Shizuoka Shizuoka

Ginko Harutomo

Tras las palabras de Hinata, recordó que había conocido en un breve encuentro a Takeda Minamoto el día que partió de Kamakura, Rei se lo había presentado. Éste último se preocupaba ahora por la ausencia de su padre —No te hagas problemas, creo que estará bien representado— dijo refiriéndose al mismo Rei y observándolo de manera que lo diera a entender.

 

Shiori
Tsuna y Takeda empezaron a conversar entre ellos, aunque no pude sinó dirigirle una sonrisa al decir que se alegraba de que estuviera yo misma bien, aunque evidentemente no tardó en reconocer a Tsuna nada más supo su nombre, realmente era reconocido y de la mejor manera posible lo cual por obvias razones me alegró horrores al igual que me alegró también lo suyo saber que varias personas lo defendieron en la audiencia posterior que tuvieron con Nagato, lo cual me hizo sentirme satisfecha, recordaría esos nombres "Yuzuki, Tetsuo, Hideyoshi, Misato y Takano", más también asentí cuando me dijeron que era bueno saber que contaban con aliados, refiriéndose a mí.

Cuando iba a decir algo, ví que Sanada se me adelantó, meramente diciendo su nombre, claro que por el tono yo misma discerní que trataba de intertar persuadirlo para que no actuara en la guerra, algo que ví corroborado por lo que dijo posteriormente Tsuna, en lo que estaba totalmente de acuerdo, a juzgar por lo que escuché de la población éramos pocos.
— Quizás no deba inmiscuirme, más cierto es que la población anda turbada a causa en parte del personal bélico que Shizuoka posee en éste instante, más también concuerdo con Sanada-san, creo que es usted muy importante para el futuro de Shizuoka, no sé si es buena idea que arriesgue su vida en esta guerra, más claro la decisión final reside en usted—. Dije co calma y suavidad que me acracterizaba— Yo misma participaré en ella, como Kinshi, al menos daría gustosa mi vida por Shizuoka y su hospitalidad para con mi persona—. Añadí con educación y firmeza.

— Disculpe Takeda-san por mi ingenuidad, más ¿Esa decisión no queda en el arbitirio del señor Tsunayoshi?—. Pregunté con calma.

 

Togashi
Comercio de utensilios de cocina

—Buena suerte, Riku —se despidió del joven Fujiwara al verlo marcharse.

Sus ojos volvieron a enfocarse en el herrero, quien se había presentado como Yukimura. Sopesó sus palabras, las cuales sonaban como un desafío que iba a tomar con gusto. Había sido apalizado por Takano en el entrenamiento, saltó un muro y se involucró en una misión de infiltración, pero seguía sintiéndose con ánimos y energía

—El trabajo físico no me supone inconveniente; allá donde vea un límite, lo romperé y seguiré adelante sin detenerme. Ese es mi camino —dijo con firmeza y convicción—. En la práctica veremos si puedo ser tanto un buen guerrero como un excelente herrero. Decido confiar en sus enseñanzas, porque mis ojos no me engañan ante los trabajos bien hechos, ante quienes llevan su oficio a lo alto —miró a Tetsuo y Yukimura por igual, pues lo siguiente iba para ambos:—. Ante hombres que valen por lo que son y por lo que hacen.

Alzó entonces una mano y apretó el puño.

—Yo… no sabía quién era Kyuzo; que sirve a los Taira… No quiero imaginar la cantidad de vidas que se perdieron con sus armas…

>>Daré todo mi potencial para que la buena herrería quiebre en pedazos las infames creaciones de Kyuzo… Yukimura-sensei.

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Casa feudal

Tras las palabras de Tetsuo alcanzó a oír la conversación entre Takeda y Kirara.

Ella afirmaba su lealtad para con la alianza, pero lo advertía en torno a las posibles consecuencias de la liberación de Murai.

"(...) pero si un Fujiwara sale herido por culpa de Murai (...)", copió en sus pensamientos las palabras de Kirara por acto reflejo.

—Si un Fujiwara... más...—dijo en voz muy baja, para que ella no oyera. Lo dijo con una voz tan suave que no estaba seguro si incluso Tetsuo que estaba a su lado pudo oír.

La realidad es que Takeda había ajusticiado al traidor dentro del clan, las amenazas de Kirara provenían más de su corazón que de su razocinio. La liberación de Murai era un error que Takeda ya había pagado con la sangre de uno de los suyos, lo que hiciera de ahora en más Murai... correría por cuenta de él... y de...

—Los Fujiwara también serán responsables de la muerte de los suyos. Murai es muy hábil, pero los Fujiwara también lo son, deberían saber protegerse, cuidarse entre ellos—le hablaba a Tetsuo, lo suficientemente inaudible para el resto.

Luego Tetsuo se retiró, y como la audiencia parecía llegar a su fin, él también se retiró.

Hace un tiempo había hablado con una de sus informantes. Estaba necesitando información y ayuda de inteligencia interna para lidiar con la política facciosa del país. No obstante, había algo que aún lo inquietaba.

"También le pedí que buscara el paradero de mi maestro... Aoshi...", pensó, con desdicha.

—Tengo que hablar con alguien, me retiraré por el momento. Las disertaciones estratégicas podemos seguirlas más tarde, quizás durante la noche, en las habitaciones—le repitió lo mismo a Takano y a Takeda.

Hace tiempo que se había acostumbrado a responder a Takano como si fuera un igual en relación a Takeda. No siempre tuvo su respeto, en su momento lo creía un comandante de pocos modales y poco carácter. Ahora se daba cuenta que estaba equivocado respecto de los modales, que no eran tan malos, y en lo cierto respecto de su carácter. Pero lo más importante era la omisión que había hecho, su gran inteligencia militar y política. Se trataba de un hombre leal y eficaz, Takeda podría gobernar junto a él por años, aprendiendo de él, nutriéndose de él.

Cuando salió de la sala, fue en busca de aquella informante. Tenía que prestar atención a los rumores en la ciudad, y observar las defensas de su ubicación. Pero más importante para él ahora mismo era hablar con esa mujer. Esperaba que siguiera en Shizuoka, pero si realmente estaba haciendo lo que le había pedido, puede que no estuviera.

—Si estoy en lo correcto—hablaba con él mismo, durante la caminata—, si mi maestro aún sigue vivo, debería tener alrededor de 50 años. Aoshi fue el mejor guerrero que jamás vi usando kodachis, su defensa era excelente. Si volviera... podría ayudarnos... en esta guerra.

¿Pero se trataba de una decisión militar o de algo personal? Probablemente ambas cosas, pero lo personal parecía imponerse en su fuero interno.

"Maestro...", se lamentó.

"Han pasado 25 años...".

Contenido oculto: Movimiento

Me fui a las calles de Shizuoka

Contenido oculto: ¿Qué pasará?

Amelie me encuentro con la informante con la que había hablado hace un tiempo, pero dejo en tus manos el si me de una respuesta positiva acerca de lo del maestro de Hide, negativa o evasiva. Lo que te sirva para la trama.

 

​

 

​

La noche llegaba a la ciudad; la misión de exploraciónse acercaba. El horizonte se mantenía en calma, aun así los ojos vigilantes seguían alerta.

Capítulo XIV
戦争の真実 Sensō no shinjitsu - La verdad de la guerra ​

Santuario
[Takeda; Matsuda; Tsuna; Sanada; Shiori]

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Takeda afirmó ante Shiori —A cada quien nos corresponde nuestra vida —dijo ante Shiori, Tsuna y Sanada



Matsuda sacudió levemente su rostro —¡Todos abajo!— Gritó al ver una flecha dirigiéndose hacia el santuario; sus habilidades como shinobi comenzaban a mejorar con el paso del tiempo. Se abalanzó cubriendo a Takeda. Una acción que imitó Sanada hacia Tsuna.

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La flecha se clavó junto al incensario; no era una dirigida hacia ninguno de ustedes, no era una flecha que pretendía atacar, en cambio, en ella iba atada una nota.
Matsuda se levantó y dirigió su mirada hacia la dirección de dónde provenía la flecha.

Takeda lo detuvo sosteniéndolo del antebrazo —Nadie irá solo a investigar, permanece aquí— mencionó Takeda mientras Matsuda afirmaba.

Se mantuvieron en guardia por unos momentos —Menos mal su puntería no fue buena —mencionó Tsuna al ver la flecha a un rango alejado de dónde ellos se encontraban.

—Difiero —mencionó Matsuda acercándose a la flecha y arrancándola del incensario —Esta flecha la arrojó alguien muy hábil, no sólo en arquería sino también en sigilo— tomó la nota y la observó encontrándose con algo que lo obligó a abrir los ojos, después sonrió y miró a Takeda.

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—Es el hanko de Fuji...— mencionó extendiendo la nota amarrada a la flecha para que todos lo vieran, era la firma de Fuji, esposa de Matsuda. Giró la nota pero no había nada más escrito allí.

Takeda se acercó pero nuevamente Matsuda obligó a Takeda a agacharse; otra flecha cayó en el mismo sitio, Matsuda se apresuró a recoger la nota que esta flecha también tenía, esta vez no era un hanko cualquiera. Su sonrisa se esfumó y lo sustituyó un rostro de preocupación, sus manos comenzaron a temblar.

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—El hanko de los Taira— mencionó Matsuda abriendo la nota, no iba a entregársela a Takeda, el debía de saber que contenía el papel, se trataba de su esposa, eso era evidente; así que comenzó a leer en voz alta —Ven con dos de los tuyos al punto marcado en el mapa; sin artimañas ni engaños; tenemos a tres rehenes que tomamos de Iwakura, Fuji Hatsu; Masamune el herrero, y al viejo traidor Inugami. Arreglemos esto de una vez, sin tanta sangre.

En la parte de abajo en lugar de estar el nombre del emisor, había tres huellas de sangre. Matsuda negó y le entregó la nota a Takeda.

—Iré contigo Meishu, tienen a Fuji... —dijo con lágrimas en los ojos —... por favor.

—Matsuda, informa a Takano de la situación, a todos nuestros aliados si es posible —dijo con preocupación. Matsuda afirmó y salió corriendo.

Tsunayoshi miraba expectante —Shizuoka está a su servicio; si necesitan ayuda no duden en pedirla— Takeda los observó con calma; su mirada algo ausente.

—Perdón por dejarlos de esta manera tan repentina; debo ocuparme de este asunto de inmediato —dijo ante los presentes —Estén alertas, mantengan la concentración el la guerra que se aproxima; eviten problemas internos, que los soldados tengan ánimo y desconozcan de esta situación; nada debe bajarles la moral, su frente siempre debe estar en alto. Sigan entrenando, sigan protegiendo a los demás —Takeda hizo una leve reverencia —Ha sido un placer conocerlos, me hubiese gustado poder hablar mas con ustedes —Culminó Takeda antes de salir del santuario, pues buscaría a esas dos personas que lo acompañarían.

Tsuna miró a Sanada y Shiori —Esto es una amenaza directa, y sólo porque han decidido ayudarnos en esta guerra.

Contenido oculto

madarauchiha

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Oyaji
[Kenzaburo; Terunobu]

Terunobu escuchó a Kenzaburo, quien se sinceraba de sus sentimientos por la pérdida de su aprendiz, iba a responder, pues él era un padre y no quería ni imaginar por el dolor que pasaba su compañero; pero este salió antes de que pudiera responderle, no lo siguió, pues era evidente que necesitaba un momento a solas.

Kenzaburo se dirigió a los baños del Oyaji, muy diferentes a los públicos de un Shukusha, mas parecidos a los de un castillo.

—Tomar un arma significa tomar y perder vidas. Y Mao tomó su arma y la usó —se escuchó la voz de Ayame cerca, aunque no podía verla — Si uno no toma vidas, no podrá sobrevivir. Eso pasó con tu aprendiz, y como su maestro debes asumir tus fallas. Debes ser mejor —dijo con crudeza mientras salía de las sombras —Desperdició su vida; y con ello te ha dañado a ti y a mas personas con sus acciones. Es algo que tomó de ti, ese egoísmo, a eso me refiero — dijo mientras recriminaba al samurai, vulnerable en la ducha —Decidió liberar a un criminal porque no le gustaba ver morir a las personas —negó con molestia —Quitarle la vida Murai hubiera salvado la de miles; eso es algo que no podré perdonarle, no me importa si era sólo una niña.

Ayame mostró la katana de su maestro, Kozaemon —La tomé de la casa feudal — la lanzó a un lado de la bañera, desarmándose en el acto —La inspeccioné y encontré una nota, no la revisé, es tuya—deslizó la ventana para subirse al marco —Me ha llegado un mensaje de mi maestro —dijo sin mirarlo, no lo había hecho en todo ese tiempo; no era pudor, su mirada simplemente no podría sostener la de Kenzaburo — Sin los Hattori hemos perdido una importante parte de los conocimientos del ninjutsu, por lo que debo acudir al llamado. Es probable que no te vea en mucho tiempo, no te diré a dónde voy, nadie sabrá a dónde nos dirigimos— estaba a nada de saltar para irse; pero se detuvo sosteniendo con fuerza el marco de madera —Llora su pérdida todo lo que necesites; pero no bajes la guardia, ahora con Murai en libertad, nosotros hemos perdido la nuestra —lo miró directamente —No te atrevas a morir.

Ayame saltó de la ventana, se había ido, desapareciendo en la obscuridad.

Contenido oculto

rapuma pues por el momento no tienes a Ayame, pero sigues teniendo tu habilidad de recursos, recuerda que puedes crear un pnj para ello y yo lo controlaré.

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Comercio de utensilios de cocina
[Riku;Togashi; Tetsuo]

El hombre escuchó a Riku y tuvo que guardar sus preguntas ahora que el joven salía de su negocio.

Yukimura sonrió a Togashi —Romper las armas de Kyuzo, vaya; sería algo increíble —dijo para después avanzar hacia la fragua de su negocio; no estaba encendida, pues por el momento estaba dedicado a su trabajo de afilado. Arrojó carbón a la fragua y con dos piedras inició el fuego —Va a tardar un poco en calentarse; mientras tanto puedes ir eligiendo el material.

—Entonces eres un maestro que cree en la práctica— mencionó Tetsuo entregando las monedas al herrero por el cuchillo — Yo saldré; el calor de la fragua no es para todos —sonrió apenado alejándose lo más posible del fuego.

Yukimura afirmó mientras le mostraba a Togashi dos tipos de metal —Hierro —dijo entregándoselo en la mano derecha —ligero y fácil de moldear — después le entregó el otro metal en su otra mano —Acero, más duradero, difícil de romper — sonrió —Tienen muchas diferencias pero ambos inician fríos como el hielo; elije uno, pongamos a prueba tu capacidad de entender el metal.

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Bruno TDF

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Puerto
[Takano; Yuzuki]

Takano cerró brevemente sus ojos al oírla reír, para él era más sencillo guardar una memoria armándola en su mente, así movía las piezas de shogi en su mente, así recordaba los nombres, los mapas; por eso cerró los ojos, para guardar ese momento. Después abrió los ojos y mordió ligeramente su lengua para evitar reírse, aun así sonreía —Así fue, decían que debía enamorarme para sentirme igual de ridículo que ellos —mencionó avergonzado mirado a los costados cerciorándose de que no eran observados —Pude haberme burlado de Takeda; pues yo sabía que debía casarse con Shinrin, no lo hice en su momento porque me parecía una pérdida de tiempo —soltó una risa seca — Me arrepiento de no haberlo hecho, seguramente eso lo callaba, no planee bien mi estrategia.

Suspiró, para después dejarse caer de espalda observando como el cielo comenzaba a oscurecerse. Llevándo su mano a la mejilla dónde Yuzuki lo besó —Quiero escucharte reír toda la vida, Yuzu

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Yáahl

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Herbolaria
[Riku]

Riku entró a la herbolaria, fue recibido de inmediato por un hombre —Buenas noches, si viene a fabricar medicina o venenos puede hacerlo por diez monedas —dijo ocupándose casi de inmediato para hacer hangotan, algo que Riku conocía perfectamente.

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Monpoke

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Calles de Shizuoka
[Clan Asakura; Hideyoshi]

—Debemos buscar a Takeda— mencionó Gon hacia Rei.

—¿Creen que ya habrán celebrado la boda? Espero que no, me gustaría mucho asistir —mencionó Rei refiriéndose a la boda de Takeda y Shinrin.

—Rei, estamos en zona de guerra —mencionó Hinata dándole un golpe en la nuca haciendo que Rei mirara a Ginko y la señalara.

—¡¿Ves?! A mi me pega por mucho menos de lo que tú y tu extraño tío hicieron— dijo sobándose la nuca.

—Deberían ir a entrenar un poco; mientras Rei y yo buscamos a Takeda—mencionó Gon mirando a Hinata y Ginko.

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Hideyoshi avanzó por las calles de Shizuoka, vio a lo lejos a los Asakura entrar, los reconoció por Hinata, la mujer que conoció en Kai; también no estaban lejos los Tao. Pero una mujer lo llamó —Mi señor, un momento por favor —dijo para después mirar al rededor — He investigado un poco lo que me pidió; al parecer su maestro se encuentra en Niigata; ahora que sé su ubicación puedo viajar allá y darle un mensaje si así lo desea; pero tomará tiempo, y mas con la guerra que se aproxima.

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Takeda caminaba por las calles de Shizuoka, parecía estar buscando algo o a alguien.

Contenido oculto

John Whitelocke Slam

 

Ginko Harutomo

—Ah, cierto...— exclamó Ginko al recordarlo —Me preguntaba si me ayudarías a entrenar un poco porque todavía soy bastante inexperto en el combate... Hinata— le dijo a su compañera mirando al piso y balanceando un pie, sin animarse aún a verla a los ojos al estarle pidiendo un favor tras lo sucedido en Nagano. Seguramente ahora se prepararía para la paliza de su vida, pero quizás aprendería algo.

 

Riku

El tiempo avanzo dentro del comercio, saliendo de el fui recibido con las señales de la noche.

Me deje llevar por querer descubrir información. Aun sabiendo lo justo que estoy por cada minuto, lo desperdicie.

"Buenas noches, señor". Hable, un poco frenético en mi voz. Uno que sugería prisa, pero sin la urgencia.

Toso un poco, disimulando esos segundo por acomodar mi tono. "Medicina". El primer punto, dar a entender mi especialidad. "Pero vera, actualmente estoy falto de ingredientes. Solo cargo conmigo algunas semillas de girasol". Expreso lento, dejando guiar la situación al acercarme hacia su trabajo. "Desearía saber si tendrá algo a la venta, incluso acepto comprar una receta si la posee".

Me detengo unos segundos. "De conocimiento no estándar, conozco la receta de Carbón activo y Reishi". Agrego para hacer adelantar la conversación, además, si tiene curiosidad podríamos llegar a algún intercambio.

 

Togashi
Comercio de utensilios de cocina

Yukimura pareció aprobar su iniciativa de enfrentar a Kyuzo a través de la herrería. Togashi se había impuesto ese objetivo por motivos personales (las armas con las que trataron de arrebatar su hogar bien podrían haber sido de Kyuzo), pero también en nombre de la justicia de los Minamoto, porque la justicia podía adoptar diferentes formas al igual que las armas. Se sintió complacido de que Yukimura lo hubiera aceptado sin pensarlo tanto, eso indicaba que su nuevo maestro también confiaba en él aunque se hubieran conocido hace unos instantes. Era una de esas cosas curiosas del destino, al que Togashi siempre definió como un “infante caprichoso”: dos hombres que veían más allá del mero encuentro y prestaban sus brazos bajo una misma causa.

Yukimura fue a encender la fragua y Tetsuo, tras pagar su nuevo cuchillo, avisó que salía debido a que el fuego de la fragua no parecía agradarle. Togashi asintió y le devolvió una sonrisa tranquilizadora.

—Nos veremos luego, Tetsuo, tenlo por seguro —dijo, guardando el cuchillo entre sus ropas—. Gracias por pagarme esto.

El herrero le entregó entonces dos metales diferentes: el hierro, ligero y fácil de moldear; acero, más duradero y difícil de romper. Togashi observó ambos con cierta fascinación, pues lo que tenía en mano podía ser transformado en muchas cosas: cuchillos capaces de cortar huesos, katanas imponentes, armaduras. Si era creativo y de mente amplia, podría descubrir nuevas armas, nuevos objetos, ir más allá de lo conocido… Tenía un mundo de posibilidades en sus propias manos.

—Elijo el acero —dijo.

 

Kenzaburo



Se alertó al oír las palabras de Ayame por su retaguardia, en la oscuridad, como si fuera una sombra más. No sabía desde cuanto estaba allí, era ignorante a cómo aquella mujer era tan escurridiza para pasar totalmente desapercibida a sus sentidos. Pero aun y así, le tenía confianza. Y cariño, suponía. Algo que le costó crear, un vínculo que finalmente parecía girar hacia un bien en beneficio mutuo y de aprecio sincero por el otro. Estaba por girarse hacia la voz que seguía por su espalda, quería agradecerle por las horas en velas cuidando tanto de él como de Mao, quería agradecerle por sus servicios y por haber hecho muy feliz a su señor. Pero el timbre de voz de Ayame era distinto, no era la voz habitue de su garganta; ahora era una voz cargada de contención y palabras bien elegidas. El semblante de Kenzaburo se ensombreció un poco al bajar su cabeza y verse en el reflejo del agua. Parecía más joven sin la barba, sus ojos brillaban distintos, no parecían tan oscuros, tan malos...

"No me dejes"

Pensó para sus adentros, escuchando la voz de Ayame, viendo la katana de su maestro a un lado. Oía la despedida de su informante hacia alguna misión, lo desconocería por siempre. Quería decirle que aun era un muchacho asustado, atrapado en un hombre adulto, quería decirle que tenía miedo, miedo de morir, miedo de seguir perdiendo a más personas que para él eran importantes. Tenía miedo de fallar, de no poder contener sus emociones. Quería decirle que extrañaba a Mao, que hubiera querido ser él el traidor en vez de ella. Quería decirle que él tampoco podía perdonar a Mao ni a sí mismo por permitir que la chiquilla diera rienda suelta a sus acciones.

"No me dejes tú también"

Esperó hasta que la mujer se fuera de su habitación y esperó unos pocos segundos antes de reincorporarse totalmente desnudo de la bañera. Dejó que las gotas surcaran por su tórax, sus brazos, manos y hasta sus dedos para caer como una pequeña llovizna contra el suelo de madera, creando de ese modo pequeños charcos debajo de sus pies. Se sintió abatido, solo. Sin la confianza exterior que era Ayame, un faro en la oscuridad. Sin las risas de Mao, la vela de su corazón. Sin su maestro, su sentido de vida. De pronto se sintió totalmente triste, un sentimiento que hacía mucho tiempo, desde que había escapado de su hogar, no sentía en carne tan viva como esos momentos. Una mujer que consideraba su amiga debía de dejarle, la chiquilla que consideraba como más que una hija, había muerto. Y Kenzaburo, ex ronin, ahora samurái, no sabía como continuar.

Se acercó a la ventana y observó el exterior, la oscuridad envolvía todo. Suspiró, desviando la vista hacia su kimono, el cual sacudió con energía el polvo del camino. Se realizó una coleta perfecta sobre su cabeza y desenvainó la katana, la gemela de Takeda, y observó el brillo. Pensó en tomar su vida ahí mismo. Ya no tenía mucho sentido seguir. Llevó el filo hacia su abdomen y apretó levemente; la punta traspasó una capa de piel y comenzó a sangrar. Gruñó y quitó el filo. Apenas se había hecho un rasguño. Cerró sus puños y se permitió llorar en silencio, lloró en busca de consuelo pero no pudo encontrarlo en la habitación. Se lavó la herida y observó la katana de su maestro, leyendo la nota. Eran muchos nombres, uno tachado. Pero uno le llamó la atención.

Kotaro.

Las palabras de Kato Harima inundaron su mente.

"En Saitama me enfrenté a tres miembros del clan Taira; Kotaro, el hombre de los cien discípulos; Dai, antiguo líder de los demonios carmesí. Y a Kozaemon; el degollador de Kobe."

Con una gota de su sangre tachó el nombre de Kotaro. Leyó el resto y afirmó. Su maestro no pudo terminar la lista, aun quedaban nombres. Él tampoco había podido cumplir su deber.

—El deber lo tengo con Takeda. —se dijo a sí mismo para convencerse y salió de la habitación, con la katana de Mao y la de Kozaemon. Saludó con un afirmativo de la cabeza hacia Terunobu. —Saldré a disfrutar la noche fresca, Terunobu. Buenas noches.

Y sin mas dilatación, salió del Oyaji. La noche fresca de verano le golpeó el rostro virgen, hacía mucho no sentía las caricias del viento sobre su piel. Se tocó el mentón donde siempre encontraba su barba y al sentir la piel le pareció hasta extraño.

 

Puerto
[Takano; Yuzuki]

El sonido de las olas se vio opacado por los gritos de Matsuda quien corría hacia ustedes —¡Tienes que escucharme!— gritó Matsuda con preocupación haciendo que Takano se levantara de su estado de relajación, miró a Matsuda y este sujetó su ropa del pecho con fuerza, Takano apretó los puños pues como siempre esperaba una agresión física. No era eso.

—Los Taira —dijo con lágrimas en sus ojos, aun así su mirada era de furia, no de tristeza —Tienen a Fuji; y con ello han citado a Takeda a un encuentro de negociación con rehenes. Vine a ti para avisarte a orden directa de Takeda; no para que me digas que es una misión arriesgada, iré yo solo si es necesario. Sé que me dirás que la vida de estas tres personas no se comparan con la vida de Takeda; pero... es Fuji... Fuji...

Takano se mantuvo en silencio —Mi padre diría esas palabras —dijo separando las manos de Matsuda de su pecho —Yo no soy mi padre. Ahora cálmate, dime todo lo que sabes.

Matsuda afirmó —La carta decía: Ven con dos de los tuyos al punto marcado en el mapa; sin artimañas ni engaños; tenemos a tres rehenes que tomamos de Iwakura, Fuji Hatsu; Masamune el herrero, y al viejo traidor Inugami. Arreglemos esto de una vez, sin tanta sangre.

Takano frunció el ceño —Iwakura era un sitio seguro... —dijo mientras recordaba como Fuji le dijo que se quedaría en aquella ciudad y el lo permitió. No habían dejado rastro, y podía confiar en Hashimoto, incluso sería ilógico que este hubiese traicionado su confianza, siendo que era uno de los rehenes. Y como si una chispa cayera en la leña seca, sus ojos se llenaron de ira — Natsu —mencionó Takano — Riku dijo ante Takeda que Fuji había visto a Natsu junto con Rengo en Iwakura, ellos conocían su ubicación.

Matsuda cayó de rodillas y golpeó el suelo con furia, hiriéndose los nudillos —Señor Obata... espero su flecha lo haya torturado antes de mandarlo al infierno —sus lágrimas cayeron al suelo — Fuji es inocente, ella no ha hecho nada para merecer esto...

Contenido oculto

Yáahl

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Oyaji
[Kenzaburo; Terunobu]

Terunobu lo miró con preocupación; pero no debía intervenir en asuntos dónde el no fue llamado, aun así, esta vez no se iría sin algo —Esta noche comeremos como es debido, un guerrero debe estar preparado para todo, y esperar con el estómago lleno siempre será reconfortante; regresa aquí cuando el paseo se torne pesado, pues la risa y un buen sake con camaradas puede lograr revitalizar el espíritu de un guerrero herido

Kenzaburo salió del Oyaji hacia las calles

Calles de Shizuoka
[Kenzaburo; Takeda, Hideyoshi]

Takeda levantó la vista, y aun en la obscuridad podía distinguir a los suyos, miró a Hideyoshi quien conversaba con una mujer, mientras que Kenzaburo caminaba en soledad, su mirada ausente.

—Kenzaburo—mencionó agitado mientras se acercaba a su lado —Los Taira... —dijo entregándole la nota que había recibido —...tienen a Fuji —mencionó con enojo — Necesito que vengas conmigo.

Contenido oculto

rapuma (el contenido de la carta lo puedes leer en mi post anterior en la sección de santuario)

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Comercio de utensilios de cocina
[Riku;Togashi; Tetsuo]

Tetsuo sontió —Nos veremos en el oyaji; planeo festejar la victoria de hoy con buen sake, iré a ver que tiene Shizuoka por ofrecer— Sin mas, Tetsuo se alejó del comercio dejándolos solos.

Yukimura afirmó ante la decisión de Togashi —El acero es una aleación entre el hierro, carbono y cromo; el hierro es sólo eso y carbono; la ventaja del acero es que no se corroe como lo hace el hierro, soporta la inclemencia de un dueño descuidado— dijo mientras dejaba el hierro a un lado y acercaba un cuenco de piedra donde colocó el acero, sujetó el cuenco con unas pinzas metálicas y lo dejó en sobre el carbón que se había tornado rojo —Harás tu primer cincel, un instrumento básico para un herrero.

El acero se fundía dentro del cuenco de piedra, al estar completamente líquido, Yukimura trajo un molde de tierra —vaciarás el contenido del cuenco en este molde —mencionó entregándole guantes de piel y las pinzas con las que introdujo el cuenco —debes ser firme, su no sujetas el cuenco con cuidado tendremos un accidente al ver caer el material en el suelo, que a pesar de que este es terroso cerca de la fragua, puede ser peligroso para tus pies. Si eso cae en tu pie tu vida de guerrero termina —mencionó con seriedad —Ya con el cuenco sujeto, tendrás que vaciar el acero fundido en este molde, si lo haces con lentitud, el material puede templarse de manera desigual; si lo haces muy rápidamente, el material puede desbordarse y crear cuencas que lo harán endeble, es encontrar la velocidad adecuada—dijo señalando la fragua para que sacara el cuenco —Es tu primer intento, no pido demasiado; aun así, espero ver tus habilidades; así veré que puedo hacer para que mejores.

Contenido oculto

Bruno TDF tira un dado de 50 caras
1-10- tiras el material en el suelo
11-20- vacías en el molde muy lento
21-30 vacías en el molde muy rápido
31-50 lo haces perfectamente

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Herbolaria
[Riku]

El herborista lo miró —No tengo ingredientes para vender, lo siento mucho— dijo con una sonrisa —hay limitados, no es fácil conseguirlos si no se viaja seguido, aquí en Shizuoka sólo podrá conseguir semillas de girasol junto al oyaji, sólo que tenga cuidado si planea recoger algunas, el señor Tomoka es muy agresivo, siempre me termina golpeando si me atrapa. En cuanto a recetas no soy tan hábil como usted, no poseo conocimiento fuera de las ordinarias.

Contenido oculto

Monpoke

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Dojo
[Hinata; Ginko]

Hinata lo tomó por detrás del cuello para guiarlo hacia el dojo. Gon y Rei sólo los miraron irse.
Al entrar a aquel sitio, pudieron observar a varios soldados entrenando —Ambos usamos espadas de madera —sonrió —Así que las usaremos —dijo sacando la suya, se veía nueva, denotando que sus armas parecían romperse con suma facilidad —La madera contra el filo de una katana no representa nada, si bloqueas con ella se romperá al instante, y desde ese momento estarás desarmado — dijo mientras se colocaba en posición de ataque —Ven con todo Ginko; soy bastante lenta así que darme un golpe no es tan difícil si no esquivo, yo no atacaré...—sonrió malévolamente —... por el momento.

• Hinata
• Ginko

• 
  Nivel 5
  PV= 100
  Fuerza= 25
  Protección= 5
  
• 
  Nivel 1
  PV= 60
  -2 defensa (Cobardía)
  +4 ataque (Voluntad)
  

Contenido oculto

Slam

 

Riku

La desilusión llego en unas pocas palabras, una situación parecida a Iwakura. Sea por conocimiento o comprar ingredientes, me he estancado por el momento.

Tuve mucha suerte de poder aprender dos recetas en una misma ciudad. Ahora se que no sera lo mismo en cada herbolaria, ni siquiera la mitad.

Aun así, asiento comprensivo a las palabras del hombre. "Comprendo. He estado viajando y la verdad es difícil dar con ingredientes en gran cantidad".

Sonrió a la vez que niego con la cabeza a su halago. "Más conocimiento es aquello con lo cual cuento devido a la suerte, pero estoy seguro que la experiencia que le precede me supera".

"Entonces debo decir que mi asunto aquí a terminado, lamento si llego y no realizo un trabajo". Hago una pausa en medio de una reverencia. "Antes de partir, quisiera preguntare sobre el puerto ¿Sabe si ahí crece una seta brillante?".

Un puerto. Es probable cuente con las mismas sircurstancias que el de Kamakura, pero se deberá intentar.

Debo investigar más las ciudades que visito.

Contenido oculto

Pos, por lo que debo suponer sera un no.

Asi que camino a la clínica.

 

Ginko Harutomo

—De acuerdo...— exclamó desenfundando también su espada de madera —¿Pero cómo detienes el filo del acero si no es con la madera de tu espada y además no esquivas?— preguntó bastante confundido e ingenuo —¿Manejas la técnica de alguna escuela? ¿Sabes de escuelas que enseñen a golpear con palos, espadas de madera o puños?— El joven médico tenía muchas preguntas y mucho con lo que especular en lo teórico, pero poco estaba avanzando en lo práctico así que después de preguntar avanzó hacia Hinata intentando su mejor ataque. No negaba estar bastante atemorizado por tener a alguien tan intimidante de rival, pero igualmente trataría de dar lo mejor de sí.

 

Kenzaburo

Caminaba por la oscuridad de la noche con las palabras de Terunobu latiendo en sus sienes. Quizá sí era una muy buena idea regresar a cenar al Oyaji, siempre era bueno esperar la muerte de una guerra con el estómago lleno y con camaradería por doquier. Eso podía animarle el alma a quien sea. Incluso, pensó, su maestro Kato no desaprovecharía esa oportunidad. Sería interesante escuchar alguna historia por su propia boca. En todo eso estaba pensando el ex ronin mientras deambulaba en solitario, hasta que la voz de Takeda lo tomó por total sorpresa, dando un pequeño respingo.

—¡Takeda! —dijo con energía, más nervioso al verle caminar sin una escolta adecuada. Era el único Minamoto con vida, era el encargado de restaurar la paz en Japón y caminaba sin guardias. Eso debería de cambiar, hablaría con Takano sobre eso. Era inaceptable que Takeda estuviera de noche solo, con Murai suelto, con los Taira tan cerca. Estaba por recriminarle hasta que la información que le dio el joven Minamoto lo dejó aturdido. ¿Quién? ¿Cómo? ¿Dónde estaba Fuji ahora? Pero solo pudo atinar a responder con firmeza al leer la nota. —Iré contigo hasta el fin del mundo, Takeda. Volvamos con Fuji. Kato... Kato Harima podría ser de ayuda. —caminó junto a Takeda, siendo su sombra guardián. Estuvo por preguntar sobre Murai, si estaba involucrado en todo esto pero no le pareció oportuno. Caminó muy cerca de él, con una mano sobre la empuñadura de su katana.

 

Togashi
Comercio de utensilios de cocina

Asintió en dirección a Tetsuo y lo vio marcharse del comercio. Supuso que iría al Oyaji al terminar sus primeros pasos en la herrería con Yukimura.

Éste le dijo que crearía algo esencial para un herrero: un cincel. En tanto revelaba su primer desafío en tan desconocido campo, metió el acero en un cuenco que luego dejó posando sobre los carbones al rojo vivo. Se aproximó a una distancia prudencial de la fragua para observar el acero que adquiría un color intenso y perdía su forma original, listo para convertirse en algo que él decidiera. Su maestro le entregó unos guantes que no tardó en colocarse, además de las pinzas que con las que había colocado el cuenco en la fragua. Yukimura le dio unas indicaciones útiles y certeras respecto a cómo debía volvar el acero fundido en un molde. Por lo visto, era un oficio que requería mucha precisión, cálculo y buen pulso. Esperaba estar a la altura.

—Procuraré que sea un buen comienzo —dijo, concentrándose ahora en su nueva tarea.

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Las calles de Shizuoka

Cuando vio el despliegue de los Tao y los Asakura, junto con Hinata, estuvo a punto de voltearse y volverse, pero la voz de una vieja amiga llamó su atención, y lo hizo seguir con su camino.

Las palabras eran claras y sinceras. "En... Niigata... luego de tanto tiempo... Niigata", pensaba, torpemente. "Después de mucho tiempo he podido dar con él. ¿Será que acaso ha dejado de esconderse? ¿qué ha estado haciendo todos estos años?", continuaba.

—Sí—luego de un silencio reflexivo—, toma prestado mi caballo si es necesario y galopa hasta el destino. O envía a tu más veloz diligente para hacerle llegar un mensaje a Aoshi. Dile que su "estúpido estudiante" se encuentra en Shizuoka, y que ha llegado el momento de volver a vernos. Dile también que he retomado el estilo Kodachi Nitō Ryū y que aún... aún tengo cosas para mejorar.

"Vendrá al saber eso... tiene que venir...", se decía.

Se despidió de la mujer, quien le había dado una de las grandes noticias de los últimos años. Después de eso pudo notar que Takeda andaba vagando por ahí, y que se acercó a Kenzo. En eso vio sus rostros, denotaban que algo serio ocurría. Decidió seguir a Takeda.

"La guerra no debería ser igual si mi maestro llegase a Shizuoka a tiempo. Su habilidad extraordinaria, si aún sigue intacta, tendría que ser de gran ayuda", analizaba.

Sus pasos firmes se dirigieron en dirección de Takeda.

Contenido oculto: Movimiento

Voy a adonde vaya Takeda

Contenido oculto: Habilidad

Supongo he usado recursos, ¿no?

 

Puerto
[Takano; Yuzuki; Matsuda]

Matsuda se levantó —Gracias... a ambos —mencionó Matsuda sin levantar la mirada mientras apretaba sus puños con tanta fuerza que temblaban.

Takano miró esa reacción, recorrió su mirada por las manos temblorosas de Matsuda hasta llegar a su rostro oculto por su cabello claro —Deja esto en nuestras manos, tú tienes otra misión —pronunció seco.

Matsuda levantó el rostro, sus ojos estaban rojos, su rostro completamente pálido.

—¿Qué dices? No puedo... debo ir con Fuji —dijo Matsuda con fuerza.

—Tomaría tu lugar en la misión de exploración; pero no tengo tus habilidades, te necesitamos para saber los números a los que nos enfrentamos— mencionó Takano mientras observaba las reacciones de Matsuda.

—Ukita, Taiyo y Riku son suficientes para esa misión, no dejaría mi puesto si mis habilidades no se requirieran en otro sitio — Matsuda talló sus ojos con fuerza —Estoy seguro que habrá shinobis, son los que se han encargado de enviarnos las notas, lo sé porque no pude detectarlos hasta que la flecha fue soltada

Takano afirmó —Takeda estará expuesto en esta situación. No podemos enviarlo sin protección adicional, estoy de acuerdo en que vayas; no sólo debes recuperar a Fuji, sino traer con bien a Takeda. Si te descubren pondrás en peligro a los rehenes y a Takeda mismo, quiero que estés consciente de ello, pues tus acciones deben ser precisas.

Matsuda afirmó.

—Iré a informarle a Taiyo del cambio en el grupo de exploración —miró hacia Matsuda —la ayuda de Misato sería indispensable, nadie puede escuchar sus pasos; si no logras encontrarla ve por mi hermana —dijo hacia Yuzuki, pues conocía las habilidades de las personas que lo rodeaban, haciéndolo rápido en planeación a pesar de la premura—ella podrá ayudar. Pero evita a mi padre, no debe enterarse de este plan. Si lo hace detendrá a Takeda por la fuerza y perderemos esta oportunidad de rescate.

Observó a Yuzu —No serviremos en esta misión, Yuzu. Nuestra función está aquí en Shizuoka, planear la estrategia y evitar que las piezas equivocadas sepan de estos movimientos. Ni Kato, ni Nagato deben saberlo. Porque lo que hacemos compromete la guerra, digamos que es una decisión egoísta —sujetó el hombro de Matsuda — Pero no podemos abandonar a los nuestros sin al menos luchar.

Takano miró hacia la ciudad —Es Takeda quien decidió correr en búsqueda de otras dos piezas para acompañarlo. Intimidación y Diplomacia— mencionó —Esas son las dos armas que necesita en estos momentos. No tenemos tiempo para planear demasiado, nos han obligado a tomar una decisión en caliente.

Contenido oculto

Yáahl

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Calles de Shizuoka
[Kenzaburo; Takeda, Hideyoshi]

Takeda hizo una reverencia —Gracias, amigo —mencionó aun cauteloso con sus palabras con Kenzaburo, después buscó a Hideyoshi con la vista, esperando todavía poder encontrarlo y no haberlo perdido en la obscuridad de la noche; por suerte este avanzó hacia ellos —Hideyoshi, lee con cuidado —dijo entregándole la nota que recibió, perforada por lo que fue una flecha.

—Pensaba en ustedes dos para acompañarme; tener a alguien capaz de negociar términos de paz —dijo hacía Hideyoshi — Y alguien con la fortaleza de poder quebrar el espíritu de un hombre con sólo palabras —mencionó ante Kenzaburo —Yo estoy obligado a ir, no quiero poner en peligro a los rehenes—observó a Kenzaburo—Me preocupa que Kato me detenga, por eso no pensé en él a pesar de su fuerza —dijo con seriedad —dirá que la vida de los involucrados no se compara con la mía; y no tengo tiempo para educar a un viejo hombre acerca de la empatía y la lealtad —Cada vez las palabras de Takeda parecían recuperar serenidad, a pesar de la desesperación que llevaba dentro.

Contenido oculto

rapuma John Whitelocke
Contenido de la nota:
Ven con dos de los tuyos al punto marcado en el mapa; sin artimañas ni engaños; tenemos a tres rehenes que tomamos de Iwakura, Fuji Hatsu; Masamune el herrero, y al viejo traidor Inugami. Arreglemos esto de una vez, sin tanta sangre.

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Comercio de utensilios de cocina
[Togashi]

Yukimura lo observó mientras sujetaba la piedra con las pinzas; lo hizo perfectamente sin tirar el material en el suelo, Togashi se acercó al molde e inició el vacíado —Bien... bien... espera... vas muy rápido—mencionó pero Togashi mantuvo el ritmo, algo sabio para un principiante. El vaciado se completó y Yukimura le indicó que dejara el cuenco de piedra en el suelo, en un cúmulo de terracota húmeda.

—No entraste en pánico; eso habla bien de tu carácter —dijo ante Togashi —Si un herrero entra en pánico con material incandecente, sólo genera accidentes. Tú no tuviste accidentes; si errores, pero de los errores aprendemos; de un accidente podemos morir —señaló a Togashi —Así es el calor de la fragua —Togashi ya estaba sudando, como si hubiese entrenado por horas. Yukimura le extendió una cinta de tela con el bordado de un mon —Esto es un hachimaki, úsalo en la frente, tanto cuando estés frente a la fragua como cuando peleas en la guerra; evita que el sudor interfiera con tu vista, todo se mantiene en tu frente, y te refresca.

Contenido oculto

—Arau— mencionó Yukimura —Es el nombre del mon que ves en la tela; el emblema del clan Arau, era la familia que forjaba las armas a altos cargos en el pasado; mi maestro perteneció a ese clan, así que pórtalo con orgullo ahora que te has vuelto mi alumno.

Dijo para después mirar al molde —Esa hoja saldrá astillada seguramente; tal vez no sea un buen cuchillo, pero puede que se vuelva una excelente kunai.

Contenido oculto

Bruno TDF
Has iniciado tu camino como herrero. Eres herrero nivel 1! mas detalles te llevarán en mp

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Clínica
[Riku; Misato; Kyoko; Akari; Kirara; Shinko]

Al entrar pudo observar el movimiento de varias personas en su interior; Misato mantenía una charla con una mujer que no reconocías; mientras que Kirara permanecía en un rincón, dónde se había extendido un futón donde Shinko se encontraba durmiendo, la mirada de Kirara era de preocupación.

Contenido oculto

Contenido oculto

@mopoke

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Dojo
[Hinata; Ginko]

Hinata sonrió —Si no esquivas y no bloqueas... te mueres; hay maneras de atacar con puños, y claro que tengo una escuela, mi padre me la enseñó antes de morir—dijo esperando el ataque —Si logras golpearme...—mencionó mientras veía como Ginko se apresuraba para atacar, Hinata trató de esquivarlo pero fue inútil, la espada de Ginko rozó su mejilla, dejándola roja de la fricción.

—Ya vi por qué Rei terminó con la boca llena de sangre —soltó una fuerte risa —Ginko...—lo miró con seriedad —...sólo a un Asakura le enseñaría la técnica de mi padre; y sé que en tus manos estará segura ¿Estás preparado para aprenderla? Porque eso implica que sufrirás al aprenderla, y ahora serás tú quien acabe en la clínica.

• Hinata
• Ginko

• 
  Nivel 5
  PV= 97
  Fuerza= 25
  Protección= 5
  
• 
  Nivel 1
  PV= 60
  -2 defensa (Cobardía)
  +4 ataque (Voluntad)
  

Contenido oculto

Slam puedes volverla a atacar si quieres pero es importante que le respondas :3

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Las calles de Shizuoka

Leyó la inquietante misiva. La noche se había vuelto tenebrosa y profunda de repente, el encuentro con el enemigo era inminente.

—Kenzo, Takeda... que sus manos no sufran del frío de esta noche gélida, porque tengo un mal presentimiento. Sospecho que nuestras manos deberán tomar nuestras espadas a la brevedad, antes de lo pensado.

Le devolvió la carta, y luego de ello, dio una palmada en la espalda a Kenzo.

—Pero a ti eso te agrada, ¿no?—le sonrío—. Entonces ellos tienen tres rehenes—dirigiéndose a ambos—, así que esperan que vayamos. Pues vayamos. Kato puede ser precavido, pero tú eres un líder, y no abandonarás la posibilidad de salvar a tu gente así como así. No me malentiendan, pienso que ir es una mala idea... pero quedarse sin hacer nada es una pésima idea también. El riesgo es grande, pero corremos la posibilidad de recuperar al menos a alguno de los rehenes con vida, y también, la posibilidad de conocer y estudiar al enemigo.

Su actitud parecía sumamente positiva, casi imprudente. Quizás la perspectiva del regreso de su maestro lo había entusiasmado. Nada podía pararlo. Eso creía.