Sobre el padre y su hija [naruto]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por NanakoGrey, 27 Octubre 2012.

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    NanakoGrey

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    Sobre el padre y su hija [naruto]
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    Konbanwa~
    Bien, aquí un fic de Naruto sobre él y su hija.
    Evidentemente su hija es un Oc...
    Espero que les guste.

    Resumen: Es el primer día de clases en la academia ninja, Hinako Uzumaki, le hermosa y alegre hija de el Rokudaime Hokage tiene problemas.

    Sobre el Padre y su Hija
    —… se escribe con tres Kanjis, los dos primeros como mi madre y el tercero es el kanji de niño, — decía mientras escribía su nombre en el aire con sus pequeñas manos —significa niño de tiempos armoniosos, bueno, niña — dijo mientras un leve sonrojo se acumulaba en sus mejillas —. Espero llevarme bien con todos.

    Bastante satisfecha con su presentación la maestra, que tenía un my bien utilizado chaleco de chunnin, asintió con su cabeza —Muy bien, Hinako-chan, gracias por tu presentación—

    La pequeña niña de cabellos verdes asintió con su cabeza y ya sin rubor en sus mejillas se sentó para ver al siguiente niño que se presentaría, no muy feliz. Era el niño que había estado halando de su cabello desde que entro al salón. Al voltear a verlo con detenimiento vio que en su brazo había una insignia de un clan que reconocía pero no recordaba. El niño tenía hermosos ojos azules que contrastaban con su cabello oscuro, cuando sus ojos se encontraron con el ceño fruncido de la niña el pequeño se sonrojo un poco y luego saco su lengua enojando aun más a la niña que se sentaba frente a él.

    —¡Mizuoni Takato-san!— dijo en un tonó de voz mucho más alto.

    —¿Si, Moegi-sensei?— preguntó cambiando totalmente el semblante en su rostro, a uno angelical que puso a la niña aun más enojada.

    —Comienza tu presentación— respondió la maestra no muy convencida del angelical rostro del niño, algo que hizo que en los ojos perlas de Hinako hubiese satisfacción.

    —Hai,— se puso en pie exaltado y continuo —Mi nombre es Mizuoni Takato, mi padre es el líder del clan Mizuoni y mi sueño es convertirme en el nanadaime hokage— dijo mientras miraba a todos en el salón hasta que un chasquido de lengua lo saco del mundo de sueños en el que estaba.

    —Alguien tan inmaduro como tú jamás se convertirá en Hokage— dijo Hinako sacando su lengua para luego cruzar sus brazos y voltear su mirada al frente.

    Todos los demás en el salón rieron haciendo enojar bastante a quien la niña había ofendido.

    —… y me molestan mucho las niñas tontas como Hinako Uzumaki—

    Moegi, bastante preocupada, iba a intervenir cuando vio que la niña comenzó a temblar… por lo que había visto hasta ahora tenía más de su madre que de su padre y podía imaginársela llorando. Cuando ya tenía las palabras preparadas para intervenir la niña se paro y giro su cuerpo con gran velocidad, sus ojos habían activado el Byakugan y había tomado al niño por su camisa quien hizo exactamente lo mismo.

    —Te vas a arrepentir de haber dicho eso— dijo.

    —Te reto— respondió con una sonrisa confiada en sus labios.

    Mientras intercambiaban palabras la maestra y los estudiantes miraban con atención la pelea que iba a empezar. Abandonando los pensamientos sobre lo interesante que sería ver pelear a la hija del Hokage Moegi se dispuso a intervenir. La chunnin separó con bastante esfuerzo a los dos niños y salió del salón con uno en cada mano.

    — ¡No puedo creer que en el primer día ya estén formando alboroto! Mizuoni-san, no tolerare esos comportamientos en el salón de clase…— regaño la maestra haciendo que en la niña de cabellos verdes sonriese con satisfacción —y tu Hinako, no por que seas la hija de Naruto-niichan… —agitó su cabeza hacia los lados—…del Hokage-sama, permitiré que ataques a uno de tus compañeros.

    —P-pero, sensei, el empezó— decía bastante molesta —E-estaba halando mi cabello desde que me senté en mi asiento— terminó con lágrimas de frustración acumulándose en sus ojos.

    —Aw… la niña tonta va a llorar— dijo el niño que estaba parado a su lado, lo que hizo que en menos de un segundo la niña se abalanzara sobre él y tratara de poner su firme puño en el rostro del joven. No por nada Moegi era una chunnin, y justo antes de que el puño de la niña tocara el rostro del otro la detuvo y separo de nuevo.




    Estaba molesta, por culpa de ese niño insufrible la habían puesto a hacer este ridículo ejercicio ¿Concentrar su chakra en una hoja para ganar control? Ella podía activar su Byakugan en un abrir y cerrar de ojos no necesitaba ejercicios de control. En sus siete cortos años de vida Hinako nunca había estado tan molesta.

    Cuando por fin creyó que su cuerpo podría resistir ver al niño de nuevo se volteo a verlo, sorprendida notó que la estaba mirando y con un color similar al de los cachetes de su madre, cuando su padre le dice algo bonito, giro bruscamente para mirar hacia el otro lado. Un poco avergonzado de que la estuviesen mirando también se sonrojo, pero mirándolo de reojo se sorprendió de nuevo al ver que su compañero de castigos también tenía su hoja firmemente pegada a su frente.

    Fue entonces cuando vio a su papa, ‘hasta que sus padres vengan por ustedes’ había dicho su maestra y Hinako nunca fue más feliz de ver los rubios cabellos de su padre. Cuando él la vio y notó como la pequeña hoja se mantenía sobre su frente sonrió para sí mismo ante todos los recuerdos que vinieron a su mente. Hinako tomó su maleta con rapidez y salió corriendo hasta encontrarse con su padre que desordeno sus cabellos y se agacho para darle un beso en la frente.

    A lo lejos Mizuoni Takato veía como la pequeña niña reía junto a su padre y cuando sus ojos se encontraron ella le mostro su lengua como si fuera el gesto más ofensivo que hubiera en el mundo.




    —Bien, ¿Qué hiciste para que te castigaran?— preguntó Naruto aparentando seriedad mientras le pasaba la mitad de su paleta color azul.

    Recordando todo lo que había pasado ese día su humor se torno oscuro y recibió la paleta de mala gana.

    —Un niño tonto— comenzó, eligiendo las palabras más adecuadas— no hizo más que molestarme el día de hoy.

    —Es el tonto Uchiha, porque si es ese Uchiha…— comenzó Naruto.

    —¡No! Es este niño del clan Mizuoni que no hacía más que halar mi cabello y decirme tonta— dijo todavía sin darle un solo bocado a la paleta que se derretía en sus manos — pero cuando volteó a mirarlo se pone rojo y desvía la mirada como si le molestara verme…

    —Ah… es eso— Naruto llevo sus manos a la nuca y rió de manera divertida, sosteniendo entre sus dientes el palo de la paleta que ya había terminado —supongo que todos tenemos maneras diferentes de demostrarlo…— se decía mientras recordaba todas las veces que los sentimientos de su ahora esposa pasaron desapercibidos para él.

    —¿Demostrar qué?— preguntó con inocencia la niña de grandes ojos perla recordándole a su padre que todavía estaba a su lado.

    —Nada, come de tu paleta que se va a derretir completa— dijo a lo que la niña reaccionó con un divertido sonido de sorpresa que la hizo lamer hasta el cansancio aquella paleta para evitar que más gotas azules cayeran sobre su mano.

    Satisfecha por evitar que toda la paleta callera sobre ella subió su mirada para encontrarse con la hermosa sonrisa de su padre.

    A Hinako siempre le pareció maravilloso como solo con ver la sonrisa de su padre después de comer del mismo helado cualquier mal día se volvía poco importante y volvía a sonreír bien grande como era costumbre.
    _____________________________________

    Espero que les haya gustado... Hinako es una combinación de la personalidad de su padres así como el color de su pelo...

    :)
    Matta ne~
     
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    Jajaja, ya me estaba preguntando sobre el extraño cabello de Hinako e.e Claro, azulado y amarillo... verde, obvio, obvio xD
    Juli, pinta bastante interesante para mí. Es algo diferente y estaría encantada de seguirte capítulo a capítulo. Sólo noté uno o dos errorcillos de dedo... Son insoportablemente fastidiosos, lo sé ._.
    Ortografía perfecta, narración linda. ¡Aw! Estoy emocionada por ver un Naruto paternal... *-* Será tan cute...
    ¿Y este chico? ¿Mizuoni? ¿Existe ese clan en el anime? Si es así, recuérdamelo, porque tengo una memoria de pollo. Si no, ignorame.

    Espero el siguiente. Me avisas... y no tardes.
    Besos.
     
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    NanakoGrey

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    Jajajaja, No, no no existe.

    Sucede que no me imagino a Hinako ni con los hijos de Shikamaru ni de ningun otro, además francamente como no soporto a Sasuke no quiero que mi lindo OC se contagie de orgullo Uchiha.

    Más que un long-fic serán una serie de One-shots conectados sobre la relación entre la familia del Rokudaime Hokage.
     
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    NanakoGrey

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    Konbanwa~
    No me pude frenar en escribirlo, pensé ¿Qué es lo que más amara Naruto después de su familia? Obviamente la respuesta era el ramen.

    A continuación el segundo capítulo de Sobre el padre y su hija, ¿Por qué a Hinako le gustan más los rollos de canela?

    Sobre el Padre y su Hija

    Capítulo #2 “Sobre los gustos de la Familia Uzumaki”

    Entonces Naruto, el hombre más fuerte de todo el mundo ninja, sintió como su corazón se encogía y sus pulmones estaban a punto de colapsar. Aquello que había acabado de escuchar era un traición, pues no podía creer que una de las personas que más amaba hubiese dicho algo como eso de una de las cosas que más amaba.

    Sí, la niña de nueve años que ahora miraba a través de la vitrina con un hilo de saliva cercano a caer al piso y los ojos fijos sobre la bandeja que acababa de salir del horno. Aquella bandeja sostenida por una castaña mujer que utilizaba guantes y una pañoleta en su cabello le sonrió y ofreció uno de los rollos de canela que todavía regalaban el calor del horno.

    Prefiero los rollos de canela, el ramen es salado y lleno de condimento. Prefiero los rollos de canela.

    Sí, a sus nueve años Hinako había roto el corazón de su padre y había traicionado a una de las cosas que más quería en el mundo: el ramen. Triste su padre suspiraba repitiendo una y otra vez las palabras de su adorable hija de cabellos color verde y no entendía como la sangre de su sangre podía decir algo así.

    —Otto-chan, quiero uno— dijo todavía con sus pequeñas manos sobre la vitrina de la pastelería —podemos ir a comer ramen después…

    Si esas palabras se suponían que debían animarlo no fue así ¿Cómo que el ramen podía ser segundo?

    Sin obtener respuesta de su padre la niña que llevaba su cabello sostenido en una coleta alta, que aun así llegaba hasta su cadera comenzó a buscar frenéticamente en sus bolsillos el dinero suficiente para pagar su rollo de canela y ser feliz durante toda la tarde. Naruto la miraba todavía repitiendo sus palabras en su cabeza hasta cuando la vio dar varios saltos y regalar una hermosa sonrisa al mundo. Corriendo entro en el establecimiento y tan rápido como entro salió comiendo uno de los rollos de canela que tanto deseaba probar y le ofreció un poco a su padre.

    —Hmph— hizo el padre de cabellos rubios para cruzar sus brazos indignado y comenzar a caminar hacía Ichiraku ramen.

    Hinako que todavía no entendía lo sucedido decidió correr tras su padre cargando una pequeña caja con la que había salido de la pastelería.

    —Ahora sí, vamos por tu querido ramen Otto-chan— dijo ofreciéndole a su padre de nuevo una sonrisa cosa que no pudo resistir y sonrió de regreso, aún así estaba todavía deprimido por las preferencias de su hija.

    —Vamos a llevar Ramen para comer en casa—





    —¡Otto-san!—

    El niño de cuatro años y medio corrió hacia la entrada de su casa y pegando un brinco que no llego más arriba de las rodillas de su padre, pero que ayudado por el hombre logro llegar hasta su cuello y abrazarlo con fuerza. La Uzumaki entro a la casa con velocidad, dejando sus zapatos en la entrada, llegando hasta la sala de la enorme residencia Hokage. Allí ella también salto hacia su objetivo que se encontraba a cinco metros de ella.

    El objetivo la recibió con sus brazos abiertos y una mezcla de cabellos azules y verdes exploto por todo el sofá, al que ambas mujeres habían caído riendo. Poco tiempo después llego a la habitación el alto y moreno hombre rubio cargando a su hijo en sus brazos. El niño salto de los brazos de su padre y se acerco al sofá en donde las dos mujeres seguían riendo.

    —Ne~ Ane-nee ¿Qué trajiste?— preguntó mirando la caja que la niña, a pesar de toda su actividad todavía mantenía cerca de ella con cuidado.

    —Rollos de canela, para después de la comida— respondió la niña abriendo la caja y dejando que el dulce olor de los pateles inundara la sala haciendo que su madre my feliz se levantara para preparar la mesa para la comida. La mujer de largos cabellos azules y los ojos propios de un Hyuga se acerco a su esposo. Llevaba puesto un kimono azul con un elegante patrón de crisantemos que llegaba hasta su obi.

    Naruto tomó un mechón de cabello de su amada esposa, Hinata, y lo puso detrás de su oreja para luego poner sobre los labios de ella los suyos y besarla dulcemente.

    — ¿Qué trajeron para comer?— preguntó Hinata dulcemente recibiendo la caja que el rubio traía en sus manos, completamente esperando la respuesta.

    —Es ramen mamá— respondió Hinako con neutralidad cosa que decepciono aún más a su padre.

    —¡¿Ramen!?— gritó con alegría el niño de cabellos y ojos azules que rápidamente se puso en pie y se acerco a su madre tratando de mirar que tipo era y que tanto había —¿Es de Ichiraku, verdad? Tiene que ser de Ichiraku, otto-san siempre compra en Ichiraku. El ramen más delicioso lo sirven en Ichiraku.

    Hinata rió tras la evidente emoción de su hijo y agachándose tapo su boca con su dedo índice —Si, si es de Ichiraku— respondió a lo que el niño iba a comenzar a gritar de nuevo en emoción —entre más rápido me ayudes a poner la mesa, más rápido comerás—.

    Rápidamente el niño hizo lo que su madre ordenó en menos de un minuto estaba sentado esperando por su porción de ramen. Poco después la familia también estaba sentada cada uno comiendo de su plato.

    —Ne~ Ane-nee ¿Vas a comer tu ramen?— preguntó el niño a su hermana que sonrió contenta, su hermanito siempre con hambre insaciable.

    —No Natsu-chan, ¿Lo quieres? Yo no quiero más ramen, comeré un rollo de canela y con eso estaré bien— respondió haciendo que en su padre de nuevo hubiese esa sensación de traición que había sentido desde que su hija dijo que prefería aquellos dulces y no el glorioso ramen de Ichiraku ¿Qué le estaba pasando a su hija que no disfrutaba del ramen tanto como él o Natsu? Después de notar que Hinata lo miraba preocupado lanzo una de sus sonrisas despampanantes y la Hyuga encontró calma una vez más.




    —Hasta mañana otto-chan, Ok-chan— se despidió la niña con su cabello ya suelto, dándole hasta la mitad del muslo y con un adorable pijama de zorros rojos y un muñeco del mismo animal solo que este tenía nueve colas.

    Natsu bostezo y rasco sus ojos con cansancio, dio un beso a su padre y madre que sentados sobre el sofá miraban como su hija subía a su propio paso mientras que el niño corría hacia las escaleras para tratar de alcanzarla. Comenzando a subir las escaleras demasiado altas para sus cortas piernas el niño decidió hablar —Ane-nee, no te lleves a Kurama-chan. Es mi día de dormir con él—

    —Hoy es mi día Natsu-chan— respondió la niña ya fuera de la vista de sus padres.

    —Entonces dormiré con ustedes hoy— dijo el niño también fuera de la vista del Hokage y su esposa.

    —Tsk— fue lo último que escucharon de sus hijos y felizmente Hinata llevo uno de los rollos de canela a su boca, disfrutando hasta el más mínimo ingrediente miro a su esposo.

    La cara de Naruto estaba llena de celos y odio contenido, no hacía ella, eso podía decirlo. Los ojos de Naruto estaban bien puestos en el delicioso postre que su hija le había traído. El rubio luego suspiro y miro hacía la pared con resignación.

    —¿Qué pasa? — preguntó.

    Intento no decirle, sabía que pasaba. Pero se sentía un tonto por sentirlo… —¿Por qué Hinako se parece más a ti que a mí?— preguntó haciendo entre un puchero y una mueca de disgusto que Hinata solo pudo encontrar adorable y dulce.

    —¿Por qué lo dices?— preguntó Hinata divertida después de soltar una delicada risa.

    —Primero, físicamente, claro que se parece mucho más a ti. Luego esta ese juego de dedos que hace antes de conocer a una persona, y también ese hermosísimo sonrojo que aparece cuando le dicen que es bonita. Además y mucho más importante prefiere los rollos de canela que el ramen de Ichiraku…

    Hinata bastante divertida por las palabras de su esposo acarició su espalda —No creo ni un poco en lo que dices, —respondió sacando a Naruto de su estado de meditación que se encontraba —puede tener mi color de ojos y piel, pero su cabello es una combinación de los dos y toda su cara es idéntica a la de tu madre. Su sonrisa es idéntica a la tuya. Hinako solo es tímida mientras conoce a la gente, después es como tú, dulce y amiga de todos ; excepto de Takato, pero ya sabemos que está pasando allí— la mención del nombre del niño causo en Naruto una mueca que desapareció rápidamente por escuchar lo siguiente que diría su esposa — Además y más importante, tu y yo sabemos que los rollos de canela son más deliciosos que el ramen— termino poniendo en Naruto un gesto de incredulidad.

    —No lo creo ni por un segundo— dijo Naruto acercándose a Hinata con sus ojos fijos en sus labios y regalándole un apasionado beso que dejo a Hinata muy sonrojada y a Naruto sonriendo con satisfacción. El rubio luego paso su dedo por la comisura de sus labios y lo llevo a su boca sonriendo.

    —Supongo que puedo dejar que Hinako le gusten más los rollos de canela,— dijo después de lamer los residuos del rollo que había recogido del rostro de su esposa— ¿puedo probar más?— pregunto a lo que Hinata asintió, ya recuperando la normalidad de su tono de color y pasándole el plato que contenía ya menos de la mitad del rollito que Hinata estaba comiendo.

    Sin darse cuenta, Hinata estaba correspondiendo el beso que Naruto nuevamente había iniciado con el propósito de probar de nuevo lo delicioso de los rollos de canela.
    _______________________________________________________________________

    ¿Es justo que a Hinako le guste más el ramen?

    Espero que le haya gustado, espero que me lean.

    Y espero que comenten, si quieren.

    Ben, Mattane~
     
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    Menos mal no te contuviste de escibirlo porque te quedó fantástico, Juli. ¡Es una verdadera contrariedad para Naruto que su familia no prefiera el ramen por sobre todo! ¡Kami! Jajaja <3 Excelente.
    Y ese toque Naruhinesco al final me dejó con un "Awwwww! " atorado en la garganta. Claro, claro... él sólo quería probar de nuevo ¡Cómo no!
    Y Natsu-kun es súper mega lindo. Tan parecido a su padre.
    Errorcillos de dedo, uno, dos.. Nada que valga la pena mencionar. Amo, amo, amo tus fics y, por favor, no hay nada que decir. Me tienes tan acostumbrada a la calidad que me estás mal acostumbrando e.e

    ¡A la próxima! <3 Nos vemos.
     
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    Bien, no me puedo controlar.
    Iba a apagar el computador cuando pensé ¿Cúal sería la reacción de Hinako al saber que tendría un hermanit@?
    Lo divertido es que no creo que en el mundo ninja haya ecografías, si hay televisores y esas cosas... solo siganme el juego.

    Entonces Naruto y Hinata sabrían el sexo de su hijo por ese conocimiento de abuelita (que es muy gracioso) que dice que si el bebe patea mucho es hombre o que si la barriga de la madre es de tal forma o que si los mareos son de tal otra el sexo se puede determinar...

    En fin
    Sobre el Padre y su Hija

    Omake “¡Bienvenida a la Familia!”

    —Vas a ser una niña—

    Entonces Hinako que apenas tenía cinco entendió claramente lo que esto significaba y comenzó a saltar por toda la habitación bastante feliz de que iba a tener una hermanita. Naruto y Hinata se miraron fijamente y sonrieron, la alegría de su hija siempre iba a ser la alegría de sus padres, como es normal.

    Cansada de haber corrido por toda la casa, preparando todo para su hermanita Hinako se acercó a la ensanchada barriga de su mamá y puso su mano sobre ella. No mucho después sintió un pequeño golpe sobre su mano, miró a su madre con una gran sonrisa y luego volvió a mirar el grande estomago de su madre esperando otro movimiento.

    —Otto-chan, ¿Cómo se va a llamar?— preguntó la niña todavía con su mano sobre su madre y con sus ojos bien clavados sobre ella.

    —No hemos pensado todavía en un nombre— respondió Naruto agitando su pelo y recibiendo un gesto de disgusto.

    La pequeña persona golpeó de nuevo la chica mano de Hinako y más emocionada que antes miró a su madre que sonriendo le dijo que le hablase. Dudando la niña de cabellos verdes miró a su madre una vez, luego a su estomago y de nuevo a su madre. La pequeña Uzumaki puso su segunda mano y se acercó a su madre.

    —Hola hermanita, — comenzó pero ante la mirada de sus padres se avergonzó y lo que siguió lo dijo tan suave que sus padres no lo escucharon— la verdad, — dijo bien bajo— no creo que seas una hermanita, así que si eres un buen hermano te prometo que no dejare que te compren cosas rosas— dijo como si fuera el secreto más importante que jamás le había dicho a nadie.

    .

    Dos meses después Hinako fiel a su promesa no había permitido que nada en el cuarto de su nueva hermana fuera color rosa, sus padres no entendían el por qué y cada vez que preguntaban la niña respondía que era un secreto.

    .

    Cuando Hinako estaba durmiendo en su cuarto, exactamente a las nueve y cuarenta y tres de la mañana, fue levantada por el fuerte gritó de dolor de su madre. Al salir de su cuarto vio como su padre ayudaba a bajar a la mujer de cabellos azules por las escaleras. Viéndola, el ahora muy vulnerable Rokudaime Hokage, entró en pánico asustando también a la pequeña niña que casi rompe en llanto al escuchar un nuevo grito de dolor.

    Hinata, respirando profundo y superando el dolor de su última contracción giró hacía su hija y la miro sonriente —Tranquila amor, estoy bien. Tu padre puede salvar al mundo ninja pero nunca podrá permanecer tranquilo en un trabajo de parto, debiste haber visto como fue contigo— dijo la madre de la niña con una sonrisa que devolvió la calma al corazón de la pequeña —Ayuda a tu padre a traer un cambio de ropa y lo que necesite para pasar la noche en el hospital— Hinako asintió con calma y rápidamente hizo lo que su madre le ordenó.

    .


    — ¡Bien!— exclamó Sakura bastante feliz —Vamos a traer a esa bebe sano y salvo a este mundo— dijo para entrar con Hinata en una silla de ruedas a la sala de parto dejando al rubio y a su hija atrás.

    — ¿Por qué no entras con mamá?—preguntó Hinako no muy feliz.

    —Sakura no me deja entrar, dice que Hinata necesita calma y relajación— decía repitiendo lo que Sakura le dijo la primera vez que había intentado entrar a la sala de partos junto a su esposa —También dice que soy una fuente de distracción para ella y todos en la sala de partos…

    Hinako cansada de estar en pie halo del brazo de su papá y luego estiro sus brazos, entendiendo el mensaje Naruto la alzó y la abrazó un rato. Su hija correspondió el abrazo con bastante fuerza dándole a entender al rubio usualmente despistado que estaba preocupada.

    —Tranquila, tu madre es fuerte. Va a traer a tu hermanita sana y salva al mundo— le dijo y Hinako asintió —¿Qué te parece si vamos por un ramo de girasoles para tu mamá?— preguntó Naruto ya con el conocimiento de lo largos que podían ser los trabajos de parto.

    .

    —¡Bienvenida a la Familia!— gritó Naruto al entrar por la puerta con un gran ramo de girasoles en una de sus manos, estaba con su brazos estirados y sobre sus hombros estaba su hija.

    —Bienvenido— corrigió Hinata haciendo que la mirada de Naruto se llenara de confusión.

    —¡Lo sabía!— gritó Hinako que luego se avergonzó por llamar la atención de todos los presentes, entre los cuales estaban sus compañeros de equipo y los familiares de su madre. Naruto bajo a Hinako de sus hombros mientras se acercaba a su esposa. La segunda haciendo una pirueta en el aire aterrizó en el suelo para luego intentar subir en la camilla donde estaba su madre. Mirando a su padre con sus grandes ojos Hyuga pidió con ellos ser alzada hasta la camilla y alzó sus brazos.

    Ayudada por su padre Hinako logró llegar al lado de su madre y acomodándose con mucho cuidado a su lado logró ver a su hermanito. Su cabeza tenía delgados y cortos cabellos del color de su madre y dormía con delicadeza sobre el pecho de ella, un poco decepcionada Hinako miró a su madre y esta le sonrió.

    —¿En qué nombres habías pensado para tú hermanito, amor?— preguntó Hinata ahora entendiendo la intensidad de su hija por evitar al máximo el color rosa.

    Hinako no supo que contestar, pero cuando su hermanito despertó fijando sus hermosos ojos azules sobre ella contestó inmediatamente —¡Natsu! Definitivamente Natsu…— respondió nuevamente avergonzada por las miradas que recibía de todos los presentes.

    —¿Por qué Natsu?— le preguntó Sakura con dulzura.

    —Porque tiene ojos como el cielo del verano, como los de Otto-chan— respondió.

    .

    Su padre caminaba como un sonámbulo por la casa, arrastraba sus pies y chocaba con las paredes y ella sólo miraba entre preocupada y divertida. Su madre por otro lado tenía unas grandes ojeras que no podía ocultar. Su hermanito llevaba tres días en la casa y si había permitido que todos durmieran más de cuatro horas seguidas era mucho.

    Acercándose a su madre Hinako la miró desde abajo, Hinata, sentada en una silla mecedora intentaba calmar el llanto de su hijo menor. Estaba cansada y probablemente pronto rompería en llanto como su hijo si no hacía silencio… es que lo había intentado todo: darle de comer, cambiar su pañal, sacar sus gases y arrullarlo todo sin éxito.

    —Oka-san, ¿Puedo cargar a Natsu-chan?— preguntó.

    Hinata suspiró, Hinako nunca hacía pataletas, que era muy bueno, pero demandaba de mucha atención y los últimos tres días no había recibido mucha. Así que si quería ayudar y tratar con su hermanito en vez de odiarlo por robar su atención no podía negarse.

    —Bien, pero debes estar sentada— inmediatamente la niña trajo una pequeña silla que se encontraba en esa misma habitación— Ahora, te pasare primero su cuerpo y luego su cabeza, debes tener mucho cuidado con su cabeza.

    Hinako asintió y recibió a su hermano con mucho cuidado y lo vio llorar.

    —Buenos días Natsu-chan, ¿Por qué lloras?— le preguntó la niña al bebe que ahora sostenía en sus brazos. El niño tomó un nuevo respiro de aire y su madre creyó que iba a lanzar otro fuerte sollozo, cuando no sucedió se sorprendió. Natsu tenía bien abiertos sus ojos que sacaban las últimas lágrimas, comenzó a sonreír y luego cuando su hermana sonrió de vuelta rió levemente e intento agarrar con sus manos alguna parte del cuerpo de su hermana, no supo qué.

    —Así está mejor Natsu-chan, te ves más lindo sonriendo—
    ------------------------------------------------------------------------------------
    ¿Errores de dedos? ¿Cuantos?

    Espero que les haya gustado Matta ne~
     
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    Varios... e.e Bueno, noté un grave caso de comas fantasmas xD´D
    No te perdono por no avisarme :( Qué cruel, si no me paso chismoseando el foro entonces no me leo el omake.
    ¡Aw! ¿Ya te dije que adoro a Natsu-chan? *-* Sí, creo que lo mencioné en el comentario anterior... ¡Pero es que lo imagino tan Cute! <333
    No tengo mucho que decir esta vez, sólo que espero el capítulo siguiente, ya con la Hinako mayorcita a la que me acostumbré :3
    Sayonara.
     
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    Bueno ya edite, puse las comas que creí necesaria y quité algunas. Además puse las tres mil quinientas tildes que me faltaron.

    En mi defensa de nuevo: La hora. Pero temía que si no escribía en ese momento la idea se fuera de la cabeza. En fin.

    Gracias por el comentario :) Perdón por no avisar.

    Sí, el proximo capí seguiremos viendo las aventras de Hinako... que si en el caítulo anterior fue muy similar a su mamá en el proximo será MUY similar a su papá
     
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    NanakoGrey

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    Konbanwa~!
    Wow siento mucho la demora pero no sabía que hacer con esta idea y finalmente me gusto como salió.
    Sin más...

    Sobre el Padre y su Hija
    Capítulo #3 “Sobre los Gennin”

    Hinata tomó de su taza de té y organizó los papeles que se encontraban extendidos a lo largo de la mesa en la que trabajaba. Luego suspiró ligeramente y llevó una de sus manos a su rostro y se dejo hundir en sus pensamientos. Esta vez había pensamientos de preocupación que se reflejaban en sus ojos y todo tenía que ver con su hija de ahora doce años de edad.

    A diferencia de su padre Hinako se preocupaba mucho por sus notas en la academia y por lo tanto siempre permanecía en los primeros puestos de acuerdo a sus notas. Sin embargo muy parecida a su padre todas las materias teóricas se le dificultaban bastante, por eso mismo Hinata, como buena madre, solía asesorarla. Por otro lado las materias prácticas como lo serían las clases de Taijutsu, que disfrutaba bastante, sobre todo cuando Rock Lee-sensei era un invitado especial, se le daban con bastante facilidad.

    La preocupación de la madre de cabellos azulinos comenzó con un simple comentario de la maestra de su hija, Moegi. Al encontrarse con ella mientras caminaba alrededor de la aldea después de volver de una misión como embajadora de la hoja la joven mujer de cabello naranja soltó un comentario que desató la cascada de suspiros que hasta ese momento no se habían detenido.

    Sabes Hinata-sempai, Si se trata de ninjutsu Hinako y Naruto-sama son bastante similares’ esas eran las palabras dichas por Moegi, las cuales eran constantemente repetidas en la cabeza de Hinata. De pronto abrió sus ojos asustada recordando que la graduación de la academia de Hinako estaba mucho más que cerca y como siempre el examen tendría algún ninjutsu como prueba de su capacidad como gennin. Suspiró nuevamente y tomó otro sorbo de su té.



    Naruto siempre dejaba la ventana de su oficina abierta, estuviese soleado, lloviendo o nevando. Al mismo tiempo la usual organización de la oficina había sido cambiada contra una de las paredes y su escritorio quedaba directamente en frente de la ventana. De esta forma, muchos pensaban, recibía directamente el viento que entraba por la ventana.

    El rubio se encontraba firmando varios papeles con respecto a las misiones para detener a un nuevo grupo terrorista que se centraba en atacar poblaciones sin ninguna posibilidad de defensa. Entonces sintió esa sensación que usualmente sentía a las cuatro de la tarde cuando el sol ya se estaba poniendo. Sin siquiera mirar supo qué o quién había entrado rápidamente por la ventana y se arrojó hacía él, que ya estaba en una posición adecuada para recibir cualquier cosa que viniese.

    La tormenta de cabellos verdes que nublaron su vista por un rato finalmente se calmo y dejaron de ser importantes después de que el rubio escuchara la encantadora risa de la niña que abraza fuertemente a su padre.

    —Mo~ Oto~-chan—se quejó separándose del rubio y comenzando a hacer un puchero, — ¿Por qué no finges algo de sorpresa?— preguntó cruzando su brazos y mirando a su padre fijamente.

    —Después del tercer mes ya no pude fingir sorpresa— respondió levantándose de su silla y acercándose a la ventana por la que había entrado su hija. Naruto sonrió y cerró la ventana que ya había cumplido su cometido. —Debes hacer más silencio y aterrizar más suavemente sobre los techos— terminó volteando a ver a su hija con una sonrisa, ella ya había dejado de poner atención y se encontraba limpiando una manzana que había sacado de su obi.

    Hinako utilizaba una yukata de color morado con bordes de un tono más oscuro. Para su comodidad había cortado la prenda un poco más debajo de su cadera y utilizaba unos shorts color negro bajo la yukata. Al mismo tiempo las mangas de la prenda eran más cortas de lo normal, todo con el fin de facilitar su movimiento. Llevaba implementos ninja en su pierna derecha y las usuales sandalias ninja. Al igual que cuando tenía nueve años su cabello estaba recogido en una coleta alta dejando unos cuantos mechones en frente que enmarcaban su rostro, como los de su madre. Cuanto más pasaba el tiempo más se parecía a su abuela y por lo tanto a su padre, que se encontraba más que feliz de esto.

    Naruto se sentó nuevamente en s escritorio y comenzó de nuevo a trabajar, Hinako tomó asiento en el lado opuesto de la habitación. La silla sobre la que la hija del Rokudaime Hokage se había sentado llevaba en ese lugar varios meses y a su asistente, Rika, le pareció bastante extraño la primera vez que la pidió. Hinako y Naruto podían pasar horas en esa dinámica, él trabajando en sus deberes como Hokage mientras ella realizaba su tarea de la academia. Pero el día de hoy había algo definitivamente extraño.

    Un poco incomodo por lo que sentía, un par de ojos sobre él, alzó su vista a su hija y ella un poco avergonzada volvió a mirar su cuaderno intentando ocultar el sonrojo en sus mejillas. El rubio la miró curioso pero ella no volvió a alzar su vista, entonces siguió con su trabajo, sonrió pues acabaría pronto y podría pasar un rato con ella, pero nuevamente sintió los ojos de su hija sobre él. Pensando que no era nada siguió trabajando pero cuando aquella invisible presión se hizo molesta miró a su hija que parecía iba a decir algo, pero después de esperar un rato nada paso y la niña cubrió su rostro con su cuaderno. Naruto la observó esta vez confundido y algo preocupado y decidió acercarse en silencio.

    Tras su cuaderno Hinako miraba a un lado y al otro, tratando de decidir qué le diría a su padre, intentando encontrar el valor para decirlo. Porque si no se lo decía ya sería muy tarde y lo menos que quería era avergonzar a su padre, ya había sido avergonzada por el molesto niño del clan Mizuoni…



    —Bien, ¿Ya estamos todos?— preguntó la maestra Moegi con una lista en su mano, había tachado el último nombre de la lista —Hoy vamos a aprender ninjutsu.

    Todos los estudiantes saltaron en el aire y Hinako chocó su mano junto con la de Kimiko Inuzuka, una de sus mejores amigas de la academia. Ambas habían hablado de aquello el día anterior durante su descanso, ambas no podían esperar a comenzar con sus clases de ninjutsu. Kimiko Inuzuka era la hija de Kiba y Fumiko Inuzuka, la niña heredo de sus padres el típico color castaño del clan, sin embargo sus ojos grises eran una especial rareza en el clan. Como su padre, tenía unos colmillos bastante prominentes, que cuando sonreía le daban la típica apariencia salvaje de los Inuzuka. Sin embargo, como su tía tenía el pelo bastante liso y manejable. Kimiko resultaba ser una belleza a la vista juntó con una personalidad bastante explosiva.

    —Hoy veremos tres de los ninjutsu básicos que posiblemente serán parte del examen gennin. A partir de hoy esta clase se basara en la práctica y mejoramiento de estos ninjutsu— dijo la maestra esta vez con sus manos sobre su cintura. Bastante feliz de haber llegado hasta este punto con sus estudiantes Moegi sonrió y solicitó ayuda.

    —Bien, Hyuga-kun por favor lanza hacía a mí unos cuantos kunai cuando te lo pida— el joven castaño de ojos perla asintió con la seriedad a la que estaban acostumbrados todos sus compañeros y se preparó para realizar lo que su maestra le había solicitado —Esta bien, ¡Ahora!—ordenó la mujer y después de recibir los tres kunai arrojados a su cuerpo apareció una gruesa nube de humo que al desvanecerse dejo ver un tronco con la tres armas incrustadas a lo largo de su línea media.

    Después de ver aquello, todos sorprendidos comenzaron a buscar a su maestra, nadie pudo encontrarla hasta que todos en silencio comenzaron a mirar a Terumi Hyuga. La joven, hermana melliza del niño que había arrojado los kunai, avergonzada por la inesperada atención sonrojada comenzó a preguntar qué sucedía, luego al ver a su derecha lo entendió. Alguien de con su misma aparecía estaba junto a ella parada de la misma manera que ella.

    —E-eh… Y-yo soy la real, ella debe ser Moegi-sensei—dijo señalando a la persona que no era ella.

    —No es cierto— contestó la copia de la joven haciendo que todos se miraran preocupados, ninguno podía decir quién era la maestra y quien era la joven.

    Luego la maestra sonrió y en una nube de humo volvió a recuperar su forma original — Ese fue el Henge no jutsu, y el anterior a ese fue el Kawarimi no jutsu. El siguiente— dijo la maestra poniendo sus manos en posición de sello— es el bunshin no jutsu—terminó para dejar apaerecer tras ella varias copias.

    —¡Moegi-sensei es genial!—dijo uno de sus estudiantes.

    —Bien, ahora hagan parejas y comiencen a practicar el bunshin no jutsu, recuerden que deben mantener su chakra tranquilo y darle forma de ustedes mismos, luego liberarlo muy rápidamente— indico la maestra.

    Las dos amigas se hicieron juntas y comenzaron rápidamente, como Hinako la Inuzuka también era bastante buena en la práctica, sobre todo en taijutsu. Después de analizar por unos momentos lo mencionado por la maestra Kimiko intento por primera vez su jutsu sin lograr nada, lo intento una segunda vez y esta logró formar un clon que solo existió durante un segundo. Hinako bastante emocionada intento lo mismo pero después de intentar dos, tres y hasta cuatro veces no sucedió nada y ya bastante desesperada lo intento una última vez logrando que apareciese algo.

    Hinako miró su copia y no pudo más que formar una mueca de disgusto ¿Qué era esa cosa blanca y endeble que se parecía a ella? Luego miró a su amiga y esta no pudo contener su risa y comenzó a reír como si no existiese un mañana. Entonces paso lo único más terrible que la burla de su amiga.

    —Miren todos, Hinako hizo un clon igual de parecido a ella— dijo el azabache de ojos azules para luego soltar una fuerte carcajada, luego le siguieron todos sus otros compañeros. Hinako primero enrojeció de vergüenza y luego infló sus cachetes en un puchero que resulto adorable para su maestra, la única persona que no estaba riendo. Moegi le dio una sonrisa reconfortante a la niña y aplaudió dos veces recordándoles a los estudiantes que estaban en clase y debían practicar.

    Recordando todo eso Hinako infló sus cachetes y luego decidida bajo su cuaderno y con fuerza pronunció las palabras que tanto quería que salieran —Oto-chan, ayudame con el Bunshin no jutsu— soltó rápida y fluidamente con sus mejillas bastante sonrojadas. Naruto que estaba frente a su rostro no esperaba aquellas palabras y tampoco fueron bienvenidas.

    —¿B-Bu-Bunshin no jutsu?— preguntó su padre intentando sonreír y responder ‘Claro’. La extraña reacción de su padre la asombro, su padre siempre sonreía bastante grande cada vez que ella le pedía ayuda con algo de la academia ¿Por qué esta vez no? — Claro, espera terminó de firmar unas cuantas cosas e iremos al campo de entrenamiento a eso…— dijo medio pensativo.

    Con Hinako de nuevo concentrada en su cuaderno y sin mirarlo tan extrañamente Naruto termino rápidamente su trabajo pero pensativo la miró. Hacía años el rubio no utilizaba ese jutsu pues dependía en gran manera de sus clones de sombras ¿Podría enseñarle a su hija ese jutsu? Sin poder estar seguro decidió intentarlo allí y ahora, podía hacerlo, cuando peleo con Neji logró hacerlo. Puso sus manos en posición y libero un poco de su chakra y en una nube de humo apareció el clon con el mismo aspecto que hace muchos años. El clon de Naruto tenía de alguna forma su apariencia pero era blanco y era tan débil y amorfo que no se podía poner en pie.

    Así lo inevitable sucedió, su hija, quien más lo admiraba en el mundo vio la patética forma de su clon y Naruto solo encontró una forma de reaccionar: llorar. Hinako se puso en pie y acarició su cabeza.

    —Ya, ya cuando utilizas jutsus de muy alto nivel es normal que se te olvide lo básico— dijo acariciando la rubia cabellera de su padre que después de aquello alzo su cabeza para mirarla con su nariz escurriendo liquido con la misma velocidad que caían su lágrimas —además mamá siempre me dijo que nunca fuiste bueno… no pensé que este ‘bueno’ pero no importa.

    Naruto, como siempre, honesto a sus sentimientos abrazo a su hija con fuerza.


    Con siete años Natsu había comenzado a ir a la academia y tenía un brillo inigualable en sus ojos al ver a su madre y hermana practicando en Bunshin no jutsu en su patio. Naruto sentado a su lado, tomando del té y galletas que su esposa había puesto para ellos opuesto a su hijo estaba totalmente aburrido y celoso. Por otro lado su esposa estaba bastante feliz y mucho más calmada a como la había visto en la tarde, parecía como que el que le solicitaran ayuda le hubiesen quitado un enorme peso de encima.
    Al día siguiente en la práctica de ninjutsu Hinako hizo dos clones totalmente estables que duraron más de dos segundos.
    .........................................
     
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    Nahi Shite

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    ¡Aw! Ese niño es endemoniadamente malo x´D
    Pobre Hokage, me maté de la risa. Mira que dejar que su hija lo vea de la forma más patética... No puede hacer un Bunshin pero es el héroe de la aldea ¡Gran cosa! Jajajaja.
    Me gusta tu manera de escribir, lo sabes, y espero ver a Natsu de nuevo :-3 Aunque sea sólo al final. ¡No lo supero! ¡Pobre Naruto!
    Era obvio que Hinako debía pedirle ayuda a su linda madre primero... e.e
    Espero el siguiente con ansias, Juli.
    ¡Besos!
     
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    NanakoGrey

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    Konbanwa~

    Traigo el cuarto capítulo de este ff, me encanto escribirlo y casi lloró con Hinako y Naruto xD. Además me siento muy rgullosa de lo largo que salió y de lo mucho que me divertí escribiéndolo.

    Sin más:

    Sobre el Padre y su Hija
    Capítulo #4 “Sobre el amor”

    Su respiración estaba más agitada de lo normal, su corazón latía muy fuerte y sus sentidos estaban fuertemente estimulados. Sus ojos podían ver más de lo usual y hasta el caer de un alfiler en el piso hubiese producido en ella una respuesta. Finalmente llegó, e impulsándose en la rama del árbol frente a ella dio un fuerte salto para caer frente a él. Rápidamente sacó un kunai de su kit ninja y girándola en sus manos se preparó para recibir las shuriken que se dirigían hacia ella y él. Arriba, abajo, derecha, derecha, arriba, abajo. Las seis shuriken cayeron al piso y Hinako ya estaba preparando una fuerte patada para golpear al tonto que pensó no ser visto por ella.

    Antes de que Hinako tan siquiera levantase su pierna paso a su lado una columna delgada de agua que aparto con bastante fuerza al atacante de la joven. Aquel hombre fue empujado fuertemente contra un grueso roble alrededor de aquel pequeño claro y Hinako lo miró con una sonrisa que él devolvió con orgullo. A partir de ese momento comenzaron una danza armónica contra sus enemigos y solo en un corto momento de calma Hinako notó el estado du su brazo. A solo milésimas de segundo de decir algo vio la determinación en sus ojos y solo se preocupó de vencer a sus enemigos.

    —Taijutsu, tres metros, en frente— soltó él levemente agachando su cuerpo para ser utilizado como soporte para avanzar en un salto hacía el mencionado.

    —Hakke Rokujuyon Sho—escuchó decir a su compañera mientras él elevaba una fuerte barrera de agua que golpeó a varios de los enemigos que ella había dejado atrás.

    La batalla no continuó mucho tiempo y cuando terminaron se encargaron inmovilizar a sus enemigos y por fin Takato le prestó atención a su herida. Lo hizo solo en un momento de una manera muy pequeña pero que Hinako alcanzó a notar.

    La joven vestía con una camisa lila cuello bandeja y bajo ella una camisa de malla ninja que llegaba hasta sus codos, tenía una falda que llegaba debajo de sus rodillas con profundos escotes que daban hasta su cadera. La falda llegaba hasta su cintura y era sostenida por el protector que la reconocía como ninja de la hoja, bajo la atrevida falda llevaba una pantaloneta ceñida al cuerpo color negro y en su pierna derecha se encontraba el kit ninja de donde había sacado su kunai.
    Hinako suspiró y comenzó a jugar con su cabello, como siempre sostenido en una coleta alta. Estaba pensando sus mejillas se pusieron coloradas pero rápidamente aparto el rubor de su rostro. Sacó de su kit ninja un pequeño cilindro y se acercó a su compañero.

    —Oye, idiota…— llamó al chico mientras se acercaba al lugar donde se encontraba, sentado sosteniendo su brazo. Hinako se sonrojo levemente de nuevo y miró hacía cualquier lugar menos su rostro—De-dejame ver tu brazo— más que una solicitud fue una orden que él no se preocupo en cuestionar.

    La joven de cabellos verdes comenzó a jugar con el cilindro en sus manos, sus dedos se movían en una sencilla danza que tocaba aquel objeto. El joven abrió hacia el lado izquierdo su yukata azul, pasando por su hombro hasta llegar a su codo. Hinako se sonrojo aun más, no quería ver a su compañero semidesnudo, sin embargo quería ayudarlo. Los ojos de ella siguieron todo el movimiento del joven, observando cada centímetro de piel expuesta y se golpeó mentalmente por hacerlo y pensar que el cuerpo del joven no estaba mal.

    Cuando finalmente pudo ver la herida que atravesaba su brazo abrió sus ojos en preocupación y se acercó sin un rastro de nerviosismo en su cuerpo. Tomó su brazo con delicadeza y con una mano abrió el pequeño tarro que había sostenido en sus manos todo ese tiempo. En ella untó un poco de la crema contenida en el cilindro de pequeño tamaño y la extendió sobre la herida del joven que frunció ligeramente al ceño al contacto de la crema con su piel. Sin perder su concentración también tomó vendas que colocó en el brazo del joven sin saber muy bien que estaba haciendo.

    —Es todo lo que puedo hacer hasta que llegue Inori— dijo sentándose a su lado viendo hacía sus enemigos.

    —Tranquila, no era como si esperara que hicieras una buena curación—dijo e inmediatamente recibió una mirada desafiante de la joven. Él rió fuertemente para luego tomar su brazo evidenciando su dolor.

    —Te lo mereces—.

    Un fuerte silbido llamó la atención de ambos, al mismo tiempo voltearon hacia arriba y ver a una increíblemente hermosa joven de cabellos amarillos y ojos celestes. Llevaba una pantaloneta corta ceñida al cuerpo de color negro, una camisa sin mangas color gris y sobre ella un corto chaleco morado. Su cabello era corto y tena un mechón que cubría su ojo derecho, su kit ninja se encontraba en su pierna izquierda.

    —Parece que la fiesta estaba de este lado— dijo para bajar del árbol en donde se encontraba y posicionarse perfectamente entre Hinako y el joven. Entendiendo lo que iba a hacer Hinako se puso en pie y camino hacía sus enemigos asegurándose de que estuvieran bien atados, notó que estaban despertando.

    —Inori, apresúrate. Ya están despertando— dijo para luego voltearse y ver a sus dos compañeros de equipo coqueteando el uno con el otro. En Hinako comenzó a verse como palpitaba una de las venas sobre su cien y miró con rapidez una roca a su lado. Con su pie alzo la piedra de un golpe y con otro la dirigió hacia el azabache golpeándolo en su protector. —Dije: Inori, ya están despertando— repitió mirando desafiante a la joven mientras ponía una de sus manos en su cintura.

    La rubia torció sus ojos y se acercó a los ninja que habían sido vencidos por sus otros dos compañeros. Así comenzó a utilizar los jutsu típicos de su clan, muy efectivos en la extracción de información. Mientras tanto Takato miraba a Hinako con una sonrisa, casi de victoria y ella ignorándolo miraba como Inori realizaba su tarea.

    — ¿Donde esta Lee-sensei?— preguntó Hinako.

    —Dijo que la batalla que tuvimos solo ‘avivo el fuego de su corazón’ y que nos alcanzaría después de hacer mil series de abdominales— respondió aun concentrada en su trabajo.

    Hinako sonrió y reprimió la risa que le causo la imitación de su compañera. Cuando Hinako pasó en examen gennin y su equipo fue asignado puso el grito en el cielo cuando se entero que Rock Lee iba a ser su sensei. Lee era su invitado favorito y alguien tan admirable como su padre, entonces cuando se enteró que él era su sensei su rabia y molestia por tener a Takato Mizuoni en su equipo se esfumaron.

    Como la mejor del equipo en taijutsu era Hinako era evidente que su profesor desarrollara una preferencia con la joven, sin embargo el mejor trabajo en equipo lo hacía con él azabache. Algo irónico, pues era conocimiento de toda la aldea de la hoja que no se soportaban pero conocían tanto las fortalezas como las debilidades del otro y eran un dúo en perfecta sincronía cuando lograban dejar de pelear.




    Poco sabía Naruto que en esa semana su corazón se iba a romper dos veces. La primera vez vino de manera inesperada y comenzó con el sonido del timbre de la residencia Hokage. Aquel era de los poco días en los que podía dedicar tiempo a su familia y ese día tenía pensado en entrenar junto a Natsu en la mañana y charlar un rato con Hinako en la tarde para luego dedicar el resto de su día a su esposa. Sin embargo la imagen con la que se encontró al bajar las escaleras después de su entrenamiento con Natsu partió su corazón en dos.

    Su dulce hijita, su pequeña Hinako tomaba la mano de un joven que Naruto nunca había visto en su vida. El rubio veía como su hija se sonroja igual que su madre, haciéndola ver encantadora pero completamente extraña para él. Su niña soltaba pequeñas risas y el padre solo pudo mirar la escena con su boca entreabierta, dolor en su pecho y un increíble sentimiento de pérdida al que solo se le acercaba la despedida con su madre. Es que, su pequeña niña ahora iba a buscar el cariño de otro hombre y se apoyaría en alguien más que no fuera él.

    —Anata, ven— dijo su esposa asomándose por el corredor—Hinako va a presentarnos a su…— entonces Naruto quiso escuchar cualquier otra cosa menos la palabra que iba a escuchar. Hubiera preferido que se le clavasen mil senbon en sus ojos y lengua que escuchar la palabra que iba a salir de los labios de Hinata. En silencio le pedía que no lo dijera, con su mirada le rogaba que no dijese esa tormentosa palabra pero parecía que la sorprendente telepatía que había entre ellos se había quedado aquel día en la cama. Entonces cruelmente, sin ninguna pausa y con toda la tranquilidad del mundo Hinata Hyuga la mujer que más amaba en el mundo atravesó su corazón nuevamente diciendo —...Novio.

    Naruto fingió una sonrisa y se acerco al joven que evidentemente era ninja, pero juraba nunca haberlo visto.

    Al entrar su padre en la habitación Hinako se puso en pie y él joven la siguió, estiró su mano y Naruto la tomó.

    —Ho-Hokage-sama— Perfecto pensó el rubio celebrando el notar que era un joven tímido sin duda tardaría en hacer un movimiento sobre su niñita cosa que le daría tiempo de convencer a su hija que lo dejase —e-es un honor estar en su casa y poder saludarlo. S-soy Fujitsu Hanataro— Naruto luchó por no alzar una de sus cejas, o en el peor de los casos reír, ‘taro’ ¿En serio? El nombre más genérico que había. Luego comenzó a repasar al joven con su mirada y notó que nada en él era sobresaliente, todo en el era demasiado normal sin duda su hermosa Hinako podía conseguirse algo mejor no alguien tan… simple —quisiera poder salir con su hija— terminó sacudiendo la mano del Rokudaime Hokage no tan fuerte como esperaría de un pretendiente de su hija, ¿No tendría que ser al menos más fuerte que ella? Sin embargo Naruto agitó su mano pero cuando el joven quiso retirarla no la soltó.

    —Bien Hanataro-kun, solo tengo que decir una cosa— dijo todavía con su falsa sonrisa pero que poco a poco se fue volviendo la mejor personificación de Naruto del kyubi —si llegas a hacer que mi hija derrame algo parecido a una lágrima no respiraras ni un segundo más después del momento en el que me entere— terminó susurrando muy cerca del joven y mandando escalofríos a lo largo de su espalda, estaba aterrado y totalmente blanco.

    —Bien, ¿Alguien quiere té?— preguntó Hinata después de recuperar esa telepatía de pareja pero Hinako rechazó la oferta diciendo que ella y su novio iban a salir, haciéndolo casi inmediatamente.

    Después despedir a su hija y ahora yerno Hinata cerró la puerta y volteó a ver con el ceño fruncido a su esposo, el rubio se sorprendió por tal acción y sin dudarlo preguntó qué sucedía.

    —Simplemente no es justo que asustes al pobre chico de esa manera, Naruto— respondió Hinata saliendo hacía el patio de la residencia para acompañar a Natsu en su entrenamiento.

    De las pocas veces que Naruto había logrado enfurecer a su esposa esta era la más pequeña de todas pero fue con la que más mal se sintió.



    La segunda vez que rompieron su corazón esa semana fue el viernes en la noche. Cuando vio a su hijo cuya personalidad era tan tranquila como la de su madre afilando un kunai y con un claro instinto asesino supo que algo estaba mal, algo mal con Hinako. En el momento que Natsu vio a su padre pareció más molesto, como si él tuviese la culpa.

    Solo cuando vio a Hinata fuera del cuarto de su hija con un rostro claramente preocupado comenzó a entender unas cuantas cosas. Al ver a Naruto el rostro de Hinata se iluminó como viendo a un salvador que claramente necesitaba en este momento.

    El Hokage tocó la puerta dos veces sin respuesta alguna.

    —Hinako soy yo— dijo fuertemente y tratando de ser fuerte tras escuchar el llanto de su hija a través de la puerta aun así sin respuesta.

    Hinata tomó a su esposo por su hombro y como si estuviese mejor que nunca aquella telepatía le dijo a Naruto que ella se encargaría del otro adolecente con claro intento asesino en su rostro. Así Hinata bajo al primer piso e intento clamar y apaciguar la ira de su hijo más pequeño.

    Era la una y media de la mañana y el llanto de Hinako se había detenido pero su puerta continuaba cerrada y su padre seguía fuera de su habitación. Pero entonces rompiendo la calma de la noche después de la llegada de una lechuza al árbol de la casa y uno que otro sonido sospechoso el seguro de la puerta de su hija sonó. Atentamente vio como la chapa de la puerta comenzaba a girar lentamente, entonces Naruto respiró profundo y en silencio se puso en frente de la puerta.

    Cuando su hija de quince años de edad abrió la puerta y lo vio frente a ella se quedo viéndolo, él la miraba desde arriba detallando como sus mejillas estaban sucias del llanto y como sus ojos estaban tan rojos que podía ver cuán irritados estaban en la oscuridad. Luego se lanzó en sus brazos para comenzar otra ronda de sollozos que le parecieron interminables y produjeron en el tanto dolor que solo pudo llorar junto a ella en silencio.

    Cuando dejo de llorar ambos se mantuvieron abrazados varios minutos y luego Naruto la separó de su cuerpo agachándose hasta que sus ojos se encontraran con su blanca mirada le dijo que todo estaría bien. La tomó de la mano y bajo con ella a la cocina, comenzó a calentar leche y buscó en la lacena un postre que estaba seguro que iba a encontrar. Puso el rollo de canela en un plato y lo calentó en el horno microondas, un minuto exacto, como sabía que a su hija le gustaba. Luego sirvió la leche en un pocillo y puso en ella dos cucharadas de chocolate en polvo y colocó todo frente a la niña que lo miraba desde la barra de la sala que conectaba con la cocina.

    El se sentó frente a ella y vio como comía las dos cosas que más le gustaban, el chocolate caliente y los rollos de canela, al menos uno era influencia suya.

    —Faltaron los malvaviscos, mamá siempre le pone malvaviscos— dijo rompiendo el silencio, Naruto la miró y con algo de tristeza asintió —…pero prefiero tu chocolate, mamá pone más leche que chocolate—.

    —Porque mamá no sabe la medida adecuada— sonrió como siempre lo hacía después de que compartían una paleta y entonces se sintió un poco mejor.

    —¿N-no vas a preguntar qué paso?— preguntó sin entender porque había preguntado aquello pero Naruto sonrió nuevamente y negó con su cabeza —N-no es culpa de Hanataro— dijo mirando hacia otro lado —Así que no le hagas nada y… y asegúrate de que Natsu-chan lo sepa porque no es culpa de él…

    —Me asegurare de que lo sepa antes de que pueda hacerle daño—

    —Porque… no quiero que además de romper su corazón le rompan algo más…—dijo bajando su cabeza como avergonzada — porque si algo está roto es su corazón y es culpa mía…— dijo sin levantar su cabeza pero aún así parecía que no era la razón por la que estaba tan triste.

    Naruto parpadeo dos o tres veces y miró a su hija extrañado.

    —Me sentía sola… me siento sola, desde que Takato e Inori comenzaron a salir juntos. Hanataro me confesó sus sentimientos y dije que sí pero en realidad no sentía lo mismo que él ni un poco, me ayudaba a pasar la soledad y pensaba que podía empezar a quererlo— se abrazó a sí misma — No quise aceptarlo, no quiero aceptarlo, pero cuando lo vi besándola con tanta pasión con tanto deseo me sentí más sola que nunca y sé lo que significa— comenzó a llorar nuevamente con gruesas lágrimas que caían en el plato donde su rollo de canela se encontraba con unos cuantos mordiscos—Era como si hubiesen esperado el momento en el que por fin me sentía cómoda juntó a él, a Hanataro— aclaró porque estaba segura de que su padre la estaba escuchando —Cuando los vi solo me quede en pie viéndolos, cuando me vieron… él…él sonrió como si no hubiese pasado nada y comencé a llorar. Papá, intenté no llorar, no llorar por él, no llorar frente a él, pero no pude, me dolía tanto ver que no le importaba que lo hubiese visto... Todo lo hice frente al pobre de Hanataro, incluso se dio cuenta. Sé que lo hizo, ¿Qué idiota no se daría cuenta? Pero él me trajo hasta acá me dejo en la puerta y con un infinito dolor en sus ojos me dijo que no deberíamos salir más—

    Cuando Hinako alzó su mirada todavía llorando no vio a su padre y alcanzó a preocuparse pero cuando recibió un fuerte abrazó detrás de ella pudo calmarse de nuevo, solo con escuchar lo latidos de su padre. Naruto tomó de nuevo la mano de Hinako e hizo que lo acompañara hasta la sala en donde se sentaron en un largo sofá. Ella se sentó y rápidamente acomodó su cabeza sobre las piernas de su padre y él solo acarició su cabello.

    —Sabes, no rompiste un corazón esta semana— dijo mientras acariciaba los largos cabellos de su hija— rompiste cuatro, Hanataro, tu madre y tu hermano fueron víctimas también…

    —Tú eres el cuarto ¿No?— preguntó.

    —Claro, pero soy el más afectado de todos. Imagina esto: La mujer más hermosa de todo el mundo dio a luz a la niña más hermosa de todos los tiempos. Y su padre un espectacular Hokage que es bastante torpe la ve crecer desde el momento que Sakura-chan lo dejo ver a su hijita. Entonces de un momento a otro llega con este chico… que pudo ser hasta el hijo del mismísimo Señor feudal de la nación del fuego y quiere llevarse a mi hijita. Este chico, que es bastante simple—escuchó la pequeña risita de Hinako en sus piernas— quiere ser el que le da cariño a mi niñita, y seguro es en quien ella se va a apoyar de ahora en adelante, el padre había perdido a su niñita de un momento a otro ¿Qué opinas de eso?—.

    —Hn—hizo Hinako escuchando a su padre pero sin nada que decir.

    —Entonces cuando ese asombroso Hokage se está recuperando de su corazón roto llega a casa y descubre que su dulce pequeña está llorando sus ojos y no quiere hablar con nadie, luego ella abre la puerta de su habitación y mira a su padre como si él pudiera hacer algo pero ella luego se rinde y llora frente a él desesperadamente. ¿Cuántas veces crees que me partiste el corazón esta semana Hinako?—preguntó todavía acariciando su cabello y viéndola con cariño.

    —¿Tres?— preguntó la niña.

    —¿Tres?—preguntó él como si hubiese olvidado contar.

    —Sí, la niña le dijo a su padre que faltaron los malvaviscos en el chocolate—

    —¡Ah!— sonrió suprimiendo una delicada risa—Sí, tres veces.

    Naruto consintió un poco más su cabello.

    —Sobre el amor no puedo decirte mucho, a veces es muy cruel y otras la cosa más dulce, más que un rollo de canela. Pero sobre eso soy un idiota pase años detrás de una chica que nunca se sentiría diferente por mi e ignore años a la que estuvo siempre para mí—

    —Mamá y Sakura-san…— dijo la niña.

    —Así que es mejor que hables con tu mamá ella es más sensible para eso que yo ¿De acuerdo?—

    —Hn— hizo para acomodarse más en las piernas de su padre —Sabes Otto-chan, no importa cuántos o a quienes traiga aquí como mi pareja siempre seré tu hijita— dijo bastante bajo pero audible y luego cayó dormida en las piernas de su padre.

    A las cinco y treinta ya se asomaban rayos del sol por las ventanas de la casa y Hinata bajo en busca de su hija y esposo. Viéndolos a la primera dormida y el segundo mirando a su creación sonrió ligeramente. La mujer de largos cabellos azules avanzó hasta el sofá donde ambos estaban sentados e hizo lo mismo en el lado contrario de donde estaba su hija. Ella tomó la mano de Naruto en la suya y recargo su cabeza sobre el hombro de su esposo.

    —Este chico Takato, puede que sea un mayor idiota de lo que yo fui— dijo a su esposa y ella asintió con su cabeza. No mucho tiempo después sus cachetes se inflaron e hizo un dulce puchero al que Naruto sonrió y la miró cuestionándolo.

    —Te prefiere a ti—

    —Prefiere los rollos de canela—

    ------------------------------------------------------------------------------------

    ¡Pobre Hinako-chan! No hay nada más terrible que ver a tu papá llorando contigo, solo porque tu estas llorando.

    Y el pobre Naruto sigue traumatizado después de 6 años de que su hija preifere los rollos de canela que el ramen.

    Proximamente entregare un Omake.
     
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    Nahi Shite

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    En serio hiciste que me vibrara el corazón con este capítulo. Y no tiene nada que ver con el hecho de que me haya pasado algo ligeramente parecido. Admiro con una fuerza terrible la relación que llevan Naruto y Hinako. Todas las adolescentes deberían tener como papá al hokage fabuloso... e.e

    Es terrible lo que le pasa a Hinako, lo sé, mira que tener a tus dos compañeros de equipo de novios es de por sí fastidioso. Ahora sólo agreguemole el hecho de estar enamorada del tipo...¡Dios, tortura eterna! De todas formas, estuvo mal lo que le hizo al pobre chico común e.e Quisiera ver cómo se desarrolla la vida sentimental de nuestra ahora adolescente.

    e.e Y Natsu asesino Lol Me encantó. Además está el trauma de Naruto con los rollitos de canela xD´D Me reí y lloré con este chapter.
    No me fije mucho en comas, tíldes, etc. En serio me enganchaste.
    Y... Espero leer pronto el Omake.

    ¡Besos!
     
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    NanakoGrey

    NanakoGrey ¡Holo!

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    Sobre el padre y su hija [naruto]
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    Damn, me emocione tanto pensando en el Omake sobre Natsu que termine por escribirlo todo hoy.

    Bien este capítulo esta dedicado a la única persona que tengo la certeza que es una fan de este pequeño y adorable OC. Claro que si Brenda-chan este Omake es para tí, tan lleno de Natsu que espero quedes satisfecha por un rato ;)

    Sobre el Padre y su Hija
    Omake: Sobre Natsu y Hinako.

    —…te prometo que no dejare que te compren cosas rosas— escuchó, poco podía entender en ese momento después de todo ni siquiera había nacido pero no pudo evitar patear de nuevo la fuerza que movía la pared en donde vivía hacía él. Luego escuchó una ligera risa y se dio cuenta que le gustaba mucho ese sonido, agudo, dulce pero no sabía que era.


    Cuando él tenía un año ella tenía seis fue la primera vez que él se puso en pie y camino solo, ella estaba jugando con él y cuando sonó el timbre de la puerta lo dejo solo. Vio con sus grandes ojos azules como la niña se ponía en pie y se alejaba de él ¿Por qué lo dejaba solo? ¿Por qué se iba?

    Quería ir con ella y entonces apoyándose en un sillón, uno de la sala, en donde había estado jugando con su hermana se puso en pie y decidió seguirla. Torpemente puso un pie frente al otro y se sorprendió por como cambió todo lo que veía y olvido un momento a su hermana.

    Cuando volvió a verla seguía en pie y miraba hacía el patio con sus grandes ojos, pero luego escucho pasos al otro lado y volteo a ver a las tres personas con las que más le gustaba estar en el recibidor de a residencia.

    —¡Natsu-chan, estas de pie!— dijo la niña con la que estaba jugando y entonces quiso caminar hasta ella y poniendo un pie frente al otro se acerco un poco más —¡Y caminas!— dijo aún más sorprendida que antes y se agacho, se puso en sus rodillas y extendió sus brazos. Él sabía que significaba eso, iba a envolver sus brazos en él y mover su cara sobre su cabello dándole ese cálido sentimiento que no le molestaba en recibir. Extrañamente la niña no se movió más y solo extendía sus brazos.

    —Vamos Natsu— dijo su mamá llamándolo. Ella no se agacho pero bajo hasta que sus manos estuvieran al nivel de su mirada y comenzó a aplaudir con un ritmo que le resultaba contagioso. Por otro lado su padre tenía agua en sus ojos y decía cosas que él no entendía, solo se preocupo por seguir el ritmo de su madre con sus pies y cuando llego a la niña ella lo envolvió en sus brazos y rió.

    —Que bien, ototo— dijo frotando su rostro en su sedoso cabello azul y Natsu sonrió.



    A los tres años probo por primera vez el ramen, Hinako tenía ocho años y se lo había dado a probar en secreto. Hinata era muy estricta con la dieta de su hijo: nada de alimentos condimentados hasta los cuatro años, aun así su hermana le dio un poco de la sopa y un pequeño bocado de fideos que le resultaron fantásticos.

    —Más— dijo pidiéndole a su hermana más ramen.

    —Solo si prometes no decirle a mamá que te dí— dijo — ¿Está bien?— pregunto asintiendo con su cabeza cosa que él imitó.

    —Más— repitió con sus azules brillando al ver como el cucharon se acercaba a sus labios.

    Tres semanas después almorzaron nuevamente ramen, directamente traído de Ichiraku y regalando el delicioso olor característico del ramen con cerdo que tanto le encantaba a su padre. Natsu sintió el olor y sus fosas nasales se expandieron como si con eso pudiese saborear el ramen. Miró a su madre desde su silla con su plato vació y abrió su boca.

    —Ramen— dijo mostrando su plato como si quisiera que le sirvieran.

    Inmediatamente Hinata miró a Naruto, era una mirada muy severa una que nunca jamás espero ver de Hinata. Naruto aterrado comenzó a balbucear cosas que nadie en la mesa entendía, ni siquiera Natsu.

    —Ane-nee, —dijo volteando a ver a su hermana y mostrándole el plato —Ramen— la mirada de Hinata no se suavizo, se volvió más severa. Siempre preferiría a papá y por eso era menos dura con él, pero con ella la mirada se volvió más dura y de reprobación. La mirada dirigida hacia Hinako la asustó tanto que casi comienza a llorar.

    —Hinata, creo que ya está bastante grande, cumple cuatro en tres meses— dijo Naruto intentando calmar la situación haciendo que Hinata suspirara resignada.

    —Traidor— le dijo Hinako a Natsu y él solo le sonrió dulcemente y le mostró su plato de nuevo.

    —Ramen— dijo de nuevo extendiendo más su plato, Hinako sonrojada saco ramen de su plato y sirvió un poco de fideos, sopa y pequeños pedazos de cerdo en su pequeño plato mientras su madre la miraba un poco decepcionada.



    A los cinco años se encontraba en su cuarto castigado por dormir de nuevo en la cama de su hermana. Era la quinta noche seguida desde que su padre pensó que era lo suficientemente grande como para ver una película de terror y evidentemente Natsu no lo era. Cada noche se acostaba en su cama y amanecía en la cama de su hermana protegido por los brazos de Hinako.

    —No debes dejar que duerma más en tu cama, ya es un niño grande y debe dormir en su cuarto— decía su madre en su usualmente dulce tonó de voz pero con toda la seriedad requerida para el caso.

    —Tu madre tiene razón, también estas castigada— escuchó a su padre y no pudo evitar sentirse increíblemente mal por su hermana, por su culpa estaba castigada.

    No pasó mucho tempo para que fuera hora de dormir y entonces Hinata lo envolvió en sus cobijas. Luego llegó Naruto y ambos dijeron que no querían verlo amanecer en la cama de su hermana de nuevo, ambos besaron su frente y se despidieron cerrando la puerta. Se durmió rápidamente y entonces rápidamente comenzaron sus pesadillas, la horrible sombra quería comerlo y nadie escuchaba sus gritos por ayuda. Se despertó sudando y temblando e hizo lo único que le pareció lógico: ir con su hermana.

    Abrió su puerta, caminó por el corredor y avanzó hasta la puerta de su hermana, estaba cerrada pero sin llave,entonces comenzó a girar la chapa. Allí estaba su hermana de 10 años durmiendo sin saber lo terrible que había sido su pesadilla, pero más que su pesadilla le atormentaba la idea de que Hinako no lo dejara dormir con ella. Después de todo era su culpa que su hermana hubiese sido castigada.

    —Ane-nee— susurró Natsu desde la puerta sosteniendo esta vez Gama-chan en sus brazos. Lágrimas amenazaban con salir por sus ojos y entonces vio como su hermana se corría hacia un costado de la cama y abría las cobijas para que Natsu entrara en ellas. Sonriendo, con sus dulces ojos azules iluminados corrió hacia la cama y se acomodo en ella. Su hermana lo envolvió en sus brazos y frotó su cara contra el sedoso cabello de Natsu como un gato acomodándose en su cama.

    —Gracias Ane-nee—

    —Hn— respondió en medio del sueño.




    A los siete años, como Hinako, Natsu entró a la academia. Para sus padres era una total decepción y tristeza escuchar a su hijo decir que no quería que ninguno de ellos lo llevase a la academia. Natsu quería únicamente que su hermana lo llevase a la academia. Ciertamente sus padres no entendían el por qué y para Hinako era también algo totalmente inesperado.

    Cuando Hinako notó como todos los nuevos, hasta antiguos, estudiantes de la academia la miraban entendió todo claramente: su hermanito la estaba utilizando para alardear frente a sus amigos. Primero no necesitaba que lo trajeran sus padres y se encontraba al lado de un gennin que era conocido por su buen desempeño.

    Hinako sonrió complaciente y se dispuso a ayudarlo.

    —Bien Natsu-chan, desde aquí puedes ir solo, ya eres grande— dijo al chico que esperaba que lo llevaran hasta la puerta de la academia como a todos los demás — ¡Después de la academia seguiremos con nuestro entrenamiento ninja súper secreto!—dijo lo suficientemente duro para que todos los niños que serían sus compañeros escucharan. Su hermana luego guiñó su ojo y se marcho como si todo aquello no hubiese sido importante dejando a muchos niños asombrados y a su hermano totalmente agradecido.

    —Ne~ Natsu, ¿Esa era tu hermana?—.

    —Si— dijo muy feliz y orgulloso.

    —Es…muy…—Natsu lo miró cuestionándolo quería saber—Linda.

    Natsu frunció el ceño bastante molesto, sus cejas casi se vuelven una y la comisura de sus labios mostró su molestia. Luego esta ira aumento al escuchar a varios niños más decir lo mismo, que en verdad era linda.

    —¡De-dejen a mi Ane-nee en paz!—gritó.



    A los nueve años, de él, su hermana volvió de su primera misión de rango B, estuvo fuera dos semanas y medio y la extraño demasiado. Se sintió completamente solo durante esas semanas, porque quién más que ella lo acompañaba cuando sus padres estaba ocupados en sus funciones. Las últimas semanas no quería volver a casa hasta saber que alguien estaba allí.

    Entonces cuando supo que su hermana volvería ese mismo día aguanto la soledad de su casa y espero, espero y espero hasta que por fin sonó el timbre de la puerta de la casa. Él, que estaba en su habitación bajo en seguida y rápidamente abrió la puerta y vio a su madre, no pudo ocultar su decepción.

    —No sabía Natsu-chan,— decía su madre mientras entraba a la casa y pasaba directamente a la cocina pues traía lo que evidentemente para su nariz eran rollos de canela —que te decepcionaba tanto verme—.

    El niño se sonrojo y corrió hasta su madre y abrazó su cadera, después de todo no era tan alto.

    —Es que creí que eras Hinako— respondió en un susurro avergonzado por dar a entender que prefería a su hermana que a su madre.

    —Ya viene, esta con tu padre comprando Ramen— dijo jugando con su cabello azulado idéntico al de ella pero que era igual de rebelde al de su padre —la pobre está tan agotada que Naruto prácticamente la está cargando— terminó su madre que comenzó a preparar la mesa para la comida.

    Tiempo después sonó el timbre y ya sin la emoción de antes Natsu dejo que su madre abriese la puerta, pero no sin asomarse para asegurarse de que era su hermana. Como siempre Hinako entro como un rayo veloz a la casa y tras haber saludado a su madre antes el único miembro de su familia que faltaba por un abrazo era su hermano. Natsu alcanzó a preparase, alcanzó a extender sus brazos pero no a prepararse para la caída aún así cayó al suelo riendo.

    Como siempre en medio del abrazo Hinako comenzó a frotar su rostro contra su hermoso cabello azulino extrañando mucho a su hermanito y su pelo. Luego como siempre Hinako lamió sus labios, tratando de dejarlos lo mas húmedos posibles y comenzó a acercarse al rostro de su hermano.

    — ¡Mamá! ¡Mamá!— comenzó a gritar en desesperación, de los juegos de su hermana este era el menos favorito de Natsu, siempre luchaba con toda su fuerza tratando de alejar los labios llenos de babas de su hermana de su rostro. Hinako prefería sus mejillas por eso las protegía más que cualquier otra parte— ¡Mamá! Lo hace de nuevo. Lo hace de…— no pudo continuar su hermana había ganado la corta batalla librada en el piso de la sala— ¡Qué asco Ane-nee~!

    Los dos padres rieron por la situación y miraron a sus hijos con amor.



    Cuando su mamá le preguntó porque estaba tan enojado y con tantos deseos de hacerle daño a alguien se sonrojo un poco, avergonzado por los malos sentimientos que lo habían dominado y por la respuesta que vino inmediatamente a su cabeza.

    —¡P-porque es como… como la mejor hermana mayor de todos los tiempos!— declaró pareciéndose más que nunca a su padre —y
    cualquiera que la haga llorar merece el triple de sufrimiento, haría lo mismo por ti y papá — terminó de decir a lo que recibió un ligero golpe sobre su cabeza.

    —La venganza nunca es buena— luego fue abrazado fuertemente por su madre —pero me alegra saber que sientes el mismo
    amor hacia nosotros que el que nosotros sentimos por ti— terminó su madre y toda la ira de pronto se esfumó de su cuerpo, ahora solo tenía que esperar a ver qué había pasado para saber a quién tenía que quitarle sus uñas una a una.

    ----------------------------------------------------------------------

    Chan-chan.

    Espero no haber fallado en la manera de pensar de un ´bebe´dentro de su madre. Los bebes reconocen los sonidos desde muy temprana edad y Hinako como niña vivaz debió hablarle a Natsu todos los días.

    Al mismo tiempo creo que acerté en los pensamientos de un niño de un año, al año ya dicen mamá y papá pero no hermana, entonces Hinako simplemente era la niña que jugaba con él. Lo mismo sentí con los 3 años me base en mi primo que dice que si a todo sin entender con tal de que le des lo que quieres. Por otro lado a los 5 años no sé si pensaran así, en culpabilidades pero esa parte salió muy kawaii entonces dejemoslo así.

    Sin embargo diganme que opinan si acerté o no en esos pensamientos o si les pareciómuy forzado el comportamiento de Natsu.

    En todo caso amo esta familia.

    ¡Ah! el juego es fantastico, lo hacia con mi hermano cuando el no tenía la fuerza para pelearme, ahora es casi que al réves :/
     
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    Nahi Shite

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    ¡Ah, cumpliste mi capricho! ¡Amo a Natsu-kun! No me pareció que el comportamiento del chico fuese forzado en ningún momento, es más, creo que los pensamientos estuvieron bastante cercanos a los que serían los de un niño normal en las distintas edades. Es más, como hermana mayor, he sido testigo de muchas situaciones similares con mis dos hermanas. ¡Awww! Me encantó cuando Natsu-kun fue a la academia... ¡en serio! No hay nada mejor que presumir a tu familia xD´D O que te presuman. Eso es una cosa espectacular Jajaja.

    Es verdad que los babys escuchan desde la barriga. Por algo es recomendable ponerles música durante el embarazo. :-3

    Me imaginé cada parte con detalle y me fascinó cada una de ellas, a su modo. ¡Jajaja! Natsu delató a la pobre Hinako con el ramen... También me pasó e.e Cuando tenía doce años mi primo me pasaba aguardiente con rodajitas de naranja durante las fiestas familiares. No me siento orgullosa >.< ¡Pero eso es amor! Jajaja.

    ¡Mil y mil gracias por la dedicación! ¡Eres fabulosa! ¡No, toche, todo este FF es fabuloso! :-3 Ah... Y es extraño- Normalmente no me gustan los Ooc, pero estos dos me han enamorado. *-*

    No tengo nada más que decir, absolutamente nada.

    ¡Nos vemos en el próximo!
     

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