Sucumbir

Tema en 'Relatos' iniciado por Syel, 2 Agosto 2014.

  1.  
    Syel

    Syel Extraña

    Cáncer
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    12 Julio 2012
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    984
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Sucumbir
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1003
    @Sheik
    @Alessandra


    Cuando cumplí exactamente 12 años sufrí una caída por ir corriendo rápido de la escuela a mi casa, todo por la esperanza de llegar antes que mi padre de su trabajo. Recuerdo que desperté al día siguiente en la camilla de un hospital, estaba fatigado y no podía siquiera levantarme un poco para mirar más allá del techo.

    Moví un poco la cabeza –con mucha dificultad- para ver la luz que entraba por la ventana. En la mesa había una bolsa de regalo y una cruz con un rosario a su alrededor. Alcé mi mano pero me costaba mucho llegar al regalo, no podía siquiera ladearme para tener mejor comodidad. Un ruido interrumpió mi intento así que giré mi cabeza de nuevo a la ventana y divisé un pequeño cuerpo. Era un cuervo. Como era de esperarse su cuerpo era negro como la noche, sin ninguna pluma de otro color.

    —Hola— Le logré decir ya que me dolía el pecho también, era donde había recibido el mayor impacto de la caída. El cuervo graznó por unos segundos, como devolviéndome el saludo y de pronto calló para mirarme. No podía apartar la vista de ese ojo, en él veía su inocencia. Era extraño que pensara esas cosas puesto que era un niño.

    Pase varios días en el hospital y a pesar de que las heridas de la caída habían sanado, tenían que hacerme muchas pruebas y exámenes. Sinceramente no me preocupaba, mis padres siempre llegaban por las mañanas antes de irse a trabajar y eso me hacía feliz.

    Así paso una semana, el cuervo nunca volvió a aparecer y yo no le di importancia. Regrese a casa con ayuda de mi padre; él empujaba la silla de ruedas. Mi madre abrio la puerta con una sonrisa y en medio de la oscuridad se escucho un “felicidades”.

    —¡Víctor! Ya has regresado —Me dijo Miguel, llenándome de besos.

    —El que seas mi hermano mayor no te da el permiso de llenarme de tus babas —comente con una sonrisa. Después de eso celebre mi doceavo cumpleaños.

    Estaba feliz, no iba a la escuela y mi familia pasaba la mayor parte del tiempo conmigo pero...también estaba preocupado, mis padres se encerraban en su habitación y charlaban por horas, aveces podía oír mi nombre en sus palabras. Decidí ignorar aquella situación y en menos de dos semanas, deje de usar la silla de ruedas para continuar como si nada hubiese pasado.

    Los años transcurrieron, me gustaría decir que normalmente pero no fue así. Cuando cumplí los 16 años una nueva caída me llevo al hospital, le exigí a mi madre me explicara que era lo que me sucedía. Su respuesta nunca la olvide.

    Tienes distrofia muscular de Duchenne —murmuró entre sollozos. Llamó al doctor y terminó de explicarme todo a precisión. En resumidas cuentas me dijo que tenía una enfermedad que afectaba a los músculos por un defecto en la proteína llamada "distrofina" y que mi pronóstico de vida rondaba los 25 años.

    Así que moriré a causa de que no podré respirar —concluí con cierto pesimismo en mi voz.

    Me temo que sí— contestó él con una falsa cara de tristeza. Bajé la cabeza y pedí a gritos que todos salieran de mi habitación para poder llorar libremente. Miré la ventana y ahí estaba el cuervo que hace cuatro años había visto, fue cuando comprendí lo que significaba. Era como si el destino me estuviera dando a elegir entre la vida o la muerte y aunque fuera por poco tiempo decidí aferrarme a la vida.

    Cometí un grave error, nada volvió a ser como antes. Los años que siguieron fueron los peores, me llenaron de vitaminas y tuve que negarme a los placeres de la vida. Comencé a comer verduras hervidas, cereales, granos, leguminosas y lo que más odiaba…setas de todo tipo.

    —¿Seguro que no quieres nada? —preguntaban mis amigos de la universidad cada que salía con ellos. Me daban ganas de golpearlos porque ellos si podían comer lo que desearan, podían vivir como una persona normal...Podían hacer lo que yo no, incluso lastimarme físicamente ya que yo no tenía la suficiente fuerza para defenderme. “Tal vez deberías decirles que estas enfermo” me decía para negarme segundos después, si les decía me verían con lástima, como me veía mi hermano, mis padres…mi familia.

    Seguro —respondía con una sonrisa falsa y compraba ensaladas desabridas cuando ellos comían hamburguesas, refrescos, papas, chocolates…Los odiaba. El haberme aferrado a la vida era uno de los errores más grandes que había cometido. No podía hacer nada que involucrara demasiado esfuerzo como los deportes, ni nada que me fatigara como caminar mucho o subir escaleras, en pocas palabras todo para mi tenía límites.

    Finalmente a los 23 años, justo después de terminar mi carrera como abogado, volví a ver al cuervo y supe que mi momento había llegado. Mi respiración comenzó a debilitarse y acabé de nuevo en el hospital atado a un respirador artificial.

    Hoy he recordado todo, como si el paso de los años no hubiese sido más que un soplo de viento. Todos me rodean, tratando de salvarme o viéndome morir, no sabría explicarlo pero lo único que quiero decirles es que ya no quiero aferrarme la vida, ya no quiero seguir sufriendo, que ha sido suficiente, me he cansado de luchar....Quiero decirles que renuncio a vivir.

    Escucho el llanto de mi madre a lo lejos, mi vista se vuelve borrosa pero antes de cerrar los ojos, observo al cuervo que se posa en el marco de la ventana, mirándome, invitándome a ir con él. Extiende sus negras alas y emprende el vuelo, lo veo atravesar calles, edificios, cerros; adentrarse en el bosque y perderse en la oscuridad del mismo. Deseo su libertad, la deseo tanto que mi cuerpo parece entender y me deja ir tras él, me deja ir para perderme y renacer en la dimensión que muchos conocen y temen…La muerte.
     
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  2.  
    Fénix Kazeblade

    Fénix Kazeblade Creador de mundos Comentarista destacado

    Cáncer
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    Este tipo de historias vale la pena explotar al máximo todos los recursos en la narrativa que la impregnen de sentimentalismo y emociones, veo a chico viendo consumir su vida, ver como se va degradando, como todo es tan agónico y triste, como podría oscilar entre momento de euforia donde se resista a no rendirse a otros donde entre en cólera por la impotencia, otros que se desmorone en tristeza y sin embargo sentí sentí demasiado poco de todo esto aquí, me transmitió poco en todo este aspecto.
    En si esto es la falla que en encuentro aquí descripción. Tildes, ortografía, coherencia está muy bien.

    6/10

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  3.  
    Eternatus

    Eternatus Fanático

    Piscis
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    Sin palabras. Sólo puedo decir que me pareció muy bueno. No solo porque es interesante y el tema y cómo está desarrollado llama mucho, sino porque logran integrar al lector en la historia perfectamente. En la parte en la que le protagonista moría... bueno, me ha llegado. Pocos escritos lo hacen, pero con este lo habéis conseguido. La verdad es que no estaba esperando un escrito tan bueno, viendo la calidad general de las obras presentadas para las cruzadas esto me ha sorprendido, y mucho.

    Para no desarrollar demasiado al personaje de Duchenne (que, por cierto, me encanta el nombre) me ha gustado la forma en que relata su enfermedad y poco a poco nos va mostrando su personalidad. Desde el niño inocente de doce años hasta el adulto amargado, que sabe que su hora está cerca. He de decir que la etapa de su vida que me gustó más fue la adolescencia, pues a los 16 se le vuelve a presentar el mismo dilema, la vida o la muerte, representada por el cuervo, y Duch no escoje como debería. En su situación nadie lo haría. Algo que no me ha parecido coherente del todo es que en su etapa en la universidad el protagonista vive como puede, pero jamás les hace csaber a sus amigos lo que le sucede (razones válidas tiene para ello) y éstos llegan a ¿lastimarlo? como se menciona en ese párrafo. La última vez que lo comprobé, los amigos no se pegan o hacen deño de esa forma.

    El uso de las palabras ha sido adecuado. Si bien lo único a lo que le he visto la debida importancia es al cuervo has introducido las demás sin forzarlas. Lo ue sí he notado es que faltan palabras, no aparece ni bosque ni oscuridad. Y si lo hacen su importancia es tan nimia que ni me he dado cuenta. Me encantaría daros una puntuación más alta, pero al tratarse la prueba del uso de las palabras, no puedo daros más nota que un 3/5.
     
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  4.  
    Mellorine

    Mellorine Usuario popular

    Capricornio
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    Pues a mí me ha gustado mucho la historia. Lo único que tengo en contra, y que lo diré ahora pues el resto que voy a escribir en general es bueno, es que no llegué a sentirlo bien, no me ha llegado por las palabras en sí. Me ha conmovido, sí, pero por la historia, por la situación que narras, pero me faltó más desarrollo tuyo, de sentimientos, de algo más. El chico sabía que se iba a morir, me hubiera gustado ver plasmado más de su mente, más de lo que has puesto.

    Ahora con lo bueno. La ortografía buena, y todo lo técnico está bien, así que mi punto por eso te lo has ganado.
    Como te dije antes, la historia está linda, es una buena historia que conmueve por sí sola. Las etapas del chico, muy bien elegidas, el cuervo muy buen "personaje" con un buen significado. Es la muerte personificada que le da la opción a elegir, eso me ha encantado. También que soportara sus dos primeras llamadas, y recién se rindiera a la última, cuando ya su cuerpo y mente no soportaban más. Me gusta también el hecho de que no haya muerto diciendo "he luchado, puedo morir feliz", sino que se reprocha el haber propiamente "luchado tanto". Vivió una vida miserable, sus padres tenían lástima de él por lo que ni siquiera podía decir firmemente que obtenía su amor en lugar de compasión. Su seguridad de morir igual es respetable, es como el dilema de la eutanasia, pero de un punto de vista más personal y retorcido.

    Lindo, de verdad.

    4/5
     
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  5.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Qué triste historia, no porque el joven descubriera la terrible enfermedad que estaba padeciendo, ni siquiera porque se vio privado del goce que podía darle consumir algunos alimentos, o hacer trabajo físico, no, no por eso, sino porque al final se dio por vencido. La vida, sin importar si esta es reducida, es muy bonita y debería desearse hasta el último aliento.

    El sufrimiento jamás superará la belleza que conlleva el despertar día a día y ver las cosas lindas que la vida tiene para uno, aunque esas cosas sean ínfimas, eso desde mi perspectiva, por supuesto xD

    Saludos.
     
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