Sweet Kiss [NaLu ]

• Nombre: Sweet Kiss
• Estilo: Drabble
• Parejas: Natsu y Lucy
• POV's: Lucy
• Resumen: Dulce, muy dulce. Fue simplemente dulce, como la miel que me daba mi madre para reparar la garganta cuando enfermaba. Pero él la acalló, rogando más. Y así, el ladrón que hacía las misiones conmigo... robo mi primer beso.

·Sweet·​

Una misión como otras, que acababa en éxito y escombro. Hoy nos tocaba atrapar a una peligrosa banda de maleantes. Con ayuda de Escorpio y Leo, logré capturar a la mitad, mientras que Natsu se divertía a tortazo limpio, y de paso, calcinando un par de hectáreas de bosque. Le dije a Natsu que me iba directamente a casa, que el pasara por el gremio a confirmar la misión. Mentí. Ahora me gusta estar en otro lugar.​

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En un claro del bosque, donde la Luna se refleja, brillante y hermosa, sobre las tranquilas aguas de un pequeño lago, yo recapacito. Mientras las estrellas velan por mi, yo me quedo pensativa, mirando a aquel pequeño lago. Recordé el sabroso olor del néctar de las flores de su jardín, de la pelota naranja con la que jugaba con alguien del servicio, con los vestidos de ensueño que tejía su madre... con la crueldad de mi padre, con su disculpa, y...con su muerte. Le hubiera gustado hablar con él, contarle todo, darle las gracias por tantos regalos... las lágrimas se escaparon, escapando por la mejilla y cayendo torpemente al césped. Doblé mis rodillas, y bajé mi cabeza, para taparla de la luz escandalosa de la oscura noche.​

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Me levanté. Caminé un poco y me agaché. Entre mis manos, cogí un poco del agua fría y clara del lago, que se zafaba fácilmente de mis dedos. Los acerqué a mis labios, y como un suave beso, bebí lentamente el agua que quedaba en mi mano. Volví a recostarme en el árbol. Su corteza, dura y anciana, estaba llena de musgo, pero no me importó. Me adormecía, cayendo sin resistencia en el sueño de Morfeo. Poco a poco, meciéndome con la fresca brisa de la noche, caía dormida, hasta que una voz masculina gritaba mi nombre. Era Natsu. Mi compañero apareció detrás del árbol que estaba apoyada, causando que diera un respingo. Natsu me vio ahí, acurrucada en mis piernas.​

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-¿Lucy? ¿Qué haces aquí? Es tarde- me dijo en tono preocupado.​

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-Me apetecía un poco de aire fresco- mentí- ¿Y Happy?​

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-En tu casa, se quedó dormido- me respondió. Natsu se fijó en que mis mejillas tenían surcos recientes- ¿¡Has estado llorando!?​

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-¡N-no!- desmentí. Pero luego, al recordar el motivo melancólico, las gotas saladas brotaban de mis ojos, traviesas. Por mucho que me limpiara las lágrimas, más se escabullían.​

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-No te creo- mi compañero se arrodillo ante mi, y, con una mano, apartó un mechón de mi cara, para verme los ojos cafés, irritados por las lágrimas. Paré de secarme las lágrimas, para contemplar su rostro. Estaba preocupado, y algo compresivo. Inesperadamente, me dijo- Prometí que nunca volverías a llorar desde el día que murió tu padre- Posó su barbilla encima de mi cabeza, revolviéndome el cabello- Y ahora lo haces. Y a escondidas, que es lo peor. Quiero verte risueña, como siempre. Que te enfades cuando entramos por la ventana, que vayamos de misión, como si fuera la primera. Pero nada es igual si lloras...​

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Esas palabras profundas de Natsu me dejaron con el nudo en la garganta. Natsu ahora estaba viéndome al frente, con esos ojos verde oscuro, y la expresión comprensiva. Nos miramos. Él, con el dedo índice, me secó una lágrima, para después acariciar mi mejilla sonrosada. Su rostro se aproximó, lentamente, disfrutando de mi respiración. A cada centímetro que se acercaba, podía oír su respiración, sentir su aliento y notar su respiración entrecortada. Me fijé en que sus mejillas tenían un ligero rubor. Sus labios carnosos, rozaron los míos. Entonces, como si de miel se tratara, dulcemente me envolvió en un beso mágico. Su saliva se quedó impregnada en mis rosados labios, y con la respiración entrecortada.​

Se alejó de mi rostro, buscando a un culpable de su impulso. Su mirada, llena de duda, se disipó con una sonrisa que le dediqué. Él, simplemente, me dijo:​

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-No vuelvas a llorar.​

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-No lo haré- respondí, con voz baja y una sonrisa adornando mi rostro.​

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Ahora, ese claro del bosque, donde estaba solitaria, recordando con melancolía, se convirtió en mi motivo de dicha y alegría.​

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Espero que esa felicidad durara para siempre, mamá.​

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De: Lucy.​

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Bueno, que les pareció? Horrible? Asqueroso? Espero sus abucheos y cualquier crítica constructiva :3​