Subterráneo

Brooklyn Lester

Mientras entraba más en el Subterráneo me di cuenta de que Lori también estaba ahí, leyendo un libro. De hecho, parecía tan metida en el mismo que ni siquiera se dio cuenta de mi presencia a pesar del ruido que estaban haciendo mis pasos.

Debía ser un buen libro.

No quería molestarla pero también tenía curiosidad, había pasado mucho desde la última vez que hablamos. Por suerte o desgracia, apareció un parco por el canal y de él salieron Drey y William, este último acercándose a mí para saludarme.

Le sonreí.

—Hola, Will. Todo bien, ¿qué tal tú?

 

William Baxter

—Bueno dentro de lo que cabe, si obviamos en lo que ya sabes que ando metido—. Reí con cierta pena.
>>No esperaba verte por aquí tan pronto. Recién vuelvo con Salvi. ¿Venías a hablar con él? ¿O inclusive viajar?—le pregunté con calma.

—Hace mucho que no entablamos conversación—. Dije mientras me giraba hacia Drey y le vi prácticamente que volar hacia su departamento, por lo que reí divertido, mas que nada tomando su gesto como una segura futura reacción mía cuando consiguiese algo vital sobre todo esto. Bien por él, solo espero que no sea la clase de persona que pienso y aún con todo no me diga o muestre o me dé indicios de lo que encontró, si es que de entrada es su llave, por supuesto.

 

Brooklyn Lester

Miré como Drey pasaba, prácticamente volando, al lado nuestra hasta salir del Subterráneo. No pude evitar reír ligeramente, viéndolo partir, antes de volver a centrarme en William. Parecía que había encontrado algo interesante y eso le emocionaba como a un niño pequeño, era de alguna manera tierno.

—Oh, pensé en refugiarme de la lluvia y ver si empeoraba o amainaba —respondí, sin perder la sonrisa para poco después ladear la cabeza—. ¿Viajar? Ah, sí, he oído que el señor Salvi hace viajes y puedes encontrar cosas, ¿eso es lo que hacíais? Pues quizás vaya...

Me acaricié la barbilla con la pata, pensativa.

>>Hace mucho que no hablamos cierto, pensé que pasarías más tiempo con tu amiga... ¿Mar? Ya que hacía mucho que no venía —negué entonces con la cabeza—. Pero eso no es de mi incumbencia. Lo cierto es que yo también he estado saliendo por el pueblo, es raro que no nos hayamos encontrado más.

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La pobre chiquilla mía, que se cree que Margarita se llama simplemente Mar porque así se presentó, que alguien la ayude (?)

 

William Baxter

—Comprendo, la lluvia será molesta por esta ocasión, sí—. Musité por ello, para responder lo otro.— Así es, recién vengo del viaje de Salvi, creo que lo habrás notado. De hecho, lo que cargo ahora en mi espalda es muestra de ello. Aunque siendo honesto estaba buscando otra cosa y hallé, vaya, otra. ¿Recuerdas que te pregunté el nombre de Eide? Bueno, lo que pasa es que hablando con Germ, me dijo que un sujeto extraño, alto con casco de minero lo acosó en los acontecimientos de Mae y compañía. Y hace ya un par de semanas si no me equivoco, hallé precisamente un casco de minero con una "E" apenas visible, esta rota ya, pero no evité relacionarlo por una libreta que Drey halló aquí mismo. ¿Te la enseño?—le pregunté sonriendole ligeramente para escuchar lo otro.

Si bien no evité suspirar con cierta decepción, mas que eso mismo, era frustración, de nuevo.
—Margarita, sí. No te preocupes, solo somos amigos—. Reí ante ante su sacudida.— Pues hemos hablado muy poco la verdad, digamos que ha llegado en el momento menos adecuado, repudia las armas. En cierta medida habría deseado que no llegase aquí, le ha sido una odisea estos días—. Dije ligeramente triste, tristeza que bien o mal, no podía ocultar al cien.

 

Brooklyn Lester

Me incliné ligeramente para mirar mejor lo que me señalaba a su espalda, soltando un sonido producto de la sorpresa. Ciertamente había notado algo raro pero no me había dado cuenta de lo que se trataba... así que una ballesta, ¿eh? Parecía algo exagerado pero quizás estaba subestimando los peligros que podíamos encontrarnos.

Me incorporé no mucho después y asentí ante su pregunta, recibiendo el cuaderno después para revisarlo mientras seguía hablando. Tenía la sensación de que aquel misterio de Eide, Casey y Kira era mucho más complejo y estaba mucho más relacionado de lo que podíamos imaginar.

Le devolví el diario con una sonrisa, agradeciéndole en voz baja y me crucé de brazos después.

—Oh, ¿su nombre es Margarita? Qué fallo, pensé que solo era Mar... —respondí con una sonrisa culpable—. Pero... lo siento, parece que tenéis una historia detrás que nadie más conoce así que no debe ser fácil... —le di un par de palmadas en el hombro y lo miré, con una expresión solemne.

Era difícil encontrar a gente de nuestra edad en la que confiar en el pueblo así que quería hacerle saber que podía contar conmigo para cualquier cosa, si la necesitaba. Y pensaba que no hacía falta más palabras para ello.

>>Como sea. Ha sido un placer pero supongo que no quieres perder más el tiempo aquí —reí ligeramente, amable, antes de separarme de nuevo de él—. Nos volveremos a ver, ¿sí? Espero tener nueva información que darte, pareces muy metido en el misterio.

Le sonreí una última vez, despidiéndome con la mano hasta adentrarme más en el Subterráneo y perderlo de vista al girarme. Así, acabé junto al barco de Salvi.

>>Buenos días... ¿Salvi, verdad? Mi amigo William me ha dicho que haces... ¿viajes? ¿Y que puedo encontrar algo interesante? Estaría interesada en saber más~

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No te retengo más, que sé que voy lentita (?)

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Sé que deberíamos hablar con Lori después de tantos días pero añsljdan tengo curiosidad (?)

 

Salvi asiente con la cabeza al escuchar tu pregunta, mientras se ajusta los lentes.

—¿Que eres amiga de Baxter dices? —pregunta y hace espacio, extendiendo la mano hacia ti por si necesitas ayuda para subir—. Pasa, pasa. Toda amiga de Will es bienvenida, ese cachorro ha pasado varios días por aquí.

Una vez subes, se sienta un momento antes de encender el motor y entregarte la linterna.

—Debes saber que allí dentro solo hay cosas que otros considerarían basura, pero bueno, a veces se encuentran reliquias. Ahora toma esto. —Te entrega la linterna—. Espantarás los murciélagos con ella, ¿de acuerdo?

Sin más que añadir, arranca el bote y se interna dentro del canal.

Recuerda el dado de tres caras.

 

Brooklyn Lester

Moví la cabeza hacia los lados un par de veces, al igual que la pata, en una seña que venía a decir "más o menos". Vecinos y conocidos, más que seguro, pero amigos... no sabría decir. Nos llevábamos bien, pero nuestra relación no iba más allá de cosas del pueblo cuando coincidíamos en el mismo.

Sea como fuere, acabé por asentir con la cabeza y acepté su mano para entrar en el barco, acomodándome no mucho después en el hueco que me había proporcionado.

—Gracias, señor Salvi —dije, con sinceridad, una sonrisa amable mientras recibía la linterna—. La gente a veces no sabe apreciar lo que tiene, ¿no cree? Siempre he pensado en diseñar conjuntos con materiales que la gente no suele apreciar o pensar para costurería. Así que estoy segura que encontraré cosas muy curiosas entre la "basura".

 

William Baxter

Escuché atentamente a Brooklyn, sin en cambio, todo pasó muy rápido, para cuando quería responderle que, si bien estaba demasiado metido en esto, se despidió, y parecía que al menos le había ayudado un poco en esto gracias a la libreta, para cuando empezó a retirarse, escuché unos pasos que la verdad se acercaron demasiado rápido, por lo que sujeté la ballesta para al menos dar un golpe y ver que era Drey, aunque pese a reaccionar, mas bien me tropecé y caí, aunque este mismo me arrastró con hiperactividad. Aunque su rostro expresaba... ¿Preocupación?

O estaba mal interpretando sus gestos, o estaba muy emocionado, o lo que temía... Y de hecho veía en cierta medida muy plausible, algo terrible halló dentro, pero honestamente las posibilidades eran muchas, y nada podía asegurarse.

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Creo que malinterpreté tu mensaje y me ibas a dejar un mensaje en tu departamento, pero bueno xD

 

Salvi ríe suavemente ante tu gesto sobre ser amiga de William, pero no añade nada más y luego asiente ante tu comentario sobre que la gente no aprecia lo que tiene.

—Oh, tú eres la chica de los Lester, ¿cierto? —pregunta entonces—. A veces hablo con tus padres cuando me los encuentro por el pueblo. Te fuiste a estudiar, ¿no? Por eso no te vemos hace un rato por Possum.

Se internan en el canal y el bote se detiene una vez más la misma isla de hace un rato. Salvi atraca el bote, baja y te hace una ceña.

—Venga, vamos a ver qué encuentras.

 

Brooklyn Lester

Asentí con la cabeza, ligeramente sorprendida por aquella información. Aunque, si lo pensaba bien, creía recordar alguna mención del señor Salvi durante las cenas con mis padres. Quizás por ese motivo no me resultó tan extraño saber que había alguien que se metía en los canales para buscar cosas.

—Sí, me declaro culpable de todo~ —bromeé, levantando mi pata libre a modo de inocencia—. Pero planeo quedarme algo más de tiempo ahora, así que me veréis más por aquí.

Tras aquella amena charla, acabamos por llegar a una de aquellas islas y, con una sonrisa de gratitud, logré salir del barco para poder mirar con mejor atención a mi alrededor, en busca de algo interesante.

 

Al caminar por la isla de basura tus patas se hunde un poco en su superficie. Avanzas unos pasos y pateas algo que hace un ruido algo húmedo, más allá, observas una figura alargada y por último, sobre algunas viejas cajas, ves lo que parecen algunos papeles apelmazados.

 

Brooklyn Lester

Me adentré mejor en la isla, sintiendo como mis patas se hundían un poco en la misma con cada paso. No pude evitar reír ligeramente al notarlo, en parte sorprendida pero también divertida. No sabía que esperar de aquellas islas, a decir verdad, pero aquel pequeño descubrimiento desde luego que no.

Sin embargo, me centré después en las cosas que habían llamado mi atención, decidida a examinarlas con más atención. Primero, me fijé en aquel objeto que había pateado sin querer para después acercarme, con él en las manos, hacia unas hojas de papel.

 

Al tomar el primero objeto, te das cuenta de que se trata de un billetera vieja. Está húmeda por el agua del canal. Parece ser que todas las billeteras perdidas van a dar allí.
Los papeles apelmazados parecen ser un par de billetes de un dólar mojados.

 

Brooklyn Lester

Una cartera vieja y un par de billetes mojados eran, a decir verdad, mucho mejor de lo que había esperado encontrar. No parecía que aquel objeto del fondo fuese interesante y dudaba que alguien estuviese ya buscando aquella billetera así que la opción más lógica estaba clara.

Dejé la billetera a un lado y cogí aquellos dólares con cuidado, guardándolos entre mis pertenencias. Quizás si los secaba un poco podrían servir para comprar algo para picar en el Snack Falcon, por ejemplo.

Volví al bote con Salvi y regresamos al Subterráneo, donde me despedí con un agradecimiento y acabé por salir del lugar. Sí que se pasaba rápido el día ahí dentro, ya casi estaba anocheciendo...

 

Brooklyn Lester

Mis pasos me llevaron, una vez más, hacia el Subterráneo. En aquella ocasión, mi intención no era buscar a Salvi si no a cualquier otra persona para hablar... en este caso, a Lori.

No sabía si iba a estar por la zona pero por intentarlo no perdía nada salvo un pocos minutos de la mañana, así que en cuanto me introduje más en el lugar, miré a mi alrededor con curiosidad.

 

Al entrar en el subterráneo, te recibe el frío concreto. No parece que Salvi esté hoy y si está, seguro entró al canal solo y no salga hasta el atardecer. Lori tampoco está el día de hoy.
Sin embargo, es escuchan las vocecillas de un grupo de adolescentes, al que el día de hoy le hace falta Jo Katz, y unos metros antes, sentado en el borde del concreto mirando el agua, está Angus Delaney.

 

Brooklyn Lester

Ni Salvi ni Lori estaban en el río Subterráneo, aunque eso no evitó que escuchase voces por la zona. Bueno, al final y al cabo la zona podía ser visitada por más personas a pesar de que no fuese el sitio más común a la hora de pasear por el pueblo.

Parecía que había un grupo de adolescentes no muy lejos, hablando y seguramente haciendo algo más, pero lo que más llamó mi atención fue ver al oso del otro día sentado, mirando el agua. Dejándome guiar por la curiosidad, me acerqué a su posición, saludándolo con una sonrisa educada.

—Buenos días, ¿Angus, cierto? Perdona que te moleste pero me ha extrañado demasiado verte aquí y tenía que acercarme —confesé, riendo ligeramente.

 

Angus Delaney

Hace cinco días habíamos arrojado allí los huesos de Eide, sin testigos, en silencio. Nadie querría tener esos huesos, eran, por demás, desagradables e inútiles. Suspiré con pesadez, viendo el agua fluir, hasta que escuché pasos. No tardo en llegar hasta mí la chica que había estado en el bar hace unos días.

—¿Brooklyn, no? —pregunté con el tono de voz usual, casi plano—. Bueno, no quería agobiar a Billy por hoy y ya le di la vuelta de rutina al pueblo, así que bueno, aquí estoy.

Era verdad y mentira a la vez. Estaba allí porque no podía sacarme todo lo que le había contado a Will de la cabeza, porque quizás, solo quizás, de verdad estabab entrando al Agujero en el Centro de Todo a través del subterráneo.

 

Brooklyn Lester

Asentí con la cabeza ante sus primeras palabras, no sin cierta sorpresa por el hecho de que recordase mi nombre a pesar de haberlo mencionado solo una vez. Pero bueno, quizás no se relacionaba con mucha gente siendo que estaba de visita así que no tendría tanta dificultad para recordarlo, quizás.

—Oh, ya veo~ —respondí después, siguiendo su mirada hacia el agua—. ¿Ha cambiado algo el pueblo desde que os fuisteis?