Shizuoka Shizuoka

Misato Aoyama

La noche anterior corrió como una amena celebración, al principio muchos se extrañaron de mi particular manía de hablar casi toda la noche, cuánta vergüenza...aunque no lo fue tanto al escandalizarme por Kuroki al consumir sake, si algo no soportaba era que un guerrero se sumerja tan joven en vicios terribles. Pero por suerte fue un momento fugaz, en cuanto pudimos partimos hasta la ciudad de Shizuoka nuestro camino fue favorable al ayudar a lidiar con unos simples bandidos...cuanto adoraba encargarme de seres tan problematicos.

Un nuevo amanecer marcaba nuestra llegada, la ciudad parecía lo bastante acogedora aunque no tan extensa como Nagoya. Dejamos nuestros caballos tomar un merecido descanso y ¿A dónde nos dirigiremos? El Shukusha fue nuestro primer destino.

Entre una conversación corta con Daichi y Heya descubrimos ni más ni menos al equipo táctico, todos estaban con bien inclusive Natsu, aunque cada vez que lo pensaba no podía evitar la extraña relacion entre su abrupta partida y el asesinato ocurrido en Tsu.

Al lado de Yuzuki...había otro sujeto de rostro relajado, en medio de la conversación ciertas palabras sonaban algo tensas. Solo me limité a observar y pensar sobre el misterio que rodeaba a Natsu,

Al final Takano fijo un nuevo destino para el grupo, oh sentía que aún acabamos de llegar, pero aún debía encontrar más ingredientes venenosos.

—Dare un paseo por la ciudad...deseo tener un buen recuerdo de tan lindo lugar— me dirigí sonriente al par para caminar fuera del hostal...por fin algo de calma.

En aquel reencuentro habia una vorágine de sentimientos extraños. Un hombre que apenas conoció a Natsu intento matarlo, el extraño encuentro de este último con Fuji quien decidió permanecer en otra ciudad para mejorar su habilidad con la ayuda del maestro herrero Masamune, en medio de todo ni siquiera cruzó por mi mente saludar al hombre con quién tuve el honor de entrenar; demasiado por el momento debía ir a la herbolaria a elaborar más venenos y tal vez conseguir nuevos ingredientes.

 

Shukusha (Takano; Ukita; Rengo; Clan Tao; Yuzuki; Kohaku; Natsu; Heya; Misato; Daichi; Kuroki)

Rengo amplió su ronrisa cuando escuchó las palabras de Kuroki.

—¿Quieres conocerme? —dijo con una inocencia que no encajaba con la oración de intento de asesinato hace unos instantes —Creo que eres la primera persona que me dice eso— dijo mientras miraba al techo tratando de recordar si alguien más se había interesado por él. Si había sucedido antes pero su memoria no parecía ayudarle a recordar —No soy tan fuerte como Takano o Jiin; pero si soy mucho más fuerte que Shinrin — se detuvo a pensar —Espera, nunca me lo habían preguntado así que no lo tenía organizado en mi cabeza, veamos, soy hermano de Jiin, Takano y Shinrin, aunque creo que ya dije eso —miró a su taza del té y la levantó —Me gusta el té— bajó la taza —Me gusta correr, me gusta caminar, pasear, trotar; todo esto hacerlo sin rumbo; pero nunca me pierdo. Me gusta hablar pero normalmente viajo solo, así que no hablo mucho; me gusta sonreír e interpretar rostros y miradas — Y después fue silencio mientras la expresión de felicidad de Rengo se borraba, para después mirarlo con tranquilidad — Creo que no soy tan interesante.

Mientras tanto Ukita parecía seguir a Daichi; Yin a Misato y por último Takano a Natsu, no sin antes mirar al par para después mirar a Yuzuki extrañado; después de nuevo se giró a Rengo y Kuroki —Como verás Rengo tiene ese don, adopta el tono de conversación dependiendo de con quien esté hablando, y siempre es genuino, porque tiene demasiadas emociones extremas que nunca aprendió a controlar— dijo para después seguir a Natsu y no perderlo de vista.

Después Satou se alejó junto a Kuroki para la cazar en las afueras de Shizuoka.

Matsuda se levantó de la mesa para hablar con Zeng, Ujihisa y Heya. Dejando a Rengo, Kohaku y Yuzuki aun en la mesa tomando té —Kohaku — mencionó Rengo para llamar su atención— ¿Siempre usas la máscara? —preguntó recargando su barbilla en la mesa mientras miraba el vapor del té — Te vas a broncear disparejo, el verano está cerca—

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Puerto (Ukita; Daichi)

Hicieron una larga caminata en descenso, el lugar les traía recuerdos a ambos —Ayer vine aquí mismo, es evidente que somos personas de mar — dijo hacia Daichi —Por lo que mencionó Matsuda han cumplido su misión en Iga— detuvo a Daichi con una mano en el hombro, el muelle crujia mientras que los gritos de los marineros cargando mercancía se hacían presentes —Quiero que entiendas a la perfección que yo soy fiel seguidor de Takeda, deseo que los Minamoto recuperen Japón para librarnos de los Taira; pero no por ello significa que es mi única alianza, el norte es mi hogar, y sufrió ataques inecesarios por un clan al cual no planeó perdonar jamás —soltó el hombro de Daichi —Yo nací en Uto, una aldea pesquera de Aomori, grandes comerciantes con Hokkaido, de los pocos valientes que se atrevían a navegar las aguas entre ambas prefecturas— mencionó con orgullo — Mi esposa era de Hokkaido, una hija de uno de los comerciantes—sonrió —Y me contaba de tu familia; hablaba de ustedes como si fueran parientes cercanos, el pueblo de Hokkaido estaba muy agradecido con ustedes; y mi pueblo sumamente relacionado pues ambos compartíamos el mismo negocio principal, la pesca— miró a Daichi — Si los Taira hubieran sido los que atacaron Hokkaido en ese entonces... ya sería una Prefectura enemiga, y no lo es; hay algo más que debemos investigar...— Ukita sonrió para mirar al horizonte, el mar azotaba las olas en las rocas de manera violenta, había muy poca playa y más rocas —Lo que quiero que quede claro es que tu lucha también es la mia; no estás solo.

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Mercado (Yin; Misato)

Misato decidió visitar los alrededores de Shizuoka, Yin se acercó e hizo una leve reverencia —Permíteme acompañarte— y así ambos terminaron en el mercado el cual parecía que se especializaba en la venta de telas perfectamente teñidas; creación de ropas marcadados con hojas; venta de distintos tipos de pescado y elementos para la cocina básica en una casa japonesa.

—Señorita Aoyama— mencionó Yin mientras observaba las telas japonesas, las cuales contrastaban con las suyas —Creo que no es consciente posee otra arma además de esa katana; su sonrisa es especial, no es una que ves a diario en las calles, es una que puedes pintar en tinta para la posteridad. Lo sé perfectamente porque yo también poseo un don parecido al cual le agrego mi carisma y habilidad en los negocios —dijo adentrándose a el lugar dónde teñian ropas. El que teñía la tela era un hombre, aun así Yin se acercó y con una cálida sonrisa se dirigió a él.

—Disculpe amable artista, perdone que deba interrumpirlo de tan magestuosa actividad, pero estoy en un grave apuro —dijo señalando su ropa —creo que desentono en todo Japón, y he viajado al mejor lugar para poder obtener las prendas adecuadas.

El hombre sonrió complacido, aquello era un gran uso de su galantería —Ha venido al lugar indicado; y al ver que ha tomado su tiempo en llegar hasta aquí, permítame ofrecerle un descuento— dijo mientras le señalaba las prendas.

Misato podía adentrarse junto a Yin o simplemente visitar el resto de los lugares; también en el mercado había un buen comercio con mesas exteriores dónde ancianos jugaban shogi.

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Herbolaria (Takano; Natsu)

Entraron y el herborista los recibió con una grata sonrisa; al ver que ninguno la devolvía decidió mostrar un rostro serio y un poco molesto ante Takano que miraba todo en el negocio como algo extraño, oliendo diferentes hierbas como un simple animal.

—¿Puedo ayudarlos en algo? ¿Algún medicamente que estén buscando? Si es así deberé comprobar si son hábiles con las hierbas, no dejo que se juegue con mi delicado equipo de trabajo —mencionó haciendo incapié en eso último.

Takano negó con su mano derecha sin observarlo —No, yo sólo cuido los movimientos de mi amigo; no quiero que se meta en problemas— mencionó haciendo que el herborista se sintiera incómodo.

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Fuera de Shizuoka (Satou; Kuroki)

Satou cabalgó a un lado de Kuroki cautelosamente, hasta que encontraron un pequeño grupo de faisanes; Kuroki se aventuró primero, atacando al ave con la katana, pensando que tal vez un arco sería lo más adecuado, aun así el ave trató de levantar vuelo para ser rematada por Kuroki, teniendo un faisán perfecto ara comer o vender.

Satou empleó una técnica parecida, parecían estar coordinados; y ambos fallaron atrapar a un faisán más; pero al menos se iban con uno para cada quien.

—Cómo en los viejos tiempos— mencionó Satou con orgullo.

Contenido oculto: Caza

Es una manera de obtención de experiencia y alimento.
La dinámica será sencilla:
Deberán tirar un conjunto de 5 dados de 10 caras, dependiendo del resultado sumado de los dados será el resultado de la acción.
1-14= El animal los descubre y sale corriendo sin que puedas atraparlo.
15-30= Hieres lo suficiente al animal; si en tu siguiente tirada vuelves a sacar este rango de números lo habrás obtenido.
31-50= Logran cazar sin problemas a su objetivo.
Pueden hacer los tiros de dados un máximo de 3 veces al día.

 

Misato Aoyama

Habían pasado más de un invierno desde mi última visita un mercado, así que mi destino cambio hasta un próspero mercado en Shizuoka, la vista era hermosa...los vistosos ropajes eran magníficas obras de arte, camine por inercia observando los hermosos colores de cada uno perdida como una niña en el encanto de un gran jardín digno de algún palacio de la nobleza. Solo que en ese momento dichos paisajes eran recreados en Furisodes, Haori y Kimonos.

—¡Dioses son muy lindos!— dije encantada, luego escuché las palabras de Yin quien decidió acompañarme. Un ligero sonrojó debió formarse al escuchar sobre mi sonrisa.

—Las Aoyama siempre criaron mujeres saludables señor, cada una con una cualidad destacable—afirme orgullosa.

Llegamos hasta un artista encargado de teñir los ropajes siendo interrumpido por Yin, decidí acompañarlo en su compra, pensé que tal vez debía convencer al encargado de ayudar a mi compañero con un descuento...pero al parecer fue dotado con un carisma de galante natural. Reí un poco al notar que hasta un hombre cedía a su sonrisa.

—Puedo ver que no miente señor Yin—Estudie su aspecto en un intento de ayudar en su búsqueda—alguna tonalidad de azul le ayudaría a tener una buena presencia— señale aunque tal vez mi sentido del estilo indicado no rivalizaria con Utao; la talentosa joven aldeana en Hyogo que elaboro con gran maestria este kimono esmeralda como regalo de despedida al partir rumbo a Nara en búsqueda del supuesto líder de un clan en pleno resurgimiento. Sabía que ella y el resto de su familia debían estar a salvo en algún lugar luego de lidiar con aquella tropa de bandidos.

 

Natsu Gotho

Negó con suavidad. En aquella ocasión no iba por instrumentos ni mucho menos, únicamente por cualquier tipo de información que le fuese útil, pues deseaba poner en práctica la preparación de la nueva receta en su poder.

—¿En qué sitios podría encontrar pez globo? —cuestionó plano, ignorando de lleno la presencia de Takano, como si no existiese.

A fin de cuentas, un sujeto de pocas palabras como él, era fácil de ignorar. No le molestaba en lo más mínimo tenerlo tras de él.

 

Daichi Nishimura
[Puerto]

Llegué al puerto, pero no me encontraba solo, el señor Ukita había decidido acompañarme hasta mi destino. Había asentido con mi cabeza, como agradeciéndole ligeramente y mientras descendiamos hacia el puerto, me mantuve en silencio, enfocando mi vista al efecto de la luz solar que al golpear el agua azul la transformaba en blanca cristalina. Llegamos, respiré profundamente el ambiente salino, era parecido, no era Hokkaido, pero el olor me recordaba al norte. Sonreí ligeramente y dejé escapar un suspiro de satisfacción, cerrando mis ojos, escuchando en la lejanía los gritos de los pocos pescadores que no se habían lanzado al mar todavía y abrí mis ojos, en la lejanía las embarcaciones pesqueras alejaban. Me sorprendió, que la mayor parte de la orilla, eran rocas escarbadas, una escaramuza de invasión preferiría una playa de arena para que las tropas desciendan rápido de los navíos o... Podrían desembarcar en esta estructura de madera del puerto. Observé en la lejanía, coloqué mi mano horizontal sobre mi frente, tapando de la luz del sol e intentando percibir más allá del horizonte, pero no había nada, estaba a punto de compatir mis ideas con Ukita, indicarle lo que había escuchado, indicarle que debíamos investigarlo, acaso... ¿Podría marcharme de allí sin asegurarme de que todo estaba bien? ¿Aún con todo lo que había ocurrido con mi pueblo? Una parte de mí, me gritaba que eran locuras de un anciano líder, el otro temía irme y que ese pueblo desapareciera.

"—... es evidente que somos personas de mar...Por lo que mencionó Matsuda han cumplido su misión en Iga...—"

Asentí ante lo primero con mi cabeza y sonreí ligeramente.—El mar no cambia, señor Ukita, podremos visitar lugares con ideologías o religiones diferentes, donde las personas teman o se defiendan... Dirijidas por los Taira o libres de su tiranía, pero el mar... No se ve afectado por esto, es la única constante que se mantiene en mi vida.—ante lo segundo, me quedé pensativo, recién nos habíamos reunido finalmente en Iga cuando nos marchamos hacia Shizouka, pero asentí.—Hemos reclutado a un puñado de personas a la causa, gente que parece confiable, nos fue bien.—

Entonces, el rostro de Ukita cambió por un momento. Me tomó del hombre para dirigirse directamente a mi, escuché sus palabras en silencio, no asentí, solo me mantuve firme, escuchándolo, profundizando en sus palabras.

"—...y sufrió ataques inecesarios por un clan al cual no planeó perdonar jamás...—"

Mi mente rápidamente se clavó en esas palabras. Mi travesía desde el norte, con la esperanza de obtener respuestas había resultado vacía, nadie hablaba conmigo, nadie me contaba a que le temían. Mi meta antes de unirme al clan Minamoto era llegar a Kioto, quizás... Obtener respuestas directamente de la fuente de poder, aunque eso signficara mi muerte.—¡¿Qué clan?!—pregunté casi con impulso, pero me callé, tragué saliva, dejé que continuara con su habla, no podía saltar así a cualquier atisbo de dirección en mi búsqueda de los culpables.

Suspiré. Escuché sobre su origen y ahora si asentí, tranquilo, respirando con calma después de ese leve sobresalto. Sonreí ampliamente al escuchar que venía de Aomori, ese fue el primer lugar al que visité cuando salí de Hokkaido, quizás... ¿Los comerciantes que me sacaron de mi pedazo de tierra en el norte eran sus familiares? Eliminé esa idea de mi cabeza, las posibilidades eran nulas y aun así, era incapaz de recordar sus apellidos. Después se enfocó en su esposa y mi familia, el nombre que teníamos, lo que simbolizabamos para las personas de Hokkaido, apreté mis labios ante la idea, de que todo eso había muerto, yo, el último de los Nishimura era incapaz de cumplir nuestro voto de lealtad, el norte estaba desprotejido... Por el deber de una venganza. Bajé mi vista, miré mis manos, recordando la cantidad de cuerpos que tuve que enterrar en una noche, como esas vidas quedaron sepultadas por el olvido, sus almas incapaces de entender porque habían perecido.

"—...ya sería una Prefectura enemiga, y no lo es; hay algo más que debemos investigar...Lo que quiero que quede claro es que tu lucha también es la mia; no estás solo.—"

Alcé mis ojos para encontrarme con los suyos, podía sentir la sinceridad de sus palabras. "El no es menos del norte que yo...", pensé, era la primera vez, en mucho tiempo, que podía sentir que alguien realmente se interesaba por mi antiguo pedazo de tierra. Realicé una pequeña reverencia y apreté mis labios, mi corazón bombeó con fuerza ante la gratitud por sus palabras.


—El norte ha quedado desprotejido, la muerte de mi familia hace tres años, desetabilizó Hokkaido, no tengo pruebas, pero creo que ese era el objetivo de los "demonios carmesí", los pueblos se han levantado uno contra otros en la región, y nadie ha abogado por la situación, el centro del archipielago, donde se encuentra el poder regente se mantiene al borde, ignorando aún más que antes.—me detuve un momento, para volver a mirar el mar.—Agradezco sus palabras señor Ukita, siento que nos encontramos cerca de entender porque ocurrió y porque... Todo cambió en cuestión de semanas.—esto último refiriéndome a la situación en Hokkaido hacia tres años y a mi mismo, que antes era solamente un viajero solitario, pero ahora formaba parte de un clan, con objetivos claros.—El norte se unirá a la causa Minamoto, tarde o temprano, cuando descubramos lo que ocurrió...—me silencié un momento, luego miré nuevamente a Ukita, me cuestioné como diría esas palabras.—Cuando el misterio finalmente se revele.—suspiré por fin, dejando salir todo el aire pesado de mis pulmones para sustituirlo por aire fresco, coloqué mi antebrazo sobre el pomo de mi katana, descansando..—Hay rumores en las calles de esta prefectura, señor Ukita, se dice que el líder ha soñado con una invasión desde el mar, un ataque naval, he venido a investigar si los pescadores saben algo, no me perdonaría si no me aseguro que todo se trate de las falacias de un hombre de poder.—dirigí mi vista hacia él.—Con suerte, no será nada.—respondí sin más.

 

Shukusha (Rengo; Clan Tao; Yuzuki; Kohaku)

Rengo reacionó aun más con la caricia de Yuzuki cerró los ojos con comodidad como un pequeño gato mientras acariciaban su cabeza; compartió con la risa de ella y miró hacia Kohaku nuevamente sin dejo de vergüenza por su comentario —Creo que cuando vagamos en solitario no somos tan molestos como cuando nos juntamos —mencionó recordando su infancia, posiblemente él era el único que había disfrutado un poco el ser un niño, hasta se podría decir que aun no maduraba — Y hablando de molestias e incomodidades — volvió hacia Yuzuki y sonrió burlón — Tú y Takano —levantó la barbilla de la mesa y la rascó inquisitivo — Curioso...

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Puerto (Ukita; Daichi)

Ukita miraba hacia el mar mientras Daichi le decía los rumores que corrían por la ciudad —¿Un ataque naval? — dijo llevándose su mano a la barbilla —Un señor feudal que esté esperando un ataque en estos tiempos de aparente paz, es un hombre que sabe que su alianza no está junto a aquellos que tienen el poder— especulaba mientras veía a los hombres descargando grandes cajas y costales —¿Crees que Shizuoka esté en contra del Imperio abiertamente?

Levantó la vista hacia la meceta, dónde sólo el techo de la casa feudal se alcanzaba a ver; gracias a esa ventaja geográfica tenían un terreno alto, perfecto para la defensa de la ciudad —Un líder intranquilo, es un soldado preparado.

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Mercado (Yin; Misato)

Yin afirmó hacia Misato —Muy buena observación señorita Aoyama, el azul siempre ha sido mi color —dijo para después girarse al hombre que los escuchaba —Es usted muy amable, sé que esto es un arte, no pretendo pagarla menos por ello, sólo espero un textil azul que pueda portar con orgullo, a su vez un cómodo ajuste para un viaje largo y extenuante —Se quedó pensando mientras veía su ropa, le gustaba bastante pero no era cómoda para la pelea, y seguramente Zeng pensaba lo mismo —Y me llevaré otro en rojo — el hombre afirmó y sonrió mientras se adentraba entre las telas hasta perderse.

Yin —A usted le queda excelente el color esmeralda, un tono complejo y difícil de obtener; al igual que el púrpura — dijo notando la ausencia de aquel último tono mencionado en los textiles secando al sol.

El hombre apareció nuevamente con cuatro atuendos distintos, dos de ellos eran kimonos clásicos y los otros dos eran hitatares, ropas empleadas para el combate —Como vera ambos son cómodos y ligeros, dependerá de que es lo que le acomode; también tengo el conjunto de kendogi con hakama— dijo refiriéndose a otra de las indumentarias que samurais y guerreros solían usar.

Yin sonrió —El kimono rojo y el hitatare azul — dijo con seguridad para después dirigirse a Misato — Dudo que Zeng quiera cambiar de atuendo, es muy tradicional, aun así le llevaré el kimono

El hombre envolvió ambas prendas en una tela blanca mientras Yin pagaba. —¿Va a desear ver los kosodes señorita?— preguntó el vendedor —También tengo hitatares para mujer si lo desea—

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Herbolaria (Takano; Natsu)

El hombre se detuvo en seco, confundido por aquella pregunta, jamás había oído que alguien buscara aquel animal en una herbolaria —¿Disculpe? ¿Pez globo?¿Para comer? — se notaba que el hombre no sabía nada.

Takano observaba con los brazos cruzados, no le gustaba el olor de aquel sitio.

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Fuera de Shizuoka (Satou; Kuroki)

Satou recogió la cacería, incluyendo la de Kuroki mientras limpiaba las manos de su hijo desde la montura del caballo; era un instinto, algo que solía hacer cuando Kuroki era más pequeño y arrancaba las plantas de tajo embarrándose de tierra y lodo. Paró al instante al escuchar las palabras de Kuroki, dejando la limpieza a medias.

—Siempre procuro hablar con la verdad; he dicho que ya eres un hombre, un verdadero guerrero —dijo manteniendo su mirada firme en la de su hijo —Yo estoy orgulloso de lo que veo, y seguramente tu madre también lo está —sujetó la cuerda amarrando firmemente los faisanes, dejándolos colgando en la parte lateral del caballo, alejado de sus pies —Siempre podemos ser mejores cada día; pero eso no te quita el valor que ya tienes, eres un guerrero, y mañana serás mejor.

 

Natsu Gotho

Por poco y torció los ojos, centrándose en el aroma del lugar el cual le relajaba los músculos. No era un hombre particularmente irritable, sin embargo, el que un sujeto encargado de una herbolaria no fuese capaz siquiera de identificar cuando se hablaba de ingredientes para alguna preparación lo hacía... más huraño de lo que ya era.

—Olvídelo —habló perezoso ante la estafa que representaba el hombre de la herbolaría ante sus filosos ojos, encaminándose hacia el puerto sin deparar en la presencia de Takeda.

Los pescadores debían al menos, tener idea de ello.

 

Misato Aoyama

Mi sentido de un buen atuendo no había fallado, en cualquier caso era una cualidad ver qué color sentaría mejor. Ver los Hakama reviví aquellos días cuando vestía uno color grisáceo y en ocasiones negro, el color predilecto de la casa Ichinose.

—Se vera como todo un valeroso guerrero de nuestra nación—comente chocando ambas palmas de mis manos.

Cuando Yin realizó su compra el amable dueño del local ofreció su mercancía, una oferta tentadora al ver tan hermosos detalles, más. cuando ofreció hitatares...la prenda favorita del abuelo.

—Estaria encantada señor, si dispone de hitatares esmeralda con gusto comprare uno...oh y ¡un kosode azul! Haría honor al significado de mi apellido— Estaba como una pequeña en algún festival, mi ilusión fue vestir un Hitatare esmeralda, pero tras la declive y las escaramuzas en Hiroshima...mi familia vio afectada su economía por lo que portarlo solo quedaría en un sueño.

 

Daichi Nishimura
[Puerto]

Asentí con mi cabeza ante la primera pregunta de Ukita.—Los ciudadanos parecen ser conscientes de estas preocupaciones, a la vez, los soldados parecen alertas a lo que podría traer las aguas...—observé al igual que él, el horizonte, un puñado de barcos con velas se alzaban surcando las olas en la lejanía.—Parece que no están muy pendientes de sus otras labores con los ciudadanos, me preocupa que todo sea verdad.—continué escuchando lo que me decía, asintiendo levemenente, escuchando su enseñanza sobre la posición del líder del lugar.—Yo no siento que esté en contra, quizás... ¿Podría sentir desconfianza de quienes son sus aliados?—cuestioné levemente.—Acaso, ¿no sería lo más racional buscar apoyo en otras prefecturas cercanas o intentar llevar sus preocupaciones a la capital del imperio?—volví a preguntar. —Temo que alguien sea capaz de manipular la situación, lástima que no conozcamos a nadie con dotes de diplomacia, podría usar la situación a nuestro favor.—suspiré.—Podríamos preguntar a los pescadores sobre las últimas noticias del mar, al menos, revelar algún rumor sobre quién podría estar detrás.—

 

Shukusha (Rengo; Clan Tao; Yuzuki; Kohaku)

Rengo se llevó la mano a la mejilla tras ser pellizcada por Yuzuki y la masajeó —¿En qué cosas raras ando? Viajar solo no es raro ¿O si? No, no lo es— dijo mientras afirmaba recordando que aquello efectivamente no era extraño en esos tiempos, estaba seguro. Después miró su indumentaria, una mezcla de elementos — ¿Visto raro? — se tocó el cabello revisando que aun estuviera amarrado —¿Mi pelo es raro?— esto lo hizo dudar, recordando el cabello de la mayoría con los que había interactuado hasta ahora, sólo él y Zeng lo llevaban largo, tal vez eso era lo extraño —¿Debería cortarlo?— dijo desenvainando su tanto que llevaba al costado con una naturalidad que sorprendió a los presentes; sujetó su coleta de cabello y colocó el filo muy cerca, para después volver a envainarlo —Pero me gusta largo — aquello había distraído por completo a Rengo del tema de su hermano, Yuzuki sabía perfectamente como desviar el tema, pero Rengo no se quedaba atrás, simplemente ambos sabían hasta dónde llegar el uno con el otro, esa era la confianza que tenían por conocerse desde la infancia.

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Mercado (Yin; Misato)

Yin sonrió ante Misato —No vayas a decir eso frente a mi hermano, seguro se enojará como es su costumbre orgullosa; pero a mi me honra, pues si entras en un pueblo, obedece al pueblo ¿no es cierto? — Preguntó sin esperar respuesta, aquello era una expresión, pues Yin asumía que debía honrar las costumbres del lugar al que visitaba.

El hombre sonrió cuando Misato mostró interés en las prendas, tardó un poco pero trajo lo que ella buscaba en distintas telas y tonalidades —El honor hacia el apellido es muy importante—dijo el hombre mientras extendía las prendas—. por cada prenda son veinte monedas; pero para usted serán quince.

—El color verde en mi cultura representa la pureza, la armonía y el crecimiento —mencionaba Yin — asociado con el elemento de madera y buena fortuna y riqueza— observó las prendas — No sé bien si aquí conocen el chi, pero en mi pueblo es muy importante, está ligado a los cinco elementos, y la madera tiene las cualidades de fuerza y flexibilidad combinadas. Es el elemento de equilibrio— miró a Misato —pocos guerreros utilizan el verde, eso habla de su caracter señorita Aoyama— dijo con seriedad para después romper la tensión con una risa — Aunque es muy dificil limpiar las manchas de un color tan puro.

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Contenido oculto

Perdonarán el doble post pero no guardó mi última edición que hice con el tema del puerto T-T y tuve que volver a escribirlo.

Puerto (Ukita;Takano; Daichi; Natsu)

Ukita afirmó con preocupación, mientras apretaba los puños —Estoy de acuerdo, si estuviera con nosotros el señor Hideyoshi o inclusive Takeda, podríamos indagar mejor sin meternos en problemas diplomáticos —dijo frustrado ante aquel dilema dónde se encontraban. Suspiró tratando de pensar en si Takano podría funcionar con sus habilidades de estrategia, pero descartó la idea casi de inmediato al recordar su volatil caracter.

—Aunque este señor feudal parece moverse más como un guerrero que como un diplomático —dijo sin demasiada seguridad, aquello sólo era una idea — Podríamos hablar con él como Ukita Nagasada y Daichi Nishimura, ambos hombres del norte preocupados por las invasiones a los puertos; pero será mejor investigar un poco más la situación, y volver con alguien que pueda ayudarnos con la diplomacia; aun así podemos intentar hablar con el general en el cuartel; fui un guardia tanto en Aomori como en Nara, seguro podremos entrar — justo en esos instantes aparecían Takano y Natsu los cuales se acercaron a uno de los hombres de mar en puerto, Ukita miró al cielo —Pero dudo que una investigación en el cuartel esté en tiempo con la reunión con el clan para partir hacia Kamakura. Así que será tu decisión, podemos quedarnos aquí a investigar un poco más este tema y luego alcanzar al resto en Kamakura. Si es así deberemos avisar a Takano.

Mientras tanto Natsu interrumpió a uno de los pescadores mientras descargaba y entregaba a otro hombre su mercancía, el cual cargó hasta el sistema de poleas que subía los productos hacia Shizuoka —No deberías estar preguntando por ese pez; está prohibido porque ha matado a varias personas al tratar de comerlo— dijo mirando a los lados esperando que nadie lo hubiera escuchado mencionar aquello —Ningún pescador te dirá nada —concluyó volviendo a sus deberes.

Takano afirmó —Ya entiendo— dijo con interés. No ahondó en el tema pues aquello era más que obvio y sabía que Natsu no hablaría de sus acciones, así que evitó el desgaste de palabras entre ambos.

 

Misato Aoyama

Cuando Yin empezó a hablar sobre el chi recordé que era un término apenas conocido en estas tierras, aunque parecía ignorarlo me resultaba un tema fascinante.
—Lo comprendo señor Yin mi familia albergo ciertos tesoros hechos con un material conocido como jade...un color que podría ver hasta el amanecer.

Cuando el artista mostró las prendas podía sentir la impresión invadir cada parte de mi. Los pliegues y la suavidad de la tela...por un momento pude sentir la sonrisa y la mirada atenta de Utao sobre mi ser...al igual que ella los años de esfuerzo le otorgaron una habilidad destacable.

—Lo llevare, aquí tiene su pago amable señor— entregué las monedas al dueño del local— Que Inari lo guíe por el éxito en su bello arte— agregué con una breve inclinación y sonrisa gentil, no sabía su fe predilecta pero aún así me atreví a encomendar su talento al Kami de la abundancia.

—Creo que nuestro paseo ha sido muy fructífero señor Yin, apenas tenga oportunidad probaré este hermoso atuendo y usted será el primero en verlo—comente a mi acompañante quien lucia satisfecho con su adquisición.

—en cuanto a las manchas no tengo problema, cuando se trata de mi color más preciado nada impide dejarlo impecable...es todo un arte lograrlo—añadi orgullosa con una pequeña risa. El paseo fue un acierto para distender mi mente de las angustias que conlleva ser una guerrera samurái que lucha por su ideal.

 

Daichi Nishimura
[Puerto]

Miré el suelo, mientras escuchabas las palabras de Ukita, analizando todo lo que decía, por supuesto, no se escuchaba seguro, yo tampoco lo estaba, todo era suposiciones. Coloqué mi mano sobre mi barbilla acariciándola con suavidad, mientras realizaba el proceso de pensar, remojé mis labios dudoso y apreté mi labio inferior con mis dientes. Cerré mis ojos y suspiré, los abrí y miré al mar, lo pude observar en calma por un momento, como si todas las olas se hubieran detenido.—Creo que está en lo correcto, señor Ukita.—respondí mirándolo.—Hokkaido recibió en su pasado ataques por parte de delincuentes que venían del mar, no sería la primera vez que me enfrente a un problema como ese.—por supuesto, yo nunca había intervenido directamente, todo el trabajo lo había hecho mi padre, pero era capaz de recordar.—Podría colar esa idea.—respondí con una sonrisa. —Preferiría esa vía, no considero pertinente utilizar nuestro sigilo en un lugar tan vigilado como un un cuartel, por supuesto no hay que tentar a la suerte.—

"—Pero dudo que una investigación en el cuartel esté en tiempo con la reunión con el clan para partir hacia Kamakura. Así que será tu decisión, podemos quedarnos aquí a investigar un poco más este tema y luego alcanzar al resto en Kamakura. Si es así deberemos avisar a Takano.—"

Asentí apenado, mi mente por un momneto había olvidado que teníamos otros planes. Suspiré, era ya la costumbre de pensar en el momento de andar por la ruta del viajero solitario, pero... Mi corazón sentía que debía asegurarme que este lugar se encontraba a salvo.—Es lo correcto...—susurré para mí, consciente de que un Samurai hubiera decidido prestar su arma a esclarecer todo el asunto. "No sentiré paz, si me entero que podría haber evitado algo como esto... No puedo permitir que algo así vuelva a ocurrir...", por un momento las imágenes de muerte parecían regresar, las imágenes del asedio de su pueblo costero. Dirigí mi vista hacia Ukita, demostrando determinación.—Debemos investigar esta situación, podríamos obtener información valiosa para el clan Minamoto si logramos esclarecer todo lo que está sucediendo, quizás...—miré en la lejanía al castillo de la ciudad.—Podríamos cambiar la influencia de este lugar y evitar que cualquier plan lleno de malicia pueda llevarse a cabo sobre esta ciudad.—en la lejanía, pude observar como aparecían Takano y uno de los pocos personajes que no había visto con anterioridad, hablaban con unos pescadores que descargaban mercancía, entonces me detuve.—Por supuesto, si el señor Takano lo aprueba, también deberíamos informarle a todos sobre nuestras intenciones, solo para que sean conscientes, ¿le parece?—le pregunté, a la vez, que analizaba que debería preguntar a los informantes Nin, debíamos tener la mayor ventaja posible.

 

Natsu Gotho

Torció los ojos con pesadez. Se envenenaban solos al comerlo... el ser humano podía ser tan idiota como se lo proponía. Deslizó sus pupilas entonces por el gran océano, hacía mucho tiempo que no observaba las aguas cristalinas de forma tranquila, permitiendo que el viento le acariciara el cabello azabache a placer, dejando su mente en blanco por unos pocos instantes antes de darse vuelta.

En otra prefectura quizá, contaría con algo de suerte.

Ya no tenía nada más que hacer ahí, por lo tanto comenzó a caminar devuelta al Shukusha. Era momento de hablar con Rengo sobre un par de dudas que le fastidiaron la cabeza luego de la plática con Takano.

 

Tanaka Heya

Shukusha -> Herbolaria

El viaje a Shizuoka fluyó sin mayores contratiempos, y una vez allí y reunidos con el equipo táctico, luego de poner al tanto a Ukita y compartir un poco con el clan Tao, se dedicó simplemente a observar como se relacionaban ambos grupos, habían algunas caras nuevas y parecían haber algunos conflictos internos.

Después de perder el interés y a medida que uno a uno iban dejando el lugar, quedó embelesado con la vista del monte Fuji en el horizonte, hasta que sólo unos pocos quedaron en el lugar. Meditó cuales serían sus siguientes pasos y se dirigió a la herbolaria.

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