Si supieras...

Declaimer: supongo que esta es la parte en la que mentimos diciendo que todo es de Meyer, bueno, OK, todo es de esa señora :D jajá jajá

Chapter 13

No podía creer cuan cerca estuve de perder a Bella en un descuido. Era como si mi cuerpo y alma dependieras de todas y cada una de sus decisiones, esto no podía ser bueno, pero me gustaba sentirla así de cerca, y podía llegar a imaginar que a ella igual. Cualquier paso en falso de esa chica sería una perdición para mi.

Ya pasaron dos semanas desde el funeral de Charlie. Podía presumir de que el estado de animo de Bella había mejorado un poco, y gracias, estaba seguro, a la hermosa y perfecta última voluntad de su padre. No podía decir con precisión que éramos en aquel momento, ¿amigos? ¿Algo más? De todas formas, esos besos no eran de amistad.

No quería presionarla, mas eso no quitaba el hecho de que estaba impaciente.

Alice me confesó que Bella decidió dejar el famoso club donde cantaban juntos con algunos otros chicos, aquel que vi esa tarde. Al parecer, mi ex mejor amiga estaba cambiando y tomando decisiones que probablemente la transformarían. Muchas cosas habían ocurrido desde entonces, por lo que nadie deseaba seguir con la “música secreta” que preparaban.

El maestro de biología había renunciado de una forma bastante peculiar, al parecer, él y la secretaría mantenían un romance y en medio de todos los alborotos ocurridos últimamente, por lo que se escaparon en una aventura en las Vegas, dejándonos sin secretaría ni profesor. Nuestro muy eficiente director ya había contratado a una viejecita bastante amable y ahora conoceríamos a la nueva maestra de biología. Si, era una mujer.

-¿Estás segura de que quieres entrar a clase?- le pregunté a Bella en la entrada del salón, mirándola con precaución.

-Edward, no puedo pasarme toda la vida pensando en las cosas malas, quiero avanzar, o al menos ese es mi propósito.

-OK, Bells, entiendo- le sonreí dulcemente.

-Gracias- asintió.

-Siempre que quieras pedirme algo, Bells, aquí estaré. Por cierto… -empecé a decir.

-¿Si…?

-Bella, ¿puedo confesarte algo?

-Claro, supongo- se encogió de hombros.

-Creo que… sé que ya no lo haces ni lo harás, pero yo te he escuchado cantar, ya sabes, cuando estaban en esa especie de “club” con Alice y los demás chicos.

-¿De verdad?

-Si, bueno, ese día Emmet me puso nervioso con algunas preguntas, no sabía que decir, por lo que atiné a ir a verte a tu “club de lectura” - hice unas comillas en el aire-. Entonces los oí, eran geniales, no sé porque…

-Se acabó eso- me recordó.

-Lo sé…

-Ósea que tú ya sabías de eso, ¿no?

-Más o menos, no sabía en concreto de que se trataba… o se trató.

Ella rió.

-Bueno, será mejor que entremos a clase.

Ella avanzó hasta el salón para encontrarnos con la profesora, quien estaba acomodando unas cosas en el que ahora era su escritorio en su salón.

Era muy joven, la miré atentamente para pensar a quien me recordaba. Dios… ya sabía de quien se trataba. Su cabello castaño claro y liso le caía hasta los hombros, sus ojos eran café chocolate, oscuros y profundos. Era la viva imagen de Bella, solo que con el pelo más claro y, claro, le doblaba la edad al menos. Aún así, eso no cambiaba nada.

-Hola, usted es la profesora nueva- le dijo Bella amablemente.

-Si, mi nombre es Marie Dywer- la mujer se veía nerviosa, a pesar de esto sonreía.

-Soy Edward Cullen- dije de manera más o menos hostil, definitivamente era un bruto a la hora de dar bienvenidas.

Suerte que Bella me entendía un poco, porque apreció mi intento y me regaló una de sus sonrisas calidas.

-Isabella Swan- siguió presentandose mi amiga.

-Lo sé- se apresuró a decir la maestra-. Digo… vi sus expedientes, por eso lo sé- tartamudeó.

-Claro…- dijo Bells, confundida y con la misma desconfianza que yo.

-Bueno… eh.. Solo pasen a sentarse, chicos.

La clase pasó de una forma lenta, al parecer, a pesar de que Marie se veía nerviosa a la hora de presentarnos nosotros, era una maestra excelente. Explicaba de forma lenta y sigilosa. Esto no quitaba el que fuera rara.

Algo que no pasé por alto, era la manera en que miraba a Bella de vez en cuando, cosa que la chica parecía no notar, mas yo si. Esta última se veía tan dulce y pacífica cuando de vez en cuando reía por las cosas que le decía Alice al oído. Algo ocurría ahí, no quizá solo estaba siendo paranoico o sobre protector con mi ex mejor amiga, o tal vez no.

Después de clases, le pidió a los hermanos Swan que se quedaran a conversar un momento. Emmet habíha ido a buscar a su hermanita y lo descubrió viendo al tocar el timbre.

-¿Qué necesita?- preguntó Bella.

Bella pov)

-¿Qué necesita?- pregunté de la forma más amable posible.

-Eh.. Si, pero antes, ¿podrías llamar a Emmet?- pidió la profesora.

-Claro- asentí-. ¡Emmet!- le grité cuando vi que este estaba llegando por la puerta a buscarme.

-¿Si?- se giró mi hermano.

-Apresúrate, la maestra quiere hablar con nosotros, pero rápido, corre- le insistí, deseaba irme a casa de una maldita vez por todas.

-¿Segura que quieres que corra? Porque por mi, ningún problema.

-Si, apresura.

Esto causó que Edward riera aún más.

-No, Em, creo que Bella solo quiere que te apresures, no que corras, creo que eso no sería muy agradable de ver.

-Pero… ¿por qué?- pregunté, y sentí que mi voz sonó demasiado inocente.

-Créeme, no querrás saber- me aseguró mi amigo.

-Yo insisto, si quieren, puedo llamar a Rose y..

-No, amigo, gracias- dijo Edward, casi cayendo de la risa.

-Bueno, si no quieres verme correr, puedo hacer muchas otras cosas más…

Edward se rió, y creo que empezaba a captar porque se reían tanto, su sonrisa cómplice me daba muchas ideas locas que mi mente, la cual creía sana, comenzó a perturbarse con imágenes que posiblemente no desearía nadie poseer en su registro.

Haber, si lo pensaba bien, muchos chistes internos entre ellos, ¿acaso este par han estado haciendo cosas indebidas a espaldas de todos? ¿Emmet engañaba a Rose con Edward? ¿Tan irresistible era este último que mi propio hermano amante de mujeres no soportaba detener sus impulsos? Claro, todo calzaba ahora, por eso se puso celoso en el prado hace semanas atrás.

Claro, ahora lo entiendo. Edward.. ¿cómo pudiste? Nunca lo pensé de ti, Cullen. Dios, estaba exagerando, mi mente era demasiado malvada, pero me dieron unas ganas horribles de reírme desesperadamente frente a todos. Junta con mi hermano, descartada de mi agenda.

Pero no dije nada y le hice un gesto a Emmet para que se acerqué. Vi de reojo a Edward, quien observaba mis expresiones con curiosidad.

-¿Ocurre algo?- me preguntó.

-Nada, Eddie.

Él asintió con la cabeza, extrañado, y no era para menos.

-Ustedes son lo hermanos, Swan, ¿no¡- comentó la maestra una vez le pusimos la debida atención. Quiero decirles que me alegro poder conocer a los hijos de Charlie.

Esto me dejó quieta, por eso, pregunté como puede:

-¿U… ustedes conocía a mi padre?- dije de un solo golpe.

Ella bajó la cabeza y miró al suelo, como si quisiese borrar algún recuerdo. Me pregunté que estaría pensando…

-Si.. Y, créanme, siento mucho la muerte de él. Fue… un gran hombre… Luego de la muerte de Renee, que no lo vi más.

-¿De donde conoció a nuestros padres?- Preguntó Emmet.

-Nosotros estuvimos en la misma epoca de Instituto hace unos dieciocho años atrás.

-¿Enserio?- me sorprendí.

-Claro, y ahora debo irme. Adiós, y, Bella, eres muy hermosa. Emmet, te ves fuerte- rió.

-Gracias- susurré.

Mi muy “humilde” hermano asintió con la cabeza solamente.

Ya en el auto de Edward, empecé a darme cuenta de muchas cosas. Sobre todo de que ahora vivía en..

Flash back

Carlisle nos miraba ansiosamente. Yo podía imaginarme algo de lo que se traía en manos, pero claramente no estaba preparada para lo que venía ahora.

-Bella, Emmet, me gustaría que hubiera una..

-Dígalo rápido, doc- dijo Emmet, relajado, como siempre. ¿Escucharía Reggie?

Puse los ojos en blanco y Carlisle rió.

-Charlie… él hace unos años me pidió algo muy especial. El día en que Renee murió para ser exactos. Él dijo que por favor cuide de ustedes dos el día en que no se encuentre para cuidarlos. Y veo que el día ha llegado.

-Pero, Carlisle, yo ya no soy menor de edad- le recordó el moreno.

-Lo sé, mas cuando él lo hizo… Esto no puedo decírselos, no ahora.

-¿Qué quiere decir con “cuidarnos?- pregunté.

-Pués… vendrán a vivir con nosotros- sonrió.

No, esto no podía estar pasando justo ahora. ¿EN QUE CARAJOS PENSABA CHARLIE CUANDO PIDIÓ ESTE FAVOR A CARLISLE CULLEN?! Quizá no deba recalcarlo, pero… ¡CULLEN!

Emmet y yo nos miramos, pero solo pudimos decir:

-¡¿QUÉ?!

Alice Cullen y yo en la misma casa: compras, ropa, mi.. Armario… NO.

Y.. Edward Cullen y yo en la misma casa. Era… solo era él. ¿Qué iba a hacer?

Fin fash back

-Edward…- empecé a decir, intentando eliminar el silencio.

Emmet se sintió tristemente obligado a dejar que Edward conduzca luego de que Alice le haya quitado las llaves para comprar con Rosalie el otro día y se lo haya ensuciado un poquito.

-¿Si, Bells?

-Tú.. ¿eres gay?

-¡¿Qué?!- gritó, pero sin dejar de conducir, aunque la velocidad se apresuró un poco.

-Si… yo…

Me intenté no reír, lo cual no era muy fácil escuchando la risa explosiva de Emmet.

-Ay, Eddie, que feo, mi hermana te pregunte esa clase de cosas.

-¡Cállate, Emmy! ¡Bella! Dios, ¿por qué preguntas eso a MI?

Alice tampoco se quedaba atrás con la risa, estaba muriendo.

-Pues…

-Edward, Ed, Eddie- comentó mi hermano-. ¿Qué prefieres? ¿Platano o papaya? No conocía tus gustos, pero no te preocupes, no soy homo fóbico, aunque alejemos un poco nuestra amistad.

-Pero, Emmy, yo pensé que tú y Edward…

Entre mis dedos haciendo un gesto de unión.

-ISABELLA, NUNCA EN TU VIDA DIGAS ESO.

-Hermano, no te preocupes, jamás te discriminaré por tus elecciones sexuales, aunque estoy muy de acuerdo en que deberías ser justo con Rose.

-¡¿De donde sacas eso?!- preguntó Edward, quien estaba completamente rojo.

-Pues… esas indirectas entre ustedes, las miradas cómplices, los “celos” de Emmet en el prado, eso puede dejar mucho a la imaginación, y una tan alimentada como la mía.

El camino siguió en silencio, así que cuando nos bajamos y llegamos a la casa de los Cullen, Edward me abrió la puerta y se acercó.

-En todo caso, me gustas tú- dijo, susurrándome en el oído.

Se colocó frente a mi y me besó. Luego se separó un poco, miré a ambos lados, no había nadie, todos habían entrado a la casa. Entonces, él se dio vuelta e increíblemente fui más rapida y me puse frente a él.

Si él quería jugar, a ese juego podíamos jugar dos.

-¿Si?

-¿Si qué?- preguntó, desorientado por mi nueva agilidad.

-Que te gusto- dije, la verdad es que no creía haber escuchado bien. Después de la muerte de Charlie.. Era difícil todo para mi.

-Si- dijo con cierta duda que me dio miedo-. Y sé que también te gusto, o si no habría ocurrido lo que pasó en el “Súper prado”.

Él tenía razón.

Hola, si hay alguien ahí… acá nosotras, allá quien? JAJAJA en fin, tanto tiempo, chicas :D siguiente capitulo, fuertes declaraciones jajaj ;)