Érase una vez, en un tranquilo pueblo de España, una chica. La niña, cuando era pequeña, era tranquila, dócil y amigable. Siempre que veía a alguien le dedicaba encantadoras sonrisas a todos. La niña creció. En su colegio era feliz: jugaba, reía, disfrutaba, estudiaba. Todo fue bien hasta cuarto curso. Ese año la diagnosticaron miopía. Ella no quiso llevar su problema más lejos: siguió comportándose como siempre. Pero ya notó que había cambios. Sus amigos, extrañamente, la dejaron de lado, se empezaron a meter con ella y cada vez más se quedaba sola. Únicamente se quedaron a su lado tres chicas, que no la cambiarían por nada en el mundo. Pero no fue así. En quinto curso, no pasaba día que no soportase burlas y empujones por parte de una chica en especial. Sin saber cómo, la tranquila y apacible niña comenzó a comportarse diferentemente. Pasó de ser tranquila a llevarse por los nervios y los llantos, a tener estrés, a intentar comprender qué pasaba. Ella seguía siendo la misma, se dijo, y no entendía por qué todo el mundo la trataba así. Sus notas en clase bajaron, sus raciones de comida, también, su simpatía, igual. Dos de esas chicas mencionadas anteriormente se alejaron, sólo se quedó una. En sexto no aguantaba más. Iba como alma en pena: solitaria y siempre llorando. NO entendía nada. Un día, la chillaron que la vida era mejor sin ella, un rato más tarde, la encerraron en un baño. Y lo peor es que se olvidaron de ella. Aunque aguantó, porque pensó que no podía dejar tirada a su amiga. El verano se le hizo eterno. Ya en el instituto, sólo iba con su amiga. Al final, también se fue. Cada verz que llegaba a casa llorando, era por una ''lesión''. La chica se fue reuniendo con otra gente, y volvió a ser aceptada. Pensó que a partir de ahí todo iría bien. Al año siguiente un chaval que se creía el mejor la abofeteó, y la volvieron a chillar: ¡Muérete! Pero tenía a su grupito, que la animaba. Casi al final del curso una de sus mejores amigas la dejó de hablar, la insultó y la amenazó por las redes sociales. A día de hoy, esta chica sufre. Tanto que se ha intentado suicidar. Mas no lo hizo por su hermana y por sus amigas, amigas que cada vez que hacen actividades en parejas, la dejan de lado. Pongamos fin al bullying, sufres tú, y sufrimos todos.
Ohh es muy triste pero es la realidad que acontece ahora en estos tiempos, tantas campañas que hacen pero nadie lo toma en serio y lo toman como un juego... :(
Es que... a mí, personalmente, me fastidia. Yo lo he sufrido, y nadie se dio cuenta! Es más, apoyaron a mi agresor...
Bueno si te consuela de algo la mayoria lo hemos sufrido pero siempre al final encuentras a alguien que te apoya y te tiende la mano...