Microrrelato Solo quería comer..

Pasaban los años en esta prisión, con seguridad y dolor, a cada momento se veían entre si los demás, no resistían en tratar de escapar, yo, en cambio, tenia un plan, pero era difícil, cada día de la primera semana de este agosto, platicaba el plan con los mas cercanos a mi celda.

Cuando llego la noche, comenzamos a repasar lo planeado

—Bien muchachos.. ¿Quien consiguió las llaves?—Susurre entre los tres que estaban cerca de mi celda.

—Yo las tengo..—Menciono una voz algo gruñona, y las mostró un poco.

—Dámelas, amigo.—Pidió una voz algo enojada, al lado de mi celda.

—No hablen tan fuerte...—Repliqué tratando que no nos descubrieran.

El resto hizo silencio al darse cuenta que paso el oficial, y quien tenia las llaves las escondió.

—...—Suspiro el policía.

Cuando se marcho, quien tenia las llaves, de cabello rapado y negro, abrió con rapidez las celdas de sus amigos, y comenzaron a escabullirse a la cocina.

Cuando llegaron, quedaron maravillados todos

—Ya.. Tomen todo...—susurré, y todos abrieron el refrigerador y comenzaron a comer, cuando arriba de el encontré un arma...—Oigan miren...Un revolver...—

—Oye... Guárdala para escapar...—Dijo otro de los 4 del grupo.

Cuando el policía regreso, se escucharon pasos en la cocina, y yo dispare a la puerta, cuando tratamos de escapar, las puertas estaban con seguro, y el oficial llamo refuerzos, con el arma apuntando a los fugados.

—Unidad A23, necesito refuerzos, repito, refuerzos..—Llamo por el comunicador el policía.

Cuando todo termino, los 4 fuimos llevados a máxima seguridad, y todo era por comida...

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Nos leemos.