Su verdadero motivo

¡Hola! Bien, este es un one-shot que hice para el concurso Hating and loving, disfrutenlo *.*​

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Titulo: Su verdadero motivo.​

Prefijo: One-shot​

Fandom: Naruto​

N/A: Esto es un escrito para Hating and Loving, la pareja es NarutoxKurenai
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—¡Yo seré el próximo Hokage dattebayo!— repetía el rubio una y otra vez. Siempre había sido su sueño, pero ¿por qué?​

Añoraba serlo para que así toda la aldea le reconociera. Pero de un día a otro, su sueño se transformó.​

Él sólo quería que le reconociera ella. Simple y solamente ella.​

No era que se hubiese enamorado, pero sentía algo que, por más que quisiera, no podía explicar.​

No sabía cuando ni como le había pasado, cuando su objetivo de vida había cambiado.​

Si, desde un inicio había querido que todo Konoha le reconociera al convertirse en Hokage, pero al pasar el tiempo, sólo le importo que esa persona lo hiciera, los demás le tenían sin importancia.​

Pero ¿por qué ese repentino cambio? Ella era igual a todas ¿cierto?​

—Naruto, te enamoraste de esa anciana, que problemático— le encaró un día aquél vago, que no tardó en notar la actitud del Uzumaki cuando la profesora hacía acto de presencia. ​

A ese chico se le podía llamar bipolar cuando la de oscuros cabellos aparecía; de repente, intentaba llamar la atención, se volvía escandaloso y presumía sus misiones para hacerse notar.​

Según sus amigos, el blondo comenzaba a adentrarse en un enamoramiento, que aún que pudiese ser platónico, comenzaba a dañarlo.​

—¡No me gusta dattebayo!— les gritaba cada vez que sacaban a relucir el tema.​

¿Cómo gustarle ella? Esa señora le doblaba la edad, y no era literal.​

Pero, y si no le gustaba ¿entonces que sentía?​

¿Dónde quedaba Sakura? La chica que desde mucho le quitaba el sueño, y también la única que hacía que su gasto en el hospital aumentara día a día.​

No, claramente la de ojos verdes nunca le haría caso, aun tenía sentimientos por Sasuke, y los tendría por siempre.​

Pero, ¿qué sucedía con Kurenai? ¿Qué sentía por ella? ¡No era amor! Entonces ¿qué era?​

Las preguntas que constantemente asaltaban sus pensamientos eran aquellas, y las repetía una y otra vez.​

Aquella dama de hebras oscuras había sido la primera persona en creer en el rubio, pese a lo que todo el mundo creía, no había sido Iruka.​

No, no había sido él, al menos que esa tarde, en la que el Uzumaki con apenas ocho escasos años lloraba, se hubiese disfrazado de Kurenai, y le hubiese consolado y secado las lágrimas.​

Desde aquel día, su sueño había cambiado, seguía siendo el mismo, pero tenía distintos propósitos.​

Aun quería ser Hokage, pero ya no importaba ninguna otra opinión que no fuera la de ella.​

—¿Qué siento por Kurenai-sama?— se preguntó un día, después de hacer un retroceso de lo poco que había vivido con la sensei de su amiga, obtuvo la respuesta: admiración.​

Admiración por como era: al caer se levantaba, luchaba por lo que quería, igual que él.​

No era como ninguna otra, que su único objetivo era un chico, no, ella quería superarse, o ante sus ojos, eso quería hacer.​

Ahora sabía por que era así: quería que ella, sintiera la misma admiración, o incluso una mayor, que la que él le tenía.​

Si, admiración, solamente eso.​

Después de descubrirlo, su alma se regocijo en paz, por que si en realidad se hubiese enamorado ¿cómo lo superaría? Claramente seria un amor imposible. ​

Siguió diciendo que su sueño era ser Hokage y que toda la aldea le reconociera, por que si especificaba que solo la opinión de Kurenai le interesaba, se tomaría a malos entendidos, y volverían a creer que él gustaba de la de ojos colorados.​

En realidad, pese a lo que él les dijera a todos, su único y verdadero motivo para ser Hokage, era que ella fijara sus ojos en él y lo admirara.​

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