Shizuoka Shizuoka

Riku

Sumido en mis pensamientos, simplemente tome asiento tras que Kirara lo hiciera.

Es la primera vez en cual participo en una audiencia, una con tal ambiente no parece ser lo mejor para comenzar. Una situación rara, pero no única.

"Si vas a hablar de una jerarquía de poder con tal de hacernos retroceder, por lo menos no te bases en factores que te coloquen hasta abajo. ". Agregué firme al comentario de Kirara hacia quien debe ser el señor de Shizuoka. "Números totales, el resultado proporcionado por todos los clanes aquí reunidos y más. No una división entre cada uno. Si todos somos aliados, decidiremos y lucharemos juntos".

Jugando con las palabras tal como un niño de vista pequeña, no es la situación donde se pueda bromear. ¿No es su prefectura la que esta en peligro?

No consideré en quedarme callado, no mientras tenga la mentalidad de apoyar a Kirara. Pero respetaré sus palabras y no armaré una lucha de egos, ese no es el objetivo.

Lastima. Tal guerra ya parece estar sucediendo.

Palabras erradas y todo se va a arruinar, por las cosas, igual no parece que se quiera llegar a terminos amistosos con el Señor de Shizuoka y el con todos los clanes.

Atrasarlo, arreglarlo... destruir la alianza.

 

Misato Aoyama

Mi desempeño en la primera parte había dejado un mal sabor de boca, caer de forma estrepitosa me hizo fruncir el ceño y por si fuera poco habia quedado mal a la hora de noquear al guardia, el temor se apoderó de mí cuando estuvo por tocar el cuerno, por fortuna Togashi actuó de forma impecable de manera que estábamos a salvo, por un momento la frustración escalaba, estaba por honrar a Obata con una formidable infiltración, y me hacía llamar Shinobi...que vergüenza.

Bien orgullo fuera...

Frote delicadamente mi mejilla, apaciguando mi soberbia, el orgullo podía acarrear la perdición debía recordarlo...ser una Shinobi era muy prematuro y el cuartel represento problemas hasta para Ayame...me quedaba mucho.

—Estoy feliz de haber ayudado al renacer de un gran guerrero...buen trabajo señor Togashi—dije en referencia a Togashi, en la ocasión cuando le recogimos en Tsu, conseguí su estadía en el Shukusha y un sencillo pero necesario tazón de arroz. Dio el paso de un vagabundo en condiciones precarias a un samurái comprometido a nuestra causa.

Sin más que agregar ni tiempo que perder seguí a Matsuda donde tomaríamos rumbos distintos con objetivos específicos, me asignaron buscar al capitán un guerrero portador de una naginata con una prenda roja...un guerrero valioso para Shizuoka pero un traidor que amenazaba con inclinar todo a nuestra contra en la guerra.

Era momento de la búsqueda...

 

Togashi
Cuartel

Llegó a noquear al guardia momentos antes de que este llegara a tocar el cuerno, poniendo a todo el grupo a salvo de la atención de los arqueros, los cuales seguían distraídos con las maniobras de Ukita. Parecía ser que su trabajo estaba siendo impecable; observó por unos momentos a los arqueros para denotar que ninguno de ellos parecía estar enfocándose en un objetivo en particular; por suerte, Ukita también estaba a salvo.

Mientras ayudaba a desvestir al desafortunado guardia, Matsuda le hizo una pregunta:

—Era un vagabundo que solamente huía y se escondía… Pero podemos hablar de eso cuando regresemos… —fue su escueta respuesta, pues no quería explayarse en ese tema en un momento así. Luego se giró hacia Misato, quien también le había dirigido unas palabras; asintió mientras la miraba a los ojos—. Takano, Kuroki y tú han hecho mucho más de lo que se imaginan… Gracias… —agradeció al final, no sólo por las palabras, sino por el encuentro en Tsu—. Y buena suerte allí dentro...

Se colocó las ropas del guardia e imitó la postura que estos adoptaban durante sus labores. A decir verdad, no le convencía su actuación, pero pondría su mejor esfuerzo en pasar desapercibido mientras cubría a Misato y Matsuda, quien le indicó que tirara de la cadena para alertarlos.

—Entendido —dijo para después observar cómo subían.

Se colocó en la posición donde habían encontrado al guardia que noqueó. Imitó la postura de éste, aunque sin alejarse mucho de la cadena de la cual debía tirar, observando con detenimiento todos los movimientos que se producían en el lugar. Aguardó a que su fachada de guardia resultara efectiva, confiaba en sí mismo.

 

Cuartel
[Ukita; Matsuda; Misato; Togashi; Tsuna; Shiori]

Togashi se mantuvo vigilante, uno de los guardias pasó cerca de él; pero no vió en Togashi nada sospechoso, lo saludó a distancia para después volver a sus actividades.

Mientras tanto Matsuda buscaba en los documentos sin éxito.

Por último, Misato avanzó en el cuartel general como una sombra, nadie podía detectarla, no hacía ni un poco de ruido al caminar; era como si el aire la atravesara en lugar de rodearla.

Encontró a aquel hombre, lo reconoció por las indicaciones sobre su naginata. Estaba allí, solo. Vigilando la entrada a otra habitación; su sonrisa era ancha, mostraba satisfacción mientras escribía en un papel algo con un carbón. Tardó unos instantes hasta que terminó, doblo el papel y lo guardó en su obi. Misato podía arriesgarse e intentar robárselo; o simplemente irse e informar lo que vio, pues aquel hombre no se movía. ¿Qué estaría vigilando?

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Momento de la tercera fase

Misato puede hacer tres acciones: robo; investigación; escape

Robo= tirar un dado de 20, el dado debe ser 10 o superior a 10 para obtenerlo. Si no roba será descubierta por Michinori, a pesar de su sigilo.
Investigación= tirar un dado de 20, el dado debe ser 10 o superior para descubrir algo mas. Si no lo logra, no será descubierta gracias a su sigilo.
Escape= irse del cuartel para informar.

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Matsuda, debe buscar en los documentos y tirar un dado de 20 caras.

1-10-- no encuentra nada útil
11-20-- encuentra los documentos

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Togashi; debe mantener la fachada de guardia, por lo que deberá tirar un dado de 50 caras.

1-11--- un guardia lo ve y sospecha de él
12-33--- un guardia lo ve, le sonríe y se acerca a platicar
34-44--- un guardia lo ve y lo saluda amistoso
45-50--- un guardia lo ve y le entrega algo

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Salón de audiencias
[Takeda; Kenzaburo; Kato; Takano; Nagato; Hideyoshi; Tetsuo; Kirara; Riku; Yuzuki]

Nagato se giró hacia Riku —¿Ahora el hijo de cualquiera puede venir aquí y levantar la voz?— Esto encolerizó a Kirara quien no pudo mantenerse sentada.

—¿Quieres resolver esto con los puños?— preguntó Kirara apretando sus puños, dispuesta a defender el honor de su clan, el cual ya estaba soportando demasiadas impertinencias.

Las palabras de Yuzuki cayeron para tranquilizar un poco los ánimos, Nagato parecía concordar con ella; pero todo cambió cuando escuchó la pregunta sobre Tsunayoshi, no contestó, no quería hacerlo.

Tetsuo lo observó esperando que respondiera; al no hacerlo él se adelantó —Decidió encerrarlo en la celda, como lo hace con todo aquel que se le enfrenta verbalmente y no puede superar. Dígame, señor Arima; ¿En la celda podrá callarnos a todos nosotros?

—Lleva varios soles retrasando mis planes, y ahora con todos reunidos no pienso esperar pacientemente como lo he hecho. He llegado a mi límite —Dijo Takano completamente hastiado de esta situación —Si es tan incompetente para trazar estrategias puede retirarse.

—La puerta es amplia para que usted y su ego puedan salir a la par —atajó Kirara

—Nosotros nos encargaremos de trazar las órdenes, serán sencillas para que pueda entenderlas— dijo Tetsuo rematando las palabras de Kirara.

—Si quieres arreglar esto con sangre— Kato intervino haciendo que Nagato lo observara con molestia —Podrás hacerlo frente a frente conmigo.

Nagato se giró ante Takeda —¿Crees que tienes la autoridad para imponerte en Shizuoka? ¡Soy yo quien da las órdenes! —se acercó a Takeda sujetándolo del cuello de su ropa —¿Crees que por tener el apellido Minamoto todos deben caer a tus pies y obedecerte? No eres tan fuerte.

—Señor Arima, sé que no lo soy; es por ello que escucho a los que me rodean. No tengo la audacia de pretender que puedo pelear contra los Taira y el Imperio por cuenta propia — dijo Takeda sin siquiera apartar a Nagato de él — No me haga repetir lo que Yuzuki ha sido tan amable de identificar —al ver que Nagato no lo soltaba continuó —No he sido yo el que ha dividido este salón por secciones, y no soy yo quien se sentaría en la tarima alta en esta audiencia.

—¡Esa es la insolencia que terminó con tu clan hace quince inviernos!— gritó Nagato apretando mas el kimono de Takeda —Las palabras son las que guían el camino del sable.

Takeda cerró los ojos —Puedes amenazarme todo lo que quieras —dijo Takeda con autoridad —Pero no soy yo el que está solo en esta habitación.

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rapuma Monpoke Yáahl John Whitelocke

 

Kenzaburo

Se mantuvo en silencio, siempre a un lado de Takeda como una sombra que se proyectaba a su lado; serio, tranquilo pero con una mirada asesina, retadora. Desde el primer momento en que observó al viejo Nagato algo no le agradó, quizá la forma de vestir, quizá su estúpida mirada de soberbia. "Algunos hombres nacen lo bastante ricos e idiotas para disfrutar de la vida", recordó sus propias palabras hacia el joven Minamoto. El señor de Shizuoka era un claro ejemplo de ello. Observó por el rabillo de ojo a Kato, quién permanecía en un silencio impertérrito., aunque le amenazaban en clara demostración de egocentrismo y tiranía, como si el señor del clan Harima no se encontrara presente. Kenzaburo estudió a su maestro por unos segundos, aún cubierto de sangre, con su armadura de combate colocada. Resultaba imponente. Y aun así, el viejo Nagato osaba denigrarle y el águila de Kamakura no reaccionaba.

—Permanece en silencio si intentan impresionarte. A veces las palabras tendrán que hacerse valer por la espada y no todas las lenguas son capaces.

Las palabras de Kozaemon golpearon un recuerdo de su pasado, dándole la razón una vez más. Aunque no tuvo tiempo de pensar en más recuerdos de antaño, ya que los Fujiwara ingresaron a la sala de audiencia, junto con la médico de nombre Yuzuki. El samurái los miró por unos momentos, sobre todo su atención se centró en Kirara. Mao había logrado doblegarla de un golpe cuando entró en cólera en la celda, atentando contra la vida de Murai. Incluso había logrado sacarla de combate con venenos. Era un recuerdo amargo, traído con dolor desde las entrañas de su inconsciente. Pero había un dejo de orgullo en sus pensamientos, un poco de su ego creció: Mao hubiera sido una guerrera apta y capaz. Hubiera sido la mejor de todos.

Dejó atrás esos borrones e intentó estar al corriente de la audiencia. Miró hacia el viejo Hide, esperando que su gran cerebro comenzara a trazar los planes y las palabras justas, tenía una lengua de plata que lograba conquistar las mentes más peculiares. Pero los pasos de Nagato lo alertaron y gruñó, arrugando el entrecejo al ver como arremetía contra Takeda, su señor. Se acercó un poco más, si es que cabía la posibilidad, y ladró sus palabras en el momento en que el contacto físico comenzaba a torcerse.

—La altanería tiene un precio caro. —comentó Kenzaburo cuando Nagato tomó a Takeda por el cuello de su kimono. —Esta es un guerra larga y quizá aún haya un momento en el que puedas recuperar tu honor por esta impertinencia. Pero si no quitas la mano ya mismo del kimono de mi señor, te la cortaré.

 

Misato Aoyama

Recorrí las instalaciones sin llamar atención alguna, parecía haber mejorado en algo, luego de una tediosa búsqueda lo había encontrado, el guardia parecía no simular demasiado sus planes ocultos cuando su rostro reflejaba malicia; garabateo algo en una hoja para guardarlo, podría ser algo útil pero...no me arriesgaría a tomarlo con niveles de seguridad tan alto...todo pendía de un hilo.

Decidí apegarme a la orden inicial de investigar sin intervenir en lo absoluto, de verdad esperaba encontrar algo revelador, necesitaba ver algo más que su rostro conspirador.

 

Togashi
Cuartel

El alboroto en la muralla del cuartel parecía seguir surtiendo efecto, pues la mayoría de los guardias y arqueros mantenían una clara actitud de confusión, como si todavía estuvieran buscando el origen del problema que estaban teniendo más allá. Él, por su parte, permaneció con postura vigilante cerca de la entrada del edificio, sin alejarse de la cadena un solo milímetro. Se había involucrado en una misión arriesgada, a espalda de sus líderes, por lo que no podía dejar nada librado a la suerte. En un momento dado un guardia pareció reparar en su presencia. Togashi le sostuvo la mirada, pero el guardia simplemente lo saludó con la mano desde lejos, amistoso, para luego retomar sus actividades. Se limitó a asentir y devolverle el saludo de la misma manera, simulando compañerismo, camaradería.

Del interior del cuartel no provenían sonidos estridentes. Eso significaba que Matsuda y Misato estaban haciendo bien el trabajo de mantenerse en silencio y sigilosos. Él no sería menos, por lo que volvió a erguirse para verse convincente ante los ojos de sus "compañeros" guardias.

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Casa feudal

Su paciencia estaba llegando al límite, pero tenía que tratar de pensar con claridad. Por momentos la posición aniñada que había asumido el señor de Shizuoka parecía irreconciliable, Takeda por otro lado se había vuelto más fuerte en su mentalidad, pero eso no ayudaba justamente en este momento. De todas formas sonrió al oír la respuesta del líder del clan. "Ha cambiado", pensó.

Oyó lo que dijeron Riku y Yuzuki, también Kenzaburo. Todo estaba en gran hostilidad.

Miró hacia Tetsuo, procuró que solo el heredero de los Azai lo viera hacer el gesto, y nadie más, sobre todo que no lo viera Nagato. Cuando Tetsuo cruzó los ojos de él, el gesto de Hideyoshi fue claro. Se señaló el cuello, con un dedo, y luego miró hacia Nagato. Esperó que Tetsuo lo entendiera, creía que sí.

"Puede que sea el último remedio", mientras pensaba en ello, se acercó a Takano y le susurró al oído: —Si no funciona la diplomacia con él, tendremos que matarlo aquí mismo y poner a su hijo al mando. Su hijo lo odia, entenderá lo sucedido de inmediato.

Se giró y miró a Nagato.

—Mi señor, por favor, le imploro que guardemos la hostilidad para nuestro enemigo en común. No pretendo que usted sea amigo de todos en este salón, nadie lo pretende. Pero sí me gustaría que haga honor a lo que firmamos, el documento redactado. Tenemos una alianza, y en estas condiciones será imposible mantenerla. Si seguimos alimentando este veneno entre nosotros, seremos todos cadáveres que los Taira pasearán orgullosamente cuando nos derroten debido a nuestras grietas internas.

Miró a todos.

—Takeda está aquí, el líder y futuro hombre del Imperio está acá para dar la cara. Una vez que hayamos acabado con los Taira, señor Nagato, si quiere matarse con los Harima, no se lo impediré. Pero por ahora, por ahora... centre su odio y sed de sangre en los Taira.

Esperó que entendiera, de lo contrario, tenía sus kodachis, y ellos eran muchos más. Le cortarían el cuello a Nagato ahí mismo y pondrían a su hijo Tsunayoshi como nuevo señor de Shizuoka.

 

Riku

Hago un simple movimiento en mí asiento, aguardando la molestia que hiciera mención de mí origen.

Reconozco de dónde soy, entiendo que por ello varias puertas se me hubieran cerrado si todo resultará de otra manera.

Ahora soy un Fujiwara.

"Si quieres ser escuchado muéstrate capaz de eso, para hacerlo es innecesario un rango alto o poder. Si mí voz, la de un hijo de un cualquiera te llega, es porque aún escuchas entre toda ese ego tuyo. El mayor de está habitación". Decido imponer lento y calmado, no lastimaras un ego el cual no poseo. "Solo eres alguien quien por si solo se puso el disfraz de perro, ladrando a quien cree dice ser su dueño. Temblando le quiten lo que posee, negándose a ser sometido".

Tiene su ego, orgullo y miedo de perderlo todo. ¿Por cual razón? ¿Desconfianza?

"Pero son sus mismas acciones y palabras que lo coloco donde está ahora, a recibir este trato. Lo que te llevará a tu perdición. No evitas que se te impongan, no con tal actitud, consigues lo contrario. Casi pareciera que incluso lo rogas".

Levanto un poco mirada hacia su rostro, complicado entre tantos parados. Dándole un último vistazo al probable último minuto de vida a esa persona.

Si escuchas a razones, no creo estés perdido. Pero salvarte no es algo lo cual me concierne.

 

Cuartel
[Ukita; Matsuda; Misato; Togashi; Tsuna; Shiori]

Misato recorrió el cuartel; lentamente fue develando cada esquina, cada habitación. La mayoría simples habitaciones para que los guardias descansaran, otras para que estos pudieran comer o satisfacer sus necesidades básicas. Lo que dejaba el lugar que el hombre de la naginata vigilaba; aquel sitio debía ser las celdas; pero no podía tener a nadie allí dentro ¿O si?
Misato hizo un gran esfuerzo para salir por una de las ventanas sin ser detectada para luego ingresar hacia aquella habitación; eran las celdas, y en ellas se encontraba Tsuna y Shiori; los que entrenaban a la par con Togashi y Takano.

Tsuna se levantaba mientras observaba a Shiori a su lado; golpeó al suelo —Nunca seré suficiente para mi padre— dijo llevando su mano a su pecho como si algo le doliera.

Togashi mantenía su fachada a la perfección, tanto que uno de los guardias creyó que era su amigo, y sin detenerse demasiado a verlo y cerciorarse, le entregó algo en las manos. Era una misiva.

Contenido oculto

Kuno Vizard madarauchiha
Misato no podrá liberarlos sin comprometer la misión; pero puede hablar con ellos si desea, o irse del cuartel a informar lo observado.

Bruno TDF te enviaré un mp con el contenido de esa misiva :3

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Salón de audiencias
[Takeda; Kenzaburo; Kato; Takano; Nagato; Hideyoshi; Tetsuo; Kirara; Riku; Yuzuki]

Nagato escuchó primero a Kenzaburo; lo miró y soltó una risa mientras mantenía su agarre en Takeda. Después miró a Takeda, sin miedo; aun sabiendo que estaba rodeado.

—Impertinencia dices —volvió a reír mostrando todos sus dientes.

Después la voz de Yuzuki lo hizo girar su atención a ella, pero no dejó esa sonrisa egocéntrica y molesta; miró a Kenzaburo nuevamente —Impertinencia, faltas de respeto, insultos —soltó a Takeda con fuerza mientras este no separaba la vista de Nagato.

—¿Qué saben ustedes de eso? —los señaló con su dedo acusatorio.

En ese momento Hideyoshi susurraba hacia Takano después de haber compartido miradas con Tetsuo, quien se mantenía serio; pues abía que las amenazas de su amigo no eran nunca una broma. Takano escuchó y levantó la mano mientras observaba a Nagato perdiendo compostura. Y antes de que pudiera responderle; Hideyoshi habló.

"Takeda está aquí, el líder y futuro hombre del Imperio está acá para dar la cara"

—¿Dar la cara?— sus ojos se abrieron por completo en conjunto a su aterradora sonrisa, después miró hacia Takeda —Todos te tratan como el futuro salvador de Japón; como si lo que haces fuera un acto de valor y fortaleza —se acercó a Takeda y lo apuntó con su dedo, su rostro mostraba ira, tanta que alertó a los presentes —No voy a aplaudir tu llegada, no mereces eso. No lo has ganado.

Volvió hacia Kenzaburo —Sogo Minamoto fue impertinente —miró a Yuzuki — Por su falta de estrategia desató la ira de un clan sobre todo Japón —Caminó hacia Hideyoshi, el único hombre al cual respetaba en esa sala, sin saber que él ya estaba orquestando su muerte — Y ahora quieren que yo sonría y le aplauda la llegada de su cachorro pues ha venido a ayudar a la pobre prefectura de Shizuoka —Sus palabras eran severas y a la vez irónicas —Hablan de que las jerarquías no importan... —dijo hacia Riku y Kirara —... que ahora somos uno en contra del enemigo. Pero quieren que yo acepte su poder de decisión simplemente por sus apellidos —clavó su vista en ambos —... ¿Quién es el que habla con el ego alto?

Volvió hacia Takeda —Takeda Minamoto; no voy a obedecerte; mucho menos agradecerte. Esto es lo mínimo que debes hacer, y no sólo en Shizuoka, sino en las demás prefecturas por igual. Porque es tu deber.

Nagato avanzó y se subió a su tarima, mirándolos desde esa pequeña altura— Porque mientras todos sus clanes se escondían. La gente de Japón moría —Nagato acusó a los presentes con ojos de furia y desesperación; estaba hablando un guerrero, un hombre que perdía todo lentamente — Y hoy que los veo aquí me decepciono mas. Pues pensé que el ocultarse había sido para fortalecerse. Y frente a mi tengo miradas de ingenuos; los cuales quieren que les de el mando de mi gente a estos guerreros que no huelen a guerra. Yo he peleado en distintas guerras, incluso algunas en contra de familiares suyos —dijo hacia Tetsuo —Pero lo he hecho con la experiencia que me procede. Es por eso que vuelvo a preguntarles ¿Quiénes son los del ego engrandecido? —negó decepcionado —Novatos...

Nagato tomó asiento; mientras bufaba con fuerza —Habrán peleado por sus vidas. Ganado encuentros y perdido otros. Pero ninguno ha visto realmente lo que es la guerra —golpeó al suelo para levantar la voz con ese estruendo —¡SHIZUOKA NO ES SU CALENTAMIENTO! ¡MI GENTE NO DARÁ LA VIDA POR GUERREROS INEXPERTOS!

Nagato comenzaba a sudar; estaba demostrando lo que realmente era, como dijo Yuzuki: un hombre de guerra—Han formado su reputación de alianzas ya predestinadas y victorias ajenas —esto último lo hizo mirando a Kato, quien también lo miraba a él con brazos cruzados. Nagato desvió la mirada, y sin ver a nadie en específico culminó su monólogo— Frente a mi tengo miradas de guerreros novatos que se creen leyendas sólo por sus alianzas y nacimientos. En cambio, los Taira marchan hacia acá con guerreros experimentados que les importa poco el status. Si creyeron que a mi me importaban esas cosas, simplemente cayeron en mis provocaciones. Tan ingenuos... —llevó su mano a la frente —... entonces, díganle a un viejo hombre de guerra como mover sus piezas. Los escucho —su mirada era de odio absoluto.

Contenido oculto

Pues antes de que hablen mis npcs me gustaría saber si ustedes desean decirle algo al señor Nagato.
Monpoke John Whitelocke Yáahl rapuma

 

Togashi
Cuartel

Tal como ocurriera hace unos instantes, un guardia pareció cerciorarse de su presencia. Pero éste tenía un semblante distinto bajo su casco, se trataba de otra persona. El hombre se acercó a su ubicación, pero él se mantuvo firme y sin temores, preparado para responder a cualquier plática o situación. Y, sin embargo, aquel guardia pasó de largo, no sin antes dejar una misiva en sus manos. No se le había pasado por alto el detalle de que ese guardia miró hacia los costados con rapidez, antes de marcharse. Togashi lo vio irse, intrigado.

Abrió la misiva con disimulo, sin que nadie viera sus movimientos, y leyó su contenido. Sus ojos se deslizaban con suavidad sobre las palabras, sobre las frases. Al mismo tiempo, su mirada apacible comenzaba a adquirir aquel brillo filoso, tenaz, que siempre resplandecía cada vez que algo lo molestaba en demasía. No podía creer la estupidez que atestiguaban aquellas palabras. Las repasó una segunda vez para memorizarlas. Sus ojos se detuvieron por un segundo en el sello de Masashige Sumitomo, antes de que guardara la misiva con mucho cuidado entre sus ropas. Era muy probable que aquello era lo que buscaban. Resultaba gracioso pensar que un secreto cayera con tanta facilidad en sus manos, sin que moviera sus dedos sobre el tablero de shogi. El oponente acababa de jugar mal su ficha.

Miró hacia los guardias. Muchos parecían estar recuperándose de la distracción de Ukita, aunque seguían un poco enfocados en el lugar de los hechos, como esperando que algo se repitiera. Esperó con paciencia, observando los movimientos de todos. Y cuando se aseguró de que todos estaban volteados o muy enfrascados en sus actividades, tiró de la cadena para alertar a Matsuda. Debía informarle con urgencia su descubrimiento.

 

Misato Aoyama

La busqueda de mas información me llevo a recorrer cada rincon del cuartel encontrando solo nimiedades; en parte me senti frustrada pues no parecia encontrar más nada que trascendiera.

Y tras un esfuerzo logre entrar en la habitacion faltante; en una breve inspección me di cuenta que se trataba ni mas ni menos que las celdas del cuartel.

—A caso ellos son...

Pude ver en una de las celdas dos figuras conocida; les habia visto apenas llegue al dojo donde entrenaban a la par de Takano: segun escuche de Yuzuki...era Tsuna y la otra chica no conocía su nombre ¿que hacian alli? Segun escuché Takano les encargo la tarea de informar la llegada de Takeda a la prefectura.

No podia hacer nada por ellos, solo traería problemas a la misión sin embargo podia...

—¿Tsuna?—Susurre lo suficiente para el oido de los prisioneros—esta bien no temas...no hables muy alto por favor. Soy una guerrera de Takeda...puedes llamarme Misato, he compartido viajes con el y Yuzuki...he visto que Takano pidio dar aviso por la llegada de Takeda a tu padre ¿Que los llevó a dejarlos encerrados? ¿Masashigue los encerro?

Espere una respuesta concisa de los prisioneros, les hable con calma y cordialidad, con la esperanza de tener una pista más valiosa para reportar.

 

Shiori

Me acerqué para abrazarle con ternura. Sabía lo mal que lo tenía que estar pasando así que me quedé así durante un rato, al menos hasta que se calmara y supiera que no estaba solo en esto.
— Lo lamento Tsuna, ni yo misma esperé que tu padre fuera de esta manera—. Dije en parte alfigida. Temía que parte de la culpa de que así estuviéramos fuera mía— Creo que la boca me pierde, pero ¿Que podía hacer? Necesitábamos que estuviera dispuesto a escuchar y esto... Ni siquiera yo misma esperé que esto acabara así...Solo se me ocurre que Misato informe y logremos tener ayuda—. Dije apenada— Pero eres una buena persona Tsuna, vales mucho más que tu padre con todo respeto—. Esta última frase se la dije en un susurro para que no me escucharan los guardias.

 

Cuartel
[Ukita; Matsuda; Misato; Togashi; Tsuna; Shiori]

Matsuda escuchó con atención, sabía que la cadena había sido agitada; pero Misato aun no regresaba; debía confiar en ella así que bajó a prisa con su sigilo para colocarse junto a Togashi, escondiéndose entre los matorrales cercanos, alerta a lo que pudiera estarlo esperando allí abajo.

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Tsunayoshi miró a Misato y en voz baja contestó —Sólo nos encerró por cuestionarlo; jamás había llegado a este extremo conmigo, usualmente pedía a Masashigue que me sacaran del cuartel, pero jamás me había puesto detrás de estas rejas— mencionó cabizbajo — No queda mas que esperar, yo traté de informarle que recibiera al señor Minamoto, seguramente en este momento estará gritando en la casa feudal —se colocó en posición de disculpa, su frente en el suelo con sus manos frente a su cabeza también con las palmas en el suelo —Por favor, dígales que yo lo siento; y que estoy agradecido por la ayuda que están brindando a Shizioka. No puedo pedirles que ignoren las palabras de mi padre, pues tienen mayor peso que las mías; pero si pido que no las tomen personalmente, pues eso es lo que él quiere.

Se levantó y miró a Shiori —Yo esperaba su rechazo, siempre lo tengo; pero no esperaba que nos tiraran aquí. No debes disculparte, mi padre no sabe escuchar a los jóvenes como nosotros, para él no sabemos nada —Tsuna hizo una mueca de dolor para después recargarse en la pared de la celda, después volvió a mirar a Misato —Si intentan liberarnos sólo traerán mas problemas para su clan; estaremos bien, se lo aseguro.

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Kuno Vizard madarauchiha
Misato no podrá liberarlos sin comprometer la misión; pero puede hablar con ellos si desea, o irse del cuartel a informar lo observado.

Bruno TDF queda esperar a que Misato se reúna con ustedes.

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Salón de audiencias
[Takeda; Kenzaburo; Kato; Takano; Nagato; Hideyoshi; Tetsuo; Kirara; Riku; Yuzuki]

Takeda escuchó las palabras de Yuzuki y sonrió, las palabras de Nagato eran acusatorias hacia su simple nacimiento, pues él era un niño cuando sucedió la masacre de su clan; no pudo hacer demasiado, así como el pequeño Hayato en Fujimi.

Sus palabras continuaron mientras los presentes escuchaban con atención.

" ¿verdad, Takano? ¿Señor?"

—La actitud agresiva se adopta para provocar una maniobra defensiva en el oponente, y así abrir una fisura en la defensa de este —dijo Takano para después mirar hacia Yuzuki y afirmar, su semblante era sereno ante ella; pero no dejaba de mostrar firmeza ante Nagato, quien parecía más un enemigo en estos momentos y seguramente el pensaba lo mismo —Señor Arima...— dijo hacia Nagato —... puedo ver que lee las mismas teorías con las que yo fui criado —Observó a Kato quien también lo miraba atento —Si induces a otros a adoptar una forma mientras tu permaneces tranquilo, entonces estarás concentrado mientras el enemigo se dividirá —volvió hacia Nagato— Puede seguir atacando, nosotros seguiremos defendiendo; pero jamás creará esa fisura. No tiene ese poder sobre nosotros.

Nagato lo miró con desprecio para después limitarse a observar a Takeda, pues él era el líder; quería saber que cruzaba por su mente — Entonces dime, ¿Cómo planeas ganar a los Taira y al Imperio con un grupo tan joven e inexperto?

Takeda lo encaró; los resientes eventos le daban una clara respuesta, una que no tenía días atrás. Ahora que había encardado una realidad tan cruel, lo hizo crecer, y sabía que seguiría creciendo, siempre que se mantuviera cerca de los suyos, sin desviar su camino —Con lealtad, eso es lo único que necesito

Nagato soltó nuevamente una risa. Kirara levantó la mirada, clavándola en Takeda; pues tenía la información sobre la misión, él cómo había tenido que matar a una de los suyos por traición; después observó a Kenzaburo a su lado, desconocía si sabía la situación; pero si estaba allí, seguramente estaba enterado. Ambos demostraban esa lealtad de la que hablaba. Si bien, estaba molesta por el escape de Murai, no abandonaría la alianza por ello; hacerlo dejaría más expuesto al clan Fujiwara, Riku también entendía eso perfectamente.

—Si consigues guerreros leales y experimentados como estos para las ocasiones y deberes oficiales, estoy seguro que se puede dirigir incluso a diez mil hombres a voluntad —Takeda confiaba en los suyos, pues sin estar presente; habían logrado tantas cosas en beneficio al clan y al futuro de Japón — De igual manera que las mil manos de Kannon son todas útiles mientras la mente esté equilibrada; su líder debe mantenerse firme para que los suyos puedan funcionar en equilibrio, no romperse para que los suyos puedan verlo con confianza —la sonrisa de Nagato ya no estaba mas en su rostro — Si el filo de nuestro sable está equilibrado; nos fortalece —observó a Nagato mientras volvía a acomodar el cuello de su kimono con tranquilidad — Y es así como puedes someter a miles de enemigos con una espada. ¿No es eso gran lealtad?

Kato salió de la habitación; su presencia ya no se requería. Nagato se acomodó en la almohadilla, la idea de deslealtad siempre lo ponía incómodo; algo que tomó Takeda como un símbolo de nerviosismo, iban por buen camino; cada uno de los presentes se había mantenido firme, sin dudar — Mil árboles que crecen hacen menos ruido que un árbol que se derrumba. Así que le pido que no subestime nuestro camino; pues es este el que formará nuestro nuevo país. Uno que usted también ayudará a formar.

Nagato cerró los ojos y soltó un gran suspiró, los abrió nuevamente colocando sus manos en puño sobre sus rodillas — Aun tienen mucho que demostrar; sigo viendo fisuras en sus defensas las cuales aprenderán a parchar; pero estoy dispuesto a escucharlos, pues al menos han demostrado estar unidos

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Monpoke John Whitelocke rapuma Yáahl si quieren agregar algo pueden hacerlo, Nagato ya no se va a poner loco. En mi siguiente post ya entraremos al tema de estrategia militar. No lo hago en este post para que no sea tan largo.

 

Misato Aoyama

El joven era sin duda el hijo del señor de Shizuoka, segun relato su encierro fue fruto de cuestionar a su padre; aquel hombre no parecia tener control sobre su soberbia. Algo queque a la larga seria su perdición.

Observe algo conmovida cuando la chica daba palabras de aliento al heredero de la prefectura, su compañia haria de aquel emcierro tan llevadero como cualquier otro lugar.

—De acuerdo, sigan cuidando uno del otro solo dire...que justo hacemos algo por el señor feudal—murmure observando a los lados— detendremos al traidor oculto en las cercanías...

No quedaba mucho por hacer en aquellas celdas...me senti algo decepcionada de mi busqueda no diese con algo mas que el extraño papel...aun...estaba lejos de ser una digna shinobi capaz de conseguir información clave; el papel...podia quedarme y arriesgar para todo para robar...pero no estaba sola. Togashi contaba con habilidad pero no evadiría la seguridad para siempre, su captura derivaría en la caida en desgracia del equipo y por ende, de los Minamoto.

Poco sabia que en efecto información clave al parecer estaba en manos de Togashi sin mayores problemas

—Que los dioses los cuiden...les deseo la mejor suerte.

Me despedi del duo en la prisión, con cuidado sali de la habitación tomando rumbo al punto inicial de la misión para dar por culminada mi parte.

 

Kenzaburo

Sonrió levemente al escuchar las palabras de Takeda, demostraban que había crecido emocionalmente, también de mente. Era un niño refugiado que había sido perseguido como una liebre por hambrientos lobos por todo Japón. El apellido Minamoto era conocido y respetado tanto por la heroica lucha de su padre como por las propias hazañas y el valor personal que Takeda mismo había demostrado en todos estos años. Kenzaburo estaba orgulloso.

—Japón se encuentra en una crisis sin igual en su historia. Los Taira cabalgan libres por nuestras tierras y dominios atacando a nuestras tropas, saqueando y matando a nuestros amigos; Japón se defiende mientras Akishino subleva a nuestros aliados a la espera de refuerzos, víveres, y armamento que pronto llegarán a Shizuoka para enfrentarnos directamente. Necesitamos un general. —Kenzaburo no era un gran orador, simplemente hablaba hacia los miembros de su clan y aliados por igual, sin detenerse en extender su voz por todo el recinto. —El nombre que llevas, la sangre que fluye por tus venas, todo te empuja a ser el general de esta guerra y de las próximas. No sé si Japón es capaz de dejar sin vengar la muerte de un padre y todo un clan, es posible que así sea, pero yo no puedo. —Takeda contaba con la simpatía que despierta en todos el ver cómo un hijo toma el testigo de su clan, de su padre, e intenta vengarle. Ésos eran sentimientos que no se podían ocultar. El samurái se silenció entonces, sabiendo que tenía que dejar los planes para la gente preparada para ello.

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Casa feudal

La cosa parecía calmarse un poco. Varios habían hablado, las palabras de Yuzuki y Kenzaburo habían calado hondo. Se alegraba de poder ver a su amigo Kenzaburo dando un discurso así, el golpe de la muerte de Mao debió ser durísimo para él, pero aún así ahí estaba. Yuzuki, a quien había juzgado en su momento como una adolescente enamorada, parecía más autónoma e independiente esta vez, como si hubiera crecido de golpe.

Nagato comenzó a apaciguar el trato hostil y vehemente que había mostrado para con todos. Takano seguía hablando con la mente de un estratega, mientras que Takeda hablaba con el corazón de un líder.

Caminó un poco por la sala y puso la mano sobre el hombro de Kenzo.

—Kenzo, me alegra verte así de bien. Tu compostura en un momento así, con lo que estas atravesando... es admirable. En poco tiempo estaremos manchando de sangre los filos de nuestras hojas, con la sangre del enemigo—le dijo, para emocionarlo.

Miró hacia Takeda y Tetsuo. Estaban Kato Harima y los Fujiwara en la habitación también. No podía olvidar que Kato Harima había sido un enemigo hace muy poco tiempo.

Se acercó a Nagato.

—Estos guerreros inexpertos, con parches en sus defensas y fisuras internas, con todos sus defectos y todo lo que tienen por aprender, incluido yo, darán la vida en el campo de batalla. Regarán el césped con la sangre propia, y la de sus enemigos—lo miraba fijamente—. Para que esa sangre derramada no sea en vano, tenemos que trazar un plan adecuado en lo que a la táctica militar concierne, ¿por qué no comenzamos con ello ahora mismo?

Pensó un segundo, y ofreció el puntapié inicial para la discusión.

—¿De cuantos ashigaru con yari disponemos?

Contenido oculto: Aclaración

Sé que los ashigaru con yari son un poco posteriores históricamente, creo que del período Ashikaga, pero supongo podemos obviarlo, cualquier cosa edito. Igualmente no sé si habría versiones más viejas de los ashigaru, quizás sí