Long-fic Starcraft Equestria

Tema en 'Crossover' iniciado por Alexandermon, 20 Septiembre 2016.

  1.  
    Alexandermon

    Alexandermon Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    28 Agosto 2016
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    23
    Pluma de
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    Título:
    Starcraft Equestria
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    1079
    Bien, ya adelanté bastante con mi otro Fic, creo que es hora de que publique mi segunda obra en progreso.

    Aclaraciones con respecto al Fic:

    Esta historia es para TODOS los públicos, ya sea o no que jueguen el juego o vean My Little Pony, si bien hay muchos nombres extraños, el Fic proporciona explicaciones para que todos puedan entender y disfruta


    En el universo de Starcraft, estamos en el punto donde termina Starcraft 2 Hearth of the Swarm y aun no llegamos a Legacy of The Void. En esta versión, Zeratul, templario tétrico protoss, aun viaja por el universo buscando respuestas y pistas acerca de Amón, el Xel'naga caído, que busca sumirlo todo en el vacío. Viajaba en solitario y alejado del resto de su raza en su Buscador de Vacío sin rumbo fijo, preguntándose si realmente podría evitarse el final de todas las cosas o si realmente encontraría la paz.

    Por otra parte, Kerrigan, la Reina de Espadas y líder suprema del Enjambre Zerg, decide tomar a todos sus seguidores e ir en busca de Amón para destruirlo de una vez por todas, solo que olvidó que en sus numerosos ataques tanto contra los Terran como a los Protoss dejó olvidados a ciertos agentes libres con órdenes que más tarde podrían ocasionarle problemas que no deseaba.

    NOTA: Esta historia se comenzó a escribir ANTES de que saliera el juego Legacy of the Void, en ese momento solo se conocían algunos personajes que iban a aparecer, por lo que algunos hechos en esta historia parecerán fuera de tiempo. Aun así espero que les guste


    En el universo de Equestria, la Princesa Twilight y sus amigas lograron desterrar a Tirek al Tartarus y ahora Twilight tenía en claro su misión de llevar la Magia de la Amistad a cada rincón de Equestria. El nuevo castillo de Ponyville se alzaba majestuoso cerca del pueblo y pensaban que ya nada podría salir mal, al menos nada de ese mundo.

    Capítulo 1: La llamada:

    El Buscador del Vacío viajaba silencioso entre las estrellas, sin tomar rumbo fijo ni yendo a gran velocidad puesto que su maestro no lo deseaba. Dentro de la nave circular, el prelado tétrico, Zeratul, observaba los distintos planetas y constelaciones preguntándose si habría hecho bien en destejer el velo del futuro y descubrir el terrible destino que todo ese universo podría sufrir.

    Sus pensamientos regresaron a las distintas visiones que tuvo acerca de sus hermanos protoss y como ellos se unirían juntos en una última y gloriosa batalla en donde serían los últimos en morir, antes del fin de todas las cosas.

    Sin embargo, en ese futuro Kerrigan estaba muerta, la Reina de Espadas caería al fin en castigo por todos sus crímenes contra las razas del universo pero, irónicamente, ella sería la única que podría evitar que los Zerg cayeran esclavos de Amón, el Xel'naga caído. Era una locura, pero sin embargo era cierto, y Zeratul estaba seguro de que sus hermanos lo odiarían y lo tacharían de traidor al descubrir que él había permitido y hasta ayudado a que Kerrigan retomara el control del Enjambre. Las excusas no servirían de nada al final, toda la matanza que los Zerg realizaran a partir de ese momento en cierta parte caería sobre sus hombros. Pero aun así debería continuar, la culpa no nubló su juicio antes, y no lo haría ahora, tal vez algún día, descubra un castigo digno de sus pecados, pero no estaba preparado para afrontar su juicio ahora, aun no.

    De repente, una poderosa presencia apareció en su mente nublándola por un momento y luego haciendo que despertara de sus cavilaciones. Jamás había sentido algo como eso, de repente se sintió rodeado de calidez y buenos sentimientos, como si la felicidad misma hubiera tomado forma y decidiera darle una visita. Había oído que el Khala al que sus hermanos Protoss se habían entregado, ofrecía un sentimiento de unidad que era capaz de generar algo parecido a lo que acababa de sentir, pero él era un Nerazim, un templario oscuro, su raza había rechazado la unión al Khala, ¿cómo era posible que sintiera algo así? Tan pronto como la presencia apareció, se desvaneció. La única explicación posible era que eso que había sentido fuera una llamada Psiónica de algún mundo cercano. Curioso... no se sintió como ningún Protoss o Zerg que él conociera.

    Tal misterio merecía ser resuelto, dejó la comodidad de su silla y se centró en los monitores cercanos de su nave, se encontraba viajando en un sistema solar con un par de planetas y estrellas cercanos. No le costó mucho identificar el planeta de donde vino la llamada, descubrió para su agrado que el planeta estaba lleno de vida de tal manera como recordaba a Aiur, el mundo natal de todos los Protoss. Consultó con el ordenador de la nave y descubrió formas de vida inteligentes, que no eran ni Zerg ni Protoss, pero con tecnología que no llegaba ni de cerca a su nivel, pero que podía considerarse moderna en términos Terran.

    Cada vez más intrigado por ese planeta y la extraña llamada que lo despertó, ordenó a la nave bajar a la superficie en modo de camuflaje, debía asegurarse de que esa raza no descubra su presencia. Ya demasiadas desgracias había traído a otras razas como para intervenir en otra. Cuando su nave se posó suavemente sobre una de los numerosos bosques y Zeratul bajó a la superficie, el templario tétrico se maravilló de la vida y la tranquilidad de ese planeta. No perecía un lugar donde encontraría seres poderosos, pero aun así debía investigar.

    Avanzó en silencio y camuflado hasta el fin del bosque y observó el enorme paisaje, a la izquierda había varios ríos y arroyos que continuaba hasta un pequeño pueblo con una estructura significativamente grande en su centro, que parecía una especie de Nexo. A su derecha, las praderas continuaban hasta la base de una montaña donde una ciudad se alzaba en la ladera de una montaña, blanca y brillante a lo lejos como una de sus ciudades en su planeta ya destruido.

    - "Intrigante"- Pensó Zeratul observando todo el paisaje- "Un planeta tan pacífico y simple y que, sin embargo, llamó mi atención . ¿Quiénes serán estos seres y como lograron generar esa llamada?"

    Decidido a buscar respuestas, descendió hasta las praderas y comenzó a avanzar hacia la montaña cuidando de que ninguna criatura viva se percatara de su presencia.
     
  2.  
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    4
     
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    3294
    Segundo capítulo. Todavía no llegan los Zerg, pero falta poco.

    Capítulo 2: Contacto:

    Cinco días. Luego de cinco días según el ciclo lunar de ese sistema solar, Zeratul tuvo una idea general de quienes eran los que habitaban en ese planeta.

    Al principio se dedicó a investigar, descubrió para su sorpresa que en esa región habitaban miles y miles de criaturas equinas que luego de un tiempo supo que se llamaban ponis. Los ponis resultaron ser toda una novedad para él: Mientras que él venía de una raza guerrera y de alta tecnología que dedicaban exclusivamente su tiempo a perfeccionar sus técnicas psiónicas, expandir su cultura y colonizar planetas, encontró a los ponis muy rudimentarios en sus preocupaciones y su modo de vivir.

    El primer día se quedó observando en una mirada general a los individuos de la ciudad sobre las montañas, siempre oculto entre las sombras y usando sus habilidades para escapar rápidamente si llegaban a notar algo extraño. No encontró en ellos necesidad de expandirse o luchar contra otras razas sino de simplemente esforzarse para llevar a ellos o a sus familias adelante en el día a día. No tardó mucho en descubrir que a aquella ciudad la llamaban Canterlot que habitaban en un país llamado Equestria, nombres extraños que bien parecía inventados por Terran. Así pasó el primer día en la ciudad, sin necesidad de preocuparse y hasta algo aburrido de la vida tan simple y sin tantas emociones de esas criaturas. En realidad, en el fondo sentía algo de envidia de aquellos equinos, toda su vida la había pasado en entrenamientos y trabajando duro para el bien de su propia raza, y si bien no negaba que muchas acciones del pasado fueron incorrectas y le causaban un profundo arrepentimiento, llegó a pensar que los Protoss llegarían a ser una mejor raza si llegaran a vivir como estos seres; Simplemente viviendo en su mundo, sin necesidad de observar las estrellas y preocuparse por lo que podría haber más allá.

    Sin duda, el mayor hallazgo de ese día fue lo que descubrió en las profundidades. Cerca de la estructura principal de la ciudad, se encontró con unas cuantas entradas ocultas que llevaban a cuevas dentro de la montaña, allí pensó que sería un buen escondite para mantenerse oculto de miradas indiscretas y así no tener que viajar tantas veces de su nave a la ciudad. Grande fue su asombro cuando encontró que dentro de esas cuevas minerales en forma de cristal. Toneladas de ellos adornaban las paredes y el techo y posiblemente toda la montaña estuviera llena de ellos. A Zeratul le preocupó lo que llegaría a pasar si alguna de las razas avanzadas como los protoss, los Terran, o peor aún los Zerg, descubrieran esa fuente de minerales. Podrían apartar o incluso destruir a los ponis con tal de saquear esa riqueza. Es por eso que se prometió a si mismo mantener en secreto ese lugar mientras solo él lo sepa. Aun así, el lugar sirvió de escondite puesto que ningún poni deseaba internarse en la oscuridad de las cuevas, donde Zeratul podía entrar en comunión con el Vacío.

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    El segundo día llevó su investigación a un nivel más íntegro, no encontró ningún poder especial en esos ponis que hubiera podido generar la onda psiónica que lo atrajo al planeta, sin embargo, si llegó a ver que muchos seres de esa raza poseían características que los distinguían o asemejaban unos con otros. Algunos poseían alas que usaban para impulsarse por los cielos, otros poseían cuernos con los que realizaban ciertas formas de telequinesis, y muchos otros simplemente vivían con la ausencia de estos. ¿Diferentes especies, tal vez? ¿Rasgos que los separaban como los Khalai a los Nerazim entre su raza? Pese a esto, si se sorprendió de que todos poseían una característica única, una marca o dibujo en ambos flancos cerca de la cola. Al principio creyó que se trataba de algún tipo de distinción entre la especie pero luego notó que ningún poni poseía una marca igual a otro. Este hecho le pareció fascinante, en muchos sentidos los ponis se parecían a los Terran: Jamás encontraría dos iguales entre su raza.

    Algo más que llegó a investigar es que en muchas conversaciones entre ellos hacían referencia a un ente llamado "Celestia". Por el nombre la criatura indicaría tener algo que ver con los astros, se lo trataba con tanta veneración que casi creyó que se trataría de una especie de diosa de no ser porque escuchó varias veces que iba acompañada del rango de "Princesa", ¿Acaso su forma de gobierno se basaba en la monarquía? Su raza, de miles de años de antigüedad, había pasado por muchos problemas gubernamentales entre sus tribus individuales hasta unirse al Khala como para no entender que ese estilo de gobierno causaría muchos problemas en el futuro, sin embargo, no era nadie para criticar los sistemas de gobierno de una raza que aparentemente se mantenía en paz.

    Al día siguiente, investigaría de quien se trataba esa "Celestia".

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    El tercer día fue un descubrimiento tras otro. Ingresó furtivamente en el edificio principal de la ciudad que destacaba por su grandeza y sus amplios salones. Celestia resultó ser una Princesa después de todo, una gobernante que se distinguía del resto de su raza por algunas características en particular: medía más que cualquiera de los de su raza, desprendía un aura de poder más poderosa, y lo más distintivo era que poseía tanto alas como cuerno, como si fuera una combinación de todas las otras clases de ponis. ¿Sería posible que esa especie en particular fuera de una casta superior? ¿Se transformarían otros de su especie en esa clase de poni si la situación lo requiriera? Zeratul no encontró respuestas ese día para esas preguntas, pero que le pareció intrigante, eso seguro.

    Se quedó observando a la Princesa todo el día hasta la noche, y en todo ese tiempo no pudo bajar la guardia, había algo extraño en esa poni, de a ratos levantaba la vista justo hacia donde estaba escudriñando el aire, como si lo buscara o lo percibiera de alguna forma. Cuando llegó la noche, Zeratul se maravilló ante el hecho de que la criatura tenía la habilidad de mover el Sol de ese sistema por su cuenta, algo que iba más allá de un simple poder telequinético, Zeratul concluyó de inmediato que esa criatura era digna de respetarse. Luego se sorprendió de descubrir que había otra poni con sus características distintivas aunque esta era de color azul y al parecer también tenía la habilidad de mover los astros, solo que se trataba de la luna. Escuchando conversaciones entre los guardias del palacio, descubrió que esta princesa no parecía tener el mismo status que la que levantaba y bajaba el sol, pero aun así infundía el mismo respeto, y luego de investigar lo suficiente descubrió el nombre de esa segunda criatura: Luna. Solo se quedó observando unos instantes a esta criatura y Luna pareció también sentir su presencia de alguna manera, siempre terminaban mirando inquisitivamente justo adonde él estaba, sin llegar a verlo.

    Regresó a su nave aquella noche pensando que ya había investigado bastante durante esos tres días en la ciudad pero aun no había encontrado la fuente de ese poder que le llamó la atención. Se decidió a volver a investigar a la mañana siguiente, solo que esta vez iría al pueblo del otro lado del bosque. Tal vez allí encontraría respuestas.
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    El cuarto día llegó a Ponyville, o al menos el pueblo que luego descubriría que se llama así, y sabiendo lo que encontraría allí fue directamente a explorar el edificio principal. Fue algo bastante curioso, puesto que el edificio le recordó un poco a sus templos en Shakuras, el mundo hogar de los Nerazim al que llegaron luego de que sus hermanos los desterraron por no aceptar el Khala. Cruzando los salones y pasillos llegó a la sala principal donde se encontró con un extraño entorno. Seis tronos rodeaban una gran plataforma con la figura de una estrella en ella. En cada uno de esos tronos había un poni, dos terrestres, dos alados, una con un cuerno y una que poseía tanto alas como un cuerno, aunque su tamaño no difería mucho de todas las demás.

    Lo que extrañó a Zeratul de ese lugar era que todos esos ponis no parecían tener nada en especial que los diferenciaran del resto. ¿Serían alguna especie de templarios de alguna clase? ¿Guardianes? No notó nada distinto en ellas salvo que una compartía similitudes con las princesas.

    Lo más sorprendente de todo fue que una de ellos comenzó a mirarlo directamente a él, y no fue la alicornio, sino una simple poni terrestre de color rosado que lo miraba con ojos extrañados cada vez que se movía.

    - ¿Te pasa algo, Pinkie?- Preguntó la pegaso azul al ver que ella inclinaba la cabeza de un lado a otro.

    - ¿No ven que tenemos un visitante?- Respondió sin sacarle los ojos de encima al templario oscuro.

    - ¿Visitante? ¿Dónde?- Preguntó la poni alada y con cuerno mirando hacia todos lados sin entender.

    - ¡Por allá!- Señaló Pinkie apuntando con su casco directo hacia Zeratul

    El templario comenzó a alarmarse. ¿Acaso esa poni tenía una habilidad especial de detección? ¿Acaso poseía el poder de ver lo que otros no?

    - ¡Ahí no hay nadie, querida!- Dijo una unicornio blanca con cabello enrulado y voz preocupada.

    - ¡Pero está ahí! ¿No lo ven? ¿Escondido entre la luz y el espacio?

    - ¿De qué estás hablando?- Preguntó la poni naranja.

    - ¡Ah, olvídenlo!- Les dijo Twilight- Solo es Pinkie siendo Pinkie.

    Sin embargo, aquella a la que llamaban Pinkie continuó observando a Zeratul pese a que este estaba seguro de ser invisible a los demás. Sin querer arriesgarse, este utilizó su técnica de "parpadeo" para teletransportarse fuera de la habitación y salir de ese castillo antes de que alguien más lo descubriera.

    Cuando estuvo a suficiente distancia, comenzó a sospechar. Esas ponis dentro del castillo no eran comunes, más allá de la extraña habilidad de aquella poni "Pinkie" de verlo, había algo en ellas que las hacía especiales, su energía no se sentía como los demás miembros de su raza, una extraña conexión parecida al Khala. Sin embargo, no notó nada en ellas que pudiera generar esa unión ni la extraña llamada que lo atrajo allí en primer lugar. Eran demasiados misterios y obtendría muy pocas respuestas espiándolas si ellas podían localizarlo, o al menos una de ellas, regresó a su nave decidido a intentar seguirles la pista al día siguiente.

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    El quinto día comenzó a observar de cerca a cada poni por separado para descubrir alguno de sus secretos. Se llevó una gran decepción la primera parte del día:

    La poni pegaso de color azul se dedicaba a holgazanear en las nubes, volar haciendo piruetas extrañas para impresionar a sus compañeros y jugarle bromas a sus compañeras como diversión. Lo único significativo que Zeratul sacó de ella era la capacidad de esos extraños seres de controlar el clima, ya sea empujando nubes o generando grandes vendavales. Una habilidad así no es muy común en razas tan primitivas.

    La poni terrestre de color naranja pasaba la mayor parte del día en una granja recolectando frutos de árboles con sus patas. Era una tarea noble y de mucho esfuerzo, pero desgraciadamente para Zeratul no significaba mucho si buscaba el origen de ese poder psiónico.

    Menos le ayudó observar a la unicornio blanca, que pasaba la mayor parte del día vistiendo y diseñando vestidos para sus compañeros ponis.

    Respecto a Pinkie, fue la más problemática para ser observada puesto que Zeratul sentía que su presencia no era un secreto cuando se trataba de ella. Actuaba alocada y generalmente alegre, demasiado alegre, la mayor parte del tiempo, haciendo llegar a Zeratul a la conclusión de que su propósito era levantar la moral de sus compañeros, el problema era que siempre que se acercaba aunque sea un poco, ella se detenía y lo señalaba directamente gritando un estridente "¡Ajá!", como si quisiera demostrarle que no podía ocultarse de su vista.

    Generalmente a Zeratul esto no le preocuparía puesto que solo ella, además de las princesas, tenía la capacidad de detectarlo de alguna manera. Pero realmente no deseaba que esa raza tan joven llegara a verlo y se sintieran sorprendidos o amenazados por su presencia, ya tenía suficientes preocupaciones como para hacer que esa raza pacífica se diera cuenta de que no estaban solas en el universo.

    Observando a la pegaso amarilla, a Zeratul le resultó curioso y hasta fascinó la extraña conexión que tenía con su entorno. Vivía lejos del pueblo, en una cabaña alejada del ruido y rodeada de árboles y animales. Se encargaba de cuidarlos y alimentarlos, sin intervenir más allá del proceso natural de su crecimiento. Tal unión con la naturaleza llegó a maravillar al templario oscuro, puesto que la pegaso mostraba un estado de paz y armonía al realizar su trabajo, que los protoss difícilmente llegaban a obtener. Sin embargo, pese a su asombro, volvió a notar que no había nada en esas ponis que las hicieran especiales o distintivas de las demás.

    Estuvo a punto de pensar que había seguido una pista falsa hasta que comenzó a seguir a la alicornio. Ella siempre iba acompañada por una pequeña criatura que pese a que iba en dos patas parecía ser un reptil. Al contrario de sus compañeras, la extraña criatura no parecía tener una misión en concreto, o al menos... no lo parecía. Por cierto tiempo se quedó leyendo en el extraño castillo hasta que se levantó y se dirigió en solitario al centro del pueblo. En este había lo que fue un arbol que parecía haberse quemado recientemente, Zeratul sospechó que algo extraño pasó en ese pueblo, puesto que el arbol quedó completamente destruido, como si alguien o algo lo hubiera hecho explotar. ¿Acaso la llamada que sintió hace ya varios días tenía que ver con lo que le pasó a ese arbol? ¿Quizás la criatura que estaba buscando ya estaba muerta? Si era así, no le quedaban muchas razones para quedarse en ese planeta. Sin embargo, la alicornio no se quedó allí por mucho tiempo, comenzó a retirarse hacia el bosque, sin que nadie la acompañe.

    Zeratul la siguió, preguntándose a donde llegaría. Atravesaron juntos varios kilómetros de bosque hasta llegar a una enorme franja sin árboles, en medio del claro se alzaban las ruinas de un castillo cuyas paredes estaban siendo invadidas por la vegetación. Zeratul siguió a la poni hasta el interior, donde se quedó analizando unos cuantos libros perfectamente conservados de la antigua biblioteca. El templario tétrico concluyó que esa poni tenía como tarea archivar y preservar el conocimiento de esos libros, una tarea que era muy si no la más importante en una sociedad. No quiso quedarse al saber que se quedaría un buen rato allí, por lo que salió al exterior y pensó en regresar al pueblo.

    Sin embargo, apenas salió al exterior notó algo extraño, una pequeña resonancia en su mente, no igual a la explosión que sintió días antes, pero de un sonido similar. Pensando que esta vez tenía una evidencia sólida, comenzó a seguir la extraña señal al otro lado del castillo e internándose una vez más en el bosque. Caminó silenciosamente entre la vegetación hasta encontrar una enorme fosa profunda con una escalera tallada en piedra en una de sus paredes.

    Asegurándose de que nadie lo viera, quitó su camuflaje y comenzó a bajar por las escaleras mientras el sonido se hacía más fuerte. Al llegar al fondo, encontró algo extraordinario: El sonido provenía de una especie de arbol, pero no era un arbol común y corriente sino que parecía ser de un material distinto, no parecía madera. De él se desprendían seis ramas que terminaban en un orificio cada una y en cada orificio se hallaba una extraña piedra de extraña forma y color. Las piedras brillaban como joyas con luz propia, y el sonido que emitían parecía un pequeño murmullo que para el templario era música suave.

    - Impresionante...- Dijo mientras se acercaba al arbol y estiraba el brazo- Pero... ¿Qué es?

    Apenas tocó el árbol, las piedras brillaron de repente y un nuevo símbolo se talló en su base. El símbolo parecía una cuchilla de tres puntas mirando hacia la derecha de brillante azul eléctrico y Zeratul abrió grande los ojos al reconocerlo..

    - ¿El símbolo de Khas, el que trae el orden?- Se preguntó Zeratul al analizar el símbolo de cerca- ¿Por qué el símbolo del Protoss que enseñó el Khala a nuestros hermanos se encuentra en un lugar como este? ¿Qué tan viejo será...?

    El grito de terror de una criatura lo distrajo por un momento. Miró hacia afuera preocupado y se camufló devuelta mientras se transportaba hacia afuera a toda velocidad. Se internó en el bosque y saltó hacia los árboles balanceándose de una rama a otra hasta llegar al origen de los ruidos, unos sonidos de cascos y gruñidos llegaron a sus oídos mientras se acercaba. Finalmente lo vio: Tres criaturas parecidas a enormes Zerglings pero hechas de madera y ramas habían cercado a la poni que siguió hasta el bosque, que los miraba asustada intentando encontrar una manera de escapar.

    Zeratul no tuvo mucho tiempo para pensar en qué hacer, por un lado no deseaba que esas criaturas hirieran a esa poni cuando esta solo cumplía con su deber. Todo ser pensante y sensible merecía el don de la vida, y no podía permitir que esa alma noble terminara de esa manera. Por otro lado, no debía intervenir en ese mundo, y si ella llegara a verlo, debería ocultarse por un tiempo de su presencia, no podía permitirse que dos razas tan distintas chocaran en ese momento. No era el tiempo aún...

    - ¡AAAAhhh! ¡Auxilio!- Gritó Twilight al ver que uno de los Timberwolfes se agachó listo para saltarle encima.

    Zeratul no tuvo tiempo para decidir, con su camuflaje aun activado, saltó desde la rama donde estaba parado y activó su cuchilla Warp con un brillo de color verde.

    - ¡Arun Aladan!- Gritó en su lenguaje nativo mientras acuchillaba con su cuchilla limpiamente al Timberwolfe, partiéndolo por la mitad.

    Los otros dos olisquearon el aire y gruñeron de furia al no ver a su oponente Creyendo que se trató de un truco de la poni, cargaron contra ella. Zeratul les dió el mismo destino que al primero cortando sus cuellos y patas con giros a gran velocidad sin darles tiempo a reaccionar o defenderse. Cuando terminó su trabajo, se dio vuelta para ver si la poni sufrió algún daño.

    Twilight miró horrorizada el aire delante de ella sin entender del todo lo que había pasado. Lo extraño fue, que en ese momento entendió a lo que se refería Pinkie con eso de mirar entre el espacio. Entre los Timberwolfes, que presentaban cortes con quemaduras cauterizadas, como si los hubieran cortado con un hierro candente, una especie de sombra se movía en aire. No podía darle forma exacta, pero llegó a distinguir un par de ojos verdes y brillantes antes de que la sombra desapareciera entre los árboles sin dejar rastro. Aun aterrorizada y sin poder creer lo que había visto, Twilight salió corriendo lo más rápido que le dieron los cascos hacia el pueblo sin mirar atrás.

    Zeratul la observó irse mientras colgaba de una rama y se daba cuenta de lo que había hecho.

    - "Una vez más, he fallado en mis propósitos"- Pensó mientras caminaba con paso lento hacia su nave y recordaba su más reciente fracaso- Ehn Arudin Raszagal...
     
  3.  
    Alexandermon

    Alexandermon Iniciado

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    ¡Fiu, que cosa! Tercer capítulo y resultó ser más largo de lo que creí. Ya era hora de colocar algo de acción, después de todo, Starcraft se trata de ello. Espero que les guste.

    Capítulo 3: El conflicto Eterno:

    Zeratul sabía lo que debía hacer.

    Cuando perdió de vista a Twilight, el templario tétrico decidió no volver a Ponyville bajo ninguna circunstancia. Lo mejor para esa especie sería que su presencia allí quedara como un misterio sin resolver o una leyenda fantasiosa. Sin embargo, no abandonaría el planeta, aún no.

    Ya era muy tarde, y emprendió el camino hacia su nave, pero había muchos misterios que resolver en ese lugar. En primer lugar, aún no descubría cual era la fuente del poder que lo convocó a ese lugar. Pese a que los ponis resultaron ser criaturas fascinantes tanto en cultura como en habilidades por parte de varios de sus miembros, todavía no encontraba el origen de ese poder desconocido. Y, por otra parte, ese día había descubierto un segundo misterio:

    El símbolo que encontró en el extraño árbol no era una señal cualquiera, era el símbolo de Khas, un héroe protoss que salvó a su raza de su propia extinción al traer la religión del Khala para unir a todos sus hermanos en una unión psíquica. Sabía muy bien que ese planeta no estaba clasificado por los protoss, lo que significaba que en ningún momento sus hermanos pusieron un pie en ese planeta. Si eso era así... ¿Cómo era que el símbolo de la casta de Khas estaba en ese mundo, y en nada más ni nada menos que en esa extraña fuente de energía?

    Había demasiadas preguntas sin respuesta y el templario oscuro pensó que enloquecería si no las encontraba. Pese a que él y sus otros hermanos templarios no estaban de acuerdo ni deseaban seguir la religión del Khala, era la historia de su raza y debía descubrirla. Si alguna vez hubo protoss en ese planeta antes que él o cualquier otro explorador, debería haber algún indicio, alguna pista de su paradero y que fue de ellos.

    Pensando en ello mientras caminaba, Zeratul llegó a oír un pequeño crujido haciendo que se ocultara otra vez entre los árboles buscando a algún atacante. Intentando ser lo más sigiloso posible, comenzó a explorar la zona para ver si algún poni u otra criatura estaba cerca.

    Se encontró con algo inesperado: Un claro en medio del bosque oscuro que dejaba entrever un enorme árbol con una puerta en él, dando a entender que era una especie de cabaña. Afuera de este, se encontraba un extraño animal que Zeratul no reconoció. Era físicamente igual a un poni, pero a pesar de la oscuridad se notaba que su cuerpo tenía una complexión distinta, parecía mucho más atlético, y lo más llamativo eran sus rayas negras cubriendo todo su cuerpo blanco grisáceo. Zeratul no recordaba ver a ningún poni con ese patrón de colores, de hecho, jamás vio a ningún equino de solo blanco y negro. También notó que la criatura vivía sola, apartada de los demás, y que su casa tenía una decoración particular que ningún poni tenía.

    - "Intrigante"- Pensó el prelado tétrico observando las ropas de la cebra, parecidas a las suyas- "¿Será alguna especie de descastado, o una sabia que prefiere vivir en la soledad?"

    No tuvo tiempo para descubrir aquello por sí solo, porque apenas se acercó a la cabaña y pese a que seguía con su camuflaje, la criatura levantó la cabeza de las flores que estaba oliendo y lo miró directamente a los ojos. Zeratul se quedó quieto, no dejando de sorprenderse de la capacidad que tenían esas criaturas de notar su presencia, primero las princesas, luego Pinkie, y ahora ella.

    Zecora sonrió con una sonrisa sin dientes mientras volvía a juntar sus plantas.

    - No hace falta que te escondas, extraño visitante. Déjate ver, acércate a mi casa y habla con esta cebra errante.

    Zeratul no iba a obedecer a esa criatura, pese a que sus palabras eran amables y su petición sincera. No podía arriesgarse a que esa especie, aunque sea única como ella, notara su presencia y entre en conflictos por su culpa. Parte de él sabía de que era muy posible que ya fuera tarde para ello. Aun así, sin responder, comenzó a caminar en dirección hacia su nave pasando por delante de Zecora, que no dejaba de mirarlo de reojo. Cuando comenzó a alejarse, la cebra volvió a levantar la cabeza mirando, o no, a su espalda.

    - ¡No le diré a nadie que has estado aquí! Tan solo se mi huésped por un rato y luego se libre de partir.

    El templario tétrico se dio vuelta y miró a la extraña poni, con esa mirada preocupada y sus extraños atuendos. Rápidamente pensó que si quería respuestas, sería bueno recibirlas directamente de un miembro de la especie en vez de buscar pobres indicios con el tiempo, y si realmente no pensaba contarla a nadie...

    "¡No!" -Se arrepintió en su mente- "No puedo confiar en esta criatura tan rápidamente "

    Tan pronto como pensó ello, su mente recordó cada pequeña experiencia que vio en cada poni en esos cinco días que estuvo allí. En todo ese tiempo jamás notó un acto de egoísmo o maldad en ninguno de ellos. Eran individuales, como los Terran, pero aun así los unían tan fuertes lazos...

    No había razones para que le estuviera mintiendo. De hecho, todo lo que había visto hasta ahora le dio la impresión de que se encontraba con una especie más confiable que muchos de sus hermanos protoss.

    Finalmente decidió a no dejar pasar esa invitación y abrió su mente para comunicarse con la extraña criatura.

    - Aceptaré tu hospitalidad. Sí, y solo sí me prometes no revelar a nadie que yo estuve aquí.

    Zecora se estremeció un poco al oír la voz del protoss resonar en su cabeza, puesto que nunca nadie se había comunicado con ella de esa manera. Aun así, no demostró miedo ni efecto alguno cuando le respondió con una reverencia.

    - Prometo no decirle a nadie de tu presencia. Por favor, pasa a mi casa, ya que no me visitan con frecuencia.

    El templario dudó por un instante, pero luego dejó su camuflaje desvanecerse. Zecora se apartó un poco con los ojos bien abiertos al ver la enorme figura del Protoss aparecer en medio del aire. Zeratul se esperaba esa reacción, aunque quedó sorprendido de que no haya gritos ni carreras.

    - Eh... Ehm...- Musitó la cebra al ver esa enorme criatura bípeda delante de ella mirándola con esos ojos verdes y brillantes- ¿Bienvenido?

    - Supongo que esto aclara el porqué no deseaba mostrarme ante tu raza ¿Verdad poni?- Respondió Zeratul con mirada comprensiva- Incluso alguien solitaria y que vive en la naturaleza como tú se ha quedado sin palabras.

    - Ejem... No soy una poni, sino una cebra. Estoy sorprendida en verdad, aunque no me retractaré de invitarte a hablar.

    - Solo a ti me dejaré ver, porque tu soledad y lejanía hacia tus hermanos preverá el que me descubran. Tendrás preguntas que hacerme, pero no prometo contestarlas todas, el conocimiento de ciertas cosas puede llegar a ser... una maldición.

    - Es justo- Dijo Zecora dándose vuelta y entrando en la cabaña. Antes de entrar, giró la cabeza- Mi nombre es Zecora, por cierto. ¿Cómo debería llamarte?

    - Zeratul.

    Zeratul siguió a la cebra y entró en la extraña casa. Dentro encontró una gran habitación llena de botellas y pociones que había sobre estantes y colgadas del techo, así como una gran cantidad de plantas y otros ingredientes desparramados aquí y allá. En una esquina había una cama y en el centro un gran fuego con un caldero burbujeante sobre él. No le quedó la menor duda de que se encontraba con algún tipo de curandera. Zecora se puso detrás de una pequeña mesa redonda y se sentó sobre sus patas traseras, Zeratul se sentó de piernas cruzadas al otro lado y se miraron cara a cara.

    Se notaba demasiado la diferencia de altura: Zecora sobre sus cascos le llegaba aproximadamente a la cintura al prelado tétrico, y ahora que ambos estaban sentados, Zeratul aun le llevaba una o dos cabezas de altura.

    Ninguno comenzó la conversación hasta que Zecora observó su entorno buscando algo con que entretener a su visitante.

    - ¿Puedo ofrecerte algo para beber? ¿O algo de comer? ¿Zeratul?

    Obviamente Zecora no llegó a ver que su visitante no poseía boca puesto que Zeratul iba vestido con unas largas túnicas raídas que llegaban hasta el suelo de lo largo que eran cubriéndole la parte inferior de la cabeza y pecho. En sus hombros, brazos y piernas llevaba adornos dorados con joyas color esmeralda incrustadas en cada uno de ellos, Zecora hizo bien en sospechar que esas vestimentas no eran solo por elección de moda. Tanto su fisiología como su vestimenta le daban un aspecto misterioso y fascinante.

    - Mi especie no necesita sustentarse con alimentos físicos.- Respondió el templario, divertido ante la expresión atónita de la cebra- En mayor parte, hidratamos nuestros cuerpos al absorber la poca agua de nuestro entorno y generalmente nos nutrimos de la luz solar, aunque mi tribu en particular requiere de poca luz solar para mantenerse.

    - ¿Acaso, vienes de otro mundo?

    - Por supuesto...- Continuó Zeratul. Si quería respuestas, sería mejor contestar sus preguntas para ganarse su confianza- Mi especie, conocida como los Protoss, es originaria de un planeta llamado Aiur. Somos una raza guerrera avanzada, tanto en tecnología como en habilidades psíquicas. Aun así, no somos tan inteligentes como para no caer ante la necesidad de luchar entre nosotros. Una parte de nosotros fue exiliada de nuestro hogar y encontró hogar en otro planeta llamado Shakuras, yo pertenezco a esos exiliados, que somos conocidos como Templarios Tétricos.

    - Increíble...-Susurró Zecora mientras observaba atentamente- Un verdadero visitante del espacio profundo. Pero...¿A qué has venido nuestro mundo?

    Zeratul se alegró de que al menos la conversación tomara un rumbo que a él le interesaba seguir.

    - Una extraña llamada psiónica atrajo mi atención a este planeta hace ya varios días. Sin embargo, no pude identificar el origen de esa extraña explosión. ¿Conoces a alguien o algo que haya podido traerme aquí?

    - Que extraño...- Pensó Zecora, intentando comprender la palabra "psiónica"- No sé nada sobre una explosión, pero hace unos días hubo una fuerte batalla. La Princesa Twilight Sparkle se enfrentó a el tirano Tirek y luego junto sus amigas lo derrotaron con la Magia de la Amistad. ¿Será eso lo que llamó tu atención?

    Zeratul no supo que contestar. No le era familiar el nombre de "Tirek", pero si entendía el concepto de la "magia". Una raza como la suya llegó al punto en que no creer que exista algo fuera de la lógica y la razón, y es por eso que le resultaba difícil creer que lo que le atrajo allí fuera un simple "acto inexplicable".

    - "¿Magia de la Amistad?"- Repitió- ¿Así llaman a sus habilidades?

    - ¡Oh, no! Solo a la magia que Twilight y sus amigas suelen blandir. Es un poder extraño y antiguo, que a los que amenazan Equestria hace huir.

    - Los Protoss no creemos en la magia. Somos lo que somos por nuestras habilidades psioni... mentales -Se apresuró a corregir notando que la palabra confundía a la cebra- He visto a varios de sus miembros utilizar telequinesis en su vida diaria. Pocas razas tienen tal facilidad para esas habilidades- Bajó la mirada antes de mirarla nuevamente a los ojos- Si no puedes decirme que fue lo que me atrajo aquí, al menos podrías responder otra pregunta. ¿Sabes algo acerca de esa extraña cueva que se encuentra más allá de ese castillo abandonado? Poseía un extraño árbol que irradiaba energía por sí solo.

    - ¡El Árbol de la Armonía!- Exclamó Zecora casi con miedo- ¿No le habrás hecho daño? Que se mantenga intacto es esencial para que nuestra tierra esté a salvo.

    - No alteré el arbol de ninguna forma. Pero si hay algo que me llamó la atención: Descubrí el símbolo de una antigua casa de nuestra especie tallado en la base. Esperaba poder averiguar si alguno de ustedes sabía acerca de ello, o si habían escuchado extraños rumores. ¿Tal vez alguna antigua estructura abandonada o rumores de algo parecido a mí?

    - No puedo ayudarte en esta cruzada. No estoy familiarizada con el Árbol ni la historia pasada. Sin embargo, solo conozco a dos ponis que podrían ayudarte. La Princesa Twilight Sparkle vive aquí cerca en un pueblo allí delante, y la Princesa Celestia es antigua y sabia, ellas podrían guiarte.

    - Eso temí- Concluyó Zeratul- No puedo arriesgarme a que mi raza y la suya se encuentren. He visto que este planeta es rico en minerales, y no creo que ambas razas puedan convivir, si algún protoss me busca por alguna razón, podría desatarse el caos.

    - Entiendo tu preocupación, pero no veo que te quede otra opción. Los ponis son los únicos en este país que pueden ayudarte a encontrar lo que buscas. ¿Qué hay de malo, en que les des una visita a ellas? Apuesto a que estarán encantadas de recibir a un extranjero de las estrellas.

    Zeratul se quedó mirando a la cebra sin saber que contestar. Era joven y una criatura muy pequeña en comparación a él, pero aun así encontraba sabiduría y conocimiento. Esa raza era muy extraña, tan... sorprendente.

    - Me recuerdas a alguien, cebra. Un alma de buen corazón que también me dio buenos consejos durante varios siglos. Quizás valga la pena visitar a...

    Pero Zeratul no pudo terminar la frase, un enorme temblor sacudió la cabaña rompiendo botellas y moviendo toda la decoración. Ambos, cebra y templario, se miraron mutuamente y salieron de la cabaña a gran velocidad. Apenas salieron, al templario se le heló la sangre al ver al cielo. Un enorme objeto caía del cielo a gran velocidad, el objeto era del tamaño de dos dragones uno sobre otro y su entrada por la atmósfera le había prendido fuego dándole un aspecto de un enorme meteorito. Pero Zeratul sabía muy bien lo que era porque sabía reconocer un meteorito de una nave colonial protoss en muy mal estado. La nave pasó volando por el cielo de Equestria y se dirigió muy lejos hacia las tierras del sur de Equestria perdiéndose entre los árboles. Poco después un enorme estruendo confirmó el impacto.

    - No...

    Zeratul quedó devastado. No podía estar pasando eso, nadie sabía adónde se dirigía y no podía ser una coincidencia que una nave protoss cayera en el mismo planeta. Lo que más le llamó la atención era que la nave se precipitó a tierra, así que por lógica, alguien o algo la atacó. No podía arriesgarse, debía encontrar a los supervivientes y asegurarse de que ningún poni se diera cuanta de quienes eran y de donde venían.

    - Zecora...- Dijo rápidamente girando hacia su anfitriona- Gracias por tu hospitalidad, pero debo ir a ver si quedan supervivientes y luego nos marcharemos de este mundo.

    - ¿Son de tu raza? ¿No vinieron contigo?

    - Yo viajo solo. Nadie sabía que estaba aquí, y peor, esa nave era una de las muchas que enviaron mis hermanos para colonizar mundos sin inteligencia. Como o porque terminaron aquí, no tengo idea. Pero me aseguraré de que no se queden...

    - La Princesa Celestia podría...

    - No lo entiendes. Si aun hay protoss en esa nave, quienquiera que los atacó podrían venir aquí a terminar su cometido. No puedo poner en peligro a este mundo y a sus habitantes.

    - Entonces... ¿Que pasara con tus preguntas y...?

    - No puedo arriesgarme. Si en verdad deseas ayudarme, asegúrate de que nadie me siga hasta que nos vayamos. No te olvidaré, Zecora, ¡En Taro Tassadar!

    Y rápido como el viento, Zeratul salió corriendo por el bosque hacia la dirección a donde había caído la nave. Zecora lo observó irse con mirada triste y luego miró hacia las estrellas preguntándose si realmente haría mal o bien el conocer a sus visitantes.

    —————————————————————————————————————————————————————
    Respecto a Twilight. Las cosas no salieron tal y como Zeratul lo había planeado. Med hora antes de que la nave entrara en la atmósfera del planeta, Twilight estaba llegando a todo galope a Ponyville, aterrorizada de lo que había presenciado. Por suerte, se encontró con sus amigas en el castillo.

    - ¡Chicas, tenemos un grave problema!- Gritó entrando violentamente- ¡Una criatura invisible con ojos verdes y brillantes destrozó a varios Timberwolfes que me atacaron cortándolos con una especie de espada mágica! ¡No tengo idea de lo que sea, pero creo que es la cosa de la que hablaba Pinkie! ¡Puede que tenga buenas intenciones pero no tengo idea de dónde vino ni que podría ser! Tenemos que...

    - ¡Whoa... whoa.. whoa...!- La atajó Rainbow Dash- Más despacio y habla claro... ¿Qué te encontraste con qué, ahora...?

    Twilight utilizó su técnica de respiración para serenarse y luego comenzó a relatar la historia. Contó como visitó la vieja biblioteca del antiguo castillo de las hermanas y como la atacó un grupo de Timberwolfes al regresar acorralándola contra un grupo de árboles. Luego relató con detalle como "algo" salió de la nada y cortó por la mitad a los tres Timberwolfes sin que pudieran hacer nada para defenderse y como le lanzó esa mirada a pesar de que seguía siendo invisible.

    - ¿Quieres decir... que te miró sin que tu lo vieras? ¿O es que tu lo viste y el te devolvió la mirada?- Preguntó Rarity.

    - No sé cómo explicarlo...- Respondió Twilight- Pero jamás vi algo parecido. No parecía un poni, y dudo mucho que fuera un Changeling. Pero vi los ojos de esa cosa pese a que no lo veía. Eran verdes y serios, como si estuviera enfadado de haberme salvado. Pero apenas llegué a notar donde estaba, salió de mi vista y yo vine aquí.

    - ¡Se los dije!- Exclamó Pinkie con voz triunfante- ¡Estuvo aquí también, parecía tímido, porque no lo veía!

    - Pinkie... ¿cómo se supone que lo notáramos si no lo veíamos?- Preguntó Applejack, sabiendo que lamentaría hacerlo.

    - ¡Duh! ¡Estaba allí, pero no estaba! Hay que ver el espacio entre las sombras, y ahí lo ves.

    - De todas formas, querida. ¿Que era esa cosa? Si es cierto que nos estuvo espiando y no podemos verlo aunque esté aquí al lado nuestro...

    - Hum... Podría ser amigable... después de todo, salvó a Twilight.- Señaló Fluttershy

    - Si... ¡Cortando a tres Timberwolfes en pedacitos!- Exclamó Rainbow- ¿Quien sabe que puede hacer si no lo encontramos?

    - ¿Deberíamos avisarle a la princesa Celestia?- Opinó Spike.

    - Creo que esa es nuestra mejor opción- Dijo Twilight mientras caminaba de un lado a otro- Jamás leí u oí hablar de algo que pueda volverse invisible y al mismo tiempo poder derrotar a tres Timberwolfes de esa manera. Alguien capaz de usar esos poderes debe de ser alguien con magia avanzadísima. Por otra parte, no si ni siquiera si eso era un poni. Esos ojos realmente no se parecían a ninguna criatura que yo haya visto. Antes de comenzar a buscarla, deberíamos informar a la princesa para saber si tiene conocimiento de alguna criatura así. ¡Spike, toma nota!

    Usando la mano de su ayudante, Twilight redactó una carta explicando a la ligera lo que ocurrió y poniendo énfasis en lo que sea que la salvó. Una vez terminó, el pequeño dragón la envió escupiendo sus llamas esmeralda sobre ella.

    - Bien...- Concluyó Twilight- Realizado el informe, ¡Alístense, cada poni! ¡Nos vamos a buscar a esa criatura desconocida!

    - Espera... ¡¿Qué?!- Dijo Rainbow- ¿Quieres ir a buscarla ahora?

    - Si...

    - ¿Al bosque Everfree?- Agregó Fluttershy, temblando.

    - Ajá...

    - ¿A estas horas de la noche?- Insistió Applejack.

    - Absolutamente.

    - Sin ofender Twilight- Respondió Rainbow- Pero no pienso que sea buena idea ir a buscar a una criatura invisible en medio de la noche. ¿Quién sabe adónde podría...?

    De repente, se oyó un enorme estruendo en el cielo y todas las ponis salieron a la ventana del palacio a ver qué ocurría. Sin excepción, se quedaron con la boca abierta al ver la enorme nave protoss pasar por el cielo y caer cerca del horizonte más allá del bosque Everfree. El impacto de la estructura se oyó hasta en Ponyville, haciendo que muchos del pueblo salieran de sus casas preguntándose que estaba ocurriendo. Las Mane Six se miraron unas a otras luego de que el sonido de la nave "aterrizando" cesó.

    - Ehm... ¿Alguna objeción con que salgamos ahora? -Preguntó Rainbow Dash a las demás, a lo que contestaron todas negativamente con la cabeza.

    - ¡Muy bien!- Exclamó Twilight- ¡Nos reuniremos fuera de Ponyville en diez minutos! ¡Lleven todo lo necesario! ¡Adelante!

    —————————————————————————————————————————————————————
    Zeratul corría a toda velocidad intentando llegar antes que nadie al lugar del choque. En su cabeza pasaban todas las posibilidades que podría encontrarse.

    Por un lado, podría encontrar la nave en pésimo estado y todos sus habitantes muertos, esa posibilidad era mínima, pero podría suceder. En ese caso debería asegurarse de que no queden rastros de la nave ni sus habitantes. Los protoss cuando mueren tardan un par de días en que sus cuerpos se descompongan y sus armaduras al dejar de funcionar destruyen completamente cualquier evidencia de sus cuerpos. Eso dejaba recuperar sus cadáveres a sus hermanos y darles una posibilidad de que vuelvan a servir dentro de algún traje mecanizado. Sin embargo, Zeratul no podía dejar que los cuerpos de sus hermanos queden como evidencia para los habitantes de ese planeta.

    Con respecto a la nave, cada buque protoss tenía sistemas de desintegración en caso de que ya no se las pueda utilizar o terminen siendo inútiles. Ese sistema sirve de mucho para naves pequeñas en medio de una batalla, así cuando son alcanzadas por disparos enemigos los restos se desvanecen antes de tocar el suelo. Pero en naves tan grandes, dichos sistemas se debían activar manualmente, haciendo que el problema de esconder los restos de la nave colonial sean mínimos.

    El problema se daba si aún quedaban supervivientes. Pese a que ver miembros de su raza le traería gran alegría, no podía permitir que sus hermanos piensen en establecer una base en ese planeta. La civilización dominante era joven e inocente, no tenían derecho a intervenir en su mundo y los problemas que traerían con ellos.

    También cabía la posibilidad, y esperaba realmente que fuera esa, de que sus hermanos hubieran abandonado la nave en cápsulas de escape y la dejaran caer a la deriva mientras ellos seguían su rumbo hacia Shakuras. En ese caso, la cuestión era quien o que causó esos daños a una nave colonial y por que navegaban en un rumbo tan alejado de los conocidos por su raza.

    Cada vez que el templario pensaba en lo que podría encontrar un escalofrío le recorría por la espalda. Tenía una mala sensación acerca de esa nave. ¿Sería pura coincidencia que cayera justamente donde él había aterrizado hace un par de días? La última vez que llegó a un planeta buscando respuestas, La Reina de Espadas lo estaba esperando con una legión de Zerg, y tenía la sensación de que este suceso tampoco era cuestión de mala suerte.

    Haciendo uso de sus habilidades tanto físicas como psiónicas, pudo escalar la montaña que bloqueaba su paso con extrema facilidad, evitando tener que dar un rodeo de varias horas. Una vez llegó al otro lado, puso ver lo que cayó del cielo.

    Efectivamente era una nave colonial protoss, del tamaño de un Carrier aunque sin sus sistemas de defensa. Lo primero que llamó su atención es que más allá de los daños en la parte inferior debido al choque, el casco no estaba perforado, y sin embargo había humo surgiendo en el interior de la nave desde unos orificios de ventilación. Eso le llevó a conclusión que no fue atacada sino que debió tratarse de un incidente interno. Más extraño aún...

    Pese a que la nave estaba intacta exteriormente, Zeratul no sabía cuántos de sus hermanos podrían haber sobrevivido al impacto. Así que se acercó rápidamente y entró por uno de los orificios de ventilación humeantes. No pudo avanzar mucho hasta que se vio obligado a cortar un agujero al costado del ducto para evitar morir asfixiado.

    Cuando por fin pudo abrirse paso hasta uno de los corredores principales de la nave, no le gustó lo que vio. La nave estaba completamente a oscuras. Había luces de emergencia encendidas pero parecían ser los últimos rastros de energía de los pilones adicionales. No encontró ningún protoss mientras caminaba lentamente por el pasillo hacia el puente. Esto llegó a hacerle creer que sus hermanos alcanzaron las cápsulas de escape a tiempo, aunque no tardó en arrepentirse luego.

    Llegó hasta un ordenador que aun funcionaba, pese a la poca energía que quedaba. Intentando encontrar respuestas, tocó algunos botones y encendió los escáneres.

    - "Sistemas principales críticos..."- Anunció una voz robótica apenas terminó de activar la computadora- "Nivel de energía en mínimo y bajando. Cápsulas de escape... fuera de línea. Sistemas de enfriamiento... fuera de línea. Navegación automática... ruta trazada a planeta más cercano con recursos utilizables... Sistemas de aterrizaje...fuera de línea. "

    - Computadora...- Dijo Zeratul lo más claro posible- ¿Quedan protoss vivos dentro de esta nave?

    - "Analizando... Organismos protoss vivos en esta nave... Uno. Detectada señal de vida en puente central... ¡ADVETENCIA! ¡Señales Zerg detectadas!"

    - ¡No!- Exclamó Zeratul mirando hacia ambos lados de los corredores y poniéndose en guardia y activando su cuchilla warp- Aquí no... No ahora...

    - "Señales Zerg identificadas: Zergling... Cucaracha... Hidralisco... Madre de la Prole... Propagación inminente. Puente cerrado."

    - Computadora. Activa la secuencia de desintegración. Que no queden rastros de esta nave.

    - "Secuencia de desintegración activada... Fallo de energía. Utilización de energía restante en nave para protocolo de desintegración. Desintegración a nivel molecular de la nave en T menos diez minutos, ¿Confirmar?"

    - Confirmado

    - "¡Advertencia! Organismos Zerg atrapados en puente. Desintegración liberará a las criaturas al exterior. ¿Continuar protocolo de desintegración?"

    - Desaparece esta nave. Me encargaré de los Zerg yo mismo...- Aseguró Zeratul mientras comenzaba a correr por el corredor.

    Era el momento de la verdad. Zeratul temía que algo como esto sucediera, pero nunca esperaría encontrar Zergs dentro de una nave Protoss. ¿Qué habrá sido de sus hermanos dentro de esa nave? Si no se detectaron organismos protoss más allá de él y las cápsulas de escape estaban fuera de línea...

    - "No... ¿Cómo pudo ocurrir esto?"- Pensó el templario mientras se camuflaba al oír el sonido inconfundible de Zerglings en el corredor- "¡No importa cómo, eliminaré a cada uno de estos monstruos y me aseguraré de que no contaminen este planeta!"

    La limpieza no fue tan fácil como creyó. Los Zerglings no lo veían y eran presa fácil para sus cuchillas Warp, pero solo fueron los primeros en caer. A medida que avanzaba, y cortaba cabezas, comenzó a notar que el suelo de la nave estaba impregnado con Biomateria, la sustancia que permitía que los Zerg crearan sus colmenas. Nunca era buena señal encontrarse con ello.

    Llegó al final de los corredores donde encontró un par de Cucarachas e Hidraliscos, a quienes tuvo que perseguir puesto que una sola de sus cuchilladas no podía matarlas. Y finalmente llegó al puente.

    La Cámara central de la nave constaba de una enorme plataforma circular conectada por puentes pequeños que llevaban a otros pasillos. Al otro lado de la plataforma se alzaba un pequeño ordenador desde donde se comandaba la nave, pero ahora se encontraba apagado.

    Le sorprendió encontrarse con la sala vacía, pero aun así cubierta de biomateria. Supuso que la Madre de la Prole debió notar su presencia o la de sus crías muriendo y se escondió. Bien... si debía sacarla a la luz, que así sea. Quitó su manto de invisibilidad y se paró en medio de la sala mirando hacia la consola de control, que se encontraba apagada y manchada de una sustancia azul que Zeratul conocía muy bien: Sangre Protoss.

    - ¡Muéstrate, abominación Zerg! ¡Sal y pelea contra mí!

    Nadie contestó. Por un instante, solo se oyeron chillidos y gruñidos procedentes de las tuberías de la nave. Unos segundos después, todo quedó en silencio y una voz áspera resonó en la habitación.

    - No me asustas... tétrico. Tus tontos métodos para ocultarte no funcionarán contra mí...

    Apenas dijo eso, de la biomateria surgió casi como brotando del suelo una enorme criatura con brazos pequeños, una enorme cabeza que crecía hacia atrás y dos mandíbulas enormes en una cara sin boca. La criatura era enorme, dos o tres veces más grande que Celestia, y observaba a Zeratul con unos malévolos ojos amarillos.

    - ¡Yo soy Niadra! ¡Prepárate para compartir el destino de tus hermanos, Protoss!

    Apenas dijo esto, cerca de veinte changelings más un par de cucarachas e hidraliscos surgieron del suelo alrededor de Zeratul, haciendo que el templario despegara su vista de su presa.

    Los Zerglings, zergs pequeños y cuadrúpedos con fuertes hoces sobre su cabeza, saltaron todos juntos sobre el templario mientras este se quedaba quieto, esperando su momento. Cuando estuvieron a punto de tocarlo, Zeratul se dio vuelta y desapareció de repente haciendo que los pequeños depredadores aterrizaran y quedaran confundidos. La confusión duró hasta que el grito de uno de los hidraliscos llamó la atención de todos y descubrieron que el templario lo acababa de asesinar por la espalda.

    Los Zerglings hambrientos continuaron con la persecución mientras Zeratul los guiaba hacia uno de los puentes, donde sus números no significaban nada. Niadra notó esta estrategia y envió a las cucarachas a cortarle el paso, poniéndolas delante del puente. Zeratul tuvo entonces que comenzar a pelear por su vida. Con movimientos ágiles, lanzaba cuchilladas alrededor suyo haciendo que caiga un Zergling con cada movimiento de su espada, pero eran demasiados, lo iban a derribar. Desesperado, usó su transportación una vez más y apareció en medio de la plataforma y al lado de Niadra. Esta no tuvo tiempo a defenderse, pero Zeratul no la atacó con sus cuchillas, sino que rápidamente la encerró en un campo de energía psiónica que tenía la apariencia de una esfera hecha de rayos, una Prisión de Vacio.

    La técnica no duraría mucho, pero al menos mantendría a la Madre de la Prole inmovilizada y su capacidad de detección se anularía. Rápido como el pensamiento, Zeratul activó su camuflaje y se lanzó furioso contra los confundidos y desorganizados Zerg. Logró matar a cinco Zerglings y acabar con los hidraliscos antes de que la prisión de vacio desapareciera. De ahí en más, no tendría que preocuparse por los ataques a distancia, porque los Zerglings solo atacaban con sus garras y las cucarachas solo lanzaban ácido a corta distancia. Ya solo quedaban diez Zerglings y tres cucarachas, y luego estaba Niadra, que observaba el espectáculo.

    Un pequeño zumbido distrajo a Zeratul por un instante, observó las paredes de la nave y llegó a notar que una pequeña grieta comenzaba a formarse en la base, le quedaba poco para destruir a esos Zerg antes de que la nave comience a desaparecer. No los eliminaría, pero dejaría a los Zerg libres, y eso era impensable.

    Al no poder demasiado seguido sus habilidades sin dejar esperar unos segundos y su invisibilidad siendo inútil contra los sentidos de Niadra, no le quedaba otra opción que luchar de frente contra los Zerglings. Obviamente esos pequeños zergs no le causarían demasiado daño antes de que él los corte, pero siendo tantos no podría evitar que dañen sus escudos.

    - ¡En Taro Tassadar!- Gritó mientras se arrojaba contra los monstruos restantes.

    La batalla no duró mucho. Cada Zergling cayó inerte ante la cuchilla de Zeratul, pero, en retorno, casi agotaron la energía de sus escudos de plasma. Pronto, todo daño que le causen lo sufriría físicamente. Viendo que solo quedaban las tres cucarachas. Utilizó su teletransporte para colocarse detrás de ellas. Los enormes bichos tardaron mucho en darse la vuelta, lo suficiente para que Zeratul acuchillara hasta la muerta a una y luego inmovilizara a la segunda en su prisión de vacío. Solo tenía un oponente a su derecha, el cual a corta distancia solo podía usar sus largas cuchillas para defenderse y en combate cuerpo a cuerpo el templario tenía la ventaja.

    El gran criatura logro dañar con sus cuchillas el escudo a tal manera que lo desactivara completamente, pero Zeratul pudo acabar con ella antes de que le causara más daños. Solo quedaba una, que seguía inmovilizada en los últimos segundos de su prisión. Zeratul alcanzó a hacerle una herida pero no logro matarla antes de que se liberara. Con un último esfuerzo, la cucaracha logró hacerle un corte profundo en el brazo izquierdo antes de que la cuchilla warp atravesara su cabeza y quedara inerte en el suelo.

    Apenas levantó nuevamente su cuchilla, un dolor agudo y profundo atravesó su pecho y parte del brazo izquierdo, sumado a lo que le dolía el corte de la cucaracha, que no era poco. Zeratul miró su cuerpo y llegó a ver varias espinas ácidas clavadas firmemente en su carne. Niadra aprovechó sus bajos escudos y su distracción para herirlo. Comenzó a sentir los efectos del veneno y su vista se nubló un poco. Las heridas lo debilitaban, tuvo que poner una rodilla en tierra para sostenerse.

    - Es una lástima...- Dijo divertida la Madre de la Prole mientras se acercaba a paso lento con sus seis patas- Luchaste bien. Mucho mejor que tus hermanos, debo decir. Pero esto se acabó... ¡Únete al destino de tu raza, escoria!

    Zeratul puso una mano en el suelo del puente, la biomateria se sentía húmeda y era algo asqueroso, como estar parado dentro de la boca de un animal. Sus fuerzas lo abandonaban, pero si dejaba escapar a esa reina, sería capaz de crear una base Zerg por su cuenta y los ponis de ese mundo no tendrían posibilidad de detenerla. Ese mundo sería cubierto de esa sustancia y no habría nada que pudieran hacer para evitarlo. No podía permitirlo. La nave entera comenzó a producir pequeñas vibraciones, se acababa el tiempo.

    Se levantó con bastante esfuerzo y miró desafiante a la Madre de la Prole.

    - Puede que el vacío me acoja este día... pero si voy a morir, ¡Te llevaré conmigo al olvido!

    De un salto se incorporó y se abalanzó sobre Niadra haciendo todo lo posible para mantener su cuchilla activada. Niadra intentó detenerlo usando sus dos largas garras sobre sus hombros, pero a Zeratul aún le quedaban suficientes reflejos como para esquivarlas y saltando, al mismo tiempo que giraba, logró hacerle un profundo corte en el pecho que la hubiera partido al medio de no ser porque la Madre de la Prole retrocedió.

    Aun así, Niadra arrojó un agudo grito de agonía al sentir la espada quemándole la carne. Con furia, intentó volver a lanzarle sus espinas pero Zeratul estaba demasiado cerca, no pudo darle ni un disparo pese a que el templario comenzó a moverse torpemente debido al veneno. En un tardío intento, lanzó su garra para acuchillarlo, pero Zeratul se lo esperaba y la esperó hasta que estuvo lo suficientemente cerca, esquivó el ataque y de un solo tajo cortó el arma de Niadra dándole otra explosión de dolor.

    Zeratul estaba en las últimas, al igual que su oponente. Debían acabar ese combate de inmediato. Sin embargo, antes de que pudieran chocar nuevamente, la nave entera lanzó una nota grave al mismo tiempo que las paredes y el piso comenzaban a brillar. El suelo debajo de ellos desapareció así como lo hizo la biomateria y todos los restos de la nave.

    En un último esfuerzo por no morir en la caída, Zeratul se transportó al suelo con su habilidad de parpadeo y cayó de rodillas y respirando con dificultad al usar toda su energía en esa última técnica.

    Niadra no tuvo tanta suerte, cayó de pies sobre el suelo y pese a que no era una caída demasiado alta, era terrible para alguien en sus condiciones. No podía ganar la batalla ahora, pero su regeneración natural tardaría mucho en curarle esas heridas, debía huir por el momento. Sin decir ninguna palabra, se levantó y comenzó a caminar con dificultad, alejándose del templario, que la observó borrosamente y llegó a ver como se enterraba en el suelo, a salvo de él.

    - ¡No!- Dijo Zeratul mientras levantaba un brazo inútilmente y se desplomaba sobre la tierra removida por el impacto de la nave ya desaparecida.

    No podía moverse ya. El latido de su corazón se reducía, su visión se volvía borrosa. No podía detener a Niadra... había fallado... y la oscuridad lo engullía.
     
  4.  
    Alexandermon

    Alexandermon Iniciado

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    ¡Nuevo capítulo! Debo admitir que se me hizo más largo de lo que planeaba. Este episodio no tendrá mucha acción, pero habrá muchos secretos revelados y por fin pude adaptar fielmente la historia de MLP a la de los protoss. Sin decir más, espero que les guste y no dejen de comentar.

    Capítulo 4: El Secreto de Khas:

    Zeratul estaba seguro de que había muerto. La oscuridad había venido y su cuerpo se sentía dolorido, y aun así, ¿Por qué podía sentir? ¿Acaso se había salvado de alguna manera? ¿Tal vez sus hermanos lo rescataron?

    Las emociones y sensaciones vinieron de a poco. Primero sintió un fuerte sofoco, seguido de una sensación de calor bastante elevada, como si estuviera en un planeta volcánico. Luego comenzó a percibir que su cuerpo estaba medio sumergido en algo líquido, y que de allí venía el calor. ¿Un tanque de sanación? Había visto a sus hermanos curar sus heridas de forma parecida, pero tenía entendido que debían estar completamente sumergidos en líquido y parados, no recostados. Apenas comenzó a pensar con claridad la sensación de dolor regresaron. Sus heridas aun le dolían, pero había algo que las estaba calmando, el efecto del veneno desaparecía. Se atrevió a abrir los ojos.

    Lo primero que notó es que estaba dentro de una habitación, tardó un poco de tiempo en darse cuenta de que ya conocía ese lugar. Era la cabaña de Zecora, donde había estado horas antes. Pero... ¿Cómo había llegado allí? Luego miró hacia abajo y descubrió el origen de esas extrañas sensaciones: Estaba recostado y sumergido en una enorme tina llena de agua y con unos pocos maderos encendidos debajo para mantener el calor. De no ser porque los maderos eran pequeños y estaban cuidadosamente colocados para que transmitan un fuego lento y constante habría creído que lo estaban cocinando.

    Lo siguiente que notó, y esto sí le pareció perturbador, era que estaba casi desnudo. Eso no significaba demasiado puesto que siempre iba vestido con túnicas que no servían específicamente para cubrirlo, pero aun así se alarmó de no tener sus brazaletes ni capuchas para que cubran su enorme cara sin boca. En un movimiento súbito, notó que le habían dejado puesto el taparrabos de la entrepierna. Curioso, y al mismo tiempo... considerado.

    Intentó levantarse, pero las heridas aun le dolían pese a que el veneno estaba siendo eliminado de su sistema. Su brazo y pecho tenían varios vendajes que evitaban el sangrado al mismo tiempo que permitían que el agua caliente hiciera su trabajo.

    - ¡Estas despierto!- Exclamó una voz cerca suyo- ¡Gracias a Celestia! Cuando llegamos aquí te daba por muerto.

    - ¿Zecora?- Preguntó Zeratul- ¿Tu me trajiste aquí? ¿Me salvaste?

    - Eliminé el veneno, es mi mérito. Aunque no debo llevarme todo el crédito.- Replicó Zecora con la voz preocupada.- Lo siento mucho, Zeratul.

    - ¿Lo sientes, por qué?

    Zecora miró hacia el otro lado de la habitación y Zeratul hizo lo mismo. Seis ponis lo miraban con ojos extraños y algunos llenos de asombro. Una de ellas se acercó a él y Zeratul la reconoció como la Princesa Twilight de Ponyville.

    - ¡Thorasoh'cahp!- Maldijo por lo bajo el templario al ver a las ponis. Luego miró devuelta a la cebra con la mirada seria- ¿Les contaste acerca de mí?

    Cuando habló, las ponis temblaron un poco al oír la grave voz de Zeratul en sus cabezas. Jamás habían hablado con alguien a través del pensamiento. Aun así, eso no significaba que Zeratul podía leer sus mentes, hablaba de esa manera tan naturalmente como cualquier poni lo hacía por su boca, así que el templario no les prestó atención.

    - ¡No tuve la culpa, no quise abandonarte!- Se excusó la cebra- ¡Ellas me encontraron antes de que pudiera ocultarte!

    - Y me alegro mucho de ello.- Intervino Twilight, haciendo que Zeratul se fijara en ella- Usted señor, ha estado espiando a nuestra comunidad durante varios días sin que lo notáramos. Lo mínimo que podría esperar es ver su cara para agradecerle el haberme recatado de esos Timberwolfes antes de que desapareciera sin dejar rastros.

    El protoss se quedó mirándola un instante hasta que por fin se relajó y decidió rendirse a la conversación.

    - ¿Cómo fue que me trajeron aquí?

    - Bueno...

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    Flash back:

    Las Mane Six tardaron demasiado en rodear la montaña para llegar al origen del humo que habían descubierto horas antes. Lo extraño fue que cuando estaban llegando al lugar donde se supone que ocurrió el incidente, el humo había desaparecido y al observar el lugar no había rastros de lo que fuera que debió caer.

    Lo que sí notaron fue la enorme marca de tierra removida que dejó la nave al aterrizar y la gran polvareda que había en donde se supone que quedaron los restos. Habían llegado tarde, y sin embargo, había indicios de que hubo actividad reciente.

    - ¡Apresúrense!- Ordenó Twilight- Separémonos y rastreen la zona. Si hubo algo aquí, debe de estar cerca. Un enorme meteorito no desaparece así como así...

    Cada poni comenzó a buscar a su manera. Aunque ciertamente no había mucho que encontrar. Las marcas daban a entender que había caído un objeto tan grande como el castillo de Canterlot, y sin embargo solo había pasto y cielo azul en ese lugar.

    Finalmente, una de ellas dio con una pista, o varias...

    - ¡Twilight!- Gritó Fluttershy horrorizada- ¡Ven a ver esto!

    Todas las demás llegaron corriendo a donde estaban ellas y Rarity junto con Twilight gritaron al ver lo que encontraron.

    Animales, o lo que parecían enormes bichos con afiladas garras y colmillos muertos por el suelo. Algunos partidos a la mitad, otros con enormes heridas en ellos, todos inertes.

    - ¿Que establos son estas cosas?- Preguntó Applejack.

    - No lo sé- Respondió Twilight- Nunca vi criaturas como estas...

    - Hacen ver a los Changelings como lindas mariposas- Opinó Rainbow.

    - Tal vez...- Dijo Twilight mientras analizaba los cuerpos- No sé que son, pero creo saber qué los mató. Miren las heridas... parecen quemadas, cauterizadas. Como si los hubieran cortado con una especie de fuego u ácido.

    - ¿Y crees que lo que te salvó de los Timberwolfes le hizo lo mismo a estas criaturas?- Adivinó Rarity.

    - Exacto. Aunque aquella vez lo hizo para protegerme, creo... No sé porqué le haría esto a estos bichos. ¿Habrán querido atacarlo? ¿O estaba protegiendo a alguien más?- Levantó la cabeza y miró a su alrededor- Tengan los ojos abiertos. Puede que ahora mismo nos esté observando sin darnos cuenta. Sigan buscando pistas. Estos bichos no pudieron hacer desaparecer ese meteorito gigante, y quisiera saber qué fue lo que pasó aquí.

    Las Mane Six se apartaron de los cuerpos y continuaron con su búsqueda hasta que oyeron un sonido de cascos cerca suyo. Se dieron vuelta y llegaron a ver un enorme bulto desvaneciéndose entre las rocas.

    - ¡Hey!- Gritó la princesa mientras sus compañeras la seguían- ¡Alto! ¿Quién está ahí?

    No hubo respuesta. En su lugar, el sonido de cascos pesados se hizo más evidente mientras se acercaban. Rainbow salió volando en dirección a las rocas y vislumbró un gran manto corriendo en dirección a la montaña. Era bastante lento para estar corriendo, lo que le hizo más fácil a la pegaso derribarlo.

    - ¡Te tengo!- Gritó Rainbow al levantarse con su presa inmovilizada- ¡Se acabó el juego, Señor Invisible! ¿Eh...? ¿Qué demonios?

    Las demás llegaron al lugar y también ahogaron un grito. En el suelo estaba tirado una criatura extraña con dos piernas y dos brazos, cabeza enorme y unos extraños atuendos. Esa estructura le recordó mucho a Twilight a los humanos que vio en el otro mundo del otro lado del espejo. Aunque esta criatura no era casi nada parecido a ellos. Lo que más shockeó a las ponis fue que al lado de esta criatura inconsciente y con dificultad para respirar y levantarse se encontraba...

    - ¿¡Zecora!?- Gritaron todas.

    - ¿Que estás haciendo aquí?- Preguntó Twilight.

    - ¿Y por qué te estás llevando a este bicho raro sobre tu lomo?- Agregó Rainbow, que la miró seriamente.

    - ¡Twilight Sparkle, no tengo tiempo para explicarte!- Se apresuró a decir la cebra intentando levantar al templario tétrico sobre su espalda otra vez- ¡Debo llevar a Zeratul a mi choza, o no podré salvarle!

    - ¿Quien?- Respondió Twilight intentando encontrarle un sentido a todo eso- ¿Quién es él, y como es que lo conoces?

    - ¡No hay tiempo!- Gritó Zecora con enojo- ¡No puedo quedarme a charlar! ¡Si seguimos perdiendo tiempo, morirá!

    Fin del Flash Back
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    - Y así fue...- Concluyó Twilight- Utilicé mi hechizo de tele-transportación para traernos a todos a este lugar y de inmediato Zecora te recostó y comenzó a examinarte mientras nosotras esperábamos afuera.

    - A sido difícil curarte- Confesó Zecora- Cuando te vendé y quite ropas, observé tu falta de boca por lo que no supe cómo tratarte. Por suerte, recordé que tu especie absorbía líquidos, por lo que me arriesgué a evaporar la medicina alrededor de ti esperando que funcionaran mis antídotos.

    - Yo...- Dijo Zeratul - No sé qué decir. Les debo mi vida. Anht zagatir nas... Que los Dioses las protejan- Agregó como palabras de agradecimiento.

    - Si... si. No agradezcas tanto, extraterrestre- Le respondió la pegaso azul con cara de pocos amigos- Quisiera que nos digas como llegaste aquí y por qué nos estuviste espiando.

    El templario tétrico se inquietó. Nada de eso iba de acuerdo a su plan. No debían de saber de él, de hecho, debería haberse marchado del planeta el primer día que supo que podían descubrirlo. Aunque lo cierto es que ello no habría impedido que esa nave cayera en la superficie... ¡La nave! ¡Niadra!

    Zeratul se levantó de repente pese a sus heridas y sus anfitriones retrocedieron asustadas. Miró hacia todos lados buscando sus atuendos.

    - ¿Dónde está mi capa y mis armas?

    - Tuvimos que quitártelas...- Explicó Zecora mientras se dirigía a uno de sus cajones- Las guardé aquí junto a todos tus brazaletes y accesorios.

    - Y honestamente... necesitas un cambio de look, querido. ¡Solo mira esos ropajes! ¡Un horror...!

    Zeratul no iba a responder a ese comentario de Rarity que realmente no venía al caso.

    - ¿Cuanto hace que llevó inconsciente?

    - Ehm...- Respondió Twilight- ¿Un par de horas, tal vez?

    - Mmhh... Puede que aun esté a tiempo o sea muy tarde, con esas heridas puede que tarde un poco en generar una colmena, pero debo regresar a mi nave y comenzar mi búsqueda de inmediato.

    Rainbow se elevó frente al templario ignorando las miradas de advertencia de Twilight y las demás.

    - ¡No creas que te vas a salir de aquí sin darnos respuestas! ¡Te salvamos la vida, y nos lo debes!

    Zeratul lanzó una mirada enojada a la pegaso haciéndola retroceder un poco, aunque eso no impidió que lo siguiera observando con esa mirada desafiante. Finalmente, el templario lanzó un suspiro (O al menos imitó el movimiento pese a que no tenía boca) y comenzó a vestirse mientras les hablaba.

    - Se los diré de manera concisa: Mi nombre es Zeratul, y soy un Templario Tétrico Protoss. Llegué aquí en mi propia nave hace ya seis días, buscando el origen de un extraño poder que llamó mi atención. He estado estos últimos días observando sus ciudades y su modo de vivir intentando encontrar la fuente de esa extraña energía, pero no he tenido suerte. Al quinto día, es decir ayer, siguiendo a la Princesa Twilight me topé con aquella extraña fuente de poder que ustedes llaman "Arbol de la Armonía"- Varias ponis pusieron caras de asombro y de miedo al escuchar esto, Zeratul adivinó sus pensamientos- ¡No le hice daño alguno al árbol! Antes de que pudiera analizarlo de manera efectiva, oí a su princesa ser atacada por esas extrañas criaturas hechas de madera y decidí protegerla, pese a que me había prometido no intervenir con su raza de ninguna forma.

    Twilight asintió, recordando los eventos del día anterior.

    - ¿Y que fue esa enorme cosa que cayó del cielo ayer por la noche?- Preguntó Applejack- ¿Eso no fue obra tuya?

    - No...- Dijo Zeratul mientras se colocaba sus brazaletes- Ese meteorito era en realidad una nave colonial protoss, de mi pueblo, que fue atacada y destruida por dentro por otra raza alienígena conocida como los Zerg.

    - ¿Esos insectos gigantes y horribles que había en ese gran hoyo?- Inquirió Rainbow.

    - Si... Había muchos de mis hermanos en esa nave. Si lograron escapar o fueron todos eliminados, no lo sé. Lo que sí sé, es que una reina de esos horribles seres logró escapar pese a que asesiné a toda su prole y le causé graves heridas . Si dejo que esa reina establezca una colonia en este mundo, Equestria y todos sus habitantes pueden darse por muertos.

    Dado por aclarado su punto, Zeratul activó su espada Warp para comprobar si funcionaba haciendo que las ponis se quedaran atónitas ante esa extraña magia y Fluttershy se ocultó con un chillido detrás de sus amigas. Lo que más asustaba a las ponis en ese momento no era la apariencia de Zeratul ni sus terribles noticias, sino en lo fácil que hablaba acerca de asesinatos y muerte. Cuando activó su cuchilla, un mismo pensamiento surcó por las mentes de las ponis: Este ser era alguien que no convenía interponerse en su camino.

    - Muy bien...- Zeratul se levantó del suelo y observó a todas las ponis hasta detenerse en Twilight- Yo nunca quise intervenir en su mundo, ni en sus vidas.- Se disculpó pensando que era su deber- Pero hoy, por una razón o por otra, nuestros caminos se cruzaron. Me aseguraré de eliminar cualquier amenaza que haya para ustedes y sus amigos y luego me marcharé de aquí. No volverán a verme.

    Sin nada más que decir, Zeratul realizó una reverencia a Twilight y a sus compañeras, luego una a Zecora y comenzó a caminar hacia la puerta. Esta vez fue turno de Twilight de interponerse en su camino no dejándole pasar, aunque en su mente pensaba que estaba haciendo una locura.

    - Entiendo tus razones para querer marcharte y tal vez sea lo mejor...- Dijo Twilight mirando a los brillantes ojos del templario- Pero algo te trajo a nuestro mundo y, a pesar de todos los problemas que pueda causar, ese algo creo que fuimos nosotras. Sé que es mucho pedir, pero quisiera que nos dejaras ayudarte en tu búsqueda y en asegurar el bienestar de nuestro pueblo. Una vez terminemos, puedes irte de nuestro mundo o, si quieres, puedes quedarte como un huésped secreto en nuestro castillo.

    - No...- Respondió Zeratul negando con la cabeza- Es demasiado peligroso. No saben quién soy en realidad...

    - Usted es quien salvó mi vida, y el que ahora desea luchar en solitario para salvar a mi reino. Eso es suficiente para mí. Ehm... ¿Zeratul, te llamabas...?

    El templario miró los ojos seguros de la pequeña poni. En muchos sentidos le recordaban a los Terran, criaturas sencillas y tal vez no tan avanzadas pero con un espíritu inquebrantable. Luego pensó en su tarea... estas criaturas no parecían haber sido tocadas por el fuego de la guerra, todo lo contrario a los Zerg y a los Protoss que casi nacían con ese propósito. Arrastrarlas a algo como eso era algo que no podía permitirse. Sin embargo, Celestia y Luna, las princesas que observó días antes, irradiaban mayor poder que la de sus subordinados. Tal vez ellas sí podrían ofrecerle ayuda. ¿Y qué mejor oportunidad de obtener su apoyo que la de aliarse con la tercer princesa de Equestria? No era seguro, pero las decisiones difíciles nunca lo son.

    - Pueden acompañarme a mi Buscador de Vacío- Dijo Zeratul con pesar- Podremos usar sus sensores para saber cómo está la situación. Si la Madre de la Prole Zerg aun no creó su colmena, me encargaré yo mismo de erradicarla. Si hay una base Zerg en este planeta... la situación será mucho más delicada, y necesitaremos la ayuda de sus líderes en la ciudad sobre la montaña.

    - ¡Pues no perdamos tiempo!- Exclamó Rainbow Dash- Vayamos a ese... planeador de vacío.. o lo que sea.

    - Zecora...- Dijo Zeratul acercándose por última vez a la cebra, que parecía contenta de cómo estaban resultando las cosas- Tal vez volvamos a vernos, o tal vez no. Debo agradecerte por invitarme a tu casa la otra noche. Ahora te pido que tomes lo que necesites y vayas a Canterlot o más lejos aun. Si los Zerg realmente se establecieron aquí, este lugar no será seguro por mucho más tiempo.

    Zecora asintió e hizo una pequeña reverencia con la cabeza.

    - Ha sido un honor conocerte. Quizás volvamos a hablar, si es que me visitas nuevamente.

    - En Taro Adún...

    Salieron de la casa de Zecora y comenzaron a caminar hacia una parte más profunda del bosque. Zeratul lideraba la marcha en silencio y las ponis lo seguían detrás. Ninguna estaba muy dispuesta a hablar con el Templario, excepto Pinkie, que apenas salieron le sugirió hacer una "Fiesta de bienvenida al visitante del espacio", a lo que Zeratul se quedó mirando sin entender y las demás arrastraron a Pinkie hacia atrás antes de que siguiera sugiriendo más ideas.

    Finalmente, ante la clara muestra de miedo de sus compañeras, Twilight se adelantó impulsada por su curiosidad y se pudo al lado de Zeratul.

    - Así que... ¿Por qué viniste a nuestro mundo exactamente? ¿Vienes a investigarnos o tal vez con motivos más... ambiciosos?- Preguntó, esperando no sonar demasiado insultante. Zeratul supo de inmediato adonde quería llegar, así que la miró a los ojos antes de responder.

    - Mi especie no sabe nada acerca de la suya, y a mi criterio no tienen porqué saberlo. Si lo preguntas por mí... los Templarios Tétricos fuimos separados de nuestros hermanos Khalai hace un largo tiempo y volvimos a reinsertarnos en su sociedad no hace mucho. Durante nuestro tiempo de exilio, nos dedicamos a deambular por el espacio buscando respuestas... y nuevas preguntas.

    - ¡Son investigadores!- Exclamó Twilight, fascinada.

    - No tan así- Negó Zeratul- Los Protoss estaremos separados en facciones y disponemos de conocimiento extenso acerca del universo, pero somos una raza guerrera. Todos nosotros. Y no fue hasta que encontramos un enemigo común que nos volvimos a unir en una misma causa.

    - Y... ¿Por qué tus hermanos están separados del resto de tu raza?

    Zeratul se detuvo un momento haciendo que todos se detuvieran detrás de él. Fue un instante, pero recordó su intenso odio hacia el Conclave que expulsó a sus antepasados solo por no querer seguir su religión ni sus reglas.

    - Haces demasiadas preguntas...- Dijo finalmente, reanudando la marcha- Y no me has dado respuestas a mis propias dudas en compensación.

    - Muy bien... ¿Cuáles son tus preguntas?

    - El día que llegué aquí, fui atraído a este planeta debido a una llamada psiónica extraña. No encontré indicios de que ninguno de ustedes, ponis, pudiera demostrar ese poder. Sin embargo, encontré esa energía muy parecida a la que sentí cuando estuve cerca del Árbol de la Armonía, y Zecora me dijo que tú pudiste ser la causante de esa... explosión. Además de lo que dijiste en la casa de Zecora, pese a que no lo entiendo.

    - ¡Oh, eso! Verás... es una larga historia. Para resumirla, diría que mis amigas y yo logramos derrotar a un enemigo llamado Tirek quien deseaba dominar toda la magia de Equestria. Pero nosotras pudimos derrotarlo gracias al poder de la Magia de Amistad que el mismo Arbol de la Armonía nos prestó.

    - Magia de la Amistad... -Repitió Zeratul- Otra vez ese concepto. No logro entenderlo. Los Protoss logramos obtener grandes poderes gracias a nuestro extensivo uso de habilidades psiónicas. No creemos que eso tenga algo que ver con algo sobrenatural como la Magia. ¿De dónde es que consiguen esos poderes?

    - Es sencillo, y a la vez muy complejo- Explicó Twilight- Nuestros lazos de amistad nos permiten obtener la más poderosa magia de Equestria. Confiamos unas en otras y de nuestra unión nace nuestra fuerza.

    - ¿Solo de vuestros lazos son capaces de generar tanto poder?- Preguntó Zeratul, confundido- No podría creerlo de no ser porque lo he sentido en mi propia mente hace unos días.

    - ¿Que acaso no son amigos en su especie?- Se atrevió a preguntar Rarity, quien escuchaba atentamente junto al resto de las Mane Six.

    - Podríamos decir que hay una unión entre nosotros- Respondió Zeratul, intentando ser lo más claro posible- Pero difícilmente se lo definiría como amistad. La mayoría de los miembros de nuestra raza comparte una unión psíquica conocida como el Khala, que nos permite ser como uno ante cualquier situación. Eso nos permite saber exactamente lo que piensa el otro, sentir lo que otros sienten y tomar decisiones como uno solo.

    - Pero... si están unidos y sienten siempre lo que sienten los otros. ¿Cómo conservan su individualidad?

    - No lo hacen...- Explicó el templario- Los que están unidos al Khala se ligan para siempre a sus hermanos y difícilmente hayan una situación en la que no estén de acuerdo todos juntos. Mi tribu, los Templarios Tétricos, decidimos negarnos al Khala y conservar nuestra individualidad, aunque ese acto de rebeldía nos costó mucho. Fuimos exiliados de nuestro planeta natal y no fue hasta hace poco que volvimos a unirnos a nuestros hermanos en el campo de batalla. Sin embargo, jamás aceptaremos el Khala, y eso diferenciará nuestras dos razas por siempre.

    - Es tan... triste- Opinó Fluttershy con su voz suave- Es como ser todos iguales, y al mismo tiempo ser completos extraños los unos de los otros. Pero al menos siguen todos juntos a un mismo fin, ¿verdad? Quiero decir... Hum... ¿No se pelean entre ustedes si todos piensan exactamente lo mismo, o no?

    - Bueno... - Musitó Zeratul con pesar, ya que había participado en la última guerra civil de su raza- Digamos que todos estamos unidos ahora... Pero siempre existirán diferentes puntos de vista tanto entre mis hermanos como en los Khalai. Y difícilmente llegaremos a ver la verdadera meta, hasta que esté frente a nosotros y nos golpee con todo su vigor.

    En ese instante, Zeratul se detuvo en un pequeño claro del bosque, donde las copas de los árboles por alguna extraña razón habían sido cortadas para dejar entrar la luz. Más allá de eso, ese lugar no parecía tener nada de especial.

    - Aquí está...

    Las ponis miraron confundidas a su alrededor.

    - ¿Eh... aquí está qué?- Preguntó Rainbow Dash.

    Zeratul respondió estirando su mano al aire y avanzando hasta que de repente se detuvo. Frente a todos ellos aparecieron una serie de rayos que giraban y se interconectaban con un sonido que cada vez se hacía más agudo y lineal. Los rayos rodearon una estructura que luego dio lugar al enorme Buscador de Vacio

    Las ponis lanzaron un respingo al ver aparecer esa enorme cosa flotando delante de ellas. La nave era completamente oscura con excepción de algunos detalles en dorado. En tamaño era igual a una de las casas de Ponyville, cosa que para Zeratul era cómodo pero a Twilight y a las demás les parecía enorme. A primera vista tenía forma de punta de flecha, pero delante de la cabina, que se ubicaba en el centro, se abría una gran abertura circular que avanzaba hasta la punta, dando la impresión de que estaba partida en dos. En medio de la abertura circulaban continuamente pequeños rayos de color esmeralda cuyo propósito era desconocido para las ponis.

    - ¡Ah, cierto!- Comprendió Rainbow- Invisible...

    - Por aquí...- Ordenó Zeratul yendo por debajo de la nave y colocándose debajo del círculo libre. Las demás lo siguieron algo atemorizadas.

    Cuando todas entraron dentro del círculo, Zeratul levantó su brazo donde tenía su espada Warp y de repente los rayos verdes que flotaban sobre ellos comenzaron a rodearlos. Antes de que las ponis tuvieran siquiera tiempo de gritar, aparecieron dentro de la oscura nave en una plataforma circular de igual tamaño como piso. El espacio dentro de la nave era amplio, con varios monitores planos con luces brillantes en cada uno y delante del asiento del navegante estaba la amplia ventana frontal con la parte inferior de la nave a la vista, incluyendo la enorme abertura circular por donde fueron transportados.

    Twilight miraba con los ojos como platos cada pequeño detalle de esa maravilla tecnológica. Rainbow aprovechó para sentarse en la silla del conductor y observaba la parte delante de la nave haciendo extraños sonidos de motor. Rarity miraba con una extraña mirada de reproche los colores del interior, como si pensara que podía darles un retoque. Applejack y Fluttershy se quedaron quietas y temblando abrazadas mirando en todas direcciones. Por su parte. Pinkie saltaba para todos lados llena de emoción, gritando como una loca y deseando tocar alguna de esas cosas brillantes, estuvo a punto de hacerlo de no ser porque Zeratul la estaba observando desde el principio y se transportó antes de que pudiera poner sus pezuñas en algo.

    - Por favor, no toquen nada...- Advirtió- Mi gente estudió esta nave por generaciones. No es nuestra creación sino de nuestros creadores, los Xel'Naga. Pudimos adaptarla para nuestros propósitos, pero un paso en falso puede tener consecuencias desconocidas.

    Pinkie retrocedió, algo decepcionada, pero volvió a saltar alrededor de Zeratul cuando este se dirigió a la silla de comando. Rainbow Dash se quitó de en medio y cuando se sentó, varios pedestales oscuros surgieron de la nada. Uno mostraba el holograma de una galaxia, otro mostraba sobre él la imagen del sistema solar, y otro en particular el planeta en sí mismo. Twilight se maravilló con esto y también el resto de las ponis. ¿Cuántas eran las posibilidades de ver una raza con tantas maravillas que a pesar de todo eso no usaban ningún tipo de magia? A Twilight le llamó la atención más la imagen del planeta que la de las demás.

    - ¿Es ese...?

    - Si. Los escáneres completaron el análisis completo de la superficie. Por lo que podremos saber que sucede a un nivel general- Dijo Zeratul mientras tocaba algunos botones de su misma silla. La imagen del planeta se hizo más grande y se centró en el continente de Equestria. A esa distancia, se distinguía el pico de la montaña de Canterlot en medio del país- Debo programar la nave para que busque e identifique señales Zerg. No debería de tardar mucho.

    - ¿De todas formas, cual es el problema con esos extraños bichos Zerg?- Preguntó Rainbow mientras aleteaba cerca de la cabeza de Zeratul- No parecían tan duros, y tú mataste a la mayoría ¿No es cierto?

    - ¡Rainbow!- La retó Applejack, pero Zeratul levantó una mano silenciando la charla.

    - Si, maté a varios Zerg.- Confirmó el Templario- Pero temo que no di a entender la gravedad de la situación: Una Reina de los Zerg, llamada Niadra, sobrevivió. Intenté detenerla, pero me atacó con espinas venenosas antes de que pudiera asestarle un golpe mortal. Si dejamos que Niadra consiga establecer una colmena, todo estará perdido. Comenzará a hacer crecer su Enjambre, atacará a cualquier ser vivo que encuentre en su camino y utilizará su esencia para fortalecer a sus crías. Los Zerg no son simples animales. Son como un virus, una plaga, se expanden y evolucionan a una velocidad sorprendente hasta que toman el control de todo el planeta. No se atrevan a subestimarlos, ponis. Mi raza tuvo que retirarse de su planeta natal cuando el Enjambre completo nos atacó, y ni todos nuestros poderes ni nuestra tecnología bastó para detenerlos.

    Todas se quedaron calladas al escuchar esto. En ese momento, Twilight entendió que debían tomar seriamente las advertencias del templario. Si alguien con tantos poderes extraños sentía miedo de esas criaturas desconocidas, ellas deberían sentir terror con el solo pensar en encontrarse con ellas frente a frente.

    - ¿Y bien?- Preguntó Twilight, intentando disimular su nerviosismo- ¿Como piensas detenerla?

    Zeratul se quedó cayado por un rato antes de responder, cosa que hizo que las ponis sintieran un escalofrío por la espalda.

    - Dependerá de la situación. Si Niadra aun no se repuso de sus heridas, podría cazarla y asesinarla antes de que represente un peligro real. Si consiguió encontrar recursos y crear una cría para convertirse en una colmena... pues...

    Se quedó callado al pensar en esa posibilidad. Las ponis pensaron que tal vez significaría el fin de todo, pero lo cierto era que Zeratul conocía una solución, solo que no le gustaba. Llegado el momento, debería pedirle permiso a las demás princesas de Equestria para llevar a cabo ese otro plan. Después de todo, ese planeta y ese país pertenecían a los ponis, y debería ser su decisión la manera en que pensaban defenderse. De cualquier manera, Zeratul no permitiría que esa raza pacífica cayera ante el Enjambre sin presentar pelea.

    Todos centraron su atención en la pequeña imagen del planeta en movimiento, y finalmente, una voz femenina y robótica habló desde un rincón oculto de la nave.

    - "Escáner de la superficie completada. Organismos Zerg, encontrados"

    - ¿Especie?- Preguntó Zeratul esperanzado.

    - "Madre de la Prole... Zánganos... ¡Alerta!... Estructura Zerg detectada... Criadero... Colmena Zerg detectada."

    Las ponis miraron horrorizadas a Zeratul y este se recostó sobre el respaldo de su silla en una posición pensante. Era demasiado tarde.

    - ¿Zeratul...?- Preguntó Fluttershy con voz tímida- ¿Qué crees que debamos hacer?

    - Zhakul inok...- Dijo Zeratul por lo bajo, pensativo. Miró a las ponis antes de traducir- "La oscuridad se retuerce...". Temo que no tenemos otra opción. Debo avisar a sus líderes que se preparen para un ataque inminente, y darles consejo.- Las ponis asintieron- Pero antes... quisiera que ustedes y yo visitemos un último lugar antes de partir.

    - ¿A dónde quieres ir?- Preguntó Twilight.

    - A la caverna donde está el Arbol de la Armonía.

    - ¡¿EEHHH?!- Gritaron todas sin excepción.

    - ¿Por qué quieres ir ahí?- Preguntó Twilight, sin entender.

    Zeratul esperó un momento antes de dar su respuesta. Esta actitud del templario, por un lado exasperaba a las ponis y por el otro solo confirmaba su sabiduría.

    - Ese Árbol es especial. Ya sea porque contiene un gran poder para ustedes y un pedazo de historia para mí, hay más de lo que muestra la vista. Hay algo, un... ¿sonido, melodía, una llamada? Tal vez todas esas cosas, que me llaman a él. He visto y sentido ese tipo de llamados antes, nunca me trajeron buenos noticias, pero peor sería desatenderlos.

    - Ya...veo.- Dijo Twilight, intentando comprender- Pero... ¿Por qué ahora? ¿Por que cuando sabemos que hay un gran peligro para nuestro mundo?

    - Precisamente por ello- Respondió el templario- Si yo oigo la llamada, de seguro los Zerg la oirán también. Apenas se acerquen lo suficiente, sentirán la necesidad de anidar cerca de allí. De eso no tengo duda. Quisiera visitar ese lugar, antes de que sea inaccesible para nosotros.

    - Twilight...- Susurró Rainbow de repente- Quizás convenga aprovechar esta oportunidad para quitar los Elementos de la Armonía del Arbol.

    - ¡No pienso hacer tal cosa, Rainbow!- Respondió Twilight con firmeza- Si quitamos los Elementos, la armonía del bosque podría desaparecer y volvería a desatarse el caos.

    - ¡Y si los dejamos, los Zerg podrían hacerle cualquier cosa al Arbol, con o sin los Elementos en él!- Gritó Rainbow- ¡Es nuestra oportunidad para recuperar nuestros poderes y poder derrotar a los Zerg de un solo golpe como en los viejos tiempos!

    - Disculpa... ¿Que son estos... Elementos de la Armonía?

    Las ponis se miraron entre sí y luego Twilight decidió dar la explicación.

    - Los Elementos son seis piedras mágicas de gran poder que antiguamente pertenecían a cada una de nosotras. Los Elementos son honestidad, bondad, risa, generosidad, lealtad, y el sexto que es el de la magia. Con ellos, pudimos salvar más de una vez a Equestria y prevenir que grandes enemigos conquistaran nuestra tierra. Pero debimos darlos otra vez al Arbol de la Armonía para que se restableciera el orden del bosque.

    - ¿Piedras?- Repitió Zeratul de repente al ocurrírsele una idea- Esos... Elementos, ¿acaso se activaban en cada una de ustedes de manera individual o como parte de una actividad colectiva?

    - Nuestra amistad era la que permitía que los Elementos nos otorgaran poder, y gracias a ello lográbamos triunfar. No servían de nada sin estar las seis juntas, ni que no tuviéramos los Elementos con nosotras.

    - ¡Como con nuestros hermanos con el Khala!- Exclamó Zeratul levantándose- ¡Por supuesto!

    - ¡Wow, compañero!- Dijo Applejack- ¿Que te sucede?

    - ¡Rápido, tenemos que volver a esa caverna!- Ordenó Zeratul colocándose sobre la plataforma por donde entraron- ¡Las respuestas nos aguardan!

    Sin entender, pero aun así incapaces de desobedecer al templario, las ponis se reunieron alrededor de él y salieron de la nave de la misma forma en la que entraron. Apenas se alejaron un poco, la nave volvió a ser cubierta de rayos y desapareció en el aire mismo. Zeratul parecía haber sido poseído por un entusiasmo inquebrantable, corría como si no hubiera un mañana. Twilight y las demás apenas lograban seguirle el ritmo, pese a que ellas eran cuadrúpedas y poseían buena resistencia física.

    Cuando por fin llegaron al foso donde estaba el árbol, Zeratul usó sus habilidades para transportarse hacia abajo y las demás tuvieron que perseguirlo, pero no llegaron antes de que el templario llegara al árbol. Cuando por fin lo alcanzaron, el estaba tocando el Árbol de la Armonía y lanzó algo parecido a un grito ahogado de júbilo.

    - ¡Khaydarin!- Exclamó Zeratul, emocionado ante su descubrimiento- ¡Piedras Khaydarin! ¡Por todos los dioses, es verdad!

    - Zeratul... ¿De qué estás...?

    El templario se dio vuelta y señaló cada una de las piedras que decoraban el árbol hasta terminar señalando el Elemento de la Magia en el centro. Luego bajó el dedo hasta la marca protoss en la base del tronco.

    - Aun no logro entenderlo del todo. Pero lo que he descubierto es irrefutable: Hubo protoss antes aquí. No se quienes o por qué, pero tuvieron algo que ver con sus Elementos de la Armonía.

    - Espera un momento...- Dijo Rarity desconcertada- ¿Cómo puede tener tu raza algo que ver con los Elementos? Sencillamente no...

    - Tampoco lo entiendo, pero es verdad- La interrumpió Zeratul señalando los Elementos- Las piedras que ustedes tienen aquí... En mi mundo, los Altos Templarios protoss utilizaban una serie de elementos similares llamados Amuletos Khaydarin . Esos amuletos les permiten aumentar sus poderes al obtener una más fina conexión con el Khala y aumentando sus reservas de energía...- De repente, una idea cruzó por su cabeza, aunque él solo pensarlo le hizo pensar que se estaba volviendo loco- Twilight... toca junto conmigo el tronco.

    - ¿Qué?

    - No tiene sentido, pero tengo una corazonada. Cuando toqué el árbol la primera vez que estuve aquí, esa señal protoss apareció. Como si alguien estuviera esperando que uno de nosotros llegara a este lugar. Pero si llegaba aquí, de alguna manera llamaría la atención de los ponis- Twilight comprendió su punto y estiró su pata al mismo tiempo que Zeratul acercaba su mano- Si quien dejó esa señal esperaba que los protoss conocieran a su especie, entonces...

    Cuando ambos tocaron el tronco, inexplicablemente los Elementos comenzaron a brillar y un destello iluminó toda la caverna, encegueciendo a los presentes. Cuando el brillo se redujo, todos se quedaron atónitos ante lo que vieron: Delante del Árbol, un protoss con una armadura brillante flotaba a un metro del suelo. La figura tenía un destello azul en todo su cuerpo dando la impresión de que no estaba físicamente allí. Twilight y las demás se percataron de que este protoss era muy distinto a Zeratul, más allá de su armadura, su complexión y tono de piel era muy distintos. Nadie dijo nada hasta que la figura habló con una voz en eco que parecía de alguien hablando a mucha distancia.

    - Saludos, visitantes...- Dijo el protoss observando a los presentes- Me alegra ver que por fin alguien logró encontrar este santuario.

    - ¡Khas!- Gritó Zeratul sin dar crédito a sus ojos- ¡El que trae el Orden! ¿Cómo es posible?

    - ¡Ah!- Respondió Khas observando al templario- Un miembro de las tribus Nerazim. No puedo sentir el Khala en ti. ¿Es que acaso no lo aceptaste? - Al no haber respuesta, el Alto templario fantasmagórico asintió- Entonces... puede que aún haya esperanza.

    - ¿Quién es usted...señor?- Preguntó Twilight, sin molestarse en ocultar su miedo.

    Khas observó detenidamente a la princesa y luego continuó.

    - Mmmh... Una descendiente de los Antiguos. Tus alas y tu cuerno te delatan. ¿Cuánto tiempo habrá pasado desde mi llegada entonces? Esperaba que mis hermanos encontraran este lugar por si mismos poco después de mi fallecimiento. Pero siento como si varios Eones hubieran pasado desde mi partida.

    - ¿A qué te refieres?- Preguntó Zeratul- ¿Que quieres decir con que nos esperabas? Creí que tus restos aun continuaban enterrados en las profundidades de las ruinas de Aiur.

    - ¿Ruinas?- Se extrañó Khas, pero luego negó con la cabeza- No importa... Tienes razón en que mi cuerpo físico se encuentra en otro mundo, pero mi espíritu viajó entre las estrellas y lunas hasta alcanzar este lugar, esperando el momento en que pueda darle este mensaje a mi raza.

    - No lo entiendo, hermano...

    - Nosotras tampoco...- Confesó Rainbow, señaló a Khas- Primero dinos quien eres tú y que tienes que ver con los Elementos de la Armonía.

    Khas tardó un momento en responder, tenía los ojos cerrados, como si meditara la respuesta. Zeratul no estaba sorprendido por el hecho de encontrarse con un fantasma del pasado, ya tuvo un encuentro con uno. Lo que le preocupaba es qué podría llegar a decirle Khas acerca del futuro. Este abrió los ojos y comenzó a relatar su historia:

    - Pueden llamarme Khas, aunque no es mi verdadero nombre. Mi nombre se perdió en los incontables milenios en los que mi propia raza me adoró injustamente como su salvador, cuando ellos mismos malinterpretaron mi mensaje.

    Hace mucho tiempo, mucho antes de que este mundo existiera como lo es ahora. Los Protoss nos entablamos en una guerra civil, conocida como el Eón del Conflicto. En ese momento las conexiones psíquicas entre nosotros habían sido olvidadas, y mi raza estuvo durante mucho tiempo dividida en facciones y culpándonos entre nosotros por la partida de nuestros creadores Xel'Naga.

    Incapaz de soportar más ese conflicto, abandoné Aiur y me aventuré en el espacio buscando algún lugar donde podría reflexionar acerca del futuro de nuestra especie. Cuando llegué aquí, me encontré con ciertos seres... muy interesantes.

    Los ojos del Alto Templario brillaron y en las cabezas de los presentes surgieron imágenes confusas de grandes figuras con apariencia de Alicornios gigantes. Pero estos parecían hechos de pura energía y colores brillantes, como si La Magia de la Amistad hubiera tomado forma y decidiera convertirse en esos seres maravillosos.

    - ¡Era algo increíble! Esos seres no solo eran tan poderosos, o incluso más, que los Xel'Naga, sino que además compartían una conexión entre ellos que jamás sentí en ningún Protoss. Sus lazos no se reducían a una simple conexión psíquica, eran verdaderos lazos de confianza, de amistad. Me presenté ante estos... Antiguos, y les conté acerca del conflicto de mi raza. Los alicornios se apiadaron de mí gente. Intentaron enseñarme a utilizar la Magia de Amistad igual que ellos, y me trajeron aquí, a este Arbol, que siempre estuvo aquí desde el origen de los tiempos. Cuando me enseñaron acerca de estos... Elementos de la Armonía, creí que podría duplicar su poder con cristales en mi propio mundo y así salvar a mi raza poniendo fin a los conflictos. Jamás cometí una equivocación tan grande.

    - ¿Por qué?- Preguntó Twilight, que escuchaba fascinada la historia- ¿Acaso no era bueno que los protoss aprendieran acerca de la magia de la Amistad?

    - Lo que yo les enseñé a mis hermanos no era la Amistad, o al menos no lo entendieron así. Cuando regresé a Aiur, intenté hacer que mis hermanos usaran una conexión psíquica parecida a la Magia de la Amistad y utilicé cristales Khaydarin, que en nuestra lengua significa "Enfocador del Corazón", como reemplazo de Elementos de la Armonía originales. La conexión tuvo éxito y mis hermanos lograron unirse y poner fin al conflicto, pero no pensaron en ello como "amistad". Lo que yo intenté ofrecerles ellos lo tomaron como un modo de vida, una religión con reglas e imposiciones que nunca pensé, transformaron mi regalo en el Khala, "El camino de la ascensión".

    Khas realizó una pausa y Zeratul aprovechó para hacer una observación.

    - No lo entiendo. Tu eres uno de los héroes más famosos de nuestra raza, fuiste inmortalizado casi como un dios viviente por mostrarles el Khala a nuestros hermanos. ¿Y ahora me dices que en realidad no deseabas ofrecerles ese regalo? ¿Cómo es que siendo tú el creador de esa religión no les mostraste tu verdadero propósito?

    Khas entornó los ojos a Zeratul, lanzó un sonido ronco que sonó como una risa amarga.

    - Los héroes nunca son lo que las leyendas cuentan. Yo intenté que mis hermanos entendieran el concepto de la amistad poco después de descubrir lo que en realidad había hecho. Se centraron en trabajar colectivamente y aumentar sus poderes psíquicos mediante el Khala, pero muy pocos llegaron a entender lo que realmente trataba de hacer. Y los pocos que lo entendieron fueron silenciados poco después. ¿Por quienes? Se preguntarán. La respuesta es los protoss más ancianos y experimentados que poco después se convertirían en el Conclave. Ellos se aseguraron de que el Khala sirviera como medio para apaciguar a nuestra raza y utilizaron sus falsas leyes para dividir nuestra raza entre las castas superiores e inferiores. Amenazaron con asesinarme si intentaba intervenir.

    Poco después, me enteré que los Nerazim habían rechazado el camino del Khala y deseaban conservar su individualidad. Eso me dio esperanza. En un intento por corregir mi error, les aconsejé a los Nerazim que mostraran su unión pese a su individualidad a sus hermanos y así demostrar que era posible obtener un gran poder sin tener que estar conectados psíquicamente unos a otros, pero el Conclave descubrió mis planes. Los Nerazim fueron ocultados del resto de la sociedad y a mí me encerraron en mi propio templo con la excusa de que estaba alcanzando mi "camino final a la ascensión". Fue por ello que poco después ocurrió el "trágico accidente" que me quitó mi vida, mis restos fueron sepultados y yo canonizado como un héroe. Fallé en mi verdadero propósito, pero al menos detuve a mis hermanos de asesinarse entre ellos, y fue por ello que al final encontré la paz.

    Zeratul se sintió devastado y furioso ante esa revelación. Desde que fueron los responsables del destierro de sus tribus, Zeratul jamás sintió aprecio por el Conclave. Pero enterarse que debido a su orgullo y ambición negaron a sus hermanos el conseguir un futuro mejor...

    - Las cosas cambiaron mucho desde que nos dejaste, hermano templario- Respondió Zeratul- El Conclave está destruido, nuestros hermanos Khalai y los Templarios Tétricos conviven juntos buscando la manera de llevar a nuestra raza a un futuro mejor. Uno de tus hermanos, llamado Tassadar, consiguió realizar este milagro comprendiendo a nuestras dos razas y aceptando sus maneras y costumbres. Incluso unió ambos poderes en sí mismo y se sacrificó para salvar a nuestra raza. Sin duda, él a seguido tu voluntad, tal y como habrías querido.

    Khas levantó su vista y observó a Zeratul, transmitiéndole su alegría al escuchar esas palabras.

    - El pasado es el pasado- Dijo Khas mientras flotaba en pose de meditación- Pero me alegra oír que al menos mis hermanos encontraron el camino a la unidad sin necesidad de usar mi falsa creación. Ahora hay esperanza de que mi gente sobreviva a los acontecimientos por venir.

    - ¿De qué hablas?- Volvió a preguntar Twilight.

    - Hay otra razón por la que intenté enseñarles a utilizar la Magia de la Amistad a mis hermanos, además de detener el Eón del Conflicto. Antes de que partiera devuelta a Aiur, las Antiguos me otorgaron una visión, una premonición que tuvieron del futuro de este planeta, así como del universo. Jamás creí ver tal destrucción, y pensé que si deseaba asegurarme de que ese futuro jamás ocurra debería hacer que mis hermanos aprendieran a utilizar la Magia de la Amistad.

    - ¿Una visión?- Preguntó alarmado Zeratul. Ya había visto una visión del futuro antes, y no presagiaba nada bueno.

    - Si. Por mucho tiempo creí que debería compartirla con mis hermanos. Pero cuando surgió el complot del Khala, decidí reservarme mi saber hasta que sea el momento apropiado para revelarlo a mis hermanos. Es irónico pensar que ese momento llegaría mucho tiempo después de mi muerte. Este es mi mensaje, Templario tétrico. Os pido que compartáis mi carga...

    Khas estiró un brazo. Zeratul y el resto de las ponis de repente sintieron imágenes llegar a su cabeza, pero estas no eran imágenes estáticas como las que les mostró antes sino verdaderas imágenes en movimiento provenientes de los recuerdos de seres ancestrales. Zeratul y Twilight ya habían pasado por experiencias similares, por lo que estaban acostumbrados, pero al resto de las Mane Six, su primera visión del futuro les resultó... inquietante.

    La visión era clara como agua cristalina, pero mostraba ciertas cosas que las ponis no llegaron a entender excepto Twilight, pero Zeratul no perdía detalle.

    Primero la visión mostraba un sistema solar con sus planetas girando a su alrededor. Cada uno veía individualmente esas imágenes en su cabeza, pero todos escuchaban la clara voz de Khas hablándoles con su telepatía:

    - "En un lejano mundo, apartado del resto del universo, el Caído comenzará su campaña de destrucción para sumirlo todo en el Vacio. Los Protoss, primogénitos de los Xel'Naga, eliminarán a la Reina de Espadas y caerían en una última y gloriosa batalla. Pelearían valientemente, pero morirán."

    La visión de pronto mostró al sol del sistema solar oscureciéndose y el sistema solar quedó sumido en la oscuridad.

    - "Sin embargo, una pequeña fuerza prevalecerá..."

    De pronto, todos estaban en el cielo de Equestria observando el país desde arriba. El cielo estaba oscuro, sin rastro de las estrellas, y no parecía haber esperanza. Aun así, el suelo de Equestria comenzó a brillar. Zeratul y las demás tardaron en darse cuenta que lo que en realidad brillaba era la ciudad de Ponyville, y luego se le unirían Canterlot y Cloudsdale, El Imperio de Cristal y el Reino de los Grifos. Pronto, toda la superficie del planeta emitía luz propia, iluminando los enormes paisajes verdes que decoraban las tierras.

    Cuando el planeta se iluminó completamente, Zeratul observó el cielo y se horrorizó al ver una vez más a los grotescos híbridos de protoss y Zerg dirigiéndose al planeta.

    - "Los híbridos vendrían, buscando consumir todo a su paso, y su maestro los guiaría en esa última batalla. Aun así, se enfrentaban a una fuerza que desconocían completamente y al no comprenderla, no podían hacerle frente..."

    Los híbridos comenzaron a bajar intentando llegar a la superficie, pero todos y cada uno eran consumidos y desintegrados antes de que pudieran tocar el suelo. La oscuridad comenzó a retroceder y las estrellas comenzaron a brillar una vez más a medida que retrocedía. Sin embargo, no había nada más vivo en esa Galaxia más allá que los que habitaban en ese planeta. Cuando finalmente la oscuridad despareció de su vista. Alrededor del planeta se formó un enorme campo de energía de colores bailantes que se expandió, recomponiendo todas las estrellas y planetas a su paso.

    - "Todo será restaurado a través de la magia, y aquellos que la comprendan protegerán el futuro. Aun hay esperanza..."

    Las ponis y Zeratul regresaron a tomar control de sus mentes y miraron horrorizadas el futuro que deparaba a su planeta, a sus amigos, al universo entero. Zeratul miró a Khas, buscando una explicación a ello.

    - Tampoco yo lo entiendo, hermano- Dijo Khas- Los Antiguos me advirtieron que el futuro es siempre cambiante, y que era posible que esta visión no se hiciera realidad. No obstante, logré sacar mis propias conclusiones en este asunto: La Magia de Amistad es una fuerza de las más poderosas que este universo haya conocido. Me parecía increíble, pero era cierto. Sin embargo, este futuro no mostraba salvación alguna para nuestra raza. ¿Será posible que estemos condenados a la extinción? ¿No hay esperanza para nosotros ni para ninguna otra raza en este universo? Pero... aun es posible que aprendamos de nuestros errores. Lo único que sé es que este mundo posee ese poder, y debe permanecer intacto. Creí que la respuesta sería que los Protoss aprendamos a usar la Magia de la Amistad para defendernos, pero tal vez tú encuentres la respuesta correcta. He de dejarte ahora, hermano. Ha llegado el momento de que mi espíritu descanse, pero me voy en paz sabiendo que el futuro está en buenas manos.

    Con un último destello, el espíritu de Khas desapareció y el árbol dejó de emitir esa luz brillante. Todo regresó a la normalidad, y Zeratul observó a las Mane Six, cuyos rostros denotaban terror ante lo que presenciaron. Zeratul comprendió sin lugar a dudas lo que debía hacer.

    - Twilight... ¡Princesa!- Llamó Zeratul, haciendo que las ponis salieran como de un trance- Escúchame... lo que acabas de ver, es mejor que no se lo digan a nadie. Sé que costará mucho volver a pensar en el presente, pero debemos proteger lo que es importante para nosotros aquí y ahora. Debemos de ir a Canterlot y hablar con las demás princesas acerca de los Zerg. Cuando todo esto termine, podremos invertir tiempo en reflexionar acerca del futuro.

    Todas las ponis asintieron y siguieron a Zeratul hacia la entrada de la caverna, recuperando sus personalidades a medida que se alejaban de ese lugar. Zeratul era el único que pensaba silenciosamente en lo que acababa de oír. Más allá de lo que aprendió acerca del pasado de su raza, su misión ahora era salvar esa planeta de la invasión de los Zerg. No era el momento de dudar, si quería proteger ese mundo, debería llamar a sus hermanos. Y aunque signifique su propia destrucción, ese mundo debía sobrevivir a como dé lugar.
     

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