Harry Potter Su primera vez en la vida… (Saga Harry Potter; Familia Potter).

Su primera vez en la vida… (Familia Potter).

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Nota: Una actividad más de aniversario del foro, organizada por mi Manita ManaWYsalm, está vez hablando sobre “Mi primera vez…” ─qué como bien alguien dijo por ahí, suena muy pervertido pero es tan inocente… ☺. En esta ocasión escogí escribir algo para el fandom de Harry Potter ya que también tiene su parte cinematográfica, y es uno de mis favoritos al que tengo olvidado en esta cuestión de escritura [de hecho y en realidad sólo he escrito dos cortos por este foro, pero me gusta mucho leer]. Espero les guste el escrito y me dejen por lo menos un comentario. Y recuerden que nadie, al menos yo, no pretendo hacerme rica con los derechos de autor de JK Rowling and socios, sólo inventé la situación para divertirnos. Sin más que agregar sean felices como yo.

─ ¡Pero qué gran regalo!... Ese Canuto sí que se lució, es en serio ─dijo James Potter tras admirar el obsequio que Sirius Black, su mejor amigo y padrino de su pequeño hijo, había enviado vía lechuza con motivo de la celebración de su primer aniversario de vida─. Mira, Harry, lo que tu padrino te ha enviado ─agregó muy feliz enseñándole el presente al bebé que se encontraba sentado en el sofá de la sala, dirigiéndole una sonrisa paternal.



El infante le miraba con interés y, aunque no entendía del todo lo que sucedía al ser tan sólo un pequeño de un año, podía comprender que “eso” era para él, por lo que sonrió contento mostrando sus primeros dientitos consiguiendo derretir a su padre de ternura.



─ ¡Ya viste, Lily, Harry me ha sonreído, qué lindo! ─indudablemente James Potter no dudó en mostrarse conmovido dirigiéndose a su esposa.


─ No sé en que estaba pensando Canuto cuando la compró… ─pero ella no parecía convencida de dejar “esa cosa” al alcance de su angelito pues, a su parecer, podía ser muy insegura para un menor de edad así que la miraba con desconfianza.


─ Anda, Lily, es un regalo maravilloso… justo lo que nuestro Harry se merece ─le dijo su marido haciendo un gesto de puchero ante su falta de emoción.



Ciertamente, el llevar tiempo encerrados para permanecer ocultos de Voldemort se había vuelto algo tedioso para James Potter, un alma libre acostumbrada a recorrer el mundo para convivir en sociedad; por ello se sentía bastante frustrado al no poder celebrar el primer aniversario de su hijo Harry por todo lo alto con invitados para agasajar, y encontró un leve consuelo en el paquete que Sirius Black consiguió enviarle, dándole noticias no muy alentadoras sobre el mundo y los pocos avances de la guerra contra Voldemort y sus seguidores. Si eso se prolongaba demasiados años era posible que Harry quedaría condenado a vivir como un ermitaño huyendo de un lado a otro para mantener su integridad a salvo, y eso era un futuro no muy agradable para su heredero.



─ Una escoba no es a mi parecer lo que Harry se merece ahora ─refutó su esposa sin dejar de mirar la pequeña escoba voladora de tamaño ideal para los niños pequeños que aún no iban al gran colegio Hogwarts por no tener la edad, la cual funcionaba mediante un sencillo encantamiento libre de complicaciones─. Apenas si sabe caminar y ustedes, par de tontos, ya quieren que vuele como un profesional… ¿acaso no te das cuenta de que podría lastimarse si se cae de la escoba? ─le explicó con seriedad dirigiéndole la mirada en ese momento, una mirada reprobatoria por su falta de buen juicio.


─ Estas escobas infantiles no se elevan más allá del metro de altura, así que pierde cuidado porque Harry no va a caerse ─comentó el marido a la defensiva, acomodando el presente en el sillón justo al lado donde su pequeño hijo estaba sentado─. Estamos hablando de nuestro hijo, Lily, y te puedo asegurar que tiene mi gran talento para volar… herencia Potter sin lugar a dudas ─añadió un poco presuntuoso.


─ Puede que tengas razón, pero no olvides que aún es un bebé… ─le replicó ella de brazos cruzados y tono acusador en la voz─. Además, la casa no es el sitio adecuado para andar volando en escoba por todos lados ya que podría chocar con algo o romper algo… es muy peligroso para su edad así que, por favor, tendrás que guardarla muy bien y ya se la daremos el siguiente año ─puntualizó con firmeza.


─ Oh, Lily, no le quites la diversión a la vida de nuestro pequeño… ─rezongó el hombre poniendo los ojos en blanco por unos segundos al mismo tiempo que torcía levemente el labio inferior en una graciosa mueca de molestia─. ¿Tú sabes cuánto tiempo vamos a estar encerrados aquí, protegiendo nuestras vidas, mientras las cosas avanzan allá afuera? El tiempo corre y Harry va a crecer en menos de lo que pensamos… ─agregó, un tanto desesperado porque su esposa fuera tan quisquillosa.


─ Y si queremos que Harry crezca saludable debemos mantenerlo alejado del peligro y los objetos peligrosos que puedan dañarle… ─se explicó Lily sin ceder ni un ápice en su argumentación.



A todo ello Harry había tomado la escobita que su padre dejó al alcance de sus manitas y, sin pensarlo dos veces, aprovechando la distracción de sus progenitores, montó en ella para bajar de un salto del sillón y salir volando sin siquiera tocar el piso. Ya sabía cómo hacerlo puesto que, apenas un par de días atrás, James había dado varias vueltas con él en su propia escoba rodeando el jardín de la casa para que se distrajera un poco del forzoso confinamiento y, obviamente, eso había sido bastante divertido y relajante para ambos. Por ello, instintivamente, se acomodó en la escobita y al instante se elevó el correspondiente metro límite dirigiéndose con ligereza hacia las escaleras que conducen al piso superior, ocasionándole al gato que tenían por mascota un susto al pasar zumbando con velocidad a su lado y obligándole a esconderse presuroso debajo de la mesa. Lily y James pararon de discutir en cuanto escucharon la risa de su bebé perdiéndose en la lejanía, volviendo la vista hacia el sillón donde hacía sólo unos cuantos segundos se encontraba tranquilamente sentado.



─ ¿Dónde está Harry? ─se preguntó Lily asustada abriendo los verdes ojos de más.


─ Creo que se fue por allá… ─señaló James detectando el movimiento casi al instante dado que la escobita comenzaba a subir por las escaleras (sus sentidos de cazador en el quidditch a todo lo que dan), entre la disyuntiva de sonreír satisfecho por la gran hazaña de su heredero o, por el contrario, ponerse histérico junto a su esposa para complacerla.


─ ¡Pues has algo, James, y no te quedes ahí parado! ─dijo ella antes de meterle un brusco empellón para hacerle a un lado─. ¡Harry, cariñito, regresa! ─le llamó en pánico.



Evidentemente el chiquillo no tenía ni la menor idea de cómo maniobrar en la escoba y sólo se dejó llevar de lo emocionado que estaba, sintiéndose dichoso ante el efecto agradable del suave viento rozando sus redondas mejillas. Súbitamente la escobita se detuvo y, obedeciendo a las leyes de la física relacionadas con la primera ley de Newton, el cuerpecito de Harry salió disparado hacia el frente ya que sus manitas aún no tenían la fuerza suficiente para aferrarse con firmeza al palo de la escoba. Y es que Lily, en su desesperación, subió detrás de él y consiguió lanzar un hechizo paralizante a la pequeña escoba obligándola a frenar de momento, lo que propulsó al infante a continuar su camino; y el impulso lo elevó un poco más del metro de seguridad haciéndole traspasar el barandal de las escaleras con rumbo al piso de abajo en caída libre.



─ ¡Harry, no! ─exclamó la pobre asustada mirándolo caer.



Por una breve fracción de segundo el pequeño Harry pareció dudoso ya que no entendía lo sucedido… hace un momento estaba en la escoba y ahora volaba sin ella. Pero, lejos de notar el peligro para su vida, siguió carcajeándose muy feliz al tiempo que daba la vuelta sobre sí mismo como si fuera un clavadista lanzándose a la fosa. Afortunadamente para él unos brazos masculinos lo detuvieron justo a tiempo.



─ ¡Ya te tengo, mi pequeño travieso! ─y es que James Potter tuvo el colmillo requerido para prevenir el suceso y colocarse en el lugar adecuado deteniendo al chiquillo en el aire antes de que se lastimara en serio rompiéndose el cuello… algo muy bien aprendido en los entrenamientos de quidditch para su posición de cazador─. No vuelvas a asustar a mamá de esa manera ─le dijo en tono paternal y cariñoso dándole un abrazo.


─ ¡Papá… otra vez! ─claro que para Harry eso había sido un juego y nada más, así que, con sus balbuceos infantiles, le hizo la petición de repetirlo mientras continuaba riendo.



Lily soltó un suspiro de alivio y se asomó desde lo alto.



─ Oh, James, qué bueno que… que… ─y se le salieron unas cuantas lágrimas─… perdóname, tenías razón porque Harry no corría peligro, pero yo… yo…


─ ¡Mamá… otra vez! ─dijo por su parte el bebé sin dejar de reír emocionado, llamándola con sus manitas.


─ Vamos, Lily, lo importante es que Harry está bien y está contento… al menos ya tenemos una anécdota para contarle cuando sea más grande ─le sonrió su marido para hacerle sentir mejor, guiñándole un ojo travieso.


─ Oh, James… oh, Harry… ─consiguiendo que limpiara sus lágrimas y sonriera de igual manera─. Muy bien, entonces jugaremos otra vez pero recuerden que la tía Bathilda vendrá a visitarnos para comer pastel todos juntos, así que hay que bañarse ─les dijo entregándoles la escobita a través del barandal antes de tomar su posición para jugar.


─ Ya oíste, Harry, una vez más y nos vamos a bañar o tía Bathilda se comerá el pastel ella sola… y es de chocolate ─le repitió su padre tomando la escobita para entregársela, acomodándolo una vez más en el sillón para reiniciar el juego, guiñándole a su vez un ojo en señal de aprobación.


─ ¡Si… yo quiero pastel! ─respondió el infante muy contento entre balbuceos y gritos de emoción al tiempo que extendía los bracitos para recibir la escoba una vez más, sentándose con prontitud sobre ella para salir volando por el mismo camino.



Para ser el primer vuelo de Harry y su primera caída de la escoba no había estado tan mal a pesar de ser tan pequeño; y en los siguientes días mejoró notablemente sus habilidades (considerando su edad), algo que le sería muy útil en su vida futura.

********** Epílogo **********​

─ ¡Muy bien, James, tu gran tío Ron, el mejor de todos tus tíos, te trajo el mejor regalo del mundo! ─varios años después un Harry Potter adulto celebraba el primer cumpleaños de su primer hijo, el cual recibió una grata sorpresa de manos del último de sus tíos Weasley.


─ Vaya, Ron, ese sí que es un gran regalo… ─mencionó Harry muy sonriente manteniéndose cerca de su pequeño, y dándose la tarea de ayudarle a abrir todos sus regalos antes de comer el pastel.



La fiesta estaba bastante concurrida con todos y cada uno de los hijos de los otros hermanos Weasley, algunos parientes cercanos y varios invitados conocidos de ellos que también tenían hijos pequeños; así que todos los niños se mostraban expectantes, con los ojos bien abiertos, mirando al pequeño James abrir sus obsequios.



─ ¡Uauh! ─exclamaron al unísono en tanto James parecía emocionado nada más sacarla de su estuche… de hecho fue su padre el que terminó la tarea de extraerla del estuche.


─ ¡Escoba! ─dijo entre balbuceos agitando sus bracitos como si quisiera dar saltos.


─ Muy bien, James, es toda tuya… ─Harry lo puso en el suelo entregándole la escobita con total parsimonia.



Ni tardo ni perezoso el pequeño se montó en ella con total naturalidad y salió volando a buena velocidad cruzando el jardín de “La Madriguera”, siendo seguido por la turba entusiasmada de primos y demás niños invitados que le alentaba a volar mientras reían alborozados.



─ ¿Puedes creer que Hermione quería regalarle un libro?... pero claro, nunca en mi sano juicio voy a considerar que un libro sea mejor que una escoba, no señor ─le dijo Ron a Harry con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro tras lanzarle una leve mirada de reojo a su esposa, la cual cargaba en brazos a su pequeña recién nacida─. Además no dudo en que James tiene tu talento y el de Ginny juntos, así que será todo un crack de vuelo ─puntualizó muy satisfecho de sí mismo.


─ Y que lo digas… ─mencionó Harry igual de contento en tanto le daba a su mejor amigo un abrazo amistoso por los hombros, sintiendo el orgullo también invadir su pecho después de mirar a su esposa embarazada que se acercaba a ellos.







Nota: Pues no se me ocurrió algo más que esto, con un tierno Harry volando por primera vez en su escoba tal y como se describe en la carta que Lily le mandó a Sirius (ver séptimo libro). Me imagino que ella no estaba muy segura de que su bebé pudiera volar solo a tan tierna edad, y casi se lamentaría por ello; menos mal que James Potter no perdió la cabeza confiando plenamente en el talento de su hijo. Nada como terminar con un epílogo similar, con la diferencia de que ni Harry ni Ginny dudarían de la habilidad de su retoño. La mención del mayor de los hijos de Harry recibiendo su propia escoba, y el hecho de que el segundo viniera en camino, es un complemento para darle un realce al hecho de volar en escoba siendo muy pequeño ─de hecho hay muchas suposiciones sobre la diferencia de edad entre los hijos de Harry, así que me decanté por la diferencia mínima de solamente un año y meses.


Ojalá les haya sacado alguna sonrisa y merezca por lo menos un comentario (si Luncheon Ticket, te convoco a ti), yo seguiré escribiendo mientras tenga inspiración. Nos leemos en otra historia.

P.D. Después de platicar con Manita sobre los lineamientos de la actividad conseguí su permiso para publicar la historia por acá dado que Harry Potter tiene su correspondiente subforo en Libros, mencionando que las versiones cinematográficas de otras sagas literarias también las han considerado en esta área. Con esto no pretende romper el foro como tal sino tener mi participación en la actividad, y sí se abre el prefijo "Saga Harry Potter" pues será un punto de ganancia... ☺☺☺