Explícito de Pokémon - Spies

XIII

El fresco aroma del rocío matutino lo despertó.

Se levantó dolorosamente de la mesa-cama que tenía, y que no sabía si llamar mesa por ser tan dura o cama por no ser de madera.

― Oye, despierta de una vez. ― Le dijo alguien a su izquierda, hacia la puerta del inmueble donde dormía. ― Nos toca ir al sur a revisar el lago.

― Como sea… ― Murmuró él mientras veía al otro sujeto irse.

No sabía por qué tenían que ir a tomar muestras sobre ese lago. Total, cualquier cosa que viviera allí ya debería de estar muerta luego de tantos años de agua estancada y ninguna lluvia para refrescar el ambiente. Aunque sin duda le parecía raro que igual hubiese rocío por las mañanas, hablando del clima.

Ignorando ese pensamiento, se colocó sus viejas botas negras y su filipina del mismo color.

No le habían cambiado esa prenda con esa gran R en el pecho desde hacía ya varios años. ¿Debería reportarlo e ir a Portual por una nueva? Sabía que la maquiladora de allí regularmente solo hacía los “accesorios” del uniforme, como las gorras, guantes y calcetas ―que eran muy calientitas, debía admitir―, pero en el puerto con toda la guardia, debería haber algún paquete con alguna filipina de sobra.

Sí, quizá lo reportaría.

Ya vestido, se dirigió hacia la zona este del campo, donde estaba el comedor. Allí, saludó como siempre a todos los presentes en general sin ningún interés y se dirigió por su propia bandeja para que lo alimentaran de soja o verduras o pasta o lo que fuera que les dieran de comer allí. Había dejado de sentir el sabor de la comida desde hacía años. No le importaría arrancarle la cabeza a alguien por un café o una cerveza.

― Hey. ― Le saludó alguien de pronto, sentándose a su lado con una bandeja tan mala como la suya. ― Te toca muestreo, ¿no?

Era una joven. Tendría unos 28 años y sabía que era transferida de Azafrán. Ella era una niña aún en la época del ataque y se preguntaba el motivo por el que fue entrenada y no asesinada o hecha cortesana como el resto de las chicas de su edad. Por algún motivo extraño le había tomado algo de cariño, por llamarlo de alguna manera. No era que le molestara, sin embargo, pues con ella y otro idiota había compartido ya varias noches de vigía entre risas y juegos de cartas.

― Sí ― Le respondió él. ―, me toca ir al lago. Veré si ya hay un Magikarp que lance llamas o algo así. ― Terminó, llevándose otra cucharada llena de “comida” a la boca. “Y decían que la comida del hospital era mala…”, pensó mientras masticaba. La joven de cabello oscuro a su lado rio un poco.

― Lleva una red. Si encuentras a uno quizá te asciendan, o nos permitan comerlo.

― Para ascenderme necesitaría algo más importante… ― Dijo, tragando. Se quedó pensando un momento. ― Escuchaste tú también de lo que sucedió en Portual, ¿no? ― Preguntó sin miedo a ser escuchado. Después de todo, ¿quién no se había enterado de eso? Ya habían sido varias semanas y lo único que tenían confirmado era un enorme y bien hecho agujero en el muro de la ciudad. Se habían escapado unas 200 personas antes de que se dieran cuenta y a ellos solo se les asignó rastrear a los fugitivos. En Portual se encargarían de ubicar responsables. En fin, la joven mujer asintió. A él le pareció algo cómico como su cabello se agitó con el movimiento, pero continuó: ― Quizá si entrego a algunos “escapados”, o incluso a los responsables, me asciendan. Sí, me lo imagino: “Sargento Stone ascendido a Mayor por la captura de fugitivos y posibles involucrados en los atentados de Portual de Petrel”, y mi foto toda hermosa en la portada de donde quiera que lo impriman. ― “Mayor Stone no suena mal…”, pensó para sí mismo, ignorando como su acompañante intentaba aguantar las carcajadas.

Ellos formaban parte del pequeño grupo de agentes a cargo de cuidar Malvalona y el camposanto de Verdegal, también conocido, en conjunto, como el Centro de Avanzada de la Ceniza o CAC, para ahorrar saliva. Era básicamente el único punto habitado dentro de Hoenn por humanos, aparte de Portual.

Sus tareas eran fundamentalmente revisar ese dichoso lago debajo de las ruinas del camino de bicicletas, los ríos al este de la ciudad y el camposanto, así como ocasionales excursiones al interior del volcán en búsqueda de cualquier anomalía. Pero, al menos en los 6 años que él estaba allí, nunca había sucedido nada. Era algo triste, pero, ¿qué esperaba si el mundo era una gota de lo que era antes? Además, al menos agradecía que a ella la hubieran mandado allí. Tenía algo divertido a su alrededor; simplemente hacía más tolerables los largos y monótonos días.

Pensando en eso, terminó su alimento y llevó la bandeja consigo de vuelta a la barra. Segundos después su acompañante también la llevó y lo acompañó a la entrada del Centro, donde probablemente “el otro idiota” y una camioneta lo esperaban para su tarea del día.

Caminaron en silencio hacia la entrada. Él en su paso ligero y quitando ocasionalmente sus cabellos de su vista. Ya necesitaba un recorte en su cabello.

Quizá porque él era alto, siempre notaba que cuando caminaba con ella, ella misma terminaba moviéndose dando ocasionales saltitos. Bueno, era de esperarse. La última vez que se midió, él habría resultado con unos seis y medio pies de altura. Ella apenas rebasaba los 5. Supuso algún día que quizá fue por la falta de calcio en la última etapa de su crecimiento o por los ejercicios que sabía que les ponían a los niños. ¿Quizá ella fue entrenada para servir de ejemplo a los más pequeños? Quizá estilo “hermana” de algunos. Realmente nadie que no haya sido formalmente educado por el Team Rocket sabía qué pasaba allí dentro. Aparte de la ocasional cortesana o del host que mandaban para “desfogar” a las unidades, no tenían más contacto con el anillo interno, como le decían.

― Iré con ustedes. ― Dijo ella de la nada.

― ¿Cómo?

― Que iré con ustedes. ― Repitió. ― Aquí solo estaré evitando a los imbéciles de siempre y golpeando a los que pierdan la cordura. ― Aclaró. Seguido suspiró y sonrió levemente al ver a una camioneta encendida y a un sujeto de cabello corto fumando junto al vehículo. ― ¿Qué puede salir mal hoy, de todos modos?

Ambos por fin se acercaron y saludaron al “otro idiota”, que los regañó por llegar tarde y finalmente se subió.

El vehículo era un viejo camión, incluso para los 13 años extra que se cargaba. Era de cabina y media y cajón con redilas cubiertas por una lona verde. Dentro del cajón de redilas había dos bancas. Ese vehículo había sido usado para transportar reclutas de Portual al CAC antes de que se terminara el muro.

Ella se acomodó en la media cabina trasera y comenzó a barajear las cartas que había allí, mientras que el “otro idiota” se acomodó en el asiento del conductor y Stone en el del copiloto. Antes de avanzar, los tres verificaron que sus armas semiautomáticas tuvieran la munición suficiente para ir de caza y corroboraron el mecanismo de los dos nuevos modelos. “Nuevos” siendo que eran los últimos que se habían fabricado: Similares en forma sus armas, pero más largas, con un cargador más largo también. La parte que cubría el cañón había sido modificada para alargar el mismo unos centímetros, pero principalmente esa nueva cubierta añadía un borde para sostener el arma con ambas manos cómodamente. La nueva cubierta también añadía una culata larga, para básicamente tener el arma descansada en el hombro, lo que ayudaba a apuntar y a resistir el retroceso. La principal característica de esas armas era que eran automáticas. Dado su poder, solo podían llevar dos, y una era estrictamente para reserva.

Todo rectificado, comenzaron a andar por los viejos caminos de Hoenn, que ahora solo eran usados un par de veces al mes.

Tampoco era la primera vez que ellos tres salían. Ellos eran quizá el único grupo de “amigos” que no les importaba mostrarlo. No tenía nada de malo, pues Rocket o no, aún eran humanos. Por supuesto, ellos no eran nada a la Elite Rocket, el círculo dentro del anillo interno que eran aquellos niños entrenados y los hijos más prometedores de las esclavas. No todos eran entrenados, así que algunos formaban parte de un anillo diferente a éste círculo, pero dentro del anillo interno también. Básicamente, ese dichoso “círculo” eran los altos mandos, soldados excepcionales veteranos del “Día D” y la Elite. En el resto del anillo interno estaban los entrenadores, maestros, esclavas, agentes de mayor rango, los paladines que aún vivían y los niños que no eran Elite, que se les llamaba ‘Espías’. Aunque realmente no eran espías como tal, ellos eran capaces de encargarse fácilmente de tres agentes entrenados adultos. Para clasificarlos, y que fuera más corto, se les indicaba quién era ‘Elite’ y quién ‘Espía’. Era su propio rango. Así que como él era el Sargento Jared Stone, podría haber un… ¿Elite John Smith? A todo eso, ¿esos niños tenían apellido? Gente como él o cualquier otro Rocket oficial, pertenecía al anillo externo.

Años atrás hubo un incidente en el anillo interno, donde algunos de los guardias ―recordando que los guardias forman parte del anillo externo― trataron de revelarse al recibir mal trato a comparación de los demás y por no tener derecho de ‘tiempo’ con las esclavas. Fue al punto de que levantaron sus armas y asesinaron a un par de guardias que intentaron calmarlos. La respuesta fue enviada por Protón en persona: Una de sus favoritas Espías.

Poca información tiene de ella, salvo su esbelta y frágil silueta además de sus largos cabellos lacios. ¿Cómo era la favorita de Protón? Era su guardia personal, e hizo notar la razón cuando, desarmada, fue a controlar esa insurrección.

El resultado de la confrontación fueron dos reclutas con disparos a las rodillas, uno con el cuello roto y los reclutas con los disparos murieron minutos después debido a falta de oxígeno. Ella no los ahorcó, sino que golpeó sus tráqueas al punto de sellarlas. De acuerdo a la autopsia, solo recibieron un golpe.

Así que, básicamente, una chica adolescente mató a tres guardias adultos entrenados y armados con no más que 5 movimientos, mínimo: Dos para evadir y re-direccionar dos disparos, uno para desnucar y dos golpes letales.

De acuerdo a Protón y a Petrel, ella era incluso mejor asesina que varios niños y jóvenes Elite. La razón por la que era Espía y no Elite es algo que nadie directamente involucrado sabe.

Claro que los rumores no se hicieron esperar y varios eran creíbles. Algunos de ellos eran que Protón la quería para él solo, sea como guardia o como mujer. Otros decían que había matado a algunos niños Elite y era considerada una amenaza si se le daba el entrenamiento completo. Unos decían que probablemente se hizo muy buena matando por rencor, y se atrevieron a decir que algún veterano mató frente a ella a su familia o a sus amigos y de allí que concentrara de tal manera su odio. Sea cual fuese el motivo, había algo que obligó a contenerla.

A comparación de los Espías y Elite, el entrenamiento para los reclutas de Portual era como jugar en sus días libres. Incluso se decía, de acuerdo a la revista de Petrel, donde él informaba acerca de eventos varios y curiosidades del mundo para los agentes alrededor del mismo, que un Espía era capaz de asesinar fácilmente a varios agentes, y podría, cuando poco, someter a reclutas famosos de la época, entre los que figuraban gente como ‘Acero’, ‘Ninfa’, ‘Skull-cracker’ y ‘Silent Fiend’. Algunos de los más conocidos ‘Paladines’.

Era aterrador pensar que jóvenes y niños tenían tal capacidad de jugar con la vida de alguien más, y la sangre fría para de hecho jugar.

Con un escalofrío recorriéndole la espalda, prefirió regresar su mente a la pésima mano que tenía, y siguió tratando de encontrar alguna manera de presentar algo más que ese par de 3.

La camioneta tenía radio. Pero no había radiodifusoras. Y tenía reproductor de CDs, pero quedaban muy pocos. Ellos tenían uno con música de salón de al menos unos 80 años antes de cuando eran niños ―refiriéndose al otro idiota y a sí mismo―. Al parecer era una colección de música grabada desde internet para algún trabajo de teatro o algo por el estilo. Igual, ayudaba a hacer más ameno los aburridos viajes hasta el lago, aunque fuesen cortos.

Además, no debían enterarse que usaban el reproductor de CDs. Lo tenían prohibido para que la batería del vehículo durara más, pero no les importaba, realmente. Siempre argumentaban que el vehículo ya estaba viejo o la batería oxidada y que por eso duraba poco tiempo.

¿A quién le importaba, realmente?

― Par de tres. ― Declaró, finalmente derrotado. La joven mujer detrás de él le sonrió casi felinamente y le mostró el perfecto ejemplo de una Escalera Real. ― Suertuda.

Aunque debía admitir que últimamente le gustaba ver esa sonrisa suya.

Alrededor de tres horas luego llegaron al lago.

De manera rutinaria bajaron, asegurando que sus armas no tuviesen el seguro, pero sí el preparador, como le decían al modo donde para disparar una bala debían jalar dos veces el gatillo. Le dieron el arma larga a la fémina del trío, porque era la que mejor controlaba el retroceso repetitivo, y comenzaron su tarea de químicos revisando el agua del lago.

Solo consistía en algunos exámenes de ph y corroborar la cantidad de sales y minerales en el líquido, además de usar una sonda para comprobar algún tipo de movimiento. Estas tareas, como sea, les tomaban un día, por lo que regresarían al CAC a la mañana siguiente.

Y sin ningún contratiempo ni nada que decir ―Aparte de otra sonrisa gatuna mostrando un Full de reyes con ases esa noche―, realizaron sus labores hasta irse a dormir.

El otro idiota dormía como muerto, para variar. Durante la noche se acostó con ella y terminó dentro.

Y se comenzaba a cuestionar si valía la pena o no estar vivo en esa época de la historia: Siendo esclavo de tareas rutinarias, todo bajo control y con el único placer de poder tener sexo con una mujer algunos años menor que él. No iba a decir que no le gustaba, pero tampoco es que ella lo hiciera por algo más que lujuria. En realidad, ella era muy inocente, pero fue ‘corrompida’ por el entrenamiento y posibles tácticas de control mental. Probablemente le lavaba el cerebro cada vez que le insinuaba ‘algo’ y él felizmente aceptaba.

“Somos seres muy simples…”, fue lo que pensó con tristeza sobre su género, antes de finalmente caer dormido.

Y a la mañana siguiente, el aroma del rocío lo volvió a despertar.

Se levantó de una única abdominal y buscó con la vista a sus compañeros. El otro idiota se lavaba la cara con el agua de sus reservas y ella terminaba de calzar sus botas. Él la imitó y medio minuto después estaba de pie y buscando en la camioneta sus alimentos para el día. Sacó las bolsas de comida deshidratada y sirvió las tres porciones, que comieron entre una plática totalmente extraña acerca de la inmortalidad de los Kingler.

Revisaron que las máquinas y las muestras estaban listas, obteniendo el mismo aburrido resultado de cada mes, y empacaron todo para regresar.

Abordaron, revisaron sus armas, recolocaron los seguros, barajearon las cartas y condujeron de vuelta al Centro.

― Hey ― Dijo el otro idiota de pronto, deteniendo lentamente el camión, poco después de comenzar el viaje de regreso. ―, la hierba de allí en frente. Está aplastada. ― Completó. Los dos restantes lo notaron también.

¿Quién le hace caso a algo así, no obstante?

Aquellos que conocen ese camino como la palma de su mano y saben que ‘hierba aplastada’ significa vida.

Con sus armas listas, bajaron en sigilo y rodearon al objeto que aplastaba el largo césped. Que en realidad eran dos.

― ¿Están muertos? ― Preguntó Stone, sin dejar de apuntar su arma a los cuerpos recostados juntos. Ella fue quien se acercó a tomarles el pulso en la yugular. “Casi”, fue su respuesta. ― Ella parece estar así por el frío, y él tiene mucha sangre concentrada en la cabeza. ― Complementó mientras los examinaba un poco más a detalle. ― ¿Qué hacen aquí…?

Un hombre y una mujer, de más o menos la misma edad. Lo más resaltante era el cabello de ella: casi tan largo como su propio cuerpo, pero demasiado cuidado como para llevar en la intemperie mucho tiempo. Por ser mujer, quizá, notó que lo acondicionaba. “Quisiera poder usar shampoo también…”, dijo con algo de envidia, acariciando suavemente los cabellos de esa mujer que quizá tenía su misma edad.

― ¿Qué hacemos con ellos? ― Fue lo que preguntó al aire el otro idiota.

― Llevémoslos al Centro. ― Stone sabía que ellos quizá estarían involucrados en el incidente de Portual, o al menos era un par de los 200 que escaparon de la ciudad amurallada. De cualquier manera, les darían algo por regresarlos, sean o no responsables. Quizá aprovecharía para pedir su filipina nueva y una cerveza.

― Los reviviré antes. ― Dijo ella.

De su cinturón, tomó dos píldoras amarillas. Llevó una a la boca del hombre y lo obligó a masticarla. Lentamente, el color morado de su rostro comenzó a perderse y su pecho comenzó a moverse más notoriamente. Con la mujer, abrió la cápsula en sus labios ligeramente abiertos y dejó caer el polvo en su boca. Notaron los presentes que ella comenzó a temblar.

Esa píldora amplificaba los síntomas, logrando que el cerebro y los órganos se reactivaran y entraran en “modo de supervivencia”. Además, contenía una droga que amplificaba el esfuerzo, logrando además que el que la tomara despertara.

Normalmente las usaban como una dosis de adrenalina para soportar el dolor en caso de accidentes o lesiones, pero en realidad fue pensada justo para evitar la muerte cuando esta se manifestaba lentamente. “Levantamuertos”, le decían atinadamente.

Pronto el hombre comenzó a respirar fuertemente, como con pánico y se levantó rápidamente mientras abrió con fuerza sus ojos. El otro idiota inmediatamente colocó su arma en la sien del sujeto mientras Stone lo sostenía desde atrás. La mujer, por su parte, comenzó a toser fuertemente. En respuesta, ella colocó su arma automática de manera que el fusil apuntara directamente al pecho de la mujer mientras se reincorporaba para intentar respirar bien. En cuanto ambos se tranquilizaron, notaron la situación y compartieron una mirada de derrota.

― Bien… ― Dijo ella. ― Nos presentaremos después. Pero por ahora vendrán tranquilamente con nosotros si no quieren probar el poder de mi juguete. Tienen mucho que explicar, y tendrán que rendir cuentas acerca de lo que hicieron el día que incendiaron la torre de Portual.

​

Contenido oculto: Comentarios del autor

Bueno, una disculpa por la hora. Sabía que hoy iba a viajar (Estoy de vacaciones. Es viaje dentro del viaje lel) pero no creí que tardaríamos tanto. En fin, me quedo un poco tranquilo de que pude al menos subir capítulo el día acordado. ~

¿Recuerdan que había comentado que estuvieran atentos al cambio de formato en el título? Bueno, aquí está. Espero que no haya sido TAN confuso. Y sí, lo escribí para que quedara la pregunta "Tons se murieron?" durante el capítulo.

Estos tres personajes no son parte de la serie. Para este punto del desarrollo de Spies, noté que me estaban faltando personajes, motivo por el que decidí comenzar a crear mis propios personajes. En sí no son muchos durante esta etapa de la historia. Sabrán a qué me refiero conforme avance la historia.

Otra cosa: Este es el penúltimo capítulo del segundo arco. Sí, es corto.

Y algo más quería comentar, pero no lo recuerdo. Mientras respondo un par de cosas de sus reviews veré si lo recuerdo.

Servida, señorita.

Creo que ya lo había usado como chiste antes... Bueno, realmente no hay una explicación súper pensada mas que la que tú mismo das: Antes, recibía ataque y medio, pero se alimentaba bien y descansaba bien (Además de que era joven. A mis 22 años ya me duelen las rodillas cuando me levanto de la silla, y eso que camino bastante para balancear mi sedentarismo). En Spies, el dude a veces no come, no cenan y... bueno, se sabrá más adelante también, pero se entiende que tampoco es que descanse particularmente bien. Ash en esta historia ronda los 30 años, de los cuales ha pasado unos 10 como mula de carga. Aunado al estrés... pues, el cuerpo cobra intereses de las cosas que hacemos de jóvenes.

Ah, ya recordé lo que quería decir. Las armas descritas existen. La semi-automática es la Sig Sauer p226, y la recién descrita (automática) es la Brügger & Thomet Mp9. Anexo links a una imagen de cada una.

P226:
MP9:

Así que con eso les brindo éste capítulo.

Espero los reyes les hayan traído algo y que no sean ustedes los reyes. :'D

Feliz año 2018, pipol! Espero que Spies crezca a algo de su agrado. Es posible que para finales de enero o antes empiece la publicación semanal de Spies, porque está 'oficialmente' terminado. Un especial más y este largo viaje termina.

Gracias por leer!

Later. ~

 

XIV​

“Supongo… que es el final, después de todo.”

Eso fue lo que pensó.

Luego del violento despertar y de ver el artefacto en las manos de aquella pequeña agente del Team Rocket, supo que habían sido finalmente atrapados.

No sabía si habían sido perseguidos o si habían sido interceptados, pero era lo de menos. El punto era saber qué iban a hacer con ellos.

¿Quizá los fusilarían? No tenía sentido, no obstante, que los hayan retenido para eso. A menos que los regresaran a Portual y los ejecutaran en público, para infundir terror. Pero ellos no habían sido los culpables del incendio de la torre.

¿Tal ves los querían matar, asumiéndoles esa culpa, para mandar un mensaje al resto de la ciudad? Eso tenía más sentido.

Aunque nadie en realidad los conocía.

Eran dos más en las corrientes de personas que día a día se levantaban.

Si alguien sabía algo de ellos, era que ella era costurera, y Ash un garrotero. Nada más. Nadie sabía sobre el pasado de ninguno. Nadie sabía sobre su madre. Ni sobre la fama de Ash; o que algún día ella estuvo embarazada. Si alguien lo recordaba, probablemente lo habría asumido ya como algo común, aunque era muy raro ver mujeres embarazadas.

Rostros iban y venían, y ellos no eran muy diferentes al resto de la población. El rostro de Ash no era tan poco común, ni el de ella. Sus cabellos y ojos eran unos entre varios cientos de la población restante.

Iban a ejecutar a dos personas al azar, para causar temor.

Temor en los inocentes y culpa en los culpables.

Suspiró ante ello.

― Llegaremos a nuestro destino en una hora. ― Les dijo la joven mujer a través de una ventanilla del transporte.

Luego de comprender un poco más la situación en la que estaban, los amordazaron y subieron a la parte trasera de la camioneta, que luego cerraron con la reja y un candado. Dawn recordaba muy bien ese tipo de transportes, pues fue transportada de Cerezo a Olivo en uno de esos transportes para luego ser subida a un barco y finalmente llevada a Portual.

También los recordaban porque fue en uno de esos que su perdido dedo meñique quedó atrapado en la puerta y finalmente se lo amputaron con unas pinzas de corte cualesquiera, con tal de no perder tiempo.

Miró su mano mutilada tras recordar vagamente el dolor de aquella vez. Descubrió allí el raro fenómeno del “Dolor del miembro fantasma”, ese dolor psicológico que se da en el área donde un miembro del cuerpo se ha perdido. Si alguna persona llegase a perder una pierna o un brazo, sentirá que le duele ese miembro. Es psicológico porque obviamente no puede dolerle un miembro que ya no tiene.

Más que ser un dolor agudo como el de un corte, es una sensación punzante de pesadez en la articulación más cercana. Una rara y agobiante mezcla de pesadez, pereza y estrés. En su caso, sentía las pulsaciones únicamente, quizá porque no perdió gran parte de su cuerpo. Siendo ella en aquel entonces una niña, era algo que le había pegado muy fuertemente en su autoestima.

Tratando de olvidar esos momentos, se enfocó mejor en el anillo en su dedo anular.

No sabía por qué se lo habían dejado, pero se los agradecía. Probablemente esos reclutas tenían tanto tiempo sin tratar con rehenes que habían olvidado el protocolo y tan solo se preocupaban de que llegaran con vida y que, obviamente, no escaparan. El viejo candado de 4 kilos en la puerta del camión no se los iba a permitir, de cualquier modo.

― Dawn. ― Le llamó su compañero, sentado frente a ella y amarrado por las muñecas.

― Dime.

―… ¿Sabes… por qué quería ir al norte?

Se lo había preguntado una única vez.

Pensó que probablemente llegarían a Malvalona por provisiones o algún transporte ―pues recordaba que había una tienda de bicicletas allí―, y luego seguirían hacia el este, para seguir el río y llegar a vivir a algún sitio cercano a Arborada, aprovechando los bosques espesos.

― Para buscar provisiones y dirigirnos a un lugar más seguro a vivir, ¿no?

― Bueno, eso también. ― Dijo. Se quedó callado un momento mirando sus zapatos, mientras ella pacientemente esperaba su respuesta.

Se levantó de su asiento y se sentó junto a él. Como pudo, considerando sus muñecas atadas, tomó las manos de su compañero y descansó ambos pares sobre sus piernas. Sobre su pierna derecha y sobre la izquierda de Ash. Aparentemente, funcionó para darle más tranquilidad y valor para decir lo que pensaba.

― Quería llevarte a Verdegal. ― Le dijo. Dawn se quedó callada esperando que continuara. ― Allí está Johanna.

“¿Qué…?”, fue lo que pensó y susurró en confusión.

Su madre estaba muerta. Eso lo sabía muy bien. Ash no le iba a mentir con algo tan delicado como la vida de su progenitora.

Pero, no había dicho que su madre estaba viva en esa ciudad. O sea que su cuerpo estaba allí.

De igual manera eso no podía ser, pues él mismo le dijo que el Team Rocket tomó su cuerpo y lo incineró en el volcán al norte de dicho pueblo. ¿La llevaría a ese volcán, para ver el lugar de descanso del cuerpo de su madre, ya fundido con el ambiente?

― ¿Qué… quieres decir…?

Ash tomó aire para continuar.

― Petrel respeta a la muerte. Se nos dijo en el entrenamiento que debíamos decir que los cuerpos eran quemados o usados como alimento, pero era para mantener el terror. ― Tragó saliva, para finalmente ver a los ojos de su compañera. ― Petrel en realidad ordenaba que los cuerpos se llevaran a una cámara subterránea, y los meten en bolsas con nitrógeno para mantenerlos frescos. Los transporta luego a Verdegal y los entierra.

“Verdegal fue destruido, limpiado y todo ese suelo es un cementerio.” Terminó, viendo la mirada mezclada de confusión, tristeza y un quedo de esperanza de Dawn.

― Quería llevarte a verla, para que te despidieras. No pudiste hacerlo aquella mañana porque te desmayaste, ¿recuerdas? ― Le susurró dulcemente, colocando su cabeza en la clavícula de ella para medio abrazarla.

―… ¿Por qué… no me lo dijiste antes? ― Preguntó suavemente, ligeramente sorprendida que no le causaba dolor esa mentira. Tampoco estaba molesta.

― Porque si sabías dónde estaba tu madre, no hubieras superado su muerte. Habrías querido despedirte sabiendo en dónde estaba y que fue dignamente tratada.

Básicamente, para protegerla de sí misma. ¿De dónde había sacado Ash tal capacidad para leerla? ¿O era que simplemente era muy fácil de leer? Y aún así, ¿quién lo enseñó para ser tan precavido? ¿Cómo había madurado tanto sin tutela, sabiendo que su madre no podía darle tal ejemplo?

Dawn pasó saliva, terminando de digerir la información. Susurró un pequeño “Gracias” al odio de su esposo y se recargó ligeramente en él para igual medio abrazarlo.

Entonces sintieron que el camión se detuvo.

Se separaron un poco y miraron hacia atrás, hacia donde podían ver. Notaron inmediatamente que seguían en la ruta, y no habían llegado a la ciudad. No alcanzaban a ver ruinas ni nada por el estilo, y los árboles eran igual de raros que en todo el trayecto que tenían caminando.

La ventanilla que daba con la cabina entonces se abrió nuevamente. La mujer los miró y les dijo “Aún no llegamos”, y sin cerrar la ventanilla llamó la atención de sus acompañantes, que aparentemente se habían bajado del vehículo.

― Rick, ¿qué encontraste?

― Un Plusle muerto. ― Respondió uno de ellos.

― Pues quítalo y continuemos. ¿O quieres disecarlo para que sea tu acompañante cuando duermes? ― Dawn rio un poco ante esa broma.

― Sabes que prefiero los Pachirisu. ― Bromeó de vuelta. ― Como sea, ya. Nos vamos.

Seguido escucharon las puertas cerrarse y el rugir arrancar de nuevo.

― Ya escucharon. ― Fue lo que les dijo ella antes de volver a acomodarse en su asiento.

Luego, el mundo giró 90°.

La fuerte sacudida los ensordeció y terminaron ‘cayendo’ sobre uno de los costados enlonados del transporte.

― ¿¡Qué mierda fue eso!? ― Gritó el tercer miembro de esos reclutas.

Adoloridos, Dawn y Ash se levantaron como pudieron. Entonces varios agujeros comenzaron a aparecer en el techo de la lona que los cubría. Iban desde la parte trasera hacia la frontal.

Fue Dawn quien reaccionó rápido se colocó frente a su compañero. Todo pasó demasiado rápido para que Ash lo maquinara debidamente, incluso. Pero el grito de uno de los varones de la cabina le dijo la situación.

― ¿¡Nos disparan!?

Fue lo que escuchó Ash antes del grito agudo de su compañera, que se abalanzó en su pecho entonces para evitar caer.

― ¡Dawn! ― Gritó por inercia, agachándose con ella.

― Maldita sea… ― Escuchó en la cabina, al tiempo que el rechinido de una puerta sonaba y más disparos sonaron. Habrán sido tres antes de una segunda arma sonara cerca de ellos. Ash entendió que los dos reclutas de la cabina habían salido para regresar el fuego. ― ¡Irileth! ¡Reacciona!

Pero él podía ver por la ventanilla que la mujer del trío estaba recuperando la conciencia luego de un buen golpe que se dio en la cabeza al momento de la volcadura.

Regresó su mirada hacia Dawn, quien trataba fuertemente de resistir el dolor y sus lágrimas. Ash la revisó rápidamente con el pánico y la adrenalina que le causaba escuchar disparos fuera de la lona. Encontró entonces la hemorragia de su compañera, sangrando moderadamente y en su brazo izquierdo. Para bien o para mal, era solo un disparo que no atravesó su brazo. Sin saber realmente qué hacer, presionó la herida de su esposa con su antebrazo esperando contener el sangrado.

Afuera entonces escuchó un sonido distinto. El mismo característico sonido de las explosiones controladas, pero a gran velocidad. Junto a eso, dos quejidos agudos que se convirtieron en pequeños sollozos adoloridos.

El resto de los disparos cesaron, pero escuchó pasos acercándose.

― Quisiera decir que esto no es personal, pero lo es. ― Dijo una voz diferente, notoriamente joven. O al menos más joven que él. Seguido de un solo disparo, y luego otro. “Tiro de gracia…”, fue lo que pensó Ash, pasando saliva.

― Hay una viva adentro. ― Dijo una voz femenina. ― ¿Qué hacemos?

― Si trae el uniforme, ya sabes. ― Respondió una tercera voz, ligeramente más ronca que la primera.

― Ok. ― Dijo la voz femenina con sencillez. Ash alcanzaba a ver a la mujer que los encontró ya repuesta, pero paralizada. Notó en su pecho que respiraba asustada.

― ¡E-espe-! ― Intentó decir, pero antes de que pudiera terminar fue acribillada rápidamente con balas. Al menos 5 de ellas terminaron dispersas en su pequeño tórax, quitándole la vida rápidamente. El lastimoso sonido de su último respiro fue lo que culminó su frase.

Ash, como pudo, abrazó con fuerza a Dawn ante eso buscando presionar su herida. Y trató de contener la respiración para que no los escucharan. Su compañera no podía imitarlo, no obstante, y escucharon pasos acercarse a la parte trasera del camión.

Entonces tres jóvenes aparecieron. Dos varones y una fémina esbelta masticando algo. Iban parcialmente uniformados además: La joven del grupo llevaba unos jeans simples, una blusa o sweater negro con cuello alto y encima un chaleco “manchado” de distintos verdes, negro y un café claro. En su espalda baja llevaba una pequeña bolsa negra, amarrada a su cintura y una especie de sujetador en su pierna derecha, que contenía varios cargadores para las armas. Llevaba sus pequeños cabellos negros acomodados en una coleta alta y masticaba algo desinteresadamente como su mirada de ojos cafés. Uno de los varones, el aparentemente más joven, llevaba pantalones caqui con muchas bolsas y un abrigo manchado de la misma manera que el chaleco de la joven, además de una gorra negra que ocultaba parte de su cabello castaño, que hacía juego así mismo con sus ojos. El tercer sujeto llevaba pantalones de un verde seco, una camisa de un color que Ash no supo si era café muy oscuro o negro y encima una especie de gabardina igualmente manchada de colores terrosos. Este sujeto era moreno, de ojos miel y cabello muy corto negro. Los tres llevaban el mismo par de botas negras, que eran de hecho iguales a las de los reclutas del Team Rocket.

La joven del grupo traía un arma diferente a las armas que él aprendió a usar, pero de igual manera diferente al que traía la mujer que ahora estaba muerta en la parte trasera de la cabina del camión. Era básicamente un tubo soldado a un arma, con el cargador, largo y recto, y delgado por delante, así como culata más larga que la del ejemplar de la recluta Rocket. Otro de ellos traía una igual y el último tenía un arma similar a la que él sabía manejar, pero de un diseño diferente y peculiar. Era como si fuese un arma “desnuda”, pues podía ver el cañón perfectamente y parte del mecanismo de disparo.

― Quedaban dos. ― Dijo la joven, moviendo algo en su arma. Probablemente poniéndole el seguro, pensó con esperanza el azabache, sin dejar de abrazar firmemente a su esposa. El otro usuario del arma larga les apuntó, no obstante.

― Terminemos rápido. ― Fue su frase antes de jalar el gatillo. Ash por instinto se colocó frente a Dawn y espero los golpes de las balas atravesar su espalda, pero un autoritario “¡Espera!” hizo que se girara de nuevo.

La tercera persona detuvo al otro dándole un golpe en el pecho.

― ¿Por qué?

― Dame las listas.

― ¡Pero si nunca hemos encontrado a nadie de esas malditas listas! ¡Todos están muertos!

― ¡Dame las “malditas listas”! ― Gritó. El otro sujeto lo miró con furia un segundo, antes de bufar y buscar algo entre sus ropas. Le pasó entonces dos pequeños tomos de hojas de papel. Hecho eso, volvió a apuntarles, listo para accionar su arma.

La persona revisando las hojas detuvo su búsqueda en uno de los tomos rápidamente, para luego pasar al siguiente y detenerse casi tras el mismo tiempo.

― Páginas 3 y 4. ― Anunció. El tipo del arma lo miró con un quedo de sorpresa y la joven le quitó el seguro a su arma, para entonces volar el candado de la puerta. Volvió a colocar el seguro y descansó su arma sobre su espalda, sacando entonces de su mochila una pequeña botella blanca y una bolsa de plástico con algo similar al algodón dentro y unas largas y delgadas pinzas, y se acercó a ambos.

― Déjeme. ― Le dijo a Ash. ― Detendré el sangrado.

Sintiéndose raramente seguro ―y viejo, dado que aquella joven lo trató de ‘usted’―, liberó a Dawn mientras la joven de cabellos negros inspeccionó rápidamente el brazo herido de su compañera y procedía. La joven expertamente presionó el brazo de Dawn y el sangrado disminuyó notoriamente, mientras con su otra mano, particularmente su dedo meñique que tenía la uña larga, cortó la manga y la usó como torniquete. Con las pinzas sacó la bala y comenzó a limpiar la herida con el otro par de instrumentos que traía. Sacó de su mochila una bolsa con vendas amarillentas y comenzó a cubrir la herida, primero dejando una capa de venda y un trozo de algodón con alcohol y luego envolviendo el brazo en la venda con increíble destreza. Finalmente, de su pequeña mochila sacó un frasco y una brocha pequeña, del frasco vertió algo del líquido sobre el vendaje y con la brocha lo esparció por toda la parte vendada del brazo, y comenzó a soplarle delicadamente. Cuando el líquido se secó, la venda tenía un color ligeramente amarillento, como si fuese de cera.

La voz del mismo tipo autoritario lo obligó a retirar la mirada de la intervención médica y mirar a dicho sujeto.

― Ashton Ketchum y Dawn Berlitz. ― Fue lo que aquel hombre dijo. Sorprendiendo a ambos. ― Es… un extraño gusto por fin conocerlos y verlos con vida.

“Hay alguien que querrá verlos”.

​

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Los nombres de los Rocket del capítulo anterior son Stone ("Protagonista"), Irileth(La chica del grupo) y Rick(El otro idiota). Y sí, murieron. Tres más a la bolsa.

Este capítulo es el cierre del segundo arco, y el punto de partida donde las cosas se empiezan a poner un poco raras. Raras para bien, tho. En su momento, sentí la primera mitad del capítulo algo rápida, pero me gustó la segunda. Con otra revisión (Y arreglando unos errores brutales) siento que en realidad tiene el ritmo que necesita. El punto es que, acostumbrado a toda la retroinspección de Dawn, sentí que el confesar que su madre había sido enterrada generaría un montón de emociones. Pero tras estudiarlo, en realidad queda en blanco. Básicamente porque, como djo Ash: De saber qué pasó con su madre, no lo habría superado. Y lo superó. Esto también lo aprendí yo (El hecho de que no por dejar de pensar algo significa que no lo superes) en sentido de que, para corto, es algo con lo que aprender a vivir. Y, vamos, ¿a quién no le molestan algunas cosas o decisiones que tomó o se tomaron en el pasado? Es un inmenso hubiera, que al final no causa impacto en Dawn, porque lo único que hace es... Eh... Como "pintar" el hecho de que Johanna murió. O sea, la imagen inicial recibió un poco de maquillaje, y ahora puede verlo con mucha más tranquilidad. Está bien extrañar a alguien.

También, así como maté a tres personajes bc reasons, aparecieron otros tres. Solo diré que el hecho de que tres jóvenes hayan emboscado y asesinado a reclutas del Team Rocket -armados-, no es Overpowered. Más adelante sabrán por qué. :D

Sobre las nuevas armas que aparecieron, aquí dejo nombre e imagen de nuevo:

Luger P08:

MP 3008:

Y bueno, no me queda más que darles nuevamente la bienvenida. Ahora que descubrimos el poder Rocket y algunos cambios del mundo, sabremos qué es lo que pasa dentro del Team Rocket. O, mejor dicho, que es lo que hizo el Team Rocket con su gente.

Gracias por leer!

Later. ~

 

XV​

― Permítame limpiar la herida.

En algún momento de la noche, Ash se había retirado y ella se quedó sola frente a la fogata.

No tenía idea de donde estaban, pero habían sido ya varios días caminando.

No había conocido del todo a los tres que los salvaron, pues la mayor parte del tiempo los dos varones se la pasaban discutiendo y la chica del grupo les daba ocasionales golpes con la culata de su arma.

… ¿No les molestaba que los golpeara con la culata?

―… Sí… ― Dijo, dándose cuenta que se quedó viendo las suaves facciones del rostro de la joven. Le mostró su brazo y la posible enfermera pasó una pequeña esponja mojada sobre su endurecida venda, eliminando la sustancia que la hacía similar a la cera y retirando después el vendaje con cuidado y destreza.

Notó que la herida era significativamente menor y ya no dolía mas que cuando tenía que hacer fuerza en su brazo por cualquier cosa. De acuerdo a la chica, no tenía ninguna herida mayor, pues su munición estaba diseñada para inmovilizar y no para matar. Eso le hizo pensar en quién demonios eran ellos para poder diseñar un arma de ese tipo. Quería decir: Los ingenieros del Team Rocket probablemente pasaron totalmente de largo el objetivo final de las balas porque igual los portadores iban a matar. Pero esas personas incluso diseñaron la bala para no ser letal, quizá hasta en un disparo que regularmente lo sería. Excepto quizá un disparo a la cabeza.

― Debería estar respuesta para cuando lleguemos. ― Le dijo la joven. ― De cualquier manera, me gustaría seguirla revisando luego de que cierre, por si hay algún nervio dañado o cosas así. ― Finalizó, volviendo a vendar el brazo.

―… ¿Cómo te llamas? ― Le preguntó por fin. No sabían el nombre de ninguno de ellos. De hecho, era extraño que no se hayan presentado. Solo les dijeron que podían confiar en quien les entregó las listas.

― Annette, Ann para corto. ― Respondió ella con simpleza. Dawn debía admitir que era difícil no parecer malagradecida con ella por responderle únicamente con “Si”, “No” y “Gracias”. Así al menos podía llamarla si le comenzaba a doler o algo. “Debí habérselo pedido antes…”.

― ¿Tus… compañeros?

― El tonto es Guy, y el más tonto es Steve. ― Rio un poco ante eso. Su humor se volvía cada vez más ofensivo, pensó. Normalmente le daba risa cuando cualquier mujer tomaba por tonto a un hombre, notó también. Además le dio risa porque logró identificar a los dos mencionados. Guy era el moreno, el que parecía mayor. Y Steve era el restante.

―… ¿A dónde vamos? ― Preguntó.

― Pensé que jamás lo preguntarían. ― Respondió sonriendo de medio lado. Tenía una sonrisa muy suave, alterando poco sus rasgos, pero acentuando su mirada tranquila. ― A un gran edificio al norte. No tengo idea de qué era antes de todo este enrollo, pero es cómodo y está ocultito; nadie nos molesta allí y podemos vivir tranquilos.

Un edificio al norte. Solo se le ocurrió que fuesen a Calagua, pues los edificios de Arborada tampoco eran edificios en sí.

― ¿Cerca del mar?

― Ojalá… ― Susurró. ― Sería bueno ver algo más que un mar de árboles hacia cualquier dirección. Aunque eso haga más fácil el estar ocultos.

O sea que no era Calagua. Tampoco se le ocurría ningún otro sitio, o al menos no había escuchado de algún edificio cerca de allí. Le preguntaría después a Ash.

― Es mi turno de preguntar. ― Le dijo Ann. ― ¿Hace cuánto conoce al señor?

“¿Te refieres a Ash?”, preguntó de regreso. La joven asintió levemente y sus cabellos hicieron coro al movimiento. Dawn solo soltó una carcajada y se controló rápidamente al pensar que quizá para Annette ella igual era una señora. Nadie le había llamado señorita antes, así que pasar de “Jovencita” a “Señora” era algo hiriente.

― No es tan viejo. ― Aclaró. Annette no supo si se refería solo a Ash con eso. ―… ¿Cuánto tiempo será ya…? ― Soltó poniéndose a pensar en cantidades. Ash estuvo allí en su primer viaje, de allí lo conocía. Luego de que dejaran de viajar juntos, ambos estuvieron en varios lugares siguiendo sus metas y habían hablado para verse un día de los que Dawn iba a estar en Ciudad Cerezo, pocos días antes del ataque de los Rocket. Si se hubiesen visto como lo habían planeado, habrían sido 4 años desde que comenzaron a viajar juntos. No lo recordaba del todo por eso, sino porque ella había comenzado su viaje y conoció a Ash casi inmediatamente luego de eso. Así que eso sumado a los trece años luego del ataque hacían diecisiete, pero por sus edades, las cuentas no cerraban del todo. Eran demasiadas fechas y ella misma no estaba segura si aún era diciembre o si ya era enero. ― Diría 17 o 18 años…

La joven sentada a su izquierda soltó una exclamación de sorpresa ante eso.

― No creí que se conocieran antes del ataque… ― Admitió. “Quizá fue suerte”, le respondió Dawn, y Annette hizo una mueca de desacuerdo. ― Quizá la parte de que hayan terminado fuera de Portual. Quiero decir, primero fue encontrarse dentro de esa lata de Remoraids, después fue encontrarse vivos y después que no hayan querido matarse dentro de esa locura…

Dawn notó que Annette no tenía mucha idea de cómo eran las cosas en Portual. Sí, había muchísima gente, pero increíblemente no estaban arrumbados. Había gente en las calles, pero números moderados. La mayoría de las personas se habían refugiado con más personas, pues aún veían por un bienestar común y no era una arena donde se mataban por algo de comida. Si Petrel hubiese querido eso, nunca les habría dado sábanas o frascos, sino comida.

― ¿Alguien te ha hablado de Portual?

― No, pero en donde vivimos hay una biblioteca con muchos libros que hablan de las ciudades actuales. Las revistas que escribe Petrel, de hecho. ― Dawn había oído a Ash mencionar algo de eso, pero como nunca fue agente no pudo ver ninguna. ― Allí hay gráficas que dicen los índices de mortalidad, y aunque Portual no fue la peor masacre, fue en la que más gente ha muerto.

Se sintió por un momento como una mujer mucho mayor que la joven con quien compartía lugar junto al fuego, pero decidió tragarse eso y pensar que era como si aconsejara a una Coordinadora novata.

― Déjame platicarte cómo eran las cosas allí…

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No, aquí está el capítulo. También, a manera de dato, la mayoría de los capítulos del tercer arco son más cortos que los del segundo y primer arco. Algunos son más largos, pero en sí la primera parte la considero 'lectura ligera'.

Sin mucho más que comentar, les agradezco de nuevo la oportunidad que le han dado a Spies. No he terminado los otros capítulos, así que a actualización seguirá siendo quincenal por ahora.

De nuevo, gracias por leer!

Later. ~

 

XVI

“…Me hubiera gustado ser panadero…”.

Pensó.

“Sí, panadero”.

Quizá era una de las tantas cosas además de los pokémon que le llamaban la atención. No específicamente el pan, sino la comida en general.

No era tampoco que fuese glotón. De hecho, comía relativamente poco para su peso. En algún momento llegó a suponer que no le daba ya tanta hambre porque ya no necesitaba crecer. Hacía mucho tiempo eso dejó de ser una necesidad para su desarrollo, aunque ahora era más para su salud.

Lo del pan le llamaba la atención porque tuvo fuertes influencias referentes a la comida cuando era un niño. Viajando por allí, y probando todo lo que podía por sus acompañantes en aquellos felices y casi estúpidos días.

Ya había superado el hecho de que todo era diferente. Igual, era quizá una de las personas más inteligentes en el mundo en ese momento porque sabía lo que pasaba en todo el mundo. Quizá ese saber hacía que viera las cosas de manera más fría. Al menos sabía sobre la parte habitada. Aunque si quisiese ir a investigar qué era del mundo en la otra parte, quizá podía sin tantos problemas.

Sabía defenderse, ubicarse y alimentarse; sabía sobrevivir, básicamente. No era por presumir, pero dudaba que muchas personas pudieran hacerle frente. Inclusive se tenía confianza contra un pokémon salvaje, viejo o joven.

Para bien o para mal, una de las personas que podían hacerle frente e inclusive hacerle daño vivía con él. Era una manera de decirlo, dado que compartía techo con muchas personas más. Todas las personas junto a él eran su familia, aunque algunas más que otras. Ella entraba en la categoría 'más que otras'. ¿Quizá la veía como una hermana menor? No podría saberlo a ciencia cierta porque él mismo no tuvo hermanos o hermanas menores. Y cuando niño consideraba a muchas personas como sus hermanos mayores por una u otra razón.

― ¿Tan interesante es la niebla hoy? ― Le preguntó la joven en quien justamente pensaba. Nunca le había preguntado su edad por dos motivos: Uno, porque seguramente iba a ser golpeado por preguntar, y dos, porque no quería ser golpeado por preguntar. Tenía una ligera idea, aún así.

― La misma de siempre. ― Contestó algo secamente.

― Pregunto porque llevas como 2 horas pegado a la ventana. ― Recibió de respuesta. Notó que había un quedo de preocupación en su voz. Últimamente la escuchaba algo preocupada. Y era muy difícil notar esas cosas.

Pero él estuvo con ella toda su tardía niñez, adolescencia y quizá la acompañaría el resto de sus pequeñas vidas.

Quitó la mirada del paisaje nunca cambiante y solo miró a los fríos ojos de su compañera de vida. Bueno, no estaban casados ni nada por el estilo. De hecho, si no fuera porque tenía senos, la vería como un hombre más. O un amigo, en ese caso. Tan solo no podía verla como mujer por motivos que muchas veces intentó deducir.

Recordaba con algo de gracia lo llorona que era cuando pequeña. Pensó entonces en ello y trató de adivinar cuándo fue la última vez que derramó una lágrima.

Creyó recordar que la última vez que soltó alguna fue luego de ser liberada. Especialmente por el precio que tuvo que pagar. Uno más o menos similar que él pagó por volver a tener una familia. Ambos perdieron mucho ese día, y a veces hubiese deseado tener el mismo destino que ella. De alguna manera, y parte de la razón porque pensaba que la veía como una hermanita, sentía la necesidad de protegerla. La había visto llorar muchas veces cuando niña, pero aquel día, verla romperse de esa manera siendo ya una mujer, fue muy diferente. Una sensación muy pesada.

Le dio algo de tristeza y de miedo que pudiese romperse de la misma manera, y le dio miedo en particular porque quizá volvería a llorar así si él se fuese. Aunque ella jamás se lo diría, a veces sentía que ella trataba de remplazar a su difunto hermano con él, de la misma manera que él trataba olvidar a su hermana con ella.

No iba a permitirse ser el culpable de alguna lágrima.

― ¿Qué?

―… Iré a entrenar.

Él mismo tenía sus dudas de sí mismo, sin embargo.

¿En qué momento comenzó a tener un ritmo propio, para comenzar? Regularmente podía mantener conversaciones por un buen rato con personas de diferentes edades, orígenes y profesiones. Ahora solo anunciaba una de las cosas que tenía en mente y muy seguidamente era algo totalmente fuera del contexto de sus conversaciones. Como en ese momento. ¿Cómo pasó de la niebla a su entrenamiento?

…Bueno, eso en realidad tenía muchísimo qué ver. Le dio algo de esperanza en sí mismo que no fuera tan incoherente, al menos. Aunque, si fuese tan incoherente como a veces creía ser, no lo tendrían como instructor...

Escuchó un suspiro junto a él y entonces comenzó a caminar en dirección al patio trasero del inmueble, a donde habían improvisado un campo de entrenamiento.

Notó sin sorpresa que su acompañante lo seguía. Para “ser” tan fría, en realidad detestaba estar sola.

En el campo, aprovechando la presencia extra, fue a la zona con barra más alta.

Corriendo, dio dos pasos sobre uno de los pilares firmemente plantados en el suelo y luego saltó hasta alcanzar la barra. Con el mismo momento, se impulsó para quedar ‘parado de manos’ sobre la barra, y luego se dejó caer para que sus piernas sujetaran su peso con la barra, quedando de cabeza. Su acompañante imitó solo el principio, corriendo e impulsándose con el pilar, pero en lugar de saltar hacia la barra, dio una ágil voltereta mortal para que él la tomara de los tobillos, quedando los dos de cabeza. Esa barra medía alrededor de 3 metros y medio, por lo que tenían bastante espacio para esas maniobras.

Entonces, con una sorprendente facilidad para el que no los hubiera visto entrenar antes, comenzaron a ejercitar sus abdómenes simultáneamente. Ella llevaba su rostro hasta casi tocar sus rodillas solo con su fuerza abdominal y él lograba un ángulo prácticamente recto con sus piernas mientras la sostenía.

Después, él comenzó a trabajar sus brazos levantándola en la misma posición mientras su compañera boxeaba para trabajar sus costados. Luego, él la columpió hasta quedar sobre la barra, se sentó sobre la misma aprovechando el momento generado y cambió sus piernas por sus brazos para mantenerse suspendido. Cual atleta olímpico, ella comenzó a hacer diversos movimientos para estirar su cuerpo y trabajar para fuerza, mientras él crudamente trabajó sus músculos al levantar su propio peso de diferentes maneras.

Sus entrenamientos para piernas eran aún más duros. Quizá porque eran una mezcla de ejercicios con levantamiento y yoga al mismo tiempo.

Para ellos, sin embargo, no era particularmente complicado. Luego de 13 años con esa clase de ejercicios, eran más bien calentamiento que hacían por costumbre.

Tras su ejercicio, fueron a una zona alejada, donde sacaron dos armas diferentes cada uno para practicar su puntería.

Ella practicó primero con un arma pequeña en forma de escuadra. La usaba con una sola mano disparando a una diana colocada a unos 50 metros. Con la otra maniobraba un cuchillo sin mango. Cuando la munición de su arma de proyectiles se terminaba, recargaba dicha arma con su sola mano derecha y con el izquierdo lanzaba el cuchillo, teniendo mejor puntería así. Mientras ella trabajaba en eso, él tomó una versión muchísimo más larga, con un catalejo graduado que le permitía apuntar. Su objetivo también eran dianas, pero dispersas a más de 300 metros. Tenía que calcular la velocidad del viento, así como su dirección, el empuje de su arma y el peso de su proyectil para dar en el centro. Aunque ya era algo sencillo para él con su experiencia. Daba tiro tras tiro en esa arma que tenía que recargar por cada ruidoso disparo.

Luego, cambiaron de armas. Ella tomó una similar a su primera arma, pero más larga, con culata extensible y con el cargador al frente, que usaba para sostener el arma en su disparo automático, lo que generaba más retroceso. Lanzaba ráfagas en diferentes dianas frente a ella, desde 30 metros hasta 150, teniendo una puntería envidiable y un control casi aterrador de su arma. Sabía perfectamente en qué momento se quedaría sin munición y podía recargar para que el ritmo de sus ráfagas fuese casi contínuo. Mientras tanto, él usaba otra arma larga, relativamente similar a la anterior. Usaba también una munición distinta, con un casquillo cilíndrico y grueso, que contenía fragmentos de balas rotas y pólvora. Cargaba por la munición por debajodel bajo del cañón, frente al gatillo, y para preparar el disparo "bombeaba" con el guardamanos a lo largo del cañón. Debía hacer eso en cada disparo, lo que hacía su acción lenta, pero los múltiples agujeros dispersos en sus objetivos daban a entender que era un precio razonable para el poder de su arma. A mayor distancia, mayor dispersión, lo que la hacía opuesta a su anterior arma.

Ella estaba practicando a medio alcance y él a corto y largo. Sus armas también tenían detalles de madera. Esto no por estética, sino por aprovechar sus recursos inmediatos y destinar el acero reciclado a otras cosas... Aunque, sí, eran más bonitas con madera. Ambas armas que él usó solo usaban acero en sus mecanismos.

Terminada su munición designada para esa sesión, regresaron las armas a su escondite y luego ellos regresaron a su hogar compartido.

Entrando en el inmueble, saludaban a varias personas con las que se cruzaban ya sea con un gesto o con un simple “hola”.

Fueron a comer.

Fueron a leer algo.

Y terminada su lectura, regresaron al comedor por algo ligero antes de subir varios pisos para ir a dormir.

― ¿La revisaste hoy? ― Le preguntó él a su compañera.

― Por la mañana. ― Respondió con simpleza. ― Está bien.

― Gracias.

Y la plática volvió a callar.

― Escuché que va a llegar alguien.

― ¿Civil?

― Sí. Dos.

―… Ya veo.

Hacía años que no llegaba nadie. El grupo que llegó con ella fue el último en llegar. Él fue liberado primero y por eso pudieron liberarla a ella, porque él tenía mucha información qué compartir.

Le causaba algo de interés que llegara alguien. Mentalmente esperaba que fuesen mujeres dada la baja población de féminas en el lugar. Quizá incluso podría encontrar a alguien interesante.

― Será bueno conocer a alguien nuevo…

Su compañera lo miró entendiendo el significado de sus palabras. Le dio algo de miedo, pero rápidamente se tranquilizó. Después de todo, ella ha estado con él desde hacía mucho. Si se llegara a fijar en alguien, seguramente sería en ella.

―… No es que me importe. ― Dijo ella al final. Complementando su pensamiento y la conversación en una única y conveniente frase.

Y de nuevo, quedaron en silencio.

Quizá esas personas llegaran al día siguiente. O al siguiente de ese. O al siguiente mes. O quizá murieran de alguna enfermedad en el camino.

…Probablemente esa última no, dado que venían con algunos de sus compañeros. Gente que él mismo entrenó para sobrevivir. Además de que iban armados. Porque realmente era imposible que alguien que no conociera su ubicación en ese bosque pudiera encontrarlos. Aparte de que si ellos sabían que más personas iban a llegar era porque obviamente algunos de los suyos los estaban escoltando.

Aunque sí que se preguntaba quiénes serían esas personas.

Es decir, ¿para qué eran las listas, en primer lugar? Nadie les aseguraba que alguno de tantos personajes de ese montón de papeles podría ser ahora un Rocket. Él lo fue y estuvo igualmente en esas listas. Su compañera también lo fue.

¿Eran para mantener un control? O eran solamente un montón de nombres que se pensaron que aceptarían formar parte de esa microsociedad encerrada en ese edificio autosustentable y seguro. Quizá preguntaría después de eso.

​

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Personajes nuevos. ~ Place your bets. Aunque siento que hay muchísima información en este capítulo para adivinar rápidamente quién es este nuevo par.

...Tenía un montón de cosas qué decir, y las olvidé mientras editaba esto.

Sobre las armas... en realidad no pensé en ningunas en particular. Así que me iré a revisar algunas listas y vuelvo en un rato.

*15 min después*

Sha.

Para el rifle de precisión, imaginen el fusil Gras mle de 1874:


la mira para esta arma... pues, para esa época, por el tema del retroceso y todo esto, no era práctico usar una. Las armas del Team Rocket usan 9x19mm JHP (O de "cabeza hueca"), pero esta nueva facción es un poco más ingeniosa... Hablaré sobre esto más adelante. La mira, retomando, puede ser imaginada como esta:

Malcolm 2.5X M82G2:


y para la escopeta, la clásica Winchester 1897:



Sobre la munición, me permitiré hablar aquí porque, de hecho, no se toca esto en Spies. Repito, el TR usa 9x19mm JHP, mientras que esta nueva facción (Quien recuerde de algún juego o película, sabrá que las armas que describí en el capítulo anterior también son 9x19mm) diseñó sus armas para usar munición Rocket y munición que ellos mismos fabrican. Esto, ¿cómo es? Bueno, como dato histórico, recordemos que una de las armas más populares (O infames) de la historia es la MP40 alemana, que usaba justamente el calibre 9mm. En esa época, esta bala fue pionera y muy práctica, y además venía de una modificación a la bala 7.65mm (No 7.62), también alemana. Bajo esta lógica, podemos decir que el TR de Spies es algo como la Alemania Nazi. Durante esas épocas de guerra, no había estándares sobre la munición (Como hoy en día, que habrá unos 10 tipos de bala estándar). Por lo tanto, era relativamente cosa de casa país el usar cierta munición. Rescato el ejemplo de EUA aquí también, que siempre han estado allí en cuanto a armamento, y en particular por su amplia imaginación para usar balas. Hay muchas armas de calibre 9mm americanas, pero si nos quedamos en la época de la MP40, recordaremos a otra infame arma: El subfusil Thompson. Durante la WWII, la pistola americana era una Colt (No recuerdo el modelo exacto, creo p1911). Y algo en común de estas armas, en particular del subfusil, es que usan el mismo cartucho: .45 acp. No obstante, el subfusil Thompson también llegó a usar el calibre 9mm... y el famoso 7.62mm... Esto, ¿qué quiere decir?, que fue uno de los subfusiles más versátiles, pues de hecho se invirtió en esas variantes por lo práctico y barato que era.
Mi idea con esta nueva facción, es que son los que tienen ese ingenio. Por lo tanto, queridos lectores, les comparto el 'dato' de que las armas de estos nuevos personajes funcionan con su munición propia, justamente el .45 acp. ¿Recuerdan el tema de que una munición estaba hecha para matar y otra para detener? Bueno, si te dispararan en una pierna con una 9mm JHP y una .45 acp, ambas te detendrían, pero la 9mm te arrancaría un pedazo de músculo.

¿En serio? ¿En qué lengua? Y... casualmente, mi nick de hecho tiene que ver con la mala suerte. Literal y figurativamente, de hecho. 'Jetto' es una mala traducción al japonés de cierto "adjetivo" que ya una vez me regañaron aquí por usar para describir a cierto personaje. El punto es que, de no ser por el cometa que mató a los dinosaurios, no tendríamos esa piedra. De alguna manera, es una joya nacida a partir de la suerte. Con esa idea, una persona muy especial para mí me dio ese apodo hace ya como 8 años.

Y bueno, sin más que añadir, espero que tengan un excelente día. Como siempre, muchas gracias por la oportunidad que le dan a Spies!

Gracias por leer!

Later. ~

 

XVII​

Annette era en realidad muy linda.

Dawn pasaba mayormente el tiempo platicando con ella, mientras Ash y Guy caminaban detrás de ellas y Steve guiaba el camino.

Platicaban de cualquier cosa. Más o menos poniéndose al tanto de todo lo que la otra tenía qué saber de cómo eran las cosas dentro y fuera de una ciudad, y cómo eran las cosas dentro y fuera del famoso edificio al que se dirigían.

De hecho, le preguntó qué hacían cuando los encontraron.

Resultaba ser que en realidad ellos se dirigían al lago a revisar sus niveles de cosas que en su momento Dawn no entendió pero que supo adivinar que eran básicamente para comprobar el estado del agua. En otras palabras: iban a ver el lago.

Si se encontraron con los Rocket en el camino era algo que fue meramente una coincidencia, pero aparentemente también ellos los iban a ver. Así que de cualquier manera habría un tiroteo.

Obviamente prefirieron ellos dar el primer disparo, y por eso plantaron la ‘cosa’ que volteó el camión.

Annette le explicó que era una “Bomba magnética”, que alteró el campo magnético y la polaridad de los materiales del camión con una parte del dispositivo, mientras que otra parte, la principal, cambió la polaridad de una zona del ambiente violentamente.

Explicándolo más a detalle, lo que hizo la parte principal fue primero polarizar el camión positivamente, al menos la mitad. La otra parte polarizó el camión negativamente. De nuevo con el dispositivo principal, y por las leyes de la inducción, este dispositivo quedó cargado negativamente como resultado de la polarización, pero violentamente cambió su polo a positivo. Entonces, como polos iguales se repelen, logró que la energía generada por el peso del camión se disparara hacia arriba, aunado a la fuerza gravitatoria que también fue invertida, logrando así que una fuerza dos veces mayor que el peso del camión lo impulsara hacia arriba. Pero esa fue una mitad del vehículo, y puesto que la otra mitad estaba polarizada a la inversa, entonces fue atraída por el súbito cambio de polaridad. De esa manera, una mitad fue impulsada hacia arriba, mientras la otra se vio atraída hacia el dispositivo principal, volteando el camión sin realmente dañarlo.

Era una idea sumamente extraña y no tenía idea de cómo funcionaba en realidad, pues no le parecía que la tecnología fuera capaz de afectar incluso el campo de la tierra en un ambiente no controlado.

Quien fuera el diseñador de ese aparato era un seguro genio.

De acuerdo a Annette, lo era. Era un sujeto tranquilo y pensativo, pero sumamente amable con cualquier chica menor que él. No era del tipo mujeriego y tampoco era mal tipo con otros varones, pero simplemente era más gentil hasta con su manera de mirar a las jóvenes. También de boca de la chica escuchó que no era ‘mal partido’ y que por ello muchas jóvenes trataban de impresionarlo para ganarse algo de su tiempo solo para ellas, pero ninguna lo logró, incluyéndose. Solamente su actual ‘líder’ cuyo nombre desconocía ―pues era muy probable que no lo conociera, así como a este ‘genio’― sabía que todo el trabajo que hacía lo hacía con una chica en mente, que aparentemente estuvo en algún centro de los Rocket. Ambos temían que fuera esclava, pero aparentemente fue entrenada.

“Debe ser lindo… que alguien piense en ti”, fue lo que dijo la joven de mirada tranquila, sonriendo con ligera amargura mientras veía la niebla nunca cambiante del cielo.

Ash, que venía distraído platicando con Guy, no notó cuando ella lo miró.

Ella normalmente pensaba en él la mayor parte del tiempo, aunque fuese porque pensaba en realidad en el pasado y Ash era básicamente eso junto con su presente y probablemente su futuro. Y ligeramente tenía en cuenta que él también pensaba mucho en ella. En su bienestar y en su salud, principalmente. Pero no era el tipo de atención que Annette anhelaba. Al menos ella creía eso.

Era extraño hablar de cosas así con alguien más luego de todos esos años, considerando que prácticamente no tenía más amigas en el mundo. Aún cabía la pequeña esperanza de encontrarse con May, pero eran tan bajas esas chances que realmente prefería considerarla muerta, y deseaba que May igualmente la considerara así, por el bien de ambas. No creía que alguno de sus rivales estuviera vivo y su madre igualmente ya no estaba. Todos los líderes de gimnasio igualmente estaban muertos. La campeona Cynthia también, y el alto mando. Los coordinadores más famosos eran asimismo entrenadores de temer, así que seguramente habrían corrido el mismo destino. Por eso su mundo era básicamente Ash y el recuerdo de Autumn.

Pensar en la pequeña que seguía imaginando rubia le hizo recordar a los niños. Y Annette no era mayor que ella. Parecía estar en sus veintes, y aún así lo dudaba. Su rostro aún era tierno, pero su voz y porte ya no eran el de una jovencita.

― ¿Qué edad tienes? ― Preguntó más al aire, pero la pelinegra a su lado la escuchó.

―… Veintidós.

Dawn no pudo ocultar su rostro de sorpresa.

― Recuerdo muy vagamente a mis padres, ¿sabe? ― Dijo con un leve suspiro, para evitar que los varones las escucharan. ― Mi padre no tenía mucho cabello, pero no parecía muy viejo. Mi madre es la mujer más hermosa que recuerdo. Me sube mucho la autoestima saber que soy muy parecida a ella. ― Rio levemente. ―… Nosotros estábamos de vacaciones el día que todo comenzó. No recuerdo de dónde soy, pero estábamos en Kanto. En Azafrán. Salíamos de comer algo, y vimos a un señor vendiendo algodones de azúcar. Le pedí a mi papá uno… y mi mamá fue quien le dijo que estaba bien. Y fuimos los tres… Me tomaron cada uno de una mano y caminamos hacia el carrito; el señor ya estaba comenzando a hacerme mi algodón… ― Se detuvo un momento. Dawn notó que estaba recordando todo. Probablemente sintiendo el mismo miedo y la misma confusión de cuando era una pequeña. Mirando a sus padres o diciéndoles algo para que entonces todo diera vueltas… ― Mi mamá fue quien soltó primero mi mano. Luego de eso sentí que mi papá me caía encima y todo se volvió negro. Cuando desperté, estaba en una cama inmensa, de sábanas blancas, dentro de una gran bodega con reflectores blancos. El vestido rosa que tanto me gustaba había desaparecido, igual mis zapatos y toda mi demás ropa. Vi que junto a mi había muchos niños más, todos desnudos. Unos ya despiertos y otros despertando. Pero todos teníamos más o menos la misma edad. A partir de allí, un recluta nos ordenó hacer una fila de niños y otra de niñas y nos hizo avanzar hacia una puerta. A través de esa puerta se nos dio un uniforme y luego se nos dio de comer. Se nos mandó a dormir y al día siguiente comenzamos a tener clases.

―… ¿Clases?

― Sí. ― Asintió, sin verla. Inmersa en sus pensamientos. Probablemente pensó que la voz de Dawn era parte de su recuerdo. ― Se nos enseñó idioma, matemáticas, historia, ciencias básicas y se nos dio educación física. Cuando cumplí 12 o 13 años, comencé a tomar clases de física avanzada, anatomía, psicología y el entrenamiento físico se hizo mucho más intenso. Se me enseñó a caminar sin hacer ruido, a escalar muros y a correr por campos llenos de obstáculos sin detenerme. Cuando cumplí 15, se me entregó un arma y aprendí a manejarla. Luego me dieron una automática y también la aprendí… Cuando se me iba a especializar, alguien reventó un muro del centro de entrenamiento. Muchos escapamos. Seguimos a quien nos salvó, porque el más fuerte de nosotros lo siguió a él. ‘Él’ era mayor que nosotros, y era quien nos iba a adiestrar… Solo seguimos a nuestro instructor, como siempre se nos dijo que hiciésemos.

― Y quien los salvó los llevó a dónde vamos.

― Sí. ― Respondió cortamente. Pestañeó un par de veces y levantó un poco el rostro. Dawn supo que había regresado en sí. Ann suspiró suavemente para liberar tensión. ― Y desde entonces hemos estado allí. Un tiempo después regresamos al centro de entrenamiento, pero como enemigos del Team Rocket. Entramos, matamos a todos los Rocket y liberamos al resto de los niños que estaban allí. Ese día perdimos a muchos amigos. Fue una ‘Espía’.

― ¿Espía? O sea, ¿hay alguien más aparte de ustedes?

― No, no es eso. ¿Conoce de las ‘esclavas’? ― Preguntó la joven. Dawn asintió con un gesto mezclado en el rostro. ― Bueno, los niños que nacen de ellas son entrenados casi desde que aprenden a caminar. Son asesinos brutales y mentes brillantes. Son casi perfectos. A ellos se les dice ‘Elite’, porque son básicamente los mejores humanos que existen, físicamente hablando. Pero de todos los niños que capturaron y entrenaron, como yo, hay algunos sobresalientes… no como yo. ― Dijo mirando hacia otro lado. Dawn lo encontró algo gracioso. ― En todo caso, estos niños son trasladados y entrenados junto a los Elite. Allí es cuando se nota la diferencia, pues no existe ningún niño fuera de la Elite capaz de vencer a un Elite. Pero como son mejores que el resto de los niños se les asignó otro nombre. ― “Espías”, adivinó Dawn. Annette solo asintió. ― En código son “E”, igual que los Elite, pero dentro de ese código reciben otra terminación para diferenciar los unos de los otros. Técnicamente, tras especializarse, todos se convierten en Espías, pero es una población relativamente baja de cualquier modo.

― Entonces, este ‘Espía’ fue quien les dio resistencia. ¿Tuvieron que…? Ya sabes.

― ¿Matarla? No, nos habría matado a todos seguramente. ― Dawn tragó saliva. ¿Una única persona capaz de asesinar a un grupo de personas probablemente armadas? ― Hubo… un pequeño drama. Primero que nada, ese Espía es mujer… o chica, mejor dicho. Y es básicamente una de las Espías que rompe el esquema de lo que un Espía es. Un Espía es un asesino capaz de competir, pero no vencer a un Elite. Ella es un asesino capaz de competir y asesinar a cualquier Elite. De hecho, durante sus entrenamientos para Espía, había matado a varios Elites. Por eso fue tan considerada, porque de alguna manera estaba ‘purgando’ a la Elite de los menos capaces. El problema con ella se dio cuando se le obligó a enfrentarse con uno de los Elites más prometedores. Si no recuerdo mal, era el cuarto o quinto más prometedor. Y en todo caso, ella lo mató. Eso le dijo al Team Rocket que era más una amenaza que una fortuna, pues su mente aún estaba en los días antes del ataque. Su manera de pensar y su manera de actuar era la de una persona normal antes de aquel día; del “Día D”. Y si la seguían entrenando, podría matar al top 10 de la Elite, quedando así sin competencia y probablemente eliminando ella con quien la siguiera al Team Rocket, o incluso aliándose con ese top 10 y rompiendo al Team Rocket desde adentro. Como acción para evitar eso, se le dejó de entrenar con la Elite y se le entrenó como a un Recluta normal. Uno de los jefes del Team Rocket la tomó entonces como su guardaespaldas personal y así llegó a Hoenn.

Annette tomó algo de aire y comenzó a mover su mandíbula. La mujer que la acompañaba rio un poco al notar que se le había cansado la mandíbula de tanto hablar. ¿Hacía cuando Annette no había hablado así de elocuentemente? ¿Hacía cuánto ella no se detenía a hablar con alguien de su mismo sexo?

― Dejemos la charla para más adelante, ¿ok? ― Le sugirió Dawn, colocando suavemente una de sus manos en su hombro. Annette se sonrojó un poco y asintió con una sonrisa abochornada.

Sí, sin duda era linda.

Steve, más adelante, se detuvo un poco en un árbol y el grupo se detuvo junto a él.

― ¿Hora? ― Pidió. Guy le respondió que faltaban unos 30 minutos para que finalmente oscureciera. ― Bien. Descansaremos aquí. Estamos a un par de días de llegar.

Dicho eso, Annette se separó de ella y fue con Guy a formar las tiendas mientras Steve se encargaba del fuego. Ella, por su parte, fue al lado de Ash.

― Te has vuelto buena amiga de la chica. ― Le dijo con una sonrisa. Ella solo encogió los hombros un poco en respuesta.

― Es muy fácil encariñarse con ella. Además, es muy linda.

― No me vas a decir que te gustan las-

― Tampoco es eso. ― Rio. ― Es… raro. Siento que tengo mucho qué hablar con ella, o qué enseñarle. Casi como una hermanita. ― Ash miró un momento a la chica de la que hablaban. Ciertamente era más joven que ellos, pero no tenía un aire de madurez propio de alguien con mucha experiencia en la vida. Pero estaba seguro de que habría vivido mucho de lo peor del mundo.

― ¿Qué edad tiene?

― Veintidós. ― Ash asintió como respuesta. Podría ser la hermanita menor de cualquiera de ellos.

―… Por un momento, recordé a Citron y a Eureka. ― Dawn lo miró. ― A veces tenían discusiones o no estaban de acuerdo en varias cosas, pero Serena y yo sabíamos que disfrutaban mucho su compañía. Probablemente habrían disfrutado su viaje igualmente si fuesen solo ellos dos.

― ¿Te hubiera gustado tener algún hermano?

―… Si nada de esta locura hubiera pasado, sí. ― Dijo. Miró un momento al casi oscuro cielo y suspiró luego de unos segundos. ― Quizá lo más cercano que tuve a uno habrán sido los hermanos menores de mis amigos; Eureka o Max, probablemente. O quizá directamente Brock o Cilan, aunque fuesen más bien mayores. Incluso Iris o tú habrían podido ser mis hermanitas.

― ¿Lo dices porque discutíamos?

― Sí.

Ambos se miraron unos segundos en silencio, y rieron después.

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Contenido oculto: Comentarios del autor

Edste capitu fue patdocinado pod la letda 'D' y Kleenex.

Gente, una disculpa por el retraso. Sinceramente se me olvidó que tocaba ayer, y la gripa esta no me ayuda en nada.

Es un poco de ambas cosas. En el siguiente capítulo se nota un poco mejor a qué me refiero. Pero en sí, solo tengamos en cuenta que la misma Dawn dice que pasaron unos días viajando por ellos y dando solo tres respuestas a la persona que le está tratando una herida de bala. Podrías decir que, aunque Dawn sea cerrada, no es malagradecida. De allí que no resienta lo que el TR hicieron con Autumn. Particularmente después de lo que habló con Ann en este capítulo.

Sobre el trato de Dawn a otras personas... Creo en el capítulo de la maquiladora medio hago alusión de que no tiene o tenía interés en nadie además de Ash. Su trato a personas desconocidas que considera hostiles, efectivamente, es un misterio -por el momento-.

Palabras clave. Bien visto. ~

Y sin más que comentar porque no tengo cerebro para comentar nada, me despido. Me duelen los dedos.

Gracias por leer!

Later. ~

EDIT: Oh, ya recordé un comentario: La última plática de Dawn y Ash en este capítulo la considero importante, no por su contenido, sino porque aquí se ve la verdadera relación que los dos tienen. Quizá no lo sepan ellos mismos, esto es un comentario desde la tercera persona, pero es este 'compañerismo' lo que los define. Esto es importante, y más adelante se verá por qué.