgado.

- También tengo hambre, quiero una ducha, unos masajes y un baño decente ...- le dijo sin muchos ánimos, recostandose en un hombro de Inuyasha como si nada.

- ¿Por qué mejor, no quieres todo? - le dijo aún mirandola.

- Es que en realidad quiero todo...- sus miradas se encontraron por instantes, para que el lazo se destruyera, gracias a un trueno.

- ¿Todo? - preguntó sarcásticamente, alzándo una ceja.

- Si, y también una cómoda cama - se revolvió en la dura tierra - Abrigo y ... dulces...-

- ¿Dulces? - se sorprendió.

- Si, muchos dulces - Le sonrió cansadamente. Se puso de costado, acostada en la tierra húmeda de la cueva. Obserbando a Inuyasha - ¿Qué hay de tí? -

- Nada...- Contestó en seco, ladeándo su rostro para quedar en un perfecto perfil para ella.

- Cuentame por qué eres tan ...- se calló antes de proseguir, extendió sus labios en forma de puchero, como si hubiera sido regañada por sus papás. - mhp...-

- ¿Tan ... qué? -

- ¿Tanque? ¿Dónde? - le dijo, tratando de alejar el tema.

- No tonta, sino qué ibas a decir... -

- Ahhh, ... nada. - Se volteó dándole su fina espalda.

Hubo un momento de silencio, dónde Kagome descubrió que en las tormentas hacía mucho frío y más si estaba con un vestido, algo roto, que no te cubría casi nada.A reacción, sus dientes empezaron a chocar, y su cuerpo empezó a temblar.

Un olor muy peculiar descendió sobre ella, calentandola lo suficiente para que ya no sintiera tanto frío. Su casaca de nuevo estaba sobre ella, socorriéndola del frío del lugar.

-Gracias...- le dijo sutilmente, sujetándo fuertemente la casaca y enrollándose con ella.

- Kagome, ¿Por qué eres tan...? - dejó la frase suspendida en el aire, haciendo que Kagome volteara y se quedara viéndolo.

-Tan ¿? - Lo continuó viendo, sintiéndo que su corazón palpitaba como un tambor.

- Tan... - la observó detenidamente, para luego sonreirle libremente - Tan... tonta -

- ¿uh? -

- ahora tú termina lo que ibas a decir -

- Iba a decir que por qué eres tan ... ¡petulante! ¡Soberbio! ¡bru...!-

No aguantó más, y descaradamente tomó una de sus finas manos y la jalo hacía él, quedándo tan cerca uno del otro, mirandose sin decir nada, sólo con sus miradas expresaban sus deseos. Deseos que carcomían sus cerebros días y noches.

Acercó sus labios expertos a los de ella, rozándolos suavemente, sintiendo el temblor de los labios de ella. Quizo seguir, pero no pudo. Se alejó en cuanto supo que estaba mal, que no podía, que no podía enamorarse de ella.

-o-o-o-0

- Basta ¡Ya! - Renegó Naraku, tratando de alejar a la neurasténica de Kagura del abollado guardia. Lo sujetaba de sus cabellos sin quererlo soltar, golpeándolo contra las barras metálicas.

Mioga que estaba al último, entre murmullos apoyaba a Kagura.

- Eso es Kagura, ¡No lo sueltes! ¡Dale duro! -

- ¡Suéltalo! - Naraku tuvo que poner mucha más fuerza de lo pensado para empujar, por los barrotes, a Kagura.

El guardia al ser soltado por Kagura, cayó al suelo de trasero y la detuvo a mirar con miedo.

- ¡Estas loca! ¡Mujer loca! - Se levantó como si el piso quemara, y sin mirar a Naralu, salió corriéndo por el largo pasadizo lleno de celdas.

- ¡Regresa cobardeeee! - Histérica Kagura se acercó a los barrotes a mirar po dónde el guardia se marchaba. - ¡Oh vamos! ¡Miedosooo! -

- Así se hace Kagura - Hizo porras Mioga.

- ¡Bastaa! - gritó Naraku, callándo a Kagura y Mioga. - Van a ser castigados, sin comida ni agua por semanas.

-¿y quién te dijo que me voy a quedar tanto? - se mofó kagura - Si me consiguen un buen abogado...-

- No hay abogados, así que resignate - Naraku sin escuchar las amenazas de Kagura, se volteó y siguió su camino, dejándo solos a los prisioneros.

- Bien hecho Kagura, por tu culpa ya no tendré mi ración de pan -

-Cállate...- le dijo planamente. - Estoy pensando...-


Continuará..

¿Qué tal?, bueno sorry si es corta pero por ahora es todo lo que puedo.