Tú y Yo (Inu · Aome)

¡¡Ola chicas!!
ya las estaba extrañando, bueno este capi fue hecho en una semana no en un día como algunos otros, este digamos que es uno de mis favoritos y trata especialmente de la pareja de Ayame y Bankotru que aparecio hace poco...
les pido perdon a todos los que hasta ahora no pudieron leer algunos capitulos, yo ya me encarge de publicarlos nuevamente, no se que es lo que haya pasado pero tratare de que no vuelva a pasar, ya he leido todos los comentarios y me di cuenta de que dicen lo de que pongo "Aome" en lugar de "Kagome" la razón por la que hago esto es porque en megico sele conoce como "Aome" o así fue como era nombrada en el canal donde lo veia, a las que les disguste lo de el nombre lo siento mucho, bueno ahora por favor disfruten la lectura...

Tú y Yo (Inu · Aome)​

Capitulo 9: Ayame

Era de mañana, todos se habían levantado ya, estaban a punto de servir el desayuno entre Aome, Sango, Ayame, Rin y Kaede, cada una tenía una tarea en especial, Aome y Sango ayudaban en la cocina a Kaede, Ayame ponía la mesa para todos, Rin ayudaba a Ayame y Kaede Cocinaba mientras Sango y Aome le hacían de asistentes.

– Aome - dijo la abuela para llamar la atención de la susodicha – ¿Podrían tu y Ayame ir a buscar a todos para avisarles que ya está listo el desayuno? - pregunto con su habitual tono de voz sereno y tranquilizador

– Está bien abuela, en un momento vamos - contestaron al unisonó ambas susodichas, quienes erminaron de hacer sus respectivos deberes antes de salir

– Sango, ¿podrías ayudar a Rin a servir la comida? - Pregunto Ayame antes de salir del comedor, puesto que tenía miedo de que se le callera algún traste, se le haga muy pesado o por accidente tirara la comida

– Claro Ayame, con gusto ayudare a Rin en cuanto termine - respondió la castaña con una linda sonrisa

– Gracias Sango, contamos con ustedes - dijo Aome correspondiendo la sonrisa

– No hay problema, la señorita Sango y yo serviremos la comida, cuenten con nosotras - dijo Rin tiernamente

Las otras dos jóvenes salieron del comedor y comenzaron a buscar a los chicos para que vayan a desayunar, en eso, Shippo baja de las escaleras y ve a las jóvenes, quienes buscaban a los demás

– ¿A quién buscan chicas? - Pregunto curioso el pequeño

– Ah, Shippo, que bueno que te vemos - dijo Aome acercándose al pequeño – dime, ¿Sera que puedas ir a ayudar a Sango y Rin a servir el desayuno? -, Pregunto la chica, mientras miraba como la dulce carita de aquel niño se iluminaron sus ojitos verdecitos casi de inmediato, el solo pudo correr en dirección al comedor y ayudar a Rin y a Sango con unas jarras de agua de horchata, mientras tanto las jóvenes siguieron avanzando en busca de los que faltaban.

– Aome… - musito llamando la atención de la susodicha – ¿Tú crees… qué Rin y Shippo lleguen a ser novios? – pregunto la joven pelirroja con timidez mientras sus mejillas tomaban un lindo tono rosado

– Creo que ellos no serán los únicos en llegar a ser novios - espeto la joven con un poco de picardía

– ¿A qué quieres llegar con eso? - musito incrédula, la chica se negaba a admitir lo que
sentía por Bankotsu desde que se conocieron, y valla forma de conocerse.

– Digo que estoy segura de que TÚ y BANKOTSU seguramente llegaran a ser pareja, ¿no lo
crees? A leguas se notaba como se miraban y ni se diga de la química que tuvieron, si no hubiera llegado Rin seguro te abrías quedado más tiempo sobre él - dijo la chica entre algunas risas picaronas, pero era la verdad y no lo podrían negar, Ayame por su parte solo se apeno quedando mas roja que su propio pelo y regaño a su prima – A demás, ustedes dos hacen una linda pareja

– ¡Aome!, - regaño la apenada chica – Si se trata de eso tú e Inuyasha no se quedan atrás… - dijo tratando de pensar en algo para regresarle todo a su primita, quien se encontraba igual de roja que Ayame, quizás hasta más todavía – hacen una linda pareja y no lo niegues… ¡ustedes dos no cantan mal las rancheras si se trata de eso! – dijo victoriosa

– Hola chicas, - dijo Inuyasha mientras entraba a la casa seguido de Miroku – ¿Que estaban discutiendo?, oí que me mencionaron en su plática - pregunto curioso el chico

– Inuyasha, deja a las señoritas seguro era platica de chicas, - dijo Miroku mientras acercaba su mano sigilosamente al trasero de Ayame

– Ni se te ocurra poner un solo dedo ahí, si lo haces… serás comida de cocodrilo - Musito Ayame hecha un demonio, pues no le gustaba que los chicos le tocaran las pompas, no lo soportaba en la escuela, en la calle y no lo haría en su casa.

– De acuerdo Aya-chan pero no te enojes - dijo un asustado Miroku, se veía que hablaba enserio y no estaba dispuesta a negociar

– Vaya eres la primera chica en poner en su lugar a Miroku, - musitó con un poco de sarcasmo y gracia a la vez, mientras se ponía de brazos cruzados, Inuyasha vestía un pantalón de mezclilla deslavado y su ya habitual camisa de cuadros desabotonada, a demás de unas sandalias negras. – ¿De casualidad no domas a los caimanes de aquí o que? – pregunto con sarcasmo el ojidorado

– Jajá, no nada que ver, solo hago que los chicos me den mi lugar para que Rin se dé
cuenta que no debe permitir ese tipo de tratos, recuerden que yo soy su modelo a seguir – dijo la pelirroja tiernamente

– Así, se me olvidaba que el desayuno está listo, adelántense a desayunar en un rato los alcanzamos, nos falta avisarle a Bankotsu – menciono al susodicho con picardía para hacer sonrojar a su primita – A Kouga, a Sesshomaru – a estos los menciono con una gran indiferencia – y a tu padre, - este último fue nombrado con un gran cariño y una gran admiración – ¿No los han visto por casualidad? – pregunto con curiosidad

– Si no estoy mal Sessho, Kouga y mi padre fueron a ver si les prestaban 2 lanchas para ir al otro lado de la ría – dijo el ojidorado con indiferencia

– ¿Ría, que acaso no salíamos a mar abierto? – Pregunto la azabache algo confundida

– Pues veras Aome, recientemente se descubrió que era una ría dado que detrás del ojo de agua hay agua dulce, y a demás lo que creíamos una “isla” era tierra firme al otro lado de la ría - Explico Miroku

– Ah, ahora entiendo, gracias - musite regalándole una gran sonrisa

– Bueno en todo caso me hubieran dicho e íbamos en “La perla de Shikon”, - dijo Ayame muy
animada

– ¿Todavía existe ese viejo barco? – Pregunto Inuyasha incrédulo

– Si, lo conservamos como un recuerdo de mi padre y mi abuelo - dijo Ayame mientras bajaba la mirada y su voz se tornaba melancólica y su dulce mirada se volvía opaca de tan solo recordar

Nadie se había dado cuenta de la presencia de Bankotsu, quien estaba regresando de dar un pequeño paseo por los jardines de la casa, el había oído muy poco de la conversación que era entablada con anterioridad, pero le dolió ver a Ayame comenzar a llorar, la chica derramaba
delicadas lagrimas que trataban de ser controladas por la chica sin respuesta alguna.

– La perla de Shikon… es el último y más valioso recuerdo que nos dejaron mi padre y mi abuelo - musito la chica sin contener sus lagrimas, Bankotsu se acercaba a ella, el nunca había soportado ver a una mujer llorar, pero Ayame tenía algo especial que lo obligaba a querer protegerla y cuidarla, algo que él no había sentido nunca antes, las piernas de Ayame no la podían sostener más así que la chica cayó de rodillas al suelo mientras se cubría la cara con sus manos y así ocultar su llanto, estas acciones causaron la preocupación de los jóvenes que contemplaban la escena, sobretodo Aome y Bankotsu, quienes la abrazaron.

– Ayame… - dijo Aome mientras se acercaba a su prima y la rodeaba con los brazos, ella sabía muy bien el dolor que debía sentir su querida prima, pues ella igual lo vivía en carne propia y entendía lo que significaba perder a sus padres al igual que Inuyasha – Ayame, tranquila desahógate yo te escuchare, cuenta conmigo… siempre. Pero por favor cuéntame que paso, tal vez así te sientas mejor, además, ¿Dónde está la tía Ayumi?

– Aome, chicos… les prometo… que luego se los contare – dijo mientras se limpiaba las lagrimas

– Cuando te sientas cómoda para decirlo nosotros te escucharemos – dijo Bankotsu asiendo sentir a Ayame más tranquila.

Por su parte Miroku e Inuyasha solo se dedicaron a abrazar a Ayame y darle palabras de aliento, de pronto se escucho como alguien caminaba en su dirección era Rin, quien se preocupo al ver a su
hermana llorando, para que eso pase era muy, pero muy raro y difícil, y si Ayame lloraba significaba que algo malo había pasado.

– Hermana - fue lo único que Rin pudo decir desde la puerta del comedor.

– Estoy bien Rin, no te preocupes, - dijo Ayame después de haber limpiado sus lagrimas y posteriormente le regalo una dulce sonrisa para hacerle saber que nada mala había pasado y que no se preocupara – en un momento vamos a desayunar, no te preocupes, ¿cierto chicos? – pregunto para después mirar al grupo de susodichos, quienes se pararon, Bankotsu ayudo a Ayame a pararse y todos se disponían a marcharse cuando… – Bankotsu… ¿Puedo hablar contigo? – pregunto con timidez la chica todavía tomada de la mano del chico

– Claro, ¿por que no? – dijo sin soltar la mano de la chica, ambos se dirigieron a una banca
que estaba a un costado de la casa…

– Dime algo Bankotsu…
- dijo la chica llamando la atención del chico – Porque… si nos acabamos de conocer… - dijo sin mirarlo a los ojos y luego dirigió su mirada a los ojos del chico, quien noto como la chica estaba dulcemente sonrojada – ¿Por qué te preguntas tanto por mi? – pregunto la chica un tanto confundida

– Creo que es porque desde el primer momento en que te vi… pensé que eras un ángel, un bello ángel al que debo y quiero proteger - dijo mirándola a los ojos y lentamente cortando la distancia entre los dos, mientras ambos se sonrojaban tiernamente, ambos sentían como sus corazones latían cada vez más rápido, mientras se acercaban los ojos de ambos se iban cerrando poco a poco y lo único que veían eran los labios del otro acercándose lentamente y sentían como la respiración
del otro los hacía estremecerse lentamente.

– ¿No crees… que estamos… yendo… demasiado… rápido? – susurro Ayame con la respiración un poco agitada

– Tranquila… si tu no sientes lo mismo no es necesario que lo hagas - dijo algo serio mientras dejaba de avanzar en dirección a la chica quien lo miraba muy apenada

– Si quiero, pero… - fue interrumpida por Bankotsu quien había puesto su dedo índice sobre la boca de la chica, ambos se miraron a los ojos sonrojados, aquel momento era mágico, tan especial para ellos, se sentían en las nubes.

– Solo pido un rayito de esperanza para saber si tengo una oportunidad contigo – dijo Bankotsu tierna y dulcemente acaricio la mejilla de Ayame quien al sentir su dulce tacto cerro con delicadeza sus ojos y luego los volvió a abrir, Bankotsu no quería que ella se sienta obligada a nada, es más odiaría si eso ocurriera.

– Eso quiere decir… que será el primero de muchos que nos daremos y… será… mi primer beso - dijo la chica con una gran ternura que cautivo aun más al chico y al oír las palabras de la chica su corazón casi estallaba de la alegría que eso significaba.

– Ayame -, Pronuncio nuevamente el nombre de la chica y ambos volvieron a iniciar lo que habían dejado pendiente, ambos querían que ese beso tan deseado por fin se haga realidad.

Continuara…

bueno chic@s hasta aqui se queda por hoy, pero tranquilos pronto sabran lo que pasara, así esto chicas ?ustedes creen que sea buena idea sacar otro fic con tema de vampiros?, la verdad la idea llego anoche a mi ya que no podia dormir y me puse a ver caricaturas y programas paranormales y de magia que fueron alimentando mi imaginacion hasta dejar un capi vastante largo jeje así que no se si subirlo o no ustedes que opinan
bueno a me avisan, okei bye quee lo disfruten jeje

 

Bueno chicas aqui la tan esperada Conti, espero que les guste, tratare de subir pronto la otra conti, le agradesco a AleDark y a AomeEuni por su ayuda en este cabi, espero lo disfruten.

Capítulo 10. Los recuerdos dolorosos de Ayame.

Ayame y Bankotsu estaban a escasos centímetros de besarse cuando…
— Ayame, Bankotsu, entren pronto su comida se en fría - Dijo la abuela Kaede, quien afortunadamente no se dio cuenta de lo que hacían los susodichos, quienes se separaron al oír su voz
— S-sí abuela ahora vamos - Respondió Ayame
— Supongo que debemos ir - musito tristemente Bankotsu
— Si debemos hacerlo, pero antes… - dicho esto Ayame puso uno de sus dedos sobre su boca, beso aquel dedo y luego lo coloco sobre la boca del chico, dicha acción causo un gran sonrojo en el chico quien sabia de que se trataba… Un Beso Indirecto y una clara señal de que no se rindiera, Ayame retiro su dedo y comenzó a caminar – ¿Vienes o no a desayunar? - pregunto Ayame cerca de llegar a la puerta de la casa mientras le regalaba una de sus tiernas sonrisas.
— ¡Ah! ¡Cómo la quiero, me encanta, estoy enloqueciendo! – musito el joven enamorado al borde de un desmayo y después siguió a la chica al comedor, casi todos se encontraban dentro ya comiendo, el resto del día transcurrió bien al caer la tarde Inuyasha, Aome, Sango, Miroku, Ayame y Bankotsu subieron al techo de la gran casa, lugar donde Ayame comenzó a contar lo que le había sucedido a sus padres y a su abuelo.


Ayame’s POV


— Unos meses después de que Aome y sus padres se mudaran llego el día del nacimiento de Rin, mi madre murió al darle la vida a Rin -, dije entre lágrimas
— Ayame, lo siento mucho, nunca me dijeron - dijo Aome mientras me abrazaba dulce y tiernamente, como solo ella sabía hacerlo para hacernos sentir mejor.
— Debió ser un duro golpe, tú solo tenías 6 o 7 años – dijo Inuyasha, pues el igual perdió a su madre a esa edad – Eso fue lo que le pasó a tu madre, ¿Pero que querías decir con qué la perla de Shikon es el último recuerdo de tu padre? – me pregunto Inuyasha preocupado
— Veraz Inuyasha, medio año después de la muerte de mi madre, mi padre y mi abuelo fueron a pescar al otro lado de la ría, mientras regresaban los atrapo una gran tormenta, la perla de Shikon se volcó y cayeron al mar, la corriente se los llevo y no volvimos a saber de ellos – Musite mientras unas lágrimas recorrían mi rostro, todos me abrazaron, se les dificultaba creerlo.
— Ayame, no llores por favor, nosotros estaremos contigo – dijo sango mientras me abrazaba

— Gracias – le agradecí secando me las lagrimas – Sé que siempre podré contar con ustedes – les dije a todos ellos mientras seguíamos abrazados
— Ayame – fui llamada por Miroku – Rin… ¿Sabe algo de esto? – dijo serio, todo el ambiente había cambiado no era el mismo ahora todo se tornaba de una forma algo seria
— No – conteste con la misma seriedad – La abuela y yo decidimos no decirle hasta que sea lo suficientemente madura como para entender – concluí seriamente
— Entiendo, por eso intentas ser un buen ejemplo para ella – dijo entendiendo como me sentía – Aunque por lo visto le muestras como eres tú y como debe ser una chica, haces lo que toda hermana mayor y creo que hasta más – dijo Miroku menos serio, me alegro mucho escuchar aquellas palabras
— Ayame amiga – musito sango – Tú y tu abuela debieron ser como sus padres durante todo este tiempo – dijo con admiración
— Después de eso vimos como llegaban Inu Taisho, Sesshomaru y Kouga, ese chico de ojos azules me daba mala espina, que por alguna razón prefiero que este lejos de mí familia en especial de la abuela y de Rin, no me agrada que el este por aquí – Pensé para mí misma – El resto de la tarde transcurrió “Bien”, sentía como Aome y yo éramos observadas por Kouga, cosa que no me agradaba en absoluto, llego la hora de la cena y todos nos reunimos en el comedor, las chicas y yo nos encargamos de poner la mesa y servir la comida, aunque recibimos la ayuda de Miroku, Inuyasha, Shippo y mi querido Bankotsu
— Y dime Inu Taisho ¿A que salieron los tres hoy? – cuestiono la abuela desde la cabecera de la mesa
— Sesshomaru y Kouga me acompañaron a ver si alguien nos presta una o dos lanchas para que vayamos a nadar al otro lado de la ría – contesto el cuestionado desde la otra cabecera de la mesa
El comedor era muy amplio y conectaba con la cocina por una barra que nos facilitaba pasar cosas, estaba pintado de un color arena, la mesa rectangular era para doce personas exactamente, así que todos ellos daban perfectamente en aquella mesa rectangular de madera.
– Para eso nos hubiera dicho – musito mi pequeña hermana – Ayame sabe manejar la Perla de Shikon, en ella podemos ir, si no igual podemos pedirle al tío Hachi que nos lleve – musito con una gran sonrisa
– ¿Tío Hachi y la perla de Shikon todavía sirve? – Pregunto Inu Taisho
– Rin se refiere a un amigo de la familia llamado Hachi al que quiere como a un tío – explique – el siempre arregla La perla de Shikon, es el mecánico de lanchas de aquí – concluí la primera duda
– Ah – dijeron los demás
– Y sobre la Perla de Shikon él la reparo en cuanto nos la devolvieron – musito la abuela con un semblante serio en su rostro
– Abuela, este no es el lugar para decir el resto de la historia – dije seria mente y la abuela asintió con la cabeza – Luego le diremos todo – Concluí nuevamente
– Bueno de cualquier forma, ¿cómo iremos?, ¿en la perla de Shikon o en qué? –Cuestionó Sesshomaru
– … - me quede pensando en cómo iríamos, hasta que surgió la idea – ¿Qué tal en dos grupos? – Pensé en voz alta, lo suficiente para que ellos lo escuchen
– ¿A que te refieres Ayame? – me cuestionaron
– Me refiero a que en una sola nos podríamos volcar o alguien caería al agua – dije seria mente – en cambio, como la perla de Shikon aguanta como máximo ocho personas podríamos ir nosotros y ustedes en otra lancha, no sé en la Sengoku o en Sea Soul – dije claramente
– Creo que es buena idea así corremos menos riesgos pero ¿quienes irían en Sengoku o Sea Soul? – inquirió Inu Taisho
– Padre, creo que es mejor que nosotros – señalando a Sango, Aome, Miroku, Bankotsu, Shippo y a Rin – vallamos, nosotros nos encargaremos de cuidar de Shippo y de Rin, no se preocupen – musito Inuyasha
– Yo creo que está bien – dijo Aome siguiéndole la corriente, esa es mi prima
– Por mí no hay problema, - anuncio Miroku - Sango ¿tú que dices? – pregunto
– Es mejor así, no me gustaría perder de vista a Shippo – dijo Sango sonriendo
– Yo no me separare de mi hermana – dijo Rin abrazándose a Ayame
– Prefiero ir con mi prima que con esos dos – dijo Shippo refiriendo se a Kouga y a Sesshomaru
– Bueno chicos, si así estarán de acuerdo, preparen sus provisiones para el viaje – dijo mi querida abuela – Ayame, tu manejaras ¿cierto?
– Claro – acepte, después de eso nos pusimos de acuerdo en lo del viaje de mañana todos nos dispusimos a dormir

 

Perdon por la tardanza chicas, aqui esta el cap 11 espero que lo disfruten.

Capitulo 11. El recuerdo de esa tarde

Aome’s POV

La hora de dormir había llegado, Rin y Shippo se habían ido a sus recamaras, Rin compartía una con Ayame, mientras Shippo la compartía con Sango y conmigo, Inuyasha prefirió compartir la habitación con Bankotsu antes que con Miroku, Se llevaran bien y todo, pero con Miroku no es buena idea compartir la habitación, no es que sea homosexual ni nada de eso, si no que se empeñaba en meter ideas raras en las mentes y se pone a ver “werevertumorro” toda la noche y no deja dormir, razón por la que Shippo prefirió dormir con nosotras y no con Miroku, esté se enojo levemente, Sesshomaru y Kouga prefirieron dormir juntos (a Kouga le gustan las mujeres, pero no sabemos que onda con Sesshomaru, que primos más “raritos”), Inu Taisho y Kaede dormían en habitaciones separadas, aunque por alguna razón creí que la abuela sospechaba de nosotras, sino ¿Por qué nos hubiera mandado a llamar en la tarde para decirnos eso?

FLASH BACK​

La abuela nos había pedido ir a hablar con ella al vivero, las tres fuimos de inmediatamente algo preocupadas y por lo menos yo me estuve preguntando ¿Para que nos pidiera que vallemos a ese lugar solo nosotras tres? Pero no encontré respuesta alguna o algún indicio, al llegar al vivero vi a la abuela con unas cuantas cosas, tenía en sus manos unos objetos que no había visto antes, bueno, en realidad, recordaba haberlos visto en algún sitio hace mucho tiempo, aunque recordaba haber visto uno de esos objetos hace poco tiempo, pero solo tenía
recuerdos vagos de esos objetos, los cuales eran un par de prendedores de prendedores en forma de flores de iris, un collar en forma de coral rosa con una estrella de mar amarilla y otro collar, esté en forma de una estrella que nosotros conocemos como “Kagome” la cual era una estrella de ocho picos, una estrella con una leyenda muy poco conocida, quizás algo olvidada, de pronto oímos hablar a la abuela.

- Que bueno que ya hayan llegado chicas, acérquense por favor – pidió, a lo que nosotras obedecimos sin pensar y volvió a habla – ¿Saben porque les pedí que vengan? – Nos pregunto, a lo que nosotras negamos con la cabeza – Muy bien chicas, ¿saben porque tengo estos collares y estos prendedores? – cuestiono nuevamente, nosotras negamos una vez más, a lo que ella dio un gran suspiro.

- Abuela, por favor dinos a que quieres llegar con esas preguntas – Msite confundida

— Verán chicas, estos son unos regalos que les di a sus madres a su edad – Dijo mientras recordaba y relataba aquel momento…

FLASH BACK DE FLASH BACK​

(Kaede’s POV, del flash back)

Era el día del cumpleaños de Midorico y Natsuko, mejor conocida como Natsu-chi, ellas son mis preciosas hijas, toda la familia había ido al otro lado de la ría para celebrar el cumpleaños de las dulces gemelas, ese día era el cumpleaños número 14 de mis queridas hijas, todo era paz y felicidad, y más porque dentro de poco Ayumi, mi hija mayor cumpliría 16 años.

Nos encontrábamos en la palapa de la familia, decorada con cosas del mar; conchas, estrellas de mar y todo lo que se imaginen, ellas estaban estupefactas, no tenían palabras para agradecer.

Ellas estaban abriendo todos los regalos que les acababan de dar, ellas los fueron abriendo uno a uno hasta llegar al mío, estaban esperando a que se les entregara su regalo, me acerque a ellas con un par de paquetes atrás, poco a poco vi como sus caras se llenaban de emoción y de impaciencia.

- Cierren sus ojos niñas – les pedí

- Ah, pero queremos ver los regalos – dijo Natsuko con impaciencia

- Si no los cierran no se los daré – advertí sonriendo

- Vamos Natsu-chi, mientras más rápido cerremos los ojos más rápido nos darán los regalos – explico Midorico.

- De acuerdo – accedió cerrando los ojos seguida de su gemela.

- No vayan a abrir los ojos – pedí, a lo que ellas respondieron – No lo haremos mama – yo sonreí mirando a mis ya grandes hijas – extiendan sus manos – ellas obedecieron mi petición y yo coloque en las manos de cada una de ellas una pequeña cajita, para Natsuko una cajita azul cielo atada con un listón que era cerrado por un broche en forma de estrella de mar, para Midorico una cajita del mismo tamaño, pero de color rosa, atada por un listón
rojo, cerrado por un broche en forma de corazón, note como Natsuko se impacientaba aun más de lo que ya estaba.

- Mama, ¿Ya podemos abrir los ojos? – pregunto con desesperación

- Si, ya puedes abrirlos – respondí, a lo que ambas abrieron sus ojos, ambas se sorprendieron al ver las cajitas

- Mama, ¿Qué tiene dentro? – pregunto Midorico con un tanto de curiosidad

- Averígualo tú misma – al decir esto tanto ella como Natsuko comenzaron a abrir las cajitas, Midorico lo abría con suma delicadeza, pero Natsuko lo hacía con mayor destreza y rapidez, al destapar la caja sus ojos se llenaron de una gran alegría y una sorpresa – mama es bellísimo – dijo Midorico mientras sacaba un collar que llevaba la estrella de Kagome, un símbolo que era muy importante para ella

- Mama, ¿Dónde lo conseguiste?, es hermoso – musito mi preciosa hija admirando la belleza del dije en forma de un bello coral con una estrella de mar – me encanta – dicho esto me abrazo fuertemente en forma de
agradecimiento

Todos los presentes felicitaron a mis hijas que después de rato recordaron que hacía ya dos años le di un par de prendedores de prendedores en forma de flores de iris, al final de la fiesta las gemelas me pidieron ir a hablar con ellas, a lo que accedí y hable con ellas.

- Mama ¿estos regalos tienen algún significado? – pregunto curiosamente Midorico

- Si tienen un significado, es la herencia de la familia, cada vez que una mujer de la familia cumple 14 se le da un objeto familiar que ha pasado de generación en generación – explique brevemente

- Vaya, o sea que esto le ah pertenecido a barias mujeres de la familia – musito Natsuko mientras sujetaba el collar

- ​

Fin del flash back de flash​

back​

- Entonces, esto le perteneció a nuestras madres – dijo Sango mientras le era entregado el collar de Natsuko

- ¡Ahora lo recuerdo!, ¡este par de prendedores en forma de flores de iris eran los favoritos de mi madre! – musito mientras unas delicadas lagrimas recorrían sus mejillas.

- Este collar… - susurro Aome con el objeto en mano – este collar, era el que mi madre llevaba cuando nos accidentamos – susurro la joven tratando de que no vieran sus lágrimas, mientras recordaba aquel triste día, aquel día que prefería olvidar.

Fin del flash back​

Continuara....
Espero que les haya gustado este cap.

 

Aqui esta el cap número 12 disfrutenlo.





Capítulo 12. Los besos de las buenas noches…


Aome’s
POV


Nosotras
seguimos caminando hacia el tejado, lugar donde habíamos quedado con los chicos
para vernos durante la noche antes de dormir, la verdad, Sango decía que solo
iba por nosotras que para que Miroku no se pasara de mano larga, pero a legua
se notaba que iba por él, por parte de mi primixa Ayame que casi no podía
pensar en nada más que no sea en Bankotsu, enserio que eso es amor a primera
vista, solo que las preguntas de ambas con respecto a Inuyasha, ¡me ponían más
que roja, creo que parecía una cereza bien madura!

FLASH BACK​

— Aome a nosotras no nos engañas – Me dijo Sango con mirada
pícaramente, estábamos regresando del vivero en donde habíamos tenido una plática
muy importante con la abuela.


— ¿De que hablas Sango? Eso no es verdad – Musite algo
nerviosa ¿A qué se referían esta vez?


— Aome, tu sabes perfectamente de que hablamos – Aseguro mi
prima muy segura


— No Ayame, te equivocas, no se a que se refieren no tengo ni
la menor idea – dije no muy segura de mi comentario


— Aome – dijeron ambas al unisón – Ya en serio dinos que
sientes por Inuyasha, no creas que no nos hemos dado cuenta de que te derrites
por él, - Musito Ayame curiosa – ¿Ni que estemos ciegas? – Comento Sango muy
sarcástica, ambas me habían acorralado contra una pared y prácticamente estaba
“entre la espada y la pared”, creo que un jitomate queda invisible a mi lado


— No sé dé que hablan – Dije nerviosa mientras observaba como
Inu Taisho se nos acercaba


— Hey chicas, vengan por favor necesito hablar con ustedes –
nos pidió desde la entrada de la casa


— Salvada por la campana – Susurro Sango algo desanimada


— Vamos a ver para que nos necesita – Respondí animada


— No te vas a salvar siempre Aome, nos lo vas a decir –
Comento Ayame mientras comenzaba a hacerme cosquillas


— Ayame para por favor – Pedí entre risas mientras caminaba

FIN DEL FLASH BACK​

La
verdad, no sé que es lo que siento por Inuyasha completamente ¿Amistad, cariño
de hermanos, cariño por ser él uno de mis mejores amigo, lo quería como a una
hermano o quizás… Amor? De una u otra
forma eso no era posible y no lo podría ser nunca, pero en realidad, cada que
estaba con él me sentía muy feliz, sentía que nada malo podía pasar estando a
su lado, que era imposible sufrir, me sentía protegida, pero, aparte me sentía
en las nubes, como si solo él y yo estemos en este mundo y que nada más
existiera a parte de nosotros y de esa bella sensación que sentía estando a su
lado.


Subimos
las escaleras hasta llegar al tejado, al llegar Sango se quedo a un lado de la
puerta “vigilando” aunque con la mirada buscaba a Miroku, Ayame al ver a
Bankotsu salto directamente a sus brazos uniéndose a él en un beso muy notorio
que me dejo como una cereza nuevamente, e Inuyasha se acerco a mí con una rosa
en mano ¡Qué PENA! Me sonroje aun más opacando a esa hermosa rosa.


— Que linda te vez Aome – Me susurro al oído de modo seductor


— Gra- gracias Inu – Respondí tímidamente ocultando mi rostro
y mi sonrojo con mi flequillo


— ¿Puedes venir un momento conmigo? – Me pregunto algo tímido
mientras tomaba delicadamente mi rostro obligándome a alzar la vista sonrojada
para ver lo a él


— S-sí, claro Inu – Respondí menos sonrojada


— Entonces vamos – dijo mientras tomaba mi mano y me llevaba
hasta una parte un tanto escondida, seguro él había venido a visitar seguido
durante todo este tiempo – Cierra los ojos – me pidió sin mirarme a los ojos,
yo hice lo que me pidió y sentí como él me tomaba en brazos y de pronto sentí
su respiración cerca de mi oreja y de pronto escuche como decía “No abras os
ojos hasta que yo te acueste, tú solo confía en mí, por favor” Yo obedecí y
cubrí mi rostro con mis manos, unos minutos más tarde sentí como me depositaba
lentamente en el suelo, pero no en algo duro, sino en algo suave y nuevamente
sentí su respiración pero estavez algo agitada


— ¿Te acuerdas de la
promesa del beso que no cumplimos? – Me susurro y yo asentí con la cabeza y
comencé a abrir los ojos pero el puso su mano encima de ellos – Aun no los
abras solo responde – ¿Estas lista para cumplirla? – Me pregunto dejándome
confundida y quito su mano y yo abrí mis ojos


— Inuyasha – musite y vi a mi alrededor muchas rosas y
nosotros en un colchón — ¿Qué significa esto Inuyasha? – Pregunte temerosa


— Es la promesa, no será en la habitación, sino aquí, bueno
si es que tu quieres – Dijo el apenado mientras se levantaba, pues estaba sobre
mí


— Es que… yo… No sé que siento por ti – Respondí tímidamente


— Que tal si esto abre los ojos de los dos para saber que es
lo que sentimos por el otro – Susurro el ocultando su rostro con su flequillo


— Entonces, me gustaría saber – dije con timidez


— ¿Quieres que te enseñe? – Pregunto algo temeroso


— Por favor, prefiero que seas tú quien me de mi primer beso
a que lo haga otro chico – Susurre apenada y muy sonrojada, aunque le decía la
verdad


— Tu solo déjate llevar, solo te aviso que iré intensificando
los besos poco a poco, si quieres que pare solo dilo, no hare nada que te pueda
lastimar, lo prometo – dijo suavemente mientras se colocaba suavemente sobre mi
sin que todo su peso me caiga encima, el abrió sus piernas dejando las mías
cerradas debajo de él — Rodéame con tus brazos por favor – Obedecí a su mandato
y él comenzó a acercarse lentamente a mí cerrando poco a poco sus ojos
mostrando un lindo sonrojo que se encontraba en nuestros rostros hasta que
sentí el rose de sus labios con los míos, comencé a sentir cosquillitas por
culpa de su bigote que apenas estaba creciendo, esta sensación me hizo reír
levemente, por lo cual Inuyasha se separo de mí — ¿Qué pasa Aome, no estás a
gusto? – Pregunto tímidamente


— No Inu, es que tu bigote me dio unas pequeñas cosquillas —
Respondí entre algunas risitas — ¿Puedes volver a hacerlo? – Pregunte un poco
colorada por mi comentario, sus ojos se llenaron de un brillo encantador que me
gustaba


— Cuantas veces quieras – Me dijo antes de besarme
nuevamente, lentamente sentí como su lengua acariciaba cuidadosamente mis
labios pidiéndome que los abra para dejarlo entrar a explorar dentro, abrí mi
boca y en lugar se sentir su lengua sentí como me mordía los labios con
delicadeza, y posteriormente entro su lengua como un intruso en mi, comencé a
sentir como él quería que yo jugara con su lengua, accedí a su petición y de
paso mordí levemente su lengua y su labio, el sabor de estos era algo sin igual
tan dulce que me empalagaba, de pronto el bajo su cadera porque ya estaba
cansado de la postura y yo logre sentir que su miembro estaba erecto, pero sin
embargo hice como si no lo notara, él intensifico el beso que parecía eterno,
sin embargo por falta de aire nos separamos y el apoyo su cabeza sobre mi
busto, se sentía caliente y después comencé a oír unos murmullos voltee mi
rostro hasta el lugar donde se originaban los murmullos y vi como Ayame, Bankotsu,
Miroku y Sango hacían de espectadores, me sonroje y escondí mi cara hasta
sentir algo húmedo en la parte superior de mis pechos, se trataba de la lengua
de Inuyasha, al parecer el se había cansado de solo ese beso, y como no igual
yo estaba cansada, pero… ¡Él se durmió con su cabeza entre mis pechos!


— Inuyasha despierta por favor – Le pedí moviendo suavemente
su cabeza, sin embargo el no despertaba


— Primita, intenta dándole un bechito – Dijo Ayame
pícaramente y después beso a Bankotsu y esté correspondía haciendo que me
sonroje


— Aome, él seguro que despierta con un beso – Musito Miroku y
jalo a Sango hacia donde estaba él, la sujeto por la cintura y antes de que
ella pueda objetar la beso apasionadamente sorprendiendo no solo a ella, sino a
todos los presentes – Queridita, ya venía siendo hora de que les mostremos como
nos besamos


— Pero así no Miroku, mejor así – Musito ella acorralándolo
con sus brazos y dándole un beso francés


— Aome, si no lo besas tú el no despertara, es tu bello
durmiente y tú su princesa azul, ¿no mi preciosa lobita? – Musito Bankotsu y le
dio un beso a Ayame en la boca


— ¡Ya cálmense tortolos! ¿¡Que no ven que lo dejan muy
claro!? – Grite, pero Inu ni se percato, con cuidado moví su cabeza de entre
mis pechos sacándola cuidadosamente de estos y comencé a acercar mi cara a sus
labios hasta juntarlos y aproveché mi oportunidad para meter mi lengua en su
boca y juguetee con su lengua hasta que sentí como me correspondía y me separe
– ¿Ya despertaste Inu? – Pregunte tímidamente, él bostezo y me miro con un poco
de lujuria en sus ojos. Yo me senté y el hizo lo mismo quedando frente a mi


— Sí no te preocupes, pero eres muy cálida, me gustas – Esto
último lo dijo en susurros con una lujuria y una sensualidad notoria, me tomo
de la cintura y me acerco hasta llegar al esperado encuentro de nuestros labios
frente a nuestros fieles y chismosos primos y amigos, yo me separe de él y
luego él como que se desmayo sobre mis pechos nuevamente pero al separarlo
nuevamente me percate de que tenía fiebre.


— ¡Oh por dios, Inuyasha tienes Fiebre! – grite sumamente
alarmada, al escuchar mis palabras los chismosos vinieron corriendo hasta donde
nos encontrábamos


— ¡Por dios esta hirviendo en fiebre! – Musito alarmado
Miroku


— Tenemos que llevarlo a la habitación – Dijo Bankotsu
preocupado


— Ustedes llévenlo a su habitación, nosotras iremos por
medicinas – Musito Ayame


— Démonos prisa, vamos Sango – Musite alarmada, las tres
corrimos hasta llegar al primer piso y buscamos las medicinas y lo
necesitábamos para bajarle la fiebre, posteriormente subimos lo más rápido
posible hasta la habitación de Bankotsu e Inuyasha


— ¿Tienen las medicinas? – Pregunto Bankotsu angustiado


— Si aquí están – Respondió Sango mostrando las medicinas que
habíamos encontrado


— Ok, chicas ayúdennos a dárselas – Pidió Miroku dejando solo
al pobre y enfermo Inuyasha recostado en una cama


— En ese caso ¿por que no se quedan Bankotsu y Aome se quedan
a cuidarlo? – Sugirió Sango


— Si así mi lindo Bankotsu ayuda a Aome a cuidarlo – Dijo
Ayame


— Hmmm… Creo que es mejor que Aome lo cuide, yo estaré en la
habitación para ayudarla – Dijo Bankotsu calmado, aunque en realidad esa no era
la verdadera idea


— Si, a lo hago, pero prefiero cuidarlo sola, si no te
importa – Musite timida


— Como tu lo pidas, cualquier cosa me hablas – Susurro Bankotsu
antes de marcharse con Ayame, Sango y Miroku a dejar a las chicas en sus
habitaciones


Continuara…





Pronto subitr el cap. 13