Sin Limites

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Mr Fey, 8 Marzo 2010.

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  1.  
    Mr Fey

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    Sin Limites

    Sin Limites

    Prologo
    Cuando tenemos problemas, peleamos o nos entristecemos por alguna persona, creemos que nuestra vida es desdichada. Cuando somos pobres y no tenemos dinero, pensamos que no tiene mucho caso seguir viviendo, o cuando tenemos una enfermedad incurable, le reclamamos Dios diciendo; ¿Por qué me tengo que morir?¿Por qué no puedo seguir viviendo?¿Por qué a mí?

    [FONT=&quot]Y al estar tan concentrados en nuestra pequeña burbuja de tristeza, no nos damos cuenta, que tal vez nuestra vida no es tan miserable como pensamos.[/FONT]
    [FONT=&quot]
    Cuando conocí a Sofía, me di cuenta que debería apreciar un poco más todo lo que tengo y dejar de crearme límites, porque no los tengo...
    [/FONT]



    D: es de pokemon LOL no se asusten.
     
  2.  
    POKEMOON

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    Re: Sin Limites

    *o* Me encantó el prólogo...
    Es hermoso, dice mucho la verdad, uno se queja de su vida, de lo que no tiene, pero no se da cuenta de lo que tiene y debe apreciar... n_n.
    Ya capturaste a esta chica otra vez para ser una de tus lectoras x3. Y me dan ansias de saber quién dijo esa oración de abajo x3

    Espero con ansias el primer capítulo *o*...
     
  3.  
    Mr Fey

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    Re: Sin Limites

    [FONT=&quot]Capitulo 1. — Princesa.[/FONT]
    [FONT=&quot] Estaba muy feliz, sonriente. Era como ver a una rosa llenarse de alegría al ser regada. ¿Por qué ella era tan feliz?, pinté sus bellos ojos, tan azules como el mismo cielo, tan llenos de vida como si tuviese estrellas que brillaran dentro de ellos.[/FONT]

    [FONT=&quot]—He terminado.[/FONT]

    [FONT=&quot]—Papá, ¿me veo hermosa?— Preguntó, su voz tan cálida inundó la habitación. ¿Por qué era capaz de alegrarme con sólo oír su voz?[/FONT]

    [FONT=&quot]—Tan hermosa como siempre, princesa— Su padre sonrió, acariciando sus rubios cabellos.[/FONT]

    [FONT=&quot]La observé una vez más, queriendo guardar cada uno de sus rasgos. Su cabello tan largo y dorado, que el mismo sol tendría envidiar de su color. Su rostro tan fino y su piel tan blanca como la nieve, sin embargo, lo más hermoso en ella es esa hermosa sonrisa que siempre está en su rostro, una sonrisa capaz de hacer saltar mi frio corazón, convertir cada minuto a su lado en un maravilloso recuerdo.[/FONT]

    [FONT=&quot]—Alejandro, ¿Mi cuadro también es hermoso?— El Pichu saltó a sus brazos, dejándose rodear por ellos, miró a un punto fijo en la pared, esperando mi respuesta.[/FONT]

    [FONT=&quot]—El mejor que he hecho, señorita Ana.[/FONT]

    [FONT=&quot]Me hubiera gustado decir muchas cosas, alagarte más. Creo que eh de ser un idiota, pero aunque mi poca experiencia como escritor manche tu hermosa belleza, me atrevo a decir que eres mi musa, tal vez con sólo verte sonreír pueda crear paisajes para ti, ¿te gustaría que hiciera un mundo para ti?[/FONT]

    [FONT=&quot]—Me encantaría verlo, pero confió en ustedes. [/FONT]

    [FONT=&quot]La señorita tan perfecta, como una muñeca de porcelana. Y al igual que una muñeca, mi princesa no se puede mover. Ana tiene manos, y esta orgullosa de ellas, son suaves y no han sido maltratadas. Las usa para muchas cosas, para hacer figuras de papel y dárselas a los niños, para saludar o abrazar a las personas, para comer y dar de comer. Es muy feliz con sus manos, pero Ana no tiene pies, no puedo caminar o correr, no puede saltar ni andar de cuclillas. [/FONT]

    [FONT=&quot]Don Roberto abre la silla de ruedas, Ana escuchó el ruido y sonríe aun más. La carga en sus brazos, y la traslada de esa silla tan cara en la que estaba. Pichu mueve un poco las orejas y se acomoda un poco más en las piernas de su ama, hace ligeros ruidos y cierra sus pequeños ojos, tratando de dormir. Ella lo sostiene y lo arrulla, sin dejar de sonreír.[/FONT]

    [FONT=&quot]—Muchas gracias, Juan lleva el cuadro.[/FONT]

    [FONT=&quot]—Si, señor— El mayordomo, de gran altura, aleja el cuadro de mis manos. Es la señal de que debo retirarme, después de todo yo no pertenezco a esta Mansión tan grande.

    [/FONT] [FONT=&quot]—Buenas noches.[/FONT]

    [FONT=&quot] Me escuchas y estas apunto de responderme, pero es demasiado tarde, ya he cerrado la puerta. ¿Sabes Ana? Tal vez sea egoísta, no obstante, una parte de mi se alegra de que no puedas verme, de que tus ojos tan azules sean cegados por las estrellas. Que aunque trates de mirar fijamente, no puedas ver más que la oscuridad de un cielo sin estrellas.[/FONT]
    [FONT=&quot]
    —No te avergonzarías de mi, princesa.
    [/FONT]

    [FONT=&quot]Hoy, eh conocido a Ana, la dulce niña de la que todos hablan. Esa niña de quince años que es tan buena, que juega con los niños en el bosque, que corre en su silla de ruedas tratando de alcanzar a los demás. Quien sonríe aun cuando los demás se burlan, que trata de salir adelante y quien nunca se da por vencida. Alguien que tiene muchas puertas cerradas, pero que siempre crea las suyas.[/FONT]

    [FONT=&quot]—Creo, que soy feliz de conocerte.[/FONT]

    [FONT=&quot]La Mansión es muy grande, como en los cuentos de hadas. Hecha completamente de madera, con una elegante fachada, jardines llenos de diferentes flores la rodean, y una gran fuente de cristal en medio de todo. Una fuente tan hermosa y delicada, que me recordaba tanto a ella.[/FONT]

    [FONT=&quot]— ¿Qué haces sentado en la acera? Deberías estar bañando los Ponyta. Recuerda que a la señorita Ana le gusta ir a pasear en ellos.[/FONT]

    [FONT=&quot]—Mi buen amigo Roberto, no pensaras que en mi primer día de trabajo me la pasaré holgazaneando, ¿verdad?— Me reí un poco. Roberto también lo hizo, y terminó sentándose conmigo, él y yo nos conocemos desde niños, crecimos juntos, como hermanos. Roberto es hijo de un lechero, que gana muy poco, tiene once hermanos y es el mayor de ellos. Yo lo admiro, porque dejó de estudiar para ayudar a su familia, es muy inteligente y me ha enseñado muchas cosas. [/FONT]

    [FONT=&quot]— ¿Todavía tienes polvo en la cabeza? Hace quince años te dije que te lo quitaras.[/FONT]

    [FONT=&quot]— ¡Eres un idiota![/FONT]

    [FONT=&quot]Me carcajee un poco más, no tenia polvo en la cabeza, pero su cabello es de un color chocolate, que hace que parezca mas bien como si tuviese polvo en su cabeza. Recuerdo que la primera vez que lo vi, le pregunte si se había caído porque aun tenía algo de suciedad en la cabeza.[/FONT]

    [FONT=&quot]—Es una princesa, tal y como los niños me contaron.[/FONT]

    [FONT=&quot]— ¿Princesa?—Me miró algo confundido, después cogió una roca y sus ojos mostraron ternura. — Aquí no hay princesas, aunque ella es como una. Me alegro de haberla conocido, he aprendido mucho —Despeinó mi cabello negro, y se levantó.[/FONT]

    [FONT=&quot]—Bueno, esos Ponyta no se limpian solos—.Me levanté y observé el cielo despejado. — Yo también quiero conocerla, como tú. [/FONT]

    [FONT=&quot]Nos separamos, Roberto era el encargado de supervisar que todo en la casa se cumpliera.[/FONT]

    [FONT=&quot]—Para tener veinte años, ya eres tan grande. — Ya no escuchó eso, quizás porque lo susurré, caminé por los jardines de la mansión, llegando hasta los establos.[/FONT]

    [FONT=&quot]—Hola preciosas, Soy Alejandro y creo que ustedes son las hermosas yeguas que tengo que alistar ¿no?— Me vieron con curiosidad, algo inseguras de una nueva persona. Me acerqué con cautela y toqué la cabeza de una de ellas, suavemente, transmitiéndole mis sentimientos. Pude sentir las llamas arder con mas fuerza, y después de un rato, calmarse.[/FONT]

    [FONT=&quot]—Tú también eres hermosa. — Y es que, las llamas de esa Ponyta eran azules, como los orbes de mi señorita. Bañe y peine cada una de esas pokémon, sin lastimarlas y manteniendo el esplendor de su piel. De vez en cuando, perdiéndome en el fuego de sus pupilas. Eran elegantes e imponentes,, no me sorprende que después e haber terminado me haya sentado y comenzado a dibujarlas en mi cuaderno.[/FONT]

    [FONT=&quot]—En especial tú— Como si supiera, la Ponyta azul ergio mas su cuello, adquiriendo una pose mas imponente y elegante. [/FONT]

    [FONT=&quot]—Veo que has terminado. Esa es “la niña”, y la señorita quiere montar en ella ahora, arreglala que tú la llevaras. — Eso me sorprendió, era mi primer día trabajando ahí, ¿tanta libertad me darán?[/FONT]

    [FONT=&quot]— ¿Por qué yo?[/FONT]

    [FONT=&quot]—Te conozco bien Alex, sabia que lo preguntarías. Eres de mi confianza, y se que no le harás nada a Ana, se cuanto lo deseas, así que no lo arruines— Se acomodó los últimos botones de su camisa blanca y salió del establo, dejándome ahí con mi estúpida sonrisa de felicidad.[/FONT]

    [FONT=&quot] —Bueno, “Niña” ya lo has escuchado— La susodicha relinchó, y me paré del suelo, dejando mi cuaderno y busqué la silla de montar.[/FONT]

    [FONT=&quot] Me siento muy agradecido de poder conocerla, de poder confirmar todo lo que me han dicho. ¿Cómo ella puede ayudarme a mí? ¿Cómo quitará la falsa mascara en mi rostro? [/FONT]

    [FONT=&quot]¿Cómo es que no me hundiré?[/FONT]

    [FONT=&quot]Y lo más importante...[/FONT]

    [FONT=&quot]¿Está bien que yo esté aquí?[/FONT]



    [FONT=&quot]Note[/FONT]


    [FONT=&quot]Gracias Pokemoon, que bien que te haya gustado. *0* a mi tambien me gusta, omg este fic lo haré tan romantic *0*
    [/FONT]
     
  4.  
    SacriDH

    SacriDH Quieres que lo haga? Está bien pero... lo romperé

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    Re: Sin Limites

    Prólogo:

    Mmm... Parece un libro de autoyuda el inicio xD Jeje, veremos que pasa de ahora en mas, pero me gusta leer este tipo de fictions que están bien escritos.


    Capítulo 1:

    Muy bien, muy bien. Me gusto el comienzo, la descripción, la narración pausada.
    Parece una historia fuerte. Al parecer este tipo de relatos son los que te gusta hacer. Voy a seguir leyendo para ver a donde quieres llegar.
    Aunque la lectura es un poco confusa, creo que se entenderá mejor con el trasncurso del tiempo.
    Sin duda que será un fic romantico. Y veo que algo dramático por su estilo. Vi algunos "más" sin acento y algún que otro eh, que sebería ser he. Más allá de eso, me encanta como está narrado así que seguiré leyendo. Nos veremos!
     
  5.  
    Mr Fey

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    Re: Sin Limites

    Summary: Cuando conocí a Sofía, me di cuenta que debería apreciar un poco más todo lo que tengo y dejar de crearme límites, porque no los tengo...
    Clasificación: T
    Advertencias: La cosa se va a poner fea.
    Género: Romance/Drama
    Cantidad de palabras: 756

    Capitulo II. — Desdicha.

    Cuando era un niño, decía que al momento en que mi madre muriera yo me suicidaría, porque simplemente no me imaginaba el vivir solo con mi padre.

    —Alejandro, ¿Cómo es el agua del rio?

    Dejé de divagar en mis lejanos pensamientos, ¿Por qué recordarlo?, suspiré un poco y sostuve con más fuerza la cuerda.

    —Es tan transparente como la pureza de sus ojos señorita, aunque la corriente es algo apresurada. — La bajé con cuidado como si de cristal se tratara. Ana sonrió agradecida, la recosté en un árbol y me atreví a preguntar:

    — ¿No desconfía de mi?

    Pareció exaltarse ante mi pregunta pero rápidamente recobro la compostura, apartó un mechón rubio de su frente y respiró profundamente.
    —En absoluto. Dime, ¿mi niña desconfía de ti?

    —No— Observé a la yegua, podría apostar que en mis oscuros ojos se veía el reflejo de tan bello pokémon. Curveé mis labios en una sonría, ¡bendito pokémon, gracias por existir!

    —Perdona pero, ¿puedo llamarte princesa?— Que valiente fui al pronunciar esas palabras que quemaban en mi garganta. Es muy cierto que la duda es el peor enemigo de los hombres, o al menos para mí.

    — ¿Princesa? Nunca me habían llamado así—Rió un poco, como las bellas nubes al ver que ha dejado de llover—Pero si te hace feliz, puedes hacerlo, por supuesto subirás mi ego.

    Un color carmesí brotó en su mejillas, tan tímido y delicado como mi princesa. Sus finos labios transformados en una rosada sonrisa, y de fondo el árbol robusto, del que caían las hojas dudosas de tocar su rostro o simplemente pasar de él.

    —Creo que eh tenido una suerte formidable, mi señorita.

    — ¿Por qué dices eso?— Sus ojos brillaron con interés, una traviesa hoja cayó en sus manos y ella la tomó sintiendo su textura.
    —Pensé que yo era un pintor, pero al parecer en realidad mi vocación es ser poeta—Me acerque un poco más hasta quedar a centímetros de su rostro—Y usted se ha convertido en mi bella Julieta.

    Se alejó un poco de mi, la sorpresa estaba fija en su cara. Abrió y cerró la boca tratando de decir algo, sin éxito

    —Creo que he sido un poco atrevido. Discúlpeme usted princesa. Tal vez mis palabras lograron confundirla.

    La cargué en mis brazos y la subí a Ponyta. Una vez arriba se sujetó con fuerza, escondiendo su hermoso rostro entre las llamas azules.

    —Evitemos conversación alguna Alejandro, no me siento muy bien. —Maldita indirecta, pronuncie un leve si, no me es útil incomodarla aun más. ¡Que loco he parecer! ¿Quién se declara al tan poco tiempo? Cabizbajo caminé sobre el verde pasto, ignorando el versátil viento que se esmeraba en mover mis negros cabellos.

    —Su viaje ah sido corto, Ana—La mirada exigente de Roberto tensó mi rostro. Las puertas de la Mansión se abrieron, de ellas salió el mayordomo, con aquel porte elegante y su mirada mezquina.

    —Si, es una lastima.

    Juan se aproximó a ella, y el pokémon de fuego se agachó un poco, permitiendo bajarla con mayor facilidad.
    —Roberto, me agradaría el volver a pasear contigo— Una punzada en mi pecho, mi querida Ana cerró sus ojos, como si supiera que yo podría ver atravez de ellos.

    —A mi también— El mayordomo se alejó y Roberto me miró interrogante, aunque siempre manteniendo ese porte tranquilo.

    — ¡Me he pasado! Le he dicho palabras prohibidas, o al menos indirectas. La he asustado amigo mío—Me dejé caer, enojado por mi estupidez. Si la alejaba, ¿Cómo es que me ayudaría?

    —Mira que eres idiota. La señorita no tiene ese tipo de interés en ninguno de sus empleados. Yo tampoco pensé que tú la querías de esa forma. ¿Qué eres idiota? ¡La acabas de conocer!

    Me quedé en silencio y me fui de ahí

    ¿Qué no sabia que yo la conocía desde hace mucho?

    La conocía por sus dibujos, por las habladurías de los niños.

    La conocía... ¿No es así?

    El cantar de una dulce voz volvió alejarme de mis pensamientos, obligadamente mi rostro miró con admiración a la pequeña Ana cantar desde su balcón. No estaba seguro de que si era su desmoronada imaginación o una gran realidad el que los pokémon comenzaran a reunirse a su alrededor, escuchando tranquilamente esa triste canción.

    —Sólo tengo una ultima pregunta para usted princesa, si siempre está tan feliz, ¿Por qué su canto es tan triste?

    Todas las personas tenemos mascaras,

    Si, aquello que mostramos a los demás.

    Pero dentro de nosotros mismos,

    Sabemos que nos asustamos,

    Con facilidad.



    Notas:

    Disculpen las faltas ortograficas, xD y acentos volados.
     
  6.  
    SacriDH

    SacriDH Quieres que lo haga? Está bien pero... lo romperé

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    Re: Sin Limites

    Je, es muy romántico el fic, ese "Perdona pero ¿puedo llamarte princesa?" Alguien es muy caballero me parece xD
    Todo queda disculpado con un fiction tan profundo. Realmente es muy maduro, muy serio, me impresiona encontrar algo así en una zona de fics de pokémon. Opino igual que ti al final, las máscaras que nos ponemos son capas que no nos dejan ver lo grandes que somos interiormente.

    Espero la continuación!
     
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