tú...¿amante?

Re: tú...¿amante?

Holaaa peque!!
que bueno que al fin pudiste traernos una de tus excelentes contis!!
la neta es q tu fic me encanta!! y ya queria saber mas,jeje xD
peo...que papel va a tener kouga aqui? weno..en los sigs caps,va a pelear x el amor de kagome,va a tratar de recuperarla?? aayy siii,jeje kagome alguna vez lo amo,no? asi que..sii yo quiero accion,mmuuajajajaa
toy loca
peque!! pues esper q estes bien
cuidate mucho
y nos vemos en tu prox conti okas?
besos
ciaoo
eres una excelente ninia y escritora! :D

 

Re: tú...¿amante?

Ohhhhhh! t quedo muy bonita la conti!, nos vemos, bye!!! besos!!

 

Re: tú...¿amante?

-Entonces…deja entender esto- se inclinó sobre la mesa, observando el chico fijamente- ¿es decir que no me dirás lo que te tenía tan molesto, a pesar de haberte dejado a solas con Kagome?
-oye…-Sango, sonrojada, desvió al vista sintiéndose utilizada unos instantes.
-¡feh!- InuYasha se alejó un poco de la mesa para evitar la cercanía de Miroku- ¡serán problemas míos!
-son nuestros problemas ahora, InuYasha- dijo Sango mientras jugaba con su taza de té- somos amigos, ¿no?
El pelinegro calló y miró el suelo vagamente, algo sonrojado. Hace años que evitaba escuchar esas palabras, pues además de kikyou y Miroku nunca tuvo a nadie más que “estuviese ahí”. Las palabras le enternecieron. Volvió a sentarse en la cómoda silla de madera y suspiró
-Hay…un problema con los padres de Kag
-¡¿Qué?!- Exclamaron ambos enamorados al unísono mientras sonaba el timbre con frenética insistencia
-yo vooooy- exclamó una feliz Kagome mientras salía de una habitación y corría hacia la puerta. El doctor le había recomendado que ella siempre fuera quien recibiera a los invitados, así empezaría a dejar de temer al exterior y los desconocidos.
El chico tuvo un mal presentimiento. Sus ojos violetas centellearon y se levantó de golpe, sorprendiendo a sus dos amigos. La figura de Kagome ya se había perdido en el corto pasillo que daba a la puerta principal y se escucho el abrir suave y entusiasmado de la puerta
-Buenas tar…
-Kagome…- Apenas llegó frente la puerta de encontró de golpe con una chica tirada y una mujer de rasgos muy parecidos con una mano en el aire.
La había abofeteado tan fuerte que la había botado al suelo. Pasos le indicaron que Sango y Miroku ya estaban tras de él, quizás brindándole ese apoyo que viene en el contrato de amigos
-¡¡Vuelves a casa ahora mismo!!-ella comenzó a gritarle histéricamente a la joven que hacía esfuerzos por volver a levantarse. Pensó que iba a responder, pero se llevó una mano a la garganta y cerró los ojos con fuerza.
Se agachó y ella se escondió entre sus brazos
-¡¡levántate!!- iba a acercase, pero Sango se interpuso en su camino
-¡¡Señora Higurashi, tranquilícese por favor!!
-Kagome…tienes que ir con ella…- Le susurró Inuyasha al oído mientras la estrechaba más contra su cuerpo. Ella negó frenéticamente y unas lágrimas rodaron por sus mejillas. Ahora Sango y la madre peleaban. Él cerró sus ojos y, frustrado, continuó- escucha, tu padre te está buscando, él…ya llegó a la cuidad.
Notó perfectamente como el femenino y suave cuerpo se petrificaba entre sus brazos
-im…imposible…- logró susurrar mientras su cuerpo se debilitaba y caía desmayada al pecho de Inuyasha
-¡¡Kagome!!- la sujetó antes de que pudiese golpearse y logró mantener el equilibrio con la otra mano. La casa quedó en un silencio espectral
- Inuyasha, ¿no?- dijo la madre de pronto, en un tono muy serio y frío- Mi esposo la busca porque la quiere de vuelta, piensa que es incorrecto que viva con dos hombres.
-creo que no le han informado correctamente- Se levantó con cuidado y sujetó a la pelinegra firmemente. Observó a la mujer fríamente y respondió lo más educado que podía- Kagome y Sango viven en el departamento de al lado, pagan la renta y viven como personas normales…al igual que todos nosotros.
Había un dejo de satisfacción en el final de aquella frase. Los ojos violetas la escrutaron pensativamente. La castaña le había contado algo sobre los sufrimientos de su novia, y el otro día, cuando recibió una llamada de la mujer, sintió más amor por Kagome que nunca en su vida, solo fueron seis minutos los que habló con esa fémina y ya había sentido escalofríos y ganas de lanzar el teléfono muy, muy lejos para dejar de escuchar sus gritos.
Kagome la había aguantado toda una vida.
- Va a venir conmigo, ahora, me da lo mismo que esté desmayada.
- yo puedo llevarla en el auto- La educación y paciencia de Inuyasha empezaban a agotarse. Y ese fino odio que se había pincelado ayer curiosamente comenzaba a marcarse como el trazo definitivo de un enorme lienzo blanco-….No es ninguna molestia
Ella observó el rostro de su hija, no estaba tan pálida como la recordaba y su cabello esta más lustroso y bonito que nunca. Llevaba unos jeans algo sueltos, estaba descalza para disfrutar del piso alfombrado y llevaba uno de sus chalecos algo holgados para andar cómoda por la casa. Claro que la madre de Kagome no percibió eso, nunca lo haría, lo único que vio era que estaba demasiado larguirucha y flaca y que, obviamente, estaba débil como para desmayarse tan fácilmente.
También, al saber que vivía con un hombre alto, trabajador y de ojos violetas, había comprobado su teoría de que su hija no era más que una puta que gustaba de colgarse del cuello de aquellos con dinero.
Nada más ver la entrada del lujoso departamento había probado todo.
Se dio vuelta y comenzó a caminar hacía el ascensor.
-le guiaré hasta nuestra casa.
Asintió y cargó firmemente a la muchacha. Dirigió una última mirada a sus incondicionales amigos y estos asintieron también
El viaje fue sepulcral. La pelinegra no se despertó en todo el trayecto, solo cuando estaban estacionándose frente a una pequeña y tranquila casa de dos pisos, la cual tenía un aire bastante acogedor.
-Para acá- gruñó la fémina. Apenas se detuvo el vehículo bajó rápidamente y se dirigió a la puerta. Inuyasha abrió la puerta de su novia y le prestó su abrigo para que no se enfriara.
La cargó hasta la casa para que sus pies no tuvieran contacto con el húmedo césped. Ella no tenía frío, pero temblaba mientras se abrazaba a su cuello y los brazos de su amado rodeaban su cintura y sus piernas
Dentro había dos adolescentes, tenían el pelo largo y negro y estaban muy bien vestidas. Jugaban con un PlayStation y reían y conversaban entre ellas.
-Rin…Trisha…saluden a su madre-
Habló un hombre de voz cansada. Tendría unos 45 años y, a pesar de eso, conservaba un encanto bastante sereno e hipnotizante. El pelinegro intuyó enseguida que kagome había heredado la ternura y calma de él. Por lo visto también esa mirada de quien ha sufrido mucho en al vida, pero que aun encuentra algo a que aferrarse
La dejó suavemente en el suelo de alfombra amarillenta y lo observó fijamente. Caminó hasta la mesa en la cual él estaba terminando de comer. Los ojos violetas destellaban levemente de dorado ante la luz de la cocina sobre su cabeza y, apoyando sus manos en la pulida madera hablo tan educado y tranquilo que sorprendió a la misma Kagome, que desistió a su intento de acercarse a él y abrazarlo.
-Muy bien, Señor Higurashi, aquí me tiene a su total disposición

***

Mi conti de cada viernes, tal cual lo he prometido
¿que dirá el guapo de InuYasha para conseguir a su querida Kagome y ganarse a su padre? ¿por qué él ha vuelto después de tantos años?
Sé las respuestas (duh...xD) Si no estaría en un problema feo ^^"
Recuerden que las kero muuuuuuxo muuuuxo!!!
besos!
Las adora
Kru!
Sus posts son mi sueldo, no lo olviden

 

Re: tú...¿amante?

Holis peque!! xD
me encantoooo tu conti,te quedo divis divis!!
bueno..la neta no se que mas decirte,siempre te digo lo mismo,x q la neta,es vdd,eres una excelewnte escritora...
pero ahorita ya me estoy durmiendo ._. asi que... espoero vernos pronto(en el cz)xD
cuidate mucho mucho
besitos
saludos
ciao

 

Re: tú...¿amante?

Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh!! :ervioso: No mms!!! ahhhhhh! q! q! q! a va a pasar!!! q va a pasar!! ahhhh! continualo!! continualo!! ahhhh! ya me voy.

Bye, Besos! Continualo!!!

 

Re: tú...¿amante?

peque!
tu fic es hermoso por favor no lo abandones tanto,ademas creo que en las nuevas reglas dice algo sobre...que si tardan mucho lo cierran o algo asi,la neta no toy bien segura jeje xD
pero por si las moscas hay que leer las nuevas reglas.
ojala estes bien
cuidate mucho preciosina
besos
ciao

 

Re: tú...¿amante?

No, no, la regla es q si pasa un mes y el fic no c continua, c considera abandonado y lo cierran ToT!! iiiii! x eso tienes q seguirle, siiiii! conti!, conti!!

 

Re: tú...¿amante?

Hola peque,de nuevo yo ^^
ups perdon,me equivoque...es vdd..si lo dejas un mes lo cierran,pero espero eso no suceda.
Ojala estes bien y pronto des señales ^^
cuidate mucho
me encanta tu historia y como la desarrollas.
Cuidate mucho
Besos
ciao

 

Re: tú...¿amante?

Se desabrochó el cinturón y miró fríamente a la azafata que pasaba a su lado, ayudando a un anciano a levantarse.
Se incorporó sin esfuerzo alguno y, tomando su bolso de marca, bajó rápidamente del avión, Su cabello brilló con fuerza por la luz que se filtraba por la manga. Sus exquisitos tacones resonaron con fuerza y elegancia, el contonear de su cuerpo, sus jóvenes caderas en plena edad de mujer, eran impresionantes. Rápidamente, al llegar donde las maletas, se puso unos lentes oscuros, tapando sus ojos verdes como esmeraldas con un vidrio negro-azulado.
Llevaba el cabello suelto, se acomodó un poco el lado izquierdo mientras pedía un café fuerte para reponerse de las horas de vuelo. El encargado la miró con recelo, pero ella no se inmutó. Las miradas no eran nada, pensó mientras acercaba más a la mesa su gran maleta negra, los actos, en cambio, pueden llegar a matarte.

**

-¡quema!
-¡Miroku! ¡Te dije que estaba caliente!- exclamó molesta, llevando sus manos a las caderas, una Sango con delantal y guantes de cocina
-pero…es que tu comida es tan deliciosa…que no pude evitar querer probar un bocado…- se disculpó él mirándola fija e implorante con sus bellos ojos azulinos.
La castaña suspira y, rápidamente, aleja la bandeja con galletas del alcance del goloso de su novio, Miroku.
-¡Son para InuYasha y Kagome!, espera…a que lleguen- termina con un suspiro mientras deja los dulces recién horneados en otra mesa. Se miran unos segundos, el semblante de Sango recupera su tristeza. Su voz se quiebra al preguntar- ¿Crees que él pueda volver con ella?
-claro que sí, mi amor- se le acerca y la abraza comprensivo, apresándola entre su cuerpo y la mesita de la cocina-tontita- le sonríe y ella esconde el rostro en su hombro. Siente calor, le encanta la suavidad y calor de la tibia piel de ella rozando al suya- InuYasha es demasiado terco como para no ganarle a la loca esa.
Su mano se va acercando lentamente al trasero de la chica, le encanta hacerlo, como si aquello le permitiera vivir el día a día, pero calcula mal y termina tocando una de las galletas.
-¿qué ocurre? Parece que te duele algo- le murmura mientras ve que el masculino rostro se tensa. Comienza a darse vuelta y él trata de agarrarla. Caen.
-¡¡¡Miroku!!!


**


El coche le esperaba a la salida del aeropuerto, tal cual lo había ordenado antes de venir a estos asquerosos países olvidados. Bueno, después de todo, qué importaba, de igual forma sabía hablar español…
El viejo chofer le abrió la puerta y ella, delicada y distante como una verdadera mujer, se sienta y, en silencio, espera a que el hombre siga sus órdenes.
Cuando él vuelve a entrar al carro arregla el espejo y comienza a andar a una velocidad moderada mientras murmura.
-señorita Takumi…la carpeta del Señor Hoyô se encuentra debajo del asiento.
La muchacha, quitándose finalmente los lentes, se permite un merecido suspiro. Se agacha y saca, efectivamente, la carpeta negra que necesitaba. Se sienta tranquilamente y mueve el cuello en círculos para relajarse, sus hebras cobrizas se mueven ante el vaivén de la cabeza, descubriendo a veces una particular marca bajo su oreja izquierda.
-Muy bien- dice para sí con una pequeña sonrisa mientras comienza a inspeccionar los papeles- Veamos que me dejaste ahora, maldito Hoyô.
El viejo continuaba manejando, sin poder evitar observarla a veces por el espejo; le habían hablado de ella incontables veces. La sutileza y la venganza hechas mujer, convertidas en diosa. Su piel lechosa brillaba suavemente por la luz del exterior. Llevaba un traje de oficina bastante elegante y sensual.
Se obligó a seguir observando el camino, no iba a atentar contra su vida y menos contra una mujer tan útil e importante para el gran Hoyô, porque aquello podía llegar a ser…peor que la muerte


**


-¡Mi hija no tiene idea de lo que hace! ¡Vivir con un extrañó!- exclamó la mujer, histérica.
-Mikan, detente- le ordena el hombre suave, pero firmemente. La madre calla, frustrada. Mira detenidamente a los dos jóvenes que están ante él. Su querida hija mueve las manos nerviosa y, ansiosa, espera que todo esto termine, pero, curioso, hace años que no veía sus ojos brillar con tanta alegría. Más cerca está el chico que la trajo, serio, correcto, algo misterioso. Sus ojos son impresionantes y muestran una determinación que le hizo olvidar por unos segundos lo que quería decir.
-Señor Higurashi- recomienza el chico, cansado por todo sí, pero dispuesto a llevársela a toda costa- no es ningún problema para mí mantenerla, si es ese el problema
-¡InuYasha!- exclama Kagome, llevándose las manos a la boca, sorprendida.
-¡Insolente!- le grita la madre, roja de furia
El hombre palidece levemente, se levanta y se miran con intensidad. Este chico no era cualquiera, debía de andarse con cuidado.
-¿qué te hace penar que son problemas monetarios los que me incitan a traer a mi hija a mi lado?- responde finalmente, volviéndose a sentar, sin atrever a mirar a su propia pequeña, que parece asustada y a punto de llorar.
-porque usted no va a estar aquí todo el año, porque trabaja en el extranjero- El señor Higurashi levanta la cabeza, asombrado.
-InuYasha…- le susurra la chica y él la rodea con uno de sus brazos por la cintura
-Kagome, no quiero que estés en un lugar donde sufres…- la miraba fijamente, envueltos en su propio universo
Mikan no podía creer como aquel maldito millonario le hablaba tan tranquilamente como si ellos no estuvieran y el hombre, Hiro, observaba atentamente cada una de las masculinas y cuidadosas acciones, por lo visto llenas de cariño
-Me iré en dos meses y necesito que ella me acompañe- dice finalmente, no queriendo ver como la llama llena de esperanza y amor desaparece nuevamente en los ojos de su hija.
-pa-papá- logra decir sin sollozar, esconde el rostro en el hombro de su querido InuYasha…el cual, sorprendido, cierra sus ojos desviando un poco la mirada. El padre logró descubrir un brillo de sufrimiento en sus impresionantes ojos.
-señor…- comienza muy lentamente, más que cuidadoso, tratando de reponerse. Lo observa fijamente y Hiro puede ver, por primera vez, que tan solo es un niño-yo la amo…
La madre suelta un resoplido y una risa molestosa que incomoda a los presentes, menos a las pequeñas que ya suben a su habitación. Kagome las analiza en silencio, estaban muy diferentes a la última vez que les vio, pero…tampoco la habían recordado. Bajó la cabeza, no habían corrido a abrazarla, como soñó más de alguna solitaria vez. Abrazó más a Inuyasha y, decidida, exclamó.
-¡quiero estar con él, no me alejes de lo único!…que me ha apoyado…estos años…-termina tímida, pero la sonrisa de su amado le devuelve el valor. Le devuelve la mueca, para sorpresa de sus dos progenitores- quiero estar con él lo que puedan aguantar nuestros espíritus.
-pe-pero… ¿no era que no hablabas?- Hiro se levanta y se acerca a ella, la toma de los hombros, Kagome está llorando, pero no deja de sonreír. Él la abraza, eufórico- ¡oh, kagome, hija mía!
Inuyasha se aparta del abrazo, complacido. Le lanza una fugaz mirada triunfante a la vieja Mikan, la cual, asombrada y furiosa, no puede entender nada de lo que está pasando.


**


-Gracias- le dedica una educada sonrisa mientras recibe su maleta. Sus verdes ojos brillan con el sol mientras le dedica una corta vista al hotel.
-No hay de qué, señorita Takumi.
-Totosai…
Se da vuelta y desiste de su intento de entrar en el coche, interesado, pregunta:
-¿sí, señorita Takumi?
-Dile a Hoyô, cuando le veas- da vuelta su cabeza, para observarlo, al anciano le impresiona de sobremanera la sensualidad que aquellos ojos expeden con total naturalidad- que venga a aclarar el asunto de la deuda del bastardo de Suikotsu
- S-Sí, señorita Takumi…
-Eso es todo…gracias otra vez.
Hoy está alegre, decide dedicarle otra sonrisa mientras se acerca el botones por su maleta.
-Disculpe, ¿Señorita…?
Se queda callado de golpe, embobado observando, ella le sonríe altaneramente e inclinando un poco la cabeza al lado derecho, dice amablemente.
-¿qué clase de hotel es este, si se olvida el nombre de los huéspedes con reservas?
-Lo lamento mucho- se apresura a contestar el joven, rojo de vergüenza. Ella solo ríe un poco, porque, en realidad, su trabajo muchas veces ha sido hipnotizar hombres- por favor, acompáñeme a su habitación.
El auto negro ya se ha ido. Las Calles de Suramérica…tan inolvidables
Muchas cosas ocurrieron en este lugar…demasiadas cosas que, tal vez, solo eran buenas para recordar cuando estás deleitándote con un baño de la sangre de tus enemigos


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....meresco...que me maten.....

 

Re: tú...¿amante?

esta genial!!!
contii prontooo

aiios...

(K)(k)