One-shot (Songfic) Nadie dijo que fuese fácil

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por MrJake, 24 Diciembre 2016.

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    MrJake

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    Escritor
    Título:
    (Songfic) Nadie dijo que fuese fácil
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1257
    Título: Nadie dijo que fuese fácil
    Fandom: Pokémon Rol Championship
    Palabras: 1121
    Personajes: ???
    Summary: A veces, por muy difícil que sea algo, seguimos perseverando para lograrlo. Después de todo, nadie dijo que fuese fácil.
    Advertencias: Recomiendo que si no se entiende la letra de la canción de oídas (al fin y al cabo, está en inglés), se mire una traducción de ésta primero para saber lo que dice la letra de la canción, porque el fic sigue prácticamente paso a paso casi todas las estrofas de la letra, aunque no literalmente.

    La canción utilizada es The Scientist, de Coldplay. Simplemente porque es jodidamente perfecta en cuanto a letra para este fic y para la situación que narro en él.
    Aquí la canción:


    Subió, poco a poco, las escaleras. Cada día lo hacía, siempre que podía, una o incluso más veces al día. Subía las largas escaleras, se sentaba en la silla, y miraba al frente. A lo que tenía frente a él. El frío recorría cada uno de sus músculos, huesos, y se erizaba el vello de su cuerpo cuando entraba a esa sala, no sólo por la bajísima temperatura, sino por la sensación que todo lo que allí había le provocaba.

    De modo que, sentado en su silla, miraba directamente a los ojos que tenía frente a sí. Cómo deseaba que esos ojos pudiesen mirarlo a él, una vez más. De momento, todo lo que tenía de ella era aquel lugar. Nada más que eso.

    Y, como en cada visita, hablaba con ella, aunque supiese que ella ya no estaba. Quizá en lo más profundo de su mente seguía viviendo.

    —Hola. He venido a verte, ¿cómo estás hoy, pequeña? Las cosas siguen igual que siempre hoy, no voy a mentirte. Pero no te preocupes, princesa. Sólo dame tiempo, ¿sí?

    Las lágrimas empañaban su rostro, y no pudo hacer más que agacharlo. Sentía como si los ojos verdaderamente le mirasen. Y se sentía tremendamente culpable.

    —Lo siento. Te echo de menos, pequeña. Muchísimo de menos. Perdóname por no protegerte. Perdóname por no estar ahí… no tienes idea de cuánto te echo de menos. Eras todo lo que tenía, y no te imaginas cuánto, cuantísimo te quería. Espero que al menos, allá donde estés, recuerdes que te quería, que nunca dejé de quererte, ¿vale, mi niña? No estés triste… tú no tienes la culpa de nada.

    Creyó que el aire frío le hablaba. A veces le parecía oír su voz, aunque él sabía que no era más que el palpitante deseo que tenía de escuchar su voz. Que, en realidad, ella no estaba ahí para hablarle.

    —Eras tan buena. Tan dulce. ¿Por qué… por qué tuvo que… pasar aquello?

    Los sollozos se le atragantaban conforme ascendían, impidiéndole casi hablar. Las gotas de agua casi salada que emanaban de sus lagrimales resbalaban hasta caer en sus labios, y él seguía sin atreverse a alzar la cabeza.

    La culpa le atormentaba.

    La culpa y la soledad.

    —Necesito volver a verte. Lo necesito de verdad. Volver a tenerte aquí conmigo, para… para… para poder decirte a la cara cuánto lo siento y cuánto te quiero. ¡Sí, sé que no soy capaz de mirarte a la cara ni siquiera en esta situación, pero… reuniría el valor si estuvieses aquí de verdad!

    Recordó su sonrisa. Al fin y al cabo, estaba plasmada por toda la eternidad frente a él, en aquella sala, pero ahora mismo, en esos instantes, no era capaz de mirarla. Aun así, no le hacía falta, porque la podría dibujar con los ojos cerrados, cada contorno de su cara, cada matiz de su expresión feliz y despreocupada.

    Ella no tenía culpa de nada. Ella era la única que no tenía culpa de nada. Porque la culpa, principalmente, era suya. Y sólo suya.

    Ese pensamiento le atormentaba tremendamente. Terriblemente. Si tan sólo pudiese volver atrás, y poder volverla a ver… pedirle disculpas y protegerla, esa vez sí, esa vez de verdad. No sucedería lo mismo una vez más. Ella seguiría a su lado, agarraría su mano, y él podría sentir la calidez de sus abrazos y la bondad de sus palabras. Él tan sólo quería poder volver a estar con ella, poder volver a hablar con ella, al menos recibiendo una respuesta. Estaba cansado de hablarle a la nada.

    Él sólo quería que todo fuese como antes. Era consciente de que su vida estaba completamente estancada, y de que, si seguía así, no haría más que dar vueltas y más vueltas en círculos, sin salir nunca de la trayectoria, obcecado con el mismo pensamiento.

    Tan sólo volver atrás. Tan sólo eso. ¿Por qué era tan… complicado? ¿Por qué era imposible? ¿Por qué? ¿Por qué las leyes de la naturaleza tenían que ser tan crueles?

    Alzó la cabeza, y, con su rostro empalidecido y tiritando, la miró a los ojos, mientras se abrazaba a sí mismo. Él mismo notaba cuánto temblaba, él mismo era consciente de lo deprimente que era su estado. Él mismo sabía que estaba completamente acabado, acabado sin ella.

    —Princesa, nadie dijo que fuese fácil, ¿sabes? De hecho, no lo es. Es casi imposible. Pero quiero que sepas, cariño, que haré todo cuanto esté en mi mano, haré todo lo que pueda para que volvamos al principio. Para que los dos podamos volver a reírnos juntos, a pasear juntos y a abrazarnos. Lo haré, lo haré mientras quede el más mínimo halo de esperanza, ¿vale? ¿Me esperarás? ¿Tendrás paciencia, un poco más de paciencia?

    Había pensado en qué podría hacer. Muchísimo tiempo dedicó a tratar de buscar una forma de conseguir lograr lo imposible. Días, y días y días de investigación exhaustiva, de lectura de libros, de charlas con uno y otro experto. Todo el mundo y todas las fuentes coincidían en la imposibilidad científica de lograr algo como lo que él pretendía.

    Aun así, la tenue llama que ardía dentro de su corazón le impedía aceptarlo. Le impedía aceptar todas esas pruebas y todos esos testimonios. Porque, al fin y al cabo, era esa pequeña llama lo único que lo mantenía atado a la vida. Lo único por lo que seguía en pie.

    Y sus labios se notaban ya hinchados y estaban amoratados cuando pronunció nuevas palabras:

    —Lo lograré, pequeña. Lograré que vuelvas. Podré decirte cuanto te quiero. ¿Tú… tú aún me quieres? ¿Verdad que aún lo haces? ¿Sí, verdad?

    Comenzaba a marearse. Aun así, siguió mirando al frente, esta vez sin bajar la mirada, ajeno al malestar de su cuerpo. Era casi como si esperase una respuesta. De hecho, era cierto que la esperaba, y ni siquiera se planteó que era imposible que la recibiese. Aunque… él no creía en lo imposible. No podía creer en lo imposible; no quería creer en ello, más bien.

    —Lo lograré. Volveremos al comienzo, volveremos a estar como antes. Pero necesito… necesito saber que me quieres. Que aún me quieres, princesa. Dímelo, por favor.

    No hubo respuesta, pero, aun así, él creyó oírla. Y creyó oírla llorar.

    Justo entonces la vista se le nubló. Una vez más tendrían que sacarlo de allí, cuando lo encontrasen inconsciente. No era la primera ni la última vez que le sucedía algo así, pero a él le daba igual. Ella le había dicho que le quería, pero estaba llorando. Y las lágrimas heladas resbalaron una vez más por su mejilla, mientras la miraba a los ojos. Antes de desplomarse, alcanzó a decirle:

    —N-No llores, cariño. Nadie… nadie dijo que fuese fácil.
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    Well, now this hits different (???

    Omg, sinceramente, ahora que sí me entero del lore del rol y esas cosas, debería ponerme a leer más cosas que hayas publicado para sufrir (?) no, para disfrutar de tus escritos entiendo de que van uwu

    Y well, esto ha sido super sad, tbh, sobre todo cuando escuchas la canción y idk, todo se siente tan triste, pobrecito Irvine :(( En realidad su situación es muy jodida y saber que estuvo haciendo lo que aquí dices prácticamente todos los días pues uno se compadece mucho de su situación. También yo creo que llegó un punto en el que no estaba en este mundo, osea, que tú lees el final de este fic y dices: chico, visita un psicólogo o algo. Los Holders pueden recomendarle alguno, que seguro ellos van a menudo a terapia (?)

    Pero bueno, ha sido un relato muy triste pero muy bonito también. Como siempre, haces cosas preciosas <3 Es genial porque esto quien lo leyese en su momento o si lo lee alguien sin saber muy bien la historia del rol, no sabe realmente lo que está pasando pero aun así logras transmitir el mensaje y idk, creo que eso es genial. Una vez sabes de qué trata es aun peor :D

    But well, tampoco quiero decir demasiado en mi comentario, di no a los spoilers JUST IN CASE (?? Pero bueno, en definitiva, me ha gustado mucho, como todo lo que haces y que sigas escribiendo así de genial uwu
     
    • Fangirl Fangirl x 1

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