Skai Akarami

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Luix, 8 Septiembre 2015.

  1.  
    Luix

    Luix Fanático

    Tauro
    Miembro desde:
    21 Mayo 2015
    Mensajes:
    1,183
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Skai Akarami
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1445
    Hola, os traigo una historia, que...
    no se muy bien que si es
    comedia romántica, o una tragi-comedia,
    o lo que sea... pero bueno, tiene de
    todo un poco, ¡Espero les guste!.

    Skai Akarami

    Mi nombre es Skai, Skai Akarami, soy parte del clan Akarami, de hecho, soy la última descendiente junto con mi hermano Kaomi.

    Nuestro clan es conocido gracias a mi bis abuelo, Masake. El famoso Masake Akarami, dueño de miles de tierras, el mafioso más peligroso, y algunos decían que fue un brujo de artes negras, pero eso ya no lo creo.

    Somos descendientes por parte de mi madre, que antes de tenernos, quiso abandonarlo, porque su padre no quería que fuese esposa y madre de su enemigo, Kratos. Otro mafioso famoso por estas zonas, pero también, el fugitivo de otras.

    Era el último de su clan, no tenía hermanos, fue hijo único. Kratos, mi padre, se enamoró de mi madre en una de sus fugadas, como ella lo protegió por ser también parte de un clan, él de a poco se fue enamorando de ella, al igual que ella, —O al menos así me dijo mamá.

    Pero hace tres años, murió en una colisión de autos un día de lluvia, —Pero, para mí, algo tubo que ver mi abuelo...

    Actualmente, tengo 16, mi hermano 18, asistimos a una institución secundaria privada, pero nadie sabe mi apellido. Fue un pedido que hizo mi madre para que no tuviéramos complicaciones y disgustos por parte de nuestros compañeros.

    Mis cabellos son negros y los hato en dos colas, mis ojos son de un verde acuoso, haciendo resaltar el uniforme cada vez que lo llevo puesto. Kaomi también es de cabellera negra, pero sus ojos son de un verde profundo.

    Soy alegre y algunas veces me enfado con facilidad y, a pesar de tener buen estado económico, me gusta trabajar.

    A mi contrario, mi hermano es algo indiferente, siempre está serio y no le importa prácticamente nada, siempre esta atento a las actividades del clan.

    —En cambio yo... quisiera no ser parte de esta tontería

    Capítulo 1
    Pov. Skai​
    Sonó el despertador, eran las 6:00 am en punto, abrí lentamente mis ojos, para luego resfregarlos con mis manos. Me senté y bostecé profundo.

    Me puse mis medias blancas, zapatos, me saqué la pijama y me puse el uniforme escolar; que constaba de una camisa blanca, pollera roja a cuadros, la corbata del mismo color y la chaqueta negra. Fui al tocador a peinarme, me lavé la cara y salí.

    Bajé corriendo las escaleras, me metí a la cocina, saqué una mandarina de arriba de la mesa y me dirigí a la puerta. La abrí, divisé el reloj y ya eran las 6:45 am, —¡¿Qué?!, ¡Mejor me apuro!— cerré con fuerza la puerta y comencé a correr hacia la institución.

    Lo malo era que tenía que pasar por Mei, una chica castaña y de ojos cafés, no sabía si la encontraría en casa.

    Corrí y la encontré en el camino, estaba esperándome en la puerta de su casa, haciendo puchero por mi tardanza. Sonreí, —Lamento la tardanza— dije agitada.

    —¡Corramos que es tarde!— gritó y partimos corriendo a más no poder.

    Al llegar, las puertas estaban cerradas, nos miramos con Mei algo preocupadas, —Mei...

    —Nos pondrán castigo ahora, ¿Qué diablos hacías que te tardaste tanto?— preguntó alzando la vos y cruzando los brazos.

    —Yo te juro que no me dormí, eran las seis cuando estaba alistándome, y cuando salí de mi casa ya eran y cuarenta y cinco— expresé juntando mis manos en seña de disculpa.

    Mei suspiró, —Bien, da igual, ya llegamos tarde—. Sonó una campana y todos los de nuestra clase comenzaron a salir, con Mei quedamos estupefactas, nos acercamos a unas chicas, —Hey, ¿Por qué salieron?— preguntó.

    —El profesor renunció— respondió la chica.

    —¿Es por la deuda?— volvió a preguntar Mei.

    —Sí, dice que no volverá hasta nuevo aviso— respondió.

    Miré a Mei algo fastidiada, le asintió con la cabeza a la chica y esta se fue, —¡Diablos, esos tipos otra vez!— dijo haciendo puchero, cruzando los brazos y dando un pisotón al suelo.

    —¿Qué sucedió?— pregunté confundida.

    —El profesor Farutawa tenía una deuda con el clan Akarami, y sí no les pagaba, dijeron que se quedarían con su sueldo de maestro y lo sacarían hasta que junten lo que el debía.

    —Ah, ya veo...—, miré unos segundos hacia otro lado y vi a Kaomi salir de la institución. Corrí lo más rápido que pude y lo galoneé hacia mí, —¿Qué han hecho ahora?, ¿Por qué son así las cosas?— le susurré.

    —Sí tienes quejas, ve con el abuelo o con mamá, yo desde ahora sólo recibo órdenes— me respondió fríamente.

    —¿No era que nadie podría saber nuestro apellido Kaomi?— susurré alzando un poco más la voz.

    Hizo fuerza y se soltó, —A mí ya no me interesa, sólo me falta un curso más y salgo de aquí, vete— y se marchó.

    —¡Kaomi!— grité, pero fue en vano. Mei se me acercó y me toco el hombro, la miré y sonreí, —Mei, me voy a mi casa— mentí para irme a la compañía.

    —Um, ¿Puedo ir contigo?

    —No, no hace falta— sonreí, la salude y me eché a correr hacia la compañía, —¡Me van a escuchar, esto no se va a quedar así!— grité para mí y seguí mi camino. Crucé la plaza y divisé una cafetería, me acerqué y miré el cartel, —Cafetería, ¿"Diamond"?— comencé a mirar por la vidriera y noté que había un cartel.

    —¿Se necesitan empleadas para puesto de mesera con urgencia?— pensé unos segundos y entré.

    El lugar estaba lleno de clientes, literalmente necesitaban una mesera de urgencia. Un chico castaño y de ojos canela se quedó observándome por unos segundos, poniéndome algo incómoda.

    Se acercó velozmente y me galoneó hasta un rincón sin mucha gente, —¿Qué hace una Akarami aquí?

    —¿Eh?, sólo pasaba por aquí, y vine a pedir el puesto de mesera, además, ¡No se ni tu nombre!, ¡No tengo porque darte explicaciones!

    El chico me miró y rió, — Bueno, me disculpo por el galoneo y soy Itaki, Ruko Itaki, y sí tienes que darme explicaciones, porque soy el dueño del lugar— luego extendió su mano.

    —Bien Itaki, soy Skai Akarami— expresé aceptando un apretón de manos, —Sí eres el dueño, ¿Me das el empleo?

    —¿Para qué quieres el empleo?, eres rica, ¿No?
    —¡Dagh!, sí, lo soy pero... yo no soy como los de mi clan, ¡Soy diferente!

    —Lo noté— dijo con sarcasmo, —Bueno, si quieres el empleo.... tendrás que usar esto— dijo galoneandome otra vez, llevándome hasta su oficina.

    —¿Tanto te cuesta decir "sígueme"?— dije con sarcasmo y algo fastidiada.
    —Sí, y más con un Akarami— se acercó al estante y sacó una caja, la abrió y dentro había un traje de sirvienta, —Esto tendrás que usar, cómo todas las demás.

    Mi cara comenzó a enrojecer, pero sabía que lo hacía al propósito, —Bien, ¿Dónde hay un vestidor para probarlo?
    —Allá— dijo señalando una puerta. Corrí y entré, velozmente me cambié y volví a salir.

    Itaki tenía una cámara en sus manos y al salir, me sacó una foto, —¡¿Pero qué haces?!— dije con la voz temblorosa, con la cara completamente roja.

    —Bien, sí vas a trabajar aquí necesitas un currículo— dijo entre risadas, —Además tienes que saber que seré tu jefe— siguió, acercándose a mí, —Y tienes que decirme, "Señor Itaki — dijo con sarcasmo.

    —Serás Ruko para mí— dije con los brazos cruzados, —¡Y sí intentas algo perverso te irá muy mal!— grité.

    —Bien, tranquila, dios, no sabes apreciar una broma— dijo sacudiendo sus manos, —Espesarás mañana a la tarde— dijo abriendo la puerta.

    Caminé hacia el vestidor, me cambié y salí, —Bien y otra cosa...— volteé y me acerqué a él, —Sí llegas a mostrarle a alguien esa fotografía, o llegas a mencionar mi apellido, ¡Te mataré!— susurré y me fui.

    Salí de Diamond y comencé a correr hacia la compañía, que quedaba a un par de cuadras. Al llegar entré y fui directamente a la oficina de mi abuelo, abrí la puerta a la fuerza, —¡Abuelo!— grité, acercándome al escritorio, —¡¿Por qué hiciste eso?!

    —Me debía una suma bastante grande de dinero, y yo le advertí que si no pagaba le quitaría todo— dijo sonriente.

    Apoyé con fuerza mis manos y fruncí el ceño, —¡Esto no quedará así abuelo!, ¡No quedará!— grité corriendo a la salida.

    Salí y corrí hasta la casa de Mei, agarré mi teléfono y le mandé un mensaje que ya iba hacia allá para quedarme a dormir, —Ni sueñen que volveré a mi casa... ¡Mi abuelo me las va a ver!
    (Continuara...)
     
    Última edición: 10 Septiembre 2015
    • Me gusta Me gusta x 1
  2.  
    Lucas Diamond

    Lucas Diamond Dios de FFL

    Aries
    Miembro desde:
    22 Marzo 2015
    Mensajes:
    14,143
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    ¡Ya estoy, ya estoy! Bueno, qué decir de la historia... La verdad es que me ha sorprendido, no me la esperaba así y he de decir que me gusta más de lo que había pensado :3 En cuanto al contenido, no te puedo decir mucho, ya que no soy un experto que digamos, a parte que solo es el comienzo y todavía hay incógnitas; pero en cuanto a ortografía creo que sí puedo ayudar. Hay tres cosas que me han llamado la atención:

    —La mayor parte de los verbos en pasado llevan tilde, échale un vistazo:

    —Separaste dos palabras con un guion y no entiendo por qué :/

    —Tercera, última y para mí más importante. Esto es un mensaje para TODOS, no solo para ti. POR FAVOR, El adverbio "SOLO" al igual que los pronombres "ESTE", "ESE", "AQUEL" y sus variantes NO LLEVAN TILDE, os dejo un link por si no me creéis: El adverbio solo y los pronombres demostrativos, sin tilde | Real Academia Española

    El resto son pequeñas faltas que tenemos todos, te aconsejo escribir en un hoja de Microsoft Word y así tendrás ayuda con la ortografía. Siento si he sido muy tiquismiquis (?, pero no quiero desanimarte con esto, sino empujarte a seguir escribiendo y mejorando ^^

    Un saludo, Lucas Diamond~
     
    Última edición por un moderador: 8 Septiembre 2015
    • Me gusta Me gusta x 1
  3.  
    Luix

    Luix Fanático

    Tauro
    Miembro desde:
    21 Mayo 2015
    Mensajes:
    1,183
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Aw, gracias, te animaste a comentar nmn
    *Tratando de sacar esa palabra* D: (?
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  4.  
    Luix

    Luix Fanático

    Tauro
    Miembro desde:
    21 Mayo 2015
    Mensajes:
    1,183
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Skai Akarami
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1231
    Capítulo 2
    Luego de salir corriendo desesperadamente, enfadada por las actitudes de mi abuelo, llegué a la casa de Mei. Toque timbre y ella salió rápidamente a verme, me abrió la puerta y me dio un abrazo.

    Pasé y me senté en el sillón, arrojé mi bolso como si fuese basura y suspiré. Mei se acercó con dos refrescos y sonrió, —¿Qué fue lo qué pasó?— preguntó entregándome la lata.

    —Mi abuelo ya me tiene cansado.. es...— paré mi oración recordando que la castaña detesta a los de mi clan. Me miró con algo de preocupación, yo le sonreí y me paré, pensando que decir, —Bueno... mi abuelo es muy pesado, siempre se queja de todo, ¡Ya me cansé!

    —Ya veo...— se paró a mi lado y me abrazó, —Se lo fastidiosos que pueden ser los abuelos— dijo entre risadas, —¿Te vas a quedar de verdad?

    —Um, sí, pero... ¿Segura qué me puedo quedar?, ¿No te meterás en problemas cierto?

    —No— respondió moviendo la cabeza, —Vamos, ¿Qué hacemos hasta que sea hora de ir a dormir?, recién son las siete de la tarde— siguió, señalando el reloj.

    —Bueno... podrías darme un tour por tu casa— dije sonriente.

    Me soltó, armó un puño con una de sus manos y la puso arriba de la otra, —¡Es verdad!, es la primera vez que vienes aquí— me galoneó de un brazo y comenzó a correr, —Ven— siguió corriendo hasta meterse en un cuarto. Era de color durazno, llena de repisas con libros y uno que otro peluche, —Este es mi cuarto, aquí dormiremos— luego sonrió.

    Me volvió a galonear y me llevó a un cuarto de paredes blanca y muebles de madera, —Este es el de mis padres y este...— siguió, llevándome al cuarto de al lado. Era de un color verde muy bonito, también con muebles de madera, —Es el de mis abuelos.

    Nos miramos y reímos, volvimos a la sala y nos sentamos en el sillón.

    Pasó un buen rato, miré el reloj y ya eran las 10:33 pm, —Mei ya van a ser las once— le dije señalando el reloj. La castaña lo divisó, se paró y fue a la cocina, y mientas esperaba sentada, tocaron la puerta.

    Mei se acercó y abrió, —Hija ya trajimos las...— luego me miró, —Tenemos visitas, que bien— sonrió, dejó las bolsas que traía en la mesa del comedor y volvió, —Tu cara me es familiar....— dijo observándome detenidamente, poniéndome nerviosa.

    —Mamá no la conoces, ella jamás vino de visita— gritó de lejos la castaña.

    —Ah, ya veo, y... ¿Cómo te llamas?

    —Soy Skai, un gusto— dije extendiendo la mano. Mei se acercó, —Ella se quedará a dormir— dijo alegre.

    La madre se enderezó, asintió con la cabeza y fue a la cocina a preparar la cena. Mei y yo fuimos a su cuarto hasta que estuviera lista.

    Pasaron los minutos, ya eran las 11:00 pm en punto, y la madre de la castaña se acercó al cuarto para avisarnos que ya estaba. Corrimos c hasta la mesa, nos sentamos juntas y comenzamos a comer, y al terminar, fuimos a la habitación. Me prestó un pijama y nos fuimos a dormir.

    Al día siguiente sonó el despertador, miré mi celular y tenía varias llamadas de Kaomi, a las cuales no les presté atención. Divisé la hora y eran las 6:35, —¡Mei!— grité, sacudiéndola hasta despertarla, —¡Ya es tarde!, ¿A qué hora pusiste el despertador?

    —A las seis... y media...— dijo sobándose la cabeza.

    Me levanté a las apuradas con Mei, nos cambiamos, peinamos y arreglamos. Tomamos una manzana cada una y salimos corriendo a la institución.

    Al llegar, recién tocaban la campana, literalmente llegamos justo a tiempo. Corrimos y velozmente nos metimos al salón, unos segundos antes de que entrara el profesor de reemplazo, —La próxima fíjate antes de poner la alarma— le susurre a la castaña.

    Ella rió y se sobó la cabeza, —Lo siento— susurro.

    Pasó el tiempo, y el maestro entró a la hora después del ingreso, escribió su nombre en la pizarra y volteó a vernos, —Soy su maestro de reemplazo, lamento la tardanza, y hoy tienen un compañero nuevo— dijo lentamente, con la voz cansada, —Pase por favor.

    Un chico de melena castaña y ojos canela entró, —Buenos días, mi nombre es Ruko Itaki, es un gusto— dijo haciendo una pequeña reverencia.

    El profesor asintió, —Siéntate allá— dijo señalando un banco detrás de mí.

    —Oye, que lindo es el chico nuevo— dijo Mei algo estupefacta con Itaki.

    —¿Este tipo aquí?, ¿Qué diablos hace?— pensé.

    Itaki se acercó y me miró con picaría, me paré de mi asiento, apoyé ambas manos en la mesa y miré fijamente al "nuevo".

    —Nos volvemos a ver, quién lo diría... ¿Cómo me vas a decir?— dijo con sarcasmo.

    —Seguirás siendo Ruko— le respondí con fastidio.

    La campana sonó, tomé al castaño y lo llevé al fondo del salón, —No sé si fue coincidencia o que, pero si llegas a decir mi apellido, ¡Estás muerto!— susurré.

    Mei se acercó y rió, —¿Qué ya se conocen?, ¿Son amigos o qué?— dijo entre risas y con algo de sarcasmo.

    —¡No!— respondí soltando a Ruko.

    —Sí, ella es mi e....— pero sin dejarlo terminar, le tapé la boca, —Mei el es un amigo— lo miré amenazante, —nos conocimos ayer... y nos hicimos amigos luego de una larga plática, ¿No es así?— seguí.

    —¡Con que ya se conocían!, entonces, ¿Sólo son amigos?— preguntó.

    Ruko y yo nos dimos la espalda, —Sí— respondimos.

    —¡Ah!, Skai... ven— dijo tirándome del brazo, —¿De verdad son solo amigos?— preguntó.

    —Sí, ¿Por qué tanta insistencia?— pregunté.

    —Es que me parece lindo— respondió, juntando ambas manos, —Y, ya que eres su amiga, ¿Podrías platicar con él sobre mí?— volvió a preguntar.

    Suspiré, —Bien....

    Mei me abrazó, —¡Gracias!— gritó y se fue, dejándome sola con Ruko.

    —¿Qué sucedió?— me susurró en el oído, dándome un susto.

    —¡Idiota!— grité. Suspiré profundo, —Mira... hazme el favor de no decir mi apellido, ni tampoco que soy tú empleada, ¿Sí?

    Dio media vuelta, —¿Y qué ganaría yo con eso?— volteó y me observó, —¿Eh?

    Mi cara enrojeció, —¡Eres un pervertido!— grité, luego traté de calmarme, —No lo sé, lo que tú quieras.

    —Bien, entonces, quiero que cada vez que te pida algo lo hagas... y yo no diré absolutamente nada— luego sonrió.

    —¡Eres un!....— suspiré, —Bien, pero si llegas a decir algo... ¡Seré tu peor pesadilla!— susurré.

    Ruko rió, preocupándome un poco, ¿Será qué algo trama?....

    —Ah, y a Mei le pareces lindo— luego reí, —no sé, debería comprarse un par de anteojos esa chica— dije con algo de sarcasmo.

    La campana volvió a sonar, todos comenzaron a entrar, el profesor también entro y comenzó la clase. Pasaron casi volando las horas, que en un abrir y cerrar de ojos ya eran las 12:25.

    —¡Que bien!, cinco minutos y me voy— susurré. Ruko me tocó la espalda, volteé y lo miré, —¿Qué?— susurré.

    —Recuerda lo que tienes que hacer a la salida.

    Tenía razón, tengo que ir a Diamond a trabajar, —Gracias por recordarme— susurré con sarcasmo. La campana sonó y todos comenzaron a salir, al llegar a la puerta, esperé a Mei que se había retrasado, —Mei, no puedo acompañarte hoy... tengo algo que hacer...

    —Um, bien, entonces te veo mañana— respondió con una sonrisa. Nos saludamos y comencé a correr para no llegar tarde mi primer día como mesera.

    (Continuara....)
     
    • Adorable Adorable x 1
  5.  
    Luix

    Luix Fanático

    Tauro
    Miembro desde:
    21 Mayo 2015
    Mensajes:
    1,183
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Skai Akarami
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1443
    Capítulo 3
    Crucé la plaza por la mitad para cortar camino, esperé el semáforo, crucé la calle y entré a Diamond agitada. Ruko estaba atendiendo una de las mesas, dejó la bandeja, me miró y se me acercó, —Por fin llegas— dijo entregándome el traje y las cartas del menú.

    —¿Eh?, pero si no es tarde.

    —No, pero tienes que llegar más temprano, así ordenas las mesas, las sillas, barres— dijo contando con sus dedos —. Además, yo salí al mismo tiempo que tú y sin embargo llegué diez minutos antes— siguió con sarcasmo.

    —¡Eres un!...— levanté la mano, respiré hondo y me fui al vestidor —. Pero que se cree, seguro lo hace para molestarme o para que renuncie—, puse mi uniforme en el bolso y abrí la puerta del vestidor para salir. Me miré al espejo y suspiré, —¿Tratará de desesperarme o qué?— me pregunté entre susurridos.

    Sentí como tiraban mesas, platos y cubiertos al suelo, —¡¿Pero qué fue eso?!— grité asustada. Comencé a sentir gritos, y como abrían la puerta de entrada y salían corriendo.

    Se sintió un disparo, un montón de pasos acercándose a donde yo estaba, tomé un cucharón para sopa y me preparé por si entraban —. ¡Ya basta!, dejen de destruir mi negocio, ¿Qué es lo qué quieren?— gritaba Ruko.

    Los pasos se detuvieron, escuché como aplaudían un poco con sarcasmo y comenzaron a sentirse risas, —Quiero la paga— dijo una voz familiar —; ese es... ¿Kaomi?— susurré.

    Preparada, con el cucharón en mano, abrí una pizca la puerta y vi a mi hermano con cuatro hombres más. Todos los platos rotos, cubiertos en el suelo, copas rotas, mesas de cabeza —. ¡Pero qué diablos!— grité, llamando la atención de Kaomi y Ruko.

    Divisé a mi hermano, jamás lo había visto así de enojado, es más jamás lo había visto ni si quiera enojado. Mis manos temblaban, mi corazón latía más rápido de lo normal, sentía como el calor me hacía sudar —. ¿Qué haces Kaomi?— grité, acercándome a Ruko —, ¿Por qué has hecho esto?, yo lo logro comprender porque son así las cosas. Desde que tengo memoria, ustedes siempre lastiman a las personas y...— Me paré, saqué el trapo que estaba en la mesada, volví a agacharme y comencé a limpiarle la cara a Ruko.

    —¿Qué haces aquí?, ¿Y por qué estás vestida así?— miró mi atuendo sorprendido, luego divisó a Ruko y comenzó a acercarse.

    Me puse de pie, parándome delante de Ruko —, ¡No lo lastimes!, ¡No te dejaré hacerle daño!—. Extendí mis brazos y fruncí el ceño.

    —¡Quítate del camino Skai!— gritó.

    —¡No!, ¡Si quieres hacerle daño, tendrás que pasar por mí!— le grité. Estaba decidida, pero a al vez el miedo me comía viva.

    —¡No tengo tiempo para juegos!, este tipo nos debe dinero, además mira como estás vestida. De seguro él te obligó, ¿No es así?

    —Pues te deberá a ti, o al abuelo, pero Ruko no me debe nada a mí—. Me acerqué y tomé a Ruko de la mano, —Y él no me obligó a nada, yo me vestí así porque trabajo aquí. Y si te debe dinero toma mi mesada, pero no le harás nada ni a él, ni a este lugar.

    Paré a Ruko y lo senté en un banco, —¿Estás bien?— susurré.

    —Sí, gracias— susurró. Miré a Kaomi y seguí frunciendo el ceño, —Si quieres ve y dile al abuelo, a mí ya no me importa... y para que veas que yo puedo hablar enserio, me quedaré a dormir aquí con él en el restaurante.

    —¡¿Qué?!— gritaron sorprendidos.

    —Sí, como escucharon, me quedaré aquí— crucé los brazos y le di la espalda a mi hermano —. Si quieres ve y dile al abuelo, ah, y avísale que si intenta algo... que se olvide de que tiene una nieta, ¡Vamos, vete Kaomi, vete!— grité. Él me miró confundido, pero luego cambió su cara y dio media vuelta, —Como quieras— dijo fríamente y se marchó.

    Suspiré profundo, mi corazón dejó de palpitar tan rápido y ya no sentía calor, —¿En verdad estás bien Itaki?— pregunté preocupada.

    Rió y me miró, —¿Me dijiste Itaki?

    —¡Hay!, ¡Contigo no se puede hablar!— le grité.

    —Sí, estoy bien y gracias... pero prefiero que te vallas, te meterás en muchos problemas por ayudarme. Me demostraste que eres diferente y— pero sin terminar su oración, tocó su brazo y rió —Supongo que no estoy tan bien como creía.

    —¡Ven, te llevaré al hospital!— dije preocupada.

    —No, no hace falta—. Se paró de su asiento, caminó hasta una puerta escondida entre la cocina y la caja registradora, —Vivo aquí, mi departamento está acá arriba, subiendo estas escaleras— dijo señalándolas —, si te vas a quedar acompáñame.

    Subimos las escaleras, y legamos a otra puerta, Ruko la abrió y había un comedor. Entramos, dejé mi bolso en el sillón y me senté —¿De verdad vives aquí?

    —Sí

    —¿Y vives solo?

    —Sí, desde que mi padre murió estoy aquí solo— respondió, trayendo unos vasos con jugo de naranja.

    —¿Y tu madre?— pregunté agarrando el vaso y haciéndole un sorbo.

    —No lo sé, nunca la conocí y mi padre nunca me habló de ella— respondió sorbiendo el jugo y dejando el vaso en la mesita pequeña.

    —Perdóname, yo no quise....

    —Esta bien, no importa. Me iré a duchar, espérame aquí, si quieres saca algo de la heladera— sonrió y se fue. Respiré profundo para calmar un poco más los nervios que aún tenía. Divisé el techo y luego el reloj, marcaba las 11:00 pm en punto, Ruko apareció por el pasillo y fue a la cocina.

    —¿Que quieres comer?— preguntó sonriente.

    —Yo aré la comida— dije sonriente, dirigiéndome a la cocina también.

    —¿Segura?— dijo entre risadas.

    —Sí, así que, ¿Qué quieres comer?— pregunté con algo de fastidio.

    —No lo sé, tienes que— respondió, se fue a sentar en el sillón, prendió la televisión y se puso a mirarla. Comencé a preparar unas milanesas con puré de zapallo, y al terminar, llevé los platos y me senté en el sillón.

    —Me sorprendiste, pensé que me estabas mintiendo— dijo para luego probar la comida, —Esta rica— siguió con la boca llena.

    —Traga antes de hablar— dije entre risas.

    Terminamos de comer, recogí los platos, los lavé y me sequé las manos —. Dormirás en mi cuarto— dijo Ruko acercándose a mí.

    —¡¿Qué?!

    —¿Eres sorda o qué?, dije que dormirás en mi cuarto y yo aquí en el sillón— respondió con sarcasmo, dio media vuelta y comenzó a caminar hacia el sillón.

    —¡Espera!— grité.

    —¿Qué?

    —Gracias por todo— luego sonreí y me fui a la habitación.

    Al día siguiente me desperté, divisé por la ventana y el sol estaba muy fuerte. Me paré, fui a la cocina, miré el reloj y eran las 6:40, —¿Qué?, ¡No otra vez!

    Junte mis cosas, fui a buscar a Ruko pero ya no estaba, —¡Se fue sin mí!, ¡Me las verás Ruko!— salí corriendo, cerré el restaurante con llave, bajando las persianas para que no se viera el desastre y comencé a correr para llegar antes de las 7 o será llegada tarde.

    Crucé la plaza por la mitad, corrí y en unos instantes llegué a la puerta. Vi mi celular y eran las 6:55, —¡Que bien!, ahora iré a buscar a Ruko, ¡Se las verá por no haberme despertado!

    Pasé la puerta principal, corrí por los pasillos entre tanta gente y entré al salón. Ruko estaba sentado hablando con Mei, estaban a las risadas, —¡Ruko!— grité
    acercándome a la mesa donde estaban, —¡Te viniste sin mi y me dejaste!, ¡Ni si quiera me despertaste!— volví a gritar.

    —¡Tranquilízate!, ni que fueras a morir— respondió con sarcasmo.

    —¡Por lo menos me hubieras despertado!, te di comida, te ayude, ¿Y me pagas así?— dije de brazos cruzados.

    —Yo quise hacer la comida, tú te ofreciste sola.

    —¿Estuviste en su casa?— preguntó confundida Mei.

    —Sí— respondió.
    —No— respondí.

    —No— volvió a decir
    —Sí— volví a decir, los dos al mismo tiempo.

    —¿Sí o no?— gritó enfadada.

    —Sí— respondimos, dándonos la espalda. Mei me galoneó y me llevó al otro rincón del salón, —¡Mei!— grité sobando mi brazo

    —Ya entendí, por eso se llevan así acá— dijo entre risadas.

    —¿Eh?, no te entiendo Mei, se más clara.

    —¿De qué están hablando?— preguntó Ruko, acercándose por detrás de mí.

    —¡Te dije que no hicieras eso!

    —Bueno, tranquila...— respondió y luego sonrió.

    —Dime Mei, ¿Qué fue lo que quisiste decir?

    —Ustedes dos... ¡Son novios!— gritó, llamando la atención de todos los que estaban en el salón.

    Todos comenzaron a susurrar cosas como: "¿Son novios?. ¡Que tierno!", "Que linda pareja que forman" o "Que suerte que tiene ese chico nuevo", "Esa chica nos ganó la partida" y así —. Mei...
    (Continuara..)
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso