sol naciente (ness&jake)

Tema en 'Fanfics abandonados sobre Libros' iniciado por selenita, 4 Abril 2011.

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    selenita

    selenita Iniciado

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    sol naciente (ness&jake)
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    Después de la tormenta… parte II
    O es que la tormenta solo ha comenzado?
    Era el mismo claro pero ya no había ninguna batalla, de hecho ya no había nadie y la neblina se había apoderado del lugar, solo se veía el fuego al fondo, olía sangre, sentía a la muerte, mi cuerpo pesaba me faltaba algo, camine hacia el claro no sabía exactamente donde pisaba trataba de no caerme, choque con algo y baja mi vista, mi corazón dolió al encontrarme con el cuerpo de Jake, no supe cuando mis rodillas cayeron, me recosté él en pecho de Jake para encontrar alguna señal de vida pero su corazón ya no latía, mire alrededor estaba rabeada de cuerpos, la manada entera había caído, habían cosas que sabían que pertenecían a mi familia, el medallón de Rosalie, el anillos de mi abuelo, la pulsera de mi abuela… comencé a llorar, me recline en el pecho de Jake, no había nadie para consolarme estaba sola, mi familia ya no estaba, Jake ya no estaba, estaría sola siempre, sin consuelo alguno, sin Jacob Black.
    Sentí que unas manos frías tocaban mi espalda
    -Renesmee- esa voz me era familiar, la había escuchado en sueños, subí mi cabeza y me encontré con un vampiro, era guapo, no guapo no, hermoso y su mirada era cálida, se arrodillo a mi lado y me abrase a él, me acogió con cariño, me hizo sentir un poco mejor, por lo menos lo tenía a él.
    -tenemos que irnos- me dio un beso en la frente, mientras trataba de consolarme -están cerca- me separa de él y mire a Jake, le di un beso en los labios, me estremeció lo frio que estaba, Jake siempre había sido tan cálido, me ayudo a parame y camine abrazada a él, no quería que me soltara, era lo único que tenia.
    -qué lindo, miren a quien tenemos aquí- me encontré con unos ojos grises, inmediatamente el vampiro que estaba a mi lado me oculto detrás de él y se puso en posición de ataque.
    -los traidores- dijo una voz infantil que provenía de una figura con una capa negra, cuando estuvo lo suficientemente cerca pude ver su rostro, era Jane.
    -dejen la ir, ella no tiene nada que ver con esto, yo fui el que planee todo, hagan conmigo lo que quieran- me agarro más duro
    -me temo que eso no es posible, ella me pertenece- se tenso mas al oír eso -pero disfrutare destruyéndote- su sonrisa diabólica me estremeció -ella será mía-
    -sobre mis cenizas- de repente sentí que en mis venas había fuego, quemaba, dolía, pero no era mayor al dolor que tenía en mi pecho, caí al suelo y a lo lejos escuchaba los sonidos de la pela, cuando deje de sentir el dolor, vi a Adrian a mi lado
    -Todo lo que hiciste para escapar y ahora estas sola, nadie te va a defender, nadie te va ayudar y serás mía por toda la eternidad- Dijo mientras caía en la prisión de sus ojos, otra vez.
    -No- desperté jadeando, tenía en corazón a mil, las lágrimas corrían por mi cara, la respiración estaba agitada, y estaba sudando, era el peor sueño que había tenido en mi vida, me senté al borde de la cama, suspire varias veces abrí la ventana y tome el aire, no estaba funcionando, seguía nerviosa yo no podía concebir a Jake muerto, ni a mi familia, me metí al baño y arregle la bañera, me sumergí total mente como si con eso lograra borrar las imágenes de tan horrible sueño, pero no dejaban de repetirse una y otra vez, salí esto no estaba funcionando, me vestí con lo primero que encontré, y fui a la cocina tome un poco de agua para haber si podía calmar mis nervios, pero parecía imposible, mire a la nevera y había una nota.
    "Fuimos a la casa de Charlie, tus tíos están en Seatle, y tus abuelos están de caza, deje comida preparada"
    No tenía muchas ganas de comer, necesitaba relajarme, así que cogí un papel y escribí
    "fui al bosque, no me demoro" no quería tener problemas si regresaban antes
    Comencé a correr necesitaba descargar toda la tención que tenia, ese sueño me había dejado mal, muy mal, yo nunca me había considerado sin mi familia, la única vez que tuve miedo de perderlos fue cuando los Vultiri decidieron venir por mí, solo acordarme de ellos me hacia estremeces, siempre que tenia pesadillas era con ellos, cada vez que llegaba su carta de invitación para que los visitáramos quería esconderme, ocultarme detrás de las paredes y por esos días la casa es volvía un despelote, nadie quería que fuera pero tampoco los querían cerca, así que terminaba estando cerca de ellos.
    Moví la cabeza tratando de borrar sus imágenes, no necesitaba angustiarme más, me enfoque en el bosque, estaba oscuro, no había luna y estaba muy nublado, sonó un trueno eso era señal de que iba a caer una gran tormenta y también de que debía volver a mi casa
    -Renesmee- la voz de adrian salió de los arboles
    -adrian- dije en forma de saludo, se veía como un felino a punto de cazar a su presa.
    -como has estado, te cause muchos problemas el otro día- no sé porque el tono de su voz me recordó a mi pesadilla, se me siguió pareciendo a un felino, si esa era la comparación perfecta, un felino pero uno muy intimidante.
    -no has sido el culpable, yo me busque los problemas sola, pero por fortuna todo se arreglo- se fue acercando, hasta caminaba como uno, por un momento me causo un poco de miedo
    -Ya no estás paliando con tu familia- era una afirmación y hasta lo dijo con fastidio.
    -sí, arregle las cosas con todos, me costó un poco pero lo logre- su expresión me daba miedo.
    -con todos, hasta con el perro-
    -si hasta con Jake- me irrito que lo llamara así.
    -bueno entonces creo que no has tenido mucho tiempo para pensar en lo que te dije- cambio de tema.
    -al contrario lo he pensado mucho, y hable con mis padres…-
    -ellos nunca te entenderán-
    -déjame terminar, ellos me dejaron ir, pero después de mi cumpleaños-
    -para esa fecha no estaré aquí- se había irritado mas.
    -hice un trato con ellos, tal vez si tú te quedaras un poco mas podría ir contigo- propuse, sonó otro trueno -creo que me tengo que ir, piénsalo tú, quédate un poco mas-
    -no puedo- dilo con voz dura.
    -tienes planes- dije divertida.
    -yo no pero mi amo si, te quiere lo más pronto posible junto a él- su tono cambio totalmente me recordó a la pesadilla que tuve la noche en que lo conocí
    -que quieres decir- no entendía nada de lo que dijo
    -que mi amo te desea junto a él, tiene grandes planes para ti- hubo un brillo especial en sus ojos
    -que amo?, que planes?- estaba asustada y mucho
    -Aro, quiere que seas lo que eres, lo que siempre tratas de ocultar, una diosa-
    -que?, de que hablas- estaba temblando
    -eres demasiado deseable, cualquiera se arrodillaría a tus pies con gusto, tienes un don y lo desaprovechas pretendiendo ser lo que no eres- no entendía nada, esperaba que esto fuera una broma, una de muy mal gusto -tú y tu familia se han olvidado de lo que soy realmente, y con sus poderes unidos a nosotros…-
    -mi familia nunca va a unirse a los Vulturis- ya no tenía miedo, estaba furiosa.
    -no hay otra opción, tu nos vas a ayudar- me alzo la cara con su pulgar me solté inmediatamente.
    -nunca, nunca podría hacerle daño a mi familia-
    -ya, no hagas esto difícil, vámonos ya, no quiero hacerte daño-me agarro del brazo y volví apartar -no hay otra opción tu vienes hoy conmigo por las buenas o por la malas-
    -prefiero que sea por las malas- dije poniéndome en posición de ataque.
    -Crees que es buena idea, yo estoy entrenado y no creo que tu hallas dado un puño nunca- era cierto pero no me iría con él, no dejara que le insieran daño a mi familia -soy mucho más fuerte que tu-
    -tengo mis trucos- aunque no sabía mucho, pues las clases con mis tíos no habían avanzado mucho.
    -pensé que eras más inteligente, sabes lo que te conviene- estábamos haciendo un circulo invisible.
    -muchos te darán caza si me haces algo- le advertí.
    -yo estaré muy lejos de aquí y tu conmigo- su sonrisa era diabólica.
    -ya lo veremos- me lance a él, le di un buen puño, pero era mucho más fuerte, trataba de esquivarlo y darle uno que otro golpe, en un momento logre derivarlo, pero giramos u quede entre su cuerpo y la tierra iba a clavar los dientes en mi cuello, como pude y por instinto coloque mis manos en su cara, en cuanto lo toque comenzó a gritar, me paso un recuerdo, el matando a Joham, aparte las manos de su cara y cayo inconsciente lo aparte y salí corriendo ni me detuve a ver a donde, solo quería salir de allí.
    Estaba lastimada, me costaba respirar, tenía por lo menos dos costillas partidas, la pierna derecha también dolía mucho, un ojo hinchado pero no me importaba, sentí otros pasos, no los conocía, trate de subir la velocidad aunque dolía mucho, de repente me eleve y caí, mi cabeza choco con algo produciendo un gran ruido, se acerco y pude ver su cara era el vampiro con el que había soñado, no podía pararme mi cuerpo pesaba y sentía la sangra correr por mi cuello, comencé a quedar inconsciente.
    -Jedrek, cógela y vámonos- fue lo último que escuche antes de caer totalmente inconsciente.
     
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    Patii

    Patii Iniciado

    Piscis
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    o por dios estaaaa geniall woooww!!!! me he quedado helada muy buen capitulo lo estube esperando por tanto tiempo pero eso ha valido la penaa que vaa a pasarr ahhhh!!!:oops: espero que subas de nuevo pronto muy buenoo saludoss
     
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    selenita

    selenita Iniciado

    Escorpión
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    Sin rastro
    Alice P.D.V.
    ¡Ay! ¡Cómo disfrutaba de las compras! Era relajante y divertido. No entendía por qué a Bella y a Nessie no les gustaba; lo tomaban como una tortura, cuando lo único que quería era que siempre estuvieran bien vestidas y con su estilo… ¡Ni hablar! Afortunadamente me tenían a mí.
    Mis ojos llegaron hasta un lindo vestido de playa azul. Perfecto para Nessie. Ella se quedaría un poco más acá, aunque nosotros tampoco teníamos intención de irnos pronto, aunque ya las cosas se habían normalizado. Nessie se veía tan feliz al lado de Jacob. Por fortuna se habían reconciliado y contábamos con que eso sirviera para quitarle esa absurda idea de la cabeza: irse con ese hibrido. No me daba confianza; no lo podía ver. Claro, a ningún hibrido podía ver, exceptuando a Nessie. Por supuesto, eso me había costado años de práctica y continuaba con muchas imperfecciones. Quise saber cómo le quedaría el vestido, pero no pude comenzar a buscar cuando algo llegó a mi cabeza, muy confuso, muy oscuro. Esta visión ya la había tenido. Era Nessie, pero sus ojos no eran del mismo color chocolate brillante. Estaban opacos, sin brillo, sin vida, como tierra. Detrás de ella, como cogiéndola, deteniéndola, no sabía con exactitud qué, se encontraba un vampiro, uno que nunca había visto. Sus ojos eran rojos y sus facciones duras. La visión cambió. Nessie corriendo en el bosque; se veía mal, muy mal. Su mueca de dolor lo demostraba. Había sangre en su cara. De repente, y sin que nadie la tocara, se elevó y luego tuvo una estrepitosa caída. Su cabeza chocó con una roca que quedo totalmente destruida. Alguien se acercó a ella, era el mismo vampiro de la otra visión, otro vampiro se acerco cargando algo intente ver que era; entonces mi cabeza comenzó a doler.

    De pronto la visión desapareció. Intenté ver más pero era como si me hubieran bloqueado, algo no me permitía verla. Jasper sintió mi estremecimiento y se acercó. Yo no lo veía, intentaba encontrar algo, pero no veía. Entonces lo comprendí. Ya había pasado yo nunca podía ver el futuro de Nessie con mucho tiempo.
    Edward P.D.V
    Sabía que eso no era un sueño, los vampiros no podíamos dormir, pero lo parecía. Años atrás no me lo hubiera podido creer. Yo enamorado de una humana, de mi ángel; que ella me amara de la misma forma que yo la amaba; que hubiéramos tenido una linda niña, y que nuestra eternidad estuviera segura.
    - Edward, deberíamos volver ya. Ness está sola en casa. - dijo Bella muy bajito, para que Charlie no escuchara. Yo asentí. Era cierto, estaba sola, pero no creía que se hubiera levantado todavía. Había dormido muy mal esa semana. No sabía de qué eran sus sueños, pero sí que la alteraban mucho. En la madrugada, cuando llegamos se veía que había estado durmiendo mejor. Aunque me molestara, Jacob Black era lo mejor para Nessie. Siempre la calmaba, siempre la amaría, ella siempre sería lo primero para él.
    - Papá, tenemos que irnos.
    - Bueno Bella. Pero tráeme a Nessie, no la vi esta semana. Hay que aprovechar que están aquí. Charlie adoraba a Nessie, le dolió cuando nos fuimos, pero entendió que no podíamos quedarnos. Sin embargo, pidió que la trajéramos con frecuencia. El quería estar con ella, no le importaba su extraño crecimiento, no le importaba qué éramos. Sólo quería estar con su hija y sobre todo con su nieta. Nos despedimos de él y cuando íbamos saliendo sonó mi celular. Era Alice. Contesté y ni siquiera me dejó hablar­.
    - Edward, tienes que buscar a Nessie. - al fondo se escuchaba el gran alboroto de Emmett y Rosalie pidiendo alguna explicación y el motor del auto muy acelerado.
    - ¿Qué pasa? - quise saber.

    - Tuve una visión y no es buena. Encuéntrala. Nosotros ya vamos para allá. - colgó sin más. En la cara de Bella había mucha preocupación y Charlie tenía en seño fruncido. Marqué a la casa y no hubo respuesta; marqué a su celular, tampoco la hubo. Nos montamos en el auto prometiéndole a Charlie llamarle para informarle. Seguía marcando, pero siempre me mandaba al buzón. Decidí marcar a la casa de los Black.


    Jacob P.D.V.

    No sabía por qué tenía esa opresión en el pecho, como si algo mano fuera a pasar. Nessie estaba segura en su casa, con su familia. Si algo fuera a pasar, Alice lo vería y ellos lo evitarían. Pero esto que sentía, no se podía quitar. Necesitaba verla, saber que estaba bien. Ella debía de estar dormida, la conocía bien y el día anterior se veía muy cansada. Sólo necesitaba confirmar que estaba bien, así que iría a la cabaña. Estaba saliendo cuando el teléfono sonó. Contesté. La voz de Edward sonó y no me dejó hablar.

    - ¿Nessie está contigo?
    - No, yo iba a salir hacia la cabaña. - respondí. ¿Dónde estaban? ¿Por qué su voz sonaba así? ¿Por qué no estaban con ella?
    - Búscala. Nosotros vamos a la cabaña, necesitamos saber si se encuentra allí. Pero ve buscándola en el bosque. - colgó de inmediato. No sabía qué había pasado, pero por el tono de Edward debía ser algo malo. Salí corriendo al bosque y me convertí lo más rápido que pude.

    - Jake, por fin apareciste. - escuché la voz de Embry, se oía preocupado.
    - ¿Qué pasa? - me estaba poniendo nervioso, muy nervioso.
    - Encontramos el aroma de dos vampiros. No es un olor conocido.
    - ¿Dónde?
    - Cerca a la frontera. Es muy raro, porque su olor comienza en un punto y vuelve a desaparecer en ese mismo punto. Y su olor se mezcla con otros.
    - ¿Cuáles?

    - No los reconocemos.
    - ¿Quién más está?
    - Sólo de la manada de Sam. Por eso te estaba esperando.
    - No puede ayudarte. Tengo que buscar a Nessie.
    - ¿Qué ocurre?
    - No sé. Pero tengo que encontrarla.
    -ya estaba llegando a la casa de los Cullen. Había sonidos. Vi salir a Edward de la casa, su cara estaba deformada por la angustia.
    - No está aquí. Dejó una nota, pero no podemos seguir su rastro y está comenzando a llover. - respondió a una pregunta que no alcancé a formular. Comencé a buscar su aroma, era difícil con la lluvia pero logré detectar un fuerte aroma. Era de ella mezclada con otros, pero la de Nessie era mucho más fuerte. Comencé a olisquear más. Uno de los olores era el que habíamos seguido. Estaba con él. No. Ella hubiera avisado. No nos haría pasar por esto.
    Había rastros de una pelea. ¿Y si le había hecho algo? Lo mataría por eso. Encontré un rastro de ella sola y lo seguí. En una rama estaba enredada la pulserita que yo le había dado y un poco más adelante había una roca destrozada, había sangre, sangre de ella. Pero eso era imposible, Nessie era resistente, no se hería tan fácilmente. Sentí unos pasos detrás, eran los Cullen. Sus rostros estaban deformados por la angustia, pero la cara de Bella era la peor. Sabía lo que estaba pensando, sin necesidad del don de Edward. Bella era un libro abierto. Pero yo me resistía a creerlo. Nessie TENÍA que estar bien. La mirada de Alice estaba perdida. ¿Lo había visto? De pronto Jasper salió corriendo. Había captado un débil rastro. Lo seguimos. En el rastro había muchos más olores; todos nuevos, menos el que había rastreado. ¿Qué era lo que estaba pasando allí? El rastro terminada en las cercanías a la carretera. Se la habían llevado.


    Había un débil rastro, estaba lloviendo, pero yo la conocía muy bien y sabía en qué árbol se escondía siempre. Efectivamente, estaba allí. Los Cullen llevaban toda la tarde buscándola. Tenían, bueno, más bien teníamos, que coger un avión. Yo iría con ellos, pero Nessie no lo sabía.
    Me senté despacio, aunque sabía que ya me había sentido. Su aspecto era como de una niña de ocho años pero sólo habían pasado dos. Levantó la vista:
    - ¿Cómo me encontraste? - sus ojos estaban llorosos.
    - Creo que este ya no es un buen escondite. - respondí secando una lágrima.
    - No me quiero ir.
    - Pero sabes que no se pueden quedar mucho tiempo. - las lágrimas cayeron más deprisa. No me gustaba verla llorar, la abracé muy fuerte.
    - No quiero alejarme de aquí, de ti. - confesó cuando estaba más calmada, eso me hizo sonreír un poco. Ella me quería cerca.
    - Yo voy a ir con ustedes. - se separó. Sus ojitos brillaban con emoción, pero luego frunció el seño.
    - No te puedes alejar de aquí, la manada…- le coloqué un dedo en los labios.
    - Ya encontré la forma. - ella me seguía mirando con intensidad. - A la manada no le pasara nada. - Sabía cómo era; le importaban todos los demás y luego ella. Tenía un corazón noble, muy noble.
    - Pero, ¿Y Billy? - definitivamente la conocía bien.
    - Lo visitaré. - ella pareció tranquilizase, le ofrecí la mano para pararnos e irnos. Estaba emparamada y teníamos que tomar un vuelo en menos de dos horas.
    - Lobito, ¿siempre estarás conmigo? - me arrodillé para que nuestra miradas estuvieran a la misma altura.
    - Siempre. Nunca me separaré de ti.
    - ¿Lo prometes?
    - No, no te lo prometo. Te lo juro. - su rostro se iluminó con una gran sonrisa. -Vamos, sino Edward nos matará. - la cargué en mis hombros mientras ella reía. Sonaba como campanitas, el sonido más hermoso del mundo, el sonido que me hacía la persona más feliz del mundo.

    Los peores días de mi vida, costaba respirar, dormir, comer, vivir, no sabía de dónde había sacado fuerzas para seguir. Habían dividido mi cuerpo en dos (pero lo sentía más pesado que nunca). Una parte se había ido con ella, la otra estaba aquí sufriendo por su ausencia.
    No había conseguido cumplir mi promesa de estar con Nessie por siempre, se la había hecho justamente el día que nos fuimos de Forks. ¡Rayos! Llevaba soñando eso desde esa noche; esa maldita noche en la que se la habían llevado. Había recorrido el bosque, lo había peinado totalmente. Busqué hasta debajo de las rocas. No había nada, ni siquiera el olor. Sólo habían venido por ella. Y estaba seguro que esa Semi-Garrapata estaba involucrado en todo esto. Se había dedicado a meterle cucarachas en la cabeza como había dicho Alice.
    - Confiábamos en que se le quitara cuando se reconciliara contigo. - dijo Rosalie. No me había insultado en todos estos días. La verdad era que no me importaba. Me habían comentado que Nessie había decidido irse con ese, conocer a sus hermanas y madurar. Sólo cucarachas.
    - Pero no habría ese tipo de rastros si ella hubiera querido irse voluntariamente con él. Además, nos hubiera avisado. - dijo Esme. Todos decían sus teorías, la única que no había dicho nada era Bella; ella sólo miraba al aire. Sinceramente, no estaba seguro si ella seguía con nosotros. Su mirada me recordaba a los días en que Edward se había marchado, sólo que esta vez había más dolor en sus ojos. Me preguntaba qué se reflejaba en los míos, cuando llegué a casa, el viejo supo de inmediato que algo no andaba bien. Yo ni pude hablar, pero cuando se enteró de todo fue a contarle a Charlie, y éste, como buen policía que era, iba a poner a nuestra disposición a toda la policía de la zona; si podía, la de todo el país. Fue obligación de Carlisle convencerlo de lo contrario; era obvio que en esto no podía participar la autoridad. Me giré de nuevo, no sabía cuántas vueltas había dado. Ya no podía seguir allí. Miré el reloj de mi mesa de noche; era de madrugada todavía. Bajé mi vista y cogí la pulserita. Aún tenía su aroma; nunca se la quitaba. Cada vez que notaba que le quedaba pequeña hacía una nueva. Ésa se la había dado en su último cumpleaños. Mis sentimientos ya habían cambiado, ya no la veía como mi hermana o mi mejor amiga. Era imposible que no me enamorara de ella; estaba la imprimación y no sólo eso, se había convertido en una hermosa mujer, la más hermosa del mundo. Cuando puse la pulsera en su muñeca, quería probar sus labios, pero me había prometido esperar, así que solo le di un abrazo y le dije que siempre estaría con ella.
    Froté mis ojos y me senté al borde de la cama, había dormido como dos horas- Igualmente, tenía que hacer cosas. La iba a encontrar; al igual que toda la familia Cullen. Teníamos ese propósito en común. Por eso, Alice y Jasper habían ido a buscar a Nahuel. Ellos se ofrecieron a ir porque Alice tenía la esperanza de ver algo más y Jasper no aguantaba los sentimientos que fluían en la casa; además de lidiar con los de él, tenía que lidiar con 7 vampiros más. Ese día llegarían. Por ahí comenzaríamos; él tenía que saber algo de su hermano, ¿no?

    -Gracias. Te lo agradecemos. Lamentamos molestarte por esto pero…- dijo Edward que estaba sentando junto a Bella. Permanecía junto a ella siempre. Nahuel había llegado con su tía y el aquelarre de Zafrina. La peste aumentó, había 17 vampiros en una sola habitación. El clan de Denali también había decidido venir, estaban dispuestos a ayudar en todo lo que fuera posible.
    - No hay problema, haré todo lo que pueda por ayudar a la familia Cullen.- prometió, yo sabía que no sólo era por la familia. Calisle les contó la historia, Nahuel se tensó al escuchar el nombre de Adrian, eso me alertó aún más.
    - ¿Crees que Joham puede tener algo que ver con esto? ¿Crees que tuviera algún interés en Renesmee? - preguntó Edward.
    - Claro. Joham quería conocerla, es la única híbrida que no es su hija. Además… junto a Adrian son los únicos que tienen poderes. - eso me extrañó.
    No habían mencionado que tuviera poderes antes.
    - ¿Cómo que tiene poderes? - inquirió Rosalie antes que todo el mundo.
    - ¿No lo sabían? - preguntó incrédulo.
    - Nessie nunca mencionó nada, pero creo que nos estamos desviando. ¿Por qué ahora Joham decidió llevársela? Si fue él, claro. - dijo Edward.
    - Bueno. Nessie está a punto de terminar de crecer…
    - ¿Y eso qué tiene que ver? - quise saber. ¿Por qué daba tantas vueltas?
    - Mucho. Si Joham la tiene… Él se ha dedicado a estudiar a nuestra especie y si quisiera hacer algo, este sería el momento perfecto.
    - ¿A qué te refieres?
    - Bueno. Cuando nosotros terminamos de crecer, nuestra habilidades mejoran, tenemos más fuerza, velocidad, visión; en fin, nos volvemos un poco más vampiros. Y como dije antes, ellos son los únicos con poderes…
    - Quieres decir que él la va a utilizar para… que estén juntos. - dijo horrorizada Carmen.
    - Podría ser una posibilidad, pero no creo que sea esa. Es un científico y está más interesado en el estudio de la especie.
    - No entiendo, ¿quiere experimentar con ella o qué? - dijo Emmett.
    - No lo creo, más observar. - todos hicimos cara de no saber a qué se refería; estábamos perdidos y pareció comprenderlo. - Bien, les explicaré. Nuestras habilidades mejoran y por lo que vio en Adrian, también los poderes.
    - ¿Qué vio en él? ¿Cuál es su poder? - preguntó Eleazar. - Su punto de especialidad.
    - Él domina la mente. Puede dejarte como un muñeco roto, hacerte hacer todo lo que él te mande. Antes de que terminara de crecer sólo podía hacerlo estando muy cerca o dando órdenes con contacto visual o físico, pero cuando la orden se cumplía la persona salía del trance. Mientras terminó de crecer su poder aumentó. Podía dominar mejor la mente sin que lo notaras, estando lejos y hasta cuando él lo quiere, incuso puede hacer que tu mente cree recuerdos o sacar los que él quiera. Y seguramente quiere saber si en Nessie ocurre lo mismo.
    - Por eso Nessie actuaba así. - susurró Rosalie.
    - ¿Cómo supieron todo eso? ¿Cuán poderoso es? ¿A cuánta distancia puede dominar la mente? - preguntó Eleazar.
    - Mucho, muy poderoso. Yo nunca lo he visto. Paso muy poco tiempo con Joham; él se dedicó a estudiarlo. Me dijo todo esto porque también quería que me encargara de él. Los Vulturi lo han estado persiguiendo y no quería que le pasara nada a sus hijos. Y bueno, según Joham, entre más tiempo pases con él, con más distancia puede actuar.- nos quedamos en silencio por mucho tiempo analizando. Ella nunca había dicho que pasaba algo extraño con su poder, y si estaba con esa semi-garrapata, estaba en peligro, haría todo lo que él quisiera.
    - Hay que buscarlos. En donde esté él, está Nessie. - susurró Bella era la primera vez que hablaba en mucho tiempo, o por lo menos con nosotros. - Y si está con Joham, hay doble peligro; los Vulturi lo están buscando. - su expresión seguía vacía.
    - Si Adrian está en esto, no creo que Joham lo esté. Adrian lo odia. Pero yo ya estaba buscando a Joham, mis hermanas están cada vez más nerviosas.- advirtió.


    Miré a Bella, estaba sentada en la escalera; Edward estaba cuadrando los detalles del viaje para comenzar a buscar a Joham y esperar que tuviera a Ness; pero me aterraba la mirada de Bella, estaba vacía, incuso mucho más que cuando Edward se había ido. Sus ojos estaban negros, no había cazado, no se movía si no era con Edward, hablaba muy poco… Era la primera vez que la veía como un vampiro; quieta, fría, sin vida. Me senté a su lado, no se movió.
    Parecía que no estaba allí. Me quedé a su lado callado, no había nadie que me entendiera más; ella estaba sufriendo tanto o más que yo.

    - Creí que tenía un feliz por siempre. - dijo muy bajito.
    - Lo tendrás, la encontraremos. - la miré a los ojos, si hubiera podido llorar lo hubiera hecho.
    - ¿Cómo se destruyó todo en un segundo? ¿Por qué a ella, a mi niña? ¿Por qué no lo vi venir? Ella tenía que estar segura conmigo. - se lamento.
    - Nadie lo vio venir. Pero te prometo que la encontraremos, que ella estará bien. - su cara trato de dibujar una sonrisa, pero pareció más una mueca.
    - Sí. La vamos a encontrar. - se oyó con un poco más de vida. – Deberías descansar. Mañana salimos, tienes que estar fresco. - observó mi ojeras.
    - Y tú, cazar. No querrás problemas. - también tenía grandes ojeras.
    - Sí, lo haré más tarde, con Edward. Pero tú deberías dormir un poco, en serio.
    - No puedo, simplemente no puedo. Pero lo intentaré. - prometí.
    - Ojalá yo pudiera dormir y que cuando despertara ella estuviera aquí. Ojalá esto fuera sólo una pesadilla. - susurró.
    - Créeme. Lo he intentado.
    - Ve a casa y descansa, tienes que arreglar las cosas con la manada. Mañana nos vemos.
    - Sí, mañana nos vemos. - salí de la casa y comencé a correr por el bosque, recordando tantas cosas - Te amo… Regresa. - dije, deseando con todo mi corazón que ella me escuchara.
     
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    DarkHinata

    DarkHinata Entusiasta

    Aries
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    Noooo!!!! Q buen capiituloo!! (en realidad que BUENOS capis..) Me has fascinadoo! espero q encuentren pronto a nessie..y q no se cumpla su pesadilla! TuT..Nos vemos en la proxima actualizacion..ando con poco tiempo hoy..No tardes mucho! Kiss =)

    Hinata♥
     
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    selenita

    selenita Iniciado

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    2997
    Renesmee Vilturi
    - Te amo… Regresa.- abrí los ojos lentamente esperando encontrarme con el dueño de esa voz; era tan linda, tan cálida, llena de amor, pero también con un poco de dolor, el estaba sufriendo, y eso no estaba bien, me gire para ver el dueño de esa voz, pero no había nadie, en la cama no había nadie más que yo, busque con la mirada en el cuarto; a pesar de que la cortina estaba serrada veía todo con claridad y estaba bacía, que raro podría jurar que la había oído tan clara, tan nítida.
    Me estire en la cama, tenía en cuerpo entumecido, como si no me hubiera movido en días; la cama era muy suave las sabanas parecían de algodón egipcio, la cama era grande, y lujosa, tenía hasta piedras preciosas incrustadas. Pese en sentarme al borde de la cama, al segundo la estaba sentada, me sorprendió la rapidez de mis movimientos; detalle la habitación, era grande y lujosa, las paredes eran de piedra, como de mármol tal vez, una gran ventana que estaba cubierta por una pesaba cortina roja y en diagonal una chimenea; había una mesita con dos sillas, un sofá y un tocador a juego con la cama y en el fondo un espejo de cuerpo entero ; la pijama que traía puesta parecía de seda negra (muy fina, como todo).
    Intente recordar cómo había llegado aquí, pero tenía la mente en blanco, ni siquiera recordaba mi nombre. Puse los pies en el suelo, también era de piedra y estaba muy frio; quería ver mi reflejo y en un segundo ya estaba en frente al espejo del fondo; en el espejo había una linda chica, tal vez de unos 16 o 17 años, alta, delgada, se podía decir que con buen cuerpo; sus facciones eran perfectas, los labios eran más rojos de lo normal, sus mejillas eran de un fuerte rosado que hacia el contraste con la pálida piel, su cabello era de un lindo color cobre, con bucles bien definidos que llegaban hasta un poco después de los hombros, y lo más lindo que tenia ella eran sus brillantes ojos, parecía chocolate derretido, no podía creer que ese fuera mi reflejo, moví la mano para ver si se movía conmigo y lo hizo, pero yo seguía sin creer que esa fuera yo, me puse a jugar con el reflejo haber si podía descubrir la falla.
    -ha veo que despertaste- voltee rápidamente en una de las puertas estaba una linda mujer, tal vez de unos 20 años, extremadamente bella, con el cabello castaño claro, parecía blanca nieves pero en versión pálida, tendría que preguntarle si se encontraba bien, estaba totalmente vestida de negro y muy elegante. Se aproximo a la cortina en un segundo, y en otro la abrió; el cambio de luz no me incomodo, todo se seguía viendo exactamente igual -soy Leticia; te estado atendiendo desde que llegaste, me sorprende que te hallas recuperado tan rápido- me dijo en forma amable, tenía un acento como español, su voz era angelical, pero sus ojos eran aterradores, rojo sangre.
    -perdón, se encuentra bien- pregunte preocupada, su palidez y sus ojos no eran normales; ella me miro con incredulidad y se echo a reí.
    -yo son la que te debo hacer esa pregunta, soy tu doctora, pero gracias por preocuparte, me encuentro perfectamente- dijo todavía riéndose.
    -pero está muy pálida y sus ojos…- no pude terminar la frase.
    -es normal, todos los vampiros somos así- ¡ha!
    -vampiros- susurre.
    -sí, vampiros, todos somos pálidos y con ojos rojos- contesto como si fuera lo más casual para ella.
    -los vampiros no existen- afirme.
    -está viendo a uno, de hecho en esta habitación hay uno y medio- se burlo.
    -perdón?- a que se refería con uno y medio, solo había dos personas aquí y si ella afirmaba ser un vampiro, yo no lo era.
    -tú eras mitad vampiro, o es que no te has dado cuenta lo rápido que te mueves, saliste viva de un golpe que hubiera matado a cualquier humano, y del coma en cinco días, es muy impresionante- dijo moviéndose hacia la cama yo la seguí en un movimiento muy rápido, bien eso era extraño.
    -no soy un vampiro, o medio, o como sea, ¡los vampiros no existen!- volví afirmar.
    -hay por Dios, has vivido rodeada de vampiros toda tu vida, o es que no recuerdas nada- pregunto.
    -pues… yo… no, no recuerdo nada…- conteste bajando la cabeza.
    -claro seria un verdadero milagro que además de despertar tan pronto, también recordaras algo-sonrió con algo de ternura.
    -que paso, porque no recuerdo nada-
    -pues yo no sé mucho, me llamaron para atenderte, llegaste aquí muy mal, incuso pensamos que no sobrevivirías. El amo estaba realmente molesto de que no hallan protegido a su hija…-
    -su hija?- la corte.
    -tú, estaba desesperado, estoy segura de que si no hubieras sobrevivido nos hubiera echado al fuego sin pensarlo ni una sola vez- volvió a sonreír
    -los iba a echar al fuego-
    -la única cosa que nos puede destruir, pero lo importante es que ya estás en casa segura y despierta- sonrió -tienes alguna otra pregunta-
    -si muchas, ni siquiera sé cómo me llamo- me senté al lado de ella
    -Renesmee, Renesmee Vultiri- lo repetí mentalmente intentando acordarme de algo, pero estaba en blanco, pensé en otra pregunta, mire al gran espejo del fondo.
    -el espejo tiene truco- abrió los ojos como plato -es que me mire y es extraño, ese no puede ser mi reflejo- le aclare, me miro con dulzura, como si estuviera hablando con una niña de de 5 años que no entiende de que le están hablando.
    -es normal, ya te dije que eras mitad vampiro, son genes- respondió dio parándose y tumbando las cobijas, observe lo rápida que era.
    -porque le dijiste amo a mi… padre?- solté de pronto.
    -como te lo explico… los Vulturi son como… la realeza vampírica, son los que hacen que la ley se cumpla…
    -los vampiros tienen leyes- me sorprendí, si bien todavía tenía dudas de la existencia de los vampiros ahora aparecían leyes, reyes, y además yo pertenecía a esa familia? Estaba en un manicomio?, Leticia parecía tan normal, ¡como rallos había llegado acá!
    -sí, solo una, no revelar la existencia de los vampiros; tu padre, Aro, es el líder, y junto con sus hermanos mandan, la guardia, no somos parte de la familia, pero debemos guardar respeto a los amos, cuando entramos la gran mayoría cambia de apellido, hay muy pocos que conservamos nuestro nombre real-
    -quien compone a la familia-
    -los tres antiguos y sus esposa; bueno tu y el hijo de Cayo, tu novio, Adrian; el resto somos solamente guardia- novio, de pronto de él era la voz -alguna otra duda o ya podemos bajar al salón principal, estoy segura que el amo está ansioso de verte, no solo eres su hija, sino también una de sus más grande joyas-
    -si- se movió rápido hacia una de las puertas -puedo hacerte otra pregunta- la detuve
    -sí, que mas quieres saber- me cogió, estaba extremadamente fría; entramos a otro cuarto que parecía como una tienda den ves de un armario
    -que paso, porque no recuerdo nada- pregunte mientras observaba a mi alrededor.
    -ya te dije que a mí solo me llamaros para cuidarte; eso tendrás que preguntarle a otra persona- contesto con amabilidad -escoge un vestido bonito; voy a avisarles que despertaste- salió muy rápido.
    Me quede mirando la ropa, veía negro, o negro, o más negro, todo muy elegante, muchos vestidos, ni pantalones, ni sudaderas, estaba segura que era de esas que no usaba faldas, pero no podía encontrar ningún pantalón, es que no era capaz de vestirme sola en mi propio armario.
    -Renesmee- gire a ver y me encontré con un hombre, tendría unos 17 años pálido y con mejillas sonrojadas, facciones perfectas como sinceradas por un artista de la antigüedad, apuesto, vestía un traje elegante y totalmente negro; sus ojos grises que me erizaron completamente -que bueno que despertaste, me tenía muy angustiado, no sé qué haría sin ti, no debí dejarte ir- se lamento, yo seguía asustada, sus ojos me hacían sentir pánico
    -creí que ya te habías cambiado, Adrian podrías darle espacio- desvié la mirada hacia Leticia
    -soy su novio tengo derecho de saludarla, la que no debería estar aquí eres tu- su voz se torno arrogante
    -soy su doctora, tengo todo el derecho- contesto con dureza
    -no seas insolente, acaso no sabes con quien te estás metiendo- rugió
    -sí, se con quien me meto y déjame decirte que no me das ni una pisca de miedo- gruño Leticia debía parar esto
    -porque no se calman los dos- intente sonar autoritaria, pero tuvo un tono de suplica
    -Renesmee- contesto Adrian, respiro profundamente -hay gente que no sabe con quién se mete, pero, lo importante es que ya estás bien- se acerco y intento darme un beso en los labios, yo me aleje. Me miro extrañado.
    -no recuerda nada, ya intentaste saludarla, ahora déjame arreglarla, el amo está ansioso por verla- dijo con urgencia Leticia
    -es cierto, no recuerdas nada?- me miro a los ojos, de nuevo me sentí incomoda
    -sí, no sé qué paso, todo lo que se me lo ha dicho Leticia- respondí
    -hay amor, voy a matar a los que te hicieron esto, no solo rompieron la ley, sino te dejaron gravemente herida- tuve curiosidad
    -quienes fueron- inquirí
    -ya no importa, pronto no van a existir- su expresión daba miedo -ahora ponte más linda de lo que eres para ver a Aro, estuvo muy preocupado por ti- me acaricio la mejilla y salió, la cara de fastidio de Leticia está claro que no le agradaba ni un poco
    -bien que escogiste- estaba intentado calmarse
    -aun no he escogido nada, pensaba ponerme un pantalón pero no veo ninguno- respondí, ella hizo mala cara y saco un vestido streple negro, muy lindo se entallaba a la cintura y la falda volaba, y pare unirse con cinturón de tela que terminaba en flor.
    -muy elegante- parecía más para una fiesta, que para ver a mi padre.
    -no, es el correcto, póntelo- me lo di y fue hacia otra puerta, al abrirla habían cientos de zapatos; me paso unos de lazos y tacón, ¡no iba a una fiesta! -póntelo rápido- se dirigió hacia la puerta.
    -Leticia- voltio a ver.
    -si- respondió irritada.
    -esta brava conmigo- pregunte temerosa.
    -no, contigo no, cámbiate- sonrió cariñosamente, le devolví la sonrisa y salió.

    Me mire al espejo por última vez, tenía que tener truco.
    -que no lo tiene, quédate quieta- Leticia seguía trabajando en mi parecía que iba a una fiesta, me había maquillado con tonos oscuros, y estaba terminando el peinado, me había movido tanto, que ya la estaba desesperando -listo, ahora muévete todo lo que quieras- me ayudo a pararme de la silla, ella no quería que se arrugara el vestido y yo seguía preguntándome para que tanto arreglos y cuidados.
    -para ver al amo no puedes estar así como así- me sorprendí.
    -como sabes que estaba pensado en eso- pregunte asustada.
    -me lo dijiste- contesto.
    -no. Yo no abrí la boca- repuse.
    -entonces ese debe ser tu poder- dijo como si nada.
    -que poder-
    -deja las preguntas para después y vamos- me dirigió hasta la puerta y comenzamos a caminar por pasillos oscuros hechos de piedra, parecía un castillo de la antigüedad o algo así.
    Llegamos aotro corredor amplio y ornamentado ya me estaba cansando no físicamente sino mas bien mental solo había pasillos largo fuimos hacia una puerta de madera que conducía a otra habitación, La antecámara de piedra no era grande. Enseguida desembocaba en una estancia enorme, más iluminada y totalmente redonda, como la torreta de un gran castillo, que es lo que debía de ser con toda probabilidad. A dos niveles del suelo, las rendijas de un ventanal proyectaban en el piso de piedra haces de luminosidad diurna que dibujaban rectángulos de líneas finas. No había luz artificial. El único mobiliario de la habitación consistía en varios sitiales de madera maciza similares a tronos; estaban colocados de forma dispar, adaptándose a la curvatura de los muros de piedra. Había otro sumidero en el mismo centro del círculo, dentro de una zona ligeramente más baja.
    La habitación no se encontraba vacía. Había un puñado de personas enfrascadas en lo que parecía una conversación informal. Hablaban en voz baja y con calma, originando un murmullo que parecía un zumbido flotando en el aire. Un par de mujeres pálidas vestidas con ropa de verano, una me miro de forma maternal, y la otra estaba junto a Adrian, quien se dirigió a mi lado en cuanto me vio.
    -mi preciosa Renesmee, por fin disfrutamos de tu adorable compañía- el hombre que habló lucía una larga túnica oscura, que llegaba hasta el suelo. Por un momento, llegué a creer que su melena de color negro azabache era la capucha de su capa.
    -el es Aro, tu padre- dijo muy vaguito Leticia, avanzó con tal ligereza de movimientos y tanta gracilidad, era increíble, agarro una de mis manos y planto un delicado beso, la piel era de un blanco traslúcido, similar al papel cebolla, y parecía muy delicada, lo cual contrastaba con la larga melena negra que le enmarcaba el rostro, al tacto parecía tiza, forcé una sonrisa.
    -debes estar muy confundida, pero después hay tiempo para preguntas hija- soltó mi mano y voltio- Suplicia ven y saluda a tu hija- la mujer que me había mirado maternalmente se dirigió hacia mí y me dio un fuerte abrazo.
    -me da gusto que te hayas recuperado, no sabes cuánto te extrañe, no me vuelvas a hacer eso- me dijo al oído, yo ni siquiera sabía que había hecho
    -eso no volverá a pasar te lo aseguro Suplicia- dijo Aro mirándola-me encargare de que no vuelva a pasar- dijo para todos
    -yo podría entrenarla maestro- afirmo Adrian
    -tú eres bueno, pero tengo encargos para ti y no podría estar aquí y allá-
    -Jedrek podría entrenarla como lo hace con todos nuestros guardias, es el mejor guerrero que tenemos- dijo un hombre que estaba sentado en uno de los tronos también de cabellos negros y facciones perfectas, aunque parecía terriblemente aburrido
    -Jedrek- llamo Aro; un vampiro que estaba al lado de el hombre que hablo se dirigió hacia el también estaba elegante, de negro, como todos, su cabello era de un color marrón brillante y un poco corto.
    -si maestro- su voz era mucho más linda que todas las que había escuchado, pero no se igualaba a la que había escuchado cuando desperté
    -desde ahora Renesmee será tu prioridad, la entrenara física y mentalmente, no puedes descuidarla ni un solo segundo, no quiero que se repita lo sucedido, entendido- ordeno Aro, el hombre me miro pro un segundo, sus facciones eran perfectas, como todos aquí, pero tenía algo especial, no podía descifrar que, era hermoso, sentí un cosquilleo cuando sus ojos rojos se conectaron con los míos, eran profundos, llamativos no como los de Adrian pero causaban en mi algo especial.
    -si maestro, yo me encargare de ella- prometió solemnemente, volvió a sorprenderme su voz
    -yo la acompañare- dijo adrian
    -tengo algo para ti, acompáñame- Adrian de mala gana se dirigió hacia el -cuanto antes mejor-
    Leticia me cogió y salimos siguiendo a Jedrek -vas a entrenar día y noche, vas a hacer todo lo que diga- dijo cuando llegamos a otra habitación estaba totalmente vacía
    -¿!vamos a iniciar ya ¡?- pregunte con incredulidad
    -no oíste, vas a entrenar día y noche- se quito el saco y quedo con una camisa también negra
    -pero estoy en vestido, al menos me puedo cambiar- pregunte
    -te pueden atacar en una fiesta- dijo mientras se arremangaba los puños de la camisa
    -pero…- iba a protestar cuaco puso sus dedos en mi labios
    -no quiero peros, quejas, ni preguntas tontas; entendido- asentí, al parecer su ánimo no era el mejor, se había despertado con el pie izquierdo o qué? -Estas lista, lanza tu mejor ataque- me tire contra el si saber exactamente que hacer; me inmovilizo tan pronto lo toque, definitivamente esto iba a ser largo muy largo.
     
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    selenita

    selenita Iniciado

    Escorpión
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    sol naciente (ness&jake)
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    Entre a mi habitación; me dolía todo el cuerpo, estaba tan cansaba, claro a quien no cansaría estar todo el día entrenando, para no sé qué cosas, con un vampiro gruñón; ya me había convencido de la existencia de los vampiros y lo de gruñón al parecer era su estado natural, según Jedrek hacia todo mal, según yo había mejorado; ¡que es que dos semanas de incansable entrenamiento no habían servido!, pero para el señor Jedrek Larysz todo era malo, nada lograba complacerlo.
    Prepare el baño y me sumergí; esto era como la dimensión desconocida, no lograba encajar, no lograba acordarme de nada, y ya me estaba desesperando, Leti había dicho que no me presionara, que en los casos de amnesia siempre había un detonante que hacía que regresaran, pero sentía que ya no podía esperar ese detonante, me estaba cansando de ni saber a ciencia cierta quién era.
    Salí de la ducha y me puse la primera pijama que encontré; ya me había cansado de buscar otro color que no fuera negro, otro material que no fuera seda, o nada muy ostentoso, pero aquí esos conceptos no existían, y no solo en la ropa, sino en todo: era lúgubre, triste, carente de toda emoción, de color; odiaba estar aquí.
    Cuando entre a la recamara principal, me extraño no encontrar a Leti, ella no me dejaba más de cinco minutos sola; era agradable su compañía, era la única "persona" que sentía que podía confiar, era amable, no era nada parecida a los otros vampiros de aquí, siempre me preguntaba cómo alguien tan "cálido" termino en un lugar tan frio.
    Abrí el balcón era una noche preciosa, hacia un poco de calor, pero eso no parecía ser problema para mí; no había ni una sola nube, las estrelles brillaban, y la luna parecía un globo gigante; me senté contra la pared y serré los ojos tratando de buscar algo de mi pasado, repetía en mi cabeza una y otra vez la historia que me habían contado; mi madre Sulpicia, me había encontrado en un bosque, cuando era una bebe, decía que casi recién nacida.
    -en cuanto te vi supe que eras especial, y te traje para acá, Aro y yo te hemos cuidado como si fueras nuestra hija, te tenemos un gran cariño, por eso me asuste tanto cuando te fuste a escondidas a esa misión, no sabes lo que sufrí- me dijo cuando me conto la historia; la verdad no entendía muy bien lo que era, pero no había preguntado mucho, al parecer nadie sabía mucho sobre mi y prefería dejarlo así.
    Hacia esto todas las noches; hasta parecía obsesivo, pero no encontraba nada; mi mente estaba bacía, deseaba recordar algo una sola imagen, una palabra, algo, de verdad lo necesitaba aunque recordaba con exactitud todo desde que había despertado; otra de mis rarezas; y esa voz que escuche cuando me desperté, no la había encontrado, fue tan clara, tan nítida y el solo recordarla hacia que mi corazón doliera, parecía que tenía un agujero, y recordarla solo lo hacía más hondo; no supe cuando las lagrimas comenzaron a caer, pero no me hacían sentir mejor.
    -por qué lloras?- oí la voz de Adrian muy cerca, abrí los ojos; efectivamente esta mirándome, con esos ojos que me causaban escalofríos, por esa razón quería mantenerme lejos de él pero me sentía un poco mal por eso, el se portaba tan cariñoso conmigo, siempre se preocupaba por mí, pero estar cerca a él me hacía sentir incomoda, algo me decía que no confiara en él; siempre me obligaba a sonreírle, a ser amable, pero el amor no salía por ningún lado, era otra cosa que me tenia desesperada.
    -no me había dado cuenta de que estaba llorando- conteste mientras me ayudaba a parar, no sabía porque sentía tanto miedo, total era mi "novio", debía confiar en él, respetarlo, amarlo… pero… ¿es que los sentimientos también se olvidan?
    -bueno si estabas llorando, aunque no te hubieras dado cuenta de eso, es por algo- dijo mientras me sentaba en la cama.
    -es que… - no sabía que decir.
    -sabes que puedes confiar en mí, todo lo que sientas me lo puedes decir- dijo mientras tomo una de mis manos y la coloco entre las suyas; era tan cariñoso, me sentía culpable por no poder corresponder a ese cariño.
    -quiero recordar, quiero que mi memoria vuelva- el me sonrió tiernamente; ya habíamos hablado de esto muchas veces, pero nunca me había contado mucho, era otro que repetía la historia como loro, nunca me daban muchos detalles.
    -tranquila ya vendrán- es que tenían esa frase de emblema o que.
    -podrías contarme algo- roge.
    -que quieres saber?- pensé bien.
    -porque… que fue lo que paso para que me quedara sin memoria?- soltó un suspiro.
    -te golpeaste la cabeza- respondió.
    -si eso ya lo sé… pero cual fue esa misión que dicen que me fui escondía o algo así, cuéntame- me acerque un poco más a él e hice la mejor cara de niña buena que pude.
    -Aro me mando a mí y a otros miembros de la guardia a acabar con un aquelarre que incumplió con la ley…-
    -pero eso no es un problema para ustedes- me avían contado que la guardia Vulturi era muy temida, y prácticamente invencible
    -este aquelarre es muy especial, varios de sus integrantes tienen dones y además tienen alianzas y no solo son vampiros; no sé qué estaba pasando por tu cabecita en ese momento, no estaba entrenada y fuste hasta allá, llegaste en medio de la batalla y no es que nos estuviera hiendo bien; por suerte te sacaron, yo también quede inconsciente por eso no se mucho; cuando desperté ya estábamos en Volterra y decían que tu no aguantarías mucho, por suerte ya estás bien; aunque no pudimos acabar con ellos-
    -porque crees que fui allá- no era lógico si no estaba entrenada de que carajos serviría mi presencia.
    -tú eres la única que puede atravesar el escudo que los hace tan poderosos-
    -que escudo- los vampiros eran casi invencibles ¿no?
    -es el don de uno de ellos; pero ya no hablemos de eso, no te pude defender y…- se veía tan agobiado, con la mano que tenia libre acaricie una de sus mejillas, era más como para tranquilizarlo, pero lo tomo como acto de cariño porque beso el dorso de mi mano, de pronto me entro curiosidad por saber cómo había sido nuestra relación antes de que perdiera la memoria, como me había enamorado de él, o porque acepte ser su novia; la verdad no había dejado que pasara de un delicado y casto beso en los labios que duraba segundos y al que yo muy pocas beses contestaba, pero era como si algo me lo evitara, simplemente no podía corresponderle.
    -como era lo nuestro antes de que perdiera la memoria?- pregunte tímidamente, era más un susurro, hubiera podido decírselo con mi don y hubiera sido más fuerte.
    -como cualquier noviazgo, siempre estábamos juntos, siempre eras muy cariñosa y amorosa, no sabes todo lo que yo disfrutaba cuando me besabas apenas llegaba, no te gustaba que me alejara mucho- en ese momento apareció un recuerdo, no era mía; estábamos él y yo en otra habitación no tan lujosa; yo prácticamente me lanzaba a devorarle los labios en un beso largo, apasionado, él me recostaba en la cama de esa habitación pero yo seguía besándolo seguía correspondiendo a su beso; retire la mano y la imagen dejo de verse, quería ser como en ese recuerdo, quería volver a ser quien era
    -quisiera recordar, quisiera que nada de eso hubiera pasado- dije en un susurro para mí, pero Adrian lo oyó, acaricio mi mejilla
    -todo va a volver a ser como antes- se acerco mas, sus respiración golpeaba mi cara; me quede cómo una estatua cuando sus labios tocaros los míos, estaba muy nerviosa, quería pararlo, pero como podría a volver a ser la misma con el si ni siquiera era capaz de besarlo, debía hacerlo, tenía que volver a ser la misma; así que me obligue a corresponder su beso, empezó muy suave y luego fue subiendo la intensidad, quería pararlo, pero tenía que esforzarme; me recostó en la cama muy suavemente y libero mi boca para besar mi cuello, cada vez me sentía más nerviosa, mi corazón me dolía, dolía el agujero que había en el.
    -para- dije en un susurro, pero él no me hiso caso, envés de eso bajo uno de los tirantes de la pijama -Adrian para- lo retire.
    -tú no quieres que pare- iba a besarme de nuevo, puse mi mano en su boca para frenarlo; su mirada se hiso más intensa sus ojos se estaban haciendo una prisión para mí.
    -que haces aquí Adrian- oí la voz de Leti como si estuviera muy lejos; Adrian se levanto -ella tiene que descansar- esta vez la oí más cerca, de hecho esta al pie de la cama.
    -es mi novia, tengo derecho a verla, y tú no eres nadie para prohibirme nada, mi padre te echara al fuego si te sigues comportando tan altanera conmigo- amenazó, sus ojos casi se habían vuelto negros, estaba claramente alterado
    -sabes que no me das miedo, además no es cosa mía; Aro pidió que no se distrajera de su entrenamiento, si tienes alguna queja habla con el- también estaba muy alterada; ellos nunca dejaban de pelear, y cuando Jedrek andaba cerca la gresca era peor; me levante y me puse delante de Adrian
    -Adrian- lo llame -es mejor que te vayas, la verdad estoy cansada, y sabes que tengo entrenamiento mañana, no quiero tener problemas con nadie- le sonreí
    -bien, si tu quieres me voy, yo solo venia a darte algo- dijo tomando una cajita negra que estaba en la mesa de noche -podría retirarse- le dijo a Leti, le sonreí para que saliera; lo último que quería era que volvieran a pelear, ella hiso mala cara pero volteo y salió; él me entrego la caja y yo la abrí, en ella había un collar, que tenía una gran piedra azul en el centro rodeado de diamantes que se extendían por toda la cadena.
    -es un… zafiro?- le pregunte tocando la piedra, no podía reconocerla
    -no, es un diamante- me guio hasta el tocador y cogió en collar - "Wittelsbach azul", originario de India, 35 quilates y fue un regalo de Felipe IV a su hija Margarita- dijo todo eso mientras me lo colocaba en el cuello.
    -waw, debe ser muy valioso- toque el diamante, lo miraba atreves del espejo, si debía valer una fortuna.
    -es lo único que encontré que sea más o menos digno de ti, todo parece una baratija a tu lado- dijo muy cerca de mi cuello -tu cuello resalta mas cuando tienes el cabello corto- lo mire ya estaba llegando a mitad de la espalda; crecía inusualmente rápido, pero me gustaba tenerlo largo -descansa, mañana nos vemos- me dio un ligero beso en los labios y salió.

    Estaba en un bosque, era de noche pero una noche muy oscura, no había luna, no se veía casi nada, hasta para mí era muy oscura.
    Me sentía perseguida, y corría, corría como si mi vida dependiera de ello, chocaba con todo y tropezaba constantemente, mi pecho estaba muy agitado, tropecé de nuevo, intente levantarme pero me habían alcanzado, me sujetaban con fuerza, y solo veía sus ojos rojos, estaba rodeada, e iban atacar su único objetivo era acabar conmigo; de pronto solo el aullido de un lobo, estaba impreso de dolor, de sufrimiento; como si le estuvieran quitando algo muy importante, como si le estuvieran arrancando el corazón.
    Desperté con la respiración muy agitada, las lágrimas corrían por mi cara, era la misma pesadilla de todas las noches, y lo más doloroso de ese sueño era ese aullido, solo recordarlo me hacia estremecer.
    -pensé que seguirías dormida- la voz de Leti me saco de mis pensamientos -volviste a tener pesadillas- asentí con la cabeza -tranquila, solo son sueños-
    -pero es tan feo- mi voz sonaba desastrosa.
    -mira conseguí una sudadera, ya no podrás quejarte- dijo para que olvidara el sueño, y también porque me había quejado de que la ropa que estaba ahí no era apta para entrenar.
    -gracias- el sonreí.
    -alístate rápido, ya traigo tu desayuno- me levante de la cama e hice mi rutina habitual, como siempre dejaba el desayuno a medias, la comida humana no era mi favorita, pero la otra opción de alimentación no me gustaba ni poquito.
    Como siempre Jedrek andaba de un humor excelente (nótese el sarcasmo), el constantemente me regañaba, refunfuñaba y en los entrenamientos era inflexible, para el todo era malo y a pesar de eso me hacía sentir mariposas en el estomago, siempre lograba ponerme nerviosa y a veces me perdía en mis pensamientos, no sabía que me pasaba cuando estaba cerca de él pero trataba de controlarlo no podía, no debía demostrarle nada.
    -pon atención- me volvió a gritar por encima vez en el día -bien ataca de nuevo- lo ataque solo para que me dejara hecha polvo.
    -haz lo que te digo- repitió.
    -esto no va a funcionar- me senté.
    -párate- ordeno.
    -no te voy atacar de nuevo-
    -bien te daré una patada que te mandara al techo si no te paras en este instante- me pare de mala gana y me cruce de brazos -escucha bien esto, te voy a entrenar hasta que puedas vencer a toda la guardia, aquí el fracaso no existe, y si haces todo lo que digo y no te elevas como siempre podremos avanzar un poco- dijo mirando a los ojos
    -yo no me ele…- me tapo la boca, siempre hacia eso cuando iba a quejarme.
    -recuerdas lo que te dije al principio, no me lo agás repetir, ahora prepárate- me puse en posición de ataque de nuevo.
    -el entrenamiento se suspende- oí la voz de Leti desde la puerta.
    -y ahora que paso- el dijo en un tono muy cordial a Leti (esta vez sin sarcasmo), eran buenos amigos y siempre se apoyaban en todo, sobre todo cuando peleaban con Adrian.
    -Aro la quiere ver- contesto acercándose.
    -no avanzaremos nunca a este paso- replico él.
    -son ordenes- comenzó Leti.
    -y hay que cumplirlas- finalizo Jedrerk, ellos odiaban esa frase pero la repetían como un mantra o algo así; me parecía que a ellos no les agradaba estar acá, y cuando hablaban entre sí, siempre decían cosas con mucha ironía, por ejemplo "el maestro" como llamaban a mi padre, pero la verdad a mi no me molestaba ni un poco, no sentía a Aro como mi padre, y era otra de las cosas por las que me esforzaba.

    La verdad me había puesto vestidos muy elegantes para ver a Aro pero nunca uno tan elegante como este, era straple, tenía una cintica debajo del busto y caía libremente hasta el piso, definitivamente muy elegante, mi cabello estaba recogido con una elaborada moña, ahora si parecía que iba a una fiesta; le había preguntado a Leti que paraqué era todo eso, pero ella tenía la misma información que yo, incuso el vestido no lo había escogido ella, estaba en una caja encima de la cama. Todo esto me parecía muy extraño y me pareció más aun cuando llegamos a la sala y solo estaba Aro, Sulpicia, Jane y Alec; la sala nunca estaba tan sola, incluso pidió a Leticia que se fuera, realmente estaba muy nerviosa.
    -como has estado hija- pregunto mi madre, su tono era muy alegre, emocionado se podría decir.
    -bien- conteste muy nerviosa.
    -tenemos excelentes noticias para ti, estoy segura que te alegraran mucho- dijo con una gran sonrisa, me paso un brazo por detrás y me acerco hasta Aro.
    -quedamos que yo le diría- protesto mi padre.
    -hay cosas que es mejor que lo diga una madre- voltee a ver a mi madre, su expresión era tan alegre.
    -Renesmee- llamo Aro -Adrian ha hablado con nosotros…-
    -y pidió tu mano en matrimonio, por supuesto aceptamos de inmediato- me quede helada, hasta sentí que se me fue el aire por un segundo.
    -¡que!- susurre cuando pude recupere el aliento.
    -Adrian quiere ser tu esposo, y por supuesto me complace su decisión, le has dado un norte y tu estarás muy bien con él, te hará muy feliz, ese es su propósito- dijo mi padre muy serio, aunque feliz.
    -no- voltearon a verme los dos -no, yo no me puedo casar, yo no me quiero casar- sus expresiones cambiaron, Sulpicia se hiso al lado de mi padre.
    -ya di mi palabra- su voz era calmada, pero sus ojos reflejaban mucha ira.
    -pues retírala- dije muy seria.
    -yo nunca me retracto, te casara con Adran te guste o no- su voz aun refletaba calma.
    -no me casare, no me puedes obligar, es mi vida- dije furiosa.
    -mientras estés aquí tu vida me pertenece- su voz ya no estaba tan calmada.
    -pues me iré- me voltee y comencé a caminar.
    -detente- gruño; yo seguí caminando como si no hubiera dicho nada, de pronto mis venas comenzaron a arder, sentía fuego mucho, fuego por ellas, caí al suelo y sentí unas manos heladas, cuando deje de sentir el ardor mi madre me paro de un jalón, voltee a ver y vi la sonrisa de Jane, era como si hubiera deseado hacer esto hace mucho tiempo.
    Sulpicia casi me arrastro hasta mi cuarto, me apretaba muy fuerte del brazo y cuando llegamos me tiro al sofá.
    -que crees que estás haciendo- grito.
    -solo dije lo que sentía no me voy a casar- asegure.
    -nunca desafíes a Aro, ni lo hagas enfadar- suspiro, y se sentó a mi lado -no entiendes que serás feliz al lado de Adrian, el te quiere- trato de calmarme.
    -pero yo no, no puedo estar con alguien a quien no amo, ni siquiera lo recuerdo- dije más calmada.
    -el cariño nace de la convivencia- me abraso.
    Pero yo no quiero cariño, yo quiero amor, quiero un amor verdadero, algo eterno- trate de contener las lagrimas.
    -eso no existe, los "amores verdaderos" solo te hacen sufrir más, solo te destruyen, es mejor algo seguro, que esta hay- su voz sonó como su estuviera en un tiempo muy lejano.
    -pero y si no puedo… yo no quiero… yo…-
    -Aro no se echara para atrás, siempre cumple con su palabra y solo quiere que seas feliz, te queremos como a una hija-
    -y si se equivocan, si no soy feliz-
    -el esta eligiendo lo mejor para ti, no hay más opciones, acepta ese compromiso-
    -hay otra, me puedo ir, no tendría porque casarme- sentí como se tenso.
    -le arias eso a tu familia, te irías por un simple capricho, siempre te hemos tratado coma a una hija y así nos vas a pagar- rompió el abraso y me miro a los ojos
    -no estoy hablando de eso, simplemente es que no quiero que me obliguen a algo que… no puedo-
    -Somos lo único que has tenido, los únicos que te hemos querido, te botaron cuando naciste, no te quisieron, si alguna vez tuviste otra familia te odiaron, ni siquiera te quisieron cerca un segundo, no tenias ni un día cuando yo te recogí y así me lo vas a pagar- eso se clavo muy dentro y las lagrimas salieron; me dolía mucho, me dolía sus palabras, la frialdad con las que las dijo y sobro todo le cuchillo que sentí desgarrándome adentro.
    No pude más y me derrumbe en un segundo sus palabras aun calaba en mi cabeza -si alguna vez tuviste otra familia te odiaron- esa frase retumbo en mi cabeza.
    Cuando abrí los ojos estaba recostada en la cama y mi madre estaba sentada acariciándome el cabello.
    -lamento lo que te dije- me sonrío como siempre.
    -no importa, es la verdad; yo debo ser mas agradecida con ustedes, no debí hacerte pasar tan mal rato- dije levantándome.
    -aceptaras casarte con Adrian- afirme con la cabeza, no me sentía capaz de hablar de eso -Leticia- alzo un poco la vos; al segundo Leti estaba en la puerta -arréglala, y que use el collar que le dio ayer Adrian- mando y luego salió por la puerta, me senté en el tocador, estaba más pálida de lo normal y muy ojerosa.
    -no te pueden obligar a hacer algo que tú no quieres- la mire extrañada.
    -si te oyen eso te cortaran la cabeza- sabia que los vampiros tenían muy buen oído.
    -a mi no me oirán, ese es mi don, cuando lo activo mi escudo, nadie que este fuera puede escuchar, pero adentro puedes oír con toda claridad- comenzó a arreglarme, yo trataba de no desmallarme de nuevo, me sentía muy débil, pero era mental y no físico -te arrepentirás no lo hagas- me dijo cuando me iba aponer el collar -por favor, se nota que estas sufriendo, no lo hagas- me rogo.
    -tengo que hacerlo, Aro y Sulpicia siempre han sido mi familia, no les puedo quedar mal- susurre.
    -Y tú que, tienes que vivir tu vida, te vas a arrepentir, no aceptes- volvió a suplicar, mientras yo retenía las lágrimas.
    -no me voy a arrepentir- era más para cómbeseme a mí que a ella; coloco el collar y salí; cuando llegamos a la sala principal estaba como siempre toda la guardia, muy elegante, las esposas y los tres sentados en sus tronos; Adrian estaba junto a Cayo que tenía una sonrisa de oreja a oreja y hasta diabólica podría decirse; Adrian se aproximo y me guio hasta donde estaba Aro, que estaba de mejor ánimo. Intente sonreí hasta donde más pude cuando Aro, no, era mi padre debía llamarlo así, debía pensar en el así; mi padre anuncio el compromiso y adrian coloco un anillo que parecía muy costoso, me beso con delicadeza y yo intentaba no soltar las lagrima, que no eran precisamente de felicidad, si no de tristeza, de desesperación, pero debía volver a ser la misma la que fui entes de perder la memoria, intentar amar a Adrian y también a mis padres.
     
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    selenita

    selenita Iniciado

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    sol naciente (ness&jake)
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    Recuerdos
    Cada día me sentía peor; no lograba recordar nada, no lograba sentirme cómoda con Adrian ni con mis "padres", me sentía más débil, física y mentalmente, mentalmente porque cada vez me presionaban mas para que saliera un poder que no sabía exactamente que era, y física porque al parecer mi cuerpo gastaba más energía de lo común y la comida humana no cubría las caloría necesarias para que pudiera rendir en los entrenamientos, lo que estresaba de sobremanera a Jedrek; la única solución me daba nauseas, odiaba la idea de tomar sangre, era asqueroso solo pensarlo.
    Pero ahora estaba recostada en mi cama, sin fuerzas para levantarme por no haber dormido bien; la pesadilla había cambiado, el sueño era horrendo y frustrante, me recordaba que nunca podría amar Adrian por más que lo intentara; en el sueño estaba en una iglesia bien decorada como para una boda, mi boda, vestía un hermoso vestido blanco y a mi lado estaba Adrian muy elegante, con una sonrisa deslumbrante, pero cuando me preguntaban todo se iba al traste el hermoso vestido blanco se volvía negro, trataba de escapar y siempre me encontraba con los ojos rojos de Jedrek y al fondo había una silueta no podía definirla bien, la luz me segaba; pero ero esa parte no era constante, a veces podía definir la silueta de un hombre alto y musculoso y otras veces lo que definía era un lobo gigante; la verdad me avía cansado de tratar de encontrarle una definición a mi sueños, era raros he ilógicos.
    Mire, como ya era costumbre mi mano izquierda he encontrarme con el ostentoso aniño colocado delicadamente en mi dedo anular, parecía que tuviera un aviso de neón tintineando y diciendo "mírame, mírame".
    Adrian lo habían enviado tres días afuera y por lo menos hoy no tendría que aguantar su visita matutina, ni su pelea con Leti, si ella tenía razón y mucha, me arrepentía de sobremanera de ese compromiso, pero ya no podía echarme para atrás, no haría ninguna otra escena y simplemente aceptaría mi cruel y triste destino.
    -aun no te levantas- mire a Leticia, llevaba una bandeja en las manos, mi desayuno; me había despertado hace media hora y no tenia intensión alguna de levantarme.
    -no tengo ganas- me deslice por la cama y me tape la cara, sentí que se sentó al borde de la cama.
    -vamos levántate, mira que Jedrek ya te está esperando- me destapo la cara y yo hice un puchero.
    -pues que siga esperando, no quiero levantarme, estoy cansada- parecía una niña chiquita pero era cierto.
    -hoy no está de muy buen genio, no te metas y no nos metas en problemas- dilo seriamente; me tape la cara de nuevo.
    -no quiero-repetí.
    -por qué no se levanta aun?, ya perdimos dos horas de entrenamiento- escuche la voz de Jedrek, si efectivamente, no estaba de muy buen genio hoy.
    -está cansada, y como no quiere alimentarse con sangre seguirá así; la podrías dejar descansar hoy- intercedió Leticia por mí.
    -ese no es mi problema, yo tengo que entrenarla este cansada o no, así que levántate- ordeno pero yo no me moví ni un milímetro, sentí sus pasos y me saco de la cama de un tirón -listo, problema arreglado, te espero- se voltio
    -no quiero entrenar hoy- me había enfurecido
    -nadie pidió tu opinión- dijo con voz mucho más dura que antes -cámbiate si no quieres entrenar en pijama- luego salió tirando la puerta y con mi desayuno en la mano.
    -te dije que no estaba de buen genio- Leti dijo con una sonrisa sarcastica
    -alguna vez lo está- voltee los ojos dramáticamente

    Había estado practicando toda la mañana y la tarde, Jedrek no me había dejado descansar, ni comer, ni nada; para el mi "berrinche" de esta mañana merecía un castigo, y prácticamente me estaba dejando papilla, usaba mas fuerza de la que era necesaria; la mescla de estar en ayunas el entrenamiento y los puñetazos de Jedrek ya estaban causando efecto en mi.
    El entrenamiento consistía más que todo en aprender a hacer piruetas en el aire mientras volaba gracias a los puñetazos que me dejaban sin aire de Jedrek, lograr inmovilizarlo o esquivarlo muy rápidamente, llegar a su cuello o agarrar su cabeza con la suficiente fuerza para arrancarla de un solo tajo, facilísimo, solo que Jedrek era el mejor, y a pesar de que según yo había mejorado, no había logrado darle más de un par de puños.
    -comencemos de nuevo y esta vez trata de hacerlo bien- comenzó a moverse muy rápidamente, casi era un borrón, adivine la trayectoria de su recorrido y corrí para interponérmele, me esquive en un micro-segundo, volví a interponerme y lo agarre de un brazo el rápidamente me izo volar unos metros, pero yo gire rápidamente y caí preparada para atacarlo de nuevo, cogiéndolo esta vez por el cuello y haciendo rápidos movimientos me dejo estrella en el suelo, inmovilizándome completamente.
    -Fallaste- se paro rápido y me senté sintiendo un mareo -de nuevo- se puso en posición pero mi cabeza seguía dando vueltas -que esperas-
    -tengo hambre- sabía perfectamente que esa era la causa del mareo
    -que bien; podemos seguir con el entrenamiento- me paro y me temable
    -es enserio tengo hambre y estoy cansada- repetí exasperada
    -no me importa; ponte en posición de ataque de una buena vez- me soltó y mi pie trastabillo
    -quiero comer algo- roge
    -no- su mirada era tan dura
    -por favor solo un poco, o por lo menos déjame descansar
    -no te has ganado esa comida y si sigues así creo que no la tendrás, y recuerda aquí el descanso no existe, podemos seguir-
    -no, no voy a practicar más, hasta que no coma algo- dije con autoridad, pero sus ojos estaban repentinamente negros, negros como el carbón.
    -tú no mandas aquí, y vas hacer lo que yo te diga- me dio miedo el tono de su voz pero no lo demostré.
    -igual no voy hacerlo bien si no como- me agarro de la muñeca muy fuerte, casi podría jurar que me dejaría un morado.
    -haz lo que yo te ordeno si no quieres tener problemas- dijo tratando de calmarse.
    -no me puedes tocar, le diré a mi padre, lo que estás haciendo conmigo es…-
    -no estoy haciendo nada…- se cayó de repente como si lo que fuera a decir no debiera decirlo, me soltó y comenzó a caminar hacia la puerta.
    -a dónde vas- comencé a moverme lentamente hacia el pero no me respondió -Jedrek, a donde vas- lo rose con las puntas de mis dedos pero eso fue suficiente para que un flashazo recorriera mi mente.
    <<era de noche; una noche despejada se veían perfectamente las estrellas y había luna llena; era un recuerdo cargado de sentimientos, nostalgia y tristeza más que todo; el observaba a una niña, no tendría más de siete años, con el cabello hasta mitad de la espalda y del mismo color de Jedrek, llevaba un vestido gris un poco antiguo, como de los cuarenta y un poco desgastado; ella miraba al cielo con una sonrisa un poco triste
    -są piękne- dijo aun mirando al cielo
    -¡ha!-
    -gwiazdki- dijo señalando al cielo.
    -jeśli, są piękne- suspiro pesadamente - I nie zamierzam być z wami, ale nic się nie dzieje, zawsze cuidare- ella bajo la vista con los ojos llorosos
    -ale…- él la abrazo
    -nie płacz, to dla twojego dobra- le susurro al oído
    -będziemy razem na zawsze,tu- dijo señalando su corazón
    -jeśli, choć moje serce nie może bić, Zawsze w moim sercu twój idąc by być, I promise- le dijo y luego volvió a abrazarla>>
    -quien… quien es - pregunte pasándole el recuerdo
    -como fue…- miro mis manos -y cuando te pido que lo hagas no lo haces-
    -quién es?- volví a preguntarle
    -no te interesa- fue hasta la puerta -se acabo el entrenamiento- anuncio y luego desapareció, yo aun estaba paralizada, ese recuerdo era tan doloroso, no entendía nada de lo que decían pero sabía que se estaban despidiendo.
    Salí de la habitación y comencé a caminar, se me había quitado el hambre, pero seguía desanimada, no entendía porque mi había mirado así, ni siquiera sabía si había hecho algo mal, en tal caso le pediría disculpas, pero tampoco era para que se pusiera así.
    Estaba tan metida en mis pensamiento que no me había dado cuenta de que esta paste de castillo nunca la había recorrido; era un poco mas iluminada y menos tenebrosa, tenia pequeñas puertas pero todas perecían estar cerrada; una de las puertas era de un extraño color blanco; yo que pensaba que aquí no conocíamos colores y como dice el dicho la curiosidad mato al gato, quería ver que haba en esa habitación, pero cuando toque el picaporte de la puerta un flashazo recorrió mi mente.
    <<-mama ya me quiero ir- suplico una niña no tendría más de 10 años, era muy linda su cabello era rojo-cobrizo y lleno de rulos; una mujer bella, pálida, con cabello castaño hasta mitad de la espalda; claramente un vampiro, aunque sus ojos dorados me desconcertaban, se inclino y levanto a la niña con suma facilidad, como si fuera una pluma
    -Nessie, se paciente- dijo para luego sonreírle
    -pero ya me vieron, podemos irnos- dijo haciendo un puchero muy gracioso
    -nos vamos a ir pronto te lo prometo, pero mientras tanto, se la niña más linda y encantadora del mundo- le propuso mientras acomodaba el cabello
    -si mami, lo seré, pero no nos quedemos mucho tiempo- dijo la niña con una sonrisa, luego puso la mano en la cara de la mujer.
    -si los veremos pronto, Ness->>
    -gracias a Dios te encuentro- la voz de Leti me hiso soltar la manija y el recuerdo se esfumo -que paso? por qué no estás entrenando? Donde está Jedrek?- me pregunto mientras caminábamos de regreso a la habitación
    -Jedrek se molesto, y se fue- mi voz sonó horrible; lo cierto es que después de ver ese recuerdo comenzó un dolor de cabeza insoportable
    -que paso?-
    -yo… descargue un recuerdo… pero… no se- ella hiso cara de entender
    -tranquila se le pasara, quieres comer algo- yo asentí con la cabeza, me sentía terrible -ven te prepara algo- dijo cuando llegamos a mi cuarto.
    La comida fue silenciosa, la verdad no tenía ánimos de nada y me sentía terriblemente cansada; intentaba alejar mis pensamientos, no sabía porque no podía alejar a Jedrek de mi cabeza, quería saber quién era esa niña y también saber quién era la otra niña, y esa vampira; hasta donde sabia los vampiros no podían tener hijos, era algo que tenía que preguntar pero no sabía a quién, Leti haba dicho que no sabía mucho sobre híbridos, Jedrek no me dejaría hablarle, la única opción era Adrian quien mejor para preguntarle algo que a él debía saber algo, pero prefería mantenerlo lejos.
    -quieres practicar un poco?- Leticia pregunto después de que terminara de comer.
    -sí, pero no creo que Jedrek allá regresado- dije con poco entusiasmo
    -hay mas guardias, buscare a Demetri o a Alec tal vez alguno quiera practicar-
    -no, no quiero practicar con ellos, no me gusta cómo me miran… es como si…-
    -a mi no me gusta cómo te mira nadie a aquí pero que podemos hacer, te espero en la sala- me dijo sonriendo.

    Cuando llegue a mi habitación no estaba tan cansada como de costumbre, la verdad es que yo no fui la que paro el entrenamiento, Alec y Demetri lo pararon porque se habían cansado de que los venciera en todas las formas posibles, ni siquiera entre los dos me podían vencer; eso afirmada ni teoría había mejorado mucho, pero a pesar de no estar tan cansada al tocar la almohada caí en un profundo sueño.
    Estaba en un bosque hermoso, aunque parecía que había llovido hace poco se veía bien y había mucha luz; vi como un hombre pasaba muy cerca de mi pero pareció no notarme; pero era muy apuesto, musculoso, eso saltaba a la vista, no llevaba camisa, y su músculos estaban muy bien formado. Lo seguía sin hacer ruido solo me gustaba estar cerca a él.
    Se sentó despacio, al lado de una niña, se parecía mucho a la niña del recuerdo tal vez mas pequeña, pero esa ella y levantó la vista:
    - ¿Cómo me encontraste? - sus ojos estaban llorosos.
    - Creo que este ya no es un buen escondite. - respondo secando una lágrima.
    - No me quiero ir.-dijo la niña
    - Pero sabes que no se pueden quedar mucho tiempo. - las lágrimas cayeron más deprisa. Y él la abraso muy fuerte.
    - No quiero alejarme de aquí, de ti. - confesó cuando estaba más calmada, el sonrió
    - Yo voy a ir con ustedes. -ella se separó. Sus ojitos brillaban con emoción, pero luego frunció el seño.
    - No te puedes alejar de aquí, la manada…- le coloco un dedo en los labios.
    - Ya encontré la forma. - ella lo seguía mirando con intensidad. - A la manada no le pasara nada. - ella seguía seria
    - Pero, ¿Y Billy? -
    - Lo visitaré. - ella pareció tranquilizase, le ofreció la mano para qué pararnos y se fueran. Estaban emparamados.
    - Lobito, ¿siempre estarás conmigo? -pregunto la niña el se arrodillo para que sus miradas estuvieran a la misma altura.
    - Siempre. Nunca me separaré de ti.
    - ¿Lo prometes?
    - No, no te lo prometo. Te lo juro. - su rostro se iluminó con una gran sonrisa. -Vamos, sino Edward nos matará. - la cargo en sus hombros mientras ella reía.
    -Renesmee… Renesmee despierta- abrí los ojos y me encontré con Leticia, ella pareció tranquilizarse un poco -hablas dormidas, sabias- dijo levantándose, me incorpore y sentí que mi rostro estaba húmedo, había llorado.
    -no, no lo sabía, que dije- pregunte.
    -solo decías Jake, mi Jake, quien es Jake?- pregunto burlándose.
    -no lo sé- dije alzando los hombros -todo el mundo sabe más que yo de mi vida, recuerdas que estoy amnésica-.
    -pero tal vez estés recordando algo; el subconsciente funciona así-.
    -no lo sé, no lo creo- dije bajando la cabeza.
    -bueno, levántate si no quieres que jedrek que vuelva a enfadar-.
    -regreso?-.
    -sí, anoche ya estaba más calmado- dijo mientras iba al armario -ponte esto, no voy a dejar que te vistas sola nunca más- dijo pasándome un conjunto deportivo.
    -oye no soy una niña- dije levantándome, pero algo vino a mi mente no era de nadie más, era un recuerdo mío.
    << -Esta es la ropa que escogí hoy para ti- dijo una vampira lo sabía por su belleza y su piel pálida, parecía un duendecillo y su cabello era corto y negro con puntas señalando a cada lado
    -tía, creo que ya estoy bastante grandecita para vestirme yo sola- esa era mi voz
    -sí, pero tienes tanto sentido de moda como tu madre- dijo riéndose>>
    -Renessme- Leti chasco llamando mi atención -vístete, Jedrek te está esperando, te traeré el desayuno, no lo desesperes- dijo saliendo del cuarto.

    Llevaba la mañana completa entrenando, el parecía estar más calmado, aunque no me había hablado en toda la mañana si no para darme pequeñas indicaciones, pero parecía estar muy molesto.
    -Jedrek- lo llame.
    -lista para atacar de nuevo- dijo ignorándome totalmente.
    -sí, pero antes quería pedirte disculpas… por mi comportamiento de ayer- él se voltio mirándome como si fuera un bicho raro pero no dijo nada -solo quería eso… que me perdones si de alguna forma te… incomode- el seguía mirándome como si no creyera lo que le dije -pensaba que comenzamos muy mal… siempre hago las cosas mal…- ya me estaba cansando del monologo -que te parece si borramos contadores y comenzamos de nuevo… si somos amigos… o si intentamos… no se… llevarnos mejor al menos- el estaba tieso como si no diera crédito a mis palabras -que dices- intente acabar con el silencio que se había formado; pareció reaccionar y se acerco.
    -digo que si no te pones en posición te pateare el trasero- eso me desconcertó; había tratado de dar mi mejor disculpa.
    -pero…- alzo las cejas en señal de que estaba poniéndose molesto; por lo menos lo había intentado, mi disculpa no había sido suficiente o el simplemente me odiaba y por más que lo intentara nunca le iba a caer bien; me puse en posición de nuevo esperando para paliza de su parte.
     
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    Patii

    Patii Iniciado

    Piscis
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    wooww!!! por fin esta recordandoo eso me agradaa ya quiero saber que pasa
    sigue asi me super encanta la historiaa y la trama y todo (:
     
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    selenita

    selenita Iniciado

    Escorpión
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    Un mal día
    "Vamos a sacar esa cosa de ti antes de que te haga daño. No tengas miedo. No voy a dejar que te haga daño"
    La bola enorme en su estómago hubiera chupado el resto de ella.
    Era un monstruo
    "La está matando, no es así? Se está muriendo"
    "¡Estás agonizando por nada! ¡Nada!"
    "No hay un hermoso bebé ahí dentro"
    "Es un asesino. Mírate"
    Tenemos que matarlo antes de que sea muy tarde.
    La cosa esta creciendo. Rápidamente.
    Destruir a la criatura es nuestra principal prioridad
    "Qué es lo que esa cosa le está haciendo?"
    "El feto no es compatible con su cuerpo. Es demasiado fuerte, por alguna razón, pero ella probablemente aguantará todo eso. El mayor problema es que no deja que ella obtenga los nutrientes que necesita. Su cuerpo está rechazando cualquier forma de nutrición. Estoy tratando de alimentarla vía intravenosa, pero simplemente no lo absorbe. Su condición se ha acelerado. La veo - y no es sólo ella, pero su feto también - se mueren de inanición a cada minuto. No puedo detenerlo y no quiere desacelerarse. No me imagino que es lo que eso quiere"
    El feto es un peligro
    El... feto esta demasiado desligado de su futuro
    No tengo nada en común con ese chupa vidas
    ¿Entonces esta cosa no es la primera de su clase?
    Que la criatura debía morir inmediatamente
    "Arrójalo por la ventana."
    ¿Que mas podría querer tal monstruo que había mutilado brutalmente a su propia madre?
    La cosa era una aberración Un negro y desalmado demonio.
    Algo que no tenía derecho de ser.
    Algo que debía ser destruido.
    La cosa que mato a Bella no permanecería ni un minuto más con vida.
    Su corazón estaba latiendo. El de ella no.
    Desperté pero no Abrí los ojos; sentí que una mano cálida me apretaba; estaba totalmente alterada, mi corazón latía mucho más rápido de lo normal, mi respiración estaba agitada, y tenía un fuerte dolor de cabeza; era el peor sueño que había tenido, la mujer de mi sueño era hermosa, humana pero hermosa, aunque estaba muy débil, sus ojos era color chocolate, exactamente igual a los míos, pero los otros ojos que vi estaban llenos de preocupación por ella pero también había odio, mucho odio tanto que dolía, y me odiaban a mí, lo sabía.
    -Adrian- me sorprendí cuando abrí los ojos, aunque que otra persona tendría mi misma temperatura aquí -que haces aquí- dije incorporándome.
    -te quera saludar, te extrañe demasiado- dijo acercándose para darme un beso, que yo corte demasiado pronto, ya estaba muy nerviosa como para alterarme más -tenías un mal sueño-
    -si… algo así- respondí buscando la bata para ponerla
    -nos vamos a casar, y además te he visto muchas veces, no tienes porque hacer eso- dijo con una sonrisa picara.
    -Adrian yo…-
    -tranquila, se esperar, quieres desayunar conmigo- ofreció con una sonrisa, asistí con la cabeza y me llevo hasta la mesa; la comida estaba servida, el comenzó a comer pero mi estomago no iba a resistir nada de comida, pero sabía que no iba a resistir el entrenamiento así que comencé a comer muy despacio.
    -con que soñabas para que estuvieras tan alterada- pregunto Adrian rompiendo el silencio.
    -no recuerdo- mentí, pero tenía demasiadas dudas que había recolectado en este tiempo, y que habían aumentado con ese sueño -Adrian- lo llame -tengo una pregunta- comente.
    -de que se trata- asistió.
    -bueno no es una pregunta exactamente- el sonrió como animándome -es que… tengo dudas… respecto de lo que… de lo que somos- fue más un susurro.
    -que dudas?-.
    -pues… no se eso de híbridos… bueno es raro- dije.
    -raro?- se burlo, yo torcí los ojos, esto me estaba costando demasiado.
    -somos hijos de vampiros?- inquirí.
    -si-.
    -pero las vampiras no pueden quedar embarazadas- repuse.
    -no, no pueden, haber… nosotros somos hijos de vampiros, pero no de vampiras, como has dicho ellas no pueden tener hijos porque su cuerpo no cambia, de ahí nuestra naturaleza hibrida- explico.
    -entonces nuestras madres son…-.
    -humanas- término.
    -pero… nosotros tenemos cualidades de… vampiro… no sería peligroso- inquirí.
    -sí, sí lo es- dijo bajando la mirada -ellas…, un humano no está diseñado para eso-.
    -que pasa con ellas- susurre.
    -mueren, mueren en el parto- el espero una respuesta de mi parte, pero yo había perdido el aliento -nosotros estamos revestidos por una membrana igual de dura a nuestra piel y cuando nacemos usamos los dientes para salir- me explico.
    -no hay alguna posibilidad de que se salven- pregunte después de unos instantes en silencio.
    -no, no lo creo- su voz sonó ronca.
    -y si alguien las ayudara, no sé si…- mi voz se quebró.
    -ellas quedan muy débiles, si cuerpo casi agoniza mientras nosotros nos gestamos, a pesar que es muy rápido, pero no creo que nada pueda salvarlas- dijo con voz dura, mientras yo trataba de contener las lagrimas.
    -Renesmee- oí a lo lejos la voz de Leticia, mire de donde provenía el sonido, y respire profundo, Adrian se paro y se fue sin determinar a Leti -Jedrek te está esperando, quiere que estés lo más pronto posible allí- dijo mientras yo respiraba profundamente y trataba de reaccionar -vas a terminar el desayuno- pregunto ocupando la silla en la que estaba Adrian -quieres que te aliste la ropa- espero que contestara de alguna forma -Renesmee, estas aquí-.
    -¡ha!- respire profundo.
    -estas bien?, estas pálida- se sorprendió, se paro y se acerco para poner una mano en mi frente -te sientes bien?, necesitas algo?- pregunto.
    -estoy bien, dile que ya voy, ya me visto y voy- intente que sonara fuerte pero no fue más que un susurro.
    -segura, yo no te veo bien, si quieres…-.
    -estoy bien, solo necesito un minuto- la corte.
    -bien, entonces te alisto la ropa y te espero en la sala- propuso, yo asistí con la cabeza, y vi como se movía rápidamente y salía.
    Me pare despacio me sentía sin fuerzas, me sentía terrible, me vestí mientras mi mente revoloteaba una y otro vez sobre todo lo que me habían dicho, sobre ese sueño; no era un sueño, no para nada, eran recuerdos, era una realidad, yo era un mostro Algo que no tenía derecho de ser. Algo que debía ser destruido.
    Me recogí el cabello con una coleta alta, mientras me miraba al espejo de al fondo de la habitación, intente no concentrarme en el reflejo, no quera verme, pero falle en mi intento y me concentre en mis ojos, ese bonito color chocolate igual al de ella; ese color que yo había apagado, que no merecía tener, la furia y el odio fueron creciendo en mi interior mientras miraba el reflejo, quería lastimarme, quería por lo menos hacerme un poco de lo que le había hecho a ella; y no pude contenerme más, lance un puñetazo al espejo haciendo que se rompiera en pedazos, pero no sentía nada, ni dolor, ni ardor, nada; me deje caer encima de los trozos del espejo y me abrase las piernas mientras las lagrimas salían, sentía tanto odio, tanta ira; no me podía causar ningún daño, pero si pude causarle mucho a ella, tanto que la mate, apreté uno de los trozos del espejo con mi mano, sentía que se hacía polvo pero nada más.
    A pesar de que intentaba no pensar llegaban frases a mi cabeza, era difícil reprimirlas; si alguna vez tuviste otra familia te odiaron y tenían toda la razón de hacerlo, hasta yo misma me odiaba, me odia por ser lo que era, odiaba ser Renesmee Vultir.

    -cuando dije que te quería en cinco minutos abajo, esperaban que fueran tres- oí la voz de Jedrek muy lejana; no sabía si había pasado un minuto o una hora y la verdad no me importaba, ya no me importaba nada, no había parado de llorar, tenía los ojos hinchados, pero que era eso a comparación de todo lo que había hecho.
    -donde esta Adrian?- lo oía vagamente, más cerca, pero realmente mi mente no estaba funcionado y cerré los ojos deseaba estar sola -te hizo algo?- oí como se arrodillaba y tocaba mi mano, esperaba que yo le respondiera pero realmente no tenía fuerzas para nada -que paso?- su voz se tensiono un poco más.
    -fui yo la que rompió el espejo- mi voz sonó ronca, cansada.
    -por qué?- inquirió.
    -no quería verme- respondí en un susurro.
    -no era más fácil alejarte del espejo- se burlo, yo no tenía ánimos, ni genio para aguantarme sus mofas, así que me gire rápidamente.
    -no gires sobre los cristales, te puedes hacer daño- dijo cargándome sentí que me deposito en algo suave, supuse que era la cama.
    -no funciona ya lo intente- asistí.
    -aún así es peligroso- no respondí a eso, no tenía ganas, solo quería llorar, y me dedique a hacerlo, pero lo sentía, aun sentía si mirada sobre mí.
    -Anioł, nie powinien opłakiwać- abrí los ojos y lo intente mirar, pero mis ojos estaban nublados por gruesas lagrimas.
    -que te hizo?- me pregunto con voz dura aunque no supe definir lo que veía en sus ojos.
    -quien?
    -Adrian, que te hizo?; necesito saberlo para partirle en cuello- sus tono me produjo un escalofrió.
    -el no me ha hecho nada- respondí.
    -segura?, no voy a dejar que te hagan algo y no lo paguen- acaricio mi mejilla, para secar un poco mi cara, a pesar de que sus dedos eran gélidos su contacto ardió.
    -sí, el es muy amable, no me hizo nada, porque ha de hacerlo- su expresión se endureció.
    -no confió en el-.
    -lo he notado- sonreí un poco.
    -pero si él no te hizo nada, por qué lloras?- inquirió, volví a tensarme, no quería responder a eso pero por su expresión supe que no lo iba a dejar.
    -yo… odio lo que soy,… odio lo que hice- su cara reflejo toda su sorpresa, y sabia que no entendía -mate a mi mama-.
    -no lo creo- contradijo de inmediato - jesteś aniołem
    -que
    -no deberías creer todo lo que te dicen-
    -no me lo dijeron- espero -lo sé, lo recordé- explique
    -lo recordaste?- dijo incrédulo
    -si, se cuanto me odiaron por eso; lo débil que ella estaba… por mi causa- expuse
    -no eras muy pequeña para recordar eso- contra ataco, no sabía porque hacia eso, por que trataba de convencerme que no era cierto.
    -tal vez… los… los descargue- titube, el hizo cara de no creerme, igual no me importaba; cerré los ojos y volvieron las lagrimas, me sentía incomoda, lo único que quería era estar sola.
    -pareces molesta- dijo para romper el silencio.
    -conmigo- aclare y con otro que no sabe que es querer que te dejen sola pensé.
    -te propongo algo- abrí los ojos y espere -porque no sacas esa energía reprimida conmigo- lo mire con cara de interrogante.
    -vamos abajo e intentas vencerme- aclaro.
    -vencerte es imposible-
    -nada es imposible, ven saca toda esa energía- me dio un sonrisa la cual me dejo si aire, y comencé a meditar la idea
    -funciona?-pregunte incrédula
    -claro, es mejor sacar todo lo que tienes adentro- me extendió la mano, yo la tome y me ayudo apararme, era raro lo amable que se comportaba.
    -entonces ya voy- me dirigí al baño pero no lo oí salir, voltee la vista
    -no quiero que rompas otro espejo- aclaro, y yo volteé dramáticamente los ojos
    Me lave rápido la cara y salimos el siempre caminaba detrás de mí, como si me fuera a escapar o algo, a donde escaparía, no tenía ningún otro lugar para ir; cuando llegamos a la sala me ofreció una sonrisa retadora, hasta podía decirse que picara, nos pusimos en posición y comenzamos a practicar.
    El era rápido como un guepardo, claro haciendo comparación con los vampiros, era rápido y fuerte, aunque yo también lo era y tenía razón, tenía demasiada energía cargada y me era muy fácil moverme con agilidad y no sé como logre atraparlo contra la parad e inmovilizarlo, era la primera vez que le ganaba, acerque mi nariz a su cuello, como me había enseñado que se debía atacar; los diente directo al cuello, obviamente no iba a morderlo pero así podía disfrutar mejor de su aroma, era único, como nieve, canela, pino, prado húmedo y… sol, como huele cuando amanece.
    -Jedrek- una voz femenina me saco del trance, voltee a ver era Heidi, ella sin duda era la vampiresa más linda de aquí, además de que si manera de vestir acentuaba mas esos puntos que la hacían totalmente irresistible tanto para vampiros como para humanos; creo que ella era la que utilizaban para cazar "el alimento", siempre llegaba con un aroma que hacía que mi garganta ardiera, por lo que la mantenía alejada todo lo posible, pero hoy no tenia ese peculiar aroma.
    -bien- me felicito Jedrek apartándome y luego se dirigió a Heidi -Buon giorno bella, che mi servono- dijo alegremente, ese vampiro estaba realmente raro hoy.
    -Io che vengono a offrire i miei servizi- dijo muy sensualmente -quieres algún encargo especial-
    -sabes que no- siguió su juego, y estaba comenzando a enfurecer.
    -seguro- la forma en que se le estaba ofreciendo era... ha me irritaba.
    -sí, sabes que no me alimento de esa forma- y la forma en que le seguía el juego me dadba una punzada.
    -bueno, siempre puedes volver a lo tradicional- y cada vez mas irritada.
    -lo tradicional no es buscarlo por uno mismo- bromeo
    -lo tradicional de aquí-
    -no gracias, entonces nos vemos, disfruta la caza- cogió su mano y la beso, Heidi se aprovecho y le dio un beso muy cerca a sus labios y se fue caminando muy sensualmente.
    -bueno, ven te voy a enseñar algo- camino hasta una puerta y saco dos cajas de madera, yo seguía muy molesta, no sabía que rayos me pasaba, he intente calmarme.
    -te voy a enseñar el bello arte de la esgrima- dijo abriendo una de las cajas donde se encontraban dos espadas aquedadas, eran muy bellas, tome una y como si no pudiera evitarlo pase el dedo por su filo, pero el sonido que produjo no fue en esperado, el chirrido fue espantoso, cuando mire mi dedo estaba intacto.
    -no tiene filo-
    -si fueras humana te hubieras quitado el dedo, esas no nos hacen nada- explico.
    -entonces para que aprendo algo que no me va a hervir-
    -te va a servir, aprendes equilibrio, destreza, agilidad... además esas no son las que vas a usar- me sonrió y abrió la otra caja -estas son las que vas a usar- vi las espadas que habían allí eran de un plateado mucho mas brillantes que las otras, volvía a pasar el dedo por el filo pero en cuando sentí en corte lo quite y lo lleve a la boca, el sabor no era apetitoso pero hizo a mi garganta arder, cuando saque el dedo la estaba curado por completo.
    -oro, revestido con titanio, acero, y baño de diamante; suficiente para debilitar cualquier vampiro, causa heridas más o menos grabes si la aprendes a usar bien, pero no mata a ninguno, solo es para debilitarlo- cerro la caja y la guardo.
    Cuando regreso tomo una de las otras espadas y me la paso -lo primero es aprender a cogerla- se posiciono detrás de mi y tomo mis brazos, y mi corazón comenzó a sonar como loco, y aparecieron mariposas en mi estomago.
    -la espada es solo la extensión de ti brazo, debes contactarte con ella- su aliento pego en mi cuello, tenía las manos sobre las mías, estaba totalmente loca, desconcentrada y alterada, no podía cree que me pasara esto y con él.
    ...
    Paso todo el día enseñándome los movimientos que eran más eficaces, yo intentaba concentrarme, pero parecía misión imposible y a pesar de todo había grabado cada palabra, era la primera vez que me molestaba no tener que concentrarme lo suficiente para grabarme y aprender las cosas; me mando a la habitación temprano, lo que fue mucho más raro aun; pero cuando llegue Leti me esperaba con un vestido de dos piezas un corset y una falda que llegaba un poco antes de la rodilla y un poco ajustada, de color negro, por supuesto; y ahora me estaba ahogando gracia a que Leticia no sabía medir su fuerza al ajustar un corset, y luchaba con todas mis fuerza para lograr soltarlo un poco.
    Cuando Leti entro tenia puesto una capa larga gris, y a mi mente llego otro recuerdo: era muy pequeña estada en un claro, había mucha gente, y el prado estaba cubierto de nieve, de repente entraron más personas al claro, todas con capas, y yo estaba aterrada.
    -ten ponte esto-me paso una capa un poco más oscura que la que tenia ella -volviste a tener la cara de esta mañana- comento
    -estoy bien- me puse rápido la capa y salimos hacia la sala; cuando llegamos vi que habían mas vampiros que lo habitual, todos con capas y la gran mayoría no los conocía, Adrian me dirigió al lado del trono de Aro, al parecer nosotras éramos las únicas que faltábamos, porque los suaves murmullos que se escuchaban pararon y mi padre se paro.
    -amigos míos- comenzó, esto iba a hacer un discurso de político barato o que -me alegra contar con su compañía; saber que no solo cuanto con aliados sino con amigos que se enfrentarían a cualquiera por mantener la paz en muestro mundo y como bien sabemos hay algunos que han decidido enfrentarse a nosotros; por eso pido su colaboración y pudo que combatan a nuestro lado.- hubo un gran bullicio, y la mayoría afirmaba su colaboración con los Vulturi, Aro se sentó y Alec tomo la palabra.
    -nos han informado de que los rumanos han decidió atacarnos y además tenemos que cobrar justicia al aquelarre de los Cullen- ese nombre me sonaba y mi cabeza comenzó a doler, era como si algo quisiera salir, pero hubiera algo que lo evitaba, que presionaba con fuerza para que no saliera.
    -así que nos dividiremos, unos se quedaran aquí esperando el ataque de los rumanos, y otros irán por los Cullen- hubieron otros murmullos a los que yo no puse atención me dolía demasiado la cabeza.
    -tenemos el arma perfecta para atacar el escudo de Bella Cullen- intervino Jane -así que será muy fácil vencerlos- termino con una sonrisa, sentí que muchos ojos se posaron en mi.
    -mis queridos amigos, gracias por su lealtad, en un momento les ofreceremos un banquete- termino Aro.
    Todos se dispersaron y me fui despacio, el dolor de cabeza me estaba matando, Adrian se puso al frente mío -te vas ya, espera un poco esto aun no termina-
    -no me siento bien Adrian- dije
    -tranquila, se te va a pasar- en ese momento se acercaron Alec y Demetri.
    -que bien nos encontramos a la parejita- dijo Demetri.
    -sí que buen, no había tenido la oportunidad de felicitarlos- Alec cogió mi mano y la beso -siempre puedes retractarte, hay mejores opciones- vi la mirada que le dirigió Adrian era de esas que reflejas que si las miraras mataran lo hubiera hecho.
    -que gracioso Alec- murmuro Adrian agarrándome por la cintura.
    -sabes que no fue justo-se dirigió a adrian -reconsidéralo- dijo mirándome.
    -Adrian el amo que era hablar con usted- dijo Leti acercándose, le debía una.
    -en un momento regreso, no te vayas- me susurro al oído.
    -y cuando será la próxima paliza- intervino Leti.
    -solo le estábamos dando algo de ventaja- se burlo Demetri.
    -pues no parecía- murmuro Leti.
    -bueno nosotros tenemos que hacer más cosas, que se diviertan- de despidió Alec.
    -ya veo porque el afán de Aro en casarte- dijo muy bajito Leti.
    -que- me había perdido.
    -estas causando estragos en su guardia, no lo has notado- dijo burlándose.
    -que estragos-.
    -bueno recuerdas porque fue la guerra de Troya- pregunto.
    -porque Elena se fue con Paris- respondí.
    -y Aro no va a dejar que por una mujer su guardia se descontrole- eso me sorprendió.
    -yo no creo que…-.
    -se nota que nunca te miras realmente a un espejo- negué con la cabeza.
    -me quiero ir, me siento enferma- susurre.
    -pues no sé si te puedas ir, pero espera un poco- me sonrió; recorrí el salón con la mirada y vi que Jedrek estaba hablando muy cerca con Renata, no sé porque me irrite de repente, pero también note que muchas también lo miraban.
    -es todo un Casanova- dije irrita, Leticia siguió la dirección de mi vista, y soltó una risa irónica.
    -no te fijes en la imagen que muestra, el mucho más que eso- comento.
    -lo conoces bien?- pregunte.
    -digamos que congeniamos, desde que llegamos aquí somos buenos amigos-.
    -porque?-.
    -es una larga historia, y este no es lugar para contarlo- explico -te puedo dejar un minuto sola-.
    -si claro- se fue y comencé a sentirme incomoda, camine despacio hacia la puerta trasera de la sala
    -adónde vas- oí la voz de jedrek detrás de mí.
    -a mi habitación- respondí girándome.
    -tan aburridos somos que te quieres ir ya- se burlo.
    -la verdad es que me duele la cabeza- explique.
    -excusas- susurro en mi oreja -bueno yo si me voy, no quiero pasar un mal rato- no me dejo preguntar nada cuando ya se había ido, de repente todos los murmullos se callaron, y un olor penetrante quemo mi garganta, voltee a la dirección del olor cuando vi que uno de los vampiros se acercaba a un humano y lo mordió por el cuello, la gente comenzó a gritar y el olor se hizo más penetrante; me tape los oídos con las manos y me gire pero el olor seguía era penetrante e incitante, y no sé si por el olor o por lo nerviosa que estaba un recuerdo llego a mi mente.
    Era confuso, desbastado, cubierto por dulce y sangre. A pesar de esto, su expresión en el recuerdo se volvió en una sonrisa; sus ojos cafés brillaron sobre los sus profundos círculos. La imagen se extendió, su rostro se volvió más cerca para ver un punto de ventaja y luego susurro
    "Renes… mee. Tan… hermoso."
    Tenía que soportarlo, no podía matar a nadie, como pude me tape la nariz y salí corriendo, quería irme de ese sitio, no quería volver a acercarme, no sabía por dónde corría, pero los gritos se apagaban, nunca había estado por esta parte del castillo y sabía que estaba perdida, voltee por uno de los corredores y choque con algo, era Jedrek.
    -ven conmigo- tomo mi mano y me deje conducir por él, sabía que estaba a salvo, la sonrisa que me había dado me había dado mucha confianza.
     
  10.  
    selenita

    selenita Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    4 Abril 2011
    Mensajes:
    20
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    sol naciente (ness&jake)
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    20
     
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    3792
    Una historia triste
    Los arboles pasaban como borrones, no podía distinguir nada no solo porque mis ojos estaban llenos de lagrimas sino porque Jedrek conducía como loco, a pesar de que no me pareciera incomodo, intentaba dejar mi mente en blanco pero entre mas lo intentaba mas imágenes de la horrenda masacre que había presenciado llenaban mi cabeza.
    -estas bien- Jedrek me saco un momento de mi mente, cuando me di cuenta el no miraba el camino, sino a mí, le hice señas para que volviera la vista, me dedico una sonrisa que izo que mi corazón saltara y volvió a mirar al frente.
    -es horrible, toda esa gente-susurre
    -es parte de lo que somos- dijo Jedrek torciendo el gestó
    -debe haber otra forma- dije mas para mí que para él, vi como se encogía de brazos y el carro se detuvo en un momento estaba junto a mi puerta para abrirla.
    -ven- me tendió la mano y me ayudo a bajar, estaba demasiado nerviosa y al parecer eso me volvía torpe; me guio hasta una casa hermosa, tradicional de esa parte con dos grandes balcones, que parecían tener macetas, era color arena y a pesar de lo antigua estaba muy bien cuidada.
    -es tuya?-
    -no, vamos a invadir esta casa, cuando llegue la gente los devoramos y nos quedamos con ella- note la burla en su voz, pero no estaba para bromas y mucho menos de ese estilo; lo taladre con la mirada -es mía, tranquila- dijo serio, abrió y me invito a pasar; entre temerosa, muy despacio y detallando todo a mi alrededor, no parecía que un vampiro viviera allí, era muy acogedora totalmente diferente al palacio de los Vultiri.
    Me di cuenta de que Jedrek ya no estaba, ni había sentido cuando serró la puerta; alcance el interruptor, a pesar de que veía muy bien al prender la luz vi lo bonita que era por dentro, grande, espaciosa, definitivamente allí no viviría un vampiro, o por lo menos uno de los que yo conocía.
    Sentí de nuevo ese olor que hacia arder mi garganta, voltee a la dirección del olor y vi a Jedrek con un vaso metálico, de allí era donde salía el olor; me ofreció el vaso pero yo negué con la cabeza no parecía capaz de hablar.
    -la necesitas, es mejor mantener esa parte controlada- yo simplemente volví a negarme -es donada, te aseguro que nadie ha muerto por esta sangre-
    -yo no…-
    -ten, por favor, es mejor esto, a que cuando te encuentre con un humano no te puedas controlar si sigues en abstinencia- tome el vaso pero no tome de el -tranquila, si quieres te dejo sola- asentí y se fue hacia las escaleras, tome del vaso, el sabor era realmente bueno, que comencé a beber muy rápido, hasta que sentí que en el vaso ya no quedaba, lo sacudí un poco, pero luego me enfade conmigo por haber reaccionado de esa manera, era sangre, pero estaba deliciosa.
    Me quede con el vaso en la mano y me quede detallando la casa, sentí unos pasos y vi bajar a Jedrek, traía una camisa azul clara y un Jean, nunca lo había visto tan deportivo u sin usar negro, ya no se veía tan pálido.
    -vez no es tan malo- le sonreí un poco aunque seguía muy nerviosa, aunque no sabía con exactitud porque era -porque no te relajas estas a salvo-
    -es que…
    -si ya sé, no es agradable ver eso pero tranquilízate, si quieres te vas ya a dormir, te aliste la cama, no sabes el tierrero que salió, nunca la uso-
    -no tengo sueño, estoy demasiado nerviosa para dormí-
    -dicen que tomar una ducha antes de dormir ayuda mucho, también esta lista- le sonreí y me guio hasta el cuarto de baño.
    -bien tienes que tener cuidado, tienen truco, es una casa antigua, tiene sus defectos-
    -en realidad es hermosa-
    -bien tienes toallas, jabón, shampoo, un cepillo y crema de dientes en ese cajón- dijo señalando todo -necesitas algo más-
    -no gracias eso es suficiente-
    -hmm… no tengo ropa para mujer… pero bueno encontré esto… tal vez te quede grande…-dijo pasándome una ropa muy buen doblada
    -gracias- dije recibiéndolas -es perfecto-
    -bien entonces te dejo, la habitación es la de al fondo, a mano derecha, acomode todo para que puedas dormir, no es tu cama gigante de diamantes, pero es cómoda, y prácticamente es nueva-
    -es perfecto, aun no le encuentro uso a las gemas así que no las voy a extrañar- trate de bromear
    -buen entonces si necesitas algo mas estaré abajo- dijo saliendo.
    Después de quemarme más de cien veces logre estabilizar la temperatura del agua e intente relajarme, lo que hasta ahora había sido caso imposible, sentía mariposas revoloteando en mi estomago, y en mi cabeza ya no estaban esas imágenes horribles, sino Jedrek, había invadido mi mente por completo; no sabía porque me comportaba de esa manera no te hagas, tu sabes perfectamente y esto era otra cosa que ya me estaba irritando y ya no aguantaba más a mi vocecita interna diciendo cosas sin sentido.
    Jedrek era solo otro vampiro mas ese listo, fuerte, inteligente, cariñoso, guapo, sexi; basta le grite a mi mente, esto era de locos ya hasta hablaba con migo misma, Jedrek no podía gustarme, además que caso tendría, yo me iba a casa con Adrian no lo quieres, y nunca lo vas a querer, pero se aportado bien con migo no se merece eso no estás haciendo nada; que estés a dieta no quiere decir que no puedas ver el menú, cállate.
    Salí de la ducha, eso no estaba funcionando; me seque rápido y me puse la ropa que me había dado, me quedaba demasiado grande, pero era esto o ese incomodo corset que tenia impregnado el olor a sangre, y la verdad prefería esta ropa arregle las mangas, me peine y cepille mis dientes lo más rápido que pude y salí.
    La casa estaba totalmente en silencio, como si no hubiera nadie, camine hacia donde me había indicado, pero aun no tenía ganas de dormir, encendí la luz del living y me percate de los estantes; tenía una gran cantidad de Cd de todas las épocas y libros muchos libros, mire los títulos, la gran mayoría no entendía los títulos, estaban en otro idioma, pero los otros eran clásicos, Shakespeare resaltaba, tenía todas sus obras, seguí viendo mas títulos pero uno de los libros no tenia titulo, lo saque con cuidado, por delante tampoco tenía marcas, así que decidí darle una ojeada.
    Para mi sorpresa no era un libro, era un álbum de fotografías, eran antiguas, a blanco y negro, algunas tenían los bordes quemados, me senté el es sofá y me puse a ver las fotos, la primera tenía a una pareja joven, lo pesaban los veinte años, vestían muy elegantemente, y ella tenía una sonrisa y los ojos brillantes.
    La otra foto tena a la misma pareja, pero con un niño de unos diez años, y ellos se veían mayores, la otra tenia al mismo niño pero con otra pareja que era mucho mayor, las fotos siguiente combinaban las parejas y se notaba el paso del tiempo, el niño iba creciendo hasta que me di cuenta de que ese niño era Jedrek, en esa foto tendría unos dieciséis o diecisiete años, de repente me entro la curiosidad de saber cuántos años tenía; en la siguiente foto la señora más joven cargaba un bebe y Jedrek tendría unos dieciocho años.
    -creí que ya te habías acostado- la voz de Jedrek me saco a la realidad, escondí le álbum con una mano detrás de mi espalda y lo vi entrar al living.
    -no tengo sueño- dije parándome
    -la ducha no te sirvió?-
    -sí, estoy más relajada, pero si me voy a dormir ahora tendré pesadillas- explique
    -que tienes allí?-
    -en donde?-
    -en la mano- saque la mano que tenía libre y la agite en el aire -la otra- saque el álbum con mucho cuidado
    -yo no sabía lo que era… me di curiosidad… y bueno… lo siento- dije demasiado rápido, bajando la mirada avergonzada, recordaba como se había puesto cuando me paso ese recuerdo.
    -ha! Descuida-
    -no te molesta?-
    -no, total puedes verlo… con tu don y todo eso lo verías de ese álbum o de mí-
    -no funcionan siempre, ni siquiera entiendo cómo funciona y además no entendí nada, no tiene traductor; que idioma es?-
    -polaco, y si hicieras lo que te digo ya funcionarían perfectamente-
    -hago lo que puedo, yo ni siquiera sé que hacer, es más fácil el entrenamiento físico- me queje
    -si, es más fácil-
    -bueno, no estamos entrenando-
    -entonces te vas a dormir ya?-
    -no, ya te lo dije no tengo sueño-
    -entonces que quieres hacer- pregunto sentándose en el sofá, hice lo mismo, mientras se me ocurría que hacer
    -cuéntame ti historia- propuse curiosa
    -no querrás saberla, es larga y no mejor hagamos otra cosa-
    -bueno si no me la quieres contar, puedo verla- dije abriendo el álbum esperando a que funcionara.
    -no lo hagas- dijo cogiendo mi mano -si quieres sacar recuerdos es mejor que lo hagas de mi, quedaras débil- quede perpleja
    -como?-
    -soy tu entrenador- explico
    -pero como es que…?-
    -se que te duela la cabeza- asentí -cuando tomas recuerdos de los objetos es como… como si dieras energía y se devuelve en forma de recuerdo, cuando termina el contacto, termina el recuerdo, mientras que cuando lo tomas de una persona es como si tomaras energía y ves el recuerdo completo- quede sin palabras, nos quedamos en silencio un rato.
    -entonces me vas a contar ti historia- no pregunte más bien suplique, tenía demasiada curiosidad.
    -si quieres- es encogió de hombros, le sonreí y suspiro pesadamente -por donde comienzo- se quedo pensando un rato
    -mi padre tenia dieciocho años cuando conoció a mama, ella tenía quince, pero era judía y papa católico, en esa época en Polonia los judíos y católicos vivían en las mismas calles, eran amigos pero no podían enamorarse, has escuchado eso de juntos pero no revueltos, bueno era así, pero papa se enamoro de ella, y era obvio que no los iban a dejar, papa contaba con una gran herencia, pero a mi abuelo eso no le interesaba. Así que es escaparon y se cazaron, el compro una casa, y año y medio después nací yo, el 15 de septiembre de 1921.
    <<mama viva muy triste porque no podía ver a sus padres, hasta que mi papa hablo con ellos y perdonaron a ni mama, con la condición de que siguiera siendo judía, y a pesar de que yo ya estaba bautizado me enseñara las costumbres; y así crecí, la abuela pasaba demasiado tiempo en la casa, y papa y el abuelo se hicieron muy buenos amigos; el señor PatrykLarysz era el mayor comerciante que yo había conocido y creció mucho la fortuna de papa, quería que yo fuera a una universidad que me educara, pero yo quería ir al ejercito, pero cuando cumplí los dieciocho mama quedo embarazada y yo siempre había querido una hermana, así que me quede, y cuide a mama porque papa viajaba mucho y mi abuela no estaba para esos trajines.
    <<Amelie, era la niña más linda que yo había visto, la amaba, la amo, es por lo que estoy aquí sin ella…
    -que paso?-
    -la guerra, nadie se salvo de eso, Amelie, tenía dos años, no la aviamos bautizado, y todo hijo de judío era considerado judío; un día papa llego de un viaje muy angustiado le dijo a mama que empacara lo que pidiera, que la enviaría a Lublin, Varsovia era muy peligroso para un judío; esa día había hecho un negocio con unos alemanes, le contaron lo que estaban haciendo con los judíos, y que también el gobierno pensaba en expandirse por Europa.
    <<papa y el abuelo peliaron, el abuelo decía que no se iba esconder, que estaba orgulloso de ser judío y que nunca se escondería por ello; mi madre y la abuela intervinieron y se fueron; papa y yo organizamos un escondite mejor, vendimos todo y compramos una casa en un pueblo llamado Prusewo, ni aparecía en el mapa, era cerca a la costa y llegamos con la historia de que papa era viudo y yo su único hijo; luego los trasladamos a escondidas; Amelie paso su infancia escondida como si fuera un criminal, nuca salió de ese cuarto de tres por tres en donde ni siquiera llegaba un rayo de sol.
    Tenía las manos cerradas como puños y si pudiera llorar lo hubiera hecho, pero no de tristeza sino de rabia.
    <<en el pueblo vendíamos cosas, no podíamos contar con la fortuna de papa, llamaríamos la atención y eso era lo que menos queríamos, esconder judíos era un crimen, pero note que había una muchacha…
    -te enamoraste de ella?- de solo pensarlo algo ardió dentro de mí.
    -no, no podía pensar ella de esa forma, era muy buena y no viva en este mundo, a pesar de todo, de que ella y su hermana quedaron huérfanas, no guardaba ningún rencor, pero ella compraba cosas para más de dos personas, cuando la descubrí me suplico que no la delatara, estaba escondiendo a más de veinte personas que ni siquiera conocía, yo le conté que estaba escondiendo a mi familia, y entonces me pidió que si podía pasar a algunos, papa no puso objeción, estaba contento de ayudar.
    <<escondimos a cuatro niños muy pequeños, y sus abuelos, y a una pareja, era increíble ella estaba embarazada tenía como seis meses y Jaim estaba feliz, tenia esperanza de que todo iba a estar bien, de que la guerra se iba a acabar, cosa que yo había perdido, sabía que algo iba a salir mal, aunque cuando veía a Amelie sonreír me daba algo de esperanza.
    -pero algo salió mal- susurre, sonrió ligeramente, pero era una sonrisa triste.
    -ese año celebramos navidad, hasta los judíos la celebraron, en noche buena saque a Amelie un rato ella le fascinaba el cielo y las estrellas, fue día muy bonito, alegre, a pasar de todo, pero el día de los inocentes llegaron los Nazis al pueblo, alguien nos había denunciado, y no solo a nosotros, habían más de diez casas en las que escondían judíos; papa se puso a pelear con un militar y ese… no dudo en disparar, cuando sacaron a mama se puso histérica cuando vio a papa tirado, y también le dispararon, se llevaron a los niños Amelie solo lloraba, cogieron a los ancianos, embarazadas, niños de más de siete y los fusilaron; yo entendía un poco de alemán y escuche que a los niños pequeños se los iban a llevar, no se a donde, solo que no los iban a matar. A mí y otros que tenían mi edad nos metieron en un tren directo a Auschwitz.
    -cuando te convertiste en vampiro? Cuanto tiempo duraste en ese campo de concentración?
    -no llegue, era los días más duros de invierno y yo solo iba con un saco, nada que realmente protegiera, además iba muy cerca al puerta, bueno donde se suponía que debía ir la puerta, nadie se atrevía a escapar, estaba enrejado, minado y custodiado, además avía mucha gente en ese vagón, realmente todos iban así, ni siquiera te podías sentar, aunque muchos caían por hipotermia, Jaim murió primero, el ya no tenía por quien luchar, pero yo esperaba salir y salvar a Amelie; de esa parte no me acuerdo con exactitud, supongo que la hipotermia me venció, y me tiraron fuera de tren como todos, solo sé que sentí algo punzándome y luego mucho calor, pensaba que me había ido al infierno, tenía demasiado rencor, pero Lucas me explico que estaba vivo y el dolor se intensifico, y le pedía que me matara, el solo decía que lo perdonara, que terminaría pronto, y cosas así.
    <<cuando el dolor termino me sentía diferente y Lucas me explico que me había convertido en un vampiro, pero no quería alimentarme de sangre de humanos, y me explico que me había mordido porque creía que estaba muerto, se alimentaba de gente que había muerto una buena opción, pero cuando me oyó se detuvo, experiencia de doscientos años dijo, así que me quede con él y me enseño a alimentarme de esa manera.
    -entonces nunca has matado a nadie- su mirada se ensombreció de repente
    -avece cometemos errores, pero no fue para alimentarme…; ya habían pasado dos años y ya no era un neófito loco por sangre, le había contado a Lucas sobre Amelie, y encontramos la manera de sacarla y allí estaba el mismo que le había disparado a mis padres, no pude resistirme, pero no tome su sangre.
    -el recuerdo…
    -fue de esa noche, le había prometido que cuando terminara eso veríamos las estrellas, y me lo hizo cumplir, yo no me acordaba de eso; también sabía que no se podía quedar conmigo era peligroso, así que fuimos a Inglaterra, no estaba tan destruida, y allí la adoptaron una pareja muy buena, tuvo hijos, nietos, la quieren y la cuidan mucho, es feliz, eso es lo importante.
    -como es que terminaste con los Vultiri, no es lógico, no tiene sentido- alguien como el no podía, no debía estar acá.
    -es otra historia.
    -ya me has contado una, me da mucha curiosidad-
    -hace algunos años a algunos vampiros, se les entre la obsesión de derrocar a los vultiris, uno de ellos fue Lucas, los Vultiri se encargaron de eso, pero los que estaba cerca de esos vampiros tuvimos que entrar a la guardia, muchos entraron gustosos, pero Leticia y yo no, Adrian no nos puede dominar tan fácil.
    -porque lo dices? Adrian…
    -la telequinesis forma como una capa de protección en mi cerebro, y Leticia es un escudo.
    -eres telequinetico- es álbum comenzó a flotar y llego al lugar que lo había sacado, me sonrío y alzo una ceja -wau, no te había visto usarla, que mas puedes hacer-
    -detener personas… no es tan genial, aunque flotar es divertido- sonrío y luego suspiro pesadamente, su expresión volvió a cambiar
    -todos los vampiros tiene trastornos de personalidad?- su expresión quedo congelada
    -porque lo dices
    -pues… ahí unos días me tratas como si me odiaras, ahora eres muy amable, pero hay momentos en que no se, cuando hablas de los Vultiri o de Adrian te tensas, o ase un momento estabas bien, y te tensaste en un segundo.
    -estaba recordando algo, y no te odio, solo no me gusta que estés aquí, bueno no aquí- corrigió al ver mi expresión -sino con los Vulitiri, eres… no deberías estar acá-
    -estoy con mi familia- afirme pero sus manos se tensaron, y de repente necesite cambiar el tema, si no había llorado con sus recuerdos, lloraría con los míos, aunque seguía inquieta -porque no te agrada Adrian-
    -estoy seguro que él fue…
    -fue…
    -es mejor que no lo sepas, no tengo nada confirmado, y protegería tu mente- trato de explicar, pero su respuesta me dejo aun más inquieta
    -proteger mi mente? Protegerme a mí? Porque?
    -así puedo… no sabes lo vulnerable que eres
    -no soy una damisela en apuros- lo rete
    -si lo eres, no en esa forma pero si, además toda damisela necesita su caballero
    -y tu quieres ser ese caballero? Porque?
    -necesito protegerte, yo… eres demasiado importante para mí- no supe cuando nuestras caras habían quedado tan cerca y si aliento golpeaba mi cara -no soportaría que te pasara algo, były zagrożone ze względu na moje; perdóname
    De repente sus labios estabas sobre los míos, eran helados pero tiernos, no se parecía en nada a como me besaba Adrian, pero en mi cabeza escuche un aullido, como los de mi pesadillas y luego escuche Te amo… Regresa era la misma voz, la que hacía saltar mi corazón, pero no había vuelto a escuchar, y esta vez no fue un recuerdo era como si la volviera escuchar; lo separa de inmediato.
    -esto no está bien- susurre -yo… lo siento
    -perdóname no debí, ágamos como si no hubiera pasado nada- propuso, asentí apenada
    -mejor me voy a dormir- me pare y fui al cuarto.
    Después de acostarme no pude evitar soltar lagrimas, la almohada estaba impregnada con su aroma, no tenía ganas de dormir, pero al final le cansancio me venció y comencé a dormir pesadamente, esteraba que eso sirviera para no soñar.
     
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    selenita

    selenita Iniciado

    Escorpión
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    sol naciente (ness&jake)
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    Confusión, recuerdos y…
    La observaba con mucha atención leyendo cada expresión en su rostro, todo lo que reflejaba, todo lo que sentía, angustia, dolor…
    "Te amo," me dijo."Más que nada."
    "Yo también te amo, mami," respondí. Toque el relicario en mi cuello. "Siempre estaremos juntos."
    "En nuestros corazones nosotros siempre estaremos juntos," corrigió en un susurro tan suave como un respiro."Pero cuando el tiempo llegue hoy, tu tendrás que dejarme."
    Esas palabras me causaron un estremecimiento, eso no podía ser, pero si expresión mostraba que no era ninguna broma, toque su mejilla presionando con fuerza y mostrando una negativa fuerte y clara.
    "¿Harás eso por mí? ¿Por favor?" suplico.
    Yo presione mis dedos más fuertes en su cara. '¿Por qué?'
    "No puedo decírtelo," susurro."Pero tu entenderás pronto, Lo prometo."

    -Renesmee… Ren despierta- abrí los ojos de golpe, para encontrarme el rostro de Jedrek, muy cerca al mío; lleve mi mano al cuello, para encontrármelo totalmente vacío, me pareció tan extraño, era como si algo importante debiera estar ahí y su ausencia me hizo sentir un vacio en el estomago.
    -lamento haberte despertado, pero parecía que no tenias un buen sueño… estabas llorando- explico mientras me sentaba en la cama, limpie las lagrimas con el dorso de la mano y trate de calmar mi corazón mientras detallaba la habitación de nuevo, se veía exactamente igual, solo había un haz de luz que traspasaba las pesadas cortinas.
    -qué hora es?
    -las… miro el reloj -… doce del día-.
    -tenemos que irnos ya?- inquirí desanimada, no quería volver, me sentía mejor aquí y no allá.
    -no, no podemos- dijo levantándose -hay sol, no podemos salir.-
    -por qué?, nos derretimos?- comenzó a carcajearse, yo me levante de la cama y lo mire con caria seria, no me gustaba que se rieran de mi.
    -es solo un mito, si quieres ve al balcón, no creo que pase nada- entre al balcón y detalle todo con máxima atención, era un día precioso, no había ni una sola nube, y se oía el cantar de los pájaros, se veía clara la colina, los pocos árboles y su verde; era increíble, no había salido del castillo desde que desperté, y era como si viera por primera vez el exterior, bueno era la primera vez que lo veía desde que tenía memoria.
    -todo es tan lindo- le dije riendo, parecía un niño en navidad y su sonrisa solo me izo más feliz -ven mira el día- le tendí la mano, pero él se quedo en el sitio que estaba -que pasa si sales al sol?-
    -no quieres verlo-
    -claro que quiero, ven- suspiro y camino hacia donde yo estaba pero se quedo en la puerta del balcón, donde apenas le daba un rayo de sol, pero basto para dejarme sin aliento y que comenzara a brillar como si fuera un diamante, se veía… no sabía con que compáralo, pero adonis se quedaba lejos, estaba segura de Afrodita le tendría envidia, o lo quería solo para ella, querría que ninguna mortal viera a este inmortal, disfrutar de su belleza todo el tiempo, por fortuna eran solo mitos.
    Pero eso solo fue un segundo porque en mi mente saco un recuerdo o tal vez solo era mi imaginación porque ella brillaba como un diamante. Frote ligeramente las facetas lisas del diamante, después puse mi brazo al lado suyo. Mi piel tenía apenas una luminosidad débil, sutil y misteriosa. Toque su cara, pensando en la diferencia y sintiéndome contrariada.
    "Tú eres la más bonita," me aseguro.
    Mire mi brazo y vi que mi piel tenía un pequeño resplandor.
    -no brillas tanto como nosotros, debe ser otra característica de los híbridos- le sonreí levemente y volví la vista hacia el horizonte y me recargue contra la baranda, pensando como hubiera sido mi vida si mi mama hubiera sobrevivido, no estaría aquí, de eso estaba segura, nada de Vultiiris… eso si sería bueno, no llevaría un anillo de compromiso obligada, sino por amor, amor verdadero, estaría feliz… tantas cosas.
    -que estabas soñando- me pregunto Jedrek
    -no era un mal sueño solo que…- toque su rostro y le mostré el sueño, podía jurar que por un momento se tenso, pero luego volvió a su postura relajada.
    -de verdad crees que… murió- inquirió como consolándome, pero pude notar algo mas, una chispa en sus ojos pero no supe descífrala.
    -sí, sino no estaría aquí
    -porque lo dices
    -Sulpicia, ella me dijo… bueno me conto como me encontró, no creo que de haber sobrevivido me hubieran rechazado en mi… bueno hubiera tenido una familia de verdad- baje la cabeza y rodaron dos lagrimas, Jedrek cogió mi rostro entre sus dos manos y seco las lagrimas con sus pulgares.
    -Nie wierz we wszystko powiedzieć- y luego me beso en la frente -quieres desayunar- dijo cambiando radicalmente el ambiente.
    -quiero quedarme un rato mas disfrutando del sol
    -podemos desayunar en el patio, hay sol, flores, pájaros, aunque no se si se acerquen- ofreció
    -que vas a desayunar?- sabía que no comía
    -te acompaño- me ofreció la mano y la tome de inmediato, me condujo atreves de las escaleras al primer piso, pasamos el salón principal, la cocina y llegamos al patio; tenía razón era muy lindo, y ya estaba mi desayuno en la mesa, que tenía en el centro un adorno de rosas pequeñas, me corrió la silla como un caballero y se sentó de frente a mi; mi desayuno era grande, jugo, huevos, chocolate, pan…
    -como conseguirte todo esto?
    -pues de las granjas cercanas, a las cinco todo el mundo ya está de pie-
    -y tu lo hiciste- pregunte después de dar probaditas a casi todo, estaba realmente bueno.
    -tan malas son mis habilidades culinarias- inquirió en tono burlón
    -no todo está muy bueno, solo que como no comes- explique
    -tengo mis secretos, ahora come, Leticia se queja de que no comes bien así que no te vas a levantar hasta que todos los platos estén vacios- dijo muy serio.
    Ya había terminado con casi todo, Jeedrek no me había quitado los ojos de encima, pero no sabía si era para vigilar que me estuviera comiendo todo o…, prefería no pensar en la otra opción, en cierto modo sabía lo que sentía por mí, pero yo no tenía nada claro, no había reaccionado de la forma correcta a su beso, además no podía permitirme pensar en eso, yo me iba a casar, quisiera o no, nadie podía evitarlo, solo dificultaría más las cosas, y por algún motivo no quería que Jedrek fuera infeliz.
    -no has terminado- acuso al ver que no tocaba nada mas, en parte porque estaba llena y en parte porque de repente se serró mi apetito.
    -no puedo comer más, estoy muy llena- explique haciendo un puchero, el se rio y no pude evitar reírme también, cogió una rosa del centro de mesa y se quedo mirándola.
    -acércate- nos inclinamos sobre la masa al mismo tiempo, y en un rápido movimiento coloco la rosa en mi pelo - jesteś piękny- su mirada me hiso quedar sin aliento y sentí la explosión de sangre en mis mejillas me senté en la silla desviando la mirada e intentando calmar mi corazón.
    -pregunta, porque compraste esta casa?- dije después de haberme calmado del todo.
    -tiene de algo de malo esta casa?
    -no, bueno es que es tan espaciosa y luminosa, no tiene nada… bueno nada que diga que aquí hay un vampiro, y menos que trabaja con los Vultiris-
    -por eso mismo la compre, ese castillo es algo terrorífico, además me lo permitieron; es cerca y generalmente mi trabajo allí es reforzar las técnicas de ataque de la guardia y entrenar a los nuevos elementos, como tu.
    -generalmente?
    -si, casi nunca salgo de aquí, como si lo hace Leticia, casi siempre esta por fuera.
    -por eso tienes tan buena "relación" con algunas vampiras- el solo recordar como estaba de divertido con Renata, Heidi… pero luego me mordí la lengua, que derecho tenia de reclamar.
    -no es como lo piensas- dijo al caer en cuenta a que me refería -solo intento llevarme bien con algunos, hay que hacer buen ambiente.
    -claro- voltee la cara imaginándome su "buen ambiente". -Entonces cuando nos vamos- pregunte tratando de cambiar el ambiente.
    -en cuanto se oculte el sol, ya llame a Leticia, informo a todos, pero algunos no están muy contentos de que estés acá- respondió, solo se me vio a la cabeza Adrian, el no debía estar nada contento.
    -no me puedo ir en esta ropa, no tendrás algo que me sirva.
    -no, no tengo ninguna prenda que te sirva, pero podemos lavar tu ropa y la capa- ofreció.

    -no crees que es muy poca carga, no tendrás algo para lavar- pregunte pensando en el desperdicio de agua de lavar solo tres prendas.
    -ammm, déjame ver- se movió como una flecha y en un segundo ya estaba con otras pendas en la mano, aunque seguían siendo pocas. -También podemos lavar esto- dijo oliendo la camisa, y luego se la quito, dejándome ver su escultural torso. Puso la camisa en la lavadora y eche un poco mas de detergente aunque no vi la cantidad, seguía mirándolo como si no hubiera visto nunca a un hombre semidesnudo, bueno no lo había visto, no que yo me acordara; puso a funcionar la maquina.
    -voy por una camisa- dijo retirándose, me quede apoyada en la maquina pensado nada, esperándolo, se sentía bien su compañía, pero seguía sintiendo un vacio en el pecho, no sabia de que era, solo sabia que me faltaba algo, algo que nadie podría cubrir, algo que ni siquiera la compañía de Jedrek podía sustituir.
    Estaba tan ida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando fue que comenzó a salir espuma de la lavadora, y lo peor es que ya había cubierto una parte del piso de la habitación, y cuando intente moverme para apagar la maquina resbale ganándome un buen golpe y no lograba levantarme de lo resbaloso que estaba; cuando vi en la entrada la expresión de Jedrek, me rendí de intentar parame.
    -podrías ayudarme- le pedí; entro en la habitación con pazos firmes, sin resbalarse, o trastabillar, o algo, me alzo de forma nupcial y me llevo hasta una de las sillas de la sala y regreso si antes pedirme que no me a la habitación moviera que ahora debía estar llena de espuma.
    Cuando regreso me paso una toalla y se sentó a mi lado, temía que estuviera de malas, tendría toda la razón estaba destruyendo su casa, pero al ver su sonrisa todos mis miedos desaparecieron.
    -lo lamento, no me di cuenta- me disculpe
    -tranquila, pero como no te diste cuenta de que una habitación se llena de espuma- se burlo -no tienes cualidades de ama de casa, sabias-
    -oye- me queje
    -solo digo la verdad- lo mire mal pero luego me uní a sus risas, me fije en un piano que no había vito ayer.
    -tocas- pregunte señalándolo.
    -no, compre esta casa tal y como esta, y tu tocas?
    -no lo sé, no lo recuerdo
    -pues probemos tus habilidades como pianista- me llevo hasta el piano y nos sentamos en el banquillo, aunque no sabía exactamente qué hacer. -se una canción, tal vez así recuerdes algo- comenzó a tocar una melodía que me pareció familiar.
    -estrellita?- dije incrédula al reconocer la canción
    -no te burles, es lo único que aprendía a tocar, no soy muy buen pianista- se disculpo -pero ya recordaste algo- pues los dedos sobre las teclas y de repente supe que hacer, era como si toda mi vida hubiera tocado piano y fuera lo más natural en mi tocar porque las nota salían de una forma melodiosa y formando una canción aunque no la reconocía con exactitud.
    -claro de luna?- inquirió después de que termino la melodía
    -sí, creo que sí.
    -tocas bien, de hecho creo que es una de las mejores interpretaciones que he escuchado, es una de mis favoritas; quieres tocar algo mas.- pensé un poco y luego comencé a tocos una melodía de notas, parecía más una nana, tan suave y linda, cerré los ojos, para concentrarme más en la melodía, y mi mente trajo algo, no sabía exactamente que era, si un recuerdo, o algo que había descargado pero era una imagen muy linda, porque un ángel de cabello cobrizo estaba tocando esa misma melodía, se veía tan feliz, con tanta paz.
    -esa si no la reconozco.
    -no se creo que es una nana, pero no creo que la hallas escuchado, debe ser especial para alguien; solo vino a mi mente- trate de controlar mi voz, pero salió tan triste.
    -que te puso así?
    -no sé; es que a beses mi mente me hace malas jugadas- baje la tapa de el piano y mire la hora nos quedaban como dos horas para que se ocultara el sol, suspire pesadamente.
    -yo tampoco quiero volver, pero es necesario- volví a suspirar y sonreí
    -hagamos algo, no quiero pensar en que tenemos que irnos-
    -primero tengo que ver si tu desastre ya se arreglo totalmente, y si la ropa esta lista, pero haz lo que quieras, estás en tu casa- dijo retirándose, me fui a el patio y disfrute del sol, el olor del césped, y el cosquilleo de mis pies cuando andaba, las flores, sus colores, sus olores, en fin disfrute lo poco que me quedaba de libertad.
    -tu ropa ya esta lista, la he dejado en la habitación-
    -de verdad tenemos que irnos?
    -si no creo que les guste que estés más tiempo lejos-
    -no podría quedarme y que me entrenaras aquí, y luego vas y dices que ya puedo tener una pelea decente con cualquiera- roge
    -ojala se pudiera, pero ahora debe ir a cambiarse señorita- me escolto hasta el living y se sentó en el sofá -que esperas cámbiate- ordeno al ver que me quede parada sin hacer mucho caso
    -no quiero- dije como niña chiquita
    -que tengo que hacer para convencerte?- se acerco al equipo de sonido y comenzó a sonar una canción
    -bailar contigo no me cómbensela- le advertí
    -solo quiero ver que tan buena bailarina eres, después vas y te cambias- me ofreció la mano y comenzamos a bailar lento, la canción era lenta y muy linda
    -como se llama?
    -Almost lover- susurro, cerré los ojos y me deje llevar del ritmo, apoyando la cabeza en su pecho y escuchando su respiración, me sentía tan cómoda allí. Casi sentí que dormía y si esto era un sueño no quería que terminara
     
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