One-shot de Pokémon - Sorpresas Navideñas

No supe que otro nombre ponerle...Es para la actividad "Un santa no tan secreto". Basado en mi personaje en el rol, Drake, y su Scraggy.

Sorpresas Navideñas
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En la noche de Navidad, Scraggy estaba preocupado.

En su defensa, su naturaleza bromista le obligaba a ser realmente cruel cuando se le ocurría una buena broma. Así, había escondido la megapiedra de Emperador, y cuando el mismo le había llegado pidiendo razones, Scraggy había culpado a Drake sin pudor alguno. Emperador, con su temperamento, no tardó en enfrentarse a un muy confundido Drake, quien se vió obligado a vaciar sus bolsillos y recibir un par de golpes luego de encontrarla en sus vaqueros, donde astutamente Scraggy la había escondido sin que lo pillaran.

Más tarde, en la noche, Drake y él habían discutido sobre su personalidad, y un muy enojado Scraggy se había salido de su pokeball a las dos de la mañana a abrir todos los grifos del hotel, taponando las tuberias. El resultado había sido que Drake se pasara la madrugada secando toda la habitación, antes de que algún empleado del hotel se enterara y le subiera el costo de la noche por daños.

Obviamente, Drake se enteraba de que Scraggy era el causante de estas cosas. Solo Scraggy sería así de cruel.

Horas antes de que empezara Nochebuena, Drake estaba almorzando, y Scraggy pudo escuchar desde su pokeball como un chico hablaba de haberse desecho de su Sneasel. Segun el entrenador, el pokemon no hacía más que daños, se negaba a ser útil en combates y en ocasiones trataba de atacarlo mientras dormía. Sus palabras eran "No quería estar conmigo, se veía a kilometros. Pues bueno, ya es libre".

No fue esto lo que lo asustó. Fue la expresión de Drake, como si nunca se hubiera planteado la posibilidad, y parecía estar pensando seriamente en ello.

En las siguientes horas, su entrenador no le devolvía la mirada. Lo había mantenido encerrado en su pokeball todo el día, sin permitirle pasearse por la zona como siempre, y cuando se escapaba de la misma, su entrenador lo ignoraba, haciendo como si no existiera. Esto causó algo de revuelo entre el equipo de Drake. Incluso Emperador, que parecía soñar con matar a Scraggy cada vez que recibía una broma suya, estaba preocupado con la idea. Drake ya había liberado anteriormente a miembros de su equipo que le expresaban sus ganas de ser libres, por lo que la idea de alejarse de sus pokémon no era algo nuevo para él. Pero...¿liberaría a alguien que en el fondo no quería ser liberado?

Por si fuera poco, Drake esa tarde sacó de sus pokéball a todo su equipo y les dijo que tenían el día libre. Emperador, suponiendo lo peor, se había negado a alejarse, pues temía que Drake decidiera dejarlos a todos y empezar de cero, y Drake no pudo prohibirselo.

Los demás no tardaron en comenzar a jugar en la nieve, riendo y chillando de alegría. Scraggy solo pudo sentarse con nervios, pensando en lo que fuera que le estuviera pasando a su entrenador, y preguntandose si esa sería la última vez que estaría con sus amigos, el equipo de su entrenador.

Cuando Drake volvió, ya faltaban pocas horas para Nochebuena. Emperador no se veía por ninguna parte, lo que terminó de preocupar a Scraggy. Drake se disculpó de su tardanza y fué guardando a su equipo en sus pokeball, uno a uno. Scraggy hizo lo imposible por ponerse entre la fila, pero Drake no dejaba de ignorarlo, como si no existiera. Al final, Scraggy y Drake se encontraron solos.

"Scraggy" dijo Drake, y Scraggy notó algo de enojo en su voz. "Necesitamos un cambio".

Y Scraggy se sentó en el suelo, derrotado. Bajó la cabeza, esperando el momento en que su pokeball se bloqueara y él fuera liberado.

"Estos meses han sido una completa tortura, y sé que lo has hecho completamente apropósito. He escuchado a un hombre en el restaurante..."

Scraggy sintió lagrimas en las esquinas de sus parpados. No importaba cuanto lo intentara, no podría explicar nada, que él en realidad solo quería llamar su atención, o solamente quería que él se mostrara comprensivo. Los humanos no entendían su idioma, y eso era una clara desventaja.

Sin embargo, lo que dijo Drake a continuación fue una completa sorpresa. "...y me asusté" acabó Drake. "Porque si seguía enojandome contigo, iba a terminar pensando como él, ¿y puedes creer que liberó a uno de sus pokémon, sin preguntarle si quería ser liberado?".

Scraggy, aún confundido, se atrevió a mirarlo. ¿No iba a...?

"Estas yendo a limites incontrolables, amigo mio" dijo Drake, y se atrevió a sonreir. "No se mucho sobre tu especie, pero sé que no me odias solo porque sí. ¿Te hice algo en el tiempo en que hemos estado juntos?"

Scraggy negó con la cabeza, y lanzó una mirada de disculpa. Drake, volviendo a sorprenderlo, acarició su cabeza, cosa que no había hecho nunca. Scraggy se sintió extraño ante la muestra de afecto. "En ese caso", continuó Drake. "Solo hemos empezado con el pié izquierdo. Y he pensado que este es un buen momento para empezar de nuevo".

Buscó entre sus vaqueros, y Scraggy sintió por primera vez el gusto de estar en un equipo.

Drake sostenía en sus manos una pequeña correa, mas o menos de su tamaño. "Esta hecha con piel de Tauros" explicó. "Irrompible. Solo tenemos que ajustarla un poco..."

Extendió el cinturón entre la cintura de la lagartija, y apretó. Scraggy estaba nervioso, como si estuviera por enfrentarse a algo completamente nuevo.

"Ahora, tus manos" pidió Drake, y Scraggy alejó sus patas delanteras de la piel que siempre se había obligado a sostener.

No notó cambio alguno al soltar su piel, por primera vez en su vida. Probó a caminar, y notó que no se enredaba ni le era incomodo en ninguna forma. Sus manos se sentían más ligeras, y libres, ahora lejos de su carga.

"Feliz Navidad, Scraggy" entonó Drake. Entonces Scraggy, tratando de devolver el favor, buscó entre los pliegues de su cola, hasta hallar el objeto escondido.

"Wow", dijo Drake, al recuperar su desgastada batería de teléfono, que creyó haber perdido meses atras. Estaba golpeada, y obviamente ya no servía, pero no iba a desalentar a su compañero. "Gracias, supongo".

Scraggy se sentía renacido, y de mucho mejor humor. Pero entonces, tuvo una horrible duda, e hizo la pregunta con gestos, imitando a cierto Empoleon cascarrabias.

"Ah, él" soltó Drake. "Sí. Me vió comprando tu regalo, en la tienda que Mizz me recomendó hace una semana para accesorios pokémon. Tuve que comprarle una bufanda para que se calmara, y no quise que se pusiera de cotilla, por lo que lo guardé antes de venir". Scraggy rió, y tocó los bordes de su cinturón, animado.

"Quedamos con los otros en media hora" recordó Drake. "Vamonos". Y caminó hacia el centro de la ciudad.

Scraggy se le quedó mirando, hasta que empezó a perderlo de vista. Entonces sonrió, como pocas veces en su vida, y lo siguió.