Sol de mis noches

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Niné., 19 Diciembre 2011.

  1.  
    Niné.

    Niné. .

    Virgo
    Miembro desde:
    4 Diciembre 2011
    Mensajes:
    887
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Sol de mis noches
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3602
    Hola!, bueno, pues es uno de los primeros escritos que publico en mi vida xD, yo sólo espero mejorar en lo que más amo hacer, escribir :3
    Sin más, esperando que les agrade, les dejo el primer capítulo de esta historia, que recién la he empezado, pero mucho empeño ya le he puesto. ¡¡Muchisisísimas gracias!! =D

    Sol de mis noches
    Capítulo 1: Como una simple pesadilla
    Me levanté como era costumbre a las 6 a.m. para dirigirme a mi escuela, junto con mi hermana. Me puse rápidamente mi ropa y empecé a arreglarme lo más rápido que pude, ya que de nuevo se nos hacía tarde, era casi la tradición de todas las mañanas.
    Mientras me arreglaba, me detuve un momento a observar mis facciones, que ya habían dejado atrás los rasgos de la infancia.
    Mis ojos azules que iban acompañados de unas espesas pestañas negras, ahora llevaban un brillo especial, que hace poco no poseían; mi nariz se encontraba recta y no tan grande, pero tenía la sensación de que ahora estaba más puntiaguda; mis labios se habían rellenado un poco, pero seguían siendo más delgados que los de mis compañeras. Pero lo que más me alegraba era mi cabello azabache, que después de la broma del chicle hace cuatro años, me llegaba casi a la mitad de mi espalda. En cuanto a mi cuerpo…Bueno, era el cuerpo promedio de una chica de dieciséis años.
    Siempre trataba de no pensar tanto en mi físico, pero era imposible no fijarme, después de todo no había chica que no le importara su aspecto, pero aun así hacía el intento.
    —¡Regina y Esperanza Lourdes, si no bajan en este momento sufrirán las consecuencias!—oí que gritaba mi madre enfurecida, seguido del grito molesto de mi hermana mientras se quejaba de quien sabe qué cosa.
    Yo sólo me limité a bajar hacia el comedor, donde nos esperaba un vaso de leche y una manzana. Mi hermana se había pasado toda la vida quejándose del desayuno, siempre se la pasaba diciendo que era mucho, hasta que mi mamá cedió
    —Buenos días, mamá, Regina—saludé mientras agarraba una manzana y le daba una buena mordida.
    —Agh, sólo comeré la manzana, no quiero engordar, el baile de otoño va a ser en tres meses y quiero estar más perfecta que de costumbre—sentenció mi hermana mayor por un año, Regina. Ella era casi como mi opuesto, tanto como psicológicamente como físicamente, ella era la más popular de la escuela, tenía al chico más guapo a sus pies, era superficial y arrogante; pero eso sí, era hermosa, su cabello era rojizo y con caireles, sus ojos eran como el cielo mismo y tenía un cuerpo que todas envidiarían. Intentaba mantener los celos y la envidia escondidos en lo más hondo posible de mi ser, aunque esos sentimientos solían regresar, y cada vez con más frecuencia.
    —Como quieras—le respondió mi madre que también llevaba prisa—. Deben irse ahora, odio que lleguen tarde, así que emigren en este momento.
    —Esperen, falta que me tomé mi leche—les dije mientras le daba la última mordida a mi manzana.
    —¡No!, tampoco quiero tener una hermana gorda—gritó con repugnancia y horror mientras tomaba su bolso y las llaves de su auto—. Te espero en el auto.
    A mí no me quedó de otra más que seguirla y dejar mi vaso de leche, ella era completamente capaz de dejarme, aunque realmente no importaba tanto, podía llegar a la escuela caminando en veinte minutos, y si me apuraba, en diez, pero era demasiado temprano como para andar corriendo como loca por las calles. Ambas nos subimos al caro y rosa auto de mi hermana, y emprendimos el recorrido hacia nuestra escuela.
    Yo iba en el asiento del copiloto, observando como las calles empezaban a poblarse de niños y jóvenes yendo hacia sus colegios, señoras limpiando sus entradas, y padres de familia partiendo hacia su trabajo para darles una buena vida a sus hijos.
    Después de un rato llegamos al estacionamiento de la escuela, y mi hermana bajó corriendo dejándome a mí en el carro. Los que no la conocieran, pensarían que llevaba prisa por algún trabajo o examen importante, pero los que sí la conocían, entre ellos yo, teníamos claro que lo hacía para llegar a hacer “club social”, a ella no le importaba si los profesores la regañaban.
    Yo me bajé del galera y cerré la puerta violentamente, se me hacía tarde, y siempre que pasaba eso un muy mal humor florecía en mí. Corrí hacia las grandes puertas de metal que me esperaban inertes, mientras oía al timbre sonar, y por ende tuve que acelerar el paso.
    Yo iba vestida igual de sencilla que siempre: Unos pantalones de mezclilla algo ajustados, una blusa blanca de mangas largas, junto con unos tennis del mismo color. Pasé corriendo entre los pasillos, donde advertí aún alguno que otro compañero.
    De pronto recordé que tenía ese día a primera hora Historia Universal, la materia que se me daba, pero donde el profesor me odiaba. Era un inteligente y viejito señor cascarrabias, que si llegabas un segundo tarde a su clase, te ganabas cinco minutos de sermón y cinco minutos de regaños y advertencias.
    —¡Buenos días!, ¿me permitiría pasar, por favor?—le dije con dificultad cuando al fin había encontrado mi salón, y trataba de recuperar el aliento.
    —¿Por qué yo le daría el honor de entrar a mi clase si yo no tengo el honor de tener su llegada puntual?—me dijo con ironía.
    —Sí, perdóneme, haré todo lo posible para que no vuelva a suceder—le dije mientras inconscientemente hacía una pequeñísima reverencia con la cabeza.
    —Eso dicen siempre—me informó seriamente—.Pase.
    —Muchas gracias—le dije mientras rápidamente me dirigía hacia mi butaca con el rostro colorado.
    —Gracias a Dios que usted no es porrista, porque si no tendría que salir del equipo, Srta. Lourdes.
    —Gracias a Dios que no, pero no se preocupe, no seré porrista nunca.
    —Me alegro—me dijo mientras tomaba un plumón y comenzaba a escribir en el pizarrón—. Pero…No crea que se ha salvado, va a tener que quedarse a hacerme un reporte sobre la Revolución Francesa, y para la próxima tendré que citar a sus padres. Está advertida.
    —¿Revolución Francesa?, hace años que no vemos eso.
    —Tendrá que hacer su mayor esfuerzo.
    —Pero…
    —¿O prefiere que llame a sus padres?—me amenazó.
    —No.
    —Bien.
    ¡Genial!, ahora tendría que quedarme hasta tarde, haciendo un reporte de algo que sinceramente recordaba muy poco.
    Las horas siguieron pasando desmesuradamente rápido, hasta que llegó el punto en que las clases llegaron a su fin, o al menos llegaron a su fin para los demás, yo tendría que quedarme al menos unas dos horas más.
    Fui en busca del profesor, y lo encontré en la sala de maestros calificando un bonche de exámenes. Casi podía oír a su mente lanzando un innúmero de maldiciones.
    —P-profesor—lo llamé en un tono bajo y me maldecí al oír que mi voz falló.
    —Por fin, Srta. Lourdes—dijo sin siquiera mirarme—. Tome esas hojas, siéntese en aquella mesa y empiece a hacer el reporte, necesito personajes importantes, fecha de inicio y de consumación y datos importantes—me dijo señalando un escritorio pegado a un ventanal que estaba en una esquina, con unas hojas blancas encima y algunos lápices y plumas.
    Yo sólo me limité a dirigirme al escritorio para luego sentarme, tomar una pluma y comenzar el tedioso reporte. No pasaron más de cinco minutos para que el Profesor empezara a recoger y arreglar algunas de cosas, para posteriormente detenerse y dedicarme una mirada fría.
    —Bien, debo informarle que ha surgido un imprevisto y debo retirarme—me dijo mientras agarraba un maletín y se dirigía a la puerta—. Pero… Me gustaría advertirle que tengo mis contactos, y sé que ellos me informarán si usted se retira antes de terminar.
    —N-no se preocupe, no habrá nada que le tengan que informar.
    —Eso espero—me dijo lanzándome una última mirada—. Que pase una buena tarde Srta. Lourdes.
    —Gracias e igualmente—le dije, pero lo más seguro es que ni siquiera me haya escuchado, él ya había salido del salón.
    Me apuré a hacer el trabajo, estaba cansada y de pronto me dio mucho sueño, iba no más de la mitad del reporte y habían pasado apenas unos cuarenta y cinco minutos cuando caí en brazos de Morfeo.
    Pensé que tendría un sueño como cualquier otro, pero mi imaginación me atacó con cosas realmente extrañas.
    Recuerdo estar en una habitación oscura, donde sólo podía distinguir algunas formas, pero nada más. Hasta de que la nada surgió un luz a mis espaldas, giré rápidamente y descubrí que esa luz provenía de una ventana triangular, pequeña y no llevaba vidrio, y después manifesté que había alguien observando por esa ventana, parecía ser la silueta de un hombre, un hombre alto y fuerte, y yo, sin una razón aparente di una paso hacia ese hombre, pero al parecer el oyó aquel pequeño movimiento que di, y proporcionó una media vuelta, quería ver su rostro, pero fue en ese momento en el que desperté.
    Estaba recostada sobre mi ensayo incompleto, con un pequeño hilo de saliva corriendo por mi mejilla, parpadeé un par de veces y limpie la saliva seca en mi pómulo. Me levanté y miré por el ventanal que se encontraba a mi izquierda, y descubrí que las estrellas reinaban el cielo, salí corriendo del salón, se me había hecho extremadamente tarde, ya me imaginaba lo que mi madre me diría y las sospechas que su loca cabeza estaría imaginando, y más con la ayuda de mi meticulosa hermana. Llegue a las enormes puertas principales de mi escuela y aceleré mí ya rápido paso.
    Mientras corría advertí que la calle estaba llena de sujetos ebrios, hombres que ya no eran capaces de controlarse ni así mismos. De pronto, un mal presentimiento hizo que se me helara la piel, y ese mal augurio no tardó en volverse realidad.
    Mientras corría pasé por un callejón, que cualquier mujer que viviera por ahí sabía que estar allí por la noche significaba peligro. Y ahora sabía porque lo decían. Sentí que un fuerte brazo me jalaba hacia el callejón, por instinto solté un grito que hasta a mí me dio miedo, y posteriormente luché unos momentos con una fuerza que ni si quiera sabía que poseía, pero esa fuerza se esfumó tan rápido como llegó al descubrir que no sólo era un hombre, si no tres, y era más que obvio que estaban ebrios hasta más no poder. Nunca había sido de las que seguían y seguían luchando, en cuanto mis posibilidades eran casi nulas, dejaba de intentarlo.
    —Jacobo, mira que cosa me encontrédijo divertido el que me tenía fuertemente agarrada del brazo.
    —¡Ya lo veo!, ¿te nos unes, preciosa?murmuró con una gran dificultad el que parecía ser Jacobo.
    —¡Suéltame, idiota!—grité con voz quebrada, pero ya no hice un gran intento por zafarme de ese agarre.
    “Uontenos preshiosoa” fue lo único que alcancé a escuchar, mi cuerpo entero temblaba, y sentía que estaba a punto de perder la conciencia, realmente pensé que esa era mi fin, pero como si se tratase de un milagro o una salvación, un temblor sacudió la tierra. Los hombres desorientados cayeron al suelo, dejándome libre, sin embargo y para mi desgracia, yo también perdí el equilibrio, así que caí, y lo único que pude hacer fue arrastrarme lo más lejos posible de los tres hombres, hasta que un temblor nos sacudió aún más fuerte, dejándome estampada contra el piso. Y por alguna razón incomprensible miré hacia atrás, y vi algo que parecía ser un gran diamante de al menos dos metros de altura incrustado en el piso y vi como lentamente esa gema iba tomando la forma de un hombre. Un hombre que parecía mirar fijamente a los tres tipos ebrios que se encontraban en el suelo.
    El resultado final fue un muchacho con unos pantalones negros que estaban rotos, no traía camisa, traía una bata de terciopelo roja con algunos detalles dorados en los bordes, traía los pies desnudos y…Estaba herido.
    El chico volteó hacia los tres hombres que aún seguían en el suelo, mirando fijamente, casi tan asustados como yo, al parecer empezaban a recobrar la conciencia.
    El muchacho dio un paso hacia las tres personas, y eso fue suficiente para hacer que los hombres salieran corriendo como pudieron, y segundos después sólo veía manchas borrosas tambalearse.
    Esperé temerosa a que el joven persiguiera a aquellos hombres o algo así, pero lo único que sucedió después de aquellos interminables segundos fue que el chico se precipitó hacia el frente sin advertencia alguna.
    No supe que hacer por varios minutos, pero después de darle vueltas y vueltas decidí ayudar al muchacho. No sabía que más podía hacer, se encontraba herido y sus heridas parecían ser recientes, y dejarlo ahí significaría su muerte. No podía hacer eso.
    Lentamente gateé hacia el chico y lo volteé, y simplemente quedé maravillada con la perfección de sus facciones y su cabello ondulado, negro y algo largo. Me quedé perdida observándolo por varios segundos, o incluso minutos, hasta que después reaccioné y pasé su brazo por mis hombros, y nos levanté, pesaba más de lo que parecía.
    Salí del callejón con el aún inconsciente y observé como apenas había unas cuantas personas en las calles, los más segura era que la mayoría se retiraran por el temblor.
    Poco a poco avancé junto con el joven, ya no faltaba mucho, mis fuerzas estaban casi en cero, y había altas posibilidades de que yo no pudiera continuar y ambos nos quedáramos en medio de la calle.
    Después de varios minutos más llegamos a la entrada de mi casa, tuve suerte de no haber perdido la llave que se encontraba en mi pantalón, así que con una extrema dificultad, abrí la puerta principal de mi hogar, pero lo que me extrañó fue que no había absolutamente nada de ruido, ni luces prendidas, nada.
    Dejé con cuidado al chico en sofá rojo que teníamos y fui en busca de alguna cosa que me explicara la ausencia de mi madre y de mi hermana, prendí las luces y estuve buscando por un minuto hasta que encontré dos papelitos pegados con un imán en el refrigerador, los tomé bruscamente y empecé a leerlos.
    De: Mamá
    Para: Regina y Esperanzita
    Chicas, perdónenme, surgió un imprevisto con la boutique y debo irme por algunos días para solucionar el problemillas, no es nada grave, no se preocupen. Regina, quedas a cargo. Besos cuídense.
    De: Tu hermana hermosa, Regi
    Para: ¡Du!, Esperanza
    Hermanita, tu puedes cuidarte sola, así que me fui a una pijamada, nos veremos mañana en la escuela. “Love u” ¡Y ni te atrevas a tomar mi ropa!
    A veces creía que no había nadie cuerdo en mi familia, ni si quiera yo, ¿qué loca traía a un chico que no conocía, herido, de aspecto peligroso a su casa?
    Yo seguía junto al refrigerador, hasta que escuché un leve quejido proveniente de la sala, y enseguida corría en busca del muchacho, pero lo único que encontré fue al sillón, sin nadie en él.
    Y sin previo aviso alguien me tapó la boca, impidiéndome sacar aquel grito que moría por salir. No podía moverme, aquel que me sujetaba con brusquedad, al punto de hacerme daño, era incluso más fuerte que el ebrio de la calle.
    —No hagas ruido—murmuró una voz profunda, y esa voz pertenecía al que me tenía atrapada entre sus brazos. De pronto oí como la puerta se abría y vi que entraban dos hombres vestidos con prendas raras, tipo de la Edad Media, además, parecían ser peligrosos, muy peligrosos.
    Pero había algo raro, aquellos hombres, a pesar de estar a pocos metros de nosotros, parecían no vernos. Esos extraños hombres se iban acercando más y más a nosotros, cuando de pronto el sujeto que me tenía presa, me aventó hacia un lado y caí al suelo bruscamente.
    Yo estaba en el suelo, temblando de pies a cabeza, mi cabello estaba pegado a mi cara y me impedía ver claramente, lo único que capté fue manchas borrosas revoloteando por toda la casa, hasta que oí un pequeño estruendo, seguido de gritos de dos hombres, y de ahí sólo vi a un hombre y para mi sorpresa era el chico al yo que había salvado, el caminó lentamente hacia mí, y con una fuerza increíble me tomó del brazo y me levantó, hasta que nuestros ojos estuvieron al mismo nivel, él se me quedó viendo fijamente y yo hice lo mismo, estaba más que aterrada, esos ojos no eran humanos, eran de un color rojo, un rojo que daba miedo.
    —¿Q-quién eres?—susurré, mi cuerpo y mi mente ya no aguantaban más.
    —El Príncipe de Adgrull, el Príncipe Kenneth—murmuró con arrogancia—. El hombre más peligroso que puedas imaginar.
    Estaba muerta, esta sería mi última noche. No había posibilidad de sobrevivir, no había escapatoria, la muerte no había llamado a mi puerta, yo la había traído y ahora arrepentirse era absurdo.

    ¡Primer capítulo listo! Espero que al menos los haya entretenido por un rato =3, ojalá y no tenga tantos errores :S Bueno, eso es todo, gracias por su tiempo :’)
     
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  2.  
    Rizu Tsukiyomi

    Rizu Tsukiyomi Entusiasta

    Cáncer
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    ohayo...!!!!
    no se si fui solo yo o la ultima parte tenia algo que ver con hakushaku to yousei... o fue mera coincidencia...???
    y tsmbien vi algo de shugo chara.... cuando ella ve al tipo que ta agudo y le mira..... aunque no me hagas mucho caso.... solo estoy delirando en mi imaginacion y lo escribo....y si no conoces estos animes no importa..... jajaja..... son cosas de otakus que se pierden en sus pensamentos y acaban escribiendo estupideces....
    inner: no, simplemente no sabes que escribir porque el fic te dejo sin palabras...
    urusai.....!!!! bueno, en que estaba..... ah si.... tu fic me encanto.... y no note errores ortográficos..... que yo pudiera notar...... tu narracion es exelente y la trama se ve interesante..... espero que lo continues y que me puedas avisar cuando pongas la conti..... la esperare con ansias.....
     
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  3.  
    Bonita Lokita

    Bonita Lokita Usuario común

    Acuario
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    Pluma de
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    Tuviste demasiados errores u.u
    BROMA!! bueno, si tuviste
    jiji perdona mis modales, Bonita lokita la crazy of madara alias la funny llego por tu comoda invitacion ^^
    jijiji tus errores son bacicos por l oque no es tanta la preocupacion, aun asi no te confies
    Te comes letras y necesitas tener cuidado cuando separes los dialogos de de la narracion, es confuso ^^'
    solo eso asi que no peocupes ^^
    Ademas, mi escena favortia fue... donde la sujeta peligrosamente y ella se pierde en esos ojasos *~*
    por sierto, me parece algo entretenida pero como es el primer capi no puedo darte una buenna obcervacion por lo que estare esperando el segundo cap y espero mi avises ya que soy despistada xDD
    ATTE: I'm my tiguer creazy loka,funny, loka
     
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