de Inuyasha - Silencio (NarakuxKagome)

Re: Silencio (NarakuxKagome)

Mencion honorifica a Clara Luz y Yamita: Graciaaaaassss!!! Sois las unicas que comprenden que Inuyasha es idiota.

A lasdemas (y en especiala aiduxi): A mi Inuyasha me cae como.....!!! Estoy tratando de que squede lo más maduro posible y he sacrificado mis inmensas ganas de hacerlo parecer un celoso asqueroro de primera, al menos en este fic!!! Por que en todos los demas...

Bueno, mas noticias: Estoy trabajando en lo que sera mi mejor obra hasta el momento y empezara a publicarse tras el fin de "Silencio". Narra la vida de Sesshôamru tras la derrota de Naraku, cuando debe casarse con una Taiyoukai para poder heredar las Tierras del Oeste.

Se titula; "Cronicas de un Amor Extraño" y garantizo a todo aquel que lo leaque no le dejara indiferente.

p.d para aiduxi:; vete al cuerno,amiga de pacotilla. Tu tienes la sensibilidad donde yo el buen corazón, so bestia descompasiva. Encima que a la que le gusta Inuyasha es a ti!!!

 

Re: Silencio (NarakuxKagome)

Capitulo XIX​

Solo queda la noche en mi interior y este frío de amor.​

-No me lo puedo creer- exclamo Kagome por quinta vez- ¡¡Para ya!! ¡Bájame el suelo! ¡No soy una inválida!

-Feh, cállate, deberías darme las gracias, no es bueno que te sobre esfuerces.

La gente que circulaba por la calle se los quedaba mirando mientras un chico extraño con gorra iba nadando con una chica a sus espaldas. El chico en cuestión llevaba además un kimono rarísimo de color rojo y el pelo y los ojos eran anormales.

Kagome iba completamente avergonzada. En mala hora se le había ocurrido comentarle a Inuyasha que pensaba ir a su casa para hacerse una ecografía en el Hospital y ver como iba su bebe. Por que este se había auto impuesto el deber de acompañarla. Al principio, le alegro la atención que el hanyou le dedicaba… Peor poco después, cuando comenzó a prohibirle prácticamente hasta respirar para no cansarse cambio de parecer.

Y el hecho de que ahora la llevase sobre su espalda por plena calle principal de Tokio ante la mirada incrédula de los viandantes no ayudaba a mejorar su ánimo.

-Inuyasha, caminar no es hacer mucho esfuerzo, déjame andar un ratito, anda.

-Que no.

-Muy bien, situaciones desesperadas, medidas desesperadas.-salto un poco, separándose ligeramente del peliplateado- ¡Al suelo!

PLAAAFFF

La chica aterrizó con soltura en el suelo y, con una sonrisa de total felicidad, comenzó a caminar rumbo al Hospital, seguida de un furibundo Inuyasha momentos después.

-Kagome, eres una desagradecida.

-No, Inuyasha, es que tú todo te lo tomas demasiado en serio. Estoy embarazada, no invalida ni enferma.

-Esta bien, si luego te fatigas a mi no me mires.

Siguieron caminando en silencio, disfrutando del suave sol que empalidecía el ambiente y los relajaba. Mientras caminaban tranquilamente, sin prisas, Kagome recordó lo que había ocurrido precisamente aquel amanecer…

*Flash Back*​

​

Abrió los ojos con pesadez, sintiendo junto a ella la calidez de otro cuerpo. Alzo la vista y se encontró con los ojos carmesíes de Naraku.

-Buenos Días.

-Hola. Se hace raro despertarme con otra persona.

-Si, a mi también me pasa- le había dicho él- pero si esa otra persona eres tú, entonces todo esta bien.

Él se levanto y comenzó a vestirse, dejando algo extrañada a Kagome.

-¿Y ahora, que pasara con nosotros?

-Tenía pensado.-Repuso Naraku- Llevarte a mi palacio y vivir allí juntos, pero me temo que tendrás que quedarte algo más de tiempo con Inuyasha, tengo que ocuparme de algo.

-Como sea…

-No tiene nada que ver con tus amigos- se acero y le dio un beso apasionado- Volveré por ti y nuestro bebe cuando termine. ¿Me esperaras?

-Claro que si.

-Tratare de volver lo antes posible, pequeña.

Y la persona que ella más amaba en su vida se esfumo en la nada, quien sabe para que o a la búsqueda de quien.

*End Flash Back*​

De repente un grito la saco de sus pensamientos y lo siguiente que vio fue a Inuyasha agitando la mano frenéticamente ante ella, como intentando devolverla a la realidad.

-¡Oye, tonta! ¡Baja de la Luna, acabamos de llegar!

-¿Qué?.. Ah, si…

La sala de espera resulto un tormento para un aburrido hanyou, que fisgoneó todo cuanto pudo y acabo con una mascarilla en la nariz, para evitar el “desagradable olor” que inundaba el recinto. Kagome solo sonrió y pensó que tal vez algunos medicamentos eran demasiado potentes para el sensible olfato del medio-demonio.

Cuando al fin pasaron a la consulta, el doctor tuvo que explicar paso a paso todo lo que hacia para que Inuyasha no se abalanzara sobre el por “tocar demasiado” a Kagome o hacerle daño.

Lo cierto es que lo único que el pobre medico hacía era colocarla en la camilla y untarle algo de crema, apara después desliar el escáner por ella y prestar atención a la pantallita. Fueron momentos muy tensos para Higurashi, que temía que el bebe se hubiera visto afectado de cualquier manera por todo lo ocurrido.

-Ya esta- sentencio el doctor retirando el aparato del apenas abultado vientre de la joven- Todo marcha perfectamente, sus bebés están muy bien.


Kagome suspiro aliviada e Inuyasha esbozo una pequeña sonrisa, pero, al minuto siguiente, los ojos castaños de la miko se abrieron de para en par y miraron atónitos al medico.

-¿Los bebes?

-Si, señorita, sus mellizos están perfectamente sanos, aunque debo admitir uno lleva un ligerísimo atraso de desarrollo con respecto a su hermano.

​

Salio de la consulta de piedra y se dejo caer pesadamente sobre uno de los bancos de espera, con Inuyasha a su lado que no entendía bien la situación.

-¿Qué te pasa, no ha dicho que todo va bien?

-Si…

-¿Entonces?

-Cuando me hice las pruebas hace casi un mes, solo tenía un bebe, Inuyasha.

-¡¿Cómo?!- la mitad de los pacientes a la espera lo miraron indignados y el bajo el tono- No puede ser…

-Creo que el otro niño es de… Sesshômaru.

El hanyou abrió los ojos como platos ante la confesión de la chica, pero al minuto siguiente los estrecho con furia, comprendiendo muchas cosas. Se agazapo frente a Kagome y acercó su rostro al vientre de ella.

-¿Qu…Que haces?- Pregunto colorada.

-Shhhh…- aspiro varias veces el olor que se desprendía de allí y la miko comprendió que estaba comprobando lo que ella había intuido, rezo para haberse equivocado y que los dos niños fuesen de Naraku- Si, es de Sesshômaru.

Kagome cerró los ojos pesadamente, ante la prueba irrefutable de que sus peores temores se habían echo realidad. Algunas lágrimas huidizas comenzaron a surcar sus mejillas, procedentes de sus ojos.

-¿Y ahora que va a pasar?- confeso angustiada a nadie en particular- ¿Cómo se lo digo a Naraku? ¿Y si Sesshômaru se entera?

De pronto, los fuertes brazos del hanyou la rodearon, apretándola contra si en un calido abrazo que ella acepto, apoyando su cabeza en el fuerte pecho del medio-demonio, mientras ligeros temblores sacudían su cuerpo.

-Inuyasha…

-Tranquila, Kagome, no va pasar nada, ni a ti, ni a tus hijos. Sesshômaru no tiene por que enterarse, no dejare que se acerque a ti. Y en cuanto a Naraku… Más le vale aceptarlo, por que como te deje por eso… Yo mismo lo mataré.

-Inuyasha…- cerro los ojos con tranquilidad, sintiéndose en paz- Deja ya de amenazar de muerte a Naraku por cualquier cosa, así nunca te quitaras las viejas mañas.

-Escúchame bien, Kagome- la separo un poco de él, para que viese su mirada decidida y el aura de resolución que todo su cuerpo emanaba- Si Naraku te rechazase, te juro que yo, si tu quieres, cuidare de ti y de tus hijos como si fuese míos. ¿Entendido?

-Gracias- susurro abrazándose más a él y sintiendo que sus problemas se aligeraban un poco de peso.

Poco después, los dos amigos regresaron a casa de Kagome, en dónde su familia aun desconocía la situación y ella prefería mantenerlo en secreto un poco más. Recogió sus cosas, preparo la mochila y al anochecer Inuyasha y Kagome atravesaron el pozo.

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Había pasado un mes desde que descubrió que su vientre albergaba dos niños y con diferentes padres. Al final, las cosas no estaban saliendo tan mal como esperaba. Sango la ayudaba en todo lo que podía con su embarazo y Miroku y Shippo no se enteraban de nada, a pesar de haber ganado varios kilos más aquel mes.

Se sentía tranquila en casi todos los aspectos y tan solo cuando pensaba en Naraku se echaba a llorar donde fuese, como fuese y con quien fuese. Inuyasha se asustaba muchísimo cuando le daban esos ataques de llanto y trataba de calmarla como podía, mientras que Sango sonreía diciendo que era normal y ambos se aseguraban de que ni Miroku ni Shippo estuviesen cerca cuando la miko se venía bajo.

Kagome necesitaba a Naraku cerca de ella e Inuyasha lo sabía. Aquel embarazo era realmente difícil, puesto que llevaba dentro dos bebe, actual más peligroso. Por un lado, estaba el hijo de Naraku, que tenía capacidades con la cuales ningún otro demonio contaba, como la de absorber potros seres. Y el hijo de Sesshômaru, que decir, viniendo de un demonio tan poderoso como él, la cantidad de energía que debía necesitar… Y siempre existía el riesgo de que cualquier demonio sintiese la energía de las dos criaturas que se estaban gestando y viniese a comérselos, cosa frecuente en los últimos tiempos, pero que gracias a Dios, cierto hanyou solventaba de un zarpazo.

Inuyasha, por su parte, tan solo temía que Kagome no resistiese el parto y nada les ocurriese a sus hijos, por que la morena no sería capaz de soportar la perdida de quienes ya llevaban dos meses en su interior.

Además, sobre el hanyou también había recaído la importante tarea de buscar alimento extra para Kagome, que si bien a veces pedía fruta o carne, en otras ocasiones el antojo podía ser mucho más raro y prefería ni pensar en esos momentos.

Aquella noche, Kagome, hastiada del comportamiento sobre protector de Inuyasha, salio a dar una vuelta por el Bosque Sagrado, hasta llegar al árbol del Tiempo en donde Naraku y ella tuvieron su primera y única cita.

Le entraron unas terribles ganas de echarse a llorar allí mismo, pero algo le dijo que no era prudente armar escándalo a esas horas y se contuvo.

Se quedo sentada en el tronco, pensativa. ¿Qué estaría haciendo Naraku en esos momentos que fuese más importante que estar con ella? ¿La echaría de menos? ¿Estaría en peligro? Otra vez pensando en aquello… Llevaba casi un mes comiéndose la cabeza.

-¿Qué es ese olor?

La miko se sobresalto cuando varios ogros entraron en el claro del árbol, claramente atraídos por el olor de su vientre. Maldijo en silencio su estupidez por haberse dejado el arco y pensó rápidamente la manera de huir de allí lo antes posible.

Se incorporo rápidamente, cuando una sensación de alegría que inmediatamente supo no provenía de ella, sino de uno de sus hijos, la invadió por completo, preguntándose que demonios pasaba, cuando de repente, el ogro mas cercano, que intentaba cogerla, fue echo pedazos por una especie de chispa dorada que no sabía de donde salió.

Poco después, una sombra plateada en cuatro movimientos con sus hábiles y venenosas garras había destrozado a todos los ogros, mientras unos de los bebes de Kagome parecía estar bailando samba de lo mucho que se movía.

Cuando el último demonio pestilente fue destruido, el recién llegado se paro a mirar a Kagome, que permanecía de pie, frente a él, siendo examinada por esos ojos dorados.

-Sesshômaru…

Este pareció salir de un trance y al miro profundamente, acercándose con lentitud a la indefensa miko, que no sabía que hacer, si echar a correr o lanzarse a sus brazos.

De súbdito, el Taiyoukai freno en seco su avance y abrió los ojos desmesuradamente, sorprendido como nunca antes lo había visto. Y fue entonces, cuando Kagome supo con total certeza que acababa de reconocer uno de los dos olores que desprendía su vientre como suyo.

CONTINUARA…


Breve historia durante la escritura de este capitulo:

Mayiko (Hermana Kayazarami): Perdonen pero la autora a entrado en un trance llamado “Síndrome de Croqueta” este trance solo afecta a un tipo muy especifico de persona, la cual sufre muchas carencias afectivas y se deja llevar por una cara mona y un par de orejitas ¡¡Es decir esta sobando a mi conejito y creo que el pobre esta sufriendo así que se lo voy a quitar!!

Kayazarami: ¡¡¡Me han quitado a Croqueta!!! T.T

A partir de ahí seguí escribiendo, pero si no llega a ser por mi hermana, hoy no tendríais capitulo y yo sería feliz con el roedor (Croqueta es un conejo blanquito con manchas negras *¬*)

 

Re: Silencio (NarakuxKagome)

He aquí el Penúltimo Capitulo, lectoras.​

Capitulo XX​

Y esta calma que rompe el corazón, de esta guerra yo he sido el perdedor y se clava muy dentro este silencio.​

-No puede ser…

Aquellas fueron las únicas palabras que escaparon de la boca del impresionado y confundido Taiyoukai, que se había quedado clavado en su sitio, a pocos pasos de ella. La miro con sus orbes doradas abiertas en su totalidad y Kagome no pudo sino reírse un poco de aquella situación.

La suave risa de la miko fue lo que trajo de regreso a Sesshômaru a este mundo y provoco que retomara su expresión fría, a pesar de que el asombro no salía de sus ojos.

Se acerco a ella, que se puso a la defensiva, preparada para liberar sus poderes espirituales ante el más ligero movimiento peligroso del demonio. No le tenía la más mínima confianza, a sabiendas de que el hijo de ambos que crecía en su vientre era hanyou. ¿Y en donde se había visto que el apreciara en algo a su propio hermano? Lo odiaba por ser como era.

Sin embargo, la joven no objetó a que se le acercara, puesto y que también demostró en sobradas ocasiones que depreciaba a los humanos, pero se había acostado con ella, una simple humana, sin ninguna cualidad especial, ni una gran belleza o poder.

El youkai llego junto a ella y, tal y como en su momento Inuyasha hizo, se inclino y olfateo con cuidado su vientre, durante unos segundos que a ella se le hicieron eternos, muerta de vergüenza, no le hacía ninguna gracia que los inu youkais se la pasaran olisqueándola.

Sesshômaru concluyo su "examen olfativo" y volvió a alzarse, quedando cara a cara.

-¿Como…?

Kagome sonrió para dentro, pero al minuto siguiente dejo de hacerlo, ¿Como se lo iba a explicar al Lord del Oeste si ni siquiera Inuyasha, que había conocido su mundo, lo comprendió cuando lo intento?

"A ver, Sesshômaru, resulta que posiblemente, cuando tu trataste de matar al bebe de Naraku, mi cuerpo lo sintió como muerto y genero un nuevo óvulo, que con toda probabilidad, tu fecundaste"

No quería ni ver la cara que le pondría, aunque de seguro la mataba por tratar de tomarle el pelo o engañarlo… Así que opto por lo que le pareció más comprensible…

-No lo se… Solo ocurrió…

Él la miro con confusión. Estaba en plena batalla interna en contra de sus emociones. Su orgullo le exigía a gritos que matase inmediatamente a la miko por engendrar un hanyou con su sangre y otro tipo de emoción, una en la que prefirió no indagar demasiado, le rogaba que no lo hiciera, que protegiera a su hijo, a un bebe que en el fondo de su alma, el deseaba, sobre todo, si era de ella.

-Escucha, Sesshômaru- la voz de ella lo obligo a prestarle atención y detener su batalla interna unos minutos, para escucharla tal y como le pedía.- El como ni el porque no me importan, el caso es que este bebe es una realidad y es mío. Comprendo que tu no soportes la idea de que tu descendiente sea hanyou, pero eso a mi me trae sin cuidado. Este niño es mío, repito, tú me lo entregaste cuando me tomaste sin pedir permiso o preguntar mi opinión, así que de igual modo yo tengo derecho a tenerlo sin tu consentimiento o aprobación. Yo cuidare de él y me asegurare de que no te moleste jamás. Así que te ruego, déjame marchar.

Comenzó a andar de vuelta a la aldea, preparada para cuando el frío y limpio golpe de Sesshômaru a alcanzara y cayese al duelo muerta por altanería o haberse atrevido a exigirle algo siendo como era una simple humana.

Pero ese ataque nunca llego, puesto que todo su coraje y atrevimiento hicieron que Sesshômaru tomara una resolución inmediata.

Sintió como las garras de él la detenían y la obligaba voltear hacía él, para que sus labios se vieran atrapados en un beso exigente, que no admitía un rechazo. Cegada por el sentimiento que su bebe emano en ese preciso instante, Kagome correspondió con dulzura el beso de Sesshômaru, que la rodeo con sus fuertes y mortales brazos, con suma delicadeza y cuidando de no apretar su vientre al abrazarla.
-No presumas de saber todo lo que pienso o siento, miko.

Espeto con una frialdad que no encajaba para nada con la escena que él mismo estaba desarrollando. De nuevo la risa ataco a Kagome, que no podía controlar la mayoría de los impulsos tontos que le daban por culpa de la inestabilidad emocional que le causaba el embarazo.

Y también, ajena a la risa, un sentimiento de protección nació en su corazón, casi totalmente segura que esa era la manera del demonio de hacerle exactamente la misma promesa que Inuyasha.

"Si Naraku te rechazase, te juro que yo, si tu quieres, cuidare de ti y de tus hijos como si fuese míos. ¿Entendido?"

Definitivamente, aquellos dos eran hermanos, sin duda, estaban en extremos opuestos y sus reacciones eran distintas, pero en el fondo, la esencia de estas era la misma.

Claro que, Sesshômaru era el padre de uno de sus bebes, pero Inuyasha era ajeno a eso… ¿O no? ¡Vaya! ¡Pero si iba a hacer Tío a Inuyasha! Era la primera vez que caía en la cuenta de ello… Sintió más ganas de reírse, pero se las contuvo, por que cuando lo hacía el youkai se incomodaba.

Ya sería hora de que la soltara, lo sabía muy bien, pero su cuerpo no obedecía el razonamiento de su cabeza. No quería soltarla… Era tan calida… Le agradaría tenerla siempre así, pegada a él, recordando la única vez que la hizo agonizar entre sus brazos, deseando repetir la experiencia.

Si al menos fuese suya… Un momento… Se separo de ella y miro su cuello cuidadosamente, no, no había nada. Sin pararse a dar explicaciones, le quito aquella prenda blanca y verde con un lazo rojo que cubría la parte superior de su cuerpo.

"¡Ah!" quiso gritar Kagome, "¡¡¿Pero que estas haciendo, estúpido?!!"

¿Por qué no podía articular palabra? La respuesta le llego en forma se energía espiritual y demoníaca. Malditos hanyous hijos de sus padres… Tenían mucho poder, ¡Pero si solo llevaban el desarrollo de dos meses! Ya había notado que su vientre crecía más rápido de lo normal, así que seguramente los bebes también lo hacían… Con lo que no contaba, era con que sus poderes también se incrementaran, al punto de que uno de ellos… O tal vez los dos, la habían vuelto a dejar inmóvil, a merced de Sesshômaru, que tocaba su piel y la analizaba detenidamente, como buscando algo…

-No estas marcada…

Casi susurro su "opresor", haciendo que se sobresaltara. O al menos lo intentara, por que su cuerpo no se movió un ápice… ¿Qué era aquello de marcar? ¿Era malo que no lo estuviese? Y otra cosa… ¡¿Se podía saber que clase de hijos desconsiderados llevaba en su interior que anteponían los deseos de sus padres a los suyos propios?! ¡¡Por lo menos podrían pensar un poquito en su madre!!

-¡Ah!

Su cuerpo inmovilizado grito sin que la energía de sus bebes pudiera impedirlo, al sentir los afilados colmillos de Sesshômaru hundirse en la unión de su cuello con el hombro, con suavidad, tal vez, pero de todas formas, dolía. Algo dentro de ella le trasmitió una sensación de triunfo. No podía ser… ¡Sus hijos estaban peleando estratégicamente para ver cual de sus padres se quedaba con ella, sin tener en consideración sus propios sentimientos! Probablemente, era el bebe de el Taiyoukai el que estaba casi bailando de alegría. Lo que no llegaba a comprender, era por que el otro niño en su interior cooperaba con su hermano cediéndole su energía para mantenerla paralizada.

¿Qué acaso prefería a Sesshômaru de padre? ¡Pero vayan críos…! ¡Si ella amaba a Naraku, ya podría dejarla en paz, ¿no?! Entonces, la sensación de triunfo paso de un lado a otro de su vientre y una creciente furia domino al hijo de demonio allí presente.

Alzo la vista y se encontró con Sesshômaru, mirando su frente con bastante impresión y extrañeza.

-Una araña…

Y Kagome al fin lo comprendió en su totalidad, asombrándose al descubrir que Naraku había pensado en todo, desde el principio. Por que si no se equivocaba, sobre su frente acababa de aparecer la marca de Naraku, la araña que descubrió una mañana ante el espejo, después de haber sido abandonada por Inuyasha y que el hanyou de ojos carmesíes le pasara algo de él para volver a la vida.

Sin embargo, al mirar el lugar donde el otro youkai la había marcado, descubrió que la cicatriz persistía, sin borrarse ni desaparecer, mientras que los ánimos del inu-bebe se calmaban y los del hijo de Naraku parecían frustrados. ¿Qué diantre significaba aquello? Y recordó como Inuyasha le había contado, en cierta ocasión, muerto de la vergüenza, que los demonios marcaban a sus parejas para hacer saber que eran suyas.

¡Estaba marcada por dos demonios, a cual más complicado y poderoso! ¿Qué quería decir eso? ¿Le pertenecía a los dos?

Sesshômaru la miraba con su usual frialdad, pero en parte tan asombrado e intrigado como ella y acaricio su marca, provocando que una serie de escalofríos la recorrieran, cuando, sin previo aviso, la energía de sus hijos desapareció, inexplicablemente y una emoción de miedo y pánico domino a uno de los bebes.
Se pregunto que pasaría, al mismo tiempo que el Taiyoukai del Oeste se puso en guardia frente a ella, a la defensiva, mirando en una zona del bosque en concreto, como esperando algo.

Y entonces algo surgió de las entrañas del mismo bosque. Kagome lo miro con asombro y alegría, deseando correr a su encuentro y lanzarse a sus brazos, cuando la garra de Sesshômaru la retuvo. Intento liberarse, pero no la soltaba y freno todos sus movimientos de liberación al ver la expresión mortalmente preocupada en su rostro, sin ni siquiera mirarla, mantenía los ojos clavados en Naraku.
Lo miro de nuevo. Y se dio cuenta de que algo pasaba. Ese no era Naraku. O tal vez si lo era, pero sus ojos habían perdido por completo el color escarlata y tan solo un destello de luz purificadora salían a través de ellos.

-¿Qué..?- quiso preguntar, pero la voz murió en sus labios.

-La Shikon no Tama- respondió secamente Sesshômaru a la pregunta no formulada.

-¡Kagome!

Volteo asustada al lugar de procedencia del grito y se topo con Inuyasha y sus amigos. Sango, Miroku y Shippo observaban con infinito odio a Naraku, mientras Inuyasha clavo sus ojos en su hermano y de ahí, al notar que este no le prestaba la más mínima atención, los paso a Naraku, para abrirlos en su totalidad al entender lo mismo que la joven miko.

-No es posible. ¿Eso es la Joya de las Cuatro Almas?

-Si- murmuro con un tono tan helado como el hielo, el medio hermano del hanyou- Lo ha dominado por completo.

-No entiendo- exclamo confuso Inuyasha- Si Midoriko pretendía acabar con Naraku, ¿para que se sirve de su cuerpo?

En ese preciso instante, la voz para nada habitual de Naraku, sino otra con un tono duro y exigente, una voz horrenda, respondió a todas sus dudas.

-Kagome- el sonido procedía de la garganta de Naraku, pero al mismo tiempo nada tenía que ver con él- Prepárate a morir. ¡¡Junto con tus malditos niños!!

 

Re: Silencio (NarakuxKagome)

Bueno, quería colgarles el Ultimo Capitulo, pero al final será mañana por que este maldito y asqueroso lapiz no me deja abrir el archivo... Grrr... De todas formas, les tengo un regalo... Mejor dicho, dos.

El fanfic que sustituirá a "Silencio" son las "Crónicas de un Amor Extraño" (ya avise, pero es que ahora es definitivo). La dirección es esta:

http://foro.cemzoo.com/showthread.php?p=1228850461#post1228850461

Léanse por favor el resumen y SOBRE TODO EL AVISO, es muy importante, por que los susceptibles al lemon NO deben y repito, NO DEBEN leer ese fic, ni el primer capitulo siquiera.

Bueno, por lo demás, muchísimas gracias por su atención y recuerden que "Silencio" tiene un Epilogo (ya lo escribí entero), por que si no, el final del fic las traumatizara.

En cuanto a la CUESTION DE LAS MARCAS EN KAGOME, es cosa de sus hijos, que cada uno mantiene la de su padre (les gusta pelearse).

¡¡¡Muchísimas gracias a todas y suerte!!!

AH!!! Mi "segunda sorpresa en un One-Shoot (si, otro) este es para la otra acertante del fic dark_kikio_x y esta es la dirección (por cierto, tiene una técnica narrativa parecida a “soledad”, pero no es en primera persona)y este es el enlace de [One-Shoot] Eterna Oscuridad (SessxKag):

http://foro.cemzoo.com/showthread.php?p=1228850501#post1228850501

Kakis312, si quieres que lea tu fic, por Dios ponme le dirección, no puedo obrar milagros y tengo a lo mucho una hora de ciber en la cual colgar unos 300 capítulos (publico en muchas webs, pero igual he exagerado.). ¿Ok?^^

 

Re: Silencio (NarakuxKagome)

Fans de Sesshômaru, quede claro que ya adverti que esto era un NarakuxKagome. Y, recuerden, habra Epilogo.​

Capitulo XXI
Eterno y mudo como el recuerdo del amor que tu me diste, silencio, tan grande tan vacío y tan muerto.​

Naraku se lanzo directamente contra Kagome, pero Sesshômaru lo repudio con facilidad, lanzándolo hacia atrás, para después desenfundar su katana, junto con Inuyasha y colocarse ambos delante del grupo, dispuestos a pelear.

El dominado hanyou, se levanto con destreza de un asalto del tronco contra en que había sido enviado y, con dos chispazos cegadores, a cada sostuvo un sable que desprendía una luz indudablemente espiritual.

-¡Si cualquiera de esas espadas toca vuestra piel os purificara por completo!- grito Miroku- ¡Os desintegrareis!

-¡Feh!- le respondió Inuyasha- ¡¿Te crees que no lo se?!- comenzó a correr hacia Naraku, con Tessaiga en sus manos- ¡Primeros solucionare esto y después te matare, Sesshômaru!

El susodicho no contesto a la burda amenaza, pero comenzó a moverse también velozmente hacia el objetivo común. Cuando las katanas chocaron, gran cantidad de chispas surgieron de los sables, quemándoles la piel.

Tuvieron que retroceder de un salto para evitar dañarse seriamente.

-Vuestro poder no es comparable al mío- anuncio la voz vacía de Naraku- Apartaros, vosotros no sois mi objetivo, no me obliguéis a mataros.

-¡Cierra el pico!- grito el peliplateado hanyou lanzándose de nuevo al ataque, esta vez consiguió hacer retroceder a su adversario y, al chocar las hojas, surgió una pequeña fisura.- ¿Por qué quieres matar a los bebes de Kagome?

-¡Por que va a ser!- contraatacó, pero esta vez Sesshômaru paro el golpe e Inuyasha clavo su espada en uno de los sables, rompiéndolo en mil fragmentos, como si de cristal se tratara- ¡Esos niños traerán la ruina al mundo, destruyendo todo a su paso en una contienda que emprenderán el uno contra el otro!

-¡No!- y esta vez hablo Kagome, que restaba rodeada por sus amigos, completamente de piedra, que no comprendían que estaban hablando- ¡Mis hijos no serán así! ¡Yo los criare!

-¡Silencio!- exigió de nuevo la joya, en boca ajena- ¡¿Qué crees que has hecho, muchachita?! ¡¿De veras piensas que los hijos de Sesshômaru y Naraku podrán convivir en paz y armonía como hermanos?! ¡He visto el futuro y lucharan a muerte durante toda su vida, para demostrar cual de los dos es mas fuerte!

Y un nuevo sable surgió reemplazando al que se había roto. De una estocada, varios cabellos plateados fueron cortados, en un golpe que Sesshômaru logro esquivar de milagro. Kagome gimió, al notar la cercanía de ser mortal que había tenido. Sesshômaru, al escucharlo, la miro con incredulidad.

¡Pero bueno! Pensó Kagome ¡¿Será posible que le resulte extraño que me preocupe por el?! ¡Necio! Estoy tan angustiada por él como por Naraku y no solo por culpa de mis… bebes…

-Kagome, miko inexperta, entrégame a tus hijos y liberare a Naraku y no matare a Sesshômaru. De lo contrario, ¡los perderás a ambos!

-¡Si mis hijos pierden a sus padres, será normal que se odien, no tendrán a nadie a quien superar, así que se repudiaran entre si!

-¡¿Lo comprendes ya?!

-¡¡No!!- las lagrimas empezaron a aflorar en sus ojos chocolates, lagrimas furiosas- ¡Yo los cuidare y no permitiré que acaben con el mundo! ¡Los voy a querer, sean como sean!

-¡Eso no es suficiente!

Un mandoble dirigido al estomago de Inuyasha fue detenido por la Tessaiga, y cuando iba a cortar con el otro sable, Sesshômaru lo detuvo y volvió a la carga, haciendo que liberara a Inuyasha y tuviera que vérselas para frenas los ataque de ambos, simultáneamente, uno tras otro, mientras perdía terreno.

Kagome temblaba sin control, solo de pensar en que mataran a Naraku y sus hijos, ambos, estaban completamente quietos, como atentos a la macabra escena. Entonces, la joven alcanzo a ver el brillo contaminado de la joya, que estaba justo a la altura del corazón de Naraku.

“Se ha contaminado de nuevo, si la purificara… ¿Mataría a Naraku? No, no, él ya la estaba purificando solo, de manera que su interior no tendría por que desintegrarse por mis poderes, ya había antes en él algo purificante y no lo mató”

Llegada a esa conclusión, tomo el arco y tenso una flecha, lista para cuando surgiese la oportunidad, esperando a que Sesshômaru e Inuyasha estuviese lejos de él, para no ser purificados.

“Mis cachorros” dijo para sus adentros a las dos presencias que se habían inquietado y no dejaban de moverse “Estaros quietos, necesito vuestra ayuda y si queréis conocer a vuestros padres al salir de ahí, más os vale prestármela” continuo, pareciera que estaba dando una orden en lugar de pedirles ayuda, pero con lo extorsionadores que habían salido, intuía que debía ser firme “Ayudarme a cargar la flecha con toda la energía espiritual que podáis” y tal cual lo pidió, ellos lo hicieron “¡Ya basta! Os estáis quedando sin poder para manteneros” y les cerro el ‘contacto’, evitando así que los muy animales le dieran toda su energía.

Justo cuando sintió como la flecha quedaba cargada a rebosar de fuerza espiritual, ‘Naraku’ repudio el ataque de los medio hermanos y los lanzo considerablemente lejos, avanzando con lentitud hacia Kagome, con un semblante terriblemente victorioso.

-Prepárate a morir- exclamo alzando sus sables- Bueno, mejor dicho, que se preparen a morir tus hijos.

Kagome se hincó con una rodilla en el suelo y preparo el arco, pero antes de poder cubrirse o algo, sus amigos se colocaron ante ella, Sango, Miroku, Kirara y Shippô, dispuestos a protegerla así les fuera la vida, pero Kagome solo murmuro:

-Cuando este lo suficientemente cerca, apartaros- y ellos, al ver la flecha, comprendieron.

-Vaya, honorables amigos aquellos que están dispuestos a morir por ti- alzo los sables con al intención de dar un potente y mortal golpe- ¡Morir entonces!

-¡Ahora! – grito Kagome y ellos se lanzaron a un lado y otro, mientras la flecha surcaba los aires unos segundos y se clavaba poco después justo a la altura del corazón de Naraku, que tan solo abrigo los brillantes ojos unos segundos, antes de cerrar los parpados y caer sobre Kagome a todas luces inconsciente.

La chica lo recibió con un grito de felicidad, llorando como una loca, mientras sus dos cachorros lo festejaban parecía que bailando en su vientre contentos de haber conseguido su objetivo, como si todo fuera merito suyo.

Alzo los ojos, anegados en llanto y se encontró con una mirada de Sesshômaru, que estaba rasguñado por todas partes, con Inuyasha al lado en un estado muy similar. Les sonrió y el mayor de los hermanos mudo su mirada por una de ¿ternura?

-¡¡Chicos!!

Todos voltearon, para ver a Shippô siendo desintegrado en la nada y la Shikon no Tama flotando en el aire, con un brillo entre blanquecido y púrpura.

Deben morir… ¡Ellos deben morir!

Exclamo una voz que no procedía de ningún lugar y, antes de que ninguno de ellos pudiera reaccionar, la esfera se dirigió rápida como el rayo hacia Kagome, que permanecía sentada con Naraku en sus rodillas, sin poder moverse.

Hubo un rápido y brutal resplandor y lo ultimo que Inuyasha alcanzo a ver fue a su hermano protegiendo a Kagome con su cuerpo mientras la besaba.

Después, todo se volvió oscuridad y el mundo perdió su color para siempre.

Fin​