One-shot de Inuyasha - Sueño [Sessho&Kago]

SUEÑO

Aire. Sus pulmones necesitaban aire. Y no es que estuviera corriendo, ni tampoco que estuviera agitada. Entonces, se preguntaran ¿Por qué a Kagome Higurashi le hacía falta aire?

Pero la respuesta es obvia, por no decir que fácil de averiguar. El motivo por el cual a Kagome le faltaba el aire -ese gas vital- era porque la estaban besando. Y no cualquier persona, sino él.

Él. Conocido como el youkai más poderoso de todos los tiempos, como el Lord de las tierras del Oeste, como "Sesshomaru-sama" por la pequeña Rin y Sesshomaru por InuYasha.

Sí, quien la estaba besando era nada más, ni nada menos que:

Sesshomaru no Taisho.

Kagome no entendía porque el inu daiyoukai estaba besándola. Sus pensamientos no estaban en sintonía con su cuerpo. Las imágenes divagaban por su mente. Trato de entender lo que en ese momento sucedía y como sucedió.

Rememoró como su amigo hanyou se había marchado de forma sigilosa cuando todos, excepto ella, se encontraban dormidos. Kagome se extraño por la actitud de InuYasha, y pensando que podía tratarse de un youkai, decidió seguir al chico de orejas de perro. Las imágenes son más claras después de esto. Luego de unos minutos de haber seguido al muchacho, este se perdió de su vista, y ella, perdida, se abrió paso en un claro bañado por la luz de la luna, donde vio algo poco común.

El inu –también- conocido como "Cubito de hielo andante" dormido en la sombra de un gran árbol con las manos recargadas sobre la hierba.

La pelinegra miro con ternura la imagen frente a ella, ¡vaya que el hermano mayor de InuYasha era muy lindo y hermoso!... en cuanto cruzo esa palabra por su mente, la chica la borro de inmediato. Ella no debía pensar que un daiyoukai era lindo, ni mucho menos hermoso –aunque fuera verdad-, sacudió su cabeza para despejar su mente de los pensamientos absurdos de ese momento- decidió intentar no despertar a Sesshomaru, se acerco a donde estaba (pues ella aun estaba en el linde del bosque), extendió su mano y la poso con suavidad en el rostro del hombre.

Sesshomaru se movió un poco, molesto, gruñendo cosas incoherentes. Kagome se enterneció aun mas, siempre había querido despertar así a su InuYasha. Pero el hanyou siempre se levantaba muy temprano, tanto que decían "El canto del gallo no levanta a InuYasha, InuYasha levanta al gallo". Por ese motivo, Kagome no tenía una oportunidad.

— No quiero que se despierte. — se dijo a sí misma— Mejor me…

La miko no tuvo tiempo de decir más. Para su sorpresa, Sesshomaru se había despertado y en un movimiento rápido había juntado sus labios con los de la Higurashi, quien no sabía si estaba despierta o soñando.

Jamás hubiera creído que el albino, entre todos los hombres que conocía, fuera el que le robara su primer beso. Y, tenía que admitirlo, el inu daiyoukai besaba muy bien.

Y volvemos a eso de la falta del aire. Kagome ya no podía aguantar más la presión de esos labios dominantes contra los suyos (aunque le estuviera gustando, y mucho), aparto con brusquedad al hombre y volvió a respirar el aire que tanto le hacía falta. Después de recuperarse fijo su mirada en Sesshomaru, y grande fue su sorpresa cuando vio que el inu estaba dormido. Kagome se pregunto si la había besado por reflejo o porque estaba tan cansado que no era consciente de sus actos. Y sin esperar, ni buscar una respuesta, la chica salió huyendo del lugar tan rápido, que nadie sería capaz de alcanzarla.

Cinco minutos después, Sesshomaru despertaba. Dando un pequeño bostezo y estirándose para despabilar su cuerpo, el hombre miro con frialdad hacia la blanca luna llena.

Se recargo en el árbol, y miro al cielo, aun podía descansar tres minutos antes de emprender el camino hacia donde había dejado de sus acompañantes. Dio un suspiro, había tenido un sueño muy raro.

Un sueño, en el que había besado a la humana que acompañaba a su inservible hermano, y él lo había disfrutado. Realmente lo había disfrutado.

Un sueño que, pensó, podría volverse realidad.