tú...¿amante?

Re: tú...¿amante?

wow!!! amiga ke buena conti ke digo buena, buenisima!!!!!!!!! me encanta, amiga porfa conti!!!!!!!! no demores ke se kedo genial con mucho suspenso porfaaaaa no demores con la conti!!!!!!!!!!!!:o

 

Re: tú...¿amante?

Kikyou​

​

-¡es una completa genio!
-es inigualable, no tiene comparación
-irá a una de las mejores universidades del país
-y se casará con todo un hombre de…
-¡¡¡mamá ya basta!!!
Cerró la puerta de un portazo y se dejó caer sentada en su cama. Se apretó las sienes y se auto-regañó por haberle gritado, no era su costumbre, ella debía ser siempre fría, siempre fría. Esa era la única forma de tener ambición, de lograr metas y conseguir un objetivo. Así no llegaría a ningún lado, no sería nadie, no…
Abrió los ojos, sorprendida, ¿Cuándo habían llegado tales gélidos pensamientos a su mente? Se tendió en la cama y miró el techo, la pregunta en cuestión era, ¿podría ponerles una fecha? Parecían ahora que siempre estuvieron con ella, desde que era pequeña con todas exigencias de su madre por que fuera la mejor y no la defraudase, sacar adelante la familia…
“¿Tienes idea de cuanto vale una beca estos días?”
“…mucho, mamá”
“exacto, no podré pagarte tal cantidad, tu padre tampoco, así que, ¿qué harás?”
“estudiaré para ganarme el derecho de ir a una Universidad”
Repetía esas palabras ya maquinalmente. Ganarse un derecho…cuando había tantos a los cuales se les regalaba y desperdiciaba…
Sabía que su madre debía estar molesta por haberle gritado frente a unos invitados, pero la verdad ya no le importaba, ella tenía otros planes; sonrió de forma traviesa y abrió su libro de ciencias naturales, adentro estaban unos folletos turísticos sobre América latina, los miró con algo de cariño y se puso, por enésima vez, a repasarlos de nuevo.
Al salir sintió el aire elevar un poco su largo cabello azabache, lo tomó suavemente y lo puso a un lado de su hombro. Era la parte de su cuerpo que más le gustaba, la hacía sentir libre, sobretodo en aquellos momentos en los cuales deseaba que cada hebra se convirtiera en pluma y cada pluma en dos perfectas alas negras para escapar del punto en Oceanía que correspondía a su casa
Caminaba tranquilamente mirando el cielo blanco…cuando observó a alguien acercarse, llevaba un largo mapa de enredada apariencia y miraba hacia todos lados, muy confundido. Era alto y de un largo cabello negro hasta casi las estrechas caderas que se marcaban un poco por sus jeans. Vestía como un universitario bastante indigno para su pueblo, donde todos vestían extremadamente formales, esa blanca camisa algo desabrochaba dejando ver algo de su torso…eso…eso estaba completamente prohibido.
Kikyou negó un poco con la cabeza, fuertemente sonrojada, era guapísimo, nunca esperó que algo tan inferior como un hombre hiciese que, por su sola apariencia, su corazón se saliese de su acostumbrada caminata y empezase a correr, a correr… ¿hacía dónde? Respiró hondo y recuperó sus ojos fríos que bien, si eran algo que no gustaba mucho de usar, era la barrera entre ella y el mundo exterior
-¿buscas algo?- le preguntó en inglés, pensando que, de ser extranjero, debía de hablar el idioma universal, más se sorprendió al ver que, distraído, contestaba en un castellano bastante rápido y poco modulado, sonrió, en él no había respeto por las formas de habla.
Buscaba una biblioteca que quedaba al otro lado, en el fondo quiso reír, pues en el fondo era algo risueña después de todo. Decidió acompañarle…decidió marcar eternamente su destino.
-¿vienes de latina América?- había pronunciado y casi, casi se notó el tono asombrado en su voz.
-es bonito, si…- le sonrió el joven, el cual había resultado responder al nombre de InuYasha- ojala y vinieses algún día
Miró el suelo, no quería que viese el brillo en su mirada, por lo visto era cierto eso de que los latinos eran más cariñosos de lo normal, este tipo le había tomado confianza en cosa de media hora y se había abierto y mostrado su verdadera personalidad
Un lugar donde uno pudiese ser tal cual es…quizás era eso lo que había estado buscando.
Podía recordar cuando su madre le mentía al profesor sobre sus antecedentes para que ella tuviese mejores tratos, odiaba eso, siempre terminaba mirando sus zapatos como rogando por unas disculpas, pero el hombre terminaba encantado y se las daba…ella siempre lo tuvo todo gracias a las mentiras…sería quizás por eso que guardaba sus frustraciones e intentaba sobrepasar a todos en cuanto a inteligencia, algo para demostrarse que no era un ser que sobrevivía gracias a engaños
Que rápido parecían pasar los meses junto al joven Inuyasha…que rápido parecían cambiar los latidos de su corazón.
No sabía que era ese extraño sentimiento que albergaba su pecho con descontrolada precisión, a veces se quedaba horas mirando la ventana, sencillamente admirando la luna y los matices de los árboles a la luz de esta, cada noche eran distintos, cada brisa de viento era única y los rayos de luna parecían querer atravesar el silencio y llegar hasta su alma solitaria.
Sabía que ya era el momento, sabía que tenía que partir junto a ese joven que…que se había apoderado de su corazón.
Cada vez que lo recordaba cerraba los ojos y botaba el aire con algo de fuerza, nunca pensó que se enamoraría, como nunca pensó que realmente cumpliría su sueño de pisar tierra extranjera.
-¿feliz?- le había susurrado Inuyasha en el aeropuerto mientras la abrazaba por la espalda, ambos estaban cansadísimos por el agotador viaje, pero alegres, satisfechos.
-Si…- recordaba que había respondido con ternura esa vez mientras una de sus manos se posaba sobre las de él- muy feliz
Ahora podría empezar una nueva vida…juntos. Nada se interpondría entre sus ambiciones de ser una de las mejores y vivir con sinceridad.
Pero…no había sido así


-¡¡¡maldito!!!- le gritó mientras golpeaba su pecho intentando que la soltase- ¡déjame, bestia, animal!
-tonta- él, de un solo y diestro movimiento la tiró contra la cama pulcra del motel- resistiéndote así solo haces que me excite más
- ¡¡prometiste que la dejarías para fines de Septiembre!!- intentó levantarse, pero él tomó sus muñecas y la condujo contra el colchón violentamente- ¡¡estamos en Noviembre, Onigumo, Noviembre!!
-¡deja de gritar!- le besó bruscamente y desabrochó su camisa con fuerza. Kikyou se mordió el labio y cerró los ojos con fuerza, esas caricias rudas…le dolían. Miró hacia un lado intentando no llorar cuando estas se hicieron mucho más apasionadas de lo que ella quería llegar a esa tarde. ¿Cómo podía haberse enamorado de un hombre así? ¿En qué estaba pensando? Le atrajo todo ese misterio, frialdad y poder de su jefe, la había embriagado de promesas de amor y ternura ¡había caído como cualquier adolescente! Desde hace tiempo que habría querido terminarlo con todo, pero no podía… Había estado ese día con Kagome, la muchacha le había reafirmado sus temores de estar sometida en los brazos de un completo imbécil ambicioso. Jamás se lo perdonaría, había caído demasiado bajo.
-no…suéltame…¡¡SUELTAME!!
Logró soltarse y le pegó una bofetada, tomó sus cosas lo más rápido que pudo y salió corriendo de la habitación
-¡¡vuelve maldita…!!- cerró de un portazo y se sobó la mejilla, frustrado. Se dejó caer en la cama, respiraba agitadamente- demonios…
No importaba, ya la tendría de nuevo, por que ella siempre volvía, siempre.
Pero no esta vez.
La mujer se arregló en el baño, sus manos temblaban, miró la camisa, faltaban algunos botones, maldijo en silencio mientras se ponía la chaqueta y se iba tratando de aparentar que nada había sucedido
Al salir a la calle la encontró llena de gente, las miró de manera extraña y se abrazó a sí misma, no podría aguantar más este ritmo de vida…estaba desecha. Sus pies se movieron por inercia en dirección a su departamento, ahí estaría Inuyasha y miroku, el primero seguramente tendría una sonrisa tierna en sus labios y algo delicioso para cenar. Miró un imponente edificio que se cernía por sobre los otros: era su trabajo.
Corrió a él y tomó el ascensor. Subió hasta el último piso, el veintitrés, subió hasta la azotea y un viento algo fuerte llegó a sus mejillas rojas por el ejercicio, ante ella surgía un imponente atardecer y, mientras el sol descendía lentamente, también lo hicieron las lágrimas en sus ojos y sus sollozos bajitos.
Miró el imponente cielo ante ella y se acercó a la orilla del edificio, lo que estaba abajo no le importaba, el sonido de los autos estaba lejos, tan lejos como una realidad alterna a la suya, solo estaban con ella el cemento en sus pies, la luz rojiza en su cuerpo, su mirada en el cielo y el recuerdo de sus dos seres amados en sus pupilas.
-Kagome…podrás cuidarte sola…sé…que aprenderás a recomenzar- sonrió con melancolía al tiempo que extendía una mano al vacío, el viento bailoteó alrededor, haciendo ondear sus cabellos. Las lágrimas se asomaron en sus mejillas más bruscamente y en su rostro se hizo una mueca de dolor- Inuyasha…por lo que más quieras- sollozó y miró el sol nuevamente, lo veía borroso producto del llanto, pero… ¿importaba ya? Ya nada podría ser lo mismo, ya no podría regresar- perdóname algún día.

12 de Noviembre, Kikyou saltó al vacío y dejó su vida y lágrimas detrás


****

Porfavor!!! perdonenme por la demora!!!
es ke me tocan unos examenes finales-finales y estoy con mi otro fic TT_TT lo siento!!!!
Aki está, porfavor disfrutenla mucho, porque me costó hacerla ^^U
Las qeuro muchisisisimo xD. No lo olviden, ¿sep? n_n
besus =*
Kru!

 

Re: tú...¿amante?

muy buena conti!!!!!!!!!!!! ^^
continuala pronto si?¿
y espero que te vayan muy bien los examenes y que los aprueves todos

nos vemos!!!!

Atte: InGi ^^

 

Re: tú...¿amante?

wow!!!!!!!!!!!!!!!!! ke conti!!!!! muy buena!!!! y triste ala vez pobre kikyou ke vida tan.... triste .... y ..... melancolica bueno amiga espero conti te kedo genial como siempre me encanta leer tus ff amiga no demores ke nos gusta tu ff ok????? t cuidas.;)

 

Re: tú...¿amante?

contiiii
conti conti contiiii
porfis!!
note tardes!!!

 

Re: tú...¿amante?

amiga!!!!!!!! ke tal????? como andas espero ke bien!!!!!!!!!!!!! en donde andas amiga????? ToT keremos conti ya se ke lo pusiste hace poco pero es ke me muero de las ganas de saber ke pasa van a encontrar a kagome?????? ToT pobre tan mala ke le ha ido en la vida y de pilon le pasa eso, pero la ezperanza muere al ultimo verdad, bueno amiga porfa aparece y deja conti si!!!!!!!!! gracias de ante mano jejejejejejeje;)

 

Re: tú...¿amante?

-¡un truhán vil y cruel!
-pobre muchachita…
- Se dice que era un asaltante
-¿Cuántas veces habrá que decirlo?- una masculina voz interrumpió la conversación, haciendo a las tres jóvenes callar, avergonzadas. La figura de Miroku estaba apoyada en el umbral de la puerta, llevando unos cómodos (y elegantes) pantalones y una camisa algo azulina. Su mirada ahora seria las sorprendió, pues desconocían esa faceta suya- ¿un asaltante? Díganle como se lo merece: ese bastardo es un secuestrador
-Cariño…no digas esas cosas- la chica que parecía mayor, de un bello cabello rubio algo oxigenado y seductores ojos verduscos lo observó tranquilamente con un leve rojo en sus mejillas dándole un aire encantador- son muy feas viniendo de un chico tan guapo como tú.
- ah…eso me recordaba- había hecho una mueca de desprecio ante lo meloso del comentario- ¿qué haces aquí? Creí haberte dicho ya mil veces…
- ¡¡tenía que venir a verte!!- corrió, los zapatos de tacón resonaron en el pulcro piso del edificio. Con sus finas manos sujetó parte del brazo y camisa de él- ¡padre ha dicho que ya es tiempo!
-tu padre, siempre tu padre- desvió la mirada, molesto, con los ojos cerrados evitando gritar. Ya estaba harto de la misma escenita cada cierto tiempo. Respiró y volvió a verla, sus ojos le observaban expectantes- mira…- su mirada era sencillamente conmovedora, botó el aire, sintiendo como perdía la batalla ante su gusto por las mujeres- Agatha…yo…
-tranquilo, no digas más- posó uno de sus cálidos dedos en los labios del joven, algo coqueta, él ni se inmutó- comprendo, comprendo, ya hablaremos…mejor del tema- se acercaba lentamente a su rostro, el tono que antes podría haber sido tierno, se convertía lentamente en un canto exquisito de sirena, irresistible en la mayoría de los hombres- estaré aquí tres días más, en ese hotel que está tres calles más al lado, ¿bueno?
¡¡Ese tonito, esa seducción!! Miroku evitaba caer a toda costa, claro que era bastante difícil. No cualquiera lo conseguía, sobretodo cuando ella estaba dispuesta a dárselo absolutamente todo
La muchacha le dio un corto y suave beso en a mejilla y se fue con sus compañeras, riendo y conversando alegres. Miroku frunció los párpados intentando quitarse el sueño y el cansancio de encima.
Kagome llevaba desaparecida dos días, lo policías, acorde a diferentes investigaciones y datos, tenían ya un sector seleccionado donde podría estar el maldito escondiéndola.
Suspiró y emprendió regreso a su departamento. Apenas InuYasha supo de la noticia se negó a quedarse tranquilo y quiso ayudar a la policía, por lo cual también estaba en la búsqueda.
Una mano delicada sujetó su camisa por la espalda obligándole a detenerse. Se dio vuelta, era Agatha, con su otra mano cerca de los labios y bastante sonrojada. Intentó sonreír con tranquilidad, pero la verdad es que la idea de tener un cuerpo exquisito tan cerca lo estaba dominando.
- ¿Qué ocurre?- logró pronunciar con muchísima tranquilidad, bueno…en eso ya tenía mucha práctica.
-es…estaba pensando- Suspiró y miró el suelo. Era como volver a sus tiempos de inocente virgen, Miroku, no importaba como, siempre lograba sacar de ella ese lado tímido y lleno de esperanzas. Lo miró fijamente- que podrías...invitarme a comer algo a tu departamento.
Listo, era la oportunidad perfecta, él conocía esa mirada en ella: eso era deseo puro y ardiente. Asintió y apretó el botón del ascensor.
Mientras subían evitó mirarla, pensaba en el motivo del por qué no estaba ahí, en la calle, corriendo por todos lados para encontrar a la querida muchacha que amaba como a la hermana pequeña que siempre anheló en secreto…la causa era Sango.
Había estado demasiado nerviosa, se había sobreexigido demasiado en el tema de buscarla y avisar a la policía y querer tenerlo todo en orden que al saber la noticia de que ya “casi” y sabían donde estaba que cayó desmayada. Se tuvo que queda cuidándola en el depto que le habían prestado.
Sacó sus llaves y abrió la puerta, Agatha hablaba emocionada sobre algo de los lugares que había visitado, pero le interesaba en lo más mínimo, solo estaba dispuesto a cumplirle un favor y una deuda saldada hace años.
La puerta se movió y mostró parte del lugar. Miroku abrió los ojos, sorprendido al tiempo que sus llaves caían al suelo.
Adentro, Sango lo observaba confundida, estaba con la cara algo menos demacrada por el sueño, de la cocina salía un olor delicioso y estaba poniendo la mesa…para dos personas. Al ver que la acompañaba una mujer Se sonrojó con fuerza y bajó la mirada.
-S-Sango…-ella pasó a su lado y sintió como revoloteaba el aroma de su largo cabello entre su nariz, cerró los ojos, dolido al no tener respuesta.
Bueno…tampoco la merecía.
-Idiota…-pensó al tiempo que veía a la muchacha entrar al departamento de al lado, siempre con la mirada gacha y sin decirle nada…hubiera preferido cualquier golpe, cualquiera de sus miradas asesinas…pero no ocurrió- solo eres un perfecto idiota
-Miroku…- la rubia había observado la escena en silencio, nunca le había visto esa mirada de dolor por una fémina, sonrió y se le acercó lentamente. Lo apresó dulcemente contra la pared y besó sus labios con mucha suavidad. Él se sorprendió, pero no se movió ni correspondió a la corta caricia
-mi despedida, mi querido hermanito- le sonrió con una ternura que casi nadie conocía como un secreto entre los dos- adiós, adiós.
-Agatha…yo…- Balbuceó algo confundido, todo había ocurrido de golpe y la verdad…en el fondo…él no la odiaba, solo que no quería admitir un error del pasado y hablaba el orgullo-…perdóname por todo.
-Basta de lamentarte, no es el Miroku que conozco y amé- comenzó a alejarse tranquilamente, con los ojos algo llorosos, pero no importaba- le diré a padre que hemos llegado a un acuerdo
-pero…-exclamó mientras ella veía las puertas del ascensor abrirse.
-ve con ella…dile lo que sientes- le dedicó una última y hermosa sonrisa, llena de ese amor que siempre, siempre quiso darle, y que ahora era el momento…dejándolo ir- yo estaré bien.
Bajó la vista. No quería ver los ojos llorosos en ella, no quería verla irse y no volver.
-las cartas…- le susurró- perdóname, las he destruido todas.
-lo imaginaba- le respondió, también un susurro amplificado por el eco del pasillo- no te preocupes, nunca dije nada muy importante.
-tú si…- levantó la vista, la puerta del ascensor se cerró y comenzó a bajar. Podía ir a buscarla y decirle lo mucho que la quería y nunca había tenido el valor de hacerlo, ella…su piedra preciosa…exclusiva por órdenes de infancia y alejados por su propio miedo al compromiso.
Pero ya no iba a poder, la conocía demasiado bien como para saber que ella había descubierto sus nuevos sentimientos.
-Gracias…- alejó la vista, finalmente, del gran aparato de metal. Miró la puerta del lado y tomó aire. Era ahora o nunca.

***

Feliz navidad!! ^^
Perdonden mucho la demora
besos! =*
Las kiere
Kru!!

 

Re: tú...¿amante?

amiga ke buena conti!!!!!!!!!!!!!!!!! tan linda y padre!!!!!!!!!!!!!!!!! me encanta tu descripcion amiga!!!!!!!!! acada momento ke leia me metia mas a la historia me encanta conti plisss!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! no tardes ok!!!!!! ;)



FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO.!!!!!!!!!!!!!!!

 

Re: tú...¿amante?

Holaz!
Q estupenda y....confusa conti..jejeje
Q onda kon estos 3???
Weno conti pronto pliz!
Xauz!

 

Re: tú...¿amante?

Weno, weno, weno xD
volviiiii!! primero que todo, ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!! ojalá y todo les haya salido tal cual querían y hayan sido felices y sonreído aunque sea una vez, eso me llena de alegría ^^
Rei!!!! este cap va para tí!!!!!te lo dedico con too el amor del mundo, nee-chan!! ^O^

Miroku ​

-ella es tu nueva hermanita, cuídala mucho
El pequeño de siete años miró a la pequeña con algo de timidez y miradas de arrogancia. Tenía un cabello castaño casi rubio y unos hermosos ojos verdes, Traía un vestido blanco hasta sus rodillas, las cuales no alcanzaban a tapar ciertas heridas producto de caídas y juegos en el orfanato.
-¡¿pero padre por qué…?!- quiso protestar ante la idea de recibir a una extraña en la enorme casa que compartía solo con su padre y un montón de criadas y dinero. Calló al ver la mirada de miedo en ella y sintió una ternura aflorar en su interior, era realmente muy bonita y parecía tan inofensiva con los ojos llorosos y observando el suelo…
-¿ibas a decir algo, Miroku?- el hombre lo observó seriamente, como advirtiéndole que no se aceptaban reclamos
-nada, padre- respondió lo más educadamente que pudo. Estiró su mano hacia la niña mientras miraba el suelo, sonrojado y algo molesto- ven, te mostraré la casa.
La vio abrir los ojos, y asentir sorprendida. Ella era la bella Agatha, su exclusiva piedra preciosa, la cual con el tiempo supo ganarse un lugar muy especial en su ser. Se cuidaban mutuamente, pues la chica, al tener rasgos extranjeros e inusuales, era centro y codicia de muchos hombres, lo cuales él, con bastante talento, sabía alejar disimuladamente.
Pero todo cambió el día que la chica cumplió catorce años, él tenía quince desde hace cuatro meses y miraba impresionado la bella fiesta que se había hecho en su honor.
Parecía la celebración perfecta, pero Agatha mantuvo su mirada triste y su semblante lleno de angustia, y solo él lo sabía, y únicamente deseaba poder remediarlo, pero no había manera.
Un día, hacia poco, ella conoció a su padre. Había venido especialmente para verla, apenas lo supo se puso a llorar y quiso correr, y es que es difícil ver a alguien quien te abandonó de pequeña y te busca en tu transitoria infancia por meros acuerdos de negocios.
“Has sido adoptada por un gran empresario muy poderoso…creo que podrás servirme de ayuda” Aún podía sentir la llorosa voz de su hermana explicándole lo sucedido “dijo que iba a hacer todo lo posible para asegurarme un buen futuro… ¿pero crees que escuché alguna palabra de consuelo, de cariño…unas disculpas? ¡Nada!...solo soy…otro de sus juguetes” La había abrazado y ella había llorado hasta dormirse, ya era muy tarde y al día siguiente era la imponente celebración.
Y la celebración fue, más que un hermoso recuerdo, uno de los más tormentosos en la vida del muchacho. Su padre…su propio padre, se había levantado con una gloriosa mirada y había hecho pasar a un invitado especial: el progenitor de la joven, la cual se puso terriblemente pálida y sujetó la mano de Miroku con mucha fuerza por debajo de la mesa llena de ricos manjares.
“Hemos llegado al acuerdo de que, para unir las dos grandes familias y tener asegurado un buen futuro para ambos, estarán comprometidos y se casarán cuando Agatha cumpla la mayoría de edad.
Se le cayó el cubierto de plata de sus pálidos dedos y miró a su padre anonadado. ¿Le había comprometido…con su hermana? Ella miraba el suelo con los ojos bien abiertos y su rostro mas sonrojado que nunca. Había empezado a llorar, no podía soportar esta tortura para ella y se la llevó de la habitación en silencio, no sin antes mirar a ambos hombres con odio.
-Tranquila, tranquila- recordaba que le había dicho esa vez mientras la abrazaba y besaba con suavidad las perladas lágrimas que caían de sus preciosos ojos- no pasará nada, todo volverá a la normalidad y seremos felices.
Pero ella no parecía escuchar, solo sollozaba en un tono bajito y le abrazaba con fuerza, escondiendo la cara en el varonil pecho Y es que…ya no podía luchar contra lo que sentía. Levantó la vista y lo besó. Miroku abrió sus ojos, terriblemente sorprendido, sintiendo el rostro de “su hermanita” tan de cerca y sus suaves labios sobre los suyos.
-per…perdóname- la chica se incorporó rápidamente, bajando la mirada y siendo sus ojos tapados por un flequillo rubio- no debí hacerlo.
Él no respondió, de hecho, era incapaz de reaccionar, escuchó sus pasos y alejarse corriendo y el joven suspiró dolido. Nunca pensó que ese leve amor que empezaba a tenerle fuese correspondido…se sonrojó al recordar el cuerpo de ella tan cerca suyo, los años le habían hecho muy bien, tenía una linda e irresistible figura para su edad, esa en la cual ya era una adolescente con mirada más sensual y coqueta, ya interesada en hombres, época la cual el pacientemente…¿¿había esperado??
Comenzó a espantarse, empezaba a imaginársela entre sus brazos, dándose un apasionado y exquisito beso…que en cada imagen pasaba a más y…se levantó de golpe mientras miraba el suelo, completamente avergonzado. Esto no podía ser así, sencillamente porque…se había prometido no lastimarla, y menos se rebajaría a acatar la descabellada idea de ambos hombres que les trataban y dominaban cual bestias de ganado
No…debía de hacer algo para detenerlo

*

-¡¡Debes de estar bromeando!!- Chilló su padre al tiempo que le agarraba el masculino hombro con fuerza, pero él se soltó y lo miró amenazadoramente.
-no te atrevas a detenerme, me iré a vivir a un departamento con un amigo mío y continuaré mis estudios como si nada de esto hubiese ocurrido
Alcanzó a caminar unos pasos antes de que ella le sujetara el brazo y lo abrazara con fuerza
-¡¡¡Espera!!!- le gritó y le obligó a mirarla, las lágrimas manchaban sus tersas mejillas y lo observaba implorante- ¿¿es por mi culpa??- estaba agotada, desde hace tiempo que no dormía bien por los exámenes finales y todos esos preparativos que le obligaban para su cumpleaños numero diecisiete. Cayó de rodillas, haciendo sonar con fuerza el suelo y evitó mostrar una cara de dolor. Aun con las manos agarradas a la camisa de él gritó- ¡perdóname! ¡¡Miroku no te vayas!!
- Agatha…- Se arrodilló para que sus ojos quedasen a la misma altura, con su mano suavemente le levantó la barbilla y secó sus lágrimas con la otra mano. Le sonrió con algo de pena y le susurró- no es tu culpa, es solo que no deseo hacerte daño…
-así…me matarás de pena- intentó sonreírle, pero la tristeza devastó el intento.
-no, no…- se apresuró a decir, le acarició la mejilla y besó suavemente las líneas de agua y sal de su rostro, tal como siempre solía hacer- te quiero demasiado como para permitir algo así.
-en…entonces no te vayas- sollozó dolida- no me dejes sola.
-debo irme, no podría soportar un segundo más aquí- se levantó y mantuvo la cabeza gacha al partir, le destrozaba el corazón escuchar su llanto, pero no podía permitir que una relación tan hermosa como la que ambos tenían se manchara por el hecho de un lujurioso y vacío amor adolescente.
Al llegar a la estación cerró los ojos con fuerza para evitar llorar, no era culpa de ella, toda la culpa caía sobre él mismo.
Y es que…era incapaz de amar, la vida se lo había demostrado dolorosamente al descubrir que para él la mayoría de las mujeres las veía como un mero objeto, ellas eran las que se dejaban seducir tan fácilmente, llegando a ser para él un simple juego para evitar el ocio.
“Miroku…por favor…” le susurraban algunas mujeres al oído completamente plagadas de deseo carnal y él les daba lo que querían por simple juego, por sencilla satisfacción.
Por eso…no podía permitir que ella saliese lastimada por su causa, nunca podría perdonárselo y lo más sensato era dejarla ir, merecía hombres mejores que supiesen velar mejor por su ansiada felicidad
-veo que al final la dejaste- le dijo InuYasha horas después, mirándole seriamente, le observó asentir- ¿estás satisfecho con tu decisión?
-ya lo veremos- suspiró el joven de iris azulina mirando por la ventana del departamento- la despedida fue difícil…cómo odio verla llorar
-Por lo que me has contado es fuerte, sabrá salir adelante.
-si…- “ahora lo que me gustaría descubrir es si yo también podré” pensó melancólicamente mirando el paisaje gris
Pero no acabó ahí, con el tiempo le empezaron a llegar cartas en sobres violeta con mensajes de ánimo en sus estudios. Agatha le escribía frecuentemente y él se lo agradecía. Hasta que llegó el día en que empezaron a llegar otras cartas de sobre violeta, perfectamente camufladas…eran amenazas del padre de la joven, las cuales empezaban a hartarle hasta el punto de que cometió una atrocidad: no volvió a verlas , las destruyó absolutamente todas, incluidas las bellas cartas de su querida hermana, la cual le hacía saber que se recuperaba de a poco…y que se convertía cada vez más en una mujer deseada y consciente de ello, sabía llegar al corazón y anhelos de los hombres, conocía lentamente la forma de dominarlos a la perfección
Pero, con Miroku eso nunca fue posible, Le sonrió de lejos esa vez antes de marchar, nunca pudo ser suyo, sabiendo lo inestable que él era y lo poco cuidadoso que era con las mujeres, a pesar de que la trataba como un pétalo de cristal…no estaban destinados, pensó cada uno con un mar de sensaciones en sus cuerpos, pero un futuro les esperaba y debían de continuar.
“Esto va por ti, Hermana”- pensó él al tiempo que sacaba sus llaves y abría la puerta de al lado del departamento- “seré capaz de demostrarte que puedo amar…que puedo ser feliz”
Se escucharon pasos al otro lado y suspiró, ya pronto acabaría todo


Plática libre:
Denme sus opiniones, luego pasamos a Kagome, que ia la tengo bastante botada a la pobrecita... u.u
Porfa posteenme y diganme que tal les fue en su navidad:
A mí....humm, fue una tarde algo fría con mis primos y abuelos paternos, fue más que todo, abrir regalos u.U
Los cuales me gustaron mucho ^^
Luego, donde mis abuelos maternos, hubo más familiaridad y todo fue más tierno (día siguiente, mañana y día de navidad) y ahora en santiago...pues bueno...hacer ocio xP
Ese fue mi fin de semana, el día antes y el 24 estuve trabajando arduamente en la conti XDDD, ke triste mi vida xD, nah...broma
Besos!!!!
Las kero muuuuxo
Kru!

 

Re: tú...¿amante?

Bue-ní-si-maaaa!!
Me conmovió, pero me encantan estas contis ;O;!
Espero poder postear más seguido ia ke siempre leo, pero nunca puedo postear u.u
En fin, síguele pronto ^^!

Baii :).