Y por aquí vuelvo yo, tanto tiempo sin escribir y con un título cliché, pero qué le hacemos :I Me inspiré en esa frase para escribir esto, sencillo, intentando volver a la escritura. Son aquellas cosas que más amamos, las que nos destruyen Las manos le temblaron considerablemente cuando agarró la almohada y la presionó contra el rostro de su esposo pálido y huesudo. Le sintió removerse, dando patadas, queriendo quitar aquello que le estaba robando el aire, pero ella sabía que él carecía de fuerzas. Así que apretó con más fuerzas, con el corazón en la garganta y los ojos húmedos y, cuando su esposo dejó de moverse, las lágrimas bajaron por sus mejillas. Se colocó de pie, sollozando, mientras con manos torpes vertía por todo el lugar aquel líquido de apariencia amarillenta. Lo roció sobre su esposo, las sábanas, la alfombra, los muebles… Sobre ella misma, sobre todo el amor que le tenía. Y, con el corazón desbocado, prendió un fósforo y lo dejó caer al suelo.
Bueno, me hago la vaga idea de que quizás se trataba de un enfermo y ella aunque lo amaba no era el tipo de vida que quería seguir llevando, pero aún así no me termina de gustar. Lo siento vacío, sin razón de ser a pesar de que se encuentra con expresiones dignas de todo mártir. No me gustó el título tampoco, puede que la relación que tenga con el escrito sea grande, pero aún así siento que algo falta. Sin embargo aunque no es de mi total agrado, no considero que sea un mal escrito, quizás sólo soy yo que no logro apreciar su esencia, pero eso a cualquiera puede pasarle. Qué bueno que estés publicando nuevamente. Saludos.