Subterráneo

Al bajar de la barca y empezar a investiga la nueva isla, que ciertamente no es muy grande, ves la silueta alargada de algún objeto de madera, más allá, clavada en alguna caja o algo por el estilo, se ve una especie de varilla y, finalmente, sobre la superficie de lo que parece ser una cubeta de plástico, resalta un bulto de forma algo cuadrada.

 

Al acercarte a la silueta alargada te das cuenta de que es un bate de baseball, ¿el mismo de la vez anterior? Quizás lo volvió a arrastrar el agua. La rara varilla que sobresale es, nada más y nada menos, que una flecha de ballesta. Parece ser que de esas no hay solo en el bosque.
Por último, el bulto cuadrado es una billetera, que al revisarla tiene algo de dinero empapado y una identificación: Ivan Santello. La fotografía apenas se distingue, pero es un reptil.

 

Salvi te observa con curiosidad en cuanto regresas al bote con el bate en mano.

—¿Ahora serás basebolista, hijo? —Suelta una risa mientras pone en marcha el motor—. Bueno, cómo tú quieras.

Avanzan fuera del túnel, dejando atrás el pesado silencio, roto nada más por el sonido del agua al fluir y regresan a la entrada, donde el rumor de los autos al pasar llega desde ambas entradas al subterráneo, como venido de otro mundo.
El búho atraca su barca y se voltea hacia ti, sonriendo.

—Supongo que nos vemos otro día, chico. Ve con cuidado, ¿de acuerdo?

 

El búho muestra algo de confusión al principio, cuando solo dejas caer el bate y su ruido hace eco en las paredes del subterráneo. Le demora un momento entender lo que haces y encontrarle sentido a los gestos, para cuando terminas, suelta una sonora carcajada que no tiene nada de burlona o grosera, es genuina y asombrosamente cálida.

Se despide de ti con un movimiento de mano y murmura, casi para sí mismo.

—Gracias a ti, enano.

Suelta un suspiro y se recuesta en su bote. Una siesta no cae mal, ¿cierto?

 

William Baxter

Me tomó unos cuantos minutos salir desde la Biblioteca hasta aquí, pero el punto es que ya estaba aquí. Por lo que caminé un poco, antes de ver a otra persona ahí sentada, no estaba aquella canina y los pequeños, pero pronto vi el bote de Salvi, quien estaba acostado.

—¿Salvi? ¿Estas bien?—. Pregunté con calma al verlo, no estaba preocupado ni de lejos, solamente le hablé para despertarlo.

 

Salvi se despierta algo sobresaltado, buscando el origen de la voz que lo llama y se ajusta los lentes, para enfocarte.

—¿Baxter? —Enarca las cejas—. Qué sorpresa, chico. ¿Qué tal va todo?

Empieza a ordenar las cosas en su bote, preparándose.

>>Asumo que quieres entrar al túnel, ¿no?

 

William Baxter

Oh, no era tampoco mi intención asustarlo. Y vi que empezaba a acomodar las cosas, acercándome para ayudarlo.

—Hola Salvi, espero no ser inoportuno. Todo va bien, si es que excluimos lo que sucede hoy en día. La verdad es que he estado digamos en dilema moral con todo esto y lo que muchas personas han estado opinando de todos. Pero bueno, simples cosas que no tienen relevancia ahora—. Dije mientras lo vi, asintiendo.

>>Así es. ¿No hay problema?—. Añadí sonriendole.

Contenido oculto

PTA BALLESTA

 

Arranca el motor cuando están listos y se internan en el túnel, pero parece que el nivel del agua no ha aumentado lo suficiente para ir más allá.
Salvi ata la barca a un pesado tronco y se dirige a ti.

—Hoy no hemos podido llegar muy lejos, pero bueno es lo que hay. Anda, Baxter, echa un ojo a ver qué pasa.

El búho ajusta la linterna, para permitirte ver un poco mejor en la oscuridad del canal.

 

William Baxter

Asentí ante su respuesta y empecé a bajar de la barca, para pisar con cuidado mientras miraba alrededor y empecé a caminar, apestaba horrores, pero todo con tal de empezar a, tal vez. Hallar más pistas sobre el caso, por lo que pronto pateaba o movía alguna que otra cosa para buscar y ver que podría como no ser interesante.

Maldita sea, debí haberme traído algo para no ensuciar esta ropa.

 

Al bajar de la barca, Salvi te sigue pero te deja el camino libre. La isla parece bastante estable, a pesar de su origen.

Al recorrer la isla con la luz de la linterna que está en la barca aún, notas varias siluetas recortadas. Algún tipo de aparato de madera, ¿un arma quizás?, algo de forma redondeada y al caminar pateas una bolsa, lo que sea que haya en su interior tintinea.

Puedes acercarte a los objetos e inspeccionarlos, luego decidir con cuál te quedas.

Contenido oculto

 

William Baxter

Pese que Salvi iba detrás mío, la iluminación era perfecta y de entre el rato explorado tres cosas parecían destacar, por lo que opté por explorar las tres cosas que se veían con suma importancia. Después de todo, no perdía nada con intentar, aunque el que tenía forma de arma me llamaba la intención, pero hasta que no me acercase no tendría idea, llevar un arma estos días sería lo mejor.

—Dime Salvi, ¿Porqué te gusta seguir haciendo excursiones como estas? No te culpo, es solo que me da curiosidad que alguien le gusta buscar en sitios como este, conociendo a la gente seguramente te vería como un chatarrero, y yo digo que puede ir más allá que solo eso—. Comenté mientras revisaba.

Contenido oculto

 

A pesar de que no lo estás viendo, Salvi se encoge de hombros.

—¿Se supone que deban verme de otra manera? —Parece estar esculcando entre algunas cosas—. Soy un hombre de basura, Baxter, porque bueno a veces la basura de unos es el tesoro de otros, ¿no has escuchado eso? Aunque Drey se ha llevado cosas que parecen basura a secas y Jum se llevó un casco por el que no le darán el dinero que vale. Supongo que al final del día puedo actuar más como la comadreja, toma cosas porque le interesan, sin importar si hará dinero con ellas.

Guarda silencio y en cuanto tú te pones a investigar, al acercarte al objeto de madera, te das cuenta de que se trata de una ballesta en impresionante buen estado a pesar de la humedad. La parte de madera es la culata, que al acercar al haz de luz ves que tiene unos trazos torpes, realizados seguramente con una cuchilla. Tiene una única flecha cargada.

"Gregg rulz"​

Al aproximarte al siguiente objeto que sobresale, te das cuenta de que se trata de un casco minero, la linterna de su parte superior está rota. Al acercarlo a la tenue fuente de luz, pareciera que también tuvo algo escrito en su superficie con marcador indeleble, pero incluso eso desapareció debido al agua, dejando solo una borrosa E.

Finalmente, al inclinarte a inspeccionar la bolsa que tintineó cuando la pateaste, te das cuenta de que es una bolsa transparente llena de monedas. Debe tener alrededor de un dolar en monedas de a centavo, quizás a alguien se le cayó cuando iba a cambiar al banco o a gastarlas por el pueblo.

 

William Baxter

¿Drey? Ah, ya. Esa comadreja tan extraño con cara de pocos amigos. Y Bobby, claro. No podía faltar.
—No puedo discutir con esa lógica Salvi. La verdad es que soy partidario de eso, por eso digo que es injusto que te vean como chatarrero sin más, nunca sabes lo que uno se puede encontrar, sea porque se perdió por accidente o mas bien porque "no les servían". Creo que la gente debe empezar a cambiar posturas así, que no todo lo que brilla es oro, pero tampoco no todo lo que sea oro tiene porqué ser valioso. A veces... hay cosas que valen más la pena—. Comenté mientras rebuscaba con él.

Mientras revisaba, las cosas en la isla eran demasiado llamativas, las tres. A alguien se le pudo caer esta bolsa de dinero e indudablemente lo habría buscado de vuelta, al menos en el acto pero... ¿Quién? ¿Quién se le pudo haber caído tanto dinero suelto? Alguien quien tal vez estaba ahorrando de a poco, y gente como Germ era lo único que se me ocurría.
Luego fue el casco, eso sin dudas llamó mucho mi atención, inclusive parecía tener algo escrito pero... El agua hizo de las suyas, y según lo que me contó aquél sujeto, un hombre alto, raro con casco de minero le siguió. ¿Podría ser el mismo casco? Era muy poco probable, aunque esa "E" ya daba para algo... ¿Lugar, nombre, propiedad de alguna compañía? Igual era demasiado confuso.

Estaba por tomarlo cuando vi, literalmente. Un arma, era una Ballesta. Por lo que musité sorprendido y me levanté para inspeccionarla mejor y sujetarla con firmeza para sacarla con cuidado, inclusive tenía su banda para colgarlo al pecho y colocarla en la espalda. Al verla mejor, tenía un "Gregg rulz" por lo que no evité reír un poco. De hecho me sonaba ese tal Gregg. Al final traté de revisarlo mejor y, se veía en un muy buen estado pese al tiempo y sitio en el que se hallaba, por lo que indudablemente podría utilizarse, pese a tener solo una flecha, era perfecto para una situación de emergencia. Por lo que asentí y decidí llevarme la Ballesta. Dejando el casco atrás, después de todo. Si por un casual debiese volver, ya sabía por dónde buscar.
Pero un arma para estos días tan turbios era lo que necesitaba sin dudas...

—Bueno, creo que nadie puede negar que una cosa como estas va a ser vital para días como estos—. Dije con calma, colocándomelo.

 

—A veces simplemente no importa cómo te vean, chico —dice sin más—. La vida se vuelve tediosa cuando te preocupas mucho por eso y en estos tiempos, nadie quiere complicarse más la vida de la cuenta. Ya es bastante difícil por sí misma.

Regresa al bote para esperar a qué decidas que llevar y suelta una rosa ronca cuando te ve acercarte con la ballesta.

>>Un bate, una ballesta y un casco de guerra en un día. Parece que toparon con suerte y que genuinamente van liarla en algún lado pronto.

No añade nada más, espera a que subas, arranca el motor e inicia el viaje de regreso. El murmullo del agua y los chillidos de los murciélagos quedan atrás, opacados por el ruido del Towne.
Al llegar, Salvi atraca su barca para que puedas bajar.

—Bueno, eso sería todo por hoy, Baxter. Ve con cuidado y aprende a usar esa cosa si planeas conservarla, no vaya a ser que te dispares en una pata.

 

William Baxter

Me quedé reflexivo ante las palabras de Salvi, inclusive deteniéndole un momento por eso. ¿No importaría como me viesen? ¿Pero no siempre es importante tener un estatus que uno puede mantener para que nunca te digan algo que no haces? Pero... También tenía razón. La vida se complica demasiado para estarse preocupando por cosas así. Por lo que me quedé pensando en sus palabras, sin dudas. Me dejarán pensando un rato. Ya que yo estoy luchando de hecho por cambiar la imagen que tienen de mi.

—No lo había visto de esa manera, gracias. Al menos me quedaré pensando en ello—. Dije, mientras volvía al bote y Salvi se rió por la ballesta, por lo que incluso se lo presumí un poco, riendo divertido por su ultimo comentario.
—Para tiempos desesperados se requieren medidas desesperadas—. Volví a reír enérgico, subiendo al bote. Aunque me habría encantado que lo anterior dicho hubiese sido broma.

Poco después volvimos a donde comenzamos, mientras el ambiente ahí debajo no dejaba de ser idílico. Por lo que bajé con calma y me giré a verlo y a escucharlo, asintiendo.
—No te preocupes, me cuidaré Salvi, te deseo lo mismo. Lo bueno es que hay algo llamado internet como para revisar—. Volví a reír por lo bajo, despidiendome con la mano. Para posteriormente avanzar y ver a la pequeña. No he hablado con ella, pero no perdía nada con intentar.

... No mejor no, ahora hay algo importante que quiero revisar, y eso es ir al Miller's. Quiero ver si el susodicho anuncio era cierto, así espero con tiempo pueda ganarme más confianza por parte de Hartley.

Por lo que me giré y me encaminé hacia allá.