Siempre Conmigo

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Escrito para la actividad: ¡Atrapa esa Carta Clow!​

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Siempre Conmigo​

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Él siempre estaba ahí.

Sin importar la hora del día, él siempre estaba ahí.

Sin importar el clima, él siempre estaba ahí.

Sin importar el lugar, él siempre estaba ahí.

Recuerdo la primera vez que nos vimos frente a frente.

Abrí mis ojos, parecía un día tranquilo y simple como cualquier otro, pero inmediatamente supe que no era así. Una extraña criatura amarilla de nombre Kerberos flotaba junto a mí, recordándome los sucesos de la noche anterior.

“No puedo con esa responsabilidad”

Recuerdo que le dije, tratando de evitar la inevitable realidad.

Me aliste para la escuela y baje a desayunar. La comida de mi padre estaba deliciosa como siempre, tenía un sabor simple pero que es imposible de explicar si no has probado de ella. Mi hermano, también presente, no dejaba de fastidiarme acerca de cualquier asunto. Sencillamente era una típica mañana.

Pensé que esos días se irían. Después de escabullirme en el sótano de mi hogar y encontrarme con un libro llamado “The Clow”, cuyo contenido, 52 cartas que contenían un poder inimaginable por mí hasta el momento. Pensé que de mi vida sería todo menos una vida normal, y sin embargo ahí estaba, desayunando tranquilamente con mi familia como cualquier otro día, como si nada hubiera pasado… Aunque ciertamente sabía que no sería para siempre.

Me regocije con cada momento de aquel desayuno pensando que tal vez sería mi último. Era feliz con lo que tenía, pero a partir de ese momento un deber mayor me llamaba; Recuperar cada una de las 52 cartas Clown. La noche anterior fui capaz de capturar dos de ellas. Aun no entiendo cómo me arme de valor para hacerlo, pero tan solo me restaban 50 mas por capturar y eso me daba esperanza.

De camino a la escuela no podía dejar de pensar que tanto mas mi vida normal duraría. Avanzando lentamente a través de las anchas calles cubiertas por arboles de cerezo, tan solo permitía que el viento me llevara camino abajo hacia mi destino.

Un par de minutos y ahí estaba, mi escuela, la primaria Tomoeda.

A excepción del encuentro con mi compañera de clase, quien después se convertiría en mi mejor amiga; Tomoyo Daidouji. Bien ella ahora sabía mi secreto, pero no me preocupaba. Mi vida normal tuvo la oportunidad de vivir otro día, más no omitía el sentimiento de que a mí alrededor algo extraño estaba ocurriendo.

El caso de la mañana siguiente confirmo mis sospechas.

Un gran alboroto se causó en la escuela, pues al parecer alguien había apilado las sillas y mesas de todos los salones en el patio al igual que en los mismos salones de clase. Fue desconcertante, y al no haber presunto culpable, fuimos nosotros, los alumnos, quienes debimos nuevamente de ordenar todo.

Ese fue el “inicio” de nuestra relación, llena de problemas aparentes.

Mas tarde ese día Tomoyo y yo lo hablamos con Kero en mi habitación. El responsable de lo pasado esa mañana era una de las 52 cartas… “The Shadow”. Prontamente me negué a inspeccionar la escuela de noche para resolver este asunto, pero no tenía salida, era mi deber. Tome mis cosas y junto a Kero y Tomoyo me dirigí hacia la Primaria Tomoeda a capturar mi tercer carta.

Me causo muchos problemas… Intente con viento, al fallar escape con vuelo. Estaba en un verdadero predicamento, “The Shadow” reunió todas las sombras de la noche y creció de manera tan inmensa que era simplemente imposible escapar de ella. Honestamente creí sería mi final, pero el guardián del sol, Kerberos tenía un plan bajo la manga. Las luces de toda la escuela se encendieron en un parpadeo y todas las sombras desaparecieron, a excepción de una sola.

La verdadera forma de la carta “The Shadow” era no muy lejana a aquella que asignan a la muerte. Un espectro de sotana negra que suavemente se ondea moldeando su cuerpo, es todo. Dentro de la sotana no había nada, simple oscuridad sin fin aparente. Se dice que es gracias a esta carta que todos los objetos proyectan sombra, y que en cada una de esas sombras reside un pequeña parte de la carta.

10 años juntos y esa vez fue la primera que note que existía.

Sin mucho problema selle la carta, aunque el concepto de “sellar la carta” no sea el mas correcto. “The Shadow” reside en cada sombra del mundo, la carta nunca podrá ser sellada por completo. Ella tan solo ofrece su ayuda directa a su captor, mas nunca renuncia a su libertad aparente.

Esa fue mi tercera carta, una vez mas lo había logrado.

A partir de esa noche nuestra relación avanzo poco a poco. Si bien al principio tan solo me causo problemas, mas adelante en mi aventura me ayudaría en varias ocasiones. Salvando a Tomoyo, capturando otras cartas en su vasta oscuridad… Siempre fiel, esta carta se mantuvo todo el tiempo cuidando mis espaldas. Después de tanto me doy cuenta de lo triste que debe ser estar en todas partes y que todos te ignoren… Como una simple sombra. Existen dos cartas que dominan el mazo; “The Light” y “The Dark”, ninguna de ellas puede existir sin la otra y se encuentran en constante conflicto, a ellas se debe el día y la noche. Keberos lo menciono en alguna ocasión, pues esta carta está bajo su cuidado. En el centro de ambas cartas se encuentra “The Shadow”, quien vive bajo el estricto yugo de las dos cartas anteriores… En cierta forma, y de manera irónica, “The Shadow” vive tras la sombra de “The Light” y “The Dark”, como el hermano pequeño y menos importante.

Esa fue la razón por lo cual actuó así en un principio. Tan solo era un ser olvidado que gritaba por afecto. Admito que nunca le brinde la atención necesaria… Tan callado y misterioso, siempre ocultando su verdadera apariencia detrás de un objeto. Tal vez, él así lo quería y ahora lo entiendo. “The Shadow” no deseaba atención, tan solo deseaba reconocimiento.

A mi lado, al suyo… No importa quienes seamos, él nunca nos dejara. Incluso muertos no se ira de nuestro lado, pues hasta un cadáver tiene sombra. Sin importar cuántas veces giren el reloj de arena, él siempre estará ahí.

Siempre conmigo, mi carta mas fiel; “The Shadow”