* Huele a niños... Situada al fondo del acantilado del Monte Ebott y rodeada de formaciones rocosas, piedras y musgo, un claro de césped y flores veía la tenue luz que manaba del sol, más arriba, en la superficie, fuera del Subterráneo. Pero ese césped, esa vida vegetal que crecía en aquel lúgubre e inerte lugar, estaba siendo aplastada por varios humanos. Extranjeros. Una raza que no debería pisar el subterráneo, pues aquel... no era un buen lugar para ellos. Una presencia observaba el descanso de los cuatro pequeños. Sigilosa, oculta, invisible. Su respiración, lenta e irregular, se aceleró ligeramente cuando vio cómo tres de los humanos se levantaban de su desmayo. Eran las tres que cayeron en primer lugar, y las tres estuvieron por un buen tiempo inconscientes. Contenido oculto Celia, la primera humana, despierta. @Lucas Diamond Contenido oculto Camila, la segunda humana, despierta. @Kiyumie Contenido oculto Serena, la tercera humana, despierta. @Amane Pero había un chico más. Uno con un gorrito de lana, que había caído en cuarto lugar. Con lentitud, abrió sus párpados, y pudo ver frente a sí a las otras tres muchachas, en pie, mirando a su alrededor. Contenido oculto Jack, el cuarto humano, despierta @Noir A su alrededor, los cuatro humanos no podían ver mucho más que explorar, mucho más que hacer. No parecía haber salida, más que la que había sobre sus cabezas, demasiado alta para poder alcanzarla. ¿Qué harían? ¿Dónde estaban? No lo sabían, no aún. ¿Cómo habían llegado allí? Ellos sabrían, o quizá no. ¿Quién les observaba? No se sabía, no aún. En la Sima del Comienzo no hay mucho que hacer. Ni siquiera hay mucho que explorar. Hierba, aquí y allá. Rocas, allí y acá. Musgo. Y una presencia extraña que les observaba, desde algún punto determinado. De modo que lo más útil que podrían hacer parecía ser hablar entre ellos. No había muchas más opciones, en cualquier caso. Sólo era eso... o quedar allí, cada uno encerrado en su propio mundo interno, por toda la eternidad. Pero aquello no era más que el comienzo. El comienzo de la aventura de aquellos chicos humanos, y de algunos más que estarían por llegar. Unos niños humanos que habían caído al subterráneo... como un cuento del subsuelo. Undertale. Contenido oculto Bien, como habéis podido comprobar, sólo los cuatro primeros en inscribirse pueden empezar a postear; no sufráis, los tres restantes (@Narue Feiler, @Asahi,@Liza White), no os preocupéis, en breve podréis hacer acto de presencia en el subsuelo también. Ya habéis visto, en cualquier caso, ¡el rol de Undertale 2.0: Another Story arranca ahora! Al principio, en este lugar, no tendréis mucho que hacer. No hay enemigos ni nada relevante, por ahora, que explorar. Sólo os queda iniciar las pertinentes presentaciones de vuestros personajes y, si fuese necesario, establecer lazos. En cualquier caso, os veréis interrumpidos frecuentemente por mí mismo, ya que surgirán eventos que interrumpirán a vuestros propios personajes. Entre otros, las caídas de los tres humanos que faltan. Bien; de momento no hay mucho más que añadir. ¡Bienvenidos al subterráneo y permaneced determinados! @Bruno EVF, te invoco a ti también, como co-GM.
Celia Una suave brisa movía mi pelo. Me encontraba tirada en el suelo, sin saber bien dónde estaba ni qué hacía. Pero mi cuerpo no parecía querer reaccionar, solo permanecer allí tumbada, descansando, sin preocupaciones. Arrastré una mano hacia mi cabeza para hacer las veces de almohada, rozando en el camino numerosa vegetación. Eran... ¿flores? —Ah... Ah... —Lo intentaba evitar. Me llevé las manos a la nariz aún adormilada y las coloqué alrededor de esta a modo de mascarilla. Poco a poco fui abriendo mis ojos, viendo la caverna en que me encontraba. Otros tres chicos descansaban a mi lado. Me incorporé como pude, apoyándome sobre mis rodillas, para sentarme después con las piernas cruzadas. Al mirar al suelo vi las flores. Ugh, qué asco. —¿Qué narices estoy haciendo yo aquí y quiénes son estos? —Mi pregunta retórica se vio interrumpida de nuevo, esta vez no por un simple amago: estornudé—. ¡Agh, qué asco de flores, me dan alergia! A ver si se despiertan ya estos y me cuentan qué ha pasado aquí, no me acuerdo de nada. Mientras, hice tiempo dando una vuelta por allí, en busca de algo. ¿De qué? Nada en particular, solo en busca de, quizá, algún indicio sobre por qué estábamos en esa situación.
Camila El suelo...se sentía extraño. Tardé unos minutos en reaccionar, principalmente abriendo los ojos con pesadez. A primera vista, pude divisar una silueta en pie y otras dos en el suelo. Acto seguido, me senté en el suelo con una mano en la cabeza, algo perdida de la situación. —¿Dónde...estamos?—murmuré de forma inconsciente, mientras daba una vista más amplia de la zona -que no era mucho, la verdad-. ¿Qué era ese lugar? ¿Había una salida? Esas preguntas invadían mi mente. —N-No es peligroso...¿Verdad? En ello logre ver a una de los que estábamos presentes ahí. ¿Cuantos eramos? Al parecer cuatro, poco...Era bueno, el amontonamiento no es agradable para mí, pero tampoco me sentía muy cómoda. Contenido oculto Hype <3 x2
Jack Silencio. Quizá Jack fue el primero en abrir los ojos, puede que fuese el último. Puede que aún los tuviese cerrados, y todo lo que veía y sentía en ese momento era algún producto de su imaginación. Es decir, ¿eso que veía allí arriba, eso que se veía parcialmente oculto por una escarpada pared de roca era el sol? Su luz se filtraba, tenue, y acariciaba su rostro, meciendo aquella suerte de prado silvestre con la brisa. Pero, ¿dónde estaba? ¿Qué era ese lugar? Se incorporó lentamente, entre quejidos. La cabeza le dolía, quizá por el tremendo golpe que debía haberse dado al caer, así que su primera reacción fue frotarse la parte posterior de esta. Sí, seguro. ¿No había otra explicación, verdad? No recordaba cómo, pero había despertado allí, así que debía haberse caído en algún momento específico. Tropezado, quizás. La pregunta aquí era, ¿cómo había pasado? No lograba recordar nada. ¿Era esto un sueño? El dolor era bastante real para serlo. Pero, ¿por qué se sentía todo tan... irreal al mismo tiempo? Jack observó a su alrededor con un ligero toque de extrañeza. El prado, la hierba, el musgo y las rocas. Era una pradera extraña, recogida, casi antinatural teniendo en cuenta que se hallaba dentro de una caverna y que la luz del sol era mínima aquí. Y además, para terminar de mejorar las cosas, pensó, se dio cuenta en seguida que no era la única persona en ese lugar. En lo absoluto. Porque no solo bastaba con despertar en un lugar desconocido del subsuelo tras haber caído desde aquel agujero en el techo de algún modo que no alcanzaba a imaginar, no. Lo peor de todo era que en ese sueño extraño, estaba obligado a socializar. —Lo que me faltaba— bufó entre dientes, incorporándose como pudo del suelo. Contenido oculto Por postear algo, no ando muy creativa hoy. Echadle la culpa al maratón de SnK que me pego cada noche (?
Serena Cuando abrí los ojos, sentí como el ambiente en el que me encontraba era uno muy distinto al que podía esperarme. Me encontraba en un especia de llanura... sin embargo, parecía algo irreal porque desde luego no estaba bajo el cielo y por lo tanto no había luz natural. Al conseguir volver a tener pleno conocimiento de mis acciones, me erguí para asi sentarme y observar alrededor. No sabía que estaba pasando y mucho menos porque había mas personas como yo en ese lugar, pero ninguna parecía estar dispuesta a hablar mucho con los demás. —Vaya... —fue lo único que acabé murmurando, aun mirando alrededor. ¿Qué debíamos hacer? Contenido oculto Post de caca pero ya sabéis que ando sin ordenador y así, editaré fallos cuando lo tenga. Disculpen las molestias (?
*Huele a nuevos niños... Con los cuatro pequeños que acababan de despertar ya en pie, la tensión de lo desconocido parecía poder cortarse en el aire. Ninguno de los chicos había intercambiado palabras con los demás, por el momento. Optaron por dirigir sus extrañadas y curiosas miradas a las paredes, al cielo, a cualquier parte. Y sus mentes vagaban, perdidas, unas tratando de recordar cómo habían acabado allí, otros lamentándose de tener que soportar compañía de desconocidos. La respiración entre las sombras se hizo algo más agitada, añadiendo esa agitación a lo dificultoso que ya le resultaba respirar de forma natural. Aquellos niños le interesaban muchísimo. Y estaba dispuesto a atraparlos. De modo que se deslizó por el suelo, sigiloso, y... ¡Qué demonios! Se ocultó con presteza en el suelo cuando vio que un nuevo cuerpo caía desde el agujero. Eran malas noticias, por una parte, porque ahora estaba mucho más visible y expuesto a ser descubierto, por culpa de aquella ingrata interrupción. Pero por otra parte, y pensándolo bien... Contenido oculto Felicia, la quinta humana, cae al subterráneo. @Narue Feiler ... la niña que acababa de caer, tan cerca de él, que se ocultaba entre las flores, era humana. Otra humana. Con ella, ya sumaban cinco. Si tan solo... ¡No era posible! Otro meteorito en forma de niña cayó al poquísimo tiempo después de la caída de la quinta humana. Por algún motivo, aquel día los niños llovían del cielo, de la superficie. Y, con aquella, sumaban seis. Contenido oculto Karrine, la sexta humana, cae al Subterráneo. @Asahi Oh, sí. Aquello era una grandiosa noticia. Decidió observarlos por algún tiempo más. ¿Quién sabe? Igual incluso caía un séptimo niño, viendo la frecuencia con la que todos parecían precipitarse al subterráneo. Ahora, con dos nuevas chicas en la Sima del Comienzo, había dos nuevas personas que intervendrían en aquella historia. Y los otros cuatro, alarmados por sus caídas, desde luego no pasarían por alto la llegada de las nuevas. El primer capítulo del Cuento del Subterráneo, de Undertale, ni siquiera ha comenzado aún. Contenido oculto Quinta y sexta humana... habéis llegado y podéis rolear :D Séptimo humano... paciencia xD
Celia Poco a poco, se despertó el resto de humanos allí presentes. ¡Ya era hora, lo que habían dormido! Yo seguía observando todo a mi alrededor, hasta que vi que se ponían en pie. —Madre mía lo que dormís. ¿Alguien me puede decir qué está pasando aquí? O sea... ¿en serio hemos caído de ese hueco? Ehm, ¿perdón, cómo narices hemos sobrevivido? —Y como si me tratasen de responder, una niña bajó también, golpeándose contra el suelo—. ¡LA VIRGEN, QUÉ SUSTO ME HA DADO! —Hala, si quedaba alguien dormido se acababa de despertar. Me llevé una mano al pecho, tratando de frenar mi corazón, que latía rápidamente debido al susto—. Y no ha reventado la chiquilla, no lo entiendo... Me alejé un poco por si estaba muerta, y luego vi caer a otro humano más. Eso... debía doler, mucho. —¿Nosotros hemos pasado por lo mismo? Porque no me duele nada... —Mentira. Apenas sentía mis brazos, era como si llevase una eternidad dormida sobre ellos. >>¿Y qué se supone que hacemos aquí? ¿Hola? No hay NADA.
Felicia Una verdadera conmoción...Asi se encuentra en estos momentos mi cabeza ¿Estaba en un sueño? No se que hacer o decir ni siquiera se donde caí. En medio de la confusión mental mis ojos permanecieron cerrados por un largo rato, atrapada en un estado de sueño y de conciencia. Poco a poco sentí la presencia de que no soy la única "Vamos que no es tiempo para dormir" Pensé a penas con cierta concentración pero mis parpados pesan y mis manos a penas respondían, es como aquellas veces que me costaba levantarme en un domingo tras una larga noche sabatina de tareas. Aun así sabia que no podía quedarme quieta, no a menos que este en una cálida cama. Eventualmente un cosquilleo se dio en la punta de mi nariz, Reaccione arrugando mi nariz y por ultimo soltando un buen estornudo. —Mi c-cabeza. El estornudo fue de gran utilidad para salir de mi letargo, ante mis ojos lentamente divise un lugar oscuro lleno de maleza y un pequeño montón de flores. Un escenario muy extraño en definitiva debo moverme este lugar no me da buena pinta. Despacio y con cautela me levante de aquel suelo para quedar sentada, aparte un poco mis flequillos para observar mejor y encontré el pétalo de una flor en mi cabello...Seguro esto provoco mi estornudo. — tiene un buen olor— Dije mientras olfatee aquel pétalo. Mientras sacudo un poco el polvo en mi ropa me lleve la sorpresa de que no era la única en este extraño sitio. —¿P-pero como?— pregunte mientras me movía un poco para atrás por la impresión— ¿Como es que estamos tantos aqui? Note como un total de 5 chicas, contándome y un chico con una especie de gorro de lana. Esto es muy raro.
Karrine. Duele mucho. Tratando de comprender qué paso trato de moverme, pero el dolor punzante que siento a través de todo mi cuerpo es insoportable. Trato de calmarme, si empiezo a desesperarme sé que no llegaría a ningún lado. Una vez que por fin siento que el dolor a disminuido hago mis esfuerzos para pararme, pero solo llego a sentarme, mis pies no paran de temblar. Levanto la mirada y logro ver las siluetas de otras cinco personas, o mejor dicho, otros cinco niños. ¿Cómo llegaron ahí? ¿Están en las misma condiciones que yo? No lo sé. —¿Dó-dónde estoy? —Digo en un susurro a mi misma, tratando de darme una respuesta a algo que desconozco. ¿Qué habrá pasado? Miro hacia arriba y vislumbro un gran hoyo. ¿Caí desde ahí? ¿Cómo sigo viva? Tengo miedo, no reconozco nada de ese lugar ni recuerdo cómo es que llegué aquí. Mis piernas siguen temblorosas a causa de la gran caída, pero no quiero quedarme en el suelo sin entender nada. De todas maneras el dolor paso a ser algo soportable y ya soy capaz de mantenerme parada. Con este pensamiento solo hago un esfuerzo para levantarme y mantenerme de pie, esto complicado.
Gruñó al ver que no aparecía un séptimo humano, y volvió a deslizarse con sigilo por el suelo, hasta camuflarse de forma totalmente imperceptible con el entorno. Bueno, sus camuflajes tenían algunas taras, claro, pero esos niños estaban demasiado desorientados como para notarlo. Pero, aun así, ¿qué podrían hacer? Las niñas -y el niño- estaban solos, encerrados, asustados, perdidos, aburridos. Y no es que el lugar diese pie a muchas exploraciones, y desde luego no era muy propicio para la diversión. Estaba compuesto, como ya bien sabían, de rocas. Rocas por todas partes. Rocas al norte, rocas al este, rocas al oeste, rocas al sur. No había nadie allí, salvo ellos mismos. El musgo cubría varias piedras, especialmente una que sobresalía ligeramente de la pared. También había setas en el borde de algunas piedras. ¿Quién sabe si eran comestibles o no? En cualquier caso, un poco de comida vendría bien, ¿que no? Bueno, además de eso, estaba el agujero del techo, desde donde habían caído. Demasiado alto como para alcanzarlo. Y, en el suelo, pues hierba. Hierba, y algunas flores: margaritas, en su mayoría. Mejor sería explorar... aunque el entorno no fuese especialmente propenso para ello. Eso y hablar entre ellos, claro, porque, ¿y si alguno sabía algo sobre el lugar en el que se encontraban, o sobre cómo salir? Contenido oculto Muy bien, desde este momento, tenéis completa y absoluta libertad para explorar. Podéis interactuar con cualquier cosa y, a diferencia de como suelo hacer habitualmente, no pondré en negrita aquellos elementos que puedan ser explorados. Todo puede ser explorado. Por supuesto, a veces no obtendréis nada de interactuar con ciertas cosas, a veces obtendréis objetos, y a veces obtendréis hasta formas de avanzar en la historia o secretos. La cuestión es que desde ahora, podréis interactuar en cualquier momento con cosas de vuestro entorno y hablar con posibles NPC que se encuentren ahí. Al principio, a modo de ayuda, pondré en cursiva los párrafos clave donde estén los elementos a investigar, pero esto desaparecerá tan pronto como abandonéis las Cuevas, probablemente. En cualquier caso; si investigais algo Sí que necesito que pongáis en negrita el elemento a inspeccionar, para así saber que debo daros respuesta, en su caso. Puede ser, no obstante, que no haya nada interesante ahí, y, en esos casos, para no saturaros con mensajes míos, os daré el rating Me gusta a vuestro post. Si recibís un Me gusta en un post de interactuación, sabréis que podéis pasar a otro elemento, pues no hay nada que encontrar ahí. Otro rating que os dé no significará nada similar. Y sí, podría daros "En desacuerdo", que sería más coherente, pero... no quiero llenaros de esos ratings tan feos.
Celia —¿Pero queréis dejar ya de preguntar que dónde estamos, hijos de mi vida? ¿No lo veis acaso? Estamos en esta asquerosa cueva atrapados. Y sí, os habéis caído desde ahí arriba, no sé ni cómo seguís vivos. ¡Pero venga, no os quedéis ahí! Tendremos que buscar una forma de salir. Mi paciencia era escasa, no sabía si duraría. Todo el mundo igual. Sí, podían preguntar dónde estaban. ¡Pero que se moviesen, leche! Que aquí quien no ayude a salir se queda abajo. Seguí dando la vuelta alrededor del habitáculo buscando una salida. El musgo de las piedras me resultaba repugnante, pero más aún el de una piedra en concreto. Estaba toda cubierta de este y era muy... ¿grande? Abultaba sobre la superficie extrañamente. ¿Tanto musgo había ahí como para sobresalir de las paredes? Era muy extraño. Me agaché a coger una piedra del suelo. Una piedra pequeña. Y la lancé desde una distancia prudencial hacia la gran roca cubierta de musgo. ¿Por qué? No sabía, me daba mala espina, y era obvio que no iba a tocar eso, a saber la de bichos que podría haber por ahí.
La roca cubierta de musgo no reaccionó, por supuesto, ante el golpe de la pequeña piedrecilla. Pero, pese a que no se movió ni parecía dispuesta a hacerlo... el choque de la piedrecita que Celia arrojó contra aquella roca no sonó como cabía esperar. Sonó... ¿hueco?
Contenido oculto Tranquilos, TRANQUILOS. Solo voy a explorar esto, no me cebaré (? Celia La piedra no provocó nada. Pues claro que no iba a hacer nada, menuda tontería había hecho. Pero... Sonó distinto. Esa piedra no era de verdad. Probablemente fuera falsa. ¿De cartón piedra, quizá? Por eso tanto musgo, para ocultarla. Ja, sí. Debía ser eso... ¿Pero por qué estaría ahí? Mi mirada rodó. Nada más que piedras y piedras, ninguna salida. ¡Claro, era eso! Esa piedra ocupaba la salida. O eso, o estaba hueca y dentro contenía algo. O alguien. ¿Debería comprobarlo? Sí. —Madre mía, lo que hay que hacer... —susurré. Miré mis piernas, llevaba los tacones. Sí, mucho mejor, con ellos sería más fácil—. Qué asco de musgo... espero que no ensucie mucho. Me acerqué a la roca musgosa y ... ¡zas! Taconazo. A ver si conseguía romper el dichoso obstáculo de una patada...
Serena Dos persona más aparecieron entonces, provocando que diera un pequeño respingo. ¿Así habíamos caído nosotros también? Pero... a mí no me dolía el cuerpo ni nada por el estilo. Que extraño estaba siendo todo. Sea como fuere, me puse en pie y observé que una de las chicas intentaba sacar información o algo por el esrilo de la roca más grande. Por mi parte, unas setas habían llamado mi atención así que me acerqué para observarlas. A lo mejor las conocía y podían resultar ser comestibles...
Karrine. Estaba sumida en mis pensamientos hasta que escuche como una de las niñas exclamaba desesperada, como si perdiera la paciencia. ¿Qué le pasa? ¿Pero quién se cree? Lo que me faltaba; no sé cómo llegué aquí ni que lugar es este y para colmo estoy junto a una niña mandona. Le iba a contestar, pero al instante me callé. No me quería rebajar a ella y meterme en una pelea sin sentido en un lugar que ni conozco. Volteo al lado contrario a donde se encuentra esa niña, me disgusta que la personas sean así. ¿Qué pasa si yo o los demás se asustan o se sienten confundidos? Somos humanos al fin de cuentas, eso es algo natural de nosotros sentirnos así. Sigo pensando cosas de la niña, pero me doy cuenta de los otros niños presentes ahí. Me doy cuenta de inmediato de que se encuentran heridos, por lo que no tarde en remplazar el sentimiento de enojo por uno de preocupación. Quiero acercarme a ellos y preguntarle si están bien, por muy tonta que sonará la pregunta cuando es totalmente obvio. Doy un paso adelante, pero me detengo. ¿Si me rechazan o algo así? Pienso eso un rato pero de inmediato desecho esos pensamientos. Deja de ser tan insegura. Eso es lo que dijo mi hermano, ¿no? Ok, ok. Solo... no pienses y camina. Camino hacia el único chico presente y me siento un poco alejada de él... ¿ahora qué digo? Rayos, no pensé en esto. Viendo algunas cosas del lugar trato de pensar que decir sin parecer tonta. ¿Estas bien? Obvio que no. ¿Sabes en dónde estamos? Por supuesto que no, parece tan desorientado como yo. ¿Cómo te llamas? ¿En serio solo me acerque para preguntarle eso? —Em... hola. —¿Hola? ¿En serio? Oh bueno, ya lo dije. Viéndolo bien, parece quejarse un poco. —¿Te duele algo? Busco con la mirada algo que pueda ayudar con el dolor. Entonces veo flores, las cuales algunas identifico que son medicinales. Agarro algunas que conozco, podrían servirme. Contenido oculto —Karrine no le tiene miedo a nada. —Hola. —¡Ah! ¡¡No asuste!!
Camila Se hicieron presentes dos personas más de una caída, debió ser algo dolorosa. ¿Acaso los cuatro que estuvimos aquí en un principio también caímos? Era algo confuso, porque no se encontraba dolorida físicamente. Ví alrededor a los presentes una última vez para levantarme con algo de preocupación, en un intento de ignorar la atención que provocaba una de las chicas, sabiendo con solo escuchar que no tenía mucha paciencia, ¿Verdad? Alguien así, que no se toma el tiempo, no es del todo amistosa. —¿Nadie conoce este lugar?—musité en mi consciencia, acercándome a la pared donde sobresalía musgo, recordando unas de las múltiples historias que se encontraban en mis libros.
Serena agarró aquellas setas. No olían raro, aunque tampoco olían a algo que le fuese familiar. Era un olor... raro. En cualquier caso, las cogió y decidió guardarlas. No estaba muy claro si sería algo adecuado para comer, pero, ¡ey! Tenerlas no haría daño. Contenido oculto Añadidas a tu inventario tres Setas Extrañas. Una vez que estéis todos y salgáis de la sima, crearé un tema para vuestras fichas, y ahí figurarán los inventarios. Karrine, por su parte, se dispone a coger las flores. Y entonces, él tembló. ¡Mierda! Si lo veían entre las flores, puede que sus planes se viesen comprometidos. Entonces, decidió usar una artimaña. Quizá, si fingía ser amigable, podría engañarles. Por eso, cuando Karrine extendió la mano, una flor sobresalió de entre las demás, y comenzó a hablar, con rostro sonriente. Aunque... algo en su rostro... era... ugh... —¡H-Hola! —gritó, de la manera más cordial de lo que fue capaz—. ¡Bienvenidos a este maravilloooso mundo! ¡Jijí! Lo estaban mirando raro. ¿Por qué lo miraban así? Oh. T-Tal vez su disfraz de flor tenía una de sus taras. Era un engorro no poder adoptar una forma sin poder ocultar ese maldito proceso de derretimiento. De modo que su rostro se desencajó ligeramente. Era cierto. Notaba Cómo su cara comenzaba a derretirse. Seguro que eso no resultaba precisamente agradable a los ojos de los niños. Ugh. Contenido oculto —¡N-no tenéis de qué preocuparos! ¡Jijí! —demonios. Sonaba estúpido. Tanto, que tenía menos credibilidad que un Froggit filósofo—. ¡No voy a haceros daño! ¡Soy...! Demasiado tarde para seguir hablando. Una sombra cubrió todo su cuerpo, ahora diminuto en aquella forma, y miró hacia arriba. Alguien caía justo sobre su cabeza. —Oh, oh —susurró, y un niño lo aplastó con su caída, justo sobre su cabeza. Se deshizo en un desagradable líquido y se introdujo en las pequeñas grietas que habría bajo la hierba. ¡Agh! Malditos críos. Ya los atraparía... en otra ocasión. En cualquier caso, el séptimo y último humano había aparecido en escena, interrumpiendo completamente las investigaciones de las chicas. Parecía... que ya eran siete. Contenido oculto Thomas, el séptimo humano, llega al Subterráneo. @Liza White
Felicia Los segundos pasaron y asi paso mi estado de confusión, mi primera impresión fue la actitud de aquella chica, tal vez deba ir despacio en cuanto a conocerla a ella y al resto. Decido entonces dar unas vueltas por las tantas rocas al sur (más o menos creo) uno nunca sabe si algo pudo haber caido y estado en las rocas muy bien guardado. Un ruido me hizo voltear por un momento y que sorpresa. —Dios... ¿otro más?— lleve la mano a mi boca al hecho de que tal cantidad de niños estuviesen aqui ahora somos 7 en total. —Espero encontrar algo por aqui sino...esta bien algo más adelante encontrare para salir. Preocupada pero sin perder la cabeza seguia inspeccionando las rocas.
Thomas Thomas abrió sus ojos con lentitud a los pocos minutos de su llegada al subsuelo. Todo estaba oscuro, tenía frío y su cuerpo se sentía muy pesado. Más de lo usual, logró rememorar en su estado de semi-inconsciencia. Quería moverse, intentar abrir sus ojos y ponerse en pie, pero las incesantes punzadas de dolor en su espalda lograron que tan solo fuese capaz de soltar un débil quejido de dolor. El pequeño se removió en su lugar, sintiendo el suave contacto del césped y de las flores contra su piel, y se preguntó entonces dónde diablos se encontraba. Sus ojos, aún desorientados y borrosos, lo único que eran capaces de mostrarle eran varias sombras difusas a su alrededor. Siluetas, con formas muy similares las unas de las otras. Aguardó un segundo, confuso, y logró sentarse sobre aquel césped tan extraño en el que parecía haber caído. Se sentía extrañamente observado, y al recuperar por completo la visión, acabó por descubrir que sus sospechas no eran tan descabelladas como él pensaba: no estaba solo allí abajo, seis niños más le observaban muy atentos. Cabía destacar que Thomas no destacaba por querer llamar la atención, y esto se hizo evidente en cada uno de sus siguientes movimientos. Comenzaba a ponerse muy nervioso. —H-h-hola... —agachó la cabeza, apenado. Comenzó a desordenar sus cabellos, como un tic nervioso propio en él, paseando la mirada a cada uno de los niños presentes. Entonces, notó que todos miraban el lugar donde había caído por alguna razón, y se puso en pie con rapidez—. O-oh, perdón por aplastar las flores... ¿E-eran vuestras acaso? Yo... yo no... Ugh, ¡l-lo siento! No fue mi... Pero sintió que era innecesario seguir excusándose, pues sabía que si continuaba hablando su lengua se trabaría una vez más, como siempre acababa ocurriendo. Se alejó un poco de la zona, sintiéndose expuesto allí en medio, y entonces notó al quitarse el polvo de su ropa que sus pantalones estaban manchados de un líquido indefinido. Iugh, ¿y este líquido de dónde salía? ¿Acaso del miedo se había...? ¡N-no, no podía ser! ¡Él no era de los que se hacían pis en la cama, no podía ser verdad! Lo peor era que el resto de niños podrían haberse dado cuenta, y ahora probablemente se estarían riendo de él. Tragó saliva con fuerza, pegando su cuerpo contra la pared rocosa como medio de protección, y comenzó a prestar atención a su alrededor. Vaya primera impresión debía haber dado, pero lo más importante... ¿Cómo había llegado hasta allí?
Celia La patada no pareció hacer mucho más que raspar algo la roca, así como llevarse algo del musgo que había en ella. Asqueada sacudí la pierna y restregué el pie contra una pared para deshacerme de aquellos molestos restos verdes. Esa roca escondía algo, a mí no me engañaba, pero no conseguía averiguar el qué. De todas formas, aquella investigación debía quedar por el momento apartada. Una de las chicas allí presentes se había puesto a hablar con una flor. ¡Una flor que hablaba! Lo había visto todo en esta vida, vaya que sí. Pero si aún se le podía dar otra vuelta de tuerca, la margarita empezó a derretirse, completando su proceso con la caída de otro séptimo humano. ¡Un chico, aleluya! Al menos eran dos, no muchos, pero oye, al menos no todo éramos chicas. Este nuevo chico despertó tras poco tiempo, algo confuso y desorientado, disculpándose por haber aterrizado sobre la hierba. Parecía muy nervioso, por algún motivo que no llegaba a averiguar. Motivo que, además, no me importaba lo más mínimo. —Lo que nos faltaba, más visita. ¡Como sigan lloviendo niños no vamos a caber! Vamos a intentar salir de aquí antes de que llegue más gente o si no también tendremos que cuidar de ellos, y por ahora siete somos más que suficientes. >>Incluso demasiados, diría yo —susurré para mí. No me haría gracia si tuviese que compartir mi comida y por eso me muriera de hambre. Que oye, una ayudita no venía mal de vez en cuando, pero aquí todos debíamos sacarnos las castañas del fuego por nosotros mismos. —¿Por qué no me ayuda alguien a mover esta roca musgosa de aquí? Yo sola no voy a poder ni borracha... Contenido oculto No estoy investigando la roca, solo pido que alguien lo haga. Celia no la va a tocar. De momento (?
